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Eres la luz que ilumina mi oscuridad. por Estrella-chan

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Naruto entró a su casa después desde que los hermanos Uchiha lo dejaran ahí en todo el frente. La verdad, Itachi fue muy amable con él, de verdad le agradó mucho, por otra parte, Sasuke, bueno... es muy amargado, ¿quién diría, no? con quién mas impaciente estaba por hablar y resulta ser todo lo contrario a lo que imaginaba... 
Siendo sincero consigo mismo, esperaba mas de él, pero como que no siempre la vida es lo que uno se espera.
 
Naruto subió a su habitación, se quitó el uniforme y se metió a bañar. Nada del otro mundo. Bueno, como siempre salió y se colocó ropa para estar cómodo en la casa. 
 
Aunque no lo creen, en este preciso instante está cocinando, sí, cocinando; mejor dicho: calentando ramen...
Pero en realidad él sí cocina, no es el mejor pero sí lo hace, a él le toca cocinar muchas veces cuando se queda solo en casa ya que tanto su papá como su mamá trabajan.
 
Ya calentando su ramen se sentó a comer con tranquilidad en la mesa mientras pensaba...
 
—«Qué genial sería tener un hermano... Y mas cómo el de Sasuke... qué suerte tiene en ese sentido —meditó un momento—. Quizá no tenga vista, pero lo recompensaron bien...» —seguía vagando en su memoria.
 
A Naruto no le disgusta para nada su vida, y tampoco la cambiaría por nada. Sí, su vida cambió pero fue por una causa y no le está yendo tan mal, cuatro días y ya tiene gente a su alrededor. Se ha hecho muy buen amigo de Sakura e Ino, Kiba y Hinata, Chouji y Shikamaru que son con los que mas se junta, ademas de Suigetsu y Juugo; mas sigue conociendo gente.
 
Estaba tan concentrado en eso que no se dió cuenta cuándo alguien con un aura negra se acercaba a él.
 
—Naruto... —habló su padre con una voz oscura y profunda. Parecía de ultratumba. 
 
El rubio menor dejó de sorber los espaguetis dejando a éstos guindando de su boca mientras que con notable miedo comenzó a voltear, su padre estaba cruzado de brazos con su mirada penetrante. Naruto tragó duro lo que tenía en la boca...
 
—Pap-papá —comenzó a temblar.
 
—Una hora, Naruto; pasé una hora buscándote —Minato con cada palabra causaba un repelús al pobre de Naruto, y mas al recordar porqué su papá está así—. Tú...
 
—... —Naruto no hallaba la manera de escapar, ya era su fin.
 
—Buaaawwwww —Minato se abrazó a su hijo dejando caer cascadas de lágrimas, Naruto se sentía culpable ya que se le había olvidado avisarle que ya lo habían traído a casa.
 
—Papáa... —se unió al llanto con Minato—. Lo siento, snif, se me olvidó decirte que estaba ya en casa.
 
—Tú, niño mal criado. No sabes lo preocupado que me tenías.
 
—Pero tú me criaste.
 
—Hablo de la parte de tu madre —Minato dejó de llorar sentándose en la silla de al lado—. Te voy a castigar, no comerás ramen por un año y tampoco comerás por esta semana, además que no saldrás de tu habitación, solo para ir a clases —Naruto estaba horrorizado por lo que acababa de decir su padre...
 
—Pero... 
 
—Solo es una broma —sonrió burlón su papá al ver la cara que había puesto su hijo. A Minato le encanta molestarlo, Naruto lo fulminó con la mirada, pero igual estaba ya aliviado de que su papá como siempre solo estaba bromeando—, pero en serio, hijo, ¿qué pasó?
 
—Bueno, yo te estaba esperando donde siempre, pero ahí estaba un compañero de clases y me quedé hablando con él —“hablando”, tampoco le iba a decir que se puso a discutir con un extraño— porque también lo tenían que venir a buscar. Entonces su hermano se ofreció a traerme. Pero se me olvidó llamarte, papá.
 
—De verdad me tenías muy preocupado. No vuelvas a dejarme así como así, niño tonto —Minato le apretó la mejilla en forma de pellizco a su hijo “deformando” su cara.
 
Aunque haya pasado un gran susto él no es mucho de regañarlo, para ser mas franco, no le gustan las discusiones, y menos regañar a su hijo, eso se lo deja a Kushina, y por supuesto si piden su opinión, siempre se la da a su mujer porque sabe que es mas difícil liviar con ella.
 
