-Itachi –su padre llegaba corriendo solo unos pasos detrás de su esposa- ¿qué ha sucedido? ¿Dónde está tu hermano? –Preguntó con preocupación- ¿ya lo han interrogado?
-El abogado ya viene en camino también –Mikoto se unía a la conversación- ¿Lo has visto? ¿Ya hablaste con él? –El rostro de su madre denotaba mucha angustia; estaba muy preocupada-
-No he podido verlo ni hablar con él. Padre, madre –el chico suspiró pesadamente- el detective que está a cargo dice que Sasuke está en una situación muy complicada
-No te preocupes Itachi –su padre trataba de reconfortarlo- seguro que es un malentendido. Sasuke saldrá pronto, descuida… -A los pocos minutos, Hatake Kakashi se aproximó a la familia para presentarse y mostrarles como pintaba la situación para ese momento-
[*]
Por fin había llegado el día esperado por todos.
Sasuke se levantó temprano esa mañana, ya tenía lista la hermosa sorpresa que les tenía preparados a ese matrimonio de porquería. Se vistió con un traje especial para dicha ocasión y partió rumbo a la ceremonia.
Una semana antes de ese sábado, Naruto pasó como de costumbre a visitarlo y pedirle su ya conocido café con el pequeño pastelillo del día.
-Y bien lindo Sasuke, ¿ya tienes tu respuesta? –Naruto estaba sentado en el lugar de siempre esperando a que Sasuke volviera con su pedido, sin embargo siempre aprovechaba para molestarlo un rato.
Esa mañana no era la excepción, pero a diferencia de otros días, la plática era un poco más seria. Especialmente porque Naruto no estaba jugando cuando le pidió a Sasuke que hiciera su banquete de bodas-
-¿Cómo podría confiar en ti después de todo lo que ha pasado? –Contestó Sasuke en casi un susurro, después de entregarle su nueva taza de café con un pastelillo en forma de gato-
-¿Entonces tu respuesta es no? –Contestó divertido para luego darle un sorbo grande a su café- como siempre, delicioso. Debería de contratarte una vez que esté casado para que me sirvas el desayuno todas las mañanas –el chico sonreía de esa forma que lastimaba tanto a Sasuke- nadie como tú me sabe hacer café
-¿De verdad crees que no tengo dignidad? –Le contestó con recelo- déjame aclararte algo Naruto –esta vez el chico se notaba diferente. Dejaba ese estado de sumisión para mostrarle que ya no tenía poder sobre él- si he permitido que estés aun en mi vida, es por el simple hecho de que no puedo cerrarte la puerta en la cara por pura educación. A diferencia tuya, yo me comportó a la altura de la situación y no de forma tan infantil como la tuya –el moreno se recargaba en el mostrador, cosa que si bien no sorprendía a Naruto porque ya se conocían bastante bien, definitivamente lo ponía de muy buen humor. Simplemente, ¿a quién no le gustaría?- de cualquier modo, adivinaste –sentenció- la respuesta es no –Sasuke sonaba seguro de lo que decía, a pesar de ello, en el fondo todavía se encontraba un poco dudoso con respecto a la situación.
Tenía ambas manos a cada costado de su cuerpo, recargándose en la esquina de la barra; tal vez, estaba expectante, esperando la reacción del rubio.
Sasuke había reflexionado un poco acerca de lo que habló con Ino, y las conclusiones obtenidas eran peor de lo que él mismo esperaba. Tener a Naruto ahí era doloroso, pero prefería eso a no verlo jamás. Tal vez era cierto todo lo que la chica le dijo, aún lo quería y estaba haciendo todo lo posible para no alejarse de Naruto.
Y simplemente, de una forma muy insana, quería pensar que era correspondido.
Naruto estaba ahí, sentado frente a él, como todos los días desde hace ya al menos dos años y medio. Pero la pregunta del millón que recorría su cabeza era ¿Por qué?
-Sasuke –decía con un deje de tristeza- dime, ¿por qué siempre eres así? –En ese momento el rubio se levantaba de su lugar para aproximarse peligrosamente a él. El moreno apretó con fuerza sus manos, sabía que de moverse, sería como si estuviera huyendo; debía demostrarle lo contrario- creí que ibas a considerarlo –suspiraba- es decir, sé que tienes la capacidad para sorprender a todos, nunca he dicho lo contrario ¿estás de acuerdo? –Naruto ya estaba parado frente a él, probablemente muy cerca, pero ninguno de los dos iba a bacilar. La guerra para ver quién cedía primero, apenas comenzaba-
-Como dije anteriormente, yo no lo haré –de nuevo contestaba con firmeza- vuelvo a lo mismo, ¿cómo podría si quiera pensar en confiar en ti después de todo lo que me has hecho? –Lo miraba con algo de frialdad y vaya que Naruto lo sintió-
-Pero Sasuke –el chico en cuestión lo interrumpió de manera violenta, parecía que había perdido el control; mientras hablaba, no hacía más que darle empujones al rubio y de soltarle algunos puñetazos que aunque pudo haber evitado, decidió dejar que se desquitara-¿Recuerdas que me arruinaste la vida? ¿En verdad puedes llegar como si nada y mirarme a la cara? No tienes vergüenza –Sasuke estaba furioso- he tratado de vivir todo este tiempo intentando dejar eso en el pasado, pero tú maldito idiota, te encargas de restregármelo todos los días de mi vida
-Sasuke –el rubio murmuró, su rostro era indescifrable- ¿Qué es esta sensación? –Pensó- ¿acaso esto es, culpa?
-Solo vete –el moreno tenía el rostro agachado lo suficiente para que no viera el estado tan lastimoso en el que estaba. Sorprendentemente perdía la cabeza frente a quién no debía hacerlo, era tan patético, se odiaba en ese momento; solo podía aguantar decir algunas palabras antes de quebrarse frente a Naruto. En verdad se daba pena.
