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ESPECTRO... DE DOLOR L2 por Lory Backon

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Notas del capitulo:

Hola a todos!
Espero les guste este nuevo capitulo , los comentarios y reclamos también son bienvenidos!
Lory B.


- Sid que haces aquí?
- Es viernes de postres Steph recuerdas?
- Sid...
Este se pasó de inmediato llevando en las manos una caja de galletas y otra de dulces franceses.
- Sid mi mamá aún no llega.
- Vaya y eso?
- Pues son las dos de la tarde, ni siquiera Roja ha llegado.
- Vaya, mmmh bueno y entonces que quieres hacer?

Sus lilas siempre hermosas brillaban entusiasmadas con algún plan, pero es que las cosas no estaban funcionando como debían.
- Sid... Que te sucede?
- A mí nada Steph, por qué dices eso?
- Por que quedamos de darnos un tiempo y has estado aquí cada día desde que convenimos eso.
- Bueno, es que acaso no puede uno darse un tiempo viéndose a diario?
- No!
-Bien, quizás no funcione ,ni sea importante eso de darse un tiempo, así que hay que regresar.
- Sid... Si se hace bien si funciona y es importante para mí!
- Bueno entonces hay que preparar el té.

Yo lo mire con severidad, no era posible que esté no comprendiera la lógica simple de darse un tiempo.
- Sid...
- Perdón... Yo solo...- Sid miró al piso y yo le señale la puerta.
-Vete a trabajar!

Este salió escondiendo la mirada y sin replicar en cambio yo seguí con mis actividades hasta que tocó ir a recoger a Roja al colegio, era el último viernes del mes de abril y ella salía tarde debido a que tenían actividades de un festival de las flores que hacía en Mayo, así que después de una ducha me puse unos shorts, una camiseta con una dona con lentes y unos tenis de meter. Salí a prisa y nada más al abrir la puerta lo vi sentado en el pórtico con una sombrilla tapándose el escaso sol que hacía.
- Sid?

Este apenas se descubrió un poco y se bajo los lentes, tenía esa mirada natural de no estar disfrutando en absoluto.
- Pero que diablos haces aquí, Sid?
- Pues espero.
- Que estás esperando?
- Que sea la hora de poder estar juntos.
- Ay Sid! Pero acaso te has quedado todo este tiempo aquí?

Este subió sus lentes y dijo:
- No es importante, lo que importa es si ya es la hora...
- Carajo Sid las cosas no funcionan así.
- Vas a ir por Roja?
- Si.
- Te llevo?
- Que remedio.

Subimos al coche y le sermonee todo el camino y no es que yo quisiera dedicarme a reñir con Sid pero como había dicho desde el día en que fui a su oficina a intentar terminar con él por su bien y este me había dicho que no y que incluso quedamos en darnos un tiempo, por el contrario de darnos un tiempo Sid se pasaba más tiempo pegado a mí, incluso yo hubiese apostado que la empresa estaba hecha un desastre pues él no se ocupaba en lo más mínimo de ella. Así que ese día en cuanto recogimos a Roja le prohibí regresar al viernes de postres y su mirada fue algo descorazonador, no tenía idea de por qué cuando Sid miraba de esa manera me hacía sentir mal, me hacía sufrir y al mismo tiempo rabiar, quizás era por qué yo estaba siendo malo con un verdadero ángel de Dios.

Esa noche después de cenar postres y vestir a Roja con la pijama me asome por la ventana y ahí estaba él, casi muero del susto cuando un relámpago iluminó su enorme silueta y con el mismo desapareció y apareció en mi ventana.
- Mierda Sid! Lárgate!

Sus lilas eran algo desgarradoras pero todo era por su bien. Maldición Sid! Maldición! No me la pones fácil pensé.

Pero yo sabía que Sid no se había ido, en estos más de diez años amándolo sabía que él estaba cerca en algún sitio, y sobre todo sabía que venía cada noche a mi habitación; a veces me tocaba o me besaba el cuerpo, a veces no había nada más que quedarse quieto viéndome, yo sabía pues a había momentos en que veía su figura y en más dos ocasiones le había corrido de mi lugar y este seguía dejándose ver...Sid era un Leviatán muy testarudo.

Mi cumpleaños llegó pronto, más pronto de lo que yo había pensado y Sid no había cesado en dejarme en paz, pronto me reuniría con Whip pero debía tomar una decisión, yo no dejaba a Sid por Whip, ni elegía a Whip sobre Sid; yo solo quería ser libre, quería poder crecer, quería que Sid lo hiciera pero lejos, que si este volvía a mi, lo hiciera por qué estábamos listos y destinados a estar juntos pero bien lo había dicho el maestro K. Sid no tenía elección, quizás ni conmigo la había tenido; pero todo era por su bien, todo era por el bien de todos me decía.

El día de mi cumpleaños cayó en día laboral así que los chicos de la asamblea me habían preparado una fiesta sorpresa el fin de semana; pero no fue sorpresa adivinen por quién? Exacto Sid! Este en un acto inconsciente me había llevado a comprar ropa para mí fiesta sorpresa...
Ese día fui a desayunar con mi mamá la cual parecía algo inquieta.
- Mama estás bien?
- Claro bebé pero dime tu estás bien?
- Sí sí! Claro! Absolutamente! Por?
- No por nada, imaginaciones mías.
- Dime...
- No! Descuida si tú dices que todo está bien...
- Mamá dime...
- No, anda está buena la malteada?
- Sí, está deliciosa pero anda, dime.
- Ay bebé es que... Bueno creo que algo pasa entre tu y Sidney, no es así? Dime, se han peleado? Bueno si no quieres no es necesario que me cuentes...
- Mmmh

La verdad no quería decirle en cierta forma la verdad pero una parte si quería, quería gritar que estaba apunto de hacer una estupidez tremenda y pedir que alguien me detuviera.
- Sí, bueno, sí hemos tomado distancia...
- Ah?
- Bueno la verdad yo... No sé, Sid aún es mi mejor amigo pero... Por ahora quiero un respiro.
- Ha pasado algo grave?
- No, no! Solo creo que sería bueno un respiro, necesito solo eso...

Mi mamá tomó mi mano y pude sentir su calidez.
- Steph, hijo estás seguro?

Su mirada y la mía chocaron y por un momento un choque eléctrico me caló justo en el corazón.
- Sí, bueno...Eso creo...
- Steph, me parece razonable lo que dices pero... No parece que Sidney quiera lo mismo, él... Bueno él aún te busca mucho, no es así?
- Como sabes?

Solté de repente y cuando me di cuenta de lo que había dicho, me callé enseguida.
- Ay hijo, ese muchacho te quiere mucho... Como su amigo, se nota te tiene mucha estima sabes?
- Sí.
- Es válido que tú quieras tiempo para ti también pero recuerda algo, el tiempo que pierdes jamás vuelve y una decisión por pequeña que parezca puede traer lo mejor de nuestra vida o desatar un infierno en ella, así que debes pensar que consecuencia puede traer alejar a alguien como Sid de tu vida.
- Mamá es que... No sé!- Dije Jalándome la cabellera- Estimo mucho a Sid y él ha sido buena onda pero a veces me requiere mucho tiempo y esfuerzo, Sid me absorbe por completo y además es que... Es muy... Muy infantil.
- Es un niño Steph, es normal, tú lo ves así por qué eres más grande.

Mi mamá no entendía y yo no podía decirle que no, que Sid era un anciano a comparación conmigo.- Tu has lo que tu corazón sienta Steph, pero no seas duro con alguien que te quiere.

Me molestó que mi mamá defendiera Sid, no es que no tuviera razón pero acaso no podía yo aspirar a crecer? Acaso estaba mal que yo quisiera ser libre? Volar? Intentar algo nuevo? Acaso estaba siendo terrible con Sid?
Mi mama extendió su mano y puso frente a mí su regalo.
- Anda ábrelo!
- Mamá no tenías...
- Claro que sí!
Tomé la cajita y lo abrí, era un hermoso dije de oro blanco con la forma de un pez.
- Mamá!
- Sé que te gustan mucho los peces, eh?

Miré el pez y sonreí.
- Steph... No importa que; debes levantarte e intentar una y otra vez, tú eres el amor de mi vida y yo sé que encontraras tu camino y serás feliz.

Mi mamá me dio un beso en la frente y completó.
- Sabes que te amo no es así?

Yo asentí.
- Te amo mamá, gracias.
- Anda póntelo!

De inmediato me lo puse y terminamos en paz nuestro desayuno.

Por la tarde después de recoger a Aramis y llevarla a casa a comer y a que le ayudará a mi mama a hacerme un pastel se apareció Sid en mi recámara.
- Sid que haces aquí?
- Feliz cumpleaños Steph!

