Capítulo nueve.
Procura verte feliz, regálale una sonrisa y muestra sinceridad en tu deseo de complacerlo.
Temari estaba cansada de todo el embrollo, ni siquiera sabía cómo las cosas se estaban saliendo de control por culpa del esposo de Naruto. Cuando lo conoció le pareció un hombre muy atractivo, soberbio, pero tranquilo. Shikamaru algunas veces comentaba lo problemático que era, o lo gamberro que fue el rubio con él, pero nada fuera de lo común.
Pero que equivocada estaba.
Esa tarde había llegado su hermano, su sobrino político lo había extrañado con creces. Shinki no había expresado abiertamente sus sentimientos, pero le había dicho con la mirada lo mucho que quería a su padre. Hasta ese momento todo había estado bien, habían hecho una pequeña parrillada en la parte trasera de su casa con el amplio patio.
Gaara y el pequeño hablaban entre sí, su esposo no decía mucho mientras preparaba la carne, se alegraba mucho de tenerlos a todos juntos. Kankuro llegaría en unos momentos más y podrían comenzar a comer, con sus otros dos sobrinos.
—Menma es un idiota, pero su padre es más ridículo… — soltó el menor recordando el torneo en el que había perdido. — Me hubiera gustado que estuvieras, padre. Nos descalificaron por culpa del tío.
—Tú eres demasiado problemático, niño.
—No es mi culpa que te arrojaras a los brazos del doncel — lo había dicho con la clara intención de que su tía lo escuchara y le reprimiera, pero por alguna extraña razón había sido su progenitor el que había chasqueado la lengua mientras la rubia reía.
—Es Naruto, idiota —defendió Temari observando como aquellos ojos aquamarina esquivaban su mirada. ¿Era posible?, ¿después de tanto tiempo? Y sonrió porque tal vez el pelirrojo podría contestarle con un “always”.
—Uzumaki, Naruto ¿eh? — la pregunta había sido para sí mismo, después de todo, el trigueño había significado miles de cosas en su vida. Su primer amor… hizo una pequeña película de aquel romance que había vivido, recordando sólo sus momentos esenciales. Habían terminado cuando se ganó una beca para estudiar en el extranjero, el rubio le había dicho claramente que no lo esperaría. Justo cuando pensó que lo volvería a ver, su lugar fue sustituido en el torneo. — ¿Cómo está? — cuestionó evitando la sonrisa pícara de su hermana.
—Él está muy bien, — dijo ella mientras contorneaba con sus manos una buena figura intangible. Gaara sonrió de medio lado como pocas veces lo hacía mientras sus mejillas se teñían levemente de un color carmesí. Temari negó pensando en la buena velada que tendrían, sin embargo, cuando entró a su casa por unos refrigerios, supo que algo no estaba bien.
Uchiha Sasuke había salido furioso de quien sabe dónde, ¿acaso los había estado espiando? Había tacleado al pelirrojo mientras Shikamaru se había arrojado a tratar de separarlos, pero hasta Shinki había comenzado a hacer apuestas sobre quien ganaría. Gaara ni siquiera sabía quién diablos era el sujeto, pensó que tal vez era un pandillero, o peor aún, algún ladrón.
…
Naruto escuchaba como su hijo relataba su día de clases, era tarde y Sasuke todavía no llegaba de trabajar, a decir verdad, estaba algo preocupado. Después de su acoso, esperaba verlo detrás de sus huesitos esa tarde después de laborar, pero no había mandado si quiera un mensaje justificando su retraso.
—Shinki no fue a la escuela el día de hoy, pero nos la pasamos todos mejor sin ese rarito… — estaba por terminar de desacreditarlo cuando el teléfono de la casa sonó, era extraño porque Naruto si quiera recordaba que tenían uno, siempre se dirigían a su esposo o a él por sus celulares.
—Bueno… —contestó mientras Menma se ponía de pie para servirse agua, su padre le había hecho de comer un rico estofado de carne.
—¡Oe, dobe!
—Nee, teme, te escucho, no tienes porqué gritar `ttebayo.
—Necesito que vengas a la comandancia.
—¿Te quedaste varado?
—Y que pagues mi fianza…
—¡¿Estás de broma, bastardo?! — El grito había sido amplio, Menma había dejado detrás sus pensamientos para fijarse en el sello fruncido de su padre y como su ira incrementaba cada vez más. —¿Qué hiciste, Sasuke?
Era el momento perfecto para que Uchiha ideara la mejor de sus mentiras para que su esposo no terminara más furioso de lo que ya estaba. No quería llamarlo, pero Itachi jamás le contestó el celular y no quería pasar la noche en ese lugar. Balbuceó un poco antes de decir que se había peleado con unos pandilleros y al final habían terminado arrestándolos a todos, por unos minutos pensó que saldrían victorioso de esa partida.
Pero la suerte no estaba de su lado.
Naruto colgó su llamada, Menma sólo lo miró tomar sus cosas y sonreírle. Iba a decir algo, sin embargo, sus palabras murieron justo cuando el timbre de la casa sonó. Algo estoico abrió la puerta para encontrarse con el rostro molesto de Temari. Shinki venia a su lado y sonría con burla.
—Temari, no es buen momento para…
—Oh, creo que es mejor momento para hablar, Naruto — soltó mucho más enojada de que el rubio había estado unos minutos atrás.
…
Menma no había escuchado la conversación, sólo podía ver a su papá con su sonrisa fingida invitándole al cine. Por un minuto quiso preguntar por Sasuke, pero pensó que por el propio bien de la velada lo dejaría para la próxima. A pesar de que estaba molesto con su progenitor mayor por querer darle un hermano menor, no le gustaba que tuviera problemas con el rubio.
—¿Te parece bien si miramos un jefe en pañales ´ttebayo? Saliendo podremos ir a comer a Ichiraku… —. Cuando el nombre del restaurant salió a luz, Menma olvidó cualquier otro problema que lo rodeara.