Naruto no podía creer lo incompetente que había sido. Él está muy claro que literalmente no sabía nada, pero eso no hacía que se sintiese mejor, después de todo no se hay que estar burlandose ajenamente de las personas, mucho menos si no las conocemos... Una lección que, aparentemente, acató de la peor manera ya que se sentía mal. No quiso terminar de comer lo que había comprado para merendar, así que lo dejó en la mesa, se levantó y prosiguió a terminar lo que su madre le había pedido.
Ya después de una hora, aproximadamente, se encontraba en dirección a su casa, y, por supuesto, parecía una mula de carga con todas esas bolsas encima, lo peor es que no podía pagar un taxi, y el porqué, pues su mamá no le dió efectivo. Sí. Ese pequeño descuido estaba afectando mucho a nuestro querido Naruto, él no sabía ni dónde estaba, al parecer se había perdido o algo, el pobre no paraba de llorar y quejarse mentalmente. Pero, un rayo de luz en esa oscuridad iluminó su camino. Al escuchar las bocinas de un carro que él perfectamente conoce.
—¡Hijo, sub-h —ese llamado fue interrumpido cuando, no sabe ni cómo pasó, Naruto ya había subido y estaba más que cómodo y abrazando a su papá llorando de felicidad y agradeciéndole. Minato lo miraba con sarcasmo—. Te salen reflejos ninjas solo cuando te convienen, ¿verdad?
—Creo que sí... snif —dijo secándose las lagrimitas y limpiándose los mocos con la camisa de su papá.
—Per-¡Ay, Naruto! ¡Niño cochino! ¡Limpiate de tu propia camisa! —decía alejándole la cara con el brazo.
—¡No quiero!
Después de unos minutos peleando, porque a Naruto le dio un ataque de “papitis aguda” y Minato no quería que lo bañara de moco, se tranquilizó y por fin podían hablar.
—Papá —dijo llamando la atención del mayor— ¿Cómo sabías que necesitaba ayuda?
—Ay, Naruto, eres mi hijo, te conozco y sabía que te terminarías perdiendo sí o sí —le sonrió a su hijo pero éste solo lo fulminó con lo mirada—; jeje, además que tu madre me enseñó lo que te mando a comprar y por lo que veo exageró como siempre —Naruto asintió varias veces con cara de darle el cien por ciento la razón—, también me mencionó algo de creer no haberte dado dinero.
—Es verdad. No me dió dinero —frunció el sueño y cruzó los brazos.
—¿Y por qué no le recordaste tú?
—Ehm... —No sabía cómo responder ante esa pregunta tan difícil... solo dijo la arma maestra que nunca falla— No lo sé...
—¿Y por qué no lo sabes? —quería molestarlo un poco, siempre se le hace divertido.
—¡Papá! —el cerebro le iba a explotar si le seguía la corriente a su padre en esos juego mentales así que cambió de inmediato la conversación— ¿Tú no tenías cosas que hacer?
—Ah, sí, sí, por eso te vine a buscar, para salir de tí de una sola vez... Ya lo más importante está hecho —sonrió inconscientemente al recordar lo que sucedió hace horas con su esposa.
—¿Y se puede saber que era eso tan importante? —Minato se sonrojó un poco y luego respondió:
—No.
Cuando llegaron a casa Kushina se abalanzó sobre su hijo y le pidió disculpas por lo sucedido. Él solo le dijo que no se preocupara, que está bien. El rubio menor lo primero que hizo fue comer lo que le preparó su mamá y subió a su habitación a descansar. Minato por su parte salió y Kushina acomodaba las cosas que trajo su hijo.
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Naruto se tiró de boca a su cama. Estaba dispuesto a dormí, pero las imágenes de lo que aconteció hace horas volvieron a su mente. El pequeño rato que estuvo con su papá lo distrajeron, pero ahora que está solo vuelve a pensar en eso... Quería pedirle disculpas al muchacho... pero era casi imposible que eso sucediera, además, ¿de qué se iba a disculpar?
Con notable dificultad pudo tomar la siesta que tanto anhelaba.
Un par de horas más tarde despertó algo más tranquilo.
El resto del día de la pasaron arreglando lo que faltaba. Minato llegó fue ya en la noche antes de la cena. Kushina estaba preocupada porque Karin no llegaba, pero Naruto dijo que no vendréis hoy. No sabía si eso la aliviaba un poco o la preocupaba más... En fin, el día siguiente —que era domingo— lo tomaron para descansar.
Ese día no salieron de casa ni nada, se quedaron viendo películas, escuchando música, hablando, etc.
Ya eran más de las ocho de la noche y Kushina se encontraba sentada en el sofá uy preocupada porque su sobrina no llegaba... Por suerte de la mayor, la puerta se abrió dejando a la vista a la mencionada.
—Buenas noches... —dijo ésta al ver a su tía mientras entraba.
—¡Karin! Me tenías preocupada... —dijo abrazando a la pelirroja menor, ésta por su parte solo intentaba soltarse del abrazo.
—Bueno... Mirame, estoy bien, no tienes porqué preocuparte...
—Escucha, Karin, necesitamos hablar —tenia un tono de notable preocupación.
Eso era lo que quería evitar desde el principio. Ella ya sabía que le diria y por dónde va a tomar, así que no le apetecía mucho escucharlo, y también no quería hacerla sentir mal. Tenía que decir algo para que su tía no comenzara con la introducción de la conversación, así que solo dijo.
—¿Podría ser mañana? Es que estoy muy cansada —y así fue a su habitación dejando a Kushina con un "pero" que murió entre sus labios.
Karin pasó al lado de Minato que se encontraba bajando las escaleras, y él notó algo en ella; sus ojos Estaban cristalizado así que supuso que eras porque estaba triste.
Naruto por su parte, estaba en su habitación chateando, por mensajes de texto, con su mejor amigo: Gaara, estaban hablando de como se sentía y cosas así sobre su nuevo hogar.
Gaara: ¿Y cómo te está yendo por allá?
Naruto: ¡Horrible! Ayer me perdí :'c... pero por suerte papá me encontró :')
Gaara: ¿Por qué no me sorprende?... -_-
Naruto: ¡Oye! >:(
Gaara: Pero es la verdad u_u
Naruto: Mmjj... -. - ¡Ah!, no sé si contarte... es algo que no se lo he dicho a nadie porque me avergüenza... Aunque pasó ayer mismo...
Gaara: No exageres, Naruto, creo que me has contado cosas peores, y ¿vergüenza tú?, Jaja. Por favor... 7----7
Naruto: Ay. Bueno, bueno, te cuento. Mamá me mandó a comprar alguna cosas —despue de contar lo que sucedió.
Gaara: ._.
Naruto: ...
Gaara: Te pasaste... .-.
Naruto: D:
Naruto: No me haces sentir mejor :'v
Gaara: :T
Gaara: Bueno, olvida eso. El muchacho no sabe ni que existes después de todo.
Naruto: Tienes razón
Después de hablar por horas de temas variados Naruto se fue a dormir porque tenía que ir a clases mañana.
El rubio se durmió más que todo por deber que por necesidad, al haber descansado ese y estar hablando con su mejor amigo no tenía nada de sueño, pero como pudo se durmió
Continuará...
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