Dijo dándome un abrazo muy afectuoso.
- Gracias... Pero... Es la tercera vez que me lo dices.
- Y no será la última; pero quiero darte algo.

Este tomó un paquete que había dejado en el alféizar de la cama y me lo dio.
- Ah pues gracias...
-Ábrelo Steph.

Yo obedecí y vi que era un libro de pasta dura.
- Genial un libro!
- No es un libro, sé que no eres lector asiduo, eso es un diario Steph.
- Ah? Un diario?
-Ábrelo! Vamos!

Yo abrí el libro y en la primera hoja venía algo escrito en francés.
- No es francés Steph es gaélico.
- Pero yo no sé gaélico.

Sid sonrió y me metió en sus brazos, me plantó un beso dulce, un verdadero beso de amor el cual no rechacé, más que nada por qué esos besos de Sid eran los mejores, los besos que mas me gustaban y quizás los que iba a extrañas más. Este me tendió en la cama con suavidad y bajo mis pantalones.
- Sid!
- Shhh cierra los ojos.

Sus caricias me prendieron de inmediato y tuve que obedecer pues mi sexo ya estaba firme. Las manos de Sid comenzaron a estimularme mientras esté me deshacía con sus besos apasionados, bajó hasta mi pelvis y la besó luego de eso comenzó a hacerme sexo oral delicioso, solo la boca de Sid tenía ese ritmo que encajaba perfecto con el mío y no tarde mucho en correrme.
- Sid... Hazlo duro!- Le dije sin recordar nuestra separación.

Este me puso en cuatro y comenzó a besar mi espalda, eso me calentó severamente, luego beso mis nalgas y finalmente mi entrada un par de veces para rematar con una fuerte estocada que me hizo tener que morderme el labio o me vendría muy rápido.
Sid lo hacía con fuerza, con una fuerza deliciosa, era eso la vitalidad en él que me gustaba sentir, que adoraba y que iba yo a hacer sin Sid, que ya no estaría ahí para cogerme así de delicioso? Como iba a lograrlo? Pensé unos momentos pero entonces me concentre más en aquellos puntos coloridos que sus estocadas me hacían ver. Me agaché y mordí la colcha pues estaba a una de venirme por completo y entonces él me cubrió con su cuerpo y puso sus enormes manos sobre las mías, se acercó a mí oído y susurró dulcemente:
- Steph te pertenezco por siempre, mi corazón es solo para ti y para nadie más, tú eres el amor de mi existencia.

Aquellos palabras me causaron un remordimiento enorme y entonces yo agache la mirada.
- Steph te amo y mi sitio es y siempre será junto a ti.

De inmediato me quité de debajo de él, lo que acababa de decir era algo terrible, yo estaba dañando más a Sid de lo que podía permitirme.
Me vestí rápidamente y en silencio y este no parecía comprender, cuando estuve listo le dije ocultando la mirada.
- Te veo en el parque que está cerca.

Salí sin decir más. Al bajar las escaleras estaban mi mamá y Roja en la cocina.
- Stephy!
- Bebé ya casi está la torta, quieres betún o crema?
- Ambas. Saldré un momento.
- Te tardas bebé?
- No.

Llegue al parque y un segundo después ahí estaba Sid con la camisa aún desabrochada.
- Sid...
- Que pasa Steph quieres que te coja duro en el parque?
- Sid... No.
- Entonces a que vinimos? Ya casi está tu pastel y hay que...
- Sid...

Una pareja con un niño pequeño pasaron por ahí, el ocaso ya estaba terminado y el color púrpura tenía al cielo preso.
- Steph vamos a casa...

El espectro tomo con su mano fría la mía pero yo de inmediato se la arrebate.
- Sid!- Dije en voz alta obteniendo la atención de mi interlocutor.

Este me miró pero yo no podía verlo a los ojos.
- Se acabó.

El silencio horrible y pesado de la ruptura se hizo presente.
- Steph vamos a casa, hay que comer torta.

Él se dio media vuelta y yo le repetí.
-Sid hemos terminado! Es el final, no puedo seguir, tú y yo... Terminamos!

Él se quedó congelado ahí.
- No puedes volver a mi casa, te prohíbo volver a pisar mi casa o estar afuera de ella, ya no somos nada, todo acabó y debes respetarme. Entendiste?

Él no respondió ni se movió.
- Sid... Entendiste?

Lentamente Sid dio media vuelta y se quedó quieto un rato, pasaron entonces unas colegialas y se nos quedaron viendo raro. La noche se hizo presente en mi lugar y entonces de un momento a otro este se dejó caer de rodillas.
- Por favor... Steph por favor...
- Sid levántate!

Este se arrastró hasta donde estaba yo y se abrazó a mí cintura.
- Te amo Steph, por favor! Nada puede acercarse a la manera en que yo te necesito.

Sentí como si estuviéramos en la costa y un mar embravecido se azotara contra la playa.
- Sid basta, pueden vernos!
- Te amo Steph, desde el fondo del mar te amo por favor! No me dejes!
- Sid! Basta! Basta!

Había creído que sería más fácil en un lugar público pero no había sido mas fácil, Sid simplemente no tenía limites!
- Sid por favor! Por favor para!

Le dije ya hartó y este se dejó caer al piso.
- Es el final, lo siento en serio pero debe terminar.
- Steph, por favor!
- No Sid, ya intentamos darnos un tiempo y no funcionó, nunca cumpliste, lo siento, se acabó.

Yo avance dos pasos y este me detuvo por el pantalón.
- Steph haré lo que sea por favor...
- Sid, se terminó; por favor, si me amas déjame ir.
-Steph?
- Que?

Yo no siquiera voltee a verlo, no quería; solo deseaba avanzar, crecer.
- Yo te amo, siempre lo haré y mi corazón siempre estará junto a ti.
- Gracias Sid...

Sentí que me soltaba el pantalón y yo eché a andar rápidamente, no volví la mirada en absoluto, no volví a verlo; por qué si volteaba a ver al ángel que estaba tendido en el piso abandonado a su amor, seguro correría besarlo. "Perdón Sid, perdón", pensé.

Volví a casa y subí sin reparar en mi mamá o en Roja, solo subí rápidamente hasta mi habitación y me encerré ahí, me atrinchere a todo. Me senté en la cama abrace a mi pez de felpa y una lágrima rodó por mi mejilla, luego otra y otra.
- Basta! Lo prometiste!- Me regañé a mi mismo pero no podía parar y al final solo solté en voz baja un...
- Que hice? Sid, que nos hice?

Ahora comprendía que era el final, así había sido nuestro final. Sid, ahora comprendo todo... Ahora comprendía que no había más y no habría nunca más pues yo no merecía a Sid, entonces; por qué dejarlo ir era terriblemente doloroso? Por que alejarme de él era un suplicio implacable? Apenas llevaba unos minutos de esto y ya sentía el corazón destrozado, por qué mi corazón reclamaba feroz su amor...

Tuve que volver en mi cuando mi mamá tocó la puerta para que bajara a cenar y a comer torta. De inmediato me lavé la cara para disimular las lagrimas y bajé pero al parecer no pude disimular nada.
- Steph bebé estas bien?
- Sí, bueno me siento algo enfermo del estómago, oye podemos festejar mañana?
- Sí hijo pero oye quieres que llame al doctor?
- No mamá solo... Necesito salir a tomar aire fresco.
- En serio?
- Sí.

Di un beso a mi mamá y a Roja; subí a mi habitación, me tomé dos calmantes, saqué una chaqueta y fui a mi cita de ese día...

__________________________________________________

Breves notas de Ben.
Vida a medias.

Era el tono de llamada sonando una y otra vez, una y otra vez, luego descolgaban pero nadie respondía.
- Kuri?

Silencio...
- Kuri? Kuri? Responde Kuri por favor... Kuri háblame! Kuri me hace daño! Lo sabes? Kuri por favor no me dejes aquí... Te ruego!

Colgaban...

Desde que ese infeliz me había abandonado en Italia con millones de euros, una casa enorme, un Camaro Z28 y todo lo material que alguien hubiese deseado estaba muriendo... Moría en vida.

