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ESPECTRO... DE DOLOR L2 por Lory Backon

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- Como te sientes hoy Kuri?
Este asintió a través de la mascarilla de oxígeno que traía puesta desde hacía días ya que había sido víctima de una neumonía terrible de la que Layla lo saco más por su ego y vanidad como médico que por el cuerpo endeble de Kuri. Di un beso en su frente y él le rogó a Benny un poco más.
- Por favor Ben.
- No Kuri, necesitas esa mascarilla.
- Pero... - Dijo este que aún respiraba con dificultad- No puedo hablar con Steph.
- Pues no importa, es por tu bien, además Steph bien puede hablarte, al fin el habla hasta por los codos.
- Que?!- Dije yo cuando escuché aquello.
- Ben- Hizo un último intento Kuri pero este que andaba muy ajetreado revisando su piel y acomodando sus almohadas se acercó al Ruso, beso su cabeza y le dijo.
- No.
Kuri me miró con tristeza y yo sonreí para animarlo y le dije.
- Bueno no importa Kuri, la verdad es que quería yo contarte algo más de Aramis, creo que no le gusta eso de la pintura, el otro día la lleve a su clase y puedes creer lo que me hizo...
Yo seguí hablando por un buen rato hasta que Kuri se quedó dormido, no es como decía Benny que yo hablaba hasta por los codos pero no era mi culpa tener facilidad de palabra y un buen tema de conversación.
Al fin salimos a la antesala de su habitación pues Benny me había ofrecido un té y pastelitos, y yo jamás rechazaba un pastelito gratis.
-Pobre Kuri, se nota muy cansado. Antes de la neumonía se le veía más animado.
- Se deprime mucho de no poder hablar y comer las cosas que le gustan. Al fin había comenzado a comer de nuevo sin necesidad de la sonda y de inmediato lo ataca una neumonía.
-Si pobre, apenas la semana pasada que lo vi comer un puré de carne y vegetales, estaba muy contento y ahora esto.
- Pero no podía quitarle el oxígeno Steph, me duele que este triste pero aunque yo tenga que ser el malo, la princesa dijo que debía tenerlo.
- Layla...
Este me puso mi taza enfrente y se sentó a hacerme compañía.
- La princesa se marcha mañana no es así?
- Si.
Miré mi té inglés, me gustaba mucho el té inglés pero si alguien me hubiera preguntado hubiera preferido un chocolate.
-Steph, crees que todo salga bien?
Su pregunta me saco de mis pensamientos.
- Yo...No lo sé Benny. Nunca había visto o escuchado nada sobre la asamblea de los gemelos, pero si fueron capaces de hacerle eso a su líder...
Note la cara de preocupación de Benny y supe que había hablado de más.
- Pero ánimo Benny, Elliot es muy poderoso y además en cualquier caso Sid les va a ayudar.
Su rostro no mejoro en mucho y él dijo.
- No quiero que le pase nada malo a nadie.
Lo mire con tristeza, por que Benny decía eso?
- Benny!
- Ay Steph- Dijo este cubriéndose la cara con ambas manos- Hay días que no soportó verlo así y más como estos que es muy evidente que él quiere vivir.
La fortaleza de Benny se venía abajo atrás de Kuri o cuando él dormía y eso me pareció tan tierno que no pude evitar decirle.
- Lo quieres mucho verdad?
Este me miró entre asombrado y atemorizado por ser descubierto pero yo le dije.
- Benny, él sabe que todo lo que haces es por que lo quieres mucho. Por eso no se ha dado por vencido, sabes creí que no pelearía más cuando comenzó está neumonía, Layla me dijo que ella haría hasta lo imposible por ponerlo bien pero dependía mucho del cuerpo de Kuri y de sus ganas de seguir existiendo y aquí sigue. Aún a pesar de todo.
- Su cuerpo está en un estado muy malo Steph- Dijo el secándose los ojos- Su peso no ha aumentado nada, es una bolsa de huesos y además su piel ya tiene muchas laceraciones, sus riñones apenas si filtran algo, hay que checar constantemente que este orinando y ahora hasta respirando.
La mirada de Benny era algo tan hermoso aún a pesar de que hablase de aquella forma tan triste.
- Benny?
Él me miró y yo dije.
- Yo no soy muy listo pero y si tú y yo confiamos más en ellos?
- Ah?
- Kuri está peleando muy duro por su vida y los demás van a pelear hasta el final por ayudarlo, todos tienen un propósito muy importante y nosotros no podemos ser menos sabes? Yo quiero que mi propósito sea creer en ellos, por desgracia no puedo hacer más que eso, pero lo haré y lo voy a hacer bien.
Benny me miró asombrado por un par de minutos y yo dije.
- Que?
- Vaya Steph eso es lo más inteligente que has dicho.
- Que?!
La sonrisa de Benny salió a relucir y eso me tranquilizó un poco.
- Lo siento Steph - Dijo mientras reía- No pensé que lo había dicho en voz alta.
- Pues lo dijiste! Que malo eres Benny!
La puerta se abrió y Sid hizo su entrada.
- Vámonos Steph, hay que pasar por Roja.
- Si!
- Señor Sid!- Dijo Benny parándose de su lugar.
- Hola Ben, cómo está Kuri?
- Estable, aunque aún usa el oxígeno.
- Bien, no se lo quites a ese chantajista testarudo.
- Ah?
- Sid! Pero que cosas dices.
- Ese Ruso te va a chantajear incluso hasta con lágrimas para que cedas a su voluntad, serás tonto si lo haces.
- Pero Sid!- Me quejé yo.
- Ves? Solo alguien como Steph cae en sus chantajes.
Benny me miró y Sid dijo.
- Recuerda una sola cosa, Kuri podrá ser todo lo humano posible y estará muy enfermo pero su cabeza aún con funciones humanas piensa con la malicia de un espectro, así que ni toda la lástima o ni consentirlo mucho sería lo ideal.
Benny se quedó serio unos momentos y yo dije.
- Sid, Kuri está enfermito, hay que consentirlo un poco.
Sid me tomo por la cintura y me pego con brusquedad a él, luego de aquello me planto un beso apasionado y yo lo acepte unos segundos debido a la sorpresa pero luego recordé que ahí estaba Benny y pelee para separarme de él. Este entendió la señal y dijo.
- Si sigues comiendo tantos pastelitos vas a subir de peso más. A mí no me molesta la carne Steph pero no sería saludable y yo te quiero conmigo todo el tiempo posible de más.
- Sid!- Dije ruborizado- Yo no como tantos pastelitos!
- Me encantan tus piernas gorditas.
- No tengo piernas gorditas!- Reclamé.
- Si las tienes, por eso ya no te pones esos pantalones de bolsitas color verde, el otro día vi que ya no te subían de los muslos.
- Sid eres un...
Pero antes de que pudiera insultarlo como merecía, este se hecho mi peso a su hombro y me alzó sujetando mis muslos.
- No cedas ante Kuri.
- Sid! Bajame! Bajame te digo! Sid, es humillante!
Sid dio medio vuelta mientras yo seguía peleando inútilmente contra su brazo.
- Nos veremos Benny.
Dijo él, que me llevaba contra mi voluntad y yo me tomé un momento para decir lo mismo.
- Adiós Benny! Sid, carajo bajame ahora!
- Ese es un vocabulario horrible- Dijo él pellizcándome una nalga.
- Duele Sid!
Este me llevo por todo el hospital y hasta el estacionamiento en su hombro, sabía que no tenía ni la menor intención de bajarme así que a medio camino deje de pelear, más por vergüenza que por otra cosa ya que todas las personas se nos quedaban viendo.
Al fin en el coche me bajo y me metió en este. Yo estaba enojado con él pero este no parecía darse cuenta de ello pues nada más arrancó el carro y Sid se mostró muy pensativo, tanto que me hizo olvidar mi enojo.
- Sid? Que sucede?
Pero él estaba muy sumergido en sus pensamientos.
- Sid?
Dije insistiendo y tocando su hombro.
- Sid que pasa, dime?
Este apenas si volteo a verme. En la primera luz roja él me dio un beso apasionado pero era un beso que transmitía un sentimiento de ansiedad.
- Sid, que sucede? Dímelo por favor.
- No puedo siquiera pensar en que tendré que irme.
Sus lilas mostraban una ansiedad destacable que jamás había visto.
- Sid, dime algo... Hay probabilidades de que las cosas salgan mal?
Este se metió en la cuenca de mi cuello y se refugió ahí.
- Sid...
- Déjame estar un poco más así Steph, necesito sentirte.
- Sid.
El espectro comenzó a tocar mi entrepierna buscando mi sexo. Su mero roce me prendió y entonces él verde se hizo presente, Sid volvió a erguirse y acelero al tiempo que metía las manos en mi pantalón.
- Sid- Dije yo en un leve quejido de placer.
- Steph, te necesito.
Este comenzó a hurgar en mi ropa interior encontrando lo que buscaba así que su mano comenzó a juguetear con mi placer.