Minato se levantó, le dió un beso en la frente a Naruto y regresó a trabajar.
 
_
 
Unas horas después, Naruto estaba solo en la casa ya que su papá seguía trabajando. Normalmente se queda con su madre, pero ese día le tocó guardia en el hospital y eso requiere veinticuatro horas de trabajo, así que estaba solo en casa. 
Pero después de un rato mas Minato llegó así que ya no estaba sólo.
 
El rubio estaba en la sala sentado en el sofá viendo televisión tranquilamente mientras esperaba la cena que estaba haciendo Minato. 
Su vida como tal no había cambiado, lo único es que sus mejores amigos, en Suna, vivían en la misma calle que él pero aquí en Konoha estan mas dispersados.
 
Seguía viendo televisión pero un sonido en la puerta le llamó la atención, miró la hora y eran casi las siete. El sonido era como si alguien intentara abrir la puerta con la llave que no era.
 
—Yo... Quero pasarrrr... hip —esa voz la conoce muy bien, es su prima Karin que se encontraba dando manotazos a la puerta como si no supiera abrirla.
 
Naruto no entendía, así que se levantó y abrió la puerta y ahí estaba ella; el maquillaje corrido, despeinada, no traía su lentes, además que estaba descalza porque sus tacones los llevaba en la mano, su cara era de no saber lo que ocurría a su alrededor.
 
—Karin, ¿pero qué... —un olor inundó sus fosas nasales.
 
—Tú no me... Hip... querías dejar pasar...
 
—Apestas a alcohol, estás hebria...
 
Naruto tenía cara de disgusto pero igual no podía dejar a su prima así. Ignorando todo agarró su brazo pasándoselo por el hombro para llevarla al sofá, pero obviamente con dificultad. Aquél mueble parecia como si se hubiera alejado más. El recorrido que estaba teniendo con ese gran peso encima lo ponía muy lento, pero él seguía con paso firme.
 
Karin levantó la cabeza viendo a quien la estaba llevando.
 
—io te amo... hip... dame un... besitoh —el rostro de Karin se estaba acercando al del rubio.
 
Naruto al oír lo que estaba diciendo la miró horrorizado, además de que veía como se acercaba.
 
—¡Ay, ay, ay! ¡Karin! ¡Soy Naruto! ¡¡¡Soy tu primo!!! ¡Aaaahh! —no sabe ni de donde sacó fuerzas y velocidad, pero en un instante ya había sentado a la pelirroja en el sofá y se había alejado por terror a esa “escenita”.
 
Minato al oír los gritos salió de la cocina todo apurado, ya Naruto había dejado a Karin en el sofá y fue cuando ella gritó.
 
—¡Mitsukiiiii!
 
El rubio menor se dió cuenta que en su borrachera lo confundió con otra persona... pero el simple hecho de pensar que su propia prima lo besaría le daba tanto asco.
 
—¿Qué pasó? —preguntó Minato preocupado.
 
—Papá —se acercó rapido a su padre—, Karin está borracha. Se volvió loca. ¡Casi me besa!
 
—¡No! io no estoy borrachia... hip... estoy mejorrrr quee numca... —se intentó levantar pero se cayó en el piso y estando ahí se durmió.
 
Cuando vieron que Karin se iba a caer hicieron un ademán de intentar evitarlo, pero ya se encontraba en el piso roncando... Los rubios se miraron entre sí.
 
—Creo qué... deberíamos de subirla a su habitación... Y... Que Kushina no se entere... —la volteó a ver—, es por su bien. Tiene suerte que tu mamá esté trabajando...
 
Naruto asintió dandole toda la razón a su padre. 
Los dos rubios trabajaron en equipo para llevarla a su cuatro. Minato se encargó del torso y Naruto de las piernas. Ya estando arriba abrieron la puerta de su habitación y la acostaron en la cama.
 
_
 
Naruto estaba en su habitación hablando con su mejor amigo.
 
—En serio, no sé qué le dió a Karin. Llegó borracha y casi me besa pensando que soy otro tipo. Cuando la dejamos en su cama abrió los ojos, intentó buscar algo con su mano y luego se volvió a dormir. Papá me dijo que quizá sí hay que decirle a mamá. Supuestamente hay que ponerle un tratamiento psicológico... no sé ni qué es eso pero así me dijo papá.
 
Naruto contaba siempre todo lo que le pasaba a Gaara y éste nunca demostraba poco interés en sus asuntos.
 
