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Por una tradición. por Ashtad

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Notas del capitulo:

FELIZ NAVIDAD!!!! (Atrasada) xD


 


Juro que mi intención era publicarla el 25/12 pero las circunstancias no estuvieron a mi favor. ;n;


 


 


En fin, espero que les guste el capítulo; la próxima actualización será el desenlace de esta historia.


¿Y por qué será el final? Porque estoy trabajando en más locas y renovadas tramas y no me gustaría dejar esta (Por una tradición) como la mayoría de historias que tengo, o sea, sin acabar.


 


LOS AMODORO!

Pequeñas gotas caían con la velocidad que la gravedad les obligaba a seguir ciegamente, muchas de ellas se transformaban hipnóticamente en aguanieve y dejaban caminos húmedos sobre la fría tierra y las obstinadas copas de algunos cuantos árboles que no perdían sus vestidos de hojas. Los climas en invierno eran duros en la sombría Gótica que ahora mismo brillaba rodeada de la magia producto de las millones de luces que las familias optimistas colgaban para celebrar la Navidad, la fecha más esperada por los habitantes quienes, por un par de noches, imaginaban que su ciudad tenia salvación.


 


No había morada que se escapara del encantamiento de Santa Claus o cualquiera que fuera su creencia. La festividad era divertida por si sola y no existía una explicación obligatoria para disfrutar de la comida o de estar rodeado por la familia o de los amigos. Eso era lo que Jonathan Kent siempre había pensado; ahora que se encontraba lejos de los suyos creyó firmemente que podría salir al paso. Lo que no contó fue con la intrépida visita que ahora mismo husmeaba la sala de su departamento.


 


-¿Qué demonio es esto Kent?- cargaba una de las tantas latas de cerveza que horas antes Jon había apilado en el contenedor de basura- ¿Por esto no me llamaste?


 


-Da… Dami, tú estás…


 


-No sé ni porque me molesto, le dije a Maya que esta era una idea ridícula.


 


Tal vez aún estaba inconsciente por el golpe que se dio en aquel partido, “Si, eso debe ser”, ya que de no ser así ¿Por qué Damian Wayne estaría vestido como una porrista justo en el centro de su sala?, “Dios mío, de seguro llevo diez años en coma y ahora mis padres están apunto de desconectarme”.


 


-Vete con tus amiguitos de americano- lo escucho murmurar justo cuando iba hacia el baño con, muy probablemente, la intención de cambiar sus prendas- debí haber hecho lo que Colín menciono… darte un golpe y ya!


 


-ESPERA!- reacciono antes de que la puerta fuera cerrada. Jonathan Samuel Kent estaba congelado, no sabía que decir y por primera vez sus ojos, cerebro, cuerpo y corazón estuvieron de acuerdo en la misma cosa: devorar al demonio- Dios mío Dami, ¿cómo conseguiste...? ¿por qué tú...? ¡Joder Damian, luces...!


 


Las ideas llegaban más rápido de lo que era capaz de decir. Pasada la conmoción inicial la emoción de tenerlo ahí lo desarmo dejándolo vulnerable a cualquier ataque.


 


-¿Te gusta?- preguntó el nombrado ladeando la cabeza al tiempo exacto que ponía su dedo índice en su boca sonriente.


 


-¡Ah! ¡Pero claro que me gusta! ¡Me fascinas bebé!


 


-Lástima porque ya me voy- dejo de sonreír y de dispuso a cerrar nuevamente la puerta; sin embargo la mano firme del jugador y la mirada depredadora que le lanzo le advirtieron que no estaba dispuesto a dejarlo escapar sin antes haber gozado de aquel adelantado regalo de Navidad que gentilmente le habían llevado.


 


-¿Cómo lo conseguiste?- lo sacó del cuarto de aseo con un agarre gentil en la espalda baja; sus dedos jugaron levemente con los bordes inferiores de aquella falda.


 


-Harper me lo presto… ¿Te divertiste estos días?


 


-¿Ese es un reclamo? o en verdad estas interesado?- le dio un beso en la mejilla antes de continuar- te queda muy bien el uniforme ¿quieres que me ponga el mío para jugar algo?


 


-Sí, me doy cuenta que te gustan mucho las porristas.


 


-Son amigas de amigos, casi ni las trate- las callosas manos del receptor se comenzaron a mover hacia el sur de aquellas blancas piernas- no debes ponerte celoso, tú tienes toda mi atención.


 


Mientras sus labios se devoraban las manos cobraron vida propia. Los dedos siempre caballerosos de Kent acariciaron en todo su esplendor los firmes muslos de su adorado murciélago; desde la parte trasera subía con la intención de meter las manos en aquella prenda negra con dorado. El uniforme de las cheerleaders consistía en una falda tableada que permitía los movimientos libres de las piernas, aunado a una blusa de manga larga que dejaba el abdomen al descubierto, ambas piezas eran de los colores negro con dorado y en aquel conjunto se les podía encontrar el símbolo del equipo grabado con hilos blanco.


