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Blue: Cruel intentions por ritsuka10

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YongGuk bajaba de una auto, levanto la vista para admirar la fachada del enorme edificio, donde su padre se encontraba hospedado en ese exclusivo conjunto de departamentos. El paso del alfa  fue firme cuando cruzó el lobby, nervioso presionó el botón del elevador, al llegar al piso destino aspiro el suficiente aire para llenar su pulmones,, como si tratara de obtener valentía de interrumpir a su padre. Recorrió el pasillo con la cabez erguida, era la primera vez en su vida en enfrentarlo. Al llegar a su destino no se inmuto por tocar simplemente pasó la tarjeta de seguridad, solo su padre y él poseían la llave de ese departamento reservado para el Clan Bang.

 

“El amor paterno se expresa a través del respeto, la admiración y la devoción” . La frase cruzó la mente del gemelo menor, esas palabras estaban escritas en la esclava de oro blanco que su padre le regaló cuando nació. El clan Bang era construido para amar y venerar al patriarca, porque el lado materno solo fue objeto de concepción.  

 

El patriarca se encontraba sentado en un sillón usando simplemente una bata de baño, llevaba en las manos una copa de vino, al notar al intruso saltó para ponerse de pie molesto. YongGuk reviso con cuidado la escena, entera arrugó las cejas al tomar la camisa blanca dejada en el piso, la llevo a su nariz. EL perfume era conocido. En su rostro se dibujó el horror de descubrir un pecado capital.

 

YongGuk creció en un ambiente donde el amor filiar carecía, por ello el cariño de admirativo se convirtió en respeto y reverencia. Era un adulto pero en lo más profundo seguía siendo ese niño buscando el reconocimiento del único ser que, hasta ese momento, él creía, le importaba.

 

La  varoniles facciones del alfa se contrajeron, un sabor amargo supuró por sus labios.  La persona que le aviso del paradero de su padre le comentó que su hermano YoungJae también estaba con él. Sabía de las bajezas, de las horrendas acciones de su progenitor, que hasta él mismo veces anteriores fungió como cómplice.  ÉL era un hijo modelo sin el derecho de cuestionar la vida de su padre.

 

—¿qué diablos hiciste? .—Le enfrentó or caminando en dirección a la habitación. —¿Quién está contigo?

 

—No te importa.—El hombre detuvo el andar de su hijo, sujetándolo por la mano. —¿Quien te crees que eres para venir a pedir explicaciones?.— Bang se detuvo para enfrentar al hombre.—No se te olvide quien soy.

 

Claro, Guk sabía quien era el hombre delante de él. Era su padre, al hombre del que quería aprender, a quien imitar , deseaba emularlo aún con sus oscuros hábitos, porqué ser como él le daría la oportunidad de ser aceptado y amado.El exceso de veneración en la religión  coloca una venda en los ojos de los fieles, dejan de ver con claridad, todo está justificado, tiene sentido. Yong estuvo de acuerdo con   cada una de las crueles acciones de su progenitor en el pasado pero en ese momento todo se fracturaba.

 

La sola idea de imaginar a su padre con su hermano menor le enfermana hasta la médula. Era asquerosa, grotesca la imagen de ambos juntos. Por Qué ese evento no solo atenta contra la leyes de la moralidad sino de la naturaleza. No existía justificación para es  repugnante ataque. Hasta ese momento Guk fue un cruel cobarde, ayudó tarde a Nam, dejó a Natasha sola, siempre actuando después del ataque, no antes.

 

De un golpe en el pecho alejo al mayor para tratar de abrir la puerta de la habitación pero se encontraba  cerrada por dentro por ello uso los puños para golpearla. Siempre llegaba tarde, reaccionaba para limpiar el desorden de su antecesor. Anteponía a SeungHyun ante sus hermanos, ante el mundo.

 

—YoungJae ¿estas ahi?.—Golpeó desesperadamente la puerta, deseaba tirar ese pedazo de madera.—Lo siento tanto.— Pego su frente apretando los ojos.—Por favor ábreme!.— No recibió una respuesta, solo el sonido de un sollozo.—Por favor´abreme.

