Dormía mucho, comía poco, ya casi no hablaba y ahora, honestamente parecía otro.
Por las mañanas dejo de levantarse temprano y de preparar los desayunos, por las tardes se la pasa en la casa lo que era poco común para él y por las noches se escuchaban los sollozos saliendo de la puerta de su cuarto.
Admito que al principio no le puse el total interés y creí que solo era un momento de decaída emocional que él a su edad, sufría y que era normal entre los adolescentes; pero ahora que ya han pasado dos semanas y creo que he sido muy indulgente con él, y ya no podía seguir siendo así, si veía como mi hermano se desmoronaba poco a poco.
Eran las tres de la tarde de un perfecto sábado y él aun no bajaba a comer. Subí las escaleras totalmente decidido a hablar con él, a escucharle y a putearlo por ser un puberto pendejo que no puede confiar en su hermano mayor.
Puse mi oreja contra la puerta y escuche como otra vez en el día estaba llorando, toque a la puerta y escuche como dejaba de sollozar y se aclaraba la garganta, como para que no me diera cuenta del manojo de lamentos que era.
- ¿Qué pasa? –grito desde el otro lado –estoy un poco ocupado haciendo tarea
- Tae, ábreme necesito que charlemos un rato
- Ah, Jin Ki no puedo ahora tengo que hacer un proyecto importante y me he puesto algo flojo, es para el lunes y no llevo ni la mitad.
Y una mierda, creía que me podía engañar y estaba pendejo, él apenas iba cuando yo ya daba la vuelta de regreso.
Lo corte.
- Ya, Tae Min, no te pongas pendejo y abre la puerta, te he escuchado llorar y no me iré con la jodida finta de tu supuesto trabajo. –calle y escuche con atención. Ningún ruido –te daré tres, no me hagas ocupar la fuerza hermanito.
Escuche la cama y a los segundos la puerta.
No habían palabras que pudieran describir como era la apariencia de mi hermano, se veía tan nefasto, tan acabado, tan mal. Tenía los ojos súper hinchados y totalmente inyectados en sangre de lo mucho que supongo debe de estar llorando, tenía el inicio de sus fosas nasales rojos de lo mucho que se debe de estar sonando la nariz para quitar los mocos y así mismo tenía unos mocos escurriendo hacia su labio, su boca, su enorme y voluminosa boca era otro caso, tenía varios restos de sangre y pequeñas heridas en él, supongo que de enojo se los apretaba, era extraño verlo tan desalineado cuando él lo que más cuidaba era su persona (desde hace como unos dos años aproximadamente).
En cuanto me miro, me hizo un puchero. Una de esas muecas que tenía harto tiempo que no veía, me acerque a él y lo abrace, para darle ese apoyo que sabía el necesitaba. Al parecer este momento de depresión era por algo más que por el hecho de que sus zapatos favoritos se hubiesen ensuciado.
Lo apreté tan fuerte como fuera necesario, estruje entre mis brazos su pequeño cuerpo, que cada vez se hacía más diminutivo por la cantidad casi exagerada de lágrimas y sollozos que botaba. Le acaricie la cabeza con mi diestra, tratando de darle el máximo apoyo posible, para que se diera cuenta de que no estaba solo.
- ¿Qué te pasa? –le alce el rostro para poder mirarlo bien. –sabes que no estás solo, ¿verdad?
Suspiro de una forma mortal, suspiro como si el aire que recién entraba por sus pulmones fuera el último, como si fuera lo último que haría en su vida y por la forma en la que se encontraba yo llegue a creer que así sería, al menos si no lo ayudaba a salir de este bache que lo estaba consumiendo.
- Sabes Jin Ki, justo ahora me siento más solo que nunca
Diciendo esto se soltó a llorar de una forma atroz que debía ser ilegal o penada con cárcel, por que como era posible que alguien tan debilucho como mi hermano tuviera tremenda fuerza para llorar tan desconsoladamente, donde los mocos y los gritos se hacían pocos, para todo el dolor que debe de estar sintiendo. Deje que siguiera llorando, no lo atosigue en preguntas por que no deseaba que él se cerrara ante mí, quería respuestas y sé que para conseguir aquello debía ser indulgente con él, al menos un poco hasta que Tae Min cooperara conmigo.
No supe cuanto tiempo habíamos estado parados en la puerta de su cuarto, ni cuánto tiempo Tae duro llorando, ni tampoco cuan deshidratado debía estar por toda el agua que boto, tan solo fui consciente de como se fue calmando, hasta que sus berridos se volvieron en sollozos que apenas y se escuchaban. Camine, bueno más bien nos arrastramos hasta la cama de él, Tae Min prácticamente iba colgado de mí totalmente sostenido por mí, solté sus brazos de mi cintura y lo senté en la cama, le talle delicadamente su espalda y me senté junto a él a la espera de que él comenzara a hablar, sin presionarlo, ni tampoco sin cuestionarlo.
