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Por una tradición. por Ashtad

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Notas del capitulo:

Este si es el bueno… xD

 

Una disculpa, la última vez les subí mal el capítulo, gracias Terry por avisarme.                 :3

EN EL CAPÍTULO ANTERIOR:


 


 


Mierda! Que si la vida siempre era así pues entonces Jon estaba seguro que conseguiría todo lo que se propondría. Una victoria más a su lista que llevaba. Hasta ahora solo tenía apuntada dos pero con el tiempo irá sumando puntos, y esa noche esperaba hacer la anotación de su vida.


 


Las clases transcurrieron de lo más normal y contrario a lo que creyó el tiempo confabulo a su favor al transcurrir con normalidad. No le parecían eternas las horas y mucho menos sintió pesado el entrenamiento. Solo era otro viernes más que tendría el mejor fin de semana hasta ahora. Un tanto desconcertado noto que sus entrenadores no están enojados ni buscaban infringir algún tipo de castigo, Jon dedujo que tal vez no sabían de los planes de su hermano quien ahora permanecía con un libro de francés en el regazo junto a su insípido amigo Colin.


Nuevamente y como de costumbre Jon tuvo que recoger todo el equipo de entrenamiento, los Wayne eran rencorosos por lo que notaba. Pasados quince minutos cerró el almacén con todo adentro y acomodado para iniciar la prometida cita de victoria.


 


 


 


 


NUEVA VICTORIA…


 


 


-Pues sí- dijo permitiendo que Damian ingresara primero- este es mi departamento.


 


Las paredes azules estaban decoradas con fotografías de Jon y de lo que parecía ser su familia. Los muebles eran pocos pero si básicos una mesa, dos sillones, un pequeño televisor entre otros que en definitiva no combinaban con la alfombra.


El lugar parecía estar vacío por culpa de eso pero no por eso decepcionaba el departamento.


 


-¿Cómo alquilaste este lugar?- preguntó después de un rato mientras definitivamente comprobaba algo.


 


-Un amigo de mis padres me lo presto.


 


La respuesta pareció pasar de largo para el jugador quien comenzó a caminar a lo que era la cocina. Un lugar equipado que ahora solo tenía lo más básico para vivir. Antes de que avanzara más lejos Damian se le colgó por los hombros desde la espalda. Jon se sorprendió por lo espontáneo del contacto y por ser un abrazo.


 


-¿Está todo bien?


 


-Ahora lo está.


 


Jon se giró no demasiado rápido como para ahuyentarlo. Pasó una mano por la espalda baja y lo abrazo muy suavemente, prácticamente sin tocarlo. Nuevamente se volvió a preguntar ¿Y era así de fácil? había creído que se vería en la necesidad de invitarlo más, cortejarlo tal vez y ahora era el mismo Damian el que se arrojaba a sus brazos. De no estar tan pasmado quizá habría prestado atención a las señales que emanada Wayne.


 


-Estaba a punto de traerte algo de beber- era temprano, tendría tiempo de sobra para estudiar para su examen que se realizaría justamente al día siguiente.


 


-Tal vez después.


 


El cuerpo de Damian comenzó a enredarse y el otro a reaccionar bastante bien. Se juntaron tanto que podían sentir el palpitar sobre sus pechos. Dami inicio a dar pasos en reversa a la habitación del menor, se miraban atentos a los ojos sin decir nada; al estar enfrente de la puerta Jon se apresuró a mover la manija y así ingresar. Una vez encerrados se volvieron otros seres diferentes. Se besaron intensamente hasta tumbarse en la cama con Jon arriba.


Colocó una pierna en medio para darse la estabilidad de quitarse la camisa que le había regalado su mamá en la navidad pasada. Noto que le temblaban las manos y se obligó a serenarse. Siguió besando los labios finos hasta que se hartó del sabor y quiso probar más lugares como la oreja, el cuello y el inicio de la clavícula.


Cuando se levantó lo que encontró le fascinó tanto que su miembro despertó al instante. Damian sonreía escondiendo algo en la mirada, pero poco le importaba. Lo tenía ahí, justo debajo suyo, sin quejarse, sin comentarios ácidos o cualquier otra cosas que le habían contado. Damian era encantador.


No lo había despreciado y respondía a sus caricias y demandas. ¿Qué es lo que la gente no lograba ver que él sí lo hacía?


