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Escape de Chechenia... Yuri on Ice por konohanauzumaki

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Por más que Viktor movía a Yuuri, este no despertaba. Todo parecía una pesadilla.
Los barrotes le parecían tan cortos en su espacio que, sentía que la forma en que tocaba a Yuuri no era suficiente para despertarlo. Ya no sabía que hacer.
—Yuuri, por favor despierta —susurró, y el japonés comenzó a moverse, pero sin parecer recobrar el sentido aún.
El lugar era frío y húmedo, silencioso y aterrador. Viktor se retiró su chaqueta al sentir el ambiente helado y empezó a maniobrar para que, por entre los barrotes, pudiera cubrir a su amado en el suelo. Después de 10 minutos, quedó satisfecho del resultado, y se dedicó a acariciar sus cabellos, pensando en qué podría decir para que los sacaran de ahí o que podía hacer, en defecto, para lograrlo.
Cansado, se quedó dormido...

En tanto, Yuuri seguía forcejeando con las esposas. Sabía que no iba a conseguir nada, pero estaba tan furioso que no podía hacer otra cosa más que eso. De pronto escuchó a guardias acercarse y guardó, silencio, aunque ellos no entraron a la habitación no revisaron a Yuri. Este, en cambio, mirando la luz de la noche y los reflectores afuera, no pudo más que, preocupado, pensar en una sola cosa, mientras le vencía el sueño...
—Otabek...

Al otro día, en una sala con muebles y decoraciones muy estrafalarias, con casi todo de madera, el jefe Jason entraba, siendo recibido por un sujeto con ropa militar, de edad y el cual limpiaba una daga con un pañuelo.

—Director Oleg, buen día.
—Jason, siéntate. Sabes que soy un hombre ocupado, así que me gustaría que me dijeras para que pediste audiencia conmigo —respondió serio el sujeto, sentándose el otro hombre frente a su escritorio.
—Lo sé y no le quitaré mucho tiempo. El día de ayer hicimos la detención de tres sodomitas y...
—Eso no es sorpresa, digo, saben que esa es una orden y su trabajo, es más, que me digas que solo detuvieronr03; tres me molesta, considerando que tengo toda esta prisión para llenarla de esos degenerados y divertirme al hacerlos sufrir un rato.
—No señor, le aseguro que todos los días detenemos muchos gays, porque en Chechenia no tenemos esos problemas. Sin embargo, ayer capturamos a tres que, son famosos.
—¿Famosos? —preguntó el mayor, desconcertado.
—Así es, son ellos —contestó Jason, mostrándoles fotos de cada uno, pero patinando—. Los tres son patinadores profesionales. El de cabello gris fue campeón cinco años seguidos y es ruso. El de cabellos café es subcampeón mundial y campeón japonés y, justamente, es japonés. Y el rubio, quien también es ruso, es el actual campeón mundial; él solo tiene 16 años.
El sujeto quedó asombrado y gustoso, sobre todo, al ver en tal majestuosa forma a los recién detenidos. 
—No quiero un escándalo en mi prisión, es algo que al líder no le gustaría y le traería problemas con Rusia.
—Lo sé, pero entonces ¿sugiere que los liberemos, pese a que los mayores fueron vistos en fragante por la gente?
—¿Hubo denuncia entonces?
—Si.
—El problema es que si no liberamos al japonés, tendríamos problemas diplomáticos quizás. Como sea, a los rusos podemos acusarlos de lo que sea, y Rusia aceptará, pero a ese joven. Ahora, el rubio ¿por qué fue capturado?
—Dijo que él era también gay, pero supongo fue para que no se llevaran a sus amigos.
—Entonces libera al japonés y deja preso al mayor. Al rubio denle un buen escarmiento y regrésenlo a Rusia.
—Director, si me permite, sería una perdida dejar ir al rubio. Mire las demás imágenes del expediente —contestó Jason, y el militar revisó el folder, entendiendo a lo que se refería su subordinado.
—¿Le contaste a alguien más sobre el rubio?
—Solo la enfermera lo sabe. Lo tengo aislado en la torre de enfermería.
—Mantenlo ahí y lo demás, sigue como te lo indiqué. Iré a ver al rubio después, mientras pienso quiénes podrían estar interesados.
—Perfecto director. Me encargo del resto entonces —terminó Jason, saliendo del lugar satisfecho, aunque no tanto como el director, quien no podía dejar de mirar las fotos de Yuri en sus diferentes trajes y en la vida fuera de las pistas con un rostro que terminaba por ser, muy desagradable.

—¡Yuuri! —fue lo primero que exclamó Viktor al despertar, para ver a su pareja, con los ojos abiertos, mirándolo—. ¡Despertaste! No debí dormirme, lo siento tanto. Yuuri, dime, ¿Cómo éstas?
—Descuida Viktor, estoy bien. Me duele todo mi cuerpo, y mucho, pero estoy bien, creo. Gracias por la chaqueta. Tú ¿Cómo estás? —dijo el japonés, apenas si sentándose lentamente, mientras miraba la chaqueta de Viktor que lo había cubierto.
—Bien. Solo quiero saber cómo salir de aquí. No me importa cuánto nos cueste, saldremos los tres.
—Viktor, ellos nos tienen encerrados por ser gays. Pero, eso es una violación a nuestros derechos humanos. Nuestras federaciones deben saberlo para que nos saquen de aquí.
—Lo sé. Pero debemos ser cautelosos. Déjamelo a mí Yuuri.
—Viktor, tengo mucho miedo. Por ti y por Yurio. 
—Te prometo que te sacaré de aquí Yuuri, a ti y a Yurio. Saldremos los tres de esta prisión —dijo Nikiforov, tomando las manos de su amado por los barrotes, manteniéndose firme por Katsuki y su fragilidad.
—Te amo Viktor.
—Y yo a ti, mi Yuuri.

En ese momento, las puertas se abrieron y Jason entró al lugar.
—Espero que hayan pasado una buena noche en nuestros aposentos. Pero bueno, se acabó su estancia aquí.
—¿Ya vamos a salir de aquí? —preguntó Yuuri, emocionado, con lo que, burlándose, Jason le contestó.
—De estás celdas, sí. De esta prisión, solamente usted señor Katsuki. Los dos rusos han cometido faltas rusas diversas y, tendrán que quedarse. Es una pena, ¿No?
Los rostros impactados de la pareja solo se vieron opacados al llegar unos guardias y llevarse primero a Viktor.
—No se lo lleven, ¡esperen! —pidió Yuuri, pero entre jaloneos, fue inútil.
—Yuuri, estaré bien —gritó el de cabellos grises, para alentar a su pareja, aún sabiendo que no sería así.
De modo tal, y llorando de desesperación, Yuuri vio a Viktor desaparecer bajo la misma puerta de metal donde ambos habían entrado a ese sitio.
—Entonces, señor Katsuki, ¿Está listo para irse de esta prisión y regresar a Japón? —dijo Jason, ante lo que un enfurecido y destrozado Yuuri solo pudo responder.
—No, yo no me iré de aquí, no sin Viktor...

Continuará...

Notas finales:

Nota de la autora: tardé un poco en actualizar porque no había tenido nada de tiempo -aún tampoco lo tengo, pero se hace lo que se puede-, aunado a que escribí un fanfic de Phichit X Chris para una amiga de hace años que los shippea. Eso y empezar el fanfic que cuenta la historia de Nikolai y Yakov, de cuando eran jóvenes :'( espero pasen a leerlos.
Y gracias por sus reviews y leer, prometo responder reviews ya, es que luego la app no me avisa de los reviews :0
Abrazos!!


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