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Escape de Chechenia... Yuri on Ice por konohanauzumaki

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Cuando Viktor entró a la habitación donde fue llevado, miro el blanco impecable del sitio, y una mesa con dos sillas de metal.

Los guardias lo sentaron en una, quedándose a sus lados, mientras que, de otra puerta, en uno de los costados de la pieza, se abrió para dejar entrar a otro agente. Este, de aproximados 1.70 de estatura y delgado, cargaba con una serie de papeles y unos lentes que se acomodaba cada tanto segundo.

—Voy a ponértelo fácil. Según el expediente, hubo una denuncia de que tú y el sujeto que también se apresó, mantienen una relación homosexual. Son turistas al parecer y el mocoso que venía con ustedes dijo que él también era gay. ¿Todo eso es correcto? —dijo el agente, mirando y estudiando a Viktor.
—No sé qué pasa con ustedes, solo le diré que el joven que se llevaron a la otra habitación es mi pareja, y no veo el problema por el cual eso nos lleve a ser apresados. Ambos vivimos en San Petersburgo y no hemos tenido problema con eso en ningún momento. 
—Tú lo ha dicho. En San Petersburgo quizás no has tenido problemas, pero, aunque seamos parte de Rusia, en Chechenia somos muy diferentes y aquí no tenemos gays. Entones, eligieron el peor lugar para venir a demostrar su sodomía y eso no quedara sin castigo ejemplar. 
—Crea lo que quiera, cuando venga nuestro abogado, se quedará con sus palabras y su homofobia —respondió Viktor, retador ante el sujeto sentado frente a él.
— ¿Abogados? Creo que no has entendido nada. Aquí eso no cuenta, solo limpiar nuestro territorio de escoria como ustedes. Ahora, veamos, podemos hacer esto fácil o difícil. Dime quienes son ustedes.
—Debería de saberlo, si sabía que éramos gays, debe saber quiénes somos.
—Me gusta que creas que puedes retarme —contestó el agente, de aproximadamente 45 años de edad—, y creo que tu pareja igual gusta de hacerlo, solo que él se encontró con Jack, uno de nuestros peores agentes —respondió el checheno, dejando helado a Nikiforov.
—Te juro que si lo tocas, vas a arrepentirte —amenazó, con furia en la sangre.
—Eso tienes que decírselo a Jack, no a mí, mira —dijo el tipo, y con un pequeño control, pulsó un botón que encendió una pantalla en la habitación, justo a espaldas del agente, en la que Viktor veía la imagen medio oscura de Yuuri siendo golpeado por el tal Jack.
—¡Yuuri! —gritó Viktor, desgarradoramente, encantando eso al agente.
—Aquí no jugamos y eso es la prueba. Pero bueno, te dejaré que pienses un poco sobre tu actitud, y, es más, ordenaré que te dejen junto a él en las celdas. Llévenselo.
Mientras los agentes detenían a Viktor, este veía con lágrimas en los ojos los golpes propinados a Yuuri. Y mientras lo llevaban a su celda, al ver a Katsuki quedar sin sentido, temió lo peor.

En tanto, los agentes que se habían llevado a Yuri, lo habían dejado en una especie de cuarto de servicio médico, esposándolo a las agarraderas de la camilla, de uno y otro lado. Al verlo aún inconsciente, lo dejaron solo.
Pasados unos minutos, el joven despertó, descubriéndose preso en la camilla, jalando las esposas sin mayor éxito.
—Malditos —susurró el hada, mirando a su derecha una ventana, por donde esa prisión mostraba su seguridad, altura de sus muros y las tantas luces que alumbraban una posible fuga; parecía estar en lo alto de una torre, por el tamaño de todo al rededor, y hubiera seguido investigando todo, pero, de golpe escuchó ruido afuera, con lo que se fingió dormido. Así, alguien entró y se paró frente a su camilla.

—Tú eres diferente a los otros, aunque lo niegues. Pero bueno, será bueno tenerte aquí.
De pronto, algunos pasos más entrando se escucharon.
—Jefe Jason, ya le tomé los signos vitales y solo está desmayado.
—Lo sé Olghia, lo sé. Cuida de él hasta que yo venga y mantenlo fuera de la vista de cualquiera.
— ¿Por qué Jefe Jason? —cuestionó la voz de mujer.
—Este niñato es mi descubrimiento y pienso en lo feliz que estará el jefe de saber que encontré alguien como él. No quiero alguien robe mi mérito. Si me ayudas, te sabré recompensar.
—Puede contar conmigo.

Los pasos al salir se escucharon y cerrando la puerta, Yurio abrió los ojos, preocupado por lo que se referían los dos antes. Eso le hizo intentar soltarse, pero era algo estéril, solo se lastimaba sus muñecas, sin lograr más en el proceso. Aunque, a decir verdad, lo peor no era la incertidumbre por su destino, sino saber qué había pasado con sus amigos y en qué lugar estaban. 
—Necesito salir de aquí...

Mientras Viktor avanzaba rumbo a su celda, solo podía ver un camino siempre igual que parecía bajar y dar vueltas. Pasados unos 5 minutos de caminata, llegó a un pabellón donde había pequeñas celdas con barrotes. Todo era oscuro y frío, y la única luz entrante era la de tragaluces apostados en la parte alta de cada celda, a unos tres metros, imposibles de alcanzar.
Viktor entró a la celda, mientras le quitan las esposas, para, al ser encerrado, buscar con esa vaga luz a Yuuri, sin dar con él. 
—Yuuri, Yuuri —decía, pero no respondía nadie. 
De pronto, la puerta al pabellón volvió a abrirse y pido vislumbrar como dos guardias llevaban arrastrando a Katsuki, para dejarlo en el suelo de la celda a su lado. El rostro de Viktor estaba aterrado de ver así a su pareja, y solo pudo atinar a acercarse lo más posible a los barrotes, para intentar tocar a Yuuri, apenas y rozando sus cabellos, empapados en sudor.
—Yuuri, Yuuri, contesta por favor, Yuuri —gritaba, con dolor el entrenador, mientras los guardias cerraban el lugar, y los dejaban solos—. Yuuri, por favor, dime algo, despierta, Yuuri —siguió pidiendo Viktor, sin lograr nada, más que desesperarse y llorar en el proceso por su amor.

En tanto, llegando a una oficina bastante desordenada y en lo alto del lugar, Jack entraba limpiándose los nudillos.
—Vaya Chuck, no tardaste nada. Yo apenas vengo entrando de mi interrogatorio.
—Ya sabes que no soy como tú; yo prefiero lo psicológico y no lo físico. Como sea, esperemos que llegue el jefe Jason para que nos dé órdenes.
—Me inquieta saber por qué en específico nos pidió que atendiéramos el caso de estos anormales.
—Y a mí. Pero bueno, creo que va a ser interesante.
—Apuesto a que lo será —terció la voz del jefe, entrando al lugar, con unos documentos en sus manos—, después de todo, esos tres sodomitas son unos patinadores muy famosos, campeones mundiales... Y ahora, son todo nuestros...

Continuará...

Notas finales:

Nota de la autora: Ya sé que Yuuri no es campeón mundial, pero es el subcampeón :p
Y para no hacerlas un lío, Jack es el tipo que golpeó a Yuuri, Chuck el que habló con Viktor y el Jefe Jason, es el que los fue a detener y luego, fue a ver a Yuri.
Espero sigan leyendo!! Gracias por sus reviews y por leer!!


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