Kuri se había ido y desde ese momento me había comenzado el viejo y arraigado hábito familiar de beber hasta quedar noqueado. Gritaba a los sirvientes y me portaba como una porquería con ellos, no había muchos que me soportaran y por eso al mes había perdido a media plantilla de servidumbre, además había intentado gastar todo en comprar boletos de avión a Londres aunque no tenía pasaporte pues ese imbécil se había quedado mi pasaporte y además por alguna razón cualquier transacción que yo intentaba en cuanto a transporte fuera de Roma se veía cancelada en automático y mi dinero era rebotado, lo intentaba a diario por horas, ya fuera mediante el teléfono, agencias de viaje o vía online, no había manera de salir de Italia, así que bebía mas; también tenía otros pasatiempos no menos divertidos dicho sarcásticamente y estos eran marcarle, marcar a las empresas del grupo Moon; hablaría con cualquiera de ellos si Kuri no quería responder, pero nunca lograba nada, mi llamada siempre terminaba en atención a clientes, en la única que funcionaba era en Moonlight la empresa que ahora manejaba el tonto de Kuri, allí era el único sitio donde levantan la bocina en la oficina del CEO pero se quedaban sin hablar y yo sabía que era ese demonio homosexual ruso cobarde! No podía llamar a otro número pues no me sabía otro y ese imbécil se había quedado mi teléfono.

Ni siquiera podía hablar con Aramis ya! No podía hablar con nadie, no tenía nada ni a nadie más, solo tenía esta soledad horrible que invadía un enorme espacio, un espacio que cubría desde Italia hasta el reino unido.

Entonces salía de noche a los bares de Roma, gastaba el dinero que no era mío en putas y alcohol y cigarrillos, total; si la vida que yo conocía y deseaba no volvería quizás yo podría tener una nueva, una que no quería y estaba en mi derecho de desperdiciarla a mi gusto.

Incluso me había dado el lujo de no poner un pie en la universidad elegida la cual era la Sapienza-Università di Roma. Ese idiota de Kuri me había logrado un lugar a una de las mejores universidades de Italia y yo estaba tirando por la borda todo, aún el año escolar no comenzaba pero se supone yo debía presentarme ante las autoridades... Eso no iba a pasar!

Dos meses después de haber regresado y con apenas un puñado de servidumbre decidí irme de la mansión para pasar mi verano borracho en Sicilia, tirado en la playa bebiendo y sin querer prender mi cerebro un poco o nada.

Alquiler una habitación barata por dos meses y pague por anticipado, pero a veces ni siquiera regresaba ahí a dormir, yo lo hacia donde quería o donde me agarrara el sueño después de todo si Kuri iba a hacer lo que quisiera yo también podía jugar ese juego.

Una noche a mediados de Julio hacia demasiado calor y yo estaba muy ebrio así que le marqué de nuevo. Marqué una y otra y otra vez, marqué hasta que de nuevo alguien contesto sin hablar.
- Kuri? Kuri contesta! Kuri maldición... Contesta... Kuri quiero que cumplas mi deseo, quiero regresar... Kuri créeme que quiero regresar, Kuri...

Le di un trago a mi bebida y continúe.
- Kuri tú pusiste toda esta distancia entre nosotros y no sé con qué propósito pero créeme cuando te digo que no importa donde este mi cuerpo ahí no estoy yo...Kuri... Por favor ya nos sabemos lo que es necesidad del otro... Por favor ven... Por favor...Aunque sea di algo... Si en algún momento te importe di algo...

El silencio reino durante unos minutos, no me iba a hablar o al menos eso creí.
- Ben estás bebido?

Su voz! Era su voz!
- Yo... Si- Acepté con vergüenza- Pero es que yo... Yo no sé por que hiciste esto si yo no necesitaba esto, no necesitaba nada más que... Que estuvieras conmigo, Kuri sé que quieres que yo crea algo falso para salvarme, para librar el que me condene a tu lado pero me hace más daño ahora el quedarme aquí, lo sé, Kuri yo sé que es bueno o malo para mí por favor, te ruego que vengas por mi, ven a verme si quieres aunque sea una hora, pero ven... Kuri te lo ruego déjate de idioteces.
- Ben no hagas tonterías, estás mejor ahora créeme.
- Kuri ti prego! Ti prego! Ti prego, non lasciarmi qui!
- No llames más Ben.

Este me colgó y yo me fui directo a ahogarme en un mar de alcohol.

Regrese destruido a mitad de Agosto a la jaula de oro que Kuri había comprado para mí, estuve algo enfermo durante unos días pero eso no me detuvo de mi cometido de seguir viviendo alcoholizado y antes de que terminara el mes fue donde tuve ese encuentro.

Caminaba aún medio borracho a medio día por campo de Fiori buscando cigarrillos cuando tropecé con una bicicleta y al suelo fui a dar. Fue el mareo constante el que me impidió pararme enseguida, apenas si pude ver cómo los extraños que estaban a mi alrededor me miraban con asco y pena ajena.
- Mira nada más a ese muchacho ebrio tan temprano!
- La juventud de ahora es imposible! Seguro se ha gastado el dinero de la escuela en ponerse borracho!
- Quizás lo robó a sus padres, uno nunca sabe de lo que son capaces los jóvenes de ahora...
- O quizás se lo robó a alguien más, que miedo mejor vámonos de aquí!

Yo me quedé sentado en medio de la Piazza, justo debajo del monumento a Giordano Bruno escuchando sus habladurías; esas idiotas no tenían idea de que yo en este momento tenía dinero para regalar a puños, dinero maldito que me había condenado a esta soledad, no había robado nada a nadie pues todo lo que tenía ahora jamás lo había tendió y no lo habría querido así, no me podía poner en pie pues sentía que el mundo daba vueltas muy locas y yo no podía bajar de este.
- Maldito Kuri!- Balbuceé y entonces escuché aquella voz.
- Disculpe señor ha tirado mi bicicleta.

Voltee a ver con dificultad al niño que estaba hablándome, el sol tras de él era muy intenso y pegaba directo a mis ojos, este no era muy alto, tendría quizás unos ocho o nueve y sus ojos eran dos almendras, su cabello era castaño oscuro, nada parecido al de Kuri o al rojo fuego de Aramis.
- Que es lo que quieres?
- Ah maldición, mi bicicleta! Miré, le ha estropeado el asiento.
- A mí que!
- Señor es usted un viejo borracho!

El mocoso me soltó una patada en el muslo y tomo su bicicleta.
-Maldito mocoso!
- Viejo borracho!

Entonces una voz adicional se escuchó no muy lejos.
- Paolo ven aquí! Paolo trae tu bicicleta y ayúdame!
- Abuela este viejo borracho la ha fastidiado!
- Que?

Yo estaba mirando al suelo por el dolor en el muslo y además por qué sentía que mi cabeza pesaba horrible, que la baba se me caía y que pronto me iba a desmayar.
- Kuri idiota, solo quiero olvidar...
- Como que ese señor... Que pasó aquí?

La mujer se acercó a mí y vi sus pies, luego subí la mirada poco a poco intentando no desfallecer para finalmente ser cegado nuevamente por el sol de Italia, el terrible sol de Italia.
- Benedetto? Eres tú?

Me cubrí un poco del sol para saber quién era, pero la mujer se puso en cuclillas y su rostro me impactó.
- Ma... Maninna!
- Ay por dios! Niño mira cómo estás! Que te paso?

Esa simple pregunta me derrumbó. El labio inferior comenzó a temblar y mis ojos a sacar agua a raudales ante la imagen de aquel que ahora estaba lejos de mi.
- Maninna yo es que... Fue... Yo...

Estaba diciendo cosas sin sentido y ella me abrazó.
- Ay Benn, que te hicieron...
- Abuela conoces a este borracho?
- Shh Paolo cállate y déjalo en paz.

Yo sentí un impulso de vomitar y de inmediato la aparte de mi lado para sacar todo lo que había logrado ingerir solo para sobrevivir al alcohol.
- Ben tranquilo! Ay muchacho que te paso?

Ella me dio golpecitos en la espalda para tranquilizarme pero yo necesitaba algo más fuerte, quizás una botella de ron o de escocés.
- Mannina yo...

Mannina me limpió la boca con la punta de su mandil pues seguro estaba babeando horrible y luego me preguntó:
- Puedes caminar?
- Si- Dije mintiendo
- Vamos te ayudo, vamos a casa.

Esta se echó mi brazo sobre su cuello y me ayudó a ponerme en pie pero a los dos pasos al suelo fui a dar de cara.
- Ben, lo siento estás bien? Hijo?
- Si Ninna estoy...

Vi la sangre correr por mi ojo y la sentí bajar hasta mi barba, entonces saqué la cartera y le dije:
- Ninna, tomemos taxi, si?
- Pero Ben, hijo yo...

De inmediato le di la cartera y está la abrió con una cara de sorpresa absoluta.
- Ay padre del cielo de donde sacaste tanto?
- Es el pago por ser libre.
- Paolo, quédate aquí con Ben yo iré por un taxi.
- Que? Pero abuela es un borracho!
- Quizás tú no te acuerdes de él pero te conoció cuando eras muy pequeño así que hazme caso y obedece ya!

