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La medicina por Sigma

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Notas del fanfic:

La siguiente historia y todos los personajes que aparecen en ella me pertenecen.

Notas del capitulo:

¡Hola!

Tarde o temprano iba a pasar, ¿no? Tarde o temprano me iba a animar a publicar una historia original por aquí.

Llegó el día.

Espero que le den una oportunidad a esta historia.

Introducción.

Mi nombre es Xun Dài.

Podría decir un montón de cosas acerca de mí, pero… ¿Acaso es importante? ¿Es especial?

Tal vez ni siquiera me queda mucho tiempo.

Prefiero saltar directo al punto.

Puedo ver cosas que los demás no. Cosas extrañas.

No son fantasmas ni seres mágicos que aparecen en los cuentos de hadas, no. Lo que yo veo es… Es algo difícil de explicar. Cosas que no están sucediendo para nadie más que para mí.

¿Desde cuándo? Creo que desde que cumplí cuatro años.

A veces jugaba en el ático, un sitio pequeño donde guardábamos algunos muebles viejos y cajas con decoraciones navideñas. Era agradable. Para el niño que yo era en ese entonces, se sentía como un lugar seguro. Me gustaba subir con mis carros de juguete y fingir que había una asombrosa pista de carreras en el suelo, misma que después subía por la pared. Jugar ahí siempre me pareció más divertido que jugar en la sala y ser interrumpido a cada minuto por los adultos, fueran los clientes de mi papá o las amigas de mi mamá que venían de visita.

Al menos así fue hasta que un día, cuando mi carro de juguete preferido estaba a tan sólo una vuelta de ganar la carrera, lo solté y comencé a gritar. Estaba tan asustado que no podía ni moverme.

Mis padres subieron al instante y se acercaron a mí, preocupados, preguntándome si había visto una araña o algo por el estilo… Haber visto una araña habría sido más agradable.

Lo que yo vi en esa ocasión fue… un monstruo. Parecía un lobo gigante, con garras muy filosas y el pelaje tan negro como un cielo nocturno sin estrellas y sin luna. Sus colmillos eran tan largos que no podía mantenerlos dentro de su hocico. También recuerdo que sus ojos, que por cierto, eran cinco y no dos, eran de un intenso color carmesí, igual que la sangre que escurría por su mandíbula. Esa bestia deseaba devorarme y se acercaba a mí a paso lento, gruñendo y asegurándome así que mi final estaba bastante cerca. De pronto extendió un par de alas que parecían ser las de un murciélago… Uno muy grande, por supuesto. Eso sólo logró hacerlo ver más aterrador que antes.

Mis padres buscaron, pero nunca encontraron qué me hizo gritar y llorar. No podían tranquilizarme con nada. Mientras yo me aferraba a mi mamá y ella me decía que todo estaba bien, yo seguía viendo al monstruo en forma de lobo alado.

Intenté señalarlo para que ellos pudieran verlo también, para que me defendieran, pero fue inútil. Lo último que recuerdo de ese día es que perdí todas mis fuerzas en un segundo y me desmayé en los cálidos brazos de mi madre.

Ese monstruo me ha estado buscando desde ese día. Y no está solo. Hay muchos más como él, de diferentes tamaños y formas. Me persiguen y sé que quieren comerme.

A veces escucho algo parecido a un trueno y ellos aparecen frente a mí. Incluso los he visto presumiendo un cuerpo a medio comer… Un cuerpo que se ve parecido a mí.

Yo… no sé por cuánto tiempo más pueda seguir corriendo.

Mis padres por fin están empezando a tomar mi problema en serio, ya no creen que todo sea solamente un producto de mi "loca e ilimitada" imaginación. Ahora que tengo diecisiete años, creen que tengo esquizofrenia y han contratado a un psiquiatra.

Espero que él pueda ayudarme.

Notas finales:

Espero que les haya gustado esta introducción. Siéntanse libres de pasar a dejar un comentario con su más sincera opinión.

¡Gracias de antemano!

Hasta luego.

Sigma Min.


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