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Por una tradición. por Ashtad

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Notas del capitulo:

I'M BACK!!!!!!

xD

 Hey amores mios! ¿Cómo estan? ¿Me extrañaron? naa, yo sé que no. xD

 

Espero aun esten conmigo.

Saben que los amo. *3*

 

*Comunicados al final del cap*
;v; 

Permanecieron juntos; abrazados diez, quince, veinte minutos hasta la media hora. Jon había apresado entre sus brazos el delgado cuerpo de Damian y ahí le ofrecía un cálido hogar. Cansado de la misma posición el joven Wayne se enderezo del lugar que había ocupado desde que aquel extraño contacto inicio, ahora quedaba de frente al jugador, quien solo aflojo el agarre sin liberarlo realmente. Su nueva postura consistía en un Damian de pie quien se localizaba entre las piernas de Jon quien le estrechaba las caderas y respiraba despacio con los ojos cerrados sobre el pecho del mayor, los brazos delicados del heredero cubrían el fuerte cuello y hombros del “53”.

 

 

 

El frío exterior no podía afectarles en esa situación, tan desconocido aquel estremecimiento cuando sus cuerpos se brindaban el calor necesario para sonreír tranquilos. Jonathan hubiera sido capaz de permanecer así por largo tiempo más pero el repentino abrir de la puerta rompió la esfera de tranquilidad donde se había albergado con ahínco.

 

 

 

-¿Jon?!- esa voz chirriante le hizo abrir los ojos sorprendido- hijo por dios! ¿Cómo estás? ¿Qué pasó? Nos hablaron diciendo que habías tenido un accidente! Tu padre está estacionando el auto, en verdad estaba tan preocupada que…

 

 

 

-Ma… tranquila, me duele la cabeza cada vez que gritas- aun sostenía la cintura ajena y cuando Dami trato de alejarse el jugador lo tomo de la mano para que este no se fuera- estoy bien, solo fue un desvanecimiento leve.

 

 

 

-No me digas que fue algo leve!! Perdiste la conciencia y… Damian Wayne?- al fin el muchacho se había dado la vuelta encarando a la mujer recién llegada.

 

 

 

-Señora Kent- cortés y tratando de evitar un sonrojo por la actitud posesiva de Jon quien no lo soltaba Damian extendió la mano para estrecharla en forma de saludo- tiempo sin verla.

 

 

 

-Lo mismo pienso, la última vez que te vi eras un pequeñín de diez años- por un momento el herido perdió importancia sin ser esa la intención- y ahora estás realmente apuesto.

 

 

 

Lois pareció satisfecha con lo que veía, según recordaba a Damian a los diez años este era un verdadero dolor de muelas, en las pocas fiestas donde ambos coincidieron el carácter arrogante y soberbio del muchacho le habían sembrado el deseo de darle una buen zunda. Ahora lo veía ahí junto a su hijo dándole, lo que ella considero rápidamente, apoyo y mimos.

 

 

 

-HIJO! ¿Cómo estás? ¿Qué pasó? Nos hablaron diciendo que… Damian?- Clark llegaba corriendo igual de angustiado que la madre, sin embargo ahora parecía que de la misma forma que esta el joven Wayne le había robado todo protagonismo al jugador en cama.

 

 

 

-Señor Kent- ahora si Dami no era capaz de controlar el rojo bermellón que le coloreó las mejillas y orejas. El “intrépido” de Jon se rehusaba a soltarle la mano aun en presencia de sus padres, aquella situación lo avergonzaba sin entender la razón concreta. Tal vez por los prejuicios que Damian tenía hacia una familia de granjeros donde él consideraba debían ser conservadores a más no poder.

 

 

 

-¿Cómo es que ustedes se conocen?- por fin las miradas claras de los adultos se fijaron concretamente en su hijo quien torcía la boca y examinaba a Wayne.

 

 

 

-Iré por la enfermera- sentenció Damian quien, como un resorte, quiso brincar y zanjar la plática.

 

 

 

Sin embargo una mujer robusta hizo acto de aparición con lo que todos suponían era un dictamen de la situación del más joven de los Kent. Sin más remedio el muchacho tuvo que permanecer ahí por súplica del convaleciente.