De inmediato Maninna fue a buscar un taxi en lo que yo me debatía entre la consciencia y la inconsciencia. Para cuando llegó el coche apenas si alcance a escuchar que este le decía a Maninna que si yo manchaba los asientos le iba a salir más caro el viaje, ella le discutió un poco y luego me ayudó a subir.

No había arrancado el coche y yo ya me había quedado fuera de combate, así que cuando desperté con la boca seca, el cuerpo adolorido y la cabeza a punto de estallar en aquella cama de la casa que yo conocía bien pues había vivido bastante tiempo ahí no me sentí tan confundido, más o menos me ubicaba en el espacio; pero no sabía ni que día era.
- Al fin despiertas Ben.

Maninna me acerco un plato de caldo de pollo y un vaso de agua.
- Ninna pero...

Me levanté con pesadez y ella me acarició la mejilla.
- Vamos come primero y luego hablas.

De inmediato y sin hacerme del rogar me comí el caldo, estaba delicioso, hacía meses desde el abandono de Kuri que no había comido algo tan delicioso, el agua me la terminé de dos sorbos y me dejé caer sobre la cama de nuevo exhausto de la comida.
- Al menos aún te gusta mi comida.
- Siempre me va a gustar Ninna.
- Ahora a la ducha.
- Ah?
- O quieres que yo te de un baño? No creo que a tu edad quieras la ayuda de tu hermana para bañarte, eh?

Yo negué con algo de vergüenza y ella me ayudó a incorporar y me acerco al cuarto de baño.
- Mi cabeza... Que dolor...
- Pues si! Mira que buen golpe te has puesto en la acera.

Maninna me dejó en el cuarto de baño, que ahora me parecía muy básico, no criticaba en absoluto pues mucho tiempo me pareció normal pero después de las excentricidades de ese idiota, de su manía absurda de gastar en tinas de mármol con piedras preciosas incrustadas y manijas de oro, incluso el de la casa que había elegido para mi en este sitio era absurdamente elegante. Y no era el costo de las cosas, no! En absoluto; sino era aquello en lo que yo había vivido, en esa especie de comunión con Kuri, en esa casa que había pasado de ser una prisión a un hogar para mí y dónde me sentía en mi hogar... Me miré al espejo y vi que tenía una bendita en la cabeza, seguro era de algún borrachazo en el suelo... Toqué está y me dolió bastante, maldición!

Abrí la llave y había olvidado que en casa de Maninna solo había agua fría, eso me causo un espasmo respiratorio breve y luego me metí bajo el chorro de agua y me puse a llorar de nuevo pues solo quería volver a casa, quería olvidar que había tenido un hogar junto a él en algún momento y ahora no tenía nada, solo tenía que comenzar de nuevo.

Al salir de la ducha Maninna ya tenía ropa limpia para mí y la cama lista, pero yo no quería estar en cama; quería ir a beber de nuevo pues los recuerdos me estaban destruyendo. Me vestí rápidamente y salí a buscarla a la cocina donde ella estaba preparando ravioles.
- Que haces aquí Bennedetto? Ve a descansar mas.
- Ninna...

Ella me volteo a ver y me dijo.
- Sé que no quieres hablar ahora cariño pero será mejor que descanses.
- Ninna yo...
- Oye donde has dejado a la bomboncita?
- Aramis?

El recuerdo de mi dulce hermana se me vino y consigo todos los demás y me golpearon tan duro que caí al suelo y me puse a llorar.
- Yo... Yo...
- Ay hijo pero tranquilo, está bien iremos por ella, solo cálmate!
- La perdí, la perdí para siempre Ninna, perdí mi vida y a Aramis y nunca las voy a recuperar... Nada va a volver yo... Yo me quiero morir!

Esta me abrazó fuerte y nos quedamos ahí un rato hasta que ella me convenció de dormir un poco y la verdad es que llorar tanto era muy agotador así que terminé durmiendo hasta la mañana siguiente.
- Que haces Ben?
- Gracias por... Por todo Ninna ahora tengo que irme a mi lugar...
- Como? Tienes una casa?
-Yo no le diría una casa más bien es donde puedo quedarme ...- Respondí haciendo un mohín.
- Oye pero si no estás ahí a gusto sabes que te puedes quedar aquí todo lo que quieras... No tienes que aguantar groserías de nadie, eh?
- Gracias Ninna.
- Toma- Ella me extendió mi cartera y dijo- Solo pague el taxi, todo está íntegro ahí cuéntalo.

Yo hice caso omiso a lo que había dicho saque todo lo que quedaba en efectivo, solo dejé unos euros para el transporte de regreso y se los di.
- Toma.
- Ah, qué?
- Te lo regalo.
- Oye Ben no puedo...
- Si puedes, vendré a verte otro día.
- Lo prometes mocoso?
- Si, en definitiva.
- Más te vale que cumplas!

Le di un beso en la frente y me fui.

El sol insoportable de Italia me recibió en la calle y regresé a ese lugar horrible, todo estaba tal cual lo había dejado.
- Disculpe amo pero...
- Yo no soy tu amo, no seas absurdamente servil, es detestable- Le dije al mayordomo.
- Si bueno mi señor...
- Blasfemo!
- Bueno joven...
- No soy joven, si lo fuera no estaría aquí atrapado viendo sus caras feas...
- Si, bueno; como le decía le llamaron...

No lo deje ni terminar cuando le dije.
- Quien? Kuri? Responde! Quien?
- Bueno de la Universidad...
- Ah! Eso no importa, ahora déjame solo!

Le cerré en la cara la puerta y fui a mi cama a volver a mis únicas ocupaciones importantes en orden de prioridad... Llamar a Kuri idiota... Conseguir boletos de avión de regreso y un pasaporte y ponerme borracho.

_______________________________________

Del libro de Sid
Del triunfo de un corazón.

Me bajé a abrirle la puerta al rubio que traía a nuestra hija en los brazos.
- No tenías que hacerlo Sid.

No dije nada más, quizás si no hablaba, él no se molestaría y me dejaría estar con él de nuevo. De inmediato arranque el coche hacia Kent donde se daría la fiesta sorpresa de la cual Steph ya se había enterado; la residencia de Elliot en aquel sitio sería el lugar y yo me había ofrecido, había amenazado y casi había rogado por qué me dejaran llevar a Steph al sitio y como ninguno de los chicos de la asamblea sabía nada de que Steph me había terminado entonces aproveche la concesión para estar con él.

El viaje fue muy placentero, Roja y Steph cantaban canciones de niños y vi que una que otra vez Steph me volteaba a ver, eso me gustó, yo llevaba los lentes oscuros puestos y él no podía verme pero yo lo mire casi todo el camino. Roja se quedó dormida un tramo del camino y entonces el rubio me inicio la conversación.
- Sid cómo estás?

Yo solo asentí sin decir nada, mi propósito era firme en no hacerlo enojar con mi voz o con mis tonterías así que guardé silencio.
- Sid estás enojado?

Yo negué y este siguió.
- Oye estuve pensando que quizás podemos seguir siendo amigos, no crees? Quizás esto no sea tan malo para ambos y también sea bueno para Roja, tu qué piensas, Sid? Quieres que seamos amigos?

Yo sería lo que Steph quisiera que fuera, mientras me permitiera amarlo y vivir dentro de él que importaba si Steph quería que yo reptara, me arrastrara o suplicara; lo haría con gusto si este se quedaba a mi lado y me amaba de verdad. Así que solo asentí y miré por el espejo retrovisor su enfado, no entendí que había hecho mal, no había abierto la boca en absoluto, no había dicho que no a nada, más aún así este tenía ese gesto de enojo. Por un momento me pareció ver a Glenn enojado conmigo por las mismas razones que yo no entendía.
- Si sigues enojado al menos deberías reconocerlo, lo que haces no es maduro Sid... Acaso te parece maduro actuar de esta manera? Eh?

No sabía que responder, me encontraba perdido en toda esta situación, por qué no había resultado mi plan? En que había fallado?
- Sid?

Hice lo primero que me vino a la cabeza y asentí.
- Ah? Eres un tarado!

Dijo este inflando los cachetes de cólera y volteo a ver la ventanilla del coche, su mente era un caos de cólera e insultos contra mi que me obligaron a frenar y a orillar el coche en medio del camino.
- Que haces Sid?

Me bajé del coche y de inmediato fui y abrí la puerta de atrás donde viajaban él y Roja, le tomé por la muñeca y lo saqué del coche para plantearle un beso que le dijera que todo iba a estar bien, este se dejó llevar por unos instantes pero después de eso me empujó.
- Sid que haces?
- No sé.