Yo me aferre al asiento del deportivo y este seguía conduciendo mientras llevaba un ritmo muy diferente dentro de mis pantalones que comenzaba a ponerme húmedo. Un nuevo alto y este me acerco a él y me besó de una manera muy sensual, Dios! Sid me prendía demasiado.
Su mano seguía masajeando consistentemente mi sexo y yo sentía que estaba a punto de correrme pero no podía darme ese lujo ya que mancharía mi pantalón.
-Sid para!
Susurre en su oído pero él no hizo caso y volvió a acelerar, mientras abajo las cosas estaban a punto de estallar, cerré el compás de mis piernas y este aprovecho aquello para torcer su brazo y meter más allá su mano. Casi llegaba a mi entrada cuando exploté y este frenó.
Me cubrí el rostro y sentí la humedad entre mis piernas, Sid apagó el coche y me quito las manos de la cara.
- Delicioso, me encanta como sabes Steph- Dijo chupándose los dedos llenos de mi semen.
- Sid!- Dije sonrojado pero este sonrió con esa sonrisa tan hermosa que tenía y luego de terminar de chupar aquello dijo.
- Voy por Roja, tu quédate aquí- Dijo quitándose su saco y colocándolo sobre la mancha de mis pantalones.
- No! Se va a manchar!- Le dije como precaución y él sonrió de nuevo y respondió.
- No me importa, olerá a Steph y ese olor me fascina.
Salió del coche y fue a buscar a Roja. Yo bajé la ventanilla pues tenía aún un calor endemoniado. Al hacer esto note como todos observaban al joven de bucles negros que vestía de traje azul y camisa rosa.
- Es el hijo mayor de Santinni- Dijo una señora a su esposo- Su hija asiste a este colegio.
- No sabía que Santinni tuviera hijos. Como son personas muy excéntricas y jamás salen.
- Si, este es el mayor. Esta es la segunda vez que viene a recoger a su pequeña.
- Que engreído.
El cielo de Londres estaba nublado como siempre, pero a pesar de eso Sid pocas veces recogía a Roja de sus actividades, siempre iba yo o algún sirviente. Me quedé pensando en que quizás a Roja eso le podría disgustar y decidí hablar con Sid. Ellos salieron de la mano y ella se paró un momento para pedirle con una señal que se agacharse, el se puso en cuclillas y ella le dijo algo cerca del oído.
Se miraban tan lindos y era muy obvio que eran el centro de atención pues todo el mundo además de mi los estaban observando.
Sid hizo gesto con la cabeza de negación su rostro era serio y ella se le quedó mirando, después de eso él le hablo y ella asintió, el espectro se puso en pie de nuevo y Roja le estiró los brazos, sin dudarlo el la alzó.
Al fin unos metros antes del coche ella me gritó.
- Stefy!
Sid me la pasó por la ventana y yo le di un abrazo y un beso.
- Como te fue preciosa?
- Bien, Miss Adrienne me felicitó por haber ensayado mi solo.
Le di un beso en la mejilla y sin destaparme la mancha la acomode en su asiento atrás.
Sid subió al coche tras las miradas de los demás padres de familia y Roja dijo adiós a una de sus amigas.
Sid nos llevó a casa para que Roja dejará sus cosas y se cambiara y yo también. Luego de eso nos llevó a comer y después al cine a ver la película que Roja quería ver de un osito de felpa.
Más tarde nos dejó en casa donde mi mamá ya esperaba a Roja para que la ayudará a cocinar la cena. Yo en tanto subí a mi habitación pues cierto espectro ya me esperaba ahí. Este nada más entré me llevo a la cama y comenzó a quitarme los pantalones.
- Sid, espera!
- No! Tengo necesidad de ti.
- Sid escucha!
Este me aprisionó los tobillos con una de sus manos y los levantó hasta mi cabeza lo cual fue incómodo y algo vergonzoso.
- Sid, bajame las piernas...
Dije intentado zafarme pero este estaba ya chupando mi entrada y eso me dejó fuera de combate.
- Ssssi....Sid!
Sentía aquella sensación necesaria y sofocante. Intenté devolverme pues ya estaba muy mojado pero este no dejaba de comer de mi entrada y eso causo que en lugar de pelear me aferrará mas a la colcha y cerrará los ojos. El placer se dejó venir el oleadas intensas, tanto que al cabo de unos minutos me vine, pero esto no termino ahí sino que Sid me abrió de piernas y se metió entre estas para subir a besarme mientras introducía sus largos dedos en mi interior, jugaba a moverlos adentro y yo le aprisionaba con mis piernas que aunque débiles por las sensaciones querían que este jamás dejará ese sitio.
- Sid quiero tenerte dentro- Dije cuando sentí aquella necesidad de su amor.
Él apenas si bajo su pantalón y se hecho mis piernas a sus hombros para dejarme ir la primera estocada con su fuerza acostumbrada.
El centro receptor de mi placer comenzó a mandar esa deliciosa sensación a raudales y yo me jale los cabellos mientras Sid me besaba el cuello.
Comencé a gemir pues no podía controlar tanto pero entonces Sid me callo con un beso. Una estocada tras otra tras otra y yo sentía que desfallecía hasta que me vine por tercera vez, pero me vine tanto que termine manchándolo a él y mi camiseta y luego caí rendido.
Él salió de mi interior y bajo con cuidado mis piernas.
- Steph?
Yo me estaba quedando dormido pues el placer había sido tan intenso que me había dejado rendido.
- Quiero dormir.
Él sonrió de lado y dijo.
- Quieres que te limpie?
Yo asentí ya sin vergüenza alguna, después de todo ese Sid me había dejado así de agotado. Este fue por toallitas húmedas y comenzó a limpiarme mientras yo me quedaba dormido.
- Sid?
Dije medio adormilado.
- Dime Steph...
- No seas muy duro con Roja, ella es pequeña y si vamos a ser sus padres debemos hacerla feliz...
Vino a mi mente adormecida la imagen de cómo mi papá me miraba. Él siempre me había dado miedo, su mirada era dura y toda mi vida me había refugiado en los brazos de mi mamá ante esas miradas, sabía lo que era un padre medio ausente, un padre que quizás no gustaba mucho de su único hijo. Me acomode mejor para dormir sin tener muchas ganas de pensar en la mirada de mi padre.
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Del libro de Sid.
Roto.
Ambos habíamos estado en silencio en aquella oscura oficina.
- Como sigue el cuerpo de Kuri?- Pregunté a la hija de Lilith.
- No va a soportar mucho más, mañana por la noche parto a Rusia.
- Lo sé.
Ella me había mandado llamar y yo había aprovechado para llevar a Steph a ver al Ruso.
- Sid yo...
Yo miré a la pelirroja y ella dijo.
- Yo sé que no tenemos buena relación, amo tu propiedad y deseo quitártela pero... Por lo mismo que la amo...
Ella abrió un cajón. Saco una caja de terciopelo rojo y bordes de cristal, extendió la mano y me la ofreció.
Yo la tome y de inmediato la abrí.
- Por que?
- Por que?- Ella me dio la espalda y se asomó a ver el cielo gris de Londres- Por que si Kanon no puede solo esto lo salvará. No creas que simboliza algún compromiso, creo que lo sabes pero todo el que porte la joya de una lilim será respetado.
Miré aquella flor de lirio color morada que representaba el símbolo de la estirpe lilim. No quería aceptar aquella joya pues venía de aquella mujer que quería lo mío y que además se había atrevido a palmearle el trasero a lo mío.
- Se que te niegas a aceptarlo, yo mismo no quiero que tus sucias manos toquen mi flor pero no es esto ni por ti, ni por mi. Hay algo más grande que estamos a punto de enfrentar en Rusia y no podemos andar con caprichos tontos. Steph necesita nuestra protección, la tuya, la mía, la de todos.
Cerré la caja de terciopelo y asentí.
Yo mismo había visto a Elliot partir hacia Rusia con una cara de pocos amigos y si el mismo asesino tenía esa cara de desconfianza hacia su propio poder, eso significaba que nadie estaba a salvo.
- Bien, lo aceptaré; pero será devuelto el día que regresemos.
- Como quieras.
- Layla?
Esta volteo a verme con ese gesto de molestia.
- Que sucede Sid?
- Gracias, en verdad, no me gusta la idea de que alguien toque lo mío, pero a pesar de todo sé que si algo me sucediera tu cuidarías de él bien.
Ella asintió y yo dije.
- Buena luna y buen viaje.
Salí de ahí a reunirme con el rubio. Sabía cómo funcionaba esa flor de lirio en los castrati como Steph.
Salimos del hospital para ir por Roja, pero no dejaba de pensar en los rostros de cada uno de los miembros de la asamblea al partir. Samael y ese dolor de dejar a Theobald tan vulnerable, Elliot de separarse de Kanon y ahora Layla.
Podría pronto yo hacer lo mismo con Steph? Necesitaba tanto a ese niño rubio como los humanos necesitaban oxígeno para respirar, sonaba muy poético pero en mi caso no era poético, era literal.