 

 

 

Nada de qué preocuparse, no tiene ningún hueso roto y al parecer el desvanecimiento solo fue productos de una deshidratación leve, aun así recomiendo que lo llevan a un hospital para que lo evalúen más a fondo

 

 

 

Antes que alguno de los tres, que no eran el jugador, pudiera actuar Jon invito a su amigo a pasar un fin de semana en la granja. Sus padres parecían asombrados pero no se opusieron a la idea e inclusive Clark se ofreció para comunicarse con Bruce y acordar la pijamada de los muchachos.

 

Claro que Damian se iba a negar rotundamente tenia mejores cosas que hacer, un molesto compromiso que había estado aplazando por mucho tiempo era lo que ocupaba la mayor cantidad de tiempo en su mente y lo menos que necesitaba era al insípido de Jonathan molestando por dos días seguidos. Poco le faltaba para enviarlo directo a la granja junto a sus vacas pero los ojos de borrego apunto de degollar fueron lo suficientemente conmovedores para hacer a Damian rodar los ojos en señal de derrota y aceptación.

 

 

 

El llegar a la granja fue tal vez lo más incómodo que hasta ahora Damian había tenido que soportar, aunque la vibra de emanaban los Kent era ligera el heredero de los Wayne no podía relajar ni un solo músculo de su cuerpo y las palabras parecían morir mucho antes de siquiera llegar a su garganta. Damian se limitaba a responder de la mejor manera las preguntas que le hacían y cuando Lois se alejó hacia aquel consultorio junto a Jon (a quien revisarían antes de llegar a casa), Dami no pudo más que sentir un tremendo desconsuelo por ver a su compañero irse; por fortuna con Clark había convivido más y de a poco fue capaz de entablar un amena conversación con el periodista.

 

El resto del recorrido fue sin tropiezo y cuando arribaron a la casa de los Kent el sol estaba justo en un atardecer lento que valía admiración por la belleza que entrañaba.

 

 

 

-Vamos a mi habitación, ahí te pondrás cómodo- ofreció un poco serio Jon quien después de varias horas de cavilaciones por fin comenzaba a usar la cabeza en lugar del corazón.

 

 

 

Lois les gritó algo acerca de la cena mientras ambos iban a mitad de las escaleras, escucharon la radio tomar posesión del ambiente y sin perder tiempo llegaron a lo que Jon usaba como refugio.

 

 

 

-Es pequeña- al instante de haber entrado Damian comento analizando (o tal vez juzgando) todo a su alrededor.

 

 

 

Varios posters estaban pegados en las paredes, una cama mediana junto a la ventana, un escritorio pequeño con libros y plumas, un ropero grande y cientos de juguetes y peluches en un estante.

 

 

 

-¿Con quién hablaste antes? durante el partido- la pregunta acusadora no tenía ningún tinte por ser otra cosa más que eso: una reclamación.

 

 

 

-¿Para eso me trajiste hasta acá Jonny-boy? Pude habértelo dicho antes de subir a la limosina que acostumbra llevarme a casa- y ahí estaban de nuevo. Frio y calor, día y noche, celos y confianza enfrentándose como de costumbre.

 

 

 

Aquel hábito tenia fastidiado a Jon pero era consiente que no podía controlarse cuando de Damian se trataba. Lo miro tomar una pose de defensa, con los brazos cruzados sobre su pecho y el entrecejo levemente entrecerrado.

 

 

 

-¿Es por esa llamada que estabas tan distraído?

 

 

 

-El único distraído ahí eras tú Jonathan… pero si me quieres culpar por tu ineptitud en el campo pues es asunto tuyo.

 

 

 

Jon no quería alterarse más de lo que ya estaba pero tampoco lo dejaría hasta obtener un respuesta. Siempre era lo mismo con el mayor, jamás le ofrecía explicaciones por sus acciones y aunque en un principio lo acepto ahora que aceptaba abiertamente sus sentimiento estaba consiente que las cosas entre los dos iban a cambiar muy pronto. Una vez más se perdió en aquellos orbes jade trayendo el recuerdo de la enfermería donde Damian lo consoló tiernamente.

 

 

 

-Dami… no quiero discutir, en verdad me alegro que estas aquí… pero necesito saber con quién…

 

 

 

-Mi dentista.

 

 

 

-¿Cómo?

 

 

 

-Estaba haciendo la cita con mi dentista, Pennyworth cree que ya me sacaron las muelas del juicio pero no es así.

