Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ni tan casados por jotaceh

[Reviews - 281]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Día 65: Dos

 

Me intrigaba el hecho que Claudio quisiera hablar conmigo. ¿Qué es lo que quería platicar? ¿Sería algo importante? ¿Estaría con Leticia? ¿Se amarían tanto que quieren casarse y por eso quiere hablar conmigo para pedirme el divorcio? Me pasé varias noches pensando en eso.

 

-Hola…-como era costumbre, Manuel me visitó en mi suite cuando cayó la noche.

 

-Lo siento, pero hoy no quiero…- comenté al saber a qué iba.

 

-¿Estás seguro? ¿Por qué?... ¿Te conseguiste a otro? –debo reconocer que, aunque es tonto, tiene buena intuición.

 

-No es eso… o quizás sí… lo que sucede es que regresó a mi vida un viejo amor…- ok, soné como una patética muchacha tratando de contar su chisme.

 

¿Un viejo amor? Qué cosa más patética, si al final fueron un par de polvos y nada más. Vale, yo sí estaba enamorado, pero él es un estúpido que no se merece ni siquiera un poco de consideración.

 

-Ah… es otro hombre…-dijo un poco cabizbajo.

 

-Deberías estar feliz, quizás te deje de molestar pronto y puedas buscar a una mujer por ahí…- me reí un poco.

 

-Puede ser que creas que no tengo sentimientos, pero… después de todo este tiempo… parece que igual he comenzado a sentir algo por ti… y no me gustaría verte con otra persona…- me miró a los ojos como en las películas románticas. Sus palabras no fueron las más poéticas, sin embargo, viniendo de él debía comprender que eran profundas.

 

No supe qué decir, porque nunca pensé que él pudiera sentir algo por mí. O sea, siempre lo quise, pero de ahí a que se vuelva realidad, conociendo mi mala suerte, era muy poco probable.

 

-¿Follamos?- me preguntó tras unos minutos de silencio incómodo.

 

-Bueno…- preferí aceptar, total, no cuesta nada.

 

Salté como mono en rama de la selva, sudé bastante y dejé al macho cansado, tanto que se quedó dormido a mi lado. Le contemplé mientras descansaba, parecía un angelito, alguien incapaz de pecar, cuando en realidad es toda una bestia. Supongo que mi percepción sobre él cambió tras aquel momento, tras escuchar que se había “encariñado” conmigo. ¿Y si pudiéramos ser pareja?

 

-¡Maraca!... Que genial que me vinieras a ver…-gritaba la señora Mauri cuando fui a su salón de belleza.

 

-Ya chiquillas, saldré un ratito, así que trabajen bien duro y no quiero que nadie me ande robando… ¡Marginales! - la marica estaba descontrolada, se creía la reina Isabel y mandaba como si todo fuera suyo.

 

Fuimos hasta un café cercano. Decidí juntarme con él porque me mataba la curiosidad de saber sobre Claudio. Me sentí mal por Manuel después de todo lo que sucedió, tan solo que el chisme es más fuerte.

 

-El otro día vino de nuevo preguntando por ti… Está realmente desesperado por encontrarte… Parece que la mamas bien…-dijo la muy ordinaria.

 

-No es eso, debe ser algo de mi esposa…- quería creer eso.

 

-¡Ay no! Que no puedo escuchar eso… verdad que tenías esposa y todo… que maricón más mentiroso. ¿Cuándo te ha gustado la vagina a ti? - no se puede hablar con ese hombre, tiene el pene clavado en su mente.

 

-Como soy buena amiga, y quiero que te salga cachita, le pedí su número de teléfono… Aquí lo tienes perra… espero que te coja como Dios manda…-me entregó un papel con los datos del macho.

 

Marqué y colgué veinte veces porque siempre me arrepentía, estaba muy indeciso y es que no sabía si podría enfrentar a Claudio nuevamente. Necesitaba los consejos llenos de sabiduría de Gaby, ella siempre sabía… a quien miento, necesito a Leticia, ella sí me hacía pensar de verdad.

 

Finalmente decidí no colgar y esperar a que me contestaran.

 

-Hola…-escuché la inconfundible voz del varón.

 

-Hola Claudio… hablas con Nicolás Goycolea… ¿te acuerdas de mí?... – dije cerrando los ojos, con un fuerte dolor de estómago.

 

Un silencio se creó entre nosotros, ninguno atinaba a nada.

 

-Te vengo buscando desde hace mucho tiempo… ¿Dónde has estado? –dijo casi enojado, como si fuera mi obligación estar a su lado.

 

-Me fui lejos para olvidar lo que le hice a Leticia y a su hijo… supuse que ustedes estarían juntos, así es que no quise molestar… ¿cómo está ella? ¿Quiere el divorcio para casarse contigo? Yo no tengo problema… pueden hablar con mi abogado…- estaba tan nervioso que hablé sin parar, como una locomotora fuera de control.

 

-Nicolás… Nico… ¡Para! - gritó el macho ante mi exabrupto.

 

-Después de su pérdida, ella me abandonó… No quería saber nada de su pasado y se fue a un lugar que desconozco… Me dolió mucho su partida, pero con el tiempo, me fui dando cuenta que a quien más extrañaba era a ti y que necesito que estés a mi lado… Quiero verte… quiero que intentemos ser pareja…-y después de eso colgué.

 

Estaba en mi suite y salí a la calle para caminar. ¿Qué había hecho? No quería escuchar eso, no quería que mi antiguo amor se me declarara, porque… porque… Ay mierda, porque ahora creía que me gustaba mucho Manuel, tan solo que parece que no mucho… aunque tampoco estoy tan enamorado como antes de Claudio… Entonces… ay, que nunca había tenido dos pretendientes en mi perra vida.

 

-¿Nico? ¿Estás bien? - justo en la esquina me encontré con Clarisa, quien había sacado a pasear a Gabriel.

 

-Amiga, necesito tu ayuda… No sé qué hacer…- le pedí ayuda porque mi corazón estaba hecho un desorden.

 

Caminamos hasta el parque, donde jugando con nuestro bebé, comenzamos a hablar del asunto.

 

-Me estás queriendo decir que dos hombres muy guapos están interesados en tener una relación contigo… que es lo que más quieres ahora, porque te cansaste del sexo exprés… Vale… no entiendo cuál es el problema. Yo en mi vida he tenido la atención verdadera de un hombre, ni siquiera de un ciego…-fue la conclusión de la fea.

 

-¿Estoy exagerando? –pregunté avergonzado.

 

-Bastante…-y Clarisa tenía razón.

 

Rayos, es que he tenido tan mala suerte toda mi vida, que cuando algo me sale bien no sé cómo reaccionar.

 

Miré al cielo un rato tratando de relajarme, antes de quedarme a solas con mi hijo, su madre debía ir al baño. Me encanta tenerlo cerca, abrazarle y darle todo el amor que puedo dar.

 

-¿Crees que debería elegir a Manuel?... ¿O a Claudio?... Claro, tú no conoces a ése…- le preguntaba al bebé.

 

-¿O debería estar con ambos? –le consulté después.

 

El pequeño sonrió tan lindamente que me dio a entender su respuesta. Claro que sí papito, tienes que ser una perra y probar con ambos. No lo he dicho yo, sino que mi hijo, así es que le haré caso. Total, ¿qué puede salir mal?

 

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).