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ESPECTRO... DE DOLOR L2 por Lory Backon

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Notas del capitulo:

Gracias por leer!:)



Breves notas de Benedetto.
Historia.

Llegue justo a tiempo, tal cual él, yo sabía que el señor Sid no era italiano de nacimiento, pero tenía muchos modos de mis compatriotas, esa elegancia natural, el porte, y sobre todo era que parecía sacado de una pintura de Michelangelo.
Al verme él tomó asiento y yo lo imite mientras un mesero amable se nos acercaba a tomar la orden.
- Pide lo que quieras.
- Una soda italiana por favor.
- Para el señor?- Dijo refiriéndose a mi interlocutor.
- Un vaso con agua por favor.
- Con gusto.
El mesero se retiró y este cruzo la pierna y dijo.
- Estoy listo para escuchar.
Yo suspiré y justo cuando iba a comenzar el mesero trajo nuestro servicio, una refrescante soda italiana para mí y un vaso de agua para él. Apuesto que no pensaba beber ni una gota de eso, que desperdicio pensé.
- Quizás, pero estoy muy acostumbrado a aparentar, como tú.
Su comentario no me hizo gracia alguna y di un gran trago a mi soda, esta al pasar por mi garganta me refrescó bastante, tanto así que tuve que tomarme unos momentos para disfrutarlo en serio ya que lo que contaría sería algo que había dejado enterrado en un seco olvido. Pero el señor Sid era paciente, al fin y al cabo el tiempo era tan irrelevante para él.
- Lo que le voy a contar es la verdad absoluta pero quiero decir antes que yo no me robé a Aramis, no fue así! No le causaría ningún daño a nadie, no está en mi sangre y también quiero que me prometa que Aramis nunca va a saber de esto! No tengo por qué dar explicaciones a nadie de como actué, ni aceptare juicios a mi persona.
- Te dije que podía ayudarte no es así?
Yo asentí ante esa mirada violeta.
- Te dije que si me contabas toda la verdad, no permitiría que te llevarán preso ni aquí ni en Italia, ni que deportaran Roja pero será tarea mía juzgar tu forma de actuar. Es normal en cualquier caso tener una opinión sobre algún acto, pero descuida, seré lo más correcto e imparcial posible.
Su respuesta no me satisfizo pero aún así carraspee mi garganta un par de veces, me acomode en mi lugar y comencé a relatar lo sucedido.
- Mi mamá había muerto de la enfermedad de Huntington cuando yo tenía 19 años yo cuidé de ella hasta su último día así como ella de mi desde el primero, mi mamá tenía sus defectos como todos pero ella me mostró que la bondad es un deber no una virtud. Cuando ella murió no hubo tumba donde llorar pues no tenía dinero suficiente así que su cuerpo se fue a la fosa comunitaria y su memoria al mar, puede que suene tonto pero me gustaba pensar que ahora ella había partido con el mar de Italia.
- No suena tonto, el mar es el mejor lugar para los muertos, si hubiera una escalera al cielo créeme que estaría situada en el mar- Dijo él con un tono serio.
- Como dije, yo quedé solo en el mundo, no era tan malo pues ahora estaba por mi cuenta, no tenía hijos ni hermanos que mantener, podía hacer lo que quisiera y así lo hice hasta que cumplí 24, pues aún a pesar de solo ser yo, aún tenía la responsabilidad de mantenerme a mi mismo y vivir de manera decente, entonces apenas para ese tiempo al fin pude tomarme unos días libres, como era guía de turistas y trataba de acreditar la educación mínima no quedaba tiempo y ese 26 de octubre al fin pude. Decidí ir a la costa de Campania, quería ahora ser yo el turista, aunque solo me alcanzaría el dinero para ser un italiano más en aquel sitio tan hermoso. Los dos primeros días fueron tranquilos, di la vuelta por el lugar, yo había vivido ahí en mi infancia así que más o menos recordaba lugares donde poder pasar la tarde sin gastar un solo centavo. El tercer día fui a Oasi Dunale di Legambiente, ahí fue donde los vi por primera vez, la madre de Aramis era una señora muy guapa pero a leguas se veía destruida por todos los vicios posibles, en los brazos tenía marcas de jeringas que ni siquiera se molestaba en disimular y el hombre con el que iba, estaba bebiendo de una botella que escondía en una bolsa de papel, miraba a las chicas con lujuria y mascaba chicle de manera grotesca. Estaban en la platica como si nada y a su lado tenían una cajita de cartón, yo me senté a su lado sin ningún tipo de preocupación, ya que yo sabía defenderme bien de mis compatriotas carteristas y ladrones; entonces la mamá de Aramis se levantó y se quitó el pareo que llevaba, corrió al mar dando unos cuantos tropezones pues seguro estaba bebida y se metió, el hombre que la acompañaba me vio y alzó la botella en señales de brindis, yo no le vi nada de malo y le hice segunda con mi botella de vino.
Estuvimos callados un buen rato hasta que se escucharon ruidos de la caja, era un balbuceo, yo sentía curiosidad pues siempre me gustaron los animales y creo que lo que traían ahí era un cachorro o un gatito. El hombre seguramente notó mi curiosidad y dijo.
- Eres tu de nuevo, cállate! La mamá está ocupada!
De nuevo se escuchó aquel balbuceo y yo miré hacia la caja con curiosidad pero aun no distinguía nada.
- Que molesto!
Se quejó aquel hombre mientras abría la caja y sacaba a la bebé más hermosa que yo había visto, su cabello rojo, sus ojos! Dos colores en un mismo par de ojos y esos labios! Me pareció la criatura más hermosa y sublime del mundo. Pero ese hombre inconsciente me saco de mi letargo por Aramis y la puso en la arena así nada más, la pobre solo traía un pañalero viejo, no traía nada más.
- Que lata! Nunca tengas hijos muchacho.
Me dijo el viejo y luego le dio otro trago a su botella, yo solo respondí.
- Es suya?
- Que demonios! No! La mocosa está embrujada!
- Ah?- Miré a Aramis y me pareció que si era una broma no había comprendido- Puedo?
- Por mi te la daba! Pero adelante, no es mía!
Tome a la bebé entre mis brazos, pobrecita estaba muy delgada, apenas si pesaba y de cerca se podía notar que tenía un frío terrible, sus pequeños pies estaban helados, que crueles! La verdad no negaré que Aramis me dio mucha pena, no tenía mucha esperanza de sobrevivir si no hubiera tomado esa decisión quizás. En fin, algo tenía Aramis, no era solo su belleza en si, era algo más allá, era como si una calma soberbia me tomara por sorpresa, recuerdo que vi sus ojos y luego el mar y una inmensidad me tomo preso, era tan profundo, tan intenso y tan adentro de mi aquel sentimiento, en serio señor Sid, no puedo olvidar aquella impresión, no podría aunque quisiera, era como si el mismo Dios me hubiera confiado su vida sabe? No sé, en ese momento solo lo pensé aunque ahora suena idiota, por que si así hubiese sido, terminé siendo un fraude.
Entonces el hombre que la había estado custodiando dijo.
- Eres estudiante?
- Ah?!
- Estudias? Trabajas? A qué te dedicas mi amigo?
Yo no quería revelar mi identidad y dije la primera mentira que se me vino a la mente.
- Soy... Empresario.
- Un joven empresario eh?
- Si.
- De?
