Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Strawberry Fields Forever por MeeryLuu

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

The Beatles©Strawberry Fields Forever

[Si desean, pueden leer mientras escuchan la canción, en serio le da un toque muy bonito c:]

Me encanta. Definitivamente fue buena idea subir al techo a pleno amanecer, el cielo es mucho más hermoso a estas horas, los colores que tiene combinan a la perfección. Un claro azul siendo abrazado por los brillantes rayos del sol. Jamás me pareció tan hermoso. Tal vez me lo estaba imaginando, tal vez no; tal vez todo me parecía más precioso al lado de mi sunshine.

Sí, seguro era eso.

Pasé ligeramente mis dedos por las cuerdas de mi guitarra, me acomodé un poco los lentes y empecé con unas tonadas bajas, al son de su suave voz. Me tranquilizaba oírlo y saber que estaba aquí, ahora y en cualquier momento.

Procuramos no subir el tono, sabiendo que los demás aún dormían. Y ninguno quería que despertaran todavía, era como un inocente secreto que íbamos a mantener de ahora en adelante.

En todo ese rato nos dábamos miradas discretas. Aun no nos acostumbrábamos a esto, y a ambos nos seguía pareciendo un tanto vergonzoso. Lo único agradable era verle su carita roja y llena de nerviosismo, me parecía aún más adorable cuando se reía y me provocaba el doble de nervios de los que él tenía.

Cuando creímos conveniente bajar, lo hicimos. Procurando que nadie se diera cuenta de nuestra presencia. Por suerte, aun ni siquiera habían despertado, y no es como si hubiéramos estado tanto tiempo allá arriba, ¿o sí? Ya la verdad no siento el tiempo pasar con su compañía, y era mejor así.

Jyushimatsu estaba ansioso, y al preguntarle qué le pasaba me propuso salir afuera, un rato, en lo que despertaban los demás porque no quería esperarlos hasta el mediodía. Al notar la emoción evidente en él, no pude evitar sonreír por lo bajo y sentirme sumamente alegre por dentro, que aún no podía expresar bien debido a la pena que sentía. Jyushimatsu comenzó a desesperarse por lo indeciso que estaba y ya casi me llevaba a rastras por tanto que me tardaba. Me alegré aún más por eso, era bueno su entusiasmo.

.

Se suponía que sólo saldríamos por un par de horas, pues no faltaba mucho para el mediodía. Fui un ingenuo al no pensar que se nos iría volando el tiempo dando un paseo "corto" por la cuidad. También Jyushimatsu se distraía muy fácilmente con cualquier cosa, lo que hacía que nos tomara más tiempo, y además que a mí también me terminaba interesando lo que fuera que viera.

Hubo momentos que me desagradaron bastante, por ejemplo, al acercarnos a un local de por ahí, toda, o al menos la mayoría de la gente que estaba ahí, sabía que nos estaban mirando mal. Claro, no les di su lugar, me limité a seguir los pedidos de my dear lover-brother. Pero aunque fuéramos lo que fuéramos, no tenían que actuar así, ¿seguimos siendo hermanos, no?

Así pues, terminamos alargando la situación y para cuando nos dimos cuenta, ya era demasiado tarde.

Llegamos justo a tiempo para la comida, al parecer nadie había notado nuestra ausencia en el desayuno. Esta era la primera vez que me sentía aliviado por su indiferencia, aunque también no estaba Jyushimatsu, espero no le haya afectado. Pero cuando comenzamos, lo vi con su misma sonrisa, al perecer a él tampoco le afectó. Tomé su mano por lo bajo de la mesa y sonreí hasta sentir la cara caliente.

Apenas aparté mi vista del pequeño, pude notar los rostros de mis demás hermanos. Todos se veían tan lívidos que me preocupé por un momento, pero al fijarme en cada uno, y ver como este me miraba de forma repulsiva, volví a mí mismo. Ahora sólo quería ver hacía la mesa, o hacía él… ¿era posible que ya lo supieran? Si tan sólo fue hace dos días que empezamos nuestra relación.

Dios mío.

Este silencio en el ambiente es realmente sofocante. ¡Digan algo!, ¡no sólo se queden viendo al vacío y fingiendo que nada pasa!

Es como si estuviera en frente de cascarones huecos, a punto de quebrarse por el mínimo contacto… ¿en verdad les afecta tanto nuestra relación enfermiza?