Su cara fue de sorpresa y luego volvió a su enojo de hacia unos momentos.
- No sabes?
- Steph no sé que hacer o qué decir para que me ames de nuevo, creí que si no decía nada que te hiciera enojar quizás tú me perdonarías y por eso llevo callado desde que llegué a tu casa y confesaré mi culpa cualquiera que haya sido.
- Por eso estabas callado?
- Si.
- Ósea no estás enojado?
- Enojado? Por qué estaría enojado?
- Bueno por... Por qué bueno es usual que cuando dos personas terminan una relación alguien está enojado.
-Yo no estoy enojado Steph, pero si tu quieres puedo estar enojado, si eso te trae de vuelta a mi...
- Sid no! No!
- No?
- No te enojes y no! No! No vamos a regresar Sid.
- Por que no?
- Por que no! Por qué ya te dije el por qué!
- Steph eso no es importante.
- Ves?! Ves?! Para ti nada es importante y por eso cortamos.
- Quieres que sea importante?
- Si!
- Bien entonces lo será.
- No!
- No entiendo Steph.
- Exacto! No entiendes por qué no eres humano Sid, no entiendes que no quiero que lo no importante sea importante por qué yo quiero, sino por tu propia convicción, por qué tú así lo creas.
- Steph yo creeré lo que tú quieras solo...
- Basta! Basta Sid, vamos a la fiesta y ya! Por favor!

Este se subió al coche de nuevo aún enojado y yo regrese a mi sitio en el lugar del conductor; dentro de mi, en lo profundo de mi esencia yo sentía ese fuego arder, las llamas consumían todo.
Llegamos a la residencia de Kent y Steph y Roja se quedaron maravillados ante lo enorme y linda que era, a mi me pareció una casa chocante hubiese sido mejor un palacio, quizás ahí hubiera podido sacar ese fuego dentro como si fuese un dragón iracundo.
- Steph feliz cumpleaños!- Dijo la Lilim al recibir al rubio y se le pegó en exceso pero de inmediato yo le puse un alto.
- Quien te crees? Steph es mío!

Ella por un segundo se alejó pero entonces la cabeza de Steph estalló y soltó todo.
- Sid basta!

Pronunciaron sus labios pero la Lilim ya sabía todo lo que quería y entonces me lanzó un reto con la mirada y lo metió en sus brazos de nuevo.
- Princesa!
- Mi linda niña! Mi pequeña guerrera!

Le dijo a Aramis que saltó a sus brazos.
- Es el cumpleaños de Stephy, cumple 13.
- No amor, yo cumplo 31.
- Eso!
-Vamos a que se refresquen arriba y luego bajamos al jardín a que coman algo.

La Lilim me miró una vez más y su sonrisa me puso colérico. De inmediato fui a buscar a Elliot y a Kanon pero solo hallé a Kuri sumergido en medio de la oscuridad del despacho principal, llevaba un abrigo negro y unos lentes oscuros.
- Es demasiado drama Kuri.
- Jamás es demasiado Sid.
- Elliot?
- Afuera perdiendo el tiempo.
- Kanon?
- Dormido arriba.
- Por qué no vas por él y arreglas esto de una buena vez?
- No puedo.
- Por?
- Tú sabes...
- K. Y lo que sucedió cuando fuiste a dejarlo?
- Exacto, además quiero que Ben sea feliz, quiero que sea un humano normal, bueno igual a como lo encontré, al que era antes.
- Aunque te destruyas?

Este asintió.
-Por que no le llamas entonces?

Kuri se quitó los lentes y respondió:
-Por que no, necesitaré de todo mi dominio siquiera para decirle hola o deja de llamar, una palabra de Ben es suficiente para hacerme retroceder, él tiene mi corazón y obvio este quiere regresar pero no lo voy a permitir.
- Si se lo explicas?
- No entendería, el humano es muy impulsivo y cuando el asunto es interior jamás pensará con claridad.
- Por eso nosotros debemos hacer esto, no es así?

Kuri asintió.
- Ahora Sid si me disculpas tengo cosas que hacer.

Yo salí de ahí pensado que en serio Kuri iba a sufrir mucho la ausencia de Ben, quizás mas que la de su hermano gemelo y ahora era más consciente de que no podía hacer más tonterías.
Salí en busca de Elliot y lo encontré con Samael hablando muy seriamente, seguramente sería sobre Theobald así que me senté cerca pero decidí esperar a que terminaran.
- Hey Sid, ven acércate!

Dijo el albino y yo así lo hice.
- Hola Sid.
- Hola Samael.
- Oye lleva a Roja en quince días a mi oficina.
- Vas a hacer las pruebas?
- Sí, creo es buena época ya, ella ya está más atenta a su entorno y ya va a pasar a la elemental no es así?
- Sí.
- Hazlo.
- Bien.
-Que pasa Sid?

Dijo Elliot con naturalidad, Samael intento retirarse pero Elliot lo detuvo.
- Sid, al llegar aquí Steph lo gritó estás consciente?

Yo asentí y le argumenté:
- Quiero pelear.
- Bien, buen momento para que hagan amistad- Dijo el enano que simulaba ser un niño- Vamos a adentrarnos en el territorio de Nefy y ahí pelearán hasta cansarse.

Elliot nos guió a la salida y justo cuando íbamos caminado, Steph y Roja bajaban las escaleras, por un segundo Steph me miró y yo quise quedarme a su lado a besarlo y a hacerle el amor pero... Su cabeza seguía diciendo aquello de "Se acabó", así que seguí mi camino.

Salimos deprisa y no pudimos volar hasta la costa por qué el sol estaba asomado así que tuvimos que conducir hasta la costa y ahí buscar algún sitio lejano donde poder elevarnos, al fin lo hallamos por la costa de Queenborough. Nos desvestimos para no arruinar la ropa pues no tendríamos luego que usar y en menos de tres segundos estábamos mar adentro en el helado territorio de Nefy.
- Bien, la regla es sencilla; no se eliminen, si alguno se propasa y comienza a sacar la esencia del otro yo me lo como!- Gritó el albino.
- Bien- Dijo Samael.
- Bien- Dije yo.
- Entonces a pelear! Quiero ver todo su poder y cuidado con los enemigos que seguramente se alistan para atacar!

Samael y yo de inmediato nos lanzamos uno contra otro en una batalla de caos y fuego. Los puños, patadas y golpes no fueron suficientes pues ambos estábamos coléricos y al cabo de quince minutos ambos sacamos nuestras espadas.

Su falcata era espléndida pero yo saqué a Nautilus, Ephy le había puesto el nombre por un libro que leyó pues mi espada no tenía un nombre fantástico, solo tenía que sacarla y el Leviatán en ella se dejaría venir.
- Es hora de pelear en serio Sid...
- No tenía ninguna otra intención.

Nada realmente importaba para mí en ese momento solo sacar tanta rabia acumulada dentro.

Nos elevamos más y los enemigos comenzaron a atacar pero ni Samael ni yo creímos, las espadas llevaban verdaderas intenciones, no era una pelea simulada, Samael tenía tanta rabia como yo así que nos dábamos con todo lo que teníamos, Elliot en cambio miraba fascinado aquello.

La pelea intensa duró alrededor de cuatro horas y tuvo que terminar cuando un enemigo casi da contra el ala derecha de Samael. Así que tuvimos que descender a ras de mar.
- Bien peleado Sid!!
- Igualmente- Dije yo.
- Agradezco que no te hayas reprimido.
- Yo también lo agradezco, con ese remesón que tienes bien pudiste hacerme daño.
- Lo intenté Sid pero tú passata no me dejó en absoluto.

Regresamos a la costa y nos quedamos un rato ahí, por alguna razón nadie sugirió volver de inmediato.
- Y como comenzaron a pelear?
- Sid vino un día y estaba hecho una bestia y me dijo- Elliot intento imitar mi timbre de voz- " Pelea conmigo" y yo acepté.
- Esa es una gran historia- Dijo Samael con auténtico sarcasmo- Por que peleas Sid?
- Ya lo sabes.
- Sí, bueno, pero nunca antes habías peleado por eso o sí?
- No, pero esta vez es peor que antes, estoy perdido en él. Steph es todo para mí, es mi existencia completa.
- Los humanos son volubles... Francamente tampoco los entiendo y no quiero entenderlos, son criaturas que pueden causar miedo incluso a un espectro del diablo.
- Y tú por qué peleas?
- Tengo los mismos problemas que tú... Un humano.
- Theobald?

Samael asintió.

- Cada día está peor, había decidido cuidarlo en casa, trasladé mi oficina ahí para estar con él después de que casi estrangula a una enfermera y golpeó a un guardia dejándolo muy grave, por suerte nosotros tenemos control sobre el estado y pude evitar que lo internaran, pero incluso aunque solo yo lo cuide ahora se hace daño a él mismo, Theobald no mejoro en absoluto, me metí a su mente, la arruine y no mejoro. La Santa sede está detrás de mí por ese asunto y quieren que lo entregue pero me niego; aunque las opciones se me estén acabando...
- Pero no se supone que si le borrabas todo aquel recuerdo de su mente y su odio hacia su propia especie esa maldad desaparecería?
- Si y no- Dijo Elliot.