Tampoco sabía mucho de empresas así que me inventé cualquier cosa.
- De losas para construcción. Mi padre me heredó el negocio.
- Losas para construcción...
- Aquí?
- No, mi empresa cotiza en Alemania y Londres.
- Tu vives aquí?
- No! Una tía abuela lejana vivía aquí, por eso conozco pero yo vivo en Roma de vez en cuando o en Alemania.
- Por tu empresa?
Asentí.
- Herencia de mi padre- Sonreí con astucia para tapar mi juventud.
Este comenzó a hablar sobre que él sabía algo de eso pues había trabajado en una construcción, yo no sabía de hacer o decir, jamás se me hubiera ocurrido que él pudiera tener algún conocimiento en ello, yo no tenía ninguno, desde siempre había sido bueno en los idiomas y por eso tome lo más conveniente que era ser guía de turistas, pero entonces un fenómeno producto de mi desesperación ante la situación de querer ayudar a Aramis o quizás de ser descubierto en mi pésima mentira me hizo volverme loco y por unos momentos todo se hizo silencio y escuche como si alguien me susurrara al oído "Róbatela". Yo voltee a ver al hombre pero este seguía hablando de que las empresas siempre querían más y blah, blah, de nuevo aquel silencio y escuche "Es tuya, llévatela!" Voltee asustado a ver a ambos lados y nada! Una vez más aquel silencio y esa voz que no era nada agradable " Es tuya, te la confío, su vida es solo otra ilusión". La voz me dejó perturbado y de inmediato deje a la bebé en su cajita.
- También te ha espantado la mocosa?
- Que?!- Dije haciéndome el tonto.
- La mocosa está embrujada.
- Es una broma?
- No! Tú lo escuchaste no? A mí las primeras veces me parecía incierto, pero luego lo supe, era la voz del diablo. Esa mocosa es hija del diablo!
- Ah?
Me asomé a ver a la pequeña que había dejado de su caja, está se miraba muy normal así que me mordí el labio inferior y le confesé.
- Yo la veo hermosa. Es simplemente exquisita.
El hombre que miraba a su mujer mientras se mojaba en el mar volteo lentamente su cabeza hacia donde yo estaba y dijo.
- Dame mil euros y es tuya.
- Que?
- Mil euros y la pequeña es tuya. Se ve que la deseas y aunque mi Galatta y yo la amamos mucho, no la podemos mantener, mil euros nos ayudarían mucho a nosotros y a ella el vivir con un empresario joven y rico también.
- Mil euros?
- Entonces?- Dijo el hombre sonriendo y con la mirada llena de avaricia- Si aceptas el trato muchacho, te veré hoy a las nueve frente a la galería Humberto.
Este se levantó, tomo el último trago de la bebida esa, escupió en la arena y se agachó para tomar la caja donde estaba Aramis.
- Mil euros muchacho y tienes una pequeña virgen. Ven solo! Si no estas solo no estaré ahí eh?
El comentario me dio asco pero no lo demostré en absoluto, entonces él dio media vuelta y se marchó.
La verdad no sabía ni que pensar o decir. La cosa estaba en que yo quería ayudar a Aramis, sabía bien que era un delito la compra de una bebé pero... Yo la había tenido entre mis brazos y había caído prendado de su paz, me entró ese sentido narcisista de pensar que necesitaba de mi ayuda o no sobreviviría, no lo sé. Regrese a mi hotel y lo pensé mucho! Yo tenía apenas quinientos euros, pero eso era mi reserva por si ocurría algo, una emergencia o algo parecido pero no podía dejar de pensar que si no hacía algo Aramis no sobreviviría. La cuestión es que acudir a la policía era imposible, ese hombre quien sabe que era capaz de hacer; así que se me ocurrió una idea que quizás podría funcionar. Mi papá tenía una cheque viejo de un banco de Alemania, estaba guardado en una mica de hoja y se conservaba en un buen estado debido a que mi papá le había prometido a mi madre cuando se casaron que ese sería el primer cheque que ella usaría cuando tuvieran mucho dinero, justo ese y justo en ese banco. El cheque tenía escrito a lápiz muy finamente con la letra de mi papá "Para que lo uses en lo que más quieras" Me lo pensé tan irónico y triste, yo siempre lo llevaba en la cartera desde que mi mamá me lo había dado por que ella me había dicho que cuando terminara mis estudios y tuviera dinero quizás ese podía ser mi primer cheque. Pero no lo fue, ni cerca estuvo. Planche bien el papel del cheque de manera que quedara impecable, llene el cheque con una cantidad mucho mayor a la acordada, pase a una tienda, compre un vino decente y acudí aún con temor a la cita. Llegue anticipadamente y le tuve que esperar un buen rato mientras pensaba que me había descubierto en mis mentiras pero unos veinticinco minutos después lo vi llegando con un pequeño bulto en brazos.
- Muy bien muchacho, has venido solo.
- Y que esperaba?
- No se, la verdad uno nunca puede saber con qué tipo de gente se topa. Así que tuve que asegurarme...
Me pareció que no le quedaba decir algo así pero me quedé callado.
- Los italianos debemos poder confiar en otros italiano mi amigo, si no, en quien podremos confiar?
- Si! Si! Ahora...El dinero? Donde esta mi dinero?
- Aquí, aquí- Dije y saque doscientos euros- Maldición!
- Que? Que sucede muchacho?
- Nada es solo que... Qué pena pero no podrá ser nuestro negocio.
- Por?- Dijo el tipo afianzando a la bebé con verdadera desconfianza y por el contrario mirándome con curiosidad.
- Por que compre mi vino Chardonnay favorito y me gasté parte del dinero. Pero que estaré pensado?!
- Que? Pues cuanto cuesta ese Chardonnay?
- 850 euros por supuesto, solo lo mejor!
- Vaya! Y por qué no sacas más dinero? Dime acaso no la quieres?
- Si la quiero señor, pero resulta que solo me manejo con cheques, ya sabe, por seguridad.
Este puso una cara de asombro y ahí me di cuenta de que había creído mis mentiras.
- Y entonces?
- Pues será en otra ocasión por que en mi bolsillo solo llevo el resto de mi cambio que son doscientos cincuenta euros.
- Doscientos cincuenta euros?! No señor no puedo darte a la pequeña por eso! Comprenderás que es muy poco!
- Lo sé y créame que lo siento, en realidad me gustaría poder cerrar el trato hoy mismo pero no hay forma. A menos que...
- Que? Que?
- No, no, no! Olvídelo.
- Dime muchacho!
- Bueno traigo un cheque pero no es un banco nacional.
- Ah! No, pues no!
- Si, además es por tres veces esa cifra y como comprenderá...
- Tres veces?!
- Si, es lamentable que el banco italiano cerrado este, si no con gusto le daba si dinero y me quedaba mi resto pero...
- Puedo verlo?- Dijo el hombre.
- Claro! Claro!
Le respondí con nervios y le mostré el cheque sosteniéndolo con la mano, este acomodo a la bebé en su brazos para poder sostener el cheque y revisar que estuviera bien, entonces la avaricia brillo en sus ojos.
- Tres mil libras! Vaya y es auténtico! Pero...
- Si lo sé, es un negocio que no nos conviene a ninguno de los dos, en fin una lástima, parto el lunes al mediodía y me hubiera gustado tanto...
- Y ese día no podríamos cerrar el negocio?- Se adelanto él a decir.