 

 

 

-¿Pennyworth?

 

 

 

-Mi mayordomo!- el joven de ojos verdes alzó las manos dando a entender su frustración, jamás había tenido la necesidad de dar razón por sus actos, ni con sus hermanos lo hacía.

 

 

 

-Te vi bostezar cuando iba a atrapar el balón- por algún motivo Jon no creía la excusa que se lo ofrecía, todo parecía tan normal que estaba seguro que algo andaba mal.

 

 

 

-No bostece imbécil, me dolía la boca.

 

 

 

El granjero estaba por rebatir aquello, algo tan mundano como problemas de muelas podían pasarle a alguien como Damian quien se encontraba en otro nivel de la existencia humana ante los ojos del chico. Jon estaba seguro que Dami lo engañaba, ya podía imaginar lo que hacia este último a sus espaldas “De seguro estaba bostezando porque no durmió nada la noche anterior por estar… con otro” le gritó alarmada su conciencia. No estaba enojado al cien por ciento, el pobre muchacho se hundia en la desesperación de perder al joven millonario, su joven petirrojo se le escapaba como un ave silvestre.

 

Lo contemplo ahi parado en medio de su habitación y comprendió su triste realidad.

 

Damian no pertenecía a un lugar tan corriente como Kansas, no mientras usara esas finas ropas y costosos accesorios, aquel invitado lucia como una imagen irreal que adornaba con sensualidad su pobre habitación de adolescente y sin poder evitarlo nuevamente el pensamiento de no ser lo suficientemente bueno para Damian le acongojo el corazón.

 

De repente, como los vientos de febreros fuertes y abundantes, una idea le consoló poco.

 

Camino a donde estaba el visitante y le dio un pequeño beso en la punta de sus labios “desnudos seremos iguales”, le bajo el cierre de su chamarra obligando a los brazos de Damian ponerse a sus costados. Aun estaba molesto y lo comprobó cuando el otro azabache dio tres pasos hacia atrás escapando de su alcance.

 

 

 

-¡CHICOS, LA CENA ESTA LISTA!

 

 

 

El primero en bajar fue Wayne quien se instaló junto a Clark. Aquel ambiente familiar era una versión distorsionada de su propia convivencia familiar, los Kent eran una pareja realmente amigable (más el esposo) que tenían pequeños gestos que fácilmente reconoció en su tonto hijo quien justamente iba llegando.

 

 

 

-¿Te duele algo cariño? Tienes una pinta horrible.

 

 

 

-No ma, todo en orden- Jon no fue capaz de evitar mirar a Damian quien inmutado estaba charlando con su padre- ¿que hay para cenar?

 

 

 

-Ternera y verduras- la mujer le coloco un plato bien proporcionado con aquel guisado que desprendía un aroma exquisito- Alfred me habló acerca de tus muelas Damian- comentó ahora para el invitado.

 

 

 

-¿Pennyworth lo sabe?- Damian vio como la señora Kent cargaba un plato hondo en dirección hacia él.

 

 

 

-Cariño, existen muy pocas cosas que se le puedan esconder a ese hombre- aquel recipiente contenía varias frutas hervidas que lucían anormales, pronto también le llego un extraño licuado que olía a manzana y canela- me dio una lista de lo que puedes comer, lamento que no haya carne.

 

 

 

-Mmm, no importa, soy vegetariano en realidad.

 

 

 

Imbécil” era lo que pensaba con cada mordida que daba a su pedazo de res que no le sabia a nada más que culpa y arrepentimiento. “Soy un imbécil” aquel exótico muchacho frente a él no lo miraba y estaba más que seguro que buscaría la manera más dolorosa de hacerle pagar su comportamiento anterior.

 

No podía creer que todo lo que le habían contado era la más pura verdad y él como un tonto condenó a su amado al prejuicio que como cadenas siempre arrastro ante sus ojos; Damian lucia tan encantador ahí sentado picoteando con el tenedor un pedazo de pera que flotaba como un velero solitario en lo que se asemejaba a un mar rojizo. Mientras tanto Clark narraba historias antiguas que involucraron al magnate dueño de Wayne Inc. y a él mismo, todo indicaba que esa era una de las mejores veladas en la corta vida de Jonathan, después de todo estaba sentado en la misma mesa que sus padres y el chico que le gustaba en lo que se apostaba como un cuadro familiar.

