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Por una tradición. por Ashtad

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Notas del capitulo:

Hola amores míos!

 

 

 

Este capítulo ya lo tenía escrito pero por cuestiones de tiempo no lo había podido subir, SORRY.  =w=

 

Les quería comentar velozmente que este es el penúltimo capítulo de esta historia y que también había escrito un especial de Navidad que claramente no subí en dicha fecha pero ya saben lo que se dice “más vale tarde que nunca (¿)” xD

 

 

 

Los quiero, besitos de azúcar. <3

 

 

 

 

El primer día lo pasaron fuera de casa desde muy temprano. Jon tenía cientos de lugares guardados que deseaba Dami pudiera conocer; el parque, el pueblo, los lagos, el granero, la pequeña feria y, en especial, los campos de girasoles al otro lado de una pequeña colina cercana a su casa. Durante el recorrido Jon saludaba de vez en cuando a las personas que iban y venían o que estaban en sus respectivos puestos vendiendo flores, frutas, regalos o artículos domésticos de todo tipo.

 

Ambos chicos platicaban sobre cualquier tema y aunque Wayne mantenía una expresión de constante desaprobación lo cierto es que disfrutaba de aquel pintoresco lugar.

 

Todo era bastante fuera de lo común para el heredero Wayne quien jamás había vivido situación semejante, por lo general sus citas eran en plazas comerciales o recintos catalogados como exóticos. Sin embargo con el número “53” caminaba como si fuera una persona normal, tal como un habitante más de aquel pueblo; incluso Jon le compró un helado natural que ambos consideraron apto para la situación de muelas que aquejaba al mayor.

 

 

 

-Pronto será navidad, supongo que estarás en casa cierto?- ambos chicos caminaban por una vereda tranquila de camino serpenteante que los llevaba por subidas y desnivelaciones constantes. En una mano Damian llevaba su helado de naranja que le sabia fresco y recién hecho, por su parte Jon cargaba un peluche extraño de color rojo que había conseguido para Dami en un juego de feria que se encontraron horas antes.  

 

 

 

-A mi padre le gusta que estemos todos en la mansión durante esas fechas y más ahora que Jason también planear irse a vivir por su cuenta.

 

 

 

-Oh! entiendo.

 

 

 

-...

 

 

 

-...

 

 

 

-¿Tú no estarás con tus padres?- pregunto después de un silencio que no planeaba prolongar más de lo requerido.

 

 

 

-Ah! No, este año no… mi papá debe cubrir una rueda de prensa en Canadá y mamá irá a Japón por una convención de robótica así que no podremos estar juntos… de cualquier forma tengo que estudiar para mis exámenes de reposición.

 

 

 

-Jonathan…- lo trato de mirar pero el menor parecía más interesado por otra cosa y lo dejó claro cuando lo interrumpió de forma rápida.

 

 

 

-Hey! Mira! Ya llegamos- sus claros ojos que reflejaban el cielo de Kansas brillaron de emoción cuando las miles de flores amarillas pintaron con sus pétalos los verdes campos- te dije que eran hermosos.

 

 

 

Damian admitía sin pesar que era cierto. Las blancas nubes a la distancia contrastaban con aquellas flores altas que siempre miraban al sol, entre sus fuertes tallos las hojas verdes parecían suaves al tacto y por fracciones de segundos el joven heredero deseo correr desenfrenado por aquellos brotes tiernos y maduros.

 

Los cielos azules le deslumbraron gratamente y cuando Jon lo sujeto de la mano para acercarlo a la sombra de un árbol su resistencia no se opuso a seguirlo. Tanto fue su asombro que poco le importó que el menor comiera de su helado y que aún le sujetara de la mano con los dedos entrelazados.

 

 

 

-¿Te gusta?- Jon pregunto contento por saber de antemano la respuesta, después de todo los coquetos ojos jade no se esforzaban por ocultar su conmoción.

 

 

 

-Es lindo- Damian lo miro y sin saber porque, pero con mucha resolución, se paró sobre la punta de sus pies haciendo que su nariz se rozara con la nariz del otro. Sin que sus labios entraran en contacto, sin la necesidad de más, solo ese gesto que expresaba lo satisfecho de estar juntos- no había visto como es la realidad.

 

 

 

Parecían dos luces que recién se veían. Y como las luciérnagas que esperan la noche para encender sus brillantes cuerpos aquellos jóvenes esperaron a que las estrellas cayeran sobre sus cabezas para que les marcaran el camino de regreso. Esa noche lo volvieron a hacer.