—Karin en serio está muy mal... Pobresita, tantas cosas que se tuvo que encargar sola... —su voz era de notable lastimada. Aunque el pelirrojo no la conoce como tal todo lo que le ha cantado Naruto hace que sienta pena por ella—, no quiero que lo tomes a mal, pero, tienen que tener mucho cuidado con Karin, no sabes de lo que es capaz, ha pasado por mucho y no me sorprende que un día se termine suicidando... 
 
El Rubio abrió los ojos, su amigo tiene razón en eso... Pero él por sí solo no puede hacer nada, así que suspiró.
 
—Tienes razón, Gaara... creo que papá y mamá están al tanto de eso... 
 
Naruto ya no quería hablar de eso, de tan solo pensar por lo que estaba pasando Karin lo pone mal: primero y principal, su mamá estaba loca, el único que estaba con ella era su papá y éste murió dejándola solo con la mamá y ésta después de un tiempo se suicidó por la muerte de él... ¿No tienes sus razones para estarlo?
 
El pelirrojo sabía que tenía que cambiar de tema y así lo hizo.
 
—Oye, Naruto, ¿hoy no conociste mas gente?
 
—Aaaahhh... —recordó lo que había pasado después de clases y antes—. Sí, conocí a la hermanita de Hinata y a sus amigos que están en primer año —quiso saltar esa parte rápido para contar la siguiente—. Conocí a Sasuke...
 
—¿De verdad?, ¿y qué tal?
 
—Es un tipo muy... Todo lo contrario a lo que pensaba.
 