- Me temo que no mi estimado amigo, tengo una junta vía telered con mi comité, no puedo ir al banco y ningún empleado me acompaña por ser ese mi deseo de privacidad, usted sabe cómo es esto, pero bueno... Tomé, dese un gusto!- Dije regalándole mi botella.
- Ah? Es en serio?
- Si, yo iré a mi hotel a pedir Martinis y sodas italianas.
- Pero...
- Descuide entre Italianos tenemos que unirnos. Hasta luego! Adiós nena!- Dije despidiéndome de ambos y di media vuelta, quizás había regalado una botella de vino a ese hombre por nada o quizás...
- Espera muchacho! En que hotel estás?
Sonreí de lado y di media vuelta contestando.
- Grand Hotel Royal.
- En Sorrento?
- Si!
El hombre puso cara de que ya había creído mis mentiras por completo.
- Pero... Pero dices que tiene tres mil euros?
- Sí señor y como comprenderá no puedo dárselo pues el precio acordado es mil euros.
-Pues si, entiendo pero... Bueno creo un buen acuerdo es que me des esos 250 euros y el cheque, lo cambio el lunes y bueno yo te devolvería el dinero en cuanto lo cambie.
- Y los 250?
- Ah pues esos me los quedó, tú sabes, por gastos de representación por haber ido a cambiar el cheque. No creo que a un joven exitoso como tú le hagan falta.
Me quedé pensativo unos segundos, en mi actuación de crédulo y finalmente dije.
-Eso es cierto, nada son 250 euros pero... Vaya, en serio haría eso por mi?
- Claro! Claro! Entre Italianos tenemos que unirnos no?
- Si, si; eso es verdad!- Dije contento- le doy mis datos para que me busque en el hotel el Lunes, si estoy en una junta le pido me espere un poco, créame sabré recompensarlo, puede esperarme en el restaurante o el bar o del hotel, no se desayunar o tomarse una copa...
- Claro! Yo lo espero.
Yo saqué el cheque de nuevo y lo mire mientras pensaba en los deseos de mis padres.
- Démelo! Démelo! Descuide que tendrá su dinero de regreso, eso se lo garantizo!
La codicia estaba presente en su rostro y sus manos impacientes deseaban tener el cheque ya mismo!
- Tome- Dije al tiempo que le entregaba a este el cheque y recibía a la pequeña. El hombre miró el cheque bien, lo palpó y yo rogué a Dios que me ayudara a que no se diera cuenta de nada, al parecer me escuchó pues dijo.
- Muy bien muchacho ahora el dinero.
Yo le entregué la mitad de lo que tenía, literalmente era la mitad de mis posesiones económicas, y este lo contó, no supe cómo, pero por el cheque ni se había inmutado pero el dinero le género desconfianza y tuvo que contarlo. Una vez que se dio cuenta de que no había engaño, sonrió, tomo su botella y dio media vuelta.
- Nos vemos muchacho! Disfrútala!
- Nos veremos el lunes!- Dije yo y este ya no contestó.
Me asegure que no volviera el rostro mientras pedía al cielo que se fuera pronto, pronto! Cuando ya no estuvo al alcance de mi vista me fui corriendo con Aramis entre mis brazos, asegurándome siempre que nadie me siguiera, corrí al hotel, hice mis maletas, pague mi cuenta y compre el primer ticket de regreso a Roma.
Pasaron meses antes de que yo le presentará a Maninna a Aramis, deje por un tiempo de trabajar de guía de turistas y me dediqué a hacer trabajos pequeños como ayudante en una hortaliza o limpiar casas, lavar alfombras y coches. Cosas que no involucrasen mucho contacto con otras personas, pero el dinero no alcanzaba ahora y comenzaba a comprender a mi mamá, Aramis usaba pañales de tela o de la marca más barata más aún así eran mucho gasto y tuve que enseñarla lo más pronto posible a ir al baño, la formula para alimentarla quebró mis ahorros y ni decir de la consulta del pediatra que tuve que pagar al llegar a Roma, estaba sana dentro de todo pero mal nutrida, como comprenderá no pude llevarla a un hospital del gobierno pues no tenía sus papeles, no tenía nada más que su caja, un trapo que hacia la función de cobija y a la bebé así que para evitar preguntas fui a un particular donde se me fue todo el dinero que tenía en incluso me quedaron bastantes deudas que me tomo tiempo remendar. Al cabo de un año y con una situación más precaria sabía que si seguía trabajando en empleos de ese tipo no llegaría a más allá de un par de meses y como no había tenido ningún problema policiaco, lleve a Aramis con Maninna y volví a ser guía de turistas donde el sueldo más las propinas pagaban mejor.
Guarde silencio unos momentos y añadí.
- Mannina estaba alarmada pues no sabía de donde había salido Aramis, y yo le había contado mentiras sobre que la niña era mi prima lejana pero le costó mucho tiempo y trato con Aramis creerme- Me dolía recordar aquello pues había sido una época muy difícil, recordé ese sentimiento de desesperanza, las carencias económicas, el hambre y algunos días de soledad, incluso recordé lo último que me había confesado Aramis de sentir que no pertenecía y entonces finalicé con un simple- Y esa es toda la verdad.
El señor Sid que había permanecido quieto y atento a lo que yo decía asintió como si comprendiera y finalmente dijo.
- Cual es el verdadero nombre de la niña? Lo sabes?
Yo asentí y dije:
- El hombre me lo dijo antes de dármela y yo confirme lo que él al callar su balbuceo se refirió a ella a gritos un par de veces como...- Cerré los ojos pues hacia cuatro años no pronunciaba ese nombre- Nemhain. No tengo idea si sea hebreo o israelí pero...
- Es celta- Dijo él interrumpiendo tan de repente que tuve que abrir lo ojos y este fijó esos ojos extraordinarios que poseía en mi- Es celta, antiguo.
Asentí y el espectro siguió.
- Por que Aramis?
- Mi madre era fanática de Alejandro Dumas, ella me puso Benedetto por el personaje del conde de Montecristo, que era su libro favorito, me leía una y otra vez las aventuras de los tres mosqueteros y mi personaje favorito era Aramis, así que me pareció muy lindo usarlo en una criatura tan sublime como ella.
El silencio se hizo presente de nuevo y luego de unos momentos él dijo:
- Te dije que te ayudaría y eso haré.
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- Hola amor, como estas?
- Whip! Hola cómo estás?
- Bien amor.
- Ya te sientes mejor?
El oficial soltó una risa muy musical, me gustó mucho su risa.
- Primor, no soy tan débil. Claro que estoy bien!
- Que bueno!
- Y tu? Supongo viniste a buscar a tu perro guardián?
- Ah?! A Sid?
- Si mi amor, acaso tienes más perros guardianes gigantones?
- No! No vine a eso, él está en una junta en Moonlight.
El oficial alzó una ceja y dijo.
- Tu perro gigantón en una junta?
- Si, él ha estado muy ocupado.
- Mmmh, temo decepcionarte lindura pero no es así.
- Que?
- A menos que las nuevas oficinas de Moonlight estén en el café de enfrente y la sala de juntas sea esa.
Whip me señaló el lugar donde con la vista atenta pude encontrar a Sid que tenía su mano sobre la de Benny.
- Sid? Ben...
- Por que no...
Dijo el oficial pero de inmediato lo callé.
-Silencio!