 

Cansado de solo provocarse unos terribles dolores en el estómago por los nervios opto por almacenar en su mente la escena que esperaba se repitiera muchas veces más en el futuro.

 

 

 

El levantar la mesa fue interesante de hacer, Damian poco conocía de los protocolos que se adoptaban en casas promedios que obviamente no contaban con un personal de servicio que hacia la mayor parte del trabajo. Ambos adultos a sabiendas de eso se mostraron contentos de enseñar las labores que los asalariados tenían que hacer. Eso llevó a Damian alzando los platos y colocándolos en el lavaplatos para que el padre se encargara de ellos; la madre había sugerido que los chicos se encargaran de lavarlos pero el siempre bonachón señor de la casa se ofreció para que los más jóvenes disfrutaran su noche de videojuegos.

 

 

 

Las noches en la granja eran propensas a adoptar el clima que gobernara en el exterior, ya fuera frío o calor. En esas épocas las nubes estrechas se arremolinaban formando cúmulos azulados que cargaban bajas temperaturas, por la cercanía de las montañas y de varios lagos era casi obligatorio que las noches fueran como acampar en el polo del planeta Tierra. La calefacción mantenía agradable la vivienda pero en la habitación de Jon las cosas se habían enfriado varios grados entre los dos únicos habitantes; en la cama descansaba de frente a la ventana el hijo de Bruce y en un pequeño colchón sobre el suelo a tres palmos el hijo de Clark intentaba inútilmente armar un discurso convincente para disculparse.

 

Desde que habían subido de cenar ninguno había dicho más de tres palabras, Dami no diría nada y Jon no podía hacerlo por temor a estropear más en pequeño infierno que él solo se había montado.

 

 

 

-Dami… lo lamento, no debí hablarte como lo hice- las luces estaban apagadas y en el pasillo ya no se escuchaba ni un solo ruido- soy un imbecil Damian por favor sé que estás despierto.

 

 

 

->tt<

 

 

 

-Es solo que... ya sabes cómo me pongo…- Jon había considerado ese tronido de lengua como invitación para continuar auto insultándose.

 

 

 

Wayne se giró sobre su espalda y lo contempló sentado en cuclillas sobre su pequeño colchón, con el vaivén de su muñeca le permitió acercarse, Jon se metió entre las cobijas y se colocó entre las piernas abiertas de mayor quien se cruzó de brazos. Al estar Jon encima de Damian por fin pudo contemplar con lujo de detalle ese cuerpo enfundado en una de sus pijamas más cortos, el color verde le combinaba por naturaleza ya que hacia juego con sus felinos ojos turquesa.

 

 

 

-Jamás vuelvas a insinuar eso Kent- el delgado debo Wayne lo señalo acusadoramente- escucha bien esto, el día que me canse de ti simplemente te lo diré y te mandare a volar, no tengo la necesidad de estar con otra persona a tus espaldas.

 

 

 

Ese había sido el problema que aquejaba a Damian. Cuando el jugador lo acusó su orgullo fue golpeado, el podía ser muchas cosas pero Damian Wayne Al’ Ghul nunca sería un fácil que se acostaba con cualquiera, cada uno de sus amantes habían presentado cualidades por encima de las promedio y el “53” era uno de los más especiales que se había encontrado.

 

Los ojos y sonrisa de sujeto sobre suyo le amenazaron con sacarle un sonrojo, los dedos un poco ásperos de Jon le sacaron un suspiro cuando se pasearon con ternura sobre su mejilla a modo de disculpa.

 

 

 

-Soy un tonto- le dio un beso casto y su corazón bailo de emoción cuando los brazos de su demonio lo apresaron del cuello- ¿Puedo ir a verte cuando salgas del dentista?

 

 

 

-No

 

 

 

Se volvieron a besar pero ahora con un poco más de energía. Las manos de Jon empezaron a bajar para poder acariciar las caderas y piernas contrarias, sus dígitos tocaron los muslos externos e internos y con la acción clara le comenzó a bajar de a poco los diminutos short que le había proporcionado a su invitado.

 

 

 

-¿Quieres hacerlo en casa de tus padres Kent? eso es valor.