No valía la pena pensar en eso ahora, debía disfrutar de la mejor manera no deseaba que la cordura le regresara y lo apartara.


Con esa idea en mente le desabrocho la camisa dejando expuesto el torso. Se notaba que ni el sol había logrado tocar esa piel, se sentía honrado y con el ego alto por ser uno de los pocos en hacerlo. Con un movimiento torpe lo volteo dejándolo boca abajo. Ahí pareció dudar ya que frenó en seco tal vez con la intención de pensarlo mejor. Sin embargo al sentir la cadera de Damian restregándose en su pelvis el mundo volvió a reducirse. Desde esa posición los leves golpes que recibía eran exquisitos, se acomodó para que Damian se meciera mejor y despertara por completo su pene ansioso.


Jadeaba sobre su espalda y resoplaba bramidos en la nuca eriza del mayor.


 


-Es difícil mantener el ritmo- Damian lo regreso solo para volver a hundirlo en la lujuria, su voz apenas era un susurro caliente.


 


Sin responder nada Jon se enderezo lo suficiente para liberar su pene hinchado, una mueca de dolor se le escapó al roce con la tela, estaba bastante sensible. Con las manos igual de temblorosas y empapadas por sudor, acarició la cadera que ya estaba quieta de Damian, la tocó desde atrás hasta llegar al frente del pantalón para abrirlo con la intención de quitarlo de en medio.


Cuando al fin termino la tarea, más lento de lo que debía gracias a su nerviosismo, se volvió a detener observando el trasero alzado que se le ofrecía. Esta ocasión no espero el permiso del dueño para disponer de él. De nueva cuenta se restregó, piel contra piel. El calor quemaba tanto que sus voces salían libres de pudor.


 


-Ahg Damian… puedo?- pregunto sin interesarle realmente la respuesta, se sentía en el límite que si se negada de cualquier forma sabía que terminaría corriéndose pronto.


 


-Para eso estamos aquí no? mmm... - se aferraba a las sábanas azules, había cerrado los ojos y no era consciente.


 


No volvieron a decir nada el resto de la noche. Se limitaban a pronunciar sus nombres y de vez en cuando a soltar maldiciones de placer. Al principio había sido doloroso para ambos. La estrecha entrada no estaba del todo preparada y por tal motivo se había negado al inicio de la penetración. El interior pese a ser cálido le estrechaba de tal modo que Jon era incapaz de moverse. Pero con leves caricias y respiraciones profundas lograron transformar lo que primero era molesto en una creciente adicción.


Lo embestía aferrado casi con miedo a perderlo, con una mano en la cintura y otra en el hombro para darse más fuerza al entrar.


Lo hicieron tantas veces esa noche que el límite fue cuando el cansancio los derrotó. Escuetamente recordó los deberes pero ya no le importaban lo más mínimo, no teniendo al más joven de los Wayne desnudo en su cama con todo el interior lleno de su semen. Esa noche durmió con la misma sonrisa victoriosa de cuando hizo su espectacular touchdown.


 


-:-


 


En esos momentos se le podría comparar con una piedra y la única diferencia que existiría entre ambos era que uno respiraba y el otro no tenía la necesidad. Las alarmas de su despertador habían sido desactivadas sin ser consciente y solo fue por culpa del estridente timbre de su celular que el sueño lo arrojó cruelmente al mundo. Sin mirar el número que lo buscaba contestó el infernal aparato molesto por la intromisión.


 


-Eh?


 


-Viejo! Donde rayos te has metido? Faltaste al examen y se suponía me lo ibas a pasar!!


 


-Garl?


 


-No, el hada de los dientes, Claro que soy yo! Estás en tu depa?


 


-Eh… sí creo que…- Jon se transformó en una tumba al verlo ahí durmiendo de espaldas a él.


 


En sigilo se colocó de pie y tomo sus bóxeres los cuales habían salido volando. En silencio abrió la puerta del baño y entró para volver a la comunicación.


 


-¿Bueno? ¿Estás ahí?


 


-Dios! Joder Garl! No creerás lo que me paso ayer!


 


-Suéltalo.


 


-Traje a Damian, ya sabes, para conocernos o esas cosas y al final adivina quién durmió toda la noche con él.


 


-No es cierto.


 


-Oh sí que lo es.


 


-Mentiroso, eso es imposible! vamos envía un directo.