Miré atento y estos hablaban muy cercanamente, Benny parecía que estaba hablando de algo muy duro con Sid pues su mirada estaba destrozada, en cambio Sid miraba atento al Italiano. Me quedé observando mucho tiempo y un cambio se dio de repente, Sid tomo las manos de Benedetto! Mi corazón! Me agarré el pecho pues algo estaba resquebrajándose adentro. Seguí atento a los dos que estaban frente a mí, pues quería ahogar todas mis dudas y mis prejuicios pero entonces su cercanía despertó algo en mi, Benedetto bajo la mirada y Sid tomo su barbilla y le susurró al oído algo. Yo palpe el anillo que colgaba de la cadena que me había dado mamá y el italiano asintió; casi aliento con aliento le susurro otra cosa.
-Primor a lo mejor no es nada, vámonos, después le preguntas a tu novio gigantón que hacía ahí!
- No!
Seguí atento y estos siguieron hablando así de cerca un buen rato, una ligera lluvia se soltó en Londres pero a mí no me enfriaba para nada los ánimos, de repente Sid pago la cuenta y salieron del lugar, Benedetto abordó el Porsche negro de Sid y ambos se fueron a toda velocidad del lugar.
Justo al verlos irse juntos la tensión de ver aquello me abandono y me senté en cuclillas.
- Por que?
- Amor, vámonos, te vas a resfriar.
- Por que? Sid tu eres mi todo, por que?
- Vamos lindura, te llevo a casa.
Estaba muy triste y el oficial June me ayudó a levantarme.
- No! No quiero ir a casa- Dije encendiéndome de repente- Llévame a otra parte!
Tenia que calmarme y le pedí que me llevará a un Pub que estaba cerca de ahí, este como oficial en turno no podía entrar así que cuando vio el lugar se negó.
- Pero Steph...
- Gracias por todo!
Dije bajándome de la patrulla de Whip furioso.
- Espera!- Se bajo el oficial detrás de mí- Vamos corazón, no sabes ni que sucede!
- Si lo sé! Que no los viste Whip?
- Pero mi amor!
No escuché más y lo deje ahí, me metí dispuesto a salir viendo doble, pues con menos consciencia seguro podría pensar mejor o al menos mas calmadamente. Tampoco puedo decir que era mi más brillante idea pues pedí dos yardas de principio y la seguí con coctelería, lo cual tampoco fue muy brillante y consecuentemente las ideas se hicieron menos brillantes pero la rabia no disminuía, parecía que no había trago que me bajara este coraje, que me dejara tan aturdido para poder olvidar a Sid con ese Benedetto! No había alcohol suficiente que me dejara olvidar su cercanía o como sus manos se entrelazaban! Esas manos eran mías! La mirada que emitían sus lilas eran mías! Al final, salí de ahí dando tumbos y apenas eran las cinco de la tarde.
- Malditosh Sid! Como pudo?!
Con un pie afuera del pub mal puesto estaba a punto de irme al suelo cuando él me sujeto.
- Mira nada más amor, como te has puesto?
Voltee a ver y no era Sid el que estaba ahí por mi, era Whip, detesté más a Sid por ello.
- Whip- Dije abrazándolo con todas mis fuerzas- Whip abrázame!
Este así lo hizo y yo me puse a llorar en su hombro.
- Ya bombón, quizás solo sea un mal entendido, por que no lo hablas con ellos y listo, vaya! De saber que te ibas a poner así no hubiera dicho nada.
Pero hablar que? Yo había visto todo! Sid lo miraba con amor, Sid tomaba sus manos con amor! Sid... Por qué me había hecho esto? Quizás estaba cansado de mi, quizás ya no me amaba y tenía muchas razones para hacerlo pues en primera yo ya no estaba completo, en segunda yo no era un humano extraordinario como Glenn o quizás como Benedetto, yo no era inteligente, ni sabía muchos idiomas, ni tenía un futuro brillante, era un simple mensajero. Whip me subió a su patrulla y pregunto si quería ir a mi casa o a donde, pensado que podría decirle que quería ir a buscar a Sid, pero en mi cabeza la rabia no me dejaba tranquila y no había lágrimas suficientes que apagaran ese sentimiento, así que decidí ir a buscar a Benedetto y le indique la dirección de la casa de Kuri. Seguro Sid ya había ido a dejar a ese traidor de Benedetto, así que lo enfrentaría! Me llenaba de rabia saber que Benedetto y Sid estaban juntos! Me había puesto furioso de saber que Benedetto me la había hecho, y se incrementó el sentimiento cuando recordé como Theobald fingiendo también ser mi amigo me la había hecho. Me sentí rabioso y más, así que llegue a casa de Kuri pateando la puerta, tropezando con todo y exigiendo a gritos ver a Benedetto, Whip iba atrás de mi preocupado, pero no me importo pues esta vez seria valiente.
- Vamos amor, alguien puede enojarse si sigues haciendo escándalo.
- Me importa un comino! Benedetto! Maldición sal! Sal!
Subí las escaleras a toda prisa y toque las puertas como desesperado, pero no había nadie, luego baje hasta la cocina y salí por la puerta que daba al jardín donde me tope a Kuri.
Lo vi ahí en el jardín, estaba en su silla de ruedas leyendo mientras la poca luz del sol de la tarde se extinguía, traía un traje color gris y una camisa blanca, Kuri jamás había perdido su porte, una manta cubría sus piernas y se miraba muy calmó. Como un relámpago regreso la irá a mí y pensé que no solo me engañaban a mi sino a Kuri también!
- Hola Steph! Hola...
Dijo el ruso saludándome y luego hecho un vistazo a Whip.
- Ay Kuri!- Dije yo tirándome en su regazo a llorar.
- Uy! Steph, no es muy temprano para que te pongas hasta atrás? Acaso planeas conservarte en alcohol? Por que si así es, yo te veo bien conservado...
Dijo este dándome unas palmadas en la espalda mientras yo lloraba.
- Kuri, son unos tontos! No saben lo que nos hacen!
- Que sucede Steph? Vamos calma!- Luego se dirigió a Whip- Que le hiciste oficial?
- Yo?! Yo nada!
Dijo Whip y este se acercó a nosotros pero Kuri lo miro de mal modo.
- No! No! Kuri Whip es bueno, él me ha cuidado! Yo me iba a caer y zaz! Y Whip, él me sostuvo y yo ...
- Steph no se de qué hablas, cálmate por favor.
- Esos miserables!
- Steph... Calma! Mira vamos a tomarnos un café y descansas y ya hablamos vale?
- No! No!- Dije aferrando la manta de las piernas de Kuri, este volteo a ver a Whip exigiendo una explicación.
- Tranquilo corazón- Dijo Whip que me miraba con preocupación- Yo no le hice nada!
- Y entonces se puso así por qué si, no?
- No! Es que ... Osh!- Se quejó el oficial.
- Tiene razón- Dije yo a Kuri- Whip no me ha hecho nada, fueron Sid y Benedetto! Ellos nos están viendo la cara de idiotas!
Le dije con ferocidad a Kuri que en un principio no comprendió y luego sonrió de lado.
- Jajaja bueno Steph tu eres rubio y yo... Momento yo no soy rubio!
- Kuri no seas imbécil! No es tiempo de bromas estúpidas! Es cierto lo que te estoy diciendo!
- Honestamente no te entiendo Steph, de que hablas?