Yo lo mire y el niño aventó una piedra al agua. Nefy seguro estaría molesta de que provocarán así su mar.
-Recuerda que por ser hijo de Belcebú, Samael tiene la capacidad de podrir cualquier cosa, incluso una buena alma, el alma mas pura y noble se verá rancia e infectada gracias a su poder, es por ello que el señor de Belcebú siempre tiene las almas más corrompidas, aún Samael siendo hijo de una semi humana tiene más poder de corromper a alguien que yo. Imagínate en el caso de un alma joven y tan podrida como la de Theobald?

Samael le lanzó una mirada de irá al niño y este tomó otra piedra y la arrojó con más fuerza, está se perdió en el horizonte negruzco.
- No está podrida su alma, solo... Ha enfermado un poco.

Elliot lo volteo a ver con incredulidad y tomo otra roca pero de inmediato lo detuve.
- Basta enano, acaso no sabes que no es bueno molestar al agua?
- Ese despistado de Nefy ni siquiera se enterará.
- Da igual, será mejor que regresemos.

Tomamos el coche y regresamos de inmediato. Para cuando arribamos a la casa Kanon ya estaba despierto y parecía que la fiesta ya había comenzado, estaban jugando con Roja a las cartas y al parecer el cumpleañero iba perdiendo.
- Eso no es justo ustedes tienen poderes especiales y yo no.
- Eso es infantil Steph ni yo ni Kanon tenemos poderes especiales- Espetó la Lilim.
- Yo tampoco, Stephy es mal perdedor.
- Roja!- Se quejó mi rubio muy ofendido.

Yo de inmediato me senté a su lado y le di un beso en la mejilla, este se me quedó mirando entre sorprendido y disgustado.
- Roja... Debes dejar ganar a Steph.
- Que?!- Se quejó el rubio.
- Pero papi...
-Es su cumpleaños.
- Está bien- Dijo la niña de manera complaciente.
- No!
- No! - Se quejó la Lilim
- Tú no cuentas- Le dije a la mujer pero el rubio intervino de inmediato.
- No te metas Sid; no es tu asunto.
- Si lo es, eres mío y te debo de proteger.
- No soy tuyo, deja de decir tonterías.
- Steph...

Pero él me calló de inmediato.
- Sid no voy a discutir hoy ni aquí contigo si me vas a estar molestando vete. Además me traes mala suerte. Vete allá al otro extremo.

De nuevo ese reflejo de Glenn en él, sonreí y me paré de inmediato a cumplir sus órdenes. Elliot se sentó a jugar y Samael me siguió.
- No te voy a preguntar por qué lo soportas, por qué yo sé bien ahora la razón, pero si puedo preguntar cómo...
- Lo veo y pienso cuanto lo amo, pienso en sus besos y en sus caricias y en como estaría sin él, perdido en una existencia vacía y entonces no me parece que sea algo tan malo.
-A Ephy no le hubiera gustado verte de nuevo así.
- No estoy de nuevo así... Ahora es peor.
- Ah!

Samael y yo nos quedamos en silencio hasta que ellos terminaron y luego yo volví a su lado.
- Sid, no tienes que estar aquí todo el tiempo-Dijo el rubio mientras platicaba con Elliot y Layla.
- Está bien, me gusta estar a tu lado.

Steph se movió un poco de lugar y yo lo seguí. Este volvió a recorrerse y yo lo seguí y le pase el brazo por los hombros pero él de inmediato se lo quitó y se recorrió más, yo lo seguí creyendo que era muy lindo su juego de huir pero no duró mucho pues el rubio se recorrió tanto que se le acabó el sillón y se cayó al suelo.
- Steph estás bien?- Pregunté preocupado.
- Sid idiota! Por tu culpa me caí! Deja de perseguirme!

Este se paró furioso y se fue del lugar pero yo lo seguí.
- Sid déjame en paz!
- Pero Steph yo solo quiero estar contigo.
- Pero yo no!
- Bueno, pero entiendo que puedo estar junto a ti, no es así?
- No Sid, tu vete al otro extremo de la habitación!

Gritó molesto y llamando la atención de todos. Tuve que obedecer algo enojado por la sonrisa tonta que había pintado la Lilim. Roja fue a hacerme compañía.
- Estás bien Papi?
- Si amor, te estás divirtiendo?
- Más o menos... No me gusta que Stephy se enoje con nosotros.
- Roja Steph solo se enoja conmigo, yo soy el que me porto mal no tú.
- Aún así no me gusta... Yo quiero ver a Stephy sonreír como antes.
- Yo también pero que podemos hacer?
- No se papi pero algo se nos tiene que ocurrir.

Yo mire a Roja y luego al rubio que bromeaba con Layla y con Kanon y repetí.
- Algo se nos tiene que ocurrir...

Luego de eso Kanon fue a la cocina por un pastel que había mandado a hacer y Kuri al fin salió de su encierro para cantarle feliz cumpleaños al rubio que cargo a Roja y apagó junto a ella las velas mientras en su mente pedía un deseo, yo en mi afán de idiota de complacerlo en todo hurgue en su mente para saber que era lo que deseaba pero me encontré con algo que no deseaba ver, yo ya sabía, el que busca siempre encuentra.
La escena era de él y el perro policía! Cuando? Como? No quise ver más en su mente pero me fui al jardín opuesto a intentar calmar los celos y la rabia que sentía, de nuevo ese infierno que se quemaba en mí...

Al cabo de un rato llego Kuri y me habló.
- Tan mal está la situación como para que estés tan separado de Steph?

Yo escondí la mirada pues no estaba buscando razones sino culpables.
- Vete Kuri, déjame solo.
- Estás bien?
- No, ahora vete.

Kuri se quedó unos momentos más ahí en silencio pero terminó por irse, en tanto yo me debatía entre volver a meterme a la cabeza del rubio o simplemente dejar pasar lo que había visto, pero ninguna de las dos opciones me agradaban en absoluto. Eso hasta que Samael vino a verme a media noche.
- Te vas a quedar aquí toda la noche?
- No.
- Algo pasó no es así?
- Vete Samael.
- Mmmhhh en eso estoy, tengo que regresar con Theobald pero sé que algo pasó por qué tú estás aquí y la verdad no quiero saber qué es... Solo te diré una cosa Sid, déjalo irse.

De inmediato voltee a ver al espectro de Belcebú enojado y buscando una respuesta a su comentario horrible.
- Puedes enojarte todo lo que quieras y si quieres pelearemos de nuevo pero sabes que es lo que tienes que hacer y eso es dejarlo irse, debes liberar a Stephan, aunque nos duela hay un precio que pagar cuando se ama a un humano, tú vas a perder ese corazón y eso ya lo sabías desde Allen, eso te va a hundir en el infierno... Y yo... Yo perderé otras cosas pero tú y yo debemos renunciar a nuestro corazón por ellos...
- Samael.
- Puede que te tardes dos años o diez pero lo harás, comprenderás y lo harás... Nos vemos Sid, si necesitas pelear llámame.
- Lo haré...
- Ah y por cierto Steph ya está borracho y a una de comenzar a cantar canciones de musicales, llévalo a su cama antes que sea tarde y terminé en calzones cantando, con lo que le gusta ser exhibicionista a ese mocoso.

Samael se retiró en menos de un segundo y yo me arme de valor para regresar al lado del rubio que ya tenía la camisa desabrochada y estaba cantando Annie, maldición! - Steph hay que irnos a dormir ya!

- Nop! Déjame Sid tu no me mandash!
- Steph ya bebiste mucho, anda vamos a dormir.
- Nop!
- Anda- Dije tomándolo de la mano.
- No! Suéltame!
- Steph anda, será mejor que nos vayamos ya!
- Sid déjame! Mejor ve a traerme otra bebida.... Mañana, mañana....

Yo voltee a ver a los demás espectros que me evitaron la mirada, abrí un canal de comunicación y les dije" Por que demonios dejaron que se pusiera así?"

Elliot respondió primero " Yo no fui, el estaba hablando solo"; Bueno igual es su cumpleaños, déjalo Sid" siguió la lilim. " Idiota Steph se pone muy mal, no sabe beber" le argumente. "Aquí está Kuri y Samael para cuidarlo por si pasa algo" me respondió ella. " Me importa un cuerno si está el mismo arcángel Miguel no quiero que Steph se ponga mal, idiota!"
- Anda Steph vamos a la cama.
- No!

Lo tome de la mano una vez más y este se hecho a correr.
- A que no me atrapas Sid!
- Steph con cuidado, te puedes caer.