Cuando por fin sus bocas se separaron Jon se puso a contemplarlo más detenidamente observándolo con ojos de completa aceptación, y justo cuando llego al vientre plano del Al’ Ghul (que muchas veces antes ya había besado) sintió la garganta secársele por la brillante pieza de plata que adornaba el pequeño ombligo.


 


-No tenías esto- le acaricio suavemente la pieza y la piel tibia- no lo había visto.


 


-Claro que la tenía Jonny- boy, pero siempre eres tan salvaje que nunca te diste cuenta.


 


El “53” rio con ganas y empezó a depositar besos húmedos sobre el largo cuello de miel que adoraba. Con pasos lentos llegaron a la mesa de la cocina donde el más bajo se subió abriendo las piernas para que el receptor de los murciélagos de Gótica se acomodara entre ellas y las pudiera acariciar rudamente como le gustaba.


Los brazos de Wayne le sujetaban por el cuello y aunque Jon ya había notado que este no traía puesto el anillo que le regaló aquella tarde tampoco se sintió menospreciado o rechazado.


 


-Sería divertido hacer esto bajo las gradas- bromeo contemplando el adorable sonrojo que tenía la cara de su chico- aunque si nos sorprendieran los coachs creo que tendría que mudarme de planeta.


 


-Ellos no harían nada.


 


-¿Por qué estás aquí Dami?- lo admiro con todo su ser tranquilo. Ese era el efecto que le provocaba el joven heredero de los Wayne; una paz casi absurda por los corajes que le llegaba a sembrar con la misma facilidad.


 


-Mañana es Navidad.


 


-Lo sé.


 


-No puedo invitarte a la mansión y tus padres no estarán.


 


-¿Entonces esta es mi Navidad adelantada?-pareció sopesar la situación- Me gusta mucho… gracias.


 


El sexo salvaje siempre había sido el favorito de ambos chicos sin embargo con su último encuentro ambos habían descubierto que las caricias dulces y miradas fugaces eran igual de estimulantes que las embestidas brutales a las que se habían acostumbrado.


Las curvas y piel bronceada de ambos parecían haber sido creadas solo para encontrarse, para restregarse como lo hacían ahora en aquella habitación que bien conocía el aroma que ambos desprendían cuando se zambullían en los manjares de sus cuerpos, de una pasión que gritaba a los cuatro vientos la necesidad de tenerse mutuamente. Como el dueño y el sirviente que se requieren para existir, en algunas ocasiones siendo Damian el dueño y en otras el esclavo que se arrodillaba ante su justo amo.


 


Las telas comenzaron a ser molestas cuando los miembros hinchados de los muchachos ardían en un calor producto de las hormonas y la situación. Como pudo Jon se despidió de sus pantalones y la ropa interior del otro (dejándole la falda, su nuevo fetiche); y cuando estaba por meterse dos dedos a la boca con la intención de ensalivados la hábil boca del demonio los engullo. Con movimientos circulares fue llenado de líquido viscoso los dedos hipnotizando al novato que imaginaba que esos dedos eran su necesitada anatomía que ya crecía a un ritmo constante.


Una vez consideraron estaban bien cubiertos Jonathan dio inicio con la tarea de preparar la dulce entrada que se resistía débilmente a ser profanada. Un dedo y luego dos, hasta que la hendidura fue capaz de aceptar tres y con ligeras contracciones pedir algo más grande que esos fuertes dígitos.


 


La cascada de emociones, sensaciones y sentimientos le nubló el juicio y lo llego a abrumar. Con lentitud introdujo la punta de su pene acomodándose entre las estrechas y cálidas paredes de su animador personal. Le dio besos que bajaban desde atrás de la oreja hasta la clavícula y cuando Damian comenzó a pedirle ir más rápido se entregó a su amor con besos apasionados donde se privaban, con cada uno, de un poco de vida por la sensación grata de estar siendo ahogados. Ahogados en esa gloria.


 


-Mi amado~


 


Fue el último ronroneo que le escucho esa noche ya que se dedicó exclusivamente al gozo de sentirse sostenido en sus brazos como lo habían hecho en Kansas. Y entonces Damian pensó que podría mirar esos ojos hasta que el sol saliera, estando envueltos en la luz, en la vida, en el amor; poniendo sus labios entreabiertos para lentamente dejarlos cerrar sin temor a fallar porque estaban diseñados para estar juntos. Con sus cuerpos juntos para que sus corazones latieran como uno solo.


 


Aquello no termino de la manera buena, no, aquello término de la manera fantástica. “Feliz Navidad”.

Notas finales:

Lo sé, lo sé, este es un escenario poco realista si tenemos en cuenta el comportamiento de Damian pero hey! Vamos! Es Navidad hay que creer un poco en la magia!    7(*v*7)


 


 …


 


Las porristas son lindas (¿) JAJAJA Lo siento, mi nueva crush es porrista. xD


JAJA esto no tiene nada que ver, pero quería decirlo. :3


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