Durante el trayecto hacia la academia de música de Roja sentí la imperiosa necesidad de aferrarme a que podía volver a su lado. Steph! Steph era mi mundo y el sentido de mi existencia, su sangre era preciada para mí y mi corazón se sintió desolado de sentir que tenía que estar lejos de su actual dueño. No! Mi corazón se quedaría a su lado sin importar que sucediera.
Estimule su sexo un poco y lamí su líquido que no era semen precisamente. Al llegar a la escuela por Roja este estaba avergonzado de haberse manchado los pantalones pero yo estaba tan complacido que apenas si mi corazón se repuso del frío que se avecinaba.
Baje del coche dejándole mi saco en sus piernas y fui por Roja. Esta estaba despidiéndose de unas compañeras que me miraron de una forma rara.
- Roja, estás lista?
- Hola Papi.
Una de las pequeñas carraspeo la garganta y le dijo.
- Ami?
- Ah, si. Ven papi, mira ella es Emily y ella es Annette.
Mire a las niñas las cuales se sonrojaron al verme y leí la mente de Roja, esa niña en definitiva era algo especial.
Puse una rodilla en el suelo e hice una reverencia al estilo teatral.
- Es un placer conocerlas pequeñas damas.
Las niñas se sonrojaron y Roja se hecho a reír y dijo:
- Les dije que mi Papi era un príncipe.
- Nos vamos?
Le dije a Roja y ella asintió despidiéndose de sus amigas que aún no reaccionaban al impacto de que yo hubiera hecho tal cosa.
- Hasta luego damitas.
Salimos de la mano y en la entrada ella me dijo que quería preguntarme algo pero no quería que los demás escucharán, así que me puse a su altura y la escuche.
- A papi le gustan los príncipes no las princesas no es así?
Yo le increpe.
- A que se debe esa pregunta Roja?
- Nada más.
- Te disgusta que Stefy sea hombre?
Ella negó con la sinceridad de los niños y dijo.
- No papi, Stefy me gusta mucho pero me di cuenta que a papi le gustan los príncipes y no las princesas. No está mal, a mi también me gustan los príncipes.
Dijo ella sonriendo. Yo me acerqué a su oído y dije.
- A papi no le gustan los príncipes ni las princesas, a papi le gusta Stefy nada más.
Ella sonrió y me pareció que Roja sería una mujer muy hermosa cuando creciera pero tenía alguna incertidumbre de que eso sucedería.
Me levanté del piso y ella me extendió los brazos. Yo la subí de inmediato y al llegar al coche se la pasé a Steph por la ventana del coche y él la beso y comenzó a mimarla. En definitiva al ver esas expresiones de cariño que tenía Steph hacia roja mi corazón sabía que su lugar estaba donde el rubio.
Pasé toda la tarde con ellos, tenía pocas oportunidades de ese tipo pues ya fuera por la carga de trabajo tan intensa sin los demás espectros o por qué al sol de Londres se le pegaba la gana salir, no podía dedicarle mucho tiempo a mi hija y a Steph que desde que había comenzado el proceso de adopción de Roja ya no iba más a la empresa sino se dedicaba a cuidarla en el hogar. No era una gran pérdida pues Steph era mejor padre que mensajero y no se diga asistente, y como lo veía muy cómodo y tranquilo decidí no presionar en ese sentido, aunque a veces extrañaba poseerlo en mi oficina.
Así que ese día los lleve a comer y luego al cine, por la noche la abuela estaba esperando a Aramis para que le ayudará a cocinar la cena, en tanto yo me dediqué a hacerle el amor a Steph pues lo estaba necesitando excesivamente.
Al fin este término rendido y dijo:
- Sid?
- Dime Steph...
- No seas muy duro con Roja, ella es pequeña y si vamos a ser sus padres debemos hacerla feliz...
Luego se quedó dormido ante el cansancio, la imagen de la mirada de su padre era la última imagen clara que había quedado, por alguna razón Steph temía a su padre desde siempre y además en su interior sabía que había algo en él que no estaba bien, un vacío, algo que su padre se había llevado consigo, besé su cabeza y como era mi costumbre mimarlo en exceso, comencé a limpiar su entrepierna y genitales y decidí que era buen momento para poner la protección que la lilim me había otorgado para él. Busque la cajita de terciopelo en la bolsa interior de mi saco y regrese a su lado en la cama, este ya estaba profundamente dormido así que tome sus tobillos de nuevo y con sumo cuidado los subí hasta donde más pude. Yo amaba ver cada centímetro de la piel del rubio y más su entrada, me parecía de porcelana y era suave como el algodón. Steph en definitiva era tan hermoso y mucho más que Glenn. Comencé a masajear su entrada con cuidado de no despertarlo y una vez que está se dilató, metí los dedos constantemente para que fuera más fácil meter la joya.
Steph trono la boca un par de veces y balbuceo algo sin sentido pero no presté atención ya que era el momento exacto para introducir aquella protección.
Usualmente las lilims no entregaban su protección a los castrati pues ellos no tenían ese líquido precioso que ellas adoran llamado semen. Si lo daban era a hijos de Adán de los que habían quedado prendadas y querían ponerles una marca que advirtiera que todo el que se metiera con ese hombre se las vería con todas las hijas de Lilith. La marca se introducía en los testículos del hombre, una zona erógena a más y era un sello de protección que llamaba a las lilims a pelear si era violada. Pero en muy pocos casos quizás dos o tres las lilims amaban a los castrati y en ese caso la marca se metía por el recto, otra zona erógena y así quedaban protegidos. La protección lilim aunque efectiva tenía un gran defecto y este era que solo una lilim la podía retirar, lamentablemente en estos momentos yo no tenía muchas opciones y quería al rubio más que a mí propia existencia.
Lamí la joya y la introduje lentamente con dos dedos dentro del rubio, este contrajo el esfínter, provocando que las paredes anales se pusieran algo duras y soltó un gemido bajito, yo empuje un poco más, sabía que la reacción normal era que el intentará sacar la joya pero dejé mis dedos dentro un poco más.
Besé su cabeza y vi su gesto de dolor mientras soñaba.
- Tranquilo Steph esto pasará.
Le dije en voz baja, la joya se deshizo en su ser y pude sacar mis dedos de su interior. El sello de protección lilim apareció en su muslo izquierdo, una zona erógena en él. Me recosté a su lado y acaricié su entrepierna un poco.
Este se volteó hacia donde yo estaba y me abrazó con sus piernas mientras se pegaba a mi pecho.
- Sid, dame más pastel....
Dijo en sus sueños.
Lo pegue a mí y le dije:
- Te amo Stephan, siempre lo haré, no me importa que no seas el más inteligente, ni que seas atractivo o no lo seas, tampoco que no seas el hombre más intrépido, te amo por que eres tú y así tengas cien años te voy a amar siempre.
Besé sus cabellos y lo deje dormir en mis brazos, no quería perturbar su paz, más tarde lo limpiaría de nuevo y lo vestiría pero ese momento era mío. Él era lo que más amaba en el mundo y sin Steph prefería no existir, ni siquiera con Glenn había llegado a tal grado de pertenencia, mi absoluta existencia era de este rubio y él apenas si se daba cuenta del amor que sentía por él, sonreí, si! Así era Stephan.
Por la madrugada lo deje limpio y vestido y me fui a Mousetrapp, me di un baño y me fui a la empresa, tenia mucho trabajo llevando las empresas de Samael, Kuri, Elliot, Layla y la mía, llegaba ya muy noche a buscar a mi rubio solo para encontrarlo dormido, a veces solía llamarle por la tarde pero su voz después de varios días se escuchaba apagada. No podía soportar escucharlo preguntar " Sid vas a llegar hoy?" " Sid, vendrás temprano?" " Sid... Quieres que te espere despierto?" Pero aunque yo diera una respuesta afirmativa, siempre fallaba o él no lograba quedarse despierto.
Así pasamos casi un mes y está situación comenzó a fastidiarme. Así que un sábado nublado a mitades de octubre decidí pasar a ver a Kuri y luego me iría a casa.
- Señor Sid, que gusto verlo.
- Puedo ver a Kuri?
- Claro que sí.
Benny me escoltó adentro de la habitación, donde Kuri estaba destapado de las mantas y solo llevaba puesta una bata ligera. Ya era casi un cadáver, sus piernas harían perdido por completo el tono muscular y que decir de sus brazos, su rostro era tan afilado que su nariz respingada resaltaba en demasía, pero aún así lucía contento.
- Ben, quiero soda por favor. Hola Sid, que tal el trabajo? Te ves extasiado.
- Hola Kuri, tú también te ves estupendo.
- Lo sé!- Decía riéndose.
- Aquí está la soda- Dijo Benny y le acercó un vaso con una pajilla- No tomes tanto que no quiero que te orines en la tina.
Kuri no presto atención y dio unos sorbos enormes a su soda, por un momento me dio envidia Kuri, él podía tomar sodas y sentir sed, él podía enfermar y sentirse cerca de Benny y experimentar todas esas cosas humanas que yo jamás viviría.