El rubio le estaba contando lo que pasó con él y Sasuke, y por supuesto no emitió a Itachi por nada del mundo, a Naruto le cayó muy bien. ¿Quién diría? Gaara solo escuchaba atentamente y daba su opinión de eso.
 
~~~~~
 
Era viernes, un día común y corriente.
 
El pelinegro que se encontraba durmiendo fue levantado por su hermano mayor, mas animado que los otros días, esto solo pasa los viernes.
 
—Sasuke, apurate, ya yo estoy listo para llevarte a clases —decia éste con un tono de impaciencia.
Sasuke solo emitió un gemido en señal de queja al escuchar como la voz de Itachi levantándolo como siempre, pero específicamente solo se pone así ese día.
 
—Ay, Itachi, no comiences.
 
—Sin peros, vamonos rápido —salió de la habitación de Sasuke.
 
El pelinegro se terminó por incorporar quedando sentado en la orilla de la cama. 
Es verdad, todos los días va temprano a clases para darle chance a Itachi dde que también llegue a tiempo a la universidad, pero sólo los viernes se levanta mas temprano de lo normal, y no lo hace por su propio compromiso, ¿entonces?... Ya lo sabrán.
 
Después de que el pelinegro menor se arreglara el uniforme y guardara su desayuno en el bolso, se subieron al carro para ir a la escuela de Sasuke. Itachi estaba algo rojito, pero Sasuke obviamente no lo podía ver.
A los minutos llegaron al instituto, el pelinegro mayo estacionó el carro y se bajó junto con Sasuke. Iban a comenzar a caminar, pero Itachi paró.
 
—Sasuke, ¿como me huele el aliento? —sopló justo en la cara de él esperando un respuesta positiva.
 
—Te apesta a Zorrillo —se tapó la nariz rápidamente fingiendo “asco”, sí, Sasuke a veces puede hacer bromas.
 
—¡¡¿Quéeee?!! —Itachi se asustó y comenzó a suspirar en su mano dandose cuenta que era mentira.
 
—No seas tan tonto. No te huele a nada, solo a menta.
 
—Ja...ja, muy graciocito me salió el muchacho —dijo sarcásticamente—. Ya, vamos.
 
Los hermanos iban tomados de la mano por la condición del menor, siempre es así. Cuando Sasuke no está con Itachi saca su bastón del bolso para no tropezarse en el camino, pero prefiere usarlo poco. No le gusta usar eso, que se diga. 
Era todavía Temprano, así que no habían tantos estudiantes que se diga. 
Su hermano lo dejó en su salón correspondiente y éste se fue a su puesto a esperar a que fuera la hora de clases.
 
Itachi respiró ondo, se vió la ropa y se acarició el cabello para acomodarlo y caminó. Estaba en frente de la puerta y tocó.
 
—Adelante —se escuchó del otro lado; esa voz la reconoce muy bien.
Obedeció y entró.
 
—Muy buenos días, Señorita —la sonrisa de Itachi era muy amplia y sincera, el respeto y educación también.
 
Ésta estaba en la computadora haciendo su trabajo, es obvio, ella es la coordinadora. La mujer al ver quién era, dejó de teclear automáticamente.
 
—Oh, Joven Itachi. Muy buenos dias para tí también —correspondió de la misma forma.
 
—Sabes que me gusta que me digas solo Itachi, jeje —dijo tomando asiento después de decir es indirecta que ella muy bien captó.
 
—Yo creo que debería de decirte lo mismo, eh —levantó una ceja y sonrió de lado—. Sabes que puedes llamarme Shizune...
 
Bien, pausemos esto un momento y expliquemos qué pasa aquí:
Shizune es la coordinadora de el instituto en donde estudia Sasuke. Hace tiempo, desde que Itachi comenzó a responsabilizarse con su hermano ha tenido que ver con todo. Los cronogramas de evaluación que tiene a lo largo de una semana los pide y por la condición de Sasuke estos son dados. Normalmente los pide el viernes para entregarlos ya hechos el lunes y así sucesivamente. Se llegó a ese acuerdo ya que el pelinegro mayor también tiene sus propios asuntos en la universidad y solo puede ayudarlo estos dos días, haciendo y ayudando a Sasuke con los informes, trabajos, exámenes, etc; e incluso los trabajos en equipo los hace solo siempre.
¿Qué pasa con Shizune? pues... algo en ella llamó la atención de Itachi, sí, y no sabe qué es. Un día de casualidad se la encontró en la calle y por educación la invitó a tomar algo, ella aceptó, estuvieron hablando e Itachi fue flechado por esa mujer pelinegra... El Uchiha se le ha confesado y todo, y... aunque ella no lo admita, también le gusta él, pero ¿cuál es el problema?, ella es mayor que él, por desgracia, ella no encuentra adecuado que una mujer salga con alguien menor, pero no es exactamente eso ya que él tiene 21 y ella 27, ¿no hay tanta diferencia, verdad? Pues ella cree que el pelinegro no se tomaría en serio la relación y solo la quiere para experimentar, y por eso intenta que él recapacite negándose a todas las citas que él la invita. Ya han pasado muchos meses pero Itachi sigue insistiendole a ella; Shizune no puede evitar tratarlo como un amigo en vez de como un pretendiente rechazado ya que él en ningún momento ha sido bulgar o se ha sobrepasado, para ser mas franca, es todo un caballero y es diferente a los demás —segun ella—, pero no quiere sufrir decepciones, pero a Shizune de verdad le gustaría darle una oportunidad.
 
 
La carpeta en donde estaban las evaluaciones ya la tenía lista, así que solo tenía que buscarla y ya. Y así lo hizo,  se levantó yendo hacia un estante donde la sacó sin esfuerzo.
 
