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El chico que nunca sonreía [Yoonseok] por knvlchan

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Hoseok era una persona de muchos amigos, no porque realmente los necesitara sino porque odiaba la soledad y el silencio.

 

Como varios sabían, él era hijo del director así que tampoco tenía oportunidad de estar solo, la gente se acercaba a él por naturaleza: desde profesores hasta alumnos. Era algo normal, sin embargo entre todo ese ruido que el mismo buscaba, se sentía solo.

 

Podía estar platicando con un grupo grande de personas, haciendo bromas y ayudándoles pero realmente sentía que no pertenecía a ese lugar, como si el mundo fuera demasiado grande y él fuera una diminuta persona que no encajaba en el rompecabezas.

 

Mientras más solo se sentía, más buscaba la compañía de alguien pero al hacerlo, su soledad simplemente aumentaba.

 

Por eso mismo Yoongi le causaba mucha curiosidad, porque el no buscaba a la gente, al contrario, se alejaba de la gente. Prefería el silencio, leer en las esquinas de las escuelas y no establecer ninguna relación de amistad.

 

Al chico no le interesaba lo que la gente opinara de él, ni tampoco le importaba la notoriedad que causaba haciéndolo. Sólo hacia lo que quería, y de alguna manera se había ganado el respeto entre los demás alumnos porque aparte de gruñón y atractivo, también era inteligente.

 

Hoseok lo había notado, que su presencia le molestaba de sobremanera pero a él no le importaba. Por alguna extraña razón le gustaba el silencio que el pelinegro le confería, la tranquilidad que sentía a su lado y las inexistentes preguntas sobre su padre o cualquier miembro de su familia.

 

Y lo último que quería recordar era la situación de su familia.

 

Por eso, siempre intentaba apartarle un lugar junto a él en las únicas clases que compartían juntos. De esa manera, las demás personas los dejaban solos y Hoseok podía disfrutar de un pequeño momento de soledad sin sentirse realmente solo.

 

El pelinegro le había dejado las cosas claras, no eran amigos ni estaban cerca de serlo pero mientras no hiciera mucho ruido a su lado ni lo molestara, podía permanecer a su lado y él se sentía cómodo con eso.

 

Una mañana mientras preparaba sus cosas para irse a la escuela, su padre entró a su habitación sin previo aviso.

 

–¿Estás listo o todavía no? –Lo miró con desdén –Porque tengo una junta importante y debo salir ya.

 

El chico aún no terminaba de arreglar sus cosas ni tampoco había desayunado, así que negó con la cabeza.

 

–Entonces te vas solo –Bufó –Pídele al chofer que te deje en la facultad, marica de mierda –Azotó la puerta.

 

Hoseok cerró los ojos mientras oía la puerta.

 

El peor error que había cometido en su vida, era confesar que las mujeres no le atraían a sus padres. Desde ese entonces su padre lo humillaba de las maneras más crueles posibles y su madre lo ignoraba. Por supuesto, ellos era una familia perfecta por fuera, nadie sabía ni tenía por que enterarse de esto.

 

–Mamá me voy a la escuela –Soltó mientras tomaba un pan tostado para desayunar.

 

Su madre asintió con el rostro serio y evadiendo su mirada.

 

–Te veo en la noche –Volvió hablar.

 

Esta vez la mujer tomó sus cosas para salir del comedor, dejándolo solo como si su voz hubiese sido una molestia.

 

En un principio llegó a creer que era cierto lo que sus padres le decían, él estaba enfermo y necesitaba una cura. En un principio lo hizo e intentó cambiar esa parte de él, pero mientras más pasaba el tiempo, más se daba cuenta que todas eran falacias.

 

Él no estaba enfermo, él simplemente era diferente a los demás pero no era el único. Había más chicos como él, pero claro, por la posición de su familia no podía permitirse ser como aquellos.

 

Claro que demostrar el quiebre emocional que tenía estaba completamente prohibido, porque tenía un imagen dentro de su familia y dentro del instituto mismo. Fingía una supuesta familia, una falsa personalidad y un Hoseok que sonreía por cualquier cosa.

 

Sin más, se dirigió al instituto en el automóvil que el chofer manejaba con una mano recargada en el agarre de la puerta y su mejilla contra el cristal. Cuando viera al mayor, todos esos sentimientos malos desaparecerían.

 

–Hoy conocí a un chico llamado Kihyun y me pareció buena onda –Harto del silenció intentó hacer una conversación que parecía inútil –La próxima vez te lo presentaré, de seguro te cae bien –Yoongi se movió para dejarle un espacio.

 

–No es necesario, gracias.

 

Una vez más, sus intentos eran inútiles. Sabía que ese chico podía hablar más de lo que aparentaba, pero llegar a su interior era tan difícil como llegar al suyo.

 

–Te encantaría conocerlo – Sin embargo Hoseok no planeaba desistir, porque sabía que si ambos eran honestos consigo mismos podrían llevarse muy bien –Le gusta la misma música que a nosotros dos y…

 

–He dicho que no me interesa –Palabras que le hicieron callar.

 

Probaba una y otra vez llegar al pelinegro, pero cada intento sentía que lo alejaba más de él.

 

–Lo siento, creí que…

 

¿Qué escondía el pelinegro? ¿por qué no podía ser honesto con él?

 

–No importa, déjalo así –Lo observó tirar la basura de su jugo mientras Hoseok enredaba sus piernas con las manos para recargar su mentón en las rodillas.

 

–Entiendo –El mayor lo miró con esos ojos negros que tanto le gustaban.

 

Le gustaban tanto como el pelinegro mismo, quería descifrar lo que había en su interior pero sentía que un gran muro se interponía entre ellos. No conocía al verdadero Yoongi pero tampoco él conocía al verdadero Hoseok.

 

Nadie lo hacía y probablemente a nadie le importaba.

 

Lo único que quería hacer era quitar esa soledad y solamente junto al mayor podía aliviar esa molestia un poco. Y al parecer era el único que se sentía a gusto a su lado porque Yoongi nunca le había dado señales de que era lo mismo para él.

 

Recordó a su familia, a sus supuestos amigos y los ojos negros del mayor. Su cabeza era un caos cuando sintió una mirada profunda intentando leer su ser, salió de sus pensamientos dándose cuenta que era el pelinegro quien lo miraba curiosamente.

 

–¿Pasa algo Yoongi-hyung? –El mayor negó para sentarse junto a él.

 

–No es nada –Hoseok asintió.

 

Yoongi le daba mucha curiosidad, quería ser cercano a él pero parecía inútil.

 

En algún punto quiso rendirse, pero tenía la fiel creencia que el mayor lo necesitaba tanto como él.

Notas finales:

¿Lo notan? pueden ver un poco más de la situación de Hoseok con este capítulo y de alguna manera pueden observar como él veía a Yoongi.

Intentó darle un sentimiento diferente, y espero que este funcionando de alguna manera ^^    

 


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