 

Una vez concluida la cena y encerrados entre esas cuatro paredes que aun reflejaban el comportamiento enraizado de un niño; entre la calidez de sus cuerpos el frío del exterior no existía. Se acariciaron con lentitud y adoración reconociendo los músculos, fibras, cicatrices y lunares del contrario; sin apresurarse ninguno aquella noche alcanzaron una nueva ilusión en lo que pronto sería una relación en toda la extensión de la palabra.

 

En cada uno de sus encuentros pasados habían terminado llenos de un placer y satisfacción inconmensurable, sin embargo esa noche ambos culminaron al mismo tiempo mientras se veían directo a los ojos. Verde contra azul, sin pestañear y con una sonrisa cómplice casi imperceptible que les duró hasta la mañana del domingo cuando Jason arribo a su pequeño edén donde solo podían existir Jon, Damian y los miles de girasoles testigos de su vehemencia.

 

 

 

Aquel automóvil último modelo arranco con el recuerdo de una pasión transformada en cariño.

 

Jason, mucho tiempo sin verte muchacho, ¿cómo te ha ido?

 

Rememoro la plática de su padre y entrenador mientras barría las hojas secas de la entrada.

 

Hola Clark,  pronto empezare a trabajar de forma independiente con algunos colegas de la uni, el viejo está contento así que todo va de maravilla

 

Contempló por décima oportunidad el camino solitario imaginándolo subir al deportivo gris que lo alejó de sus brazos.

 

 

 

Cada paso que daba por la casa o granero era como volar sobre una nube transparente imposible de romper. Sus padres lo contemplaban extrañados pero silenciosos ya que comprobaban una y otra vez que bajo ese misterioso hechizo su hijo era más obediente y eficaz. Cuando el lunes le llego las vacaciones también lo hacían, ese día no debía presentarse a la universidad y por lo tanto tampoco sería capaz de estar junto a su petirrojo al que ya extrañaba sin dudas o indecisión.

 

Aún era temprano cuando salió de la tranquilidad de Kansas con rumbo a su departamento en la hermosa Gótica, porque si, ahora aquella ciudad le resultaba el lugar más fantástico para vivir.

 

Dudando por tres segundos de su próximo destino Jon se colocó la misma mochila con la que salió de su hogar en Kansas (cortesía de su madre) y se encamino a la mansión Wayne dispuesto a perderse en las esmeraldas relucientes de su trofeo de campeonato.

 

 

 

Llegar resultó fácil, entrar era lo complicado.

 

 

 

***

 

 

 

-Joven Damian tiene visitas, y le aconsejo se apresure en bajar no creo que el muchacho pueda soportar mucho tiempo con su padre a solas.

 

 

 

Damian murmuro con un ruido muerto dentro de su garganta. Hacía menos de dieciséis horas que le habían sacado las cuatro muelas en una sola visita (por petición propia ya que no pensaba volver a ese espantoso lugar con aroma a desinfectante) y ahora su siempre hábil verborrea se limitaba a sonidos vocales y palabras mal dichas.

 

Con sumo cuidado se quitó a su hermoso gato negro de las piernas para colocarlo en la cama.

 

Ese día vestía unos sencillos pantalones de mezclilla negra a conjunto de una playera café sepia de cuello redondo y ligeramente abierto. Aquella mañana no deseaba hablar con nadie pero el repentino visitante le estropeaba su tiempo de pinturas que había programado especialmente con la intención de disfrutar el aroma del óleo o del sentir sus dedos medio resecos por los carboncillos de los que se valía para plasmar sus dibujos.

 

Con paso apresurado llegó a la estancia donde su padre descansaba tranquilamente, encontrándolo sentado con la pierna cruzada y mirando atentamente el cuerpo rígido de Jon quien parecía querer salir corriendo como en los entrenamientos optó por sacarlo de su miseria al llamarlo con su mano.

 

 

 

-Antes de que se retiren toma tus medicamentos Damian- sentenció Bruce a su hijo- no quiero que vuelvas a tener temperatura como anoche- dio un pequeño y elegante sorbo a su taza de té antes de permitirse continuar- por ciento, la madre de Jonathan te envía manzanas asegúrate de agradecer también al mensajero que las trajo.

 

 

 

-No es nada señor Wayne- respondió Jon solo por no quedarse callado, aquel hombre lo intimidaba a una escala que no creyó posible experimentar.

 

 

 

¡E iba a ser su suegro?! ¡Que los dioses le protegieran!

