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¿Amante? por Pikacha-sama

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Notas del capitulo:

Sin más retraso :O

[7]

 

Menma no era celoso. Nadie podía decir o afirmar ese hecho, que en ese momento se encontrara en un conflicto con sus emociones no tenía nada que ver con ello. Su padre reía, no con Shikamaru, Sai o algún otro padre de familia, si no, con su propio némesis; ese maldito niño que no hacía más que agredirlo, hacia sonreír a su progenitor y eso era algo que no iba a permitir. Pensó en el "casi" asesinato que había tratado de cometer Sasuke hacia el padre de Inojin y la idea no le desagrado del todo.

 

«Calma ante todo» se dijo. Sabía que Shinki lo único que quería era molestarlo, y desgraciadamente lo estaba logrando. 

 

—Fraterniza con el enemigo — susurró a su padre con desdén, sabía que tenía un tic en su parpado izquierdo, ¡lo sentía más que nada! Tenía ganas de ir a partirle la cara a ese niño, pero no quería terminar con el psicólogo de la escuela, no de nuevo. Contó hasta diez, casi llegando a cien cuando las cosas parecieron tomar un nuevo rumbo.

 

Shikamaru era quien estaba con Shinki, era su sobrino político. Temari también los acompañaba como apoyo, Menma solo sabía que el padre había tenido que viajar y se había quedado al cuidado de sus tíos ese año. Nadie conocía a su progenitor y Shinki tampoco hablaba mucho sobre ello. Pero que importaba si tenía que aplastar al cabeza de piña, o enseñarle quien mandaba a la rubia, iba a aplastarlo, más al atreverse a tocar la cintura de Naruto.

 

El trigueño reía con el pequeño niño que lo acompañaba, era serio, pero carismático. Le tiró cumplidos a su traje sobre su excelente diseño, no fue hasta que escuchó las risas de unos infantes sobre su espalda que pudo darse cuenta de que el mocoso se estaba burlando de él y había caído en su tonto juego. 

 

—Voy a aplastarte, enano 'ttebayo — declaró alzando el puño con molestia, iba a demostrarle de que estaba hecho su equipo, ¡Nadie se burla de un Uzumaki!

 

Shinki ni siquiera se molestó en contestarle, siguió su camino de largo con una sonrisa triunfante en el rostro. No podía haber tanta ingenuidad en un adulto, no lo creía capaz. Golpeó ligeramente el hombro de su mayor contrincante al pasar a su lado, a pesar de que sabía que su tío era un flojo de primera, era muy bueno con las estrategias; al contrario del rubio.

 

 

Hazlo sentir en el paraíso; cuidar de su comodidad te brindará una enorme satisfacción personal.

 

 

Naruto amaba a Sasuke y a Menma, eran lo que más quería en su vida, pero si tuviera que elegir entre alguno de los dos, su hijo sería el electo. También conocía a su esposo, sabía que si se lo pedía de buena manera no le sedería su petición, y Shikamaru supo lo problemático que sería ese día en el momento justo en que el rubio "accidentalmente" tiró las cosas que traía consigo sobre Uchiha. El moreno había vociferado como si el mundo fuera acabarse, maldijo a su pareja perdiéndose entre los pasillos que daban directo a los baños.

 

Lo único bueno será que podía quitarse ese estúpido traje verde. 

 

—Vas a desear nunca haberme provocado, mocoso — agredió el rubio tomando la mano de Menma para prepararse a la primera contienda. Iba a hacer puré a Shinki, estaba seguro de que su hijo no podía estar más de acuerdo con ello.

 

Naruto tomó los hombros de su hijo para comenzarlos a masajear, los dos se tiraban palabras de aliento que los demás solo escuchaban. Shinki (nada corto de imaginación), podía escuchar la canción de "ojo de tigre" como fondo entre su calentamiento estático. Ambos levantaban los puños ligeramente hacia enfrente mientras daban pequeños saltos.

 

Sería una carrera de costales con obstáculos, una actividad fácil. El camino hacia la meta no era muy largo y sólo eran conos, una cuerda y pequeños objetos a esquivar, no había nada de que preocuparse. Menma sonría con superioridad, tal vez su padre se había librado de Sasuke demasiado fácil, pero sabía que tenían la misma ferocidad al momento de la competencia. El primer silbato retumbó y los equipos comenzaron a alinearse en la posición inicial. 

 

Los dos Uzumaki se coloraron el costal y se posicionaron en su lugar, Shinki y Shikamaru estaban a su costado derecho. Nara tenía mucho que decir a cerca del espectáculo que estaba por dar, pero Temari lo mataría si llegaban a perder. Su sobrino se había entusiasmado con énfasis en ese evento deportivo.

 

—¡Vamos a acabarlos, Menma! — rugió con su mirada de fuego, tomando completamente su papel de campeón. Daría hasta lo último para poner incrementar el aprecio de su hijo, así como un nuevo trofeo para adornar en su sala.

 

—¡No son dignos ´ttebane! — exclamó con énfasis empuñando la muñeca en alto. Era dinamita pura junto a su progenitor, no le importaba si quiera donde estuviera Sasuke, sólo que Naruto estaba a su lado para llevarlo a la victoria.

 

—¡Lo importante no es ganar, dattebayo! — clamó con pasión, siempre había sido una persona competitiva, era parte de su carisma y personalidad. Sasuke se había enamorado de ella.

 

—¡Si no aplastar a los demás! — terminó la frase el niño mientras sonreía con superioridad.  No importaban los demás, solo el énfasis por ganarle al maldito mocoso desagradable que estaba a su lado.