- Kuri, por que no me haces caso, mira nada más?! Te has bebido más de la mitad del vaso.
- Perdón Ben, tenía mucha sed.
-Ya que! Kuri voy a preparar el baño. Pórtate bien con el señor Sid.
Este asintió y yo miré a Ben, ya se notaba el amor en él.
- Como estás Kuri?
- Muy bien.
- Veo que tu y Ben se llevan mucho mejor.
El ruso dio un suspiro y dijo.
- Lo amo. Lo amo mucho. Puedes creer que quiere estudiar medicina para cuidarme?
- Pero...
- Ya sé!- Dijo él adelantándose- Ya sé que en este estado no voy a durar mucho más allá de las fiestas, quizás menos pero cuando me lo dijo me enamoré por completo. A veces me gustaría quedarme así para siempre, sé que puede ser pesado para él pero... Me siento más vivo que cuando era un espectro. Me cuida muy bien, me baña, me alimenta y me cambia, me mueve de posiciones, me da masajes y además me lee las historias porno de Elliot, algunas veces él me pone derecho y me recarga en su pecho para que esté un rato así, escuchando su corazón latir, dime Sid. Dime si esto no es vivir de verdad? Ben ha sido tan bueno conmigo, incluso me compró esa silla de ruedas para que salgamos de paseo, mira!
El espectro volteo a ver la esquina de la habitación donde estaba una silla de ruedas con un soporte cefálico.
-Mañana si el clima y Kanon lo permiten me va a llevar a dar un paseo!
- Entonces prefieres morir?
- No seas ridículo Sid, no dije eso, solo dije que me gustaría quedarme así para siempre pero sé que como espectro no hay enfermedad que nos toque o muerte que nos bese en los labios, también sé que nunca seré humano así que estoy atrapado entre dejar de existir pronto o vivir como espectro por siempre.
Este puso una cara de melancolía.
- Kuri, es tan bueno ser humano?
- Es maravilloso!
- Pero tu estás en estos momentos confinado a una cama. Dependes de Ben al cien por ciento.
- Esa es mi parte preferida, quizás está situación sea una porquería en un caso común, pero en el mío... Cuando yo no tenía nada ni a nadie, cuando había perdido a mi amado Yuri y tenía que vivir una eternidad atrapado en su recuerdo, tenía que ser fuerte, estaba destrozado por dentro pero no había nada que pudiera contra mi fuerza y ahora, ahora no tengo que serlo, soy lo más débil y enclenque que hay, la verdad es que estoy muy preocupado por lo que suceda en Rusia, no quiero que le pase nada a nadie, pero por primera vez en muchos cientos de años me he permitido llorar de dolor, de tristeza, de alegría y eso, pffff! Eso Sid, no tiene comparación. Poder sentir la piel de Ben cuando me abraza, su calor cuando estoy triste o cuando algo me duele, créeme! Eso es lo que me ha mantenido vivo, Ben.
No comprendía aquello del todo, no comprendía la debilidad y el dolor humano pero entendía el motivo de Kuri.
-Créeme cuando te digo que cada maldito segundo de estar atrapado en este cuerpo inservible ya, ha valido la pena.
- Te creo. Kuri, una pregunta más.
- Dime?
- Que se siente no sentir nada? Me refiero a tu cuerpo.
- Bueno pues...-Este alzó la voz y dijo- Idiota como quieres que lo sepa si no siento nada del cuello hacia abajo!
Benny tocó en ese instante la puerta y ambos lo hicimos pasar.
- Ya está el baño, interrumpo algo o puedes tomarlo ahorita.
- Quiero mi baño Ben- Dijo Kuri de manera chiqueada.
Ben me observó y yo le dije.
- Quieres que te ayude a llevarlo?
- No se preocupe señor Sid, para eso tengo la silla de ruedas.
- Descuida no será nada.
- Si Ben- Dijo Kuri- Además que no ves el cuerpo mega desarrollado que tiene este pescado!
- Kuri!- Le reprochó Benny-Comportarte!
- Descuida, al menos no soy un fiambre.
- Oye!- Reclamo Kuri- Soy un fiambre atractivo! Verdad Benny?
Benny se acercó a Kuri y lo levanto por la nuca con un cuidado supremo, lo recargo en su pecho y le quitó la bata dejándolo desnudo de la espalda, comenzó a registrarle la piel buscando moretones o llagas, encontró unas y las observó.
- Que pasa Ben?
- Tienes aquí unas pequeñas laceraciones, seguro es por la almohada, veré qué puedo hacer.
Benny frotaba la espalda de Kuri con cariño, quería transmitir seguridad al cuerpo débil del Ruso y este se dejaba amar, se dejaba proteger. Podría yo acaso sentir algún día lo mismo con Steph? Yo quería protegerlo pero sentí un poco de envidia de que al menos Kuri en este instante se sentía protegido y amado por su humano, yo sabía que Steph me amaba pero quizás algún día él también podría darme seguridad.
- Cuando te saque del baño te voy a poner una crema hidratante que te va a gustar mucho- Dijo Ben recostando a Kuri de nuevo con delicadeza, le abrió la bata mostrando su desnudez, yo lo mire esperando la señal de que podía llevarlo en brazos.
Benny lo giro al lado izquierdo y le saco la bata para dejarlo como completamente desnudo.
- Señor Sid, por favor.
Dijo indicándome que ya podía levantarlo.
Yo me eche los brazos de Kuri alrededor del cuello y como a los humanos recién nacidos le tome con cuidado por la nuca y sin esfuerzo alguno lo levanté apoyando su cabeza en mi esternocleidomastoideo.
Luego le aferre por los muslos como si de un pequeño se tratase pero Ben siempre tan provisorio me detuvo.
- Un segundo por favor señor Sid, no lo vaya a manchar.
El chico le metió entre las piernas un protector de cama desechable, lo acomodo bien en el trasero del Ruso el cual ni cuenta se dio de ello y dijo:
- No me vayas a tirar Sid!
Yo aferre su nuca y su trasero y Ben me guío hasta la tina.
- Lo meto?- Pregunto Sid y Ben se giró para arremangarse mientras decía:
- Si señor Sid, deme un minuto y le ayudo para que no se vaya a mojar.
Kuri río y dijo:
- Que? Acaso no sabías Ben que a Sid la ropa elegante que lo viste le importa muy poco?
- No importa Kuri, no voy a dejar que la ropa del señor Sid se...
Ben dio media vuelta y me miró como si yo estuviera mal de mis facultades mentales.
- Señor Sid...
Kuri estalló en risas y dijo.
- Te lo dije! Sid le resta importancia a todo excepto a cierto rubio tonto.
- Hice algo mal?
Pregunté y acomode a Kuri de manera delicada dentro de la bañera. Literalmente me había metido con él, pero es que para mí no tenía nada de malo el mojarme sino que al contrario, era un placer sentir el agua en mi cuerpo, así que me pareció normal aquello de meterme con Kuri ala bañera.
- Se ha mojado...
- Eso no es importante- Respondí y este me miró con extrañeza, luego de esto se encaminó a un estante y me trajo una toalla mullida.
- Tome señor Sid.
- Gracias.
Yo la tome por cortesía y este se me quedó viendo.
- Ben, Sid no necesita eso, el ama el agua, es un Leviatán.
- Osh Kuri solo por que tú tengas una manía de gastar a lo bobo tu dinero en ropa y más ropa no significa que el señor Sid haga lo mismo.
- Pero a él le importa menos que a mí la ropa.
- Eso no es el caso!
- Pues que quieres Ben? Cuando hay, hay!
- Y eso que?
- No es mi culpa no tener pobreza mental.
- Que demonios quisiste decir con eso?
Estos comenzaron a discutir sobre la ropa en tanto Ben se sentaba en la orilla de la tina y pasaba la suave esponja por el cuerpo inherente de Kuri, lo bañaba con tanto cuidado y dedicación que sentí envidia de ellos, por los ojos aguamarina del Italiano se salía aquel amor que este se empeñaba en negar y los ojos azules de Kuri correspondían sin vergüenza alguna a este amor. Yo amaba a mi rubio y sabía que él a mí pero yo jamás estaría en esa posición humana de debilidad, con los espectros las cosas no eran así, iban de todo a nada. O eras fuerte o desaparecías, quizás por eso Kuri estaba tan contento a pesar de todo, quizás por primera vez se sentía en su derecho de disfrutar el amor que Benny le profesaba, algo que con su gemelo no había podido suceder.
Yo quería disfrutar lo mismo que él y entonces se me ocurrió una gran idea! Cuando llegara a casa le diría a Steph que me bañara! Esta vez el que querría mimos sería yo.
Me quedé hasta que terminó de bañarlo y lo ayude a envolverlo en una toalla enorme y llevarlo de regreso a su cama.
- Vaya a Steph le tocaron buenos brazos eh? Mira nada mas, el pequeño pez tiene bíceps enormes y eso que nunca ha pisado un gimnasio, eso no es justo, quiero un cuerpo más desarrollado!