 

 

 

Ya en la habitación del mayor, después de la pequeña escala en la cocina donde se tomó sin agua sus pastillas, Jon soltó el suspiro que retuvo casi desde que entro con la excusa de que su madre le había enviado manzanas a Dami. Lo abrazo desde la cintura y por la expresión de Wayne supuso que estaba más enojado que sorprendido por verlo ahí.

 

 

 

-Te extrañaba- respondió ante la pregunta obvia que flotaba sobre su cabeza- ¿cómo estuvo la visita al dentista?

 

 

 

-Tú que cresh.

 

 

 

-Tus mejillas están algo inflamadas.

 

 

 

-Grashias por la observashión capitán obvio.

 

 

 

-Ayer te quería dar algo pero tu hermano llego antes de lo que imagine así que vine para…

 

 

 

-Shientate ahí- le indico una banca cercana al balcón- y no te muevash.

 

 

 

En esa misma posición se mantuvo Jon quien rápido comprendió lo que hacía su compañero antes de que llegara. Lo vio tomar una libreta grande y varios lápices antes de enfrascarse de lleno en su concentrada misión de dibujar. Damian era bueno en muchas cosas y el dibujo era una de sus más grandes aficiones; desde muy pequeño su madre lo había instruido en diversas artes donde la música y la pintura sobresalían en el extenso currículum del Al’ Ghul.

 

Jon estaba cómodo en la butaca donde estaba, el clima era agradable y la vista que tenia de Damian era la indicada para relajarse. Aquel prodigio de las pinturas se mostraba apacible con cada nuevo trazo que parecía dar. Admiro con interés la habitación comprobando que no tenía absolutamente nada fuera de su lugar un claro ejemplo de la personalidad meticulosa de su dueño.

 

 

 

Pasados algunos minutos más la puerta se abrió levemente dejando ver al mayordomo de los Wayne con su siempre pulcra actitud.

 

 

 

-Amo Damian, hay un clima espléndido afuera. Apuesto que su amigo y usted lo encontraran gratamente cómodo- Alfred permaneció en la entrada dejando que el gato saliera hacia los pasillos en busca de comida- el joven Kent le puede ayudar en bajar sus herramientas si ese es el problema.

 

 

 

-mmm, bien- Damian se puso de pie y al igual que el felino salió hacia los jardines. La acción desconcertó momentáneamente a Jon quien rápidamente recogió algunas cosas y salió tras su compañero.  

 

 

 

Efectivamente, y como había dicho el mayordomo, el clima era perfecto para estar afuera de esas cuatro paredes, el patio trasero se componía de arbustos florales, una fuente, y varias piezas ornamentales de jardín como sillas y mesas colocadas de manera estratégica que le otorgaban armonía al sitio. Damian caminaba con los brazos hacia atrás y las manos entrelazadas, sus pasos era pequeños saltitos que le daban un aspecto infantil al andar.

 

Tomaron asiento uno enfrente del otro como lo habían hecho dentro de la mansión y de nueva cuenta el joven artista reanudó su labor. El aire fresco que transportaba el perfume de las flores despeinaba constantemente al modelo del demonio quien se burlaba cada vez que eso pasaba. Las neuronas de Kent eran una huelga prolongaba que se negaban rotundamente a trabajar porque el chico se desconcertaba torpemente por la nueva faceta de su querido amigo.

 

 

 

El hijo del reportero de un momento a otro se colocó de pie cuando se había, por fin, llenado del coraje necesario. Le extendió una mano al dibujante y acunado este la acepto lo invito a una improvisada danza sin música donde solo se mecían de un lado a otro con la lentitud de un caracol recién despierto.

 

 

 

-Damian- lo llamó suavemente obteniendo al instante la atención del nombrado- se mi novio.

 

 

 

Jon no sabía si debía arrodillarse o sencillamente darle el anillo que tiempo atrás le debió entregar durante ese partido. Como su cuerpo estaba rígido de los nervios permaneció de pie frente al más bajo quien ya sostenía la pequeña caja donde se encontraba la pequeña joya no tan barata que había comprado especialmente para su petirrojo. Aquella pieza estaba hecha de oro blanco sin ninguna incrustación o grabado, tan sencillo como el muchacho que lo entregaba.

 

Los ojos de Damian no cambiaron mucho cuando lo vieron y ahora que le regresaba la caja aun con el anillo en su interior Jon sintió algo crujir buscando romperse, los pulmones se le cerraron y su pecho comenzó a subir y bajar por el esfuerzo que hacían al buscar aire.