Después de unos minutos de estar suspirando y de querer detener sus sollozos, estuvo listo para hablar, lo sé porque el suspiro que me regalo salió desde el fondo de su ser. Poco a poco fue alzando su mirada y cuando nuestros ojos toparon, pude observar como aún había lágrimas rebeldes que deseaban salir de sus ojos, soltó otro suspiro y abrió su boca comenzó a hablar.
Durante mucho rato me estuvo platicando sobre el gran amor que había tenido por un extenso tiempo y me sorprendió bastante cómo es que mi hermano había mantenido una relación de más de dos años sin que yo me pudiese percatar de ello, de como era su cara de enamorado y que yo no pude ver hasta apenas ahora, de cuanto se moría por esa persona (y no de forma literal) sin que nadie supiese de él.
Los ojos de mi hermano se iluminaban de una forma muy pocas veces vistas en él y me imagine cuán importante debía ser esa persona. Yo sabía que mi hermano era homosexual, en una de esas tantas noches de nuestros antiguos “viernes de confesiones” que teníamos él y yo, me lo dijo.
- De verdad tengo que confesarte esto, pero no quiero que me dejes de hablar, ni tampoco que me dejes de querer
- ¿Por qué lo haría, minnie?
Él soltó un suspiro y boqueo en busca de aire.
- Bien te diré, me gustan los hombres. –soltó seco, como quien dice que hoy lloverá y deberá ponerse impermeable
Me quede callado un momento para digerir el asunto y al parecer el malinterpreto mi silencio. Se levanto de la cama y comenzó a recoger sus cosas.
- Hey, ¿A dónde vas?
- Me voy a mi cuarto, ya entendí que no me quieres y perdón.
Le tome el brazo y lo jale de regreso a su sitio en la cama.
- ¿Cuándo dije eso? –el callo y yo continúe –tan solo me quede callado porque estaba asimilando el hecho de que a mi hermano le gusten los hombres, pero no por eso voy a dejarte de querer o me darás asco, solo es cuestión de que me acostumbre, pero Taeminnie eres mi hermano y jamás te voy a dejar de querer o apoyar, mientras seas feliz, por mi te pueden gustar hasta los extraterrestres.
En punto del relato de mi hermano me fije en cómo sus manos hechas puños apretaban la tela de sus pantalones hasta ponerse los nudillos blancos, como sus ojos volvían a ponerse lagrimosos y como apretaba su labio intercaladamente mientras hablaba, supuse que venía la parte donde el adolescente por el que mi hermano se moría, lo había hecho sufrir, terminando la relación de la cual Tae Min se veía sumamente ilusionado.
Lo corte.
- ¿Quieres que lo haga sufrir?
Tae Min tardo en reaccionar y cuando lo hizo su negación fue rotunda.
- En realidad fui yo quien nos hizo sufrir a ambos, yo fui quien termino la relación por mis estúpidas inseguridades, pero… -se quedo pensativo y cuando el hilo de los pensamientos regreso, también lo hicieron sus palabras –sé que es una buena decisión la que tome, yo… bueno yo no puedo hacerlo escoger entre su hija o yo…
Enmudecí.
Me quede estoico.
Al parecer a Tae Min se olvido de contarme detalles especiales de su relato, se quedo callado en cuanto reacciono al comentario que recién había hecho, cerró los ojos como regañándose él mismo. Yo aun continuaba de a diez con la reciente confesión, me estaba diciendo que su amorío adolescente no era con alguien de su edad como yo lo daba por hecho, si no que era alguien mayor que él y al parecer con una hija.
- No es lo que parece Jin Ki. –Tae Min se apuro a quererme aclarar –no es una hija como tal, es una mascota sí, eso, una mascota, una gata.
No sabía su putearlo por creerme tan pendejo por lo estúpido de su comentario o si reírme de lo pendejo que sonaba su justificación.
Me pare de la cama y comencé a atacarlo.
- Tae Min, me crees tan pendejo. –no me contesto, y yo seguí –me estás diciendo que tu novio o ex, o lo que sea tiene una hija, o sea creí que era alguien de tu edad y ahora vienes y me dices que tiene una hija. ¡Una hija!, ¡Por el amor de Dios, Taemin! ¿Dónde andas metido?
Él tan solo bajo su mirada en cuanto yo alce mi voz.
- No tienes por qué gritarme
- ¡¿Cómo no quieres?! –me percate que seguía alzando la voz, me calme un poco y con tono neutro continúe – ¿Cómo no quieres que lo haga? Me estás diciendo que fuiste padrastro de alguien, estas consciente de ello.
- Si, lo estoy. Te recuerdo que ya no soy un niño, Jin Ki. Se perfectamente en donde me meto y se tomar decisiones maduras, no soy el mismo pendejo que tragaba tierra a los ocho años.
Ahora el puteado era yo, me quede estupefacto o realmente le había lavado el cerebro a mi hermano su dichoso novio, o de verdad era alguien que había madurado lo suficiente.