 

 

 

-Si es contigo, puedo hacerlo donde sea.

 

 

 

Lo más silenciosos que pudieron Damian se deshizo de su prenda inferior mientras Jon solo se quitó la playera. Ambos luchaban por no soltar gemidos, gritos o gruñidos de placer, era el doble de divertido estar haciéndolo en un lugar tan prohibido como la misma casa de los padres de alguno. La adrenalina de no ser sorprendidos fue lo que puso duros a ambos chicos quienes no perdieron tiempo en preámbulos laboriosos y que saltaron justo a la mejor parte del banquete.

 

El miembro de Jon entraba y salía a una velocidad constante que se esforzaba por ser lenta para que la vieja cama no rechinara advirtiendo de su pijamada no tan inocente.

 

La piel de su espalda era arrancada por las uñas francesas del Al’ Ghul quien le marcaba lleno de gozoso; en algún momento de la juerga cambiaron la postura a una no tan compleja con la intención de mantener el anonimato, ahora Damian estaba en cuatro sobre el mullido colchón recibiendo las brutales estocadas de aquel quien le obligaba a ser sincero por cuenta propia.

 

 

 

-Un… un poco más Dami- susurro excitado al sentir las contracciones de su compañero apretándole dulcemente.

 

 

 

El trasero de aquel demonio era un paraíso que Jon se encargaría de privatizar, ya estaba más que decidido de que ese cuerpo, aquella alma, y aquel corazón le pertenecían solo a él. Así tuviera que ir juntándolos por piezas sabía que serían de su propiedad más temprano que tarde. Su nuevo propósito era llenarlo todos los días con su dedicado cariño y por las noches inundarle las entrañas con su esencia hasta que le diera un hijo o le jura amor eterno.

 

 

 

-Jon… ah… voy a…

 

 

 

-Aquí- el más joven lo comenzó a masturbar y cuando el otro alcanzo su limite la blanca esencia se quedó dentro de su mano- no hay que manchar las sabanas, mamá podría sospechar.

 

 

 

Jon tomó su playera que por fortuna aún estaba en la cama y la usó para limpiarse, como él aun no terminaba optó por acelerar el ritmo hasta lograr eyacular su néctar de vida dentro de su amado petirrojo. Con sumo cuidado salió del suave interior y rápidamente le cerró las piernas.

 

 

 

-No lo tires Dami- lo ayudo a acostarse de lado quedando de frente uno del otro- que no se salga nada.

 

 

 

Si Damian hubiera deseado rebatir algo solo quedo como intento ya que no dijo nada y en vergonzoso mutismo se acomodó en la cama junto al varonil cuerpo que olía a sexo y sudor.

 

La noche fue caliente a pesar de las prendas faltantes. Los destellos grisáceos de las estrellas no buscaban entrar por los recovecos de esa casa. Los ruidos del exterior cobraron de apoco vida conforme los corazones desbocados se normalizaron de su improvisada maratón y cuando los toquidos en la puerta los despabilo del edénico mundo de los sueños las fantasías utópicas cobraron forma dentro del pecho de Kent quien beso la frente de su ardiente amante “Iré a bañarme primero, no sabes cómo disfrute lo de anoche Dami” el aludido escucho en su oído la frase como una corriente de vapor dulce “no te muevas mucho aun tienes que guardarme aquello”.

 

 

 

El Al’ Ghul no asomo la cara hasta que el cerrar de la puerta y la ansiada privacidad le llegaron como regalos de navidad.

 

 

 

-¡¿Quién se cree ese imbécil?! ¡Le diré a Dick que lo mate en los entrenamientos!

Notas finales:

HOLA NENES!!!!

 

Lo sé, lo sé, tarde horrores en actualizar pero en verdad tengo una muy buena excusa -me rompí un dedo- JAJAJA xD

En serio no podía hacer NADA! Hasta reprobé tres materias por eso (naa, las materias las reprobé porque no entraba ;n;), ya me quitaron el yeso así que puedo volver a escribir (muy despacio, pero ya puedo un poco mejor)

 

En fin... en verdad espero que aun estén conmigo.

Los quiero muchísimo! Y en verdad espero les guste este capítulo y los que siguen! <3

 

LES ENVIO MUCHOS BESOS! (En especial a ti Yoostin si es que aún me quieres xD   ;n; )

 


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