 

 

 

-Debes ponérmelo tú.

 

 

 

-¿Qué?- el corazón le latía con vigor y la cabeza le pulsaba al ritmo de su alocada sangre.

 

 

 

-Eges tú quien me debe poner el anillo.

 

 

 

Las manos le sudaban a mares y le temblaban como hojas al viento. Tomo el pequeño arillo y luego la fina mano del demonio quien sonreía abiertamente; con cuidado introdujo y acomodo el aro blanco admirando el dedo adornado. Suspiro lleno de alegría y todo su ser se estremeció cuando Damian también contemplo embelesado su mano.

 

Ambos se acomodaron sobre el pasto y en silencio Damian permitió ser abrazado.

 

 

 

El tiempo había pasado cambiándolo todo, las cosas que se construyeron y se destruyen a la misma velocidad, los amantes que se daban su primer beso o que caían ante el cruel adiós, el óxido que corroe las almas, el polvo que cubre los recuerdos y el impasible maestro de irónicas lecciones que le enseñaba que la valentía era la única respuesta para esta vida.

 

Permanecieron juntos hasta que el frío les orilló a resguardarse. Cuando Jason llego su joven hermano ya dormitaba cansado sobre el hombro de aquel molesto novato. No le vio caso discutir si después de todo lo haría sufrir en el campo de entrenamiento.

 

 

 

-Ven acá demonio, te llevare a tu cama- dio un paso para recoger al pequeño Wayne quien, como un gatito, se escurrió hacia los fuertes brazos de Jon.

 

 

 

-No, tú no… quiero que él me cargue- un somnoliento Damian se sujetó del antebrazo del visitante quien le respondió cálido con una sonrisa.

 

 

 

-mgh- Jason rezongo al tiempo que se rascaba la nuca con una mano y apoyaba la otra en su cadera a forma de aceptación- y pensar que ayer se quería casar conmigo.

 

 

 

-Puede recoger las pinturas del amo Damian, le aseguro agradecerá el acto- Alfred era testigo de cómo Jon se colocaba de pie y con suma facilidad cargaba al más bajo- acompáñeme joven Kent las visitas suelen perderse dentro de la mansión.

 

 

 

Caminaron por largos pasillos, algunos decorados con pinturas y otros con floreros, las cortinas y paredes eran de colores claros y en el aire se percibían limpiadores de esencias florales. Los pasos del hombre resonaban acampanados por las paredes del recinto.

 

De vez en cuando Jon miraba al joven que sostenía y no paraba de sonreír bobamente cada vez que sus ojos contemplaban la mano izquierda del hijo de Wayne.

 

 

 

-El joven Damian es bastante resiste al dolor- mencionó el mayordomo sin verle a la cara- pero por alguna razón su organismo no soporta los medicamentos fuertes- ambos subieron unas escaleras antes de girar a la derecha y continuar recto- los analgésicos que le recetaron son de la variedad que le provocan… un cambio radical de personalidad.

 

 

 

-¿Cómo?

 

 

 

-Lo ponen bastante alegre- llegaron frente a una amplia puerta que al abrirse mostraba la morada del chico- lamento si el joven amo le causo algún escenario inapropiado.

 

 

 

-No se preocupe, no lo hizo.

 

 

 

-Eso me tranquiliza, ayer cuando recién regresaban del dentista el joven Damian me pedía que lo casara con su hermano y que su perro Titus fuera el padrino… se imagina usted tal cuadro?

 

 

 

-Damian suele ser bastante excéntrico.

 

 

 

-Nunca mejor dicho joven Kent- Jonathan coloco a quien traía en brazos sobre la mullida cama- ahora permítame llamar un taxi que le llevara a su departamento, no se preocupe por la cuenta.

 

 

 

-Muchas gracias señor Pennyworth- Jon beso la frente de Damian antes de salir.

 

 

 

El camino fue rápido y cómodo. Los asientos de esa limosina eran suaves en niveles exageradamente relajantes.

 

Lo primero que hizo al llegar fue tomar una ducha de media hora, seguido, comió pollo empanizado que le había preparado su padre. Leyó un libro que tenía pendiente y escucho el nuevo álbum de una de las bandas favoritas de su amigo Garfield. Su velada avanzó amena y cuando llego el momento de dormir se metió entre las cobijas sin contratiempo importante.