 

Nuevamente llegaba demasiado tarde, una vez más no logró impedir el avance del patriarca. Desconfío de él cuando escuchó que se enfoca demasiado en su hermano, siempre supo de las desviaciones del patriarca. Le gustaba coleccionar los más excepcionales ejemplares como sus amantes. Usaba sucias técnicas, que solo un alfa enervado en el poder era capaz de crear.

 

El patriarca de los Bang sujeto por la espalda a su hijo, pasó el brazo por el debajo del cuello para aplicarle una llave y arrastrarlo hasta el lobby donde lo lanzo al piso. SeungHyun era un hombre maduro pero su fuerza física era impresionante por ello cuando su hijo trato de volver a ponerse de pie le soltó una patada en al abdomen, le sacó el aire. Lo sujeto por el cuello de la camisa para darle un puñetazo en la cara. La nariz de YongGuk comenzó a sangrar, quiso ponerse de pie pero una nueva patada se estampo en su estomago.

 

—Deja de hacer drama.— le gritó  el hombre que lo sujetaba por el cabello tirándolo hacia atrás.—YoungJae no es tu hermano de sangre. — Los ojos de Guk se abrieron a la par de la confesión hecha sin un ápice de remordimiento. —Él aceptó hacerlo conmigo y tú ni nadie va interferir entre nosotros..—El hombre estampo nuevamente su puño en la cara de su hijo.— él también deseaba estar conmigo, sus ojos, sus labios, cada fibra de él gritaba para que lo poseyera.

 

El castaño negó con la cabeza, no, no, eso no era lo que buscaba su hermano menor con sus inocentes ojos. Lo que YoungJae buscaba, era lo mismo que él, el cariño de su padre. El reconocimiento de sus propia existencia de quien lo engendro. Saber que su llegada al mundo fue un acto de amor, de deseo, esos hermanos Bang crecieron sin el amor generoso y compasivo de una madre por ello aspiraban a obtener el reconocimiento filial. .

 

El hijo limpio la sangre escapando del labio partido, él era más fuerte, más rapido pero el miedo combinado con el, aún, respeto congelaba sus acciones. No, él no tenía el derecho de levantarle la mano a su creador por ello se mantuvo en el piso temeroso, como un niño que ha recibido un castigo a consecuencia de su mal comportamiento.



—.La Familia Yoo estaba desesperada cuando me ofrecieron a su hija alfa embarazada.—Una risa se esbozo en los labios de ese siniestro hombre.— Me regalaron su compañía con tal de ponerle un glamuroso apellido a su bastardo.— Camino para alcanzar la copa de vino dejada en la mesa.— La madre de YoungJae era hermosa pero murió después de darlo a luz, por tantos años lo odie pero hace unas semanas al verlo en Jeju.—Le dio un sorbo a su copa.— Resultó excitante verlo tan cambiado, era lo que tanto necesitaba.—Se dejo caer en el sillón.— Valiente, orgulloso, hermoso y  un alfa fértil de sangre pura.

 

—Lo criaste como tu hijo.— yongGuk pronunció para ponerse de piel, limpiaba su labios inferior roto.— Es mi hermano pequeño.— Levantó la mirada para desafiarlo.— ¿Como pudiste abusar de él?

 

SeungHyun ladeo la cabeza, jugaba con liquido dentro de la copa. Él nunca obliga a sus amantes a nada, él solo se apoyaba en la naturaleza para hacer realidad sus caprichos. Esa  tarde sabía que YoungJae entraría en celo, su atracción aún sin saber que no era su padre era latente. No era difícil imaginar que ambos terminarían juntos. Admitía que nunca fue su plan seducir al menor de los Bang, de hecho era improbable que revelara su secreto sobre su última esposa, pero YoungJae, ese aroma lo volvía loco. Era capaz de crear un nuevo mundo si ese chiquillo se lo pedía, estaba loco, enfermo de ¿Amor? dudaba que esa palabra existiera en su vocablo pero después de Takumi era el primero en hacerlo vibrar.

 

—Él es libre de irse cuando lo desee.— El hombre nuevamente se encontraba de pie para caminar hacia el pasillo, ahí toco la puerta.—Cariño ¿Quieres irte con YongGuk? .— Un susurro se coló por las puertas de madera, un débil “No” se dejo escuchar.—Lo haz escuchado, él me prefiere.