Me sorprendió mucho como con tanta seguridad me daba a entender que no le había importado haber sido el padre de alguien más por un lapso de su vida y como daba por hecho que la decisión de haber salido con “ese alguien” fue lo más correcto por hacer, según a los ojos de mi hermano.
No lo seguí cuestionando y tan solo me quede callado, mirándolo fijamente, a la espera de que me volviera a atacar. Pero él como yo también se quedo callado, mirando como a la espera de que lo volviera a retar.
Suspire.
Me volví a acercar a él, ocupe mi lugar en la cama y puse mi mano derecha en su pierna.
- Mira Tae, sé, yo sé que ya no eres un niño, pero de igual forma me preocupo por ti. –suspire –no me gusta pensar que algún bastardo te pueda lastimar, ahora imagina que ese bastardo es mayor que tú e incluso tiene una hija –me quede callado un momento y después continúe –a lo mejor y sabias que en donde te metías pero y si, tan solo si esa persona, no sé, fuera mala o algo así, hoy en día no te puedes fiar de cualquiera.
Él se mantenía callado así que yo continúe.
- Ya no eres ese niñato que tragaba la tierra del patio de la vecina Cho, pero para mí seguirás siendo el pequeño Taeminnie, mi pequeño hermano, está bien.
Me acerque a él y le dio un abrazo tan apretado como mis brazos me lo permitían, pude escuchar cómo se pecho se agitaba y de su boca salía el aire apurado, las pequeñas carcajadas que soltó me decían que él ya no se sentía tan pésimo como oras atrás.
- Ya, Jin Ki me asfixias. Suéltame por favor
Y riéndome lo solté, en seguida el exageradamente comenzó a respirar profundamente, yo me reí mucho más.
- Ya, bueno Tae Min, prometo que no te retare más y haré como que no sé de la existencia de la hija de tu novio…
Me interrumpió.
- Mi ex, es ex, solo eso.
Escuche como soltaba suspiros.
- Tú dime quien es y si te hizo sufrir lo va a lamentar. –y en una clara exageración golpee mi puño derecho con la palma de mi mano izquierda.
- No, para nada. Fui yo quien lo hizo sufrir a él. –volvió a agachar la cabeza, pero no duro mucho porque enseguida se recobro –oye, sabes algo del señor Choi.
Lo mire y negué con mi cabeza.
- Ayer recién estábamos hablando de él con Jin Ri, desde que cacho esa enfermedad rara que no ha querido salir de casa. Jin Ri dice que no quiere ir al médico, está bastante preocupada por él, dice que no hace nada y que tampoco la deja entrar en su habitación. Sabes ahora que me lo pienso es muy extraño.
- ¿Qué es extraño?, cualquiera puede cachar alguna enfermedad.
- No, no me refiero a eso, si no que, digo si, tiene algo grave es para que estuviera en el hospital o algo. Esto más bien me huele a que tiene la depre o algo así.
Tae Min se quedo callado.
- ¿Qué pasa?, te has quedado pensativo.
- Oh, nada. Y bueno, ¿Por qué crees que el señor Choi tuviera la depre?
- Y dime tú, de cuando acá tan preocupado por el señor Choi.
- Bueno, uno de vez en cuando debe ser generoso y estar al pendiente de quienes te apoyan, mira que el señor Choi te apoya mucho.
- Si, si bueno, veo que te encuentras mejor, así que mi labor por aquí ha terminado.
- ¿te vas?
Me miro con un pucherito, aunque mi hermano dijera ser la persona más madura del mundo, seguía actuando que un mocoso de cinco años. Le sonreí lo más cálidamente posible.
- Si, debo continuar en la preparación de mis maletas. –suspire cansado
Me gustaba mucho la idea de viajar y de conocer otro lugar que antes jamás había pisado, pero hacer las maletas y todo lo que necesitaba llevarme era lo más pesado por hacer y me aburría horrores.
- Siempre si te vas a ir.
- Si, lo haré, hablé con mamá y aunque al principio estuvo un poco reacia acepto, con el que no he hablado ha sido con papá –suspire –pero bueno el puede esperar un poco más, no es muy urgente.
- ¿Cuándo te irás?, estoy muy orgulloso de ti, Jin Ki de verdad, muchísimo.
- Aún no tengo una fecha confirmada, pero cuando la tenga no dudes que tú serás uno de los primeros en enterarse y de igual forma, yo también estoy orgulloso de ti, pequeño.
Le revolví el cabello y me despedí, me pare de la cama dispuesto a salir del cuarto de mi hermano, aún me quedaba mucho que acomodar en mi maleta.
- Oye Jin Ki, te puedo preguntar algo
Me devolví los cortos pasos que había dado y lo mire, a la espera de su pregunta. El capto mi silencio y continúo.
- Jin Ki, yo podría irme contigo a Nueva York, ¿puedo acompañarte?