Me moví a la velocidad de la luz y me topé de frente con él pero este siguió jugando a correr hasta que tropezó con una tarima donde estaba el comedor del jardín y al suelo fue a dar de cara.
- Steph!
- Steph!- Corearon los demás espectros y yo de inmediato fui a levantarlo.
- Carajo! Duele! Mi cara!

Lo revise por completo y vi que solo tenia un raspón en la nariz y en la frente.
- Vamos a dormir Steph anda.
- Sid... Me duele!- Dijo mirándome a los ojos.
- Vamos te llevo a la cama.

Pero Steph negó y dijo:
- Sid... No puedo... Yo... Te amo pero no puedo...

Luego de eso Steph intentó levantarse sin ayuda pero de inmediato al apoyar el pie derecho se fue al suelo, aun pude alcanzar a sostenerlo en mis brazos.
- Steph! Tranquilo te tengo!

Este me miró ya con los ojos desorbitados por tanto alcohol.
- Mi pie... Bajame!
- Steph vamos a la cama.
- Steph hazle caso a Sid- Le dijo la Lilim que se había acercado a nosotros.
- Layla no puedo... Yo... Quiero una copa más si?
- No amor será mejor que no.

Dijo ella acomodando los cabellos del rubio en su lugar y yo le gruñí.
- No lo toques!
- Sid! Ya! Bajame!
- Steph vamos a la cama.
- No! Bajame yo puedo.
- Bajame! Bajame!

Peleó Steph dando de patadas y en una de ellas se zafo de mi agarre y al suelo fue a dar de nuevo.
- Waaaa dueleee!

Se quejó al aterrizar de nalgas en la tarima.
- Steph!

Yo de inmediato me agache a ver qué estuviera bien y este escondió la mirada.
- Steph que pasa?

Ahí me di cuenta de que sucedía, Steph estaba llorando.
- Steph? Que pasa?
- Nada...

Dijo intentando disimular y yo rápidamente intercepte una lágrima que rodaba cuesta abajo de su mejilla derecha.
- Esto no es nada... Dímelo Steph.
- Es que... Es que... Yo... Yo... Yo te voy a extrañar mucho Sid pero no puedo volver a estar contigo, no quiero dejarte ir pero tengo que... Yo soy un idiota que no te merece... Yo lo prometo, yo lo prometí....

El rubio se cubrió con las manos los ojos y se puso a llorar; yo me arrodille frente a él y le pregunte de frente.
- Lo viste no es así?

Steph asintió aún con los ojos cubiertos.
- Steph yo te amo, siempre te voy a amar sin importar que...
- Ya no digas eso, no lo merezco, no lo quiero eso, solo lo hace peor Sid, yo soy una basura miserable. Ya no me ames!
- Steph....
- Ya! Ya no quiero oír, ya no necesito esto después de todo tú y yo... Ya terminamos, ya!

Steph estaba mareado, lo noté en su mirada, en definitiva se había propasado de nuevo con la bebida, yo puse mi mano sobre su hombro pero él de inmediato la quito y se volvió a cubrir los ojos.
- Ya déjenme! Por favor!

Elliot se acercó a mí y dijo a mi mente. " Es cierto eso? Steph y tú terminaron?"," No ahora" Respondí a todos lo que estaban ahí mirando al rubio llorar en el piso. La tensión era palpable entre nosotros, yo sabía que no era bueno que ellos se hubiesen enterado de que Steph me había dado un tiempo fuera pero ahorita lo que más me importaba era llevar al rubio a su cama, acostarlo y revisar su pie. De golpe salí de mis pensamientos cuando escuché al rubio vomitar.
- Steph- Se acercó la Lilim pero mi mirada le puso un alto inmediato.

Yo me acerque más y este que tenía los ojos cerrados de lo mareado que estaba casi se va de frente pero alcancé a sujetarlo por los hombros y comencé a reconfortarlo frotando su espalda.
- Tranquilo Steph, sácalo todo y te llevo a la cama a dormir, tranquilo.

Le costo alrededor de 20 minutos vaciar el estómago y luego se quedó ahí quieto y desorientado.
- Shid, llévame a la cama, quieres?

Lo subí a mis brazos con cuidado de no lastimar mas su pie y este de inmediato buscó su refugio en la cuenca de mi cuello, así que sin decir más me retiré con el rubio en brazos.
De inmediato al llegar lo deposite con cuidado en la cama y lo desvestí para mudarlo a una pijama limpia. Este ni se despertó cuando revise su pie y descubrí que se había torcido el tobillo ,nada de gravedad pero era un buen pretexto para llevarlo y traerlo en mis brazos a cualquier parte, besé su pie y luego con un pedazo de mi camisa lo vende para que sanará más pronto, le puse unas calcetas y lo arrope.
- Steph te amo- Le susurre al oído mientras me recostaba a su lado.

Steph estaba ya muy dormido, besé su frente y lo acune en mi pecho, de inmediato sentí como un rayo eléctrico recorría mi cuerpo, pero no era electricidad lo que llevaba sino una especie de nostalgia, algo parecía morir pronto pero no sabía que, ni donde. La luz de la luna mostraba el bello rostro de aquel que yo más amaba y que al parecer sería el causante de aquel sentimiento que me había invadido hacia unos instantes.

Me quedé toda la noche y gran parte de la madrugada cuidando su respiración, cada latido de su corazón, cuidando lo que era mío, mi mas amado bien y al que por tendría que decir adiós a todo. Antes del alba Elliot subió a verme.
- Tenemos que hablar.

Di un beso más a mí rubio y lo acomodé en el lecho de nuevo para salir con el enano albino.
- Que?

Dije permaneciendo con los brazos cruzados en la puerta de la entrada del despacho de Elliot.
- Sid... Por qué no me dijiste que ya no estabas con Steph.
- Por que aún estoy con él.
- Aún estás con él? Pero si él dijo...
- Ya sé que dijo! Pero él y yo aún estamos juntos!- Interrumpí al albino.
- Ufff qué alivio! Yo creí que...
- Estamos juntos solo que Steph no lo sabe aún...
- Que? Sid!
- Que? Acaso no podemos pelear un rato? Acaso no tú y Kanon pelean y luego se reconcilian con sexo delicioso?

- Ahhhh sexo!- Dijo el albino mientras los ojos le brillaban- Eso me recuerda que tengo que pelearme con Kanon para tener sexo de reconciliación!- El niño hizo una pausa y luego se enfureció- Pero esa no es la cosa Sid! Sabes bien que soy el maldito líder gracias a ti y a Steph! Y tengo que saber aquí y ahora que no va a volver a pasar lo de Glenn Allen y menos que le va a pasar a Stephan!
- No va a pasar! Relájate Elliot no es importante.
- Ya sé que no para ti pero créeme que no quiero a la sede atrás de esta maldita asamblea! Lo que menos quiero es al maestro K. Con su cara de demonio aquí!
- K. No sale mucho... Descuida.
- Bien, por qué entonces te diré dos cosas, la primera es de la manera más sería posible... No quiero que le hagas daño al policía! No le puedes tocar ni un solo cabello! No lo puedes ver ni le puedes hablar! Es más, ni siquiera puedes míralo o estar a menos de medio kilómetro de él. Ese policía está vedado para ti! Entendiste?
- Ya sé enanito, relájate!
- No soy un enano Sid!
- Eso no es importante...
- Bien, la segunda es que te juro Sid que si tengo que ver de nuevo la cara de K. te voy a desaparecer así me vaya yo contigo. No quiero volver a vivir lo de Allen, esto es en serio, tú puedes ser un Leviatán muy poderoso pero bien sabes que no debes subestimar mis poderes.

La manera en que Elliot dijo aquello me dió a entender que iba muy en serio con eso de retarme si le desobedecía.
- Te juro que si recibo un citatorio de la sede tú y yo nos enfrentamos y legal!
- Serías capaz de dejar a Kanon solo.
- No sería algo placentero pero seguro sería bueno para él.... Escúchame bien Sid, si tú y Steph terminaron déjalo libre, es una buena oportunidad... De antemano sabes que hacer, sabes a dónde ir y con quién para recuperar lo que perdió y decir adiós... Incluso es una manera de salvarte a ti mismo y a él...
- Tiene mi corazón.
- Piérdelo! Sabes que alguna vez tuviste uno y ya!
- Elliot... No puedo haces eso, lo amo demasiado,Steph es mi existencia completa y sin él no puedo seguir- Dije cerrando con gruesos candados mi mente, pues nadie debía enterarse de que mi corazón estaba quebrado dentro del rubio y que este ya no era mío, quizás pronto se dieran cuenta pero debía guardar esto todo el tiempo posible- Descuida, estaremos bien.