 

YoungJae no podía salir de esa habitación, no en el estado que se encontraba. Se resbalo para caer sobre el piso envuelto solamente con una sábana. Odiaba su naturaleza, esa que le quemaba las entrañas y erizaba su piel. Seguía sin saber como llego a esa situación pero la sensación de asco, suciedad era latente en su piel..

Fragmentos de una conversaciones, imágenes borrosas ingresaban en su cabeza. La frase “No eres mi hijo” acompañada con besos, caricias atormentaban su alma. Culpaba a su ciclo, al alcohol, a ese hombre de pie en el pasillo. Deseaba tanto soltarse a llorar pero era vano, ninguna de sus lágrimas le llevaría la justicia necesitada para castigar el pecado cometido en esa cama. Apretujo con fuerza la sábanas cubriendo su maltratado cuerpo. Queria culparse a sí mismo, él sedujo a su ¿padre?, la palabra causaba un revuelo en la estomago, queria vomitar.

Si él se culpaba a sí mismo de su debilidad la imagen venerada de su progenitor no sufriría alteraciones. Debía amarlo y respetarlo. Negó con la cabeza continuas veces, no, no, no. Los dedos de sus manos se enrollaron en sus cabellos negros para jalar las hebras con fuerza, él provocó al patriarca. Él tuvo la culpa. Se repetía la frase como una mantra buscando desesperadamente volver verdad una mentira.Trataba de reconfortarse con la anterior confesión, no eran parientes, ningún lazo sanguíneo los unía por ello no existía delito moral que perseguir.

 

Apretó su labio interior hasta desangrarse, su voz desapareció antes de llegar a su garganta. No, él era la víctima del abuso, ese hombre llamado SeungHyun Bang fue el culpable, su verdugo quien lo engaño, aún sin llevar la misma sangre en su mente eran parte de una misma Familia, él era su padre. Su ciclo de celo lo volvió “ vulnerable y accesible” pero no era una justificación para que ese alfa se aprovechara de esa situación. Ese bastardo fuera de ese cuarto era un depredador, un bastardo sin escrúpulos que abuso de él. Lágrimas rodaron por sus mejillas, sus orbes se inyectaron por un tono rojo, entonces cayó en cuenta de la verdad.  






 

JongUp dejaba escapar un pesado suspiro, su compañero de habitación llevaba más de una hora regañandolo por haber llegado a casa después de las 3 de la mañana. Llevaba varios días mintiendo sobre sus actividades, dejó de trabajar con el diseñador para laborar en otra empresa, claro que esa no era el mensaje oficial que le dijo al alfa, ya que simplemente le comentó estar harto. Las tardes y parte de las noches pasaba el tiempo con compañeros de trabajo, caminado solo por algunos sitios simplemente odiaba volver a ese lugar.  

El omega bostezo cansado, el diálogo repleto de reclamos era ya conocido desde la noche que desapareció por dos días el alfa no dejaba de repetirlo. Pero JongUp no podía seguir viviendo con ese hombre, le dolía verlo y saber que mentía en cada uno de sus gestos, besos, caricias tenían como objetivo lastimar a su prometido. Hartó del monólogo saltó fuera del sofá, necesitaba aire para respirar, correría hacia algún rincón donde menguara su amargura. Sus pasos se dirigieron a la puerta de salida, no le interesaba volver a dejar al mayor con la palabra en la boca.

 

—No tienes permitido salir.— HimChan le dijo en tono duro para alcanzar a sujetarlo del brazo.—No entiendo tu actitud pero no me gusta por eso pasarás el resto del día en tu habitación.

 

El paciencia del alfa tenia un limite que días antes el menor cruzó. HimChan no soportaba la idea de que su compañero pasará las horas fuera de casa, lejos de él. Cuando lo enfrentaba sobre saber su paradero solo obtenia mentiras. Entonces los celos lo carcomía por dentro, verlo en el teléfono sonriendo como tonto, decia salir a caminar solo pero estaba seguro que se veía con alguien. De niño no fue un humano egoísta pero no le agradaba la idea de compartir al omega, imaginarlo en brazos de otro le causaba un punzante dolor en el vientre. Trató de sujetarlo para atraerlo a su pecho, necesitaba su calor, sentir sus labios, el sabor de aquella adictiva boca pero el rubio se opone aceptar las muestras de cariño.   