- Te digo que Sid y Benedetto están saliendo! Ellos... Ellos nos están engañando!
- Que?!
- Yo los vi!
- Steph creo que te confundiste!
- No! Whip, dile que es verdad!- Dije apoyándome en el oficial- Whip dile!
- Pero bombón que tal que lo que vimos no era!
- Que vieron?- Dijo Kuri con curiosidad.
- Sid y Benedetto estaban en la mañana en una cafetería juntos, ellos se habían tomado de las manos, hablaban aliento con aliento, casi se besaban, lucían muy felices, la mirada de Sid era... Era...- Me dolía recordar la mirada de Sid hacia Benedetto- Era esa mirada.
- Cual mirada? De qué hablas Steph? Ben no pudo haber visto a Sid, fue a checar los papeles de la LSE!
- No te miento Kuri, lo juro!
- Y entonces quieres que te crea lo que me dices? Steph estás muy bebido, no creo sea prudente ...
- Whip! Dile que los vimos! Dile!- Grite desesperado.
Kuri volteo a ver a Whip y yo también, Whip sintió la presión de ambas miradas exigiendo la verdad.
- Es cierto, estaban ahí el perro gigantón de Santinni y el chico otro, pero quién sabe...
Kuri se quedó mudo y yo seguí.
- Nada de quién sabe! Ellos se tomaron de las manos, casi se besan!
Kuri no se movía, no decía nada, ni parpadeaba, parecía sumido en sus pensamientos.
- Kuri?
De improviso se escucharon pasos y sin tardanza entro Benedetto que venía cargando una bolsa de papel con lo que parecían ser víveres.
- No encontré de los dulces de naranja pero... Steph? Hola! Que sorpresa!
- Maldito!- Dije parándome de inmediato y yendo hacia donde estaba el italiano que de inmediato soltó la bolsa y paro mi ataque el cual por cierto solo consistió en pegarle con las manos.
- Por que ? Por qué me hiciste creer que eras mi amigo?
- Cálmate Steph! Acaso perdiste la razón?
Whip sin tardanza fue a contenerme pero yo peleaba aunque no con suficiente fuerza contra el policía.
- Suéltame Whip!
- Vamos amor! Hay que pensar bien las cosas! De manera fría!
- Que demonios te ocurre Steph?- Dijo Benedetto ya enojado, yo estaba a una de responder cuando Kuri habló.
- Ben, dónde fuiste en la mañana?
- Que? Ya sabes, a la LSE!
- Mentiroso!- Le grité.
- Vamos amor, guarda silencio- Dijo Whip.
- Ben, te lo voy a preguntar de nuevo.
- Ya te dije!- Respondió molesto Benedetto- Fui a la LSE, tú ya sabías que iría.
- Mentiroso! Tú y Sid son unos mentirosos! Chinches traicioneras!
- Que?!
Yo volvía una y otra vez a luchar contra las manos de Whip que me sujetaban pero no conseguía nada, entonces Kuri habló.
- Entonces júrame por la vida de Roja que no te viste con Sid hoy por la mañana en una cafetería.
El rostro de Benedetto cambio, se tornó tenso y luego este bajo la mirada, la ocultó.
-Ben? Júramelo.
Yo miré a Kuri que comenzaba a verse algo mal.
- Ben?
- Hoy fui a la LSE...- Dijo Benedetto con tono serio y antes de que yo comenzará a pelear de nuevo a completó- Pero antes me vi con el señor Sid por la mañana.
- Para?- Dijo Kuri que ya tenía la mirada muy desorientada.
- Yo... Yo no puedo decirlo, lo siento Kuri.
-Por?
- Por que no! Esto es algo personal.
- Y?
- Y que solo le atañe al señor Sid y a mi.
- Lo ves!- Proteste yo- Estos idiotas...
Pero Benedetto estaba ya muy enojado y este me soltó un puñetazo para callarme, que me mandó a los brazos de Whip.
- Oye que te ocurre!-Protestó el oficial.
- Estoy harto de tus tonterías Steph! Guarda silencio!
- Dueleeeee- Me queje y vi a Benedetto con ira.
- Kuri, no puedo explicarlo ahora pero yo...
Kuri respiro profundamente un par de veces y puso un pie seguido del otro abajo de la silla, con un trabajo enorme se puso en pie y camino hacia nosotros. Yo podía ver cómo este temblaba mientras caminaba y entonces quedo justo delante del italiano, pero Kuri no alzó la vista para verlo, no! Dio dos pasos para quedar de espaldas a este y cuando Ben giro un poco para seguirle la pista este solo dijo:
- Vete de mi casa.
- Que?
- Que te vayas tú y tu hermana de mi casa. Váyanse todos.
Kuri avanzó a paso lento pero firme y desapareció en la casa.
Benedetto se quedó unos segundos tratando de asimilar aquello que había dicho el Ruso y luego se giró a seguirlo.
- Kuri! Kuri maldición, escúchame! Como le haces caso a un imbécil rubio como Steph?!
Yo comenzaba a sentirme mareado en parte por la bebida y en parte por el golpe así que le rogué a Whip que me llevará a mi casa y este obedeció.
Nada más al llegar y que por suerte no estaba mi mamá, Whip me subió hasta mi habitación y me ayudó a acostarme, se quedó conmigo hasta que me quede bien dormido.
Para cuándo desperté todo me daba vueltas pero aún así me pude percatar de que era muy de noche, entonces note que unos focos lilas me observaban, eso me espanto y brinque en mi cama. Después del susto, recordé lo que Sid me había hecho y la ira me invadió.
- Yo no te hice nada Steph.
Dijo el espectro sin descruzar los brazos.
- Eres un maldito! Te odio! Te odio!
Dije saliendo de la cama a tropezones y lanzándome contra él. Pero Sid era un espectro y yo había olvidado eso en mi irá, así que cuando le impacte mi mano en su mejilla con toda mi fuerza solo escuche como el hueso de mi mano tronaba pero era tanta mi furia que no le di importancia, entonces comencé a soltarle a Sid golpes por donde quiera.
- Te odio! Te odio! No sabes cuánto te odio!
- Perdóname Steph- Dijo Sid y yo creí que se refería a lo que había visto pero este de repente y en un movimiento muy rápido se echó mi peso a sus hombros y se movió tan rápido que en menos de un segundo sentí el agua helada que me había mojado por completo.
Sid me había llevado a la bañera y me había sumergido en una tina con agua helada que de inmediato me hizo reaccionar e incluso vomitar.
- Tranquilo Steph- Dijo el espectro mientras yo sacaba todo lo que me había bebido- Mira nada más como te has puesto y como te ha dejado ese mocoso Italiano! Solo lo perdonaré por que es un mal entendido pero de otra forma.
Cuando termine de vomitar no podía ni pararme así que Sid me quito la ropa y me saco de la bañera, me seco con cuidado y me llevo a la cama para vestirme con mi pijama.
- Por que Sid? Dime por qué?
- Por que, que?
- Dime la razón del por qué? Como pudiste hacerme eso a mí? Me rompiste el corazón Sid, me lo has roto!
Le dije mientras este me ponía el pantalón de la pijama.
- Yo no te he engañado.
- Lo peor es que fue con ese Benedetto! Él era mi amigo!
Sid me ayudó a incorporarme y comenzó a secar mi cabello.
-Déjame Sid!