 

Un minuto después la contienda el silbato abrió la carrera. Sasuke acababa de llegar a uno de los extremos de la pista, miraba fijamente como su esposo e hijo saltaban y tomaban ventaja de los demás, la única competencia se la daban Nara y su sobrino, iban casi a la par, unos cuantos centímetros y estarían empatados.

 

Shinki sentía la adrenalina pura en su cuerpo, podía ver la línea de meta cerca, pero a la vez tan lejana. A pesar de que los demás niños se habían quedado a su espalda, sentía que no alcanza a Menma, ese niño orgulloso que le caía tan mal ¡No podía perder!, ¡por lo menos no contra él! Prefería mil veces fallar, si con ello su némesis también fracasaba.

 

El rubio estaba girando un cono con su primogénito a su lado, cuando tontamente Shinki tropezó por el movimiento rápido del brinco empujando a su tío en el proceso. Shikamaru pensó que ahí iba a pagarlas todas, con su sobrino maquiavélico iba a pasarle factura todas las inquietudes que había hecho en su adolescencia.

 

Naruto no lo vio venir, sólo supo que, a unos cuantos pasos de la victoria, un gran peso se había venido encima de sí, se vio caer mientras Menma daba unos cuantos saltos antes de verlo rodar. Todo parecía pasar en cámara lenta para cada uno de los participantes, sin embargo, Sasuke parecía más afectado que los contrarios.

 

El azabache había caído justo arriba de Naruto mientras este se tocaba la cabeza, la posición era comprometedora para cualquiera que no hubiera presenciado la caída. Lo había golpeado la preocupación, pero Nara ya había tardado varios segundos en separarse de su esposo y nadie, absolutamente nadie tocaba a su conyugue.

 

Cuando giró para ver la caída de su papá se preocupó, siempre había sido torpe, pero no comprendía porque se sentía más afecto que las veces pasadas, se salió del costal y corrió dos pasos para ayudarlo a pararse, pero con el costal todavía en sus piernas a ambos adultos fue difícil poder separarse.  

 

—¡Quítate de encima, Nara! —vociferó Uchiha mientras empujaba cruelmente al contrario para quitarlo de arriba de su pareja.  Los celos una vez más relucían y el hacían equivocarse, tal vez su primera reacción debió ser ayudar a su esposo, porque agredir a Shikamaru no le iba a traer consecuencias positivas.

 

—¡Teme, ha sido un accidente! — gritó Naruto mientras su hijo le ayudaba a ponerse de pie, se habían convertido en los protagonistas del evento al estar llamando tanto la atención. El azabache gruñía furioso contra el hombre de coleta. En ese momento Shinki se arrepintió de su pequeña travesura.

 

—¡¿Un accidente?! — ironizó — ¡Yo le daré su accidente! — Los celos lo estaban gobernando y no sólo por el hecho de haberlos mirado demasiado cerca, ese acontecimiento sólo fue la gota que derramó el vaso con sus dudas e inseguridades. Lanzó el primer golpe a su rostro, el contrario lo recibió de lleno en la quijada.

 

—¡Basta, Uchiha! — gritó Temari para ponerse en medio de ambos, completamente cabreada por la actitud tan estúpida que podía tomar un adulto. — ¡Eres un imbécil! — declaró tomando de un jalón al Nara para llevarlo a las gradas, le sangraba la nariz.

 

—¡¿Es que acaso estás loco, Sasuke?! — regañó su esposo posicionando a su frente, la disputa estaba por comenzar cuando una de las maestras organizadoras se acercó para tratar de calmar la situación, aunque, su ceño fruncido no ayudaba en nada. — Es un evento familiar, bastardo…

 

—Efectivamente. El señor Nara junto con su esposo quedaran descalificados por alteración al orden. Pasaré por alto esto, al ser la primera vez, pero no seré tan blanda la próxima vez — la directora había interrumpido entre en medio de ambos, para dirigirle una desagradable mirada al azabache.

 

El silencio se expandió mientras Menma miraba con reproche a Shinki, ¡todo era su culpa! ¡era un torpe por caerse! Y ni hablar de Sasuke, un maldito celoso que sólo molestaba a su padre con una llama de celos sin fundamento. ¡Iba a ganar!, aun si debía quitar su apellido Uchiha de su nombre.

 

 

 

 

Menma sonría con euforia ¡habían ganado!, Shinki había dado pelea, pero al final su padre rubio había vencido con creces a la tía del oponente. Traía un bello y enorme trofeo entre las manos, tarareaba la canción de champions complacido de que Naruto le hubiera dado la victoria, ¡los demás habían mordido el polvo! Y nadie iba a quitarle esa satisfacción, ni la cara de molestia de Sasuke.

 

—Quita esa cara, teme.

 

La tensión en la parte delantera del auto se sentía, y aunque Naruto estuviera manejando podía observar como el aura negra de su esposo se extendía a su alrededor. Estaba demasiado cabreado con lo que había sucedido, ¡cómo si él tuviera la culpa! Esos celos no iban a llevarlo a ninguna parte, al final, sin querer terminó sonriendo por sus tontos arranques.

 

—¿De qué te ríes, dobe?

 

—Sólo recordé tus tontos celos de la universidad…

 

—¿Papá siembre ha sido celoso ´ttebane?

 

—¡No tienes idea, Menma!

 

—No hablen como si no estuviera aquí…

 

Los contrarios rieron de la actitud de Sasuke aligerando la tensión que se generó por los malentendidos. Naruto amaba a su pareja a pesar de los celos que él también tenía sobre su hijo, jamás lograría quitar los ojos de ese hombre y tal vez, tenía que reafirmarlo o romper la tonta abstinencia que los afectaba a ambos. Sin embargo, todavía se sentía frustrado por las revistas pornográficas que había encontrado en su habitación.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Qué siga la juerga ;)


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