- Aún de humano e invalido sigues siendo un dolor de cabeza Kuri- Le dije.
Benny se adelantó y puso una toalla en la cama de Kuri y un protector nuevo.
-Y tú siempre serás un espectro retardado.
- Ah?
El Ruso sonrió y yo lo acomode en su cama.
- Con cuidado- Dijo Ben en un suspiro, era muy obvia la devoción que le tenia al cuerpo frágil de Kuri, así que obedecí y este lo puso boca abajo para masajear sus piernas y sus pies. Yo fui a buscarle la cara y este dijo.
- Que quieres decir?
Kuri sonrió y me miró con un gesto extraño, entre retador y pícaro. Yo me metí en su mente y me dijo.
"No debes pasar por alto el dolor que sientes Sid"
" Dolor?"
"Sé que te duele mucho cualquier cosa que tenga que ver con Steph, sea Layla o el policía o dejar de estar a su lado, mírate la cara que traes"
"Y que? No puedo hacer nada"
" Sid, no dejes ese dolor pasar. Seré un humano; pero aún se que se sientes, ellos jamás podrán saberlo pero yo sí y sé que quema como el infierno"
" Haré lo que pueda"
Le revolví el cabello y me puse en pie.
- Vendré luego, pórtate bien Kuri.
- Señor Sid, gracias por todo!- Dijo Benny haciendo una reverencia ante mi, no entendía por qué era tan formal conmigo.
- Adiós Ben- Dije despidiéndome del chico castaño.
-Adiós Sid, no seas tan cabeza de coral! Ben, tengo hambre!- Se quejó Kuri.
- Kuri tranquilo ya voy a terminar pero quiero examinar bien tu piel y esas laceraciones.
- Ben! Ya estoy bien! Me voy a morir de hambre!
Salí de la habitación mientras Kuri se hacía el llorón consentido con ese pobre humano, por Satanás, quien creería en las lágrimas del Ruso? Había que ser muy crédulo para creerle alguna rabieta.
Conduje hasta casa de Steph y como ya estaba oscureciendo de un salto trepe hasta su recámara. Sabía que Roja no estaría pues su Nona y ella habían ido a quedarse el fin con la tía Henrrieta para celebrar su cumpleaños, así que Steph estaría solo en casa, perfecto para chupar un poco de su néctar, me senté en su cama y tome una de sus almohadas, aspire el aroma, olía a él. Miré sus fotos, me encantaba verlo siempre pero cuando esté no estaba las fotos hacían un buen trabajo, me encantaba su melena rubia y su sonrisa, amaba sus ojos negros y esa cara de niña bonita. Comencé a sentir la necesidad de poseerlo, así que me deje de tonterías y decidí bajar a buscarlo, seguro estaría dormido con la televisión prendida, le arrancaría los pantalones y me metería entre sus muslos de leche.
Apenas estaba bajando las escaleras cuando escuché ese sonido de platos que caían y un golpe sórdido seguido de otro que provenían de la cocina.
Baje a la velocidad del sonido y lo que encontré fue mi perdición.
- Sss...Sid...
Dijo con miedo Steph al verme, pero para mí no había nada más allá de la furia que sentí. Ese idiota perro policía estaba sobre mi propiedad en el piso, ellos... Estaban muy cerca. Algo en mi interior se encendió de tal forma que no pude controlarme.
- Sid... No es lo que crees!
- Ah, Santinni!- Dijo el perro policía sin darle importancia.
Me quemaban los celos, en esos segundos la cocina de Steph se tornó el infierno.
- Sid, calma!- Rogó el rubio quitándose al idiota ese de encima para ponerse en pie de inmediato.
Di un paso adelante y luego otro, no comprendía palabras, solo podía sentir esa irá que me quemaba el cuerpo. El policía me miró sin ganas mientras también se incorporaba pero yo había ya perdido parte del juicio y antes que este se pusiera erguido por completo mi puño fue a estrellarse contra su cara en lo que yo llamaría medir mi fuerza.
- Sid! Basta!
Escuche a Steph gritar aquello y soltar un lloriqueo.
- Es mío!
Dije sin darle oportunidad al imbécil ese de reaccionar y lo tomé por el cuello del uniforme con una mano.
- Sid, para! No!
Steph lloraba, y a mi me rompía el corazón aquello pero aún estaba encolerizado, no podía permitir que este idiota lo tocará.
- No lo toques nunca más! Nunca! Nunca más! Es mío!
Le ateste un golpe en el estómago y este soltó un quejido que se ahogo cuando yo apreté su garganta y de inmediato un hilo de sangre escurrió de su nariz.
- Para Sid por favor!- Me tomó Steph del brazo para impedir que yo soltara un nuevo golpe y como tenía el juicio nublado debido al coraje no supe discernir y lo mandé a volar de un movimiento para apenas reaccionar a lo que había hecho cuando escuché el golpe de su cabeza contra uno de los gabinetes de la cocina.
De inmediato solté al perro policía que cayó como piedra y para girarme y ver a Steph tirado en piso de la cocina con la mirada pérdida.
- Que hice?- Susurre y escuche como el policía jalaba aire a raudales.
- Maldito... Santinni!
Decía aún sin poder respirar bien, se arrastró como pudo hasta donde estaba mi rubio y lo tomó en sus brazos.
- Steph! Steph reacciona!
Este aún no estaba bien pues se agarraba la garganta y carraspeaba al hablar.
- Steph mi amor! Por favor!
Yo me acerque lentamente y el perro policía se puso a la defensiva. Yo estaba muy conmocionado pues el rubio no reaccionaba, me puse en cuclillas y sin hacer caso al perro policía que me exigía a gritos que no lo tocará, se lo quité de los brazos y lo acune en los míos. Steph, que he hecho?
Le había hecho daño! Yo...
Me levanté despacio y miré al policía que con trabajos me imitó y dijo.
- Ni un paso más!
Miré el rostro de Steph, lo había lastimado, me dolía, me dolía horrible. Había sido un estúpido al haberme dejado cegar por mi furia.
- Tengo que llevarlo al hospital!
Dije aquello en voz baja y di la vuelta para salir corriendo con mi tesoro en brazos, al salir de la casa de Steph pegue un salto enorme y dejé salir mis alas para volar a mi máxima velocidad hacia el hospital.
Llegue en menos de treinta segundos, de inmediato busque a Kanon que al ver el pequeño bulto de carne que traía en brazos sin sentido se encolerizo y solo me lo arrebato de los brazos para llevárselo sin decir nada.
Yo no me moví ni un paso, nada! Me quedé ahí estático y al cabo de un rato me deje caer de rodillas. Le había lastimado! Yo le había tocado.
Luego de media hora Kanon regresó y se plantó frente a mí.
" Que sucedió Sid?"
Yo no respondí y este insistió un par de veces mas, pero yo no tenía deseos de hablar, quería desaparecer. Había herido a Steph y eso era todo lo que sabia. Entonces Kanon me soltó un golpe tan previsible, otro y otro. Yo no me defendí, ojalá hubiera sido humano y me hubiera partido toda la cara por que lo que había pasado no tenía perdón, lo que había hecho era algo terrible. El bisabuelo me tomo por los bucles y me estrelló contra la pared la cual se cuarteo, luego de eso dijo.
- Que no se te vuelva a pasar la mano con Steph. Mide tu maldita fuerza o controla tu estúpido carácter!
Este se retiro del lugar y yo me quedé ahí tirado un buen rato. Terminé por ponerme en pie y salir del hospital a aquella lluvia de Londres, la misma de siempre, era la primera vez que mi corazón no estaba contento con sentir el agua, salí caminado por el estación y escuche la voz de ese tipo.
- Alto ahí Santinni! Ni un paso más!
Me quedé quieto, y el perro policía me encaró.
- Más te vale que no intentes huir por que si le ha pasado algo grave te voy a matar yo con mis propias manos!
Yo no dije nada.
- Maldición Santinni responde!- Dijo el policía con furia, pero yo no hable.
Este me tomo por la camisa y me soltó un puñetazo que seguro le dolió mucho más a él pues a mí no me hizo efecto más que mandarme al suelo ante mi evidente falta de interés.
-Te juro por mi vida que si le pasó algo te voy a matar!
- Es un trato- Susurre y este se encolerizo más.
- Me estás tomando el pelo maldito?!
Me volvió a tomar por la camisa y me obligó a cruzar las miradas, pero al encontrarse nuestros ojos; este se quedó pasmado.
- Santinni...
Este me dejó caer piso y dio media vuelta.
- No te acerques a él de nuevo. Ni se te ocurra o te las veraz conmigo, imbécil!
Luego de eso se alejó caminado hacía la entrada del hospital.
Cuando este desapareció miré al rededor y como no había nadie saqué mis alas y me fui a refugiar a Mousetrapp. No podía volver a verlo, no podía! Se supone que yo debía cuidar a Steph, ese era mi trabajo, mis manos debían hacerle caricias nunca lastimarlo y lo había hecho.