Sentí el estómago revuelto, con trabajos si pude terminar con la ración de comida, Jyushimatsu me miraba confuso y yo simulaba estar bien. Este no era el momento de afligirse, ¿cierto? Debía ser este el momento más pleno en mí vida, y no dejaría que terminara tan pronto. Me llevé casi a la fuerza al menor y él no opuso resistencia. Tenía que salir de ahí rápido, y volver a hundirme en el ser que más amo, al único que necesito en ese momento, él y nadie más.

Jyushimatsu no tardó en contestarse a sí mismo la pregunta: "¿A dónde vamos?".

"¡Baseball!". Me tomó por sorpresa y más estando todavía nervioso por lo sucedido. Solté ligeramente su manga, para luego decirle que fuera a cambiarse, que yo lo esperaría.

En un abrir y cerrar de ojos, él ya estaba completamente listo para ir a practicar como normalmente lo haría; su gran ánimo me dio el levantón que necesitaba. Estuve a nada de tomarlo nuevamente de la mano, para poder entrelazarla con la mía. Sin embargo, la suerte me jugó sucio, otra vez.

— ¡Hey! ¡Karamatsu!

Volteé, extrañamente alguien me hablaba. Osomatsu estaba pálido, pero su singular hábito de sonreír mientras de rascaba la nariz, seguía intocable.

— ¿Podría saber a dónde vas con tanto entusiasmo? Te veo más feliz de lo normal… —Suavizó por demás su voz, parecía más estar quebrada o con ganas de decir algo más. Aparentaba tranquilidad, pero sus ojeras no decían lo mismo. — ¿No te gustaría… ir a pescar?

No vi venir su presencia sobre la mía, y su "despreocupada" cara no me terminaba de convencer.

— ¡Vamos! ¡Tiene meses que no salimos los dos a pescar! ¿Qué no te gusta pasar tiempo con tu onii-chan?

Esa sonrisa tan cálida, a pesar de estar tan obviamente forzada, casi me convencía de ir, si no fuera por…

¿Qué era esto? Apenas volví mi atención a la entrada, ya no estaba.

— ¡Vamos!, ¡vamos! ¡Qué el día no dura para siempre y más tarde ya no habrá nada!

Me quedé en total shock, tal vez por eso no le protesté algo, y aprovecharía para llevarme arrastrando, literalmente, por un momento no sentí las piernas y para el otro consideré en que debía de tomarme un descanso y despejar un poco mi mente; tantas cosas me hacen mal a la cabeza que ya casi no me siento consiente de mi alrededor.

Estuve todo el camino divagando y sin apartar mi vista del pavimente, ya hasta sentir a Osomatsu detenerse en un lugar que me hacía tranquilizar bastante.

— ¿No te súper relaja esto, Karamatsu? —lo vi confuso, pero él seguía pegado al frente—. A lo que me refiero es a, estar aquí, con una hermosa vista del atardecer y pescando con tu hermano favorito, ¿no es grandioso?

Se estiró con pereza, bostezando y mirándome de reojo, claramente pude notar lo vacíos que estaban; aunque no creo que más que los míos.

—Sé que esto será repentino, e incluso fuera de contexto, nada que ver, ¿cierto? Pero, ¿no te parece un buen momento para tratarlo? —Seguía sin entender del todo a Osomatsu, parecía azorado y cansado a la vez, quería preguntarle pero supongo que va a justificarse con algo, como siempre lo ha hecho.

—Últimamente han pasado cosas muy… delicadas, por así decirlo. Pero como hermanos es necesario apoyarnos, ¿no? —Me mantuve estático a cada palabra que decía, no sólo era yo, también lo notaba a él respirando cada vez más fuerte. —Realmente no sé qué piensen, o qué sientan cuando pasa este tipo cosas. Por eso…

« ¿Qué es esto? »

—Me gustaría que pudiera haber una confianza más estable…

« ¿Qué es lo que estás queriendo decir…? »

—Como hermano mayor, tengo que ser el apoyo de todos ustedes, ¿no?

« ¿¡…OSOMATSU!? »

—Entonces, quisiera preguntarte… —cada palabra se iba haciendo más quebradiza. — ¿Por qué estás haciendo todo esto, Karamatsu?

« ¿Estás bromeando, verdad? ¿Por qué de todos…? ¿¡Tenías que ser tú, OSOMATSU-NIISAN!? »

Mordí mi labio inferior tratando de aguantarlo todo, tan fuerte que ya estaba empezando a saborear la sangre de mi boca. Esto es intolerable, ¡al menos mírame a la cara!

—Tengo que irme.