Yo le di la espalda y Elliot a mi, pero hablo en voz baja.
- Sid se que crees que Stephan es la paz que tanto buscas, el amor y el refugio que necesitas y bien sabes que yo lo quiero mucho, pero él es un humano y además de eso es bisnieto de Allen quien no solo te combatió violentamente sino que casi te destruye. Si te empeñas en combatir vas a perder... Todos! K. no va a perdonar a nadie que te dañe, incluso si eres tú mismo...

Elliot se marchó rápidamente y yo regresé a la habitación donde estaba mi rubio dormido, me acosté junto a él y pegue mi frente helada a la suya tibia.
- Steph te amo, no puedes dejarme, no voy a existir, crees que podría? Sé que soy tonto y una molestia pero no puedo alejarme de ti, yo... Yo no comprendo como cambiar o crecer pero te juro que si me dejas intentaré hacerte más feliz...Sin ti no lo voy a lograr Steph...

Me quedé ahí hasta que el rubio despertó.
- Sid? Ay mi cabeza!

Yo besé sus labios pero de inmediato me paró en seco.
- Sid que haces?
- Te doy los buenos días! No debiste beber tanto anoche.
- Sid basta! Eso no es tu problema y deja de besarme, tu y yo... Ya no somos nada....
- Lo siento Steph... Entonces como te debo besar?
- No debes besarme! Owww como me duele!
- Iré a buscar tu desayuno.

Dije levantándome de su lado y caminado hacia la puerta de la habitación.
- No. Sid espera....

De inmediato regresé a su lado.
- Que necesitas Steph?
- Oye... Siéntate un momento bien?

Obedecí y me senté cerca de él, de sus labios rosas, tomé su mano y la besé.
- Sid basta, quieres?
- No.
- Sid!- Dijo él en un grito y luego se llevó las manos a la cabeza- Me duele! No vuelvo a beber así!
- Siempre dices eso.
-Cállate Sid no eres de ayuda!

Acaricié su cabeza y le di un beso.
- Steph?

Este alzó la mirada y yo le dije:
- Te amo, felices 31 años de vida!

Sus ojos negros me miraron fijamente, yo le sonreí, no importaba sí Steph había cometido errores mientras me amara yo estaría bien, yo simplemente tenía que estar en su interior, vivir ahí toda la eternidad ya que Steph hacía que todas las cosas se tornaran buenas cuando estábamos juntos, el rubio era tan tontito que desconocía ese poder que tenía de darle color a mi mundo, tenía ese poder de llenarme de vida y de sacar una cantidad impresionante de amor dentro de mí, así que mientras estuviéramos juntos trataría de soportar este infierno dentro de mí.
- Sid ve a casa.

Dijo él bajando la mirada.
- Ya quieres que nos vayamos? Elliot dijo que pasaríamos aquí el fin de semana pero si quieres...
- No!

Steph guardó silencio unos momentos y luego siguió.
- Vete a casa Sid, yo me quedaré aquí...
- Pero... Que voy a hacer yo en tú casa sin ti?
- No dije a mi casa, dije a la tuya!
- Ah?
- Vete a Mousetrapp o Norfolk... Yo que sé!
- Pero Steph...
- Sid ya te había dicho que se terminó, ya no somos nada, por favor déjame en paz un rato!
- Pero...
- Sid tienes que entender que necesito estar solo!
- Pero... Si quieres estar solo puedo estar solo contigo!
- Sid!
- Seré callado Steph!
- Sid no! Déjame solo! Entiende que no vamos a regresar por qué me fastidies! No va a suceder de nuevo! Terminamos y así es como debe ser, ve a casa y ya!
- Pero no quiero...
- Bien entonces me iré yo.
- Bueno yo te llevo.
- No!

Este metió la cabeza en las rodillas.
- Sid por favor! Entiende! Quiero que entiendas que es por tú bien, se que no lo ves así ahorita pero estamos creciendo ambos, por favor!

Su tono de súplica me dijo que debía ceder.
- Está bien Steph, por la tarde regreso a Londres.
- Bien ahora vete, quiero dormir un rato más.
- Bien- Dije y me acerque a él para darle un beso pero este dijo tajantemente.
- No me beses Sid.
- Por?
- Por que no. Ya no estamos juntos y no puedes volver a besarme.
- Por cuanto tiempo será esto?
- Hasta siempre Sid....

Este se acurrucó en las mantas y cerró los ojos, yo me quede ahí unos instantes más esperando el momento de que terminara su hasta siempre pero él dijo.
- Vete Sid déjame dormir!

Obedecí y por la tarde regrese a Londres, fui a su habitación y me quede ahí hasta que el regresó el domingo , pero su regreso fue una llama que quemó mi interior, pues me asome por la ventana y vi que mi rubio y mi Roja bajaban del coche del policía. De inmediato bajé hasta la entrada y salí furioso a reclamar mi propiedad.
- Que demonios hace este aquí Steph?

Steph me miró sorprendido y algo asustado.
- Mi amor que hace el perro gigantón en tu casa?
- No lo sé.
- Papi! Papi!
- Te estaba esperando!- Le contesté al rubio y de inmediato lo tomé de la mano y le ordené a Roja- Entra ya a la casa Roja!
La niña obedeció y el rubio me miró ofuscado.
- Sid que haces?
- Tú eres mío y no te voy a compartir con este perro policía.
- Amor que sucede? Dijiste que habías terminado con él....
- Y terminamos!
- Steph es mío! Mío!

Dije soltando su mano y sujetando al perro policía por las solapas de la chaqueta de cuero.
-Sid basta!- Dijo el rubio con la voz quebrada.
- Así que no puedes aceptar la verdad eh, Santinni?
-De que demonios hablas?
- De que dejes en paz a Steph, ya no está contigo, ya no quiere estarlo- Este se pegó a mi casi aliento con aliento y dijo- Ya no te ama...

Esas palabras y su sonrisa burlona al decirlas me pusieron furioso y lo aventé contra el coche de tal forma que el cuerpo del policía quebró un vidrio de este.
- Sid! Para!

Se oyó el grito del rubio y de inmediato se encendieron algunas luces de vecinos y Cathy salió a la entrada.
- Whip! Whip!

El rubio corrió a ayudar al policía y yo lo mire.
- Steph... Vamos adentro.
- Sid basta! Vete!
- Steph...

El policía abrió los ojos con dificultad y yo los observé unos momentos...
- Estás bien Whip? Vamos adentro... Te puedes levantar o quieres ir a un hospital?
- Estoy bien amor...
- Steph...

El rubio ayudó al policía a levantarse y estos pasaron de largo frente a mí.
- Steph!- Le dije con una voz más ronca.

- Sid espera aquí un momento- Dijo este pasando de largo y ayudando al policía a entrar a su casa, Cathy lo recibió y Steph lo dejó con su madre, estos se metieron de inmediato y Steph regreso al fin frente a mí, su gesto era muy parecido al de Glenn cuando yo había hecho algo malo y creo que por primera vez entendía eso, yo había hecho algo malo... Pero como saber que?
- Sid, te prohíbo volver a venir a mi casa, nunca más puedes venir, entendiste? Nunca!
- Steph no te enojes...Mejor vamos a cenar y lo hablamos quieres?
- No! Le hiciste daño a Whip! Como pudiste?!
- Él me provoco primero.
- Tu fuerza es muy superior!
- Y?
-Como que y?
- Él empezó, jamás debió tocar lo mío!- Dije cruzándome de brazos, pero esto solo hizo rabiar más a mí rubio.
- No va a funcionar verdad, Sid? No me la vas a poner fácil, verdad?
- No entiendo Steph.
- Bien, desde ahora no puedes besarme nunca más ni tocarme ni venir a mi casa, no puedes ni pisar la entrada me oíste? Te lo prohíbo! Si no obedeces te juro que no dudaré en tomar cartas en el asunto. Ah! Y no puedes volver a tocar a Whip! Si lo haces te juro que.... Te juro que.... Osh!

Steph dio media vuelta bufando.
-Steoh espera!
- Que?!
- Un beso de despedida?
- Waaaaaaa que no oíste?
- Sí, pero no me pareció importante....

Steph me mostro su dedo en señal de grosería y yo no comprendí como es que un humano tenía tanta imaginación de pensar que eso parecía un pene.... Era solo un dedo, este se metió de inmediato a la casa y a través de la venta se veía que estaban todos atendiendo al policía...Yo sentí aquel océano que me llamaba y me separaba de mi amado rubio, la lluvia comenzó a caer y Roja se asomó un poco a la ventana entonces un pensamiento de ella llegó hasta mi...
" También me duele Papi..."

Me quede ahí refugiado en la oscuridad de la noche de Londres, ellos no podían verme pero yo sí a ellos, yo sí a ellos...
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