 

Una vez que estuvo en completa obscuridad y ya con el lado derecho de su rostro sobre la almohada fue que sus pensamientos que con tanto trabajo se esforzó en frenar le atropellaron con brutalidad resquebrajando su burbuja de felicidad.

 

 

 

“Ok Jon, solo debes reconocerlo y manejar la situación, es decir no es tan malo como puede parecer, te declaraste y él acepto el único problema es que… DAMIAN ESTABA DROGADO!!!”

 

 

 

¿Por qué al inicio todo había sido tan fácil y ahora en mundo se le complicaba avinagradamente?

 

 

 

***

 

 

 

Los días pasaron, las semanas se consumieron con prontitud y más tarde que nunca fue que Jonathan no era capaz de salir de su trance. Había declarado su amor y al parecer todo marchaba a la perfección hasta que le dijeron que Damian estaba en una especie de brecha alucinante producto de sus medicamentos para el dolor.

 

Había escuchado de gente que era sedada y actuaba de esa forma pero con analgésicos nunca en la vida hubiese creído podía suceder.

 

Casi tres días después fue que se aventuró en enviar un mensaje que por fortuna fue respondido con una diferencia de veinte minutos; trato de actuar normal obteniendo el mismo comportamiento de antes. Con algo de suerte Dami no le aventaría el anillo en la cara la próxima vez que se vieran. Tal vez por eso es que Jonathan no quiso volver a la mansión Wayne y tampoco invitaba a su departamento al mayor.

 

Estaba afligido y angustiado en partes iguales; la misma voz molesta que una vez le susurro que Damian lo engañaba fue la misma que le decía que con la primera vista el joven murciélago le arrogaría su triste anillo entre los ojos. Eso lo desamino tanto que prefirió distraer su mente con otras excursiones en compañía de sus amigos de grupo, compañero del campo y algunas que otras porristas.

 

 

 

Cada vez el jugador pasaba más tiempo en las calles que en su departamento. Solía llegar bastante tarde y con muy poca energía que prácticamente solo se tiraba en el colchón y dormitaba intranquilo. De sus últimas salidas había llegado con un terrible mareo con sabor a cervezas y con la cabeza burbujeante a causa del alcohol en su sangre. Un par de noches las paso fuera y cuando despertaba sentía una profunda pesadez en las extremidades.

 

Aquel estilo de vida se le estaba saliendo de las manos pero tampoco se sentía capaz de volver a su antigua rutina ya que cada cosa o situación la relacionaba rápidamente con el Al’ Ghul y su posible rechazo lo aterraba. Sin embargo aquel día en especial se negó a las invitaciones de sus amigos quienes le prometían diversión en compañía de aquellas lindas muchachas que los alentaban durante los partidos.

 

 

 

Limpio un poco su pequeño hábitat y hablo con sus padres quienes ya no estaban en el país para esas horas. Aun no era nochebuena o navidad de hecho eran un día antes así que las tiendas estaban concurridas de gente que realizaba compras de última hora. El jugador paseo de un lugar a otro sin rumbo ni compañía; compró un cepillo de diente naranja bastante infantil que tenía pequeños gatos en el mango y su cena para hoy y posiblemente noche buena.

 

 

 

Meditabundo regreso y grande fue su sorpresa al ver un par de largas piernas torneadas que apenas eran cubiertas por una diminuta falda tableada esperándolo dentro de su departamento.

 

 

 

Aquello iba a terminar de una sola manera, y buena no era.

Notas finales:

No me queda más que desearles un feliz año nuevo lleno de puras cosas buenas y agradecerles por todo: comentar, compartir mis pequeñas historias en grupos de fb, darme la oportunidad de estar con ustedes, de soportar mis hiatus, pero sobre todo muchas gracias por su tiempo, de leer, porque no importa si son fantasmas lo que cuenta es que son MIS fantasmas y yo los quiero a todos y cada uno de ustedes.

 

¿Si no hay nadie que lee entonces para que existe un escritor? 

 

Así que muchas gracias, feliz año, y les envió, como siempre, muchos besos y abrazos al puro estilo panda.  >3<  …  






P.D.: MUCHAS GRACIAS YOOSTIN! EN VERDAD GRACIAS! ERES UNA HERMOSA LUNA QUE SIEMPRE ME ANIMA A SEGUIR. 

P.D. 2: Ya estoy trabajando en ese Fic que te debo hermosa, pronto llegara, siempre me tardo pero si cumplo, lo prometo. xD  
Te quiero.   <3  ;) 

 

 

 


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