Solté en seco y boté la caña de pescar. Si ni siquiera podía dirigirme la mirada no tenía por qué darle alguna explicación. Aparte… demonios. Sabía que esto iba a ocurrir; lo que nunca esperé, fue que el primero sería Osomatsu-niisan, creía que él, por más extraños que fueran sus hermanos, nos iba a aceptar… al menos él… ¿Era necesario esto? Ahora tengo que ponerme los lentes, nunca que ha gustado que me vean con los ojos llorosos.

Al llegar a casa, lo más silencioso que pude, y ya sin importar que alguno de los demás me viera, me tendí inmediatamente sobre el suelo, apoyado en la pared y escondiendo mi rostro, sentí como un par de gotas de agua recorrían mis mejillas, trataba aun de aguantarlo, pero era…insoportable.

— ¡Karamatsu-niisan!

Al oírlo, levanté precipitadamente la faz, aun sintiendo las lágrimas saliendo, con la vista temblorosa y la boca entreabierta, quería hablar, pero las palabras no venían por más que intentara.

— ¡No estés triste!, ¡vamos!, ¡acompáñame a los campos de fresas! —finalizó extendiéndome la mano, y quedando casi a mí misma altura. —Tienen poco de que la pusieron, ¿no es genial? Y yo la verdad quisiera ir sólo contigo, ¿qué dices? Está algo lejos, ¡pero valdrá la pena! ¡Vamos!, ¡vamos!

Y de un momento a otro, tomó de mi muñeca y me llevó consigo jaloneando. En cuanto salimos, me limpié los rastros secos de lágrimas con la manga de mi chamarra y traté se suavizar mis facciones, curveé ligeramente los labios para después volver a ver la tan tierna sonrisa de my little Jyushimatsu, aquella que me podía hacer olvidar todo lo malo y sólo concentrarme en él.

Después de apreciar el brillo tan expresivo que emanaban sus ojos, ladeé mi vista hacia arriba, a los lados, a todas partes. Por donde pasábamos estaba repleto de árboles de cerezo, como también el camino se encontraba lleno de ellos, era casi como el paraíso. Como era la mitad del día, pasó una suave brisa, que nos inundaba en los pétalos, fue tan agradable aquel espectáculo, tanto que también se llevó mis lágrimas consigo.

Estaba tan abstraído con mi alrededor que, no percibí el momento en que bajó su velocidad; para ser una visita iba demasiado a prisa, a lo que no tomé importancia y sólo me dediqué admirar el bello campo de fresas y a oír a Jyushimatsu gritar "¡Ya llegamos!".

« Ah, siento que olvido algo»

Tan sólo di unos cuantos pasos para adentrarme, comencé a tambalearme, estaba algo mareado y el corazón me palpitaba más fuerte, dolía. Jyushimatsu lo notó en seguida, yo lo negué todo diciéndole que me encontraba bien, y sólo eran excusas, no quería que se preocupara ahora, y menos que este tiempo vamos a estar juntos, y solos.

«Ugh, seguramente no es nada importante »

— ¡Mira!, ¡mira! ¡Podemos cortarlas y luego comérnoslas! —me decía entusiasmado al ver una pequeña fragaria repleta de fruta. Los ojos le brillaban a más no poder. —Hey, Karamatsu-niisan.

«Debería regresar con los demás »

— ¿No te agrada estar aquí, conmigo y ahora? —su sonrisa se ensanchó aún más, no le entendía del todo y yo seguía ahí, parado, sin nada hasta que me puse a su altura y empecé a examinar las plantas, la fruta… mi vista se perdió especialmente en una, apartada y sola, cuando me concentré en ella, la note más opaca que las demás, ¿qué hacía ahí?

Ya no lo escuchaba, toda mi atención se concentró en una simple fruta. Los mareos volvieron y mi vista se nublaba, todo lo veía borroso. Quise tomarla, quitarla de una vez y ya no tener que verla, sin embargo, cuando me dispuse a acercar mi mano, los oí.

Gritos. Unos muy apagados y sofocantes gritos que se intensificaban a cada que avanzaba. Eran indistinguibles a lo que decían, pero sonaban muy dolidos, muy familiares.

« Nada de esto…»

— ¿Realmente los campos…?

— ¿O no, Karamatsu-niisan?

Parpadeé repetidas veces hasta por fin salir de aquella cosa sin sentido, aunque, involuntariamente no dejaba de exhalar tan fuerte y con extrema lentitud, me dirigí hasta su rostro, no mostrando su sonrisa tan común, fue algo neutralmente inquietante, un escalofrío me recorrió el cuerpo entero y sudaba frío.

—Tienes razón.

Susurré, formando una mueca con mis labios, simulando sonreír, y las lágrimas salían a más no poder.

Notas finales:

Greetings!

Muchas gracias por leer, ¡hasta luego!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).