Dije yo intentando pelear con él inútilmente, entonces un dolor me vino a la mano.
- Ouch! Dueleeeee!
- Que te duele?
- La mano!
- Voy a revisarla.
Este tomo mi mano con una delicadeza extrema y movió mi muñeca, luego hizo un poco de presión en el dorso y la palma y ahí estalló mi dolor!
- Waaaa! Me duele! Suéltame, me duele mucho!
Sid medito unos segundos y dijo.
- Esto no está bien. Te voy a llevar al hospital.
- Contigo no voy a ningún lado!
- Steph puedes tener algo serio, vamos y ya hablaremos cuando estés mejor.
- No voy a hablar de nada!
- Steph, por favor. Tu mano puede estar fracturada.
- Es tu culpa!
- Lo sé, solo por favor.
- No!
Dije esto y me crucé de brazos, pero nada más con tocar mi mano el dolor fue muy intenso.
- Auuuu! Duele! Duele mucho!
- Vamos al hospital.
No tuve otro remedio más que aceptar, Sid me alzó en brazos.
- Puedo caminar.
- No vamos a ir caminado, toma una colcha y cierra los ojos.
Confirme el medio de llegar cuando este saco sus hermosas alas negras, este así que me cubrí con la colcha y cerré los ojos para meter la cara en su pecho. Sentí como la colcha se sacudió un par de veces y luego como este me dejó en la cama.
De golpe abrí los ojos y vi que ya estábamos ahí.
- Iré por Layla.
Layla se había quedado encargada de las empresas Whitemoon y otras tantas así que de inmediato llegó, me tomo radiografías y dictaminó que tenía una fractura en el quinto metacarpiano y terminé con un guante inmovilizador de dedos. Ella me dio un sermón sobre que no debía beber tanto frente a Sid, el cual solo guardo silencio, ellos intercambiaron un par de miradas como si se estuvieran reclamando algo y finalmente para la media noche estaba de regreso en casa, era el día del club de lectura de mi mamá y por suerte no había llegado así que Sid me metió a la cama muy en contra de mi voluntad y se sentó frente a mí.
- Vete! Ya te dije que no quiero hablar, estoy cansado.
- Lo siento Steph pero está vez tendrás que esperar, te voy a decir algo importante y quiero que escuches con atención, ya mañana si estás muy cansado puedes faltar al trabajo.
Lo mire con resentimiento, no quería escuchar! Que me iba a decir? Mentiras? Que no le había tomado las manos a Benedetto? Que no lo había casi besado? Que no me había mentido sobre donde estaba?
- Si le tome las manos, pero no nos besamos, tu cabeza ve cosas que no sucedieron Steph. Ahora necesito que calles a tu cabeza y me escuches atentamente puedes?
- Deja de leer mi mente!
- Lo gritas. Lo siento, pero no puedo hacer nada si tú vas gritando tus pensamientos.
- Lo gritas! Es todo lo que sabes decir Sid! Pues si lo grito es por que estoy enojado!
- Estás enojado por tonterías, escucha y entenderás.
Este se acercó a besarme pero yo me aparte.
- No me toques.
Este se apartó y obedeció. Entonces nos quedamos en silencio.
- Y bien? A ver? Cual es tu mentira que tienes que decirme para intentar hacerme ver cómo un idiota?
Este me miró con una paciencia superior y dijo.
- Te voy a contar el por qué Benedetto y yo nos reunimos está mañana. La semana pasada llegó a mi oficina esto- Él saco de la bolsa interior de su saco unos papeles bien doblados. Uno de ellos venía en otro idioma y yo reconocí uno por que venía de los juzgados británicos, era una orden de aprensión contra... Benedetto! Además venían algunas órdenes de deportación contra este y contra Aramis.
- Pero...
- Está otra es de la corte de Italia, dice prácticamente lo mismo, acusan al mocoso de robo de menor y trata, además el gobierno Italiano exige su extradición junto con la de Roja.
- No... No comprendo Sid ... Yo no entiendo.
- Roja no es hermana de Benedetto, te voy a contar toda la verdad sobre Roja.
_________________________________________________________________________________________________________
Del libro de Sid.
La verdad al aire.
El rubio no paro de interrumpir y preguntar una y otra vez lo que no entendía, que era bastante, pero eso era una cualidad de Steph que yo amaba, le conté todo lo que me había contado Benedetto y más.
- Oh por Dios!
Un ruido molesto en mis oídos se hizo presente, era una especie de onda que venía de aquellas palabras que Steph había pronunciado.
- Ay perdón Sid! Perdón, yo no quería decirlo!
- Descuida Steph.
Dije recomponiendo el gesto pues no me gustaba ver su carita de angustia.
- Pero y entonces lo que vi?
- Te contaré que sucedió después.... Yo le dije a Benedetto que lo ayudaría si me contaba la verdad y no vi rastros de mentira en él. Así que cuando este terminó de hablar yo sabía que era lo que tenía que hacer....
A mi mente vino la imagen tan clara y nítida como si estuviera pasando en ese mismo momento.
-Te dije que te ayudaría y eso haré.
- Muchas gracias Señor Sid, no sabe cuánto se lo agradezco, yo sín Aramis me muero, la quiero demasiado.
- Cuidado niño, no dije que la ayuda seria de tu agrado.
- Que quiere decir?
- Que yo...- El humano comenzaba a pensar cosas graves al ver mi gesto así que solté aquello sin mas- Yo voy a adoptar a Aramis, más que eso, seré su padre legal.
- Que?!
- Como escuchaste, voy a hacer a la niña mi hija.
- No!
- Por que no? No querías ayuda?
- Si pero lo que usted pretende es quitármela.
- No es tuya de cualquier manera.
- No! Olvídelo!
- Entonces?
- Ya pensaré en algo. Gracias de cualquier manera y con su permiso- Dijo este levantándose muy enojado.
- Respira muchacho, si te vas pierdes la oportunidad de recibir mi ayuda por nada.
- Lo que usted pretende es quitármela, no ayudarme.
- Si tú lo dices- Yo leí su mente con claridad, este había pensado en huir por un tiempo- Supongamos que no te importa en nada lo que le pase a Kuri, pero en menos la de tres meses estarás en la cárcel y Roja de regreso a su podrido hogar. Eso es lo que quieres?
Este dio media vuelta furioso y dijo:
- Claro que me importa Kuri, pero Aramis es como mi hija! Yo la salve y yo me he partido el alma por ella, como comprenderá no pienso rendirme.
- No es cuestión de rendirse o no humano necio, es sobre jugar bien tus cartas y tu única carta efectiva soy yo!
- Como está tan seguro señor?
Yo le hice el ademán de que se sentase y este dudo unos momentos pero al final volvió a su sitio.
- Por que yo tengo muchos contactos en Roma, si Roja se convierte en mi hija legítima ella nunca volverá al lado de esas personas, así sean sus familiares jamás podrán tener la custodia de Roja y eso es un hecho.
El humano me miró con una especie de curiosidad sobre si yo tenía contratos con jueces o autoridades.
- Va más allá de eso, no niego que muchos poderosos tiene contratos conmigo pero te diré una cosa niño, en Roma habita nuestra máxima autoridad y si yo le pido que me dé a Roja, en menos de un minuto la niña será mía. Roja es objeto del aprecio de lo que yo más amo, que es Steph y también de Kuri al cual le debo mucho e incluso a ti por cuidar de Steph cuando yo estuve en la Antártida, así que esta es la única solución.