 


-Muy bien, espera- abriendo nuevamente la puerta soco lo suficiente la cara y el celular para demostrar a ciencia cierta lo que decía. Después de exponer la espalda mordida de Damian volvió a encerrarse en el servicio y regreso el auricular al oído.


 


-Lo ves! Te lo dije!


 


-No puedo creerlo amigo, rayos! como lo hiciste?


 


-Espera, luego te cuento, creo que ya despertó.


 


 


Sin esperar colgó y salió disimulando naturalidad, se peinó el cabello con los dedos hacia atrás. Observó al mayor retorcerse buscando estirarse, Jon se subió a la cama ya sin temor a perturbarlo y comenzó a dejar un camino de besos desde los hombros hasta el lóbulo carnoso del Al’Ghul. A pesar de haberlo hecho sudar la noche anterior su aroma era fresco busco mentalmente algún referente para compararlo pero sencillamente no lo encontró.


 


-¿Terminaste de presumir?- lo había escuchado y aun así Jon no se sentía arrepentido o preocupado, su ego crecía alarmantemente.  


 


-¿Quieres desayunar?- respondió con otra pregunta- puedo prepararte lo que quieras.


 


Eso era una promesa vacía tomando en cuenta que en su despensa los víveres escaseaban vergonzosamente.


 


-Puedes recoger mi ropa, quiero tomar un baño.


 


-Claro.


 


Cuando Damian se puso de pie farfulló molesto al sentir cierto líquido blanco bajarle por los muslos. Un pequeño rubor le coloreó las mejillas haciéndolo ir más aprisa al baño.


Jon se encontraba acostado entre las revueltas sábanas con los ojos cerrados y la sonrisa de oreja a oreja, repasaba la maravillosa noche una y otra vez hasta que de pronto un suceso extraño le abordó. Abrió los ojos al tiempo que rebobinaba la escena ¿Cómo sabía dónde estaba mi habitación? ese hecho había pasado de largo la noche anterior cuando se encontraba entre las blancas piernas del demonio penetrándolo con saña pero ahora, pasados treinta minutos que el otro seguía en el baño, las preguntas lo perturbaba.


Cuando salió lo atrapó como un halcón a un conejo. Sus brazos estaban muy bien formados y marcados gracias al ejercicio, aunque Dami se retorció al inicio pronto se dejó de mover.


Se dieron un beso tan húmedo que sintió la saliva escurrir por la comisura de sus labios, la lengua suave del mayor le acariciaba casi la garganta robándole literalmente el aire.


 


Estaba tentado a preguntarle las marañas de pensamientos que se había formulado hace apenas unos minutos pero decidió mejor no hacerlo pensando que era un poco paranoico. Le preguntó de nueva cuenta si deseaba algo de comer a lo que aceptó.


Como Damian quería una hamburguesa Jon tomo una ducha de cinco minutos y dispuesto a cumplir el capricho ajeno salieron en búsqueda de algún local a la altura del Wayne.


 


-¿Cuándo regresaras a casa?- trato de no sonar desesperado y aunque la voz le ayudó la mirada casi suplicante lo delataba.


 


-En la noche… aún tenemos tiempo para un poco más de diversión.


 


Jon dio un buen sorbo a su malteada sin apartar la mirada. De pronto se sentía saciado de ese tipo de comida, ahora se moría de ganas por regresar lo antes posible.


En eso estaban cuando su lengua soltó a medias lo que venía pensando.


 


-¿Por qué te...?- no quería preguntarlo pero si quería la respuesta. Decirlo en voz alta lo hacía sentir mal, pero lo cierto era que necesitaba saber el motivo que orilló a Damian a entregarse de forma tan salvaje y pasional.


 


-¿Porque me acosté contigo? Eso querías no?- le sonrió con autosuficiencia- Vamos no te hagas el santo que no te queda- por primera vez las palabras venenosas de las que tanto le narraron le surgieron efecto. Lo peor de todo era que no se sentía con el derecho de reprochar nada.


 


-Bueno si pero…


 


-No te lo preguntes tanto niño, a los jugadores de americano les encanta hacerlo y por lo de anoche tú no eres la excepción.


 


Jon tuvo que morderse la lengua para no gritar. Eso quería decir que él no era el primero en la lista de conquistas del joven heredero.


Eso en definitiva le fastidió el día.


