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Ni tan casados por jotaceh

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Día 2: Dos y dos son cuatro

¿Se acuerdan que mi esposa me es infiel? Pues resulta ser que tuvo todo el descaro de hacer una cena de parejitas en mi casa. Yo acepté, me dan igual sus amigas del gimnasio y sus estúpidos esposos, así que ese día llegué tranquilo a nuestro hogar, cuando de pronto veo al hermoso hombre que se la folla, sentado a la mesa.

-¿Qué mierda es esto? - dije sin querer, sorprendido por la escena.

Mi corazón palpitaba como loco, mis manos se pusieron heladas y comencé a tiritar. Es como si hubiera conocido a mi héroe, al actor que me gusta. Ahí estaba el super macho que se da vueltas a Leticia en la cama. ¡Santa virgen del coco! Si es más lindo de frente, que solo mirándole el culo desnudo.

-Ay que pesado eres, es mi carne a la cacerola... Si tampoco se ve tan fea, solo tiene las esquinas quemadas... - respondió mi señora creyendo que me refería a su comida.

Pasmado saludé a su amiga, una rubia tetona oxigenada y luego a su marido.

-Ho.. Ho... Hola, es un... Un... Gusto chuparle... Digo... Conocerlo en pene... Persona... - estaba tartamudo, y es que daba la mano a mi amante platónico.

Cristóbal, ay Cristóbal... Así se llamaba el hombre de mis sueños. Su voz es tan grave, que me dan cosquillas en el estómago al escucharlo.

En la cena estaba en el paraíso, no escuché nada de lo que decían, solo me concentraba en los modales varoniles de Cristóbal, en cómo cortaba la carne, en la fuerza que hacía con sus brazos musculosos al llevarse el bocado a sus dientes. Ay mamá, que es todo un adonis el tostado ese.

-¿Entonces estás de acuerdo? - me preguntó Leticia en un momento.

-Sí, claro que sí... - respondí sin saber a qué se refería, sólo quería seguir contemplando a mi ángel.

-¿Estás seguro? - insistió la mujer.

-Sí, sí... No te preocupes... - me estaba hartando su imprudencia.

La comida siguió normal, hasta que de pronto vi como Cristóbal le daba un beso apasionado a Canela, su esposa.

A todo esto, ¿quién mierda le coloca así a su hija? Antes tenía una vecina que su perra se llamaba así... Bueno, aunque está mujer igual se le parece, con ese cabello teñido, las uñas postizas y las tetas de goma.

En fin, como les contaba. De pronto mi amado le metió la lengua hasta la garganta a su esposa, mientras con  sus dos manos le agarró los senos. ¿Qué mierda? Quedé helado al ver esa escena tan íntima.

-Cuida a mi mujer, semental... Dale duro por la cola, que eso le gusta... - luego Cristóbal se acercó a mí para darme unas palmaditas en el hombro, como una típica conversación entre machos.

En ese momento me di cuenta que las cosas no iban bien, que algo raro estaba gestándose.

Resulta ser que el musculoso se llevó a Leticia a nuestro cuarto y antes de cerrar la puerta, la besó con pasión, acariciándole el trasero con vehemencia.

Se me abrió la boca de la impresión. Se suponía que son amantes, sí, pero eso era secreto, ¿por qué estaban siendo tan explícitos?

-Ahora es nuestro turno... Dime, cuál de mis lolas te gusta más... ¿Shakira o Beyoncé? - Canela se desató el vestido y me mostró sus tetas, orgullosa de su rigidez.

Ay no, que asco. Estaba dentro de una pesadilla. Aunque estaba asustado, traté de hacer memoria y recordar lo que mi mujer había intentado decirme en la cena. Claro, muy nerviosa la pobre me había dicho que sus amigos habían ido hasta nuestra casa para hacer un intercambio de parejas. ¡Querían que tuviéramos sexo entre nosotros! Pero yo con Canela, no con mi amado pichulón.

-Y me tuve que acostar con la tetona esa... Lo único que recuerdo es cómo se le movían las lolas al saltar sobre mi polla... Parecían globos de cumpleaños, en cualquier momento esperaba que se reventaran... - le comenté a mi amigo Claudio en un bar.

A él le cuento todo. Menos que soy gay y qué le veo el pito mientras orinamos. Y tratando de seguir con nuestra relación de hombres heterosexuales, le comenté lo que hice con Canela, porque no es mentira, tuve que follármela. No es que me desagraden las mujeres tampoco, tan solo que no quería desilusionar a Leticia.

-Vaya hombre, que tú esposa es toda una leona... Si siempre he sabido que es una perra... - dijo Claudio ya entrado en tragos.

Y eso chiquillos, así es como tuve que seguir fingiendo que soy heterosexual para no dañar a quien más amo: mi esposa. No confundan, es mi mejor amiga y haría todo por hacerla feliz. Ya ven, si hasta me casé con ella.

Ya, pero lo mejor de todo, es que escuché los gremios de Cristóbal desde nuestra pieza y eso me ayudó mucho para hacerlo con la tetona. Si es un manjar, cada vez me gusta más, y si la próxima vez, ¿cambiamos de parejas de la otra manera? Yo con Cristóbal y Leticia con Canela, ¿lo aceptarían?

 


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