Por la cabeza del rubio corrieron dos opciones, la primera: irse, así como si nada. Y la segunda- Por favor mírame –el chico de ojos azules intentaba buscar con ambas manos el rostro del otro, pero Sasuke usaba cualquier forma física y violenta para evitarlo a toda costa-
-Sasuke –volvió a llamarlo, de una forma tranquila, tal vez hasta cálida- necesito que me contestes algo –por primera vez, el Uchiha podía notar que Naruto estaba hablando enserio. Por fin se había dejado de juegos, pero ¿qué querría en ese punto?
El rubio tenía sujetado al de ojos negros por ambas muñecas; cuando lo sintió más tranquilo, entonces continuó- ¿por qué sigues aquí? ¿Por qué no te has ido? –El silencio inundó el lugar por algunos segundos, hasta que Sasuke decidió hablar- ¿todavía no lo sabes o finges no saberlo? ¿O acaso no es la misma razón por la que vienes todos los días aquí? –Ante la respuesta, Naruto se tensó bastante-
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-Si no existe nadie que…
-Yo me opongo a este matrimonio de cuarta –Sasuke Uchiha hacía acto de presencia en la boda de Uzumaki Naruto y Haruno Sakura. Era como Sasuke lo había prometido, no faltaría a ese día tan especial.
La iglesia quedó en silencio, todos los invitados voltearon a verlo, las caras de Naruto y Sakura eran de película.
Todo, parecía ser una triste comedia trágica.
En el fondo moría de nervios, pero también el coraje que sentía era su mayor motor para estar ahí.
El show apenas estaba comenzando.
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-¿Por qué siempre eres así?
-¿Así cómo? –Preguntó tratando de no mostrar su curiosidad-
-¿Cómo podría definirlo? –Sus ojos azules chocaban con la oscuridad del otro chico- misterioso, sensual, bad boy…
-¿Te gusto? –Preguntó sin rodeos, por lo que el otro reaccionó de manera tensa- descuida –Sasuke sonrió para sí mismo con aires de superioridad- tu secreto está a salvo conmigo
-Sabes que si tuviera una vida diferente yo… -en ese momento Sasuke lo interrumpió-
-Lo sé –desviaba la mirada- me encuentro en la misma situación que tú –contestó frío- te entiendo
-Aun así –el rubio se rascaba la cabeza, para después suspirar profundo y decidirse a hablar- debo decirte que me gustas. Y me gustas mucho –respondió en su última bocanada de aire-
-Naruto… -Sasuke estaba algo descolocado, no esperaba que tuviera el valor para decirle algo que ya sabía desde hace algunos meses-
-Tenía que decirlo –Naruto agachaba la mirada, moría de pena en ese momento- mira, no sé cómo, pero me encargaré de la situación con mis padres, algo se me ocurrirá –el chico levantaba el rostro intentando sonreír- porque no puedo aceptar perderte
-Sí que eres idiota –murmuró-
-¿Qué?
-Eres un tonto –en ese momento Sasuke le dio un golpecito en el hombro, como acto de salvación para no mostrarle al rubio lo nervioso que se encontraba también- ¿te me estás declarando? –El joven se cruzaba de brazos, sonriéndole de manera pícara-
-¿Estás loco acaso? –Naruto le gritoneaba a causa de los nervios- de verdad que te encanta exagerar las cosas. Simplemente quiero conocerte más y que pase lo que tenga que pasar, imbécil
-Me encanta tu romanticismo –contestó con sarcasmo-
-Pero si a ti no te gustan esas cosas, joder Sasuke, ¿te gusta volverme loco?
-¿Todavía no lo sabes o finges no saberlo? ¿O acaso no es la misma razón por la que vienes a mí todos los días?
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-¿En qué momento cambiaste tanto? Naruto, ¿Cuándo te convertiste en esto, o acaso siempre fuiste así y yo no me di cuenta? ¿Cuándo dejaste de quererme o es que nunca lo hiciste?
-¿Sasuke? –Un susurro a lo lejos, escuchaba su nombre-
-“¿Qué quieres que haga ahora? ¿Qué más quieres que haga para demostrártelo?”
-¿Sasuke? –Un susurro a lo lejos, escuchaba su nombre-
-“¿Hasta dónde quieres llegar?”
-¡Sasuke¡ -Escuchó un grito y salió de sus pensamientos. Cuando volvió en sí, vio frente a él a la última persona que quería tener a su lado en esos momentos- ¿qué demonios está pasando?
-Itachi –murmuró-
-¿Qué es lo que te ha pasado? –Sasuke no comprendía del todo esa mirada de tristeza, preocupación y lástima que le dedicaba; sin embargo lo hacía sentir un poco mejor dentro de todo el desorden que estaba viviendo en esas últimas horas- Sasuke, tienes que decirme qué pasó –Itachi podía sentir el cuerpo de su hermano temblar, tal vez de miedo o preocupación; eso lo ponía más nervioso-
-No lo sé, todo está muy borroso…
-Hermanito…
-Solo sé que pasó algo malo, muy malo. Y alguien hará todo para echarme la culpa
-¿Qué dices? –Itachi lo miraba desconcertado-
-Es tiempo de pagar –murmuró- todos pagaremos –ante la confusión de su hermano mayor, Sasuke optó por preguntar algo que quería desde que llegó a la comisaría- ¿Dónde está Naruto?
-¿Naruto?
-Sí –asentía- tengo que verlo y hablar con él
-¿Qué sucedió Sasuke? ¿Qué te hicieron?- A primera vista, era como el detective Kakashi le había dicho. No quería creerlo, pero ahora que lo veía, parecía estar…completamente loco-