- Pero...- Este agachó la cabeza y dijo- No quiero que la aparten de mi.
- Si no aceptas ella te será quitada, por desgracia Roja es menor de edad y no puede tener un contrato conmigo, solo puedo pedirla como mía bajo esa condición, de otra manera no. Tú tienes un contrato con Kuri así que no puedo pedirte a ti, ni darte un contrato; pero mi oferta es esta.
El muchacho comenzó a llorar y sus manos temblaban, yo puse mi mano sobre las suyas y lo mire directamente a los ojos.
- Si me dejas pedirla en adopción te prometo que ni tú ni Roja serán separados, la sede Romana querrá que ella viva en mi casa y tu puedes venir si lo deseas, eso no me importa, también prometo que Roja de mi jamás sabrá una sola cosa sobre la verdad de su origen, y finalmente prometo hacer todo lo que esté en mi poder para hacerla feliz así como tú lo has intentado, también lo haré yo.
El joven de ojos mar estaba muy conmovido, se sentía pésimo por sentir que estaba un poco aliviado. Él amaba a Roja y no quería verla sufrir con ese hombre que había sido capaz de venderla a un desconocido, pero también había cargado aquella culpa durante todos estos años.
- Dios bendice siempre a los justo y a los bondadosos.
Él chico ya no soporto más pues mis palabras solo habían evocado el recuerdo de su madre y este me abrazó y comenzó a llorar de manera queda.
Yo le susurré al oído entonces.
- Sobra decir que Steph se muere por tener una hija y adora a Roja- Yo tome su barbilla pues el mocoso estaba inundado en lágrimas y lo mire de frente mientras le dije-Abbiamo un accordo? (Tenemos un acuerdo?)
- Si signore, se ce l'abbiamo.
Respondió el muchacho intentado guardar la compostura de nueva cuenta.
- Pero... Pero yo quiero ser el que se lo diga a Aramis! No quiero que vaya a pensar que ya no la amo o cosas así.
- Muy de acuerdo.
- Y tampoco quiero que le cambien el nombre.
- No lo haría, su nombre verdadero no me gusta nada, me gusta más Roja.
Este me miró enfadado y dijo .
- No se llama Roja.
- No es importante eso, también quiero pedirte algo.
- Dígame Señor Sid?
- Ni una palabra a Kuri de esto, en su estado no es conveniente darle una preocupación así, él adora a Roja y a ti y sé que intentaría mover cielo mar y tierra por ustedes, incluso en su estado iría a la sede dónde está nuestro maestro a rogar por ayuda. Él mismo me diría lo mismo que tú, no querría que Roja dejará tu lado pero el maestro y cualquier espectro le daría la misma respuesta además de una reprimenda por su actuar como espectro sin importar si es humano o no, y su cuerpo no soportará algo así, solo yo puedo pedir algo así al maestro, no es secreto para todos que desde que Kuri se volvió humano no piensa con claridad y considero que esto es algo urgente.
- Eso es cierto, es urgente y también es cierto que Kuri ha actuado de manera temeraria, que demonios piensa?
Yo solo pude responder en mi cabeza que es humano y es normal que los humanos no piensen con claridad y menos en situaciones estresantes. La mañana se fue muy rápidamente, deje al mocoso en la LSE para partir a Moonlight después, yo atendía las juntas con los gerentes o socios únicamente vía telefónica, detestaba estar con humanos que no fueran rubios de ojos negros y se llamarán Stephan.
- Ay Sid... Es en serio?
Dijo Steph al borde de las lágrimas, tenía esa costumbre tan adorable de llorar por todo, yo solo asentí y dije.
- Steph, no sé si para esto se necesite un anillo o alguna joya y si, si; ten por seguro la tendrás mañana o al rato pero... Quieres que formemos una familia con Roja?
Su cabeza estaba loca de emociones, yo sabía de antemano que eso era un si pero quería escucharlo de sus labios, pero este se cubrió los ojos, creyendo que podía ocultar esas lágrimas de felicidad y yo tuve que buscar con mi mano su mentón y alzarlo.
- Entonces?
- Ay Sid! Claro que sí!- Dijo echándome los brazos encima- Perdón Sid! Yo estaba muy molesto y triste... Es que te amo tanto que...
- Steph, yo jamás podría dejarte, eres el amor de mi existencia completa, tu eres lo que yo más amo, todo lo que quiero y necesito, yo no podría amar a alguien más que no fueras tú Steph.
Dije mientras le metía las manos por los pantalones.
- Sid...-Susurro tiernamente.
Steph aún a pesar de ya no tener sus testículos era bastante fácil ponerlo activo, mi mano acarició si perineo y su entrada.
- Steph yo jamás- Dije mirándolo a los ojos- Jamás me voy a ir de tu lado, aquí, contigo; esta mi lugar.
Su boca exigió mis besos y lo trepe con facilidad encima de mi, a mi los kilos demás de Steph no me representaban algún problema, al contrario, me excitaban mucho, ya no era más el jovencito veinteañero que encontré husmeando en mi despacho aquella noche, aquel que solo quería ver tele y era miserable en silencio, ese cuerpo delgado no estaba ya, ahora Steph tenía treinta y un cuerpo más rollizo pero me gustaba y a él le gustaba más su vida, en algunas cosas era más seguro aunque jamás había aprendido a tocar las puertas. Le recosté en la cama y quite el pantalón de su pijama y su ropa interior, su temperatura corporal estaba muy arriba y sus manos buscaban mi cuerpo.
Steph podía ser bobo y celoso pero él había logrado encender mi corazón, en definitiva estaba hecho por Dios para hacerme feliz. Besé sus muslos y este ya estaba muy puesto, pero yo quería retardar el momento y comencé a hacerle sexo oral, me encantaba ver cómo sus piernas se retorcían del placer, como sus manos se aferraban a la colcha y como todo él se tensaba. Mi amado rubio, cómo podría yo ver a alguien más si te esperaba desde hacía tanto tiempo? Este amenazaba con venirse y yo comencé a preparar el área de atrás, su pequeña y deliciosa entrada.
- Sid!- Decía en pequeños quejidos y entonces tenía que subir y besarlo,
Yo lo podía sentir, era un sentimiento extraño, era una pertenecía única, yo era solo de Stephan y no había más. Este aún a pesar de sus esfuerzos se corrió y yo de inmediato me eche sus piernas a mis hombros y lo penetre.
______________________________________________________________________________________________________-

Del libro de Kuri
Decisión buena y decisión mala.
Me encerré en mi despacho, todo había sido una mentira, una vil mentira. Ese mocoso deseaba al Leviatán, seguro Sid ya le había dado un contrato, seguro le había dicho que no tenía uno conmigo y le había ofrecido uno, maldición!
Estaba tan furioso que me puse a arrojar todas las cosas que me encontraba hasta que me topé con esa foto.
Caí de rodillas y al ver ese rostro idéntico al mío me puso tan sentimental que no pude evitar que mis ojos sacarán ese líquido.
- Idiota, dime cómo es que tengo que actuar? Que debo hacer? Por qué no de una maldita vez terminamos con todo? Idiota! Idiota! Me dejaste y ahora estoy tan solo....
