-¿qué te pasa Otabek?- el kazajo sufría los regaños de su entrenador por su mala concentración -ya llevas 4 caídas y solo van 20 minutos de entrenamiento
Por estar hasta altas horas de la madrugada esperando un mensaje de su novio felicitándolo por sus dos meses de relación, a la mañana siguiente se despertó muy tarde, lo cual hizo que llegara 30 minutos después de que comenzara su entrenamiento.
Altin no entendía cómo podía ser tan descuidado con su patinaje cuando de su novio se trataba. Para él su entrenamiento siempre fue primero, durante años se había perdido de reuniones familiares, salidas con amigos, cumpleaños y hasta había descuidado sus estudios, solo por dar lo mejor de sí en su práctica.
Por más que trataba de enfocar su mente en el entrenamiento no podía hacerlo ya que una preguntaba rondaba por su cabeza una y otra vez
“¿Qué hice mal Yura?”
Era un completo dolor de cabeza atormentarse con esa pregunta, pero no podía dejarla de lado, debía saber la respuesta para poder avanzar
-Otabek… al parecer hoy no es tu día- Beka podía ver la frustración de su entrenador -será mejor que descanses por hoy y vuelvas mañana con la mente más despejada
-pero entrenador… estoy bien- trataba de mentir de una manera inútil -solo fue un momento de distracción
-no, ¡no lo estas!... esto no es solo de hoy Otabek, llevas días así- su entrenador realmente estaba furioso y a la vez preocupado por él -así que ya vete… y regresa cuando puedas hacer el entrenamiento por completo sin errores
Completamente derrotado el kazajo sale de las instalaciones con su bolso en mano decidido a ir por algo de comer cuando su celular vibra indicando que le ha llegado un mensaje. Al desbloquear su teléfono una sonrisa apareció en su rostro como por arte de magia ya que en la pantalla podía leer “mensaje de Yura”
“Hola Otabek, ayer estuve muy ocupado y por eso no había visto tus mensajes y llamadas perdidas. Recibí el tigre, muchas gracias esta genial. Luego te llamo, que tengas un buen día. Do svidaniya!”
Rápidamente la sonrisa se le fue borrando de a poco, no podía creer que eso fuera todo. Beka de repente fue invadido por una mezcla de tristeza, enojo, rabia y frustración. Había esperado un mensaje de Yuri durante todo el día anterior como para recibir ese simple mensaje de buena manera
-¿ni siquiera un maldito “felices 2 meses”? ¡Que te cuesta una simple llamada de 3 minutos!- Beka realmente estaba dolido de que esa fuera la respuesta de Yuri a todos sus mensajes, sus llamdas y a su regalo -¿Qué hice mal Yura? ¡Necesito saberlo ya!- gracias a ese mensaje se le fue el hambre y prefirió el refugio que le brindaba su habitación
Ya en la comodidad de su cama, Altin releyó el mensaje de su novio ruso una y otra vez intentando encontrar algo bueno, pero por más que busco no pudo encontrarlo. Para él era increíble que un mensaje lo pudiera devastar de tal manera, jamás creyó estar así por amor.
-no sé qué hacer… nunca me había pasado esto- pensaba mientras se hundía cada vez más en sus deprimentes sentimientos y buscaba la comodidad de su cama –no puedo seguir así más tiempo… necesito que me diga que hice de malo para que me trate así
Los días pasaban y todo seguía igual o peor. En las practicas recibía constantes correcciones y regaños de parte de su entrenador, en su casa, sus padres y hermana menor estaban preocupados por su actitud deprimente, y en su relación todo estaba más congelado que un temprano de hielo.
En los últimos días Yuri no había respondido sus llamadas y solo había recibido de él 5 cortos y nada expresivos mensajes. Esta situación cada vez molestaba y frustraba más a Beka.
-¡¡Hermano!!- le gritaba su hermanita – ¡tu celular está sonando!- al escuchar eso de la menor dejo su comida en el olvido para correr a la sala donde es que estaba su celular
Su esperanza había vuelto por 5 segundos hasta ver en la pantalla quien era quien lo llamaba –comamos Sezim, no es importante
-hermano, te han llamado varias veces… debe de ser importante- Sezim había escuchado el celular de su hermano durante toda la comida -¡contesta ya!
-no te preocupes y come…ya vi quien es y puede esperar- Otabek le sonreía a su hermanita para darle a entender que enserio no hay ningún problema
Tras una comida muy escandalosa por las llamadas sin fin al celular de Beka, la menor de la familia Altin sin pedirle permiso a su hermano mayor contesta su celular por él
-¿Hola?- Sezim se emocionó al escuchar la voz del otro lado del teléfono –Leo, ¿Cómo has estado?- ella era cercana con varios de los amigos de su hermano
-¡hola pequeña Altin!- De la Iglesia siempre es realmente lindo cuando de la hermanita de su amigo se trata –yo he estado muy bien… ¿y tú?
-muy bien, me gusta la vida a los 14 años… ya me dejan ir a más fiestas
-me alegro por ti Zim- a Leo siempre le gustaba hablar con la hermana menor de su amigo –sabes que amo hablar contigo… pero necesito hablar con tu hermano con urgencia, ¿podrías darle el celular?
-claro… ahora te lo paso- como la niña obediente que es, le dio el celular a su hermano mayor
-¿Qué pasa Leo?- Beka apreciaba a su amigo pero por la situación que vivía últimamente no podía ni disimular su voz
-¡Oye bobo! Llevo llamándote una hora y no me contestas- le reprochaba el estadounidense -¡como sea! Por haber ignorado mis llamadas no debería pasarte la información que tengo, pero como soy tan buen amigo te diré de todas maneras
-Leo cualquier cosa que me digas no me hará sentir mejor- el kazajo deprimido hablaba
-¿ni siquiera te importa si te digo que se cómo podrías pasar todo el invierno en Rusia con tu novio ese con problemas de actitud?- ahora sí, De la Iglesia tenía toda la atención de Altin
-¡Dímelo! ¡Dímelo ya!- la emoción de Beka no podía esperar más –Leo no estoy para juegos… ¡DIMELO!
-¡ok! ¡Tranquilízate!- a Leo le asombraba lo voluble que podía ser su amigo por cualquier cosa que se tratase de Yuri Plisetsky –me acaba de decir mi entrenador que Yakov hará un entrenamiento especial de invierno que durara 5 meses, comenzara el primero de noviembre y terminara el primero de marzo… ya varios patinadores recibieron la invitación
-¿sabes quienes irán?- gracias a su amigo recuperaba un poco de esperanza
-hasta ahora sé que Guang Hong, Pichit y yo iremos, sé que en la lista de pendientes estas tú, Seung-Gil, los Crispino y JJ… además de que obvio estarán Georgi, Mila, Yuuri, Viktor y obvio tu novio
-dedo hablar con mi entrenador…- de la desesperación Beka ya salía de casa sin siquiera despedirse de su hermana –Gracias Leo, hablamos más tarde- colgó y se apresuró a ir con su entrenador – ¡dedo de ir a Rusia si o si!