 

El mayor llevos su manos a ese rostro para acunarlo, ambos alientos se entre mezclan, el compás de su corazón se sincronizan para llevar el mismo ritmo. HimChan dependía de aquellos labios para sentirse vivo, esas noches durmiendo en la soledad le dejaba un hueco en el pecho imposible de llenar, soportaba la frialdad proveniente de su prometido porque no le era necesaria su presencia pero con JongUp todo cambiaba, a él lo precisaba para no hundirse en la cruel inanición que viene acompañada con la soledad.

 

Por un segundo el menor se dejo llevar por ese dulce veneno colándose por su boca,  adormece cada célula en su cuerpo, entonces se embriagaba en la falsa idea de un imposible futuro. La falta de aire les recordó la realidad entonces ambos recordaron la verdad. El más bajo de estatura emitió una mediana sonrisa, era solo el fugaz consuelo de un amante resentido, la caricia comprada con el objetivo de causar una falta.

 

—Me tengo que ir, alguien esta esperando por mi.—Mintió para alejarse, no quería estar ocupando el mismo espacio con el alfa.—No me gusta llegar tarde a mis citas.

 

La confesión despertó la rabia en el cuerpo del mayor, un amargo sabor surgió de sus dientes trillando contra si mismos, era una terrible falta de respeto a su persona, él era su dueño, él lo compró por lo tanto tenía exclusividad sobre su cuerpo. Experimentaba un estado de exaltación, su mente colapsaba con la sola amenaza de saber que alguien le quitaba, lo que él consideraba suyo.  

 

—No te he dado permiso para salir.—Le espetó en tono sombrío dando un paso para volver a tenerlo a su alcance.—No vas a salir.

 

El menor chasqueo la lengua, no le agradaba el tono usado, no era un perro para seguir órdenes, hizo caso omiso a las palabras y camino en dirección a la puerta. Un brazo detuvo su andar para obligarlo a girarse, entonces  se encontró con las facciones endurecidas del diseñador. No parecía estar jugando.

 

—Es una orden.—Le masculló presionando fuertemente el brazo, quería causarle un poco de mismo dolor que él experimentaba por su apatia.—No me gusta tu comportamiento ¿Qué te sucede?

 

—Disculpe amo.—Hizo una ademán de sumisión bajando la cabeza.—Olvide que es mi dueño y le debo respeto.—Levantó el rostro ahora dibujando una falsa y hueca sonrisa.— Perdóneme.

 

JongUp puso énfasis en esa última palabra, acerco sus labios al mayor para fingir una seductora mirada, hizo una reverencia para despuès caminar al interior del departamento, no se encontraba de humor para iniciar una discusión.

 

—¿qué te sucede? .—Le pregunto nuevamente, su tono era melancólico tratando vagamente de retenerlo con un ligero agarre a la camisa.— ¿Qué te hice para ser tan frio conmigo?

 

—Si quiere calor y pasión busque a su prometido amo.—El omega le escupió molesto deshaciendo el agarre para alejarse.—Yo solo me pondré caliente cuando tenga mi ciclo de celo.— Sus labios temblaron.—Al final solo soy un omega que compró en una burdel para hacer enojar a su prometido.

 

HimChan quiso detenerlo pero no tenía caso. Esa era la verdad, así comenzó su relación, él lo compró para vengarse de YongGuk. Era lo mejor para ambos, ellos no podían tener nada, fue una merita sur previa relación. Era momento que JongUp saliera de su burbuja, de una fantasía. ¿Si era lo correcto porque dolía? ¿Por Qué deseaba alcanzar para rodearlo con los brazos? apretó los párpados, un hueco se formó en la boca del estomago. Tenía ganas de llorar debido a que el frío de la soledad lo golpeaba de frente, se sentía incapaz de mover un musculo. Por primera vez tuvo algo hermoso pero lo estropeo por ser ser un cruel cobarde incapaz de hablar con la verdad. Sabía que JongUp no estaba lastimado por que él estuviera comprometido sino la mentira, ilusionarse con un inexistente futuro, alimentarlo de falsas esperanzas.   

 

Notas finales:

Espero les guste este capitulo, muchas gracias por sus reviews, muchas gracias por seguir el fanfic. Espero apoyen y esten emocionadas por el comeback de BAP. 

saludos y gracias, gracias por todo!!


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