—Aqui está lo de esta semana —estaba parada en frente de donde estaba el pelinegro. Éste se levantó por reacción y sujetó los papeles sin quitárselos de la mano mirándola a los ojos. 
Aunque él es menor que ella es unos cuantos centímetros más alto.
 
—Ehm... muchas gracias —se sonrojó un poquito y ella también deviando la mirada—, este... oye, en unos cuantos días habrá una fiesta a la cual estamos invitandos, es por cuestiones de trabajo de mamá y... me preguntaba si querías ir conmig-nosotros... es de gente elegante —esos nerviosismo de Itachi al invitarla a salir no cambiaban. 
Ella lo miró a los ojos y soltó la carpeta. Aquí viene el rechazo.
 
—Me encantaría ir pero... tengo cosas que hacer y estoy muy ocupada... lo siento... —ella muy apenada regresó a su asiento. Aunque, obviamente le encanta la idea no puede aceptar. 
Itachi seguía ahí parado y le sonrió algo triste.
 
—No, está bien, te comprendo; sé que eres alguien muy ocupada —seguía con esa sonrisa.
 
Ya han sido muchos rechazo pero a él le sigue doliendo como a la primera vez, y todavía no se da por vencido. Ella también destesta esa inseguridad, pero es para que ninguno salga lastimado.
 
—Eh... —él la miró con atención—. Que pases muy buenos días —le sonrió un poco forzado.
 
—Ah, sí, jeje. Muy buenos días para tí también, Señorita Shizune. Hasta luego —su sonrisa sí era sincera como todas la que le muestra. Y así terminó por irse.
 
—«Eres una tonta, Shizune, muy tonta —se decía mentalmente la pelinegra—. ¿No ves lo persistente que es? quizá sí sea sincero y tú de idiota, ¡Ash! —dejó caer su cabeza en el escritorio—. Sigo preguntandome, ¿por qué me pasa esto a mí?»
 
Por otro lado, el pelinegro conducía hacia su universidad.
 
—Nunca te hará caso, no como quieres, entiéndelo, una mujer tan hermosa debe de tener a miles de hombres detrás de ella, ¿y te hará caso exactamente a tí?... pero yo la quiero de verdad...
 
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Las clase ya habían comenzado, el rubio como siempre llegaba a tiempo pero no temprano, pero igual no era como para que lo regañen.
Se sentó en su puesto después de saludar con la mano a sus amigos.
 
—Qué raro... el profesor no ha llegado... —le dijo a su pelirrosa amiga, ésta sólo volteó los ojos.
 
—Él siempre es así, llega tarde y dice cualquier escusa, y es mentira. Lo hace por flojo —decía Sakura cruzada de brazos—. E incluso para despertar es un problema.
 
—Vaya... como que no te cae muy bien ese profesor jaja —se rió.
 
—Lo peor es que no solo me lo tengo que aguantar en la escuela, si no también en casa, nunca hace nada.
 
—¿Qué? —preguntó algo sorprendido— ¿como que en casa?
 
—Ah, sí, no te lo he dicho. Kakashi es mi tío, bueno, el esposo de mi tía Hanare, así que él es mi tío.
 
—Ooohh —su cara era de “ya entendí”—. ¿Por eso dijiste que estudias aquí por tu tía?
 
—Exacto.
 
—Bueno, a mí me inscribieron aquí porque mis padres también lo estudiaron aquí. Y la directora es muy buena amiga de mi abuelo Jiraiya.
 
—Buenos días, chicos —dijo el profesor entrando al aula actúando apenado—. Perdón por ellar tarde, es que un gato estaba atrapado en un árbol y tuve que...
 
—¡Mentira! —gritaron al unísono los alumnos. Sakura lo fulminaba con la mirada.
 
—Jejeje —se rascó la nuca.
 
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Esa clase ya había culminado, y era hora del desayuno. Naruto en realidad desayuna en su casa, pero va a la cafetería a estar con sus amigos.
 
—Vamos, Naruto —lo llamaron. Éste iba salir pero.
 
—Un momento, le preguntaré a Sasuke si nos quiere acompañar —sí, quizá Sasuke no le ha caído muy bien pero Itachi sí, y se ve que él quiere mucho a su hermano así que ¿por qué no hacerle el favor de ayudarlo a que consiga amigos? intentar no cuesta nada.
 
Los presentes se miraron entre ellos extrañ mientras Naruto se acercaba al puesto del pelinegro.
 
—Sakura —dijo Ino y la mencionada captó y asintió.
 
—Oye, Sasuke, me pregutaba si-mhp —su boca fue tapanda por la pelirrosa antes de que éste dijera algo mas.
 
—¿Qué? —dijo Sasuke sin entusiasmo.
 
—Nada, nada —dijo Sakura nerviosa llevandose a Naruto fuera del salón.
 
—Puaw —comenzó a tomar bocanadas de aire. Los muchachos estaba vendo al rubio.
 
—Aj... —suspiró Sakura—, adelantense. Los alcanzamos al rato.
 
—Está bien —dijeron los presentes para luego retirarse.
Naruto no entendía.
 
—Ven, Naruto, demos un vuelta por el patio.
 
—¿Por qué, Sakura? ¿Qué pasó? ¿Qué fue lo de hace un momento?
 
La pelirrosa siguió caminando en silencio hasta llegar al lugar mencionado, Naruto sí que estaba desesperado por eso. Se sentaron en el césped bajo la sombra de un árbol, no había casi nadie cerca. El rubio sólo preguntaba qué sucedía.
 
—Bien, Naruto. Te contaré algo. La mayoría lo sabemos pero por respeto, y por no andar de metiches muy poco se habla de eso.
 
—¿Eso qué? Cuenta —a Sakura le tembló una ceja.
 
—Ya, Naruto, te contaré —gruñó.
 
 
Continuará...
 
 
Notas finales:

Capítulo en edición.

 

Lo iba a hacer mas largo pero hubo contratiempos.

 

Este fics se está alargando mas de lo que esperaba... Y eso no está bien. Yo intentaré hacer las cosas mas directas porque, viendolo bien, esto parece mas un fic hetero. Veré como le hago para acercarlos.


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