Salí solo un par de ocasiones a la bodega por vino pero no note la presencia de otro humano en la casa, seguramente gustoso se había ido y si eso era lo que quería por mi estaba bien... No! No lo estaba, así que me senté a embriagarme, ya no importaba nada, no veía claro, no podía sentir nada, solo quería terminar aquello cuando quien sabe en qué momento escuche los golpes de la puerta.
- Kuri sal!
Era él. Seguro venía a terminar con todo pero deseaba como todos los humanos tener su "consciencia tranquila", bah!
- Lárgate mocoso!
- Kuri!
Yo no quería darle ese gusto de irse tranquilamente, no señor, así que le di otro trago a mi bebida y este volvió a tocar.
- Kuri no seas estúpido, vamos hay que hablar.
- Vete!
La verdad me sorprendió su astucia pues este solo respondió.
- Te lo dije- Y abrió la puerta de inmediato con sus llaves. Maldiciones! Le había dotado de un juego de llaves de cada puerta de mi casa.
-Ay dios Kuri! Mira como te has puesto?
Yo voltee mi silla hacia la pared pues no quería verlo.
- Kuri tienes que escucharme.
- Ya te escuché mocoso! Ahora vete de mi casa!
- Kuri no es lo que Steph dijo, ni lo que tú piensas... Si te mentí, pero todo tiene una buena explicación.
- Y cual es? Que en tu conveniencia sabes ya que no tienes un maldito contrato conmigo y que por lo tanto tu ambicioso plan cualquiera que esté sea no se verá realizado.
- Que?!
- Que tú ambicioso plan...
- No, que dijiste del contrato?
- Vamos no te hagas tonto, ya sabes que tu no tienes un contrato conmigo, se que Sid te lo dijo.
- Oh por Dios! Oh por Dios!
Dijo el mocoso tomándose los cabellos y respirando rápido.
- Me engañaste todo este tiempo? Dime, me has engañado...
- Bienvenido al club- Dije.
- Me has engañado, me has tenido aquí con engaños...
Este comenzó a hiperventilar y yo sonreí.
- Vaya forma de sobreactuar eh? Vamos ya te lo había dicho tu nuevo contratista.
- Vete al diablo Kuri!
Este salió hecho una furia aventado todo y azotando puertas.
Yo comencé a reír pero en realidad tenía tanto por llorar que lo perseguí hasta el primer piso haciendo acopio de toda la fuerza de mis piernas.
- Vamos confiesa! Al menos dame ese gusto!
- Eres un maldito idiota!
- Confiesa mocoso!
Exigí y este me tomo por los hombros con rabia y dijo con una mirada de irá .
- No tenía ni idea! No sabía! No sabía un carajo pues te has cuidado bien de no hacérmelo saber!
Su mirada no engañaba, estaba mas que furioso, pero entonces? Por qué el firmaría un contrato con Sid?
- Yo...
- Olvídalo Kuri, si lo que quieres es que me vaya de tu casa, me iré, nos iremos Aramis y yo! Jamás pensé que tú fueras a hacerme algo así!
Este comenzó a juntarse sus cosas y las de Aramis en una bolsa.
- Ahora te vas a poner como una dama, cuando te volviste la prostituta del Leviatán?
Respondí enojado.
Este me dedico una mirada de odio y entonces hecho sus cosas en una maleta.
- Ajá! Esa maleta es mía! Yo la compré y ya que te vas a ir con el Leviatán, y él te va a comprar todo lo que ambicionas, deja todo lo demás, que habrá ya alguien que lo quiera!
Este saco de su maleta todas las cosas que yo le había comprado a Roja y solo hecho aquel vestido verde y viejo con el que yo la había rescatado.
- Así que si te vas a ir con él, eh? Después de todo!
- Haz el favor de callarte!
- Por que me voy a callar si está es mi casa?- Dije con petulancia.
Él me volteo a ver con odio y dijo:
- Te odio Kuri, te odio mucho y en adelante por mi puedes hacer lo que quieras, para mí estás muerto.
- Ja!- Dije de forma burlona- De cualquier manera lo estoy! Toooonto!
Este tomo sus cosas y salió de la habitación. Me sentía exhausto y tuve que sentarme un momento en la cama, le di un trago a mi botella y de la parte de atrás de la cortina salió aquel espectro el cual me causo un sobresalto horrible y una sensación de miedo.
- Así que lo que decían del señor de Rusia era verdad eh? Ahora es un cadáver mortal.
-Maldición por que no avisas?! Que susto!
- Aunque te avise, por tu condición humana aún así serías tomado por sorpresa.
Era hermoso y letal aquel espectro.
- Mínimo manda una nota.
- Me he tomado la molestia de venir a darte el mensaje en persona, no es suficiente?
- Mensaje?- Dije ya intrigado.
- Si, el mensaje.
Yo lo mire con autoridad y de repente se me vino a la mente la única razón por la que ese ente se aparecería ante mi sin ser un espectro.
- Lo has adivinado a medias señor de la avaricia, tengo un dilema esta vez, o eres tú o es él.
- Él?
Mis ojos se abrieron lentamente y entonces él me dejó ver una imagen de ese italiano castaño cruzando la calle.
- Ben!
-Soy yo!-Grité sin pensarlo dos veces.
De inmediato forcé a mi cuerpo a reaccionar! Le exigi a mis piernas un último máximo esfuerzo. En mi cabeza se paseaban las imágenes de Ben, su bondad, su calidez, yo lo había llevado a una vida que él jamás había pedido, mi avaricia y egoísmo lo habían puesto tantas veces en peligro que si algo le sucedía jamás me lo iba a perdonar. Nunca jamás!
Corrí como desesperado y salí de la casa, busque con la vista a mi Ben pero apenas divisé a lo lejos como su cabellera se dirigía a la avenida principal.
-Ben!- Grite con el poco aire que quedaba en mis pulmones y el cansancio comenzó a mermar mi esfuerzo pero entonces rogué a Dios como nunca había hecho, rogué por que me dejara tomar su lugar, rogué por alcanzarlo y seguí corriendo.
"El peligro te perseguirá a donde vayas príncipe de la avaricia" Dijo la voz de aquel ente que seguírteme mi velocidad humana no le representaba nada de esfuerzo, pero yo no hice caso y seguí hasta que al fin a no menos de veinte metros lo vi, estaba muy enojado pero aún así no se cruzo la avenida que estaba semi desierta, yo caí de rodillas en un descuido y entonces al intentar levantarme la vi, era Ivanka, que hacía ahí?! Ella me sonrió y entonces él verde se hizo presente, yo voltee a ver ambos semáforos y vi que ambos estaban en verde.
No! No! No! Ben!
El italiano comenzó a cruzar la calle y voltee a ver a Ivanka pero no había nadie ya ahí, ella era rápida pero... Como? Regrese la vista a Ben y vi que había tirado un juguete de Aramis, voltee a ver en el sentido de los carros y corrí dando mi último aliento, amaba demasiado a Ben y no me importaba nada más que su felicidad, no iba a dejar de protegerlo por estar bajo esta condición humana. Así que corrí y justo antes de que el carro que venía a toda velocidad lo tocará, le propine tal empujón que este salió volando para terminar estampándose en el pavimento.
- Beeeeen!- Grite al tiempo que el vehículo me embistió solo una fracción de segundo después y solo pude escuchar por último el sonido de aquel espectro cantando "Descuida príncipe de la avaricia, quizás los ángeles te llamen y vuelvas a casa". Luego de eso todo se volvió oscuridad.

 

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