Llegue a desatar mi furia destruyendo uno de los jardines por completo..Una maldición de fuerza pesaba sobre mí y estaba terriblemente envuelto en ella. No quería existir sin Steph pero yo era muy peligroso para él y prefería quemarme en las llamas de mi propio infierno antes que dañarlo.
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- Como te sientes amor?
- Bien Whip, es en serio! Y tú cómo estás?
- Que pregunta Steph, casi me muero cuando te vi ahí sin reaccionar.
Sonreí apenado. Miré la ventana esperando ver una señal de sus lilas pero nada de nada.
- Estás seguro de que no quieres denunciar a ese mocoso loco de Santinni?
- No Whip, no quiero. Sid puede ser impulsivo pero nada más, él jamás me haría algo malo a propósito.
Miré la manta que cubría mis piernas, no! Sid sería incapaz de hacerme algún mal. Quizás tenía una exceso de fuerza que no había medido pero él no me haría nada malo. Sid, por que no has venido a verme ya?
- Pues no me parece!- Dijo cruzándose de brazos- Santinni está loco. Yo jamás podría hacerte algo mi amor. Siempre te cuidaría.
Me quedé callado, no quería hablar sobre lo que había sucedido. Me recosté en la cama de hospital a donde Sid me había llevado mientras había estado inconsciente.
Whip seguía molesto hablando mal del actuar de Sid.
Las cosas se habían salido de control por un malentendido estúpido.
Yo sabía que Sid había tenido mucho trabajo y aunque lo extrañaba a morir había hecho mi mejor esfuerzo en no molestarlo. Él me llamaba y hablaba con Roja y conmigo pero llegaba ya entrada la madrugada, me metía en sus brazos y se iba al alba lo cual me hacía extrañarlo horrible pero había días que Whip me hacía compañía y no me sentía tan solo aunque a Roja nada más no le pasaba, ella tenía puesta la camiseta del equipo de Sid.
Ya habíamos armado el plan para tomar bizcocho y chocolate por la tarde del sábado y así lo hicimos, al terminar y antes de que este se fuera, yo fui a dejar la bandeja a la cocina, él me ayudó con las tazas y demás pero por mis descuidos torpes me tropecé y casi caigo cuando este interpuso su cuerpo para que los platos no me cayeran encima y por lo tanto quedamos en esa postura tan incómoda. Para colmo y justo en ese momento Sid apareció enfrente.
Su mirada, su cuerpo e incluso es aura que lo rodeaba cambio por completo, era como si algo oscuro estuviera abriéndose paso en mi cocina y entonces se lanzó contra Whip.
Al principio no sabía que hacer mas que pedirle que parara, pero yo sabía que Sid no lo haría. El mismo Elliot me lo había advertido:
"Sid apenas lo tocó, estaba como desquiciado cuando él y yo nos enfrentamos, pero debes saber que Sid no usó ni el uno porciento de su fuerza con él, solo te lo digo para que consideres la realidad, Sid no es humano, es un demonio casi y no quiero arruinarte la boda pero así será siempre, si Sid pierde la cabeza va a cometer una estupidez, en ti esta no dejarlo hacer tal cosa, entiendes?"
No podía dejar a Sid cometer una tontería, así que lo tome del brazo y luego este me mando a volar contra no recuerdo que por que perdí el sentido. Desperté en la cama del hospital, Kanon estaba a mi lado y de inmediato me reviso, todo parecía estar bien, y solo me dolía un poco la cabeza. La orden de Kanon fue reposo de doce horas en el hospital, luego vino el oficial June y me contó lo que había sucedido en casa.
A las diez de la noche Kanon le dijo que tenía que irse, Whip me miró y yo asentí y este me dijo que vendría mañana a recogerme. No quería pero tuve que aceptar o él amenazó con decirle a mi mamá lo ocurrido así que acepté y solo así se retiró más calmado pero sin dejar de hablar pestes de Sid.
Yo quería que Sid viniera así que en cuanto estuve solo y con las luces apagadas en mi habitación, tome mi celular y le llame.
El tono sonó un par de veces y nada, insistí como loco pero no hubo respuesta y entonces esa ansiedad y ese dolor comenzó a abrirse paso en mi pecho, tenía que intentar tranquilizarme o si no colapsaría. Comencé a llorar por que quería escuchar su voz, quería que viniera a mi cama. Sid por que me castigas? Por qué?
Terminé sin poder dormir nada, estaba realmente ansioso, tenía un pánico interno de que este me hubiera dejado, tenía terror de que se hubiera marchado así que en cuanto Kanon me dio el alta y Whip pasó por mi, este me vio con aquella cara horrible que decía " Sid vuelve, te necesito tanto".
- Le llamaste no es así dulzura?
Yo no dije nada y la molestia se hizo presente en su rostro. El resto del viaje a casa fue muy silencioso. Whip me acompañó hasta mi cama y se quedó conmigo más a fuerzas que de ganas.
- Debes descansar.
Yo no dije nada, no tenía sueño en absoluto, quería ver a Sid, abrazarle y decirle que no me dejara, que no me abandonará por mi estúpida debilidad. Whip se sentó en mi cama y comenzó a acariciar mis cabellos.
- Steph, debes intentar dormir un poco, si?
No soporte mucho ver su rostro de lástima hacia mi y me puse a llorar.
- Que pasa bombón?
Dijo este abrazándome con fuerza.
- Quieres verlo no es así?
Yo asentí mientras intentaba calmarme.
- Dime algo mi amor, él...- Note que sus manos temblaban- Él te ha lastimado en otras ocasiones?
De golpe busque su mirada.
- Claro que no! Sid jamás haría eso! Jamás!
El gesto de Whip se tornó de frustración y yo me seque los ojos con la manos.
- Entiéndeme mi amor, ayer estaba muy preocupado y solo quería saber si esto ya había sucedido, no quiero volver a verte perdido.
Yo me quedé callado unos momentos pero al final sabía que Whip solo tenía buenas intenciones así que asentí.
- No sé que haría si algo te pasará, me muero Steph.
Dijo tomando mis mejillas.
- Dime que lo entiendes?
- Whip....
- Me muero. No podría soportar algo así.
Yo asentí y dije un simple.
- Gracias.
- Ahora trata de dormir quieres? Solo un poco.
Me volví a recostar y le dije.
- Whip?
- Dime dulzura.
- Puedes... Puedes acostarte conmigo?
Su rostro se puso con un ligero rubor y el asintió. Su cuerpo era parecido al de Sid, sabía que estaba mal usar así a Whip pero de verdad necesitaba dormir y pensar en que su cuerpo era el de mi Leviatán; era una buena forma de engañar a mi mente.
Cuando mi mamá llegó esa tarde le imploré a Whip no decir nada y este asintió con la condición de que si algo así volvía a suceder él mismo denunciaría a Sid. Mi mamá y Roja estaban algo preocupadas y no me dejaron salir esa semana, así que no pude ir a buscarlo y por consecuencia las cosas solo empeoraron. No dormía nada y me hallaba muy callado.
- Bebé, que pasa?
- Nada mamá!
- Nada? No me digas eso bebé, mi pequeña y yo estamos muy preocupadas por ti, además del joven June.
- Estoy bien.
- No Steph, no sigas con eso - Dijo mi mamá .No quiero oírlo, la última vez que comenzaste así, te tuve que internar en el hospital. Así que tú dime qué hago? Te llevo al doctor o te interno de una buena vez?
- No mamá- Dije a punto de llorar- Por favor! Solo, solo es que...
Ella espero a que me secara las lágrimas y sonara mi nariz.
-Y bien?
- Es que...
- Peleaste con Sidney?
Mis ojos se abrieron como platos y le mire con asombro. Como era posible que ella supiera?!
-Bueno es que...
Su mirada me escruto con fiereza y solo pude asentir.
- Como lo supiste?- Dije yo direccionando mi pregunta hacia el hecho de que ella podía saber que yo era homosexual.
- Crees que soy tonta? Ese jovencito no se ha parado por aquí ni un solo día, incluso en tu convalecencia. Dime algo, él tuvo que ver con el golpe?
- No mamá- Dije yo llorando de nuevo.
-Bueno, bueno, ya sé que no; solo que como están peleados. Pero que sucedió? Por qué te peleaste con ese niño?
Yo apenas me estaba tranquilizando y preparándome mentalmente para mirar a mi mamá a los ojos y admitir mi homosexualidad cuando ella dijo.
- Ay ya bebé! Ya! Todos los amigos pelean, hasta los inseparables. A ver dime lo que sucedió es irreparable o irreversible?
Miré a mi mamá y está tomo lugar a lado de mí.
- No- Dije con simpleza.
- Y entonces? Llámale y arréglenlo.
- Pero es que de tonto no me contesta!
Le dije con rabia.
- Bueno dale un tiempo para que lo asimile y piense con claridad, él es menor que tú, no es así?
Yo sabía que ni de chiste era así pero asentí pues mi mamá y todos creían la edad que veían en Sid y ella sonrió y dijo.
- A los niños chiquitos les cuesta más trabajo entender las cosas.