Creyendo que no todo estaba perdido trato hacer conversación obviando muchos temas que estaba seguro solo los haría discutir. Al menos eso había intentado, tan rápido comenzaron con el postre Damian le mostró esa otra faceta que con muchas ganas Jon hubiera molido a golpes.


Wayne era altanero, egocéntrico, presumido y mil cosas negativas que de a poco le costaba ponerles nombres. De regreso al departamento casi no charlaron pero una vez encerrados las cosas volvieron a encenderse más por la lujuria que sus cuerpos les despertaban.


Lo volvieron a hacer pero ahora eran más silenciosos, solo gemían o respiraban entrecortadamente sin decir sus nombres o súplicas de más. La experiencia fue tan grata como la primera vez sus cuerpos empapados de sudor, las piernas enredadas, los besos llenos de agua, el rubor en las pieles. Sin embargo ahora se sentía extraño, bastante diferente.


 


Cuando la hora llegó de decirse adiós Jon se mordía los labios dudando entre soltar su declaración o atesorar esa cita del campeonato. El menor solo usaba unos pantalones deportivos gris dejando al descubierto su torso, no decía nada y se mantenía recargado sobre una pared de brazos cruzados mientras observaba a Damian arreglarse para irse; tomando la decisión se dijo con bastante convicción “el que no se arriesga y no cruza el río, jamás conoce otros pastos” (un refrán bastante de Kansas).


 


-¿Podemos volver a vernos?- intento mostrar una mirada dura pero la inexpresividad no era su fuerte- ir a comer en la escuela, después de los entrenamientos o…


 


-Sí, pero yo te buscaré, mis hermanos algunas veces son demasiado entrometidos.


 


Eso era mejor que nada pensó desganada. Gran error.


 


Una vez iniciada la semana Damian parecía ignorarlo y provocarlo en partes iguales, como si jugaran al gato y al ratón le lanzaba miradas o sonrisas traviesas solo para escabullirse y no dejarse ver en todo el día. Los entrenamientos también comenzaron a ir mal cuando su temperamento lo obligaba a discutir con sus compañeros, estaba tan irritado con ese chico que por su culpa el resto del mundo pagaba las consecuencias.


 


Fallaba vergonzosamente las atrapadas y se mostraba agresivo en los partidos. Más de cinco veces había intentado acercarse a Damian sin conseguir más que un sendero de fría escarcha e indiferencia, casi podía jurar que lo barría con la miraba y el verlo tan contento al lado de sus amigos solo lo empeoraba. Su límite alcanzó su paciencia cuando a lo lejos, mientras corría treinta vueltas a todo el campo a forma de castigo por haber retado a Jason, vio al tonto amigo pelirrojo de Damian haciendo algo que en definitiva le hizo apretar los dientes.


 


Una vez terminada la jornada, con paso sagaz el jugador (ya no tan novato) se acercó al mayor sin importarle un bledo que sus amigos y hermanos estuvieran en el área.


Jon no lucía cansado o abatido por la carrera bajo el sol que vivió apenas unos minutos atrás, de hecho se le notaba lleno de energía como si buscara cualquier excusa para iniciar una contienda. Una vez llegó al lado de los chicos tomó por el pálido ante brazo a Damian y lo arrastró hasta un lugar abandonado bajo las gradas para acorralo contra la pared no sin antes darle un fuerte puñetazo al ladrillo como amenaza.


 


-¿Por qué mierdas te estaba abrazando ese tipo?


 


Con que el león tenía garras, y al parecer era posesivo con lo que cazaba pensó divertido Damian. No era su primer amante celoso, jamás les ponía verdadero interés le bastaba con quererlo y cambiar de pareja.


 


-Porque es molesto.


 


-Pues dile que ya no lo haga o lo haré yo- era gracioso que ese prácticamente desconocido se quisiera coronar como su dueño con solo dos sesiones de sexo.


 


¿Que se supone que había pasado? ¿Por qué Damian se dejaba coger como si nada y le coqueteaba tan ardientemente si no se iba a dejar atrapar e iba a estar con otros? Jon no estaba celoso, no buscaba una relación seria con el de ojos turquesa, siempre tuvo claro que solo le interesaba su cuerpo por tal motivo estaba molesto.


A Jon no le gustaba probar las babas de otros.

Notas finales:

Gracias por leer...

 

Besitos...


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