Ella me acarició la cabeza y dijo.
- Dale su tiempo y veraz como regresa. Se nota que no es mal niño, aunque pobre seguro ese viejo de Santinni nunca le puso atención, es normal que a veces no comprenda entonces las situaciones y se frustre. A ese niño le hace mucha falta unos cuantos mimos no crees?
Ah?! Mi mamá era una mujer muy inteligente, pues a pesar de que yo sabía que Sid era tan viejo como el mar también sabía que él era muchas veces como un niño pequeño y solía actuar así la mayor parte del tiempo.
- Sid...
- Ahora, vas a comer un pastel de frutillas que te traje y una taza de leche calientita, luego de eso vamos a subir a tu habitación y te voy a poner un relajante para que duermas algo, bien?
- Pero mamá, Roja va a llegar y...
- La nena llega hasta la media tarde, hoy es día de pintura y no estará aquí hasta la cena así que obedece.
- Pero...
- Bebé!
- Es que me va a doler el relajante.
- Intentaré hacerlo con cuidado pero necesito que duermas bien?
Hice un mohín, no tenía de otra así que comí el pastel de frutillas y bebí la leche, estaba deliciosa, mi mamá me inyectó un relajante y me quedé bien dormido.
Cuándo desperté estaba muy oscuro, yo estaba bien arropado y justo a tiempo noté aquella sombra en la ventana que me causo un miedo terrible. Un cuerpo bien formado y una cabellera larga y ensortijada.
-Sid?
Unas lilas refulgieron en medio de aquella oscuridad y mi corazón sintió tanta alegría que comencé a llorar así nada más.
- Sid gracias a Dios!
Las lilas se entrecerraron, había dicho la palabra equivocada. Este se giró y se iba a ir cuando le dije.
- No! Espera! Por que me haces esto? Por qué me castigas así? Ya no me amas?
Sid se detuvo en la ventana y se quedó quieto ahí.
- Sid... Yo en verdad lo siento.
Este se giró y vi esa expresión natural en él. Estaba sufriendo. Yo me quite el edredón y las colchas de encima y baje los pies al piso.
- Sid...Yo...
Su reacción fue tan espontánea y hermosa que fue una agradable sorpresa. Este se lanzó a mi regazo a suplicar, sus alas se habían desplegado dejando caer ese hermoso plumaje negro que era tan suyo.
- Steph, perdóname tu a mi! Jamás! Jamás me voy a perdonar esto. No puedo! Todo se me escapó de las manos, se supone yo debo protegerte, cuidarte, pero no puedo hacerlo de mi mismo.
- Sid!
El parecía un niño pequeño llorando en el regazo de un adulto solo que Sid no podía llorar.
- En verdad lo siento, en verdad no podría existir si algo te sucediera, desaparecería de inmediato.
- Sid calma!
- Soy un monstro! Perdón Steph, perdón!
Este se aferraban a mi con desesperación. Yo intentaba confortarlo pero este estaba completamente ciego de desesperación. Nunca lo había visto así antes.
Al fin después de bastante rato noté como este aflojaba las manos pero no se paraba de mi regazo y a mi me estaban dando unas enormes ganas de orinar.
- Sid, vamos a hablar quieres?
Este negó con la cabeza como los niños.
- Vamos Sid, hay que hablar. Yo no estoy molesto ni nada, no paso a mayores. Así que tranquilo.
- Yo... Soy horrible- Dijo con la cara escondida en mi estomago- Te hice daño, y eso Steph duele, duele mucho.
- Pero Sid, no fue a propósito.
- Jamás podría dañarte a propósito pero aún así pasó...Yo debí cuidarte Steph, ese es mi maldito trabajo y es mi culpa.
Aquí vamos de nuevo
- Sid mírame! Vamos! Mírame!
Este alzó con mucho trabajo la cabeza y su gesto era tan conmovedor que me hizo estremecer.
- Sid estoy bien.
- Y que? Eso no quita lo que hice!
- Pero Sid, vamos...
- No hay algo que pueda dolerme más que tú Steph, no lo hay!
- Pero yo estoy bien. Además eso fue ayer y ayer está en el ayer- Dije en forma de broma.
- No, yo te hice daño y no hay nada peor que eso! No lo hay, ni ayer, ni hoy ni mañana.
- Pero Sid...
Estaba a punto de orinarme en la cama y Sid no dejaba de culparse.
-Perdón Steph, quizás sea mejor que nos dejemos de ver... Yo... Yo no soy bueno, soy un mounstro.
Sus palabras me tensaron y de inmediato se me fueron las ganas de orinar.
- Me matas entonces! Si no puedo verte más Sid, me matas!
Este me miró confundido y yo retome.
- No voy a soportar que me dejes, si estos días que no habías venido no dormí, no comí y estuve muy mal. Si quieres matarme en verdad puedes dejarme; pero ahí si será tu culpa. Idiota!
Estaba temblando de la rabia, como podía decir eso?
- Steph... Perdón!
Su expresión se tornó excesivamente triste.
- Perdón, tampoco jamás nunca podría dejarte, aunque tú me lo pidieras, no podría dejar de verte. Sería mi desaparición absoluta de esta existencia si tú y yo nos dejamos de ver.
La mirada de Sid era un universo de soledad y tristeza que me obligó a encorvarme y cubrirlo con un abrazo. Este se aferró más a mí de nuevo y yo le susurre al oído.
- Sid, si este es el riesgo que hay que aceptar para estar tu lado, siempre, escúchame bien, yo elijo tomarlo. Te amo, Sid. Mucho, mucho. Lo entiendes?
Este no se movió y yo repetí.
- Sid entiendes que te amo mucho?
Él asintió y entonces las ganar de orinar volvieron.
- Ahora necesito ir al baño, pero quiero que te acuestes conmigo y me abraces toda la noche.
Este no se movió.
- Sid, quiero ir al baño. Sid? Sid?
Este levantó el rostro y pego sus labios a los míos. Eso era más poderoso que cualquier relajante o cualquier medicina. Sid era lo único que yo más amaba en el mundo y yo sabía perfectamente bien que no sería fácil estar al lado de un demonio tan poderoso como él, pero no tenía más, mi amor por este era algo que se me había escapado de las manos, no había forma de controlar este amor o medirlo, yo quería todo de Sid y estaba dispuesto a todo por él. Ya casi toda la asamblea me había advertido que Sid era celoso como el mar y posesivo a más. Pero que podía hacerle, estaba tan enamorado de él que si este me dejaba no habría una nueva oportunidad para mí, era enloquecer o morir.
Al fin me libere de su boca y le dije.
- Sid, tengo que ir al baño.
Este se apartó de mi regazo y yo me puse en pie y camine al baño pero de inmediato me di cuenta que era seguido por Sid.
- Que haces Sid?
Este miró a un lado y no dijo nada.
- Sid?
- Mandé Steph.
- Que haces?
- Vine al baño contigo.
- Sid tú no usas el baño- Le dije y este solo se encogió de hombros y dijo.
- No es importante.
Este se recargo en la puerta y yo moví la cabeza en señal de negación, Sid muchas veces era como un crío. Yo ya no aguantaba las ganas de orinar así que tuve que hacerlo frente a él y cuando me saque aquello Sid se posicionó detrás de mí, pego excesivamente su cuerpo al mío y tomó mi sexo.
- Te ayudó?
- No!
Pero Sid no hizo caso y comenzó a besarme el cuello y morderme el lóbulo de la oreja. Por lógica yo me deshice en sus brazos y cedí el control a su persona.
Cuando termine de orinar, este no me acomodo siquiera el pantalón, sino que así me llevo en sus brazos hasta la cama y mando toda mi ropa inferior a volar, subió mis piernas en sus hombros y dijo.
- Te necesito mucho Steph.
- Sid espera... Mi mamá y Roja...Abajo
Pero su mano estimulando mi entrada y un beso apasionado fue el fin de la conversación. Sid era un niño, cerré mis brazos entorno a su cuello, sabía que en mi poder estaba salvaguardar a Whip pues él no tenía que estar en riesgo por que yo no era capaz de controlar los celos de Sid y sabía que tenía que cuidar de Sid ya que esos celos también serian su perdición.
Esa noche fue muy corta y la madrugada muy larga, Sid se quedó a mi lado, pude conciliar el sueño no solo por su presencia sino por que sabía con claridad que tenía que tomar una resolución. Dejarlo de ver.
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Del Libro de Sid.
Perro Policía y Perro Gigantón.
-Señor Santinni? Hay un policía buscando a su hijo!
- Fallo accadere alla terza sala riunioni.
- Bien.
Metí mis alas y me puse una camisa negra, no estaba yo para visitas y menos de ese tipo. Vi que había un poco de sol, al menos esa sala de juntas tenía cortinas, no muy gruesas pero servirían de algo. No me esforcé ni un poco en como lucía, no estaba de humor para esas tonterías.
Salí de mi oficina y baje dos pisos a dicha sala de juntas.
Al abrir la puerta la luz del sol me lastimo bastante la vista, este había corrido un poco la cortina y miraba al exterior.
- Maldición! Puedes cerrar esta maldita cortina!?
Este sonrió con malicia al verme oculto detrás de la puerta y al cabo de unos momentos de disfrutar su triunfo sobre mi debilidad hizo lo que le había pedido.
- Los no mocosos que no saben sobrellevar una resaca con amabilidad no deberían beber.
Este había creído que mi desdén por la luz habría sido debido a una resaca.
- Y los ancianos deberían retirarse del servicio policial para dedicarse a beber y morir pronto de cirrosis.
- Suerte para mí que apenas soy un adulto joven.
Yo me adentre en la oficina y este me vio de arriba hacia abajo y viceversa.
- Fiuuuuu- Dijo En un silbido- Te ves terrible eh? Así que su alteza serenísima Santinni también puede tener malos días eh?
Yo puse cara de disgusto y este sonrió.
Ese maldito perro policía a que demonios había venido?
- A que viniste? A burlarte de mi? No me importa.
- Ojalá fuera tan sencillo Santinni. Pero he venido a verte por lo que sucedió el otro día.
Yo me recargue en la puerta y me crucé de brazos.
- Tu dirás.
- Cuántas veces ha pasado eso? Cuántas veces le has hecho daño?
Su pregunta me encendió de inmediato. Acaso creía que yo gustaba de lastimar a Steph? Intenté ser un poco racional y no aventarlo por la ventana como deseaba, así que di media vuelta dispuesto marcharme y este dijo.
- Ni un paso más Santinni, contesta!
Voltee a verle de nuevo y me adentre en la habitación.
- Por quien me tomas? Crees que le haría daño a la persona que más amo? Jamás me atrevería a dañar a propósito a Stephan. Su vida es lo más preciado que tengo. Al que quisiera eliminar es a ti.
Este no se sorprendió ante esto último.
- Contra el que iba era contra ti, si no lo sabes eres muy imbécil.
Este sonrió y yo repuse.
- Si no hubiese sido por que Steph se interpuso, tu estarías viviendo en la cama de un hospital comunitario. Tu alma sería quizás ya residente en el infierno.
- Seguro que si, la verdad no me sorprende pues el sentimiento es recíproco, es una lástima que yo no pueda abusar de mi cargo o portar armas... Tu estarías en un fino hospital.
- Entonces creo que ambos nos entendemos- Dije.
- Si, lo único malo es que Steph no entiende que tú y yo somos enemigos naturales.
- Te sobreestimas mucho al pensarte que puedes llamarte mi enemigo- Dije.
- Claro que puedo, mírate nada más la pinta y notarás que puedo llamarme tu enemigo.
Ese maldito perro policía había tenido una buena.
- Además de eso, todo este tiempo yo he estado yendo a ver al rubio y tu cuántas veces?
Ese comentario me hizo crispar los puños.
- Cuidado Santinni, cuidado por que yo voy muy en serio.
- Y que?
- Que yo ya vi tu punto débil. Tu eres como un vaso de vidrio sabes? Esos vasos muy finos, cristal caro. Lo malo de esos vasos es que el grano del cristal es un grano muy grande sabes? Lo cual hace que con una vez que caigan se forme una grieta, pero una grieta no rompe un vaso, no! En definitiva no lo hace, pero con el uso esas grietas se propagan y se propagan tan rápido debido al tamaño del grano con el que fueron pensados, lo que hace que una segunda caída el vaso estalle en mil pedazos.
Lo mire con odio, me estaba exasperando.
- Tu vas a perder la cabeza, lo sé. Mírate nada más cómo estás? Pero es esperable de un crío mimado como tú, que siempre obtiene lo que quiere.
Su mirada mostraba el desprecio absoluto que me tenía y yo no podía esperar menos de él pues ese sentimiento era completamente correspondido. Yo me metí a su mente en lo que este farfullaba.
Una guerra? Explosiones, recuerdos de ese ruido llenaron mi cabeza...
" Para siempre y hasta el final" " June, hijo, regresa a casa..." Disparos, metralletas de largo alcance y gritos era lo que estaba en la cabeza de este tipo, " Teniente Whipper, felicidades!" Las bombas se acercaban más y más, "Lo siento Látigo, lo siento mucho" Disparos, granadas y cañones todo mezclado en su cabeza como en un vals de muerte mientras más a fondo indagaba en su mente, "June, tu vida es lo más valioso que tengo!". En un instante un recuerdo que parecía cerrado, era posible que un humano pudiera cerrarme su mente? Solo divisaba a ese hombre encerrado en una habitación oscura, el estaba sentado en una cama vieja y se tapaba los oídos, insistí un par de veces y luego escuche aquella voz masculina decir " Tu eres mi orgullo"
Salí de su mente y este me miraba de aquella forma tan detestable. Ahora mismo yo también lo odiaba pero me había enganchado de la intriga, quién era este hombre llamado June Whipper? A mí pocos humanos me eran interesantes y este era una excepción debido no solo a que estaba deseoso por quedarse con lo mío sino por que quería saber que había detrás de aquella fachada de policía bueno.
- Pero hasta que eso suceda y yo gane no puedo hacer nada.- Dijo él.
- Y que?- Dije yo respondiendo a su cantaleta de que él se quedaría con Steph cuando yo me desquiciara y que era un niño rico y bobo- Quieres que te aplauda tu juego sucio?
- Yo jamás he jugado sucio Santinni. Todo lo he hecho frente a ti.
- Ah sí? Hasta cogértelo?
Él se sorprendió y se sonrojó un momento pero luego recobro la compostura.
- Ah eso.
- Crees que no sabía que te lo habías cogido en mi ausencia?
- No jugué sucio ni en ese momento, tu no estabas con él, lo habías dejado.
- Y por eso te lo cogiste?
Dije recalcándolo de nuevo.
- Ni siquiera sabía que era de su novio rico del que hablaba en sus delirios, en sus fiebres. Sabes algo, cuando lo encontré vagando creí que él era mi recompensa por...
En su cabeza apareció de nuevo aquella guerra.
- Por haberte ido heroicamente a la guerra? Uuuy que patético!- Dije yo.
El perro policía sonrió y dijo.
- Así que me has investigado eh?
- Soy un niño rico mimado no dices tu eso? En algo tengo que ocuparme.
- En fin, averigua todo lo que desees. La verdad no me importa y en cuanto a Steph te lo digo, yo no tenía idea de que el estaba con alguien y menos tenía idea que llegaría a amarlo tanto como ahora y es por eso que no descansaré hasta que él sea mío.
- Uy que miedo!
- Créeme Santinni yo quizás no sea un pequeño y consentido heredero pero tú estás tratando con Steph y él está en mi lado de la línea, yo jugaré mi juego y veremos.
- Aunque hagas trampa de nada te servirá. Aunque ahora Steph y yo no estemos en los mejores términos, mi corazón siempre será de él y él siempre será mío.
- Entiende algo Santinni, yo jamás hago trampa, no soy un cobarde. Jamás haría algo a tus espaldas, soy suficiente hombre como para enfrentarme a ti por él. Le amo y como te dije no descansaré hasta que él este a mi lado pero aún así no vine a nada de esto. Nuestra pelea es nuestra y es por eso que he venido.
- A que te refieres?
-A que mi victoria no será sobre un árbol caído y menos sobre el dolor ajeno. Steph está mal, no come, no duerme y no se encuentra en sus cabales. Cree que me puede engañar pero ni en sus mejores intentos lo logra. Esta mal, ve a verlo, él esta vez te necesita a ti.
El policía miraba hacia la ventana, pero en realidad estaba perdido recordando un dolor ajeno, él de Steph.
- Y que?
Me miró con una nueva expresión. Súplica.
- No dejes de ir a verlo Santinni, no dejes de ir, detesto verlo así, no me gusta nada que Steph este sufriendo por un idiota como tú.
Yo tomé asiento en la mesa y el perro policía caminó hacia la puerta, no sin antes echarme un vistazo más y entonces me di cuenta de que había obviado algo. No llevaba zapatos. Este miro mis pies y luego me miró como si yo tuviera algún problema.
- Ve a verlo hoy, ve a verlo. No es una petición.
No entendía su postura, era claro que él y yo nos odiábamos pero por que quería una reconciliación entre Steph y yo? El tomó el pote de la puerta y lo giró.
- Que ganas tu haciendo esto June Whipper?
El perro policía me miró por el rabillo de su ojo izquierdo y dijo.
- Cuando te gané mi victoria será más grande, por que te habre dado todas las oportunidades y aun así fracasaste.
- Pero eso no sucederá.
- Ay Santinni, eres un crío. Te encargó a mi amado rubio, cuídalo bien por que pronto será todo mío.
El perro policía salió dejando la puerta abierta tras de sí. Yo no comprendía bien a ese hombre y entre más cosas sucedían entre nosotros me daba cuenta de dos cosas. Una; más lo odiaba y dos; más curiosidad me daba.

Notas finales:

:)


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