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El Emperador y el pirata por reydelosPK2

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Te cuento una historia

Se sintió el estruendo en el continente norte. Del hielo petrificado grietas se manifestaban y de las grietas una extraña humareda salía. Un cuervo terminaba mostrándose en el cielo compuesto del humo. Un cuervo de ojos negros y mediano tamaño.

Algunos aldeanos de pacto eterno lo divisaron y rápidamente comenzaron a hacer símbolos con sus manos.

El cuervo les miro desde lo alto del cielo y les paso de largo.

De la nada los aldeanos miraron que ya no era un solo cuervo, eran cientos los que aparecían oscureciendo el cielo. Dejaron sus cosas y se refugiaron en sus cuevas.

Marflow que seguía persiguiendo a Judas entre los arbustos del jardín del palacio de trueno, mientras el consejero de trueno miraba las ruinas de lo que fue el gran jardín de trueno conteniendo las ganas de mandarlos a ejecutar.

Marflow extendiendo la mano casi cogiendo del cabello a Judas paraba de repente y miraba el cielo con mirada perdida.

-¿Marflow?-llamo judas preocupado, la demonio de juego dejaba de gritar, de correr intentando matarlo, solo se quedaba parada mirando el cielo. Alzo la mirada y solo vio el cielo despejado

-¿Qué pasa?-Pregunto Brian saliendo de su escondite, pues también estaba en la mira de Marflow para ser golpeado.

-No lo sé- dijo Judas pasando su mano frente la mirada de Marflow que sin conseguir reacción alguna de la chica.

-Marflow…- Volvió a llamarla Brian tocando su hombro y al simple tacto la chica los empujaba y se convertía en un ave de fuego que salió volando en dirección de aquellos cuervos que nadie más alcanzaba a ver.

El consejero, otros reyes y los soldados se miraron unos  a otro. No comprendían que pasaba.

“Te cuento una historia cariño…”

Escucho sin poder distinguir quien le hablaba.

“¿Cómo llegaste a existir y porque no puedo quedarme contigo?” Escuchaba en su cabeza volando tan deprisa como pudiera sin poder alcanzar a los cuervos. La presión, y al extraña falta de aire la sofocaban y perdía altura cayendo al suelo de forma violenta. Uno de los cuervos giro a ver al ave de fuego, pero enseguida volvió a ver al frente.

“No tenemos tiempo…” escucho de los otros cuervos “No perderemos nuevamente”

No otra vez…

-¿Qué haces cariño?-Pregunto el demonio dador de vida a su hija menor, que seguía dando saltos con las piernas a viertas y extendiendo los brazos.

-Quiero sacar fuego de los puños y los pies- replicaba Marflow y el demonio de piel azul miraba a su ultima cría con ternura. Era hija suya y de un humano, por ser su descendiente era diferente a los híbridos, al ser hija de un dador de vida los genes humanos eran obviados, a acepción de su forma y su necesidad de socialización. Un sangre pura con sentimientos humanos.

-¿por qué no vas con tus hermanos y practicas?- pregunto el dador de vida  a la menor que negaba con la cabeza mirando el suelo.

-Ellos no me quieres, dicen que soy débil, un hibrido un error de la naturaleza.

El demonio dador de vida suspiro, pues el resto eran también hijos suyos y el demonio de la nada Thanos.  Lógico que no comprendieran que su madre había engendrado  un hijo con un simple humano. Ridículo así lo asimilaron, pues a su parecer los humanos no eran dignos de existir, eran como una plaga en la cosecha, debían ser erradicados.

Hacerle cambiar  de opinión…. Imposible. Cada uno de sus hijos tenia fundamentos para no estimar a humano alguno, tolerarlos si, pero llegar a comprenderlos y tener un descendencia con ellos era algo tan deplorable que quienes cometían tal injuria eran aislados y terminaban marchándose del continente norte.  

El demonio dador de vida simplemente se puso en pie y cambio su forma a la de un simple humano similar al forma que su pequeña tenia y tomando su manita salió de la cueva con determinación. La expresión facial de sus otros hijos manifestó el desagrado. Thanos miro a su pareja y miro despectivamente al dador de vida desde su trono. Claro estaba que nunca más dejaría que saliera del continente norte, peor como evitar que se le escapara como agua entre las manos, pese a su forma diminuta el dador de vida no era fácil de atrapar y Thanos aun con su colosal forma y fuerza era un inútil para retenerle. 

-Ikol-Llamo el demonio de la nada Thanos.

-Das mal ejemplo a mi hijos- repuso Ikol a Thanos con tono serio- Les enseñas a menospreciar a mi hija, sabes qué diferencia alguna no existe entre ellos.

-solo digo la verdad

-Marflow es mi hija y no tiene que ser discriminada por sus hermanos por ser

-Claro que tiene que serlo. Es hija de un humano… una bastarda

-Una de mis parejas- repuso Ikol- no se te olvide que mío es el poder del ejército que pregonas, mía la decisión de elegir pareja. Tú solo eres otro demonio más de los liberados por la madre naturaleza del averno. Uno de los diez- Ikol el demonio dador de vida sonrió mirándole desafiante. Pese a engendrar tantos hijos con Thanos, de su descendencia no nació otro dador de vida puro, solo remedos que no igualaron su fuerza y Thanos lo sabía y sabía bien que obligarlo a nada podía pues sus hijos mismo saltarían en su defensa, no importaba que Thanos fuera su padre o que fuera fuerte. Los hijos del dador de vida matarían en nombre de su madre.

Thanos rio brevemente, Ikol se salía con la suya nuevamente, pero algo que el demonio dador de vida desconocía era que sus propios hijos habían decidido no volver a dejarlo marchar del continente, de matar a los humanos que intentara acercársele. No admitirían más errores.

Thanos miro a esa niña que era la causa del desconcierto.

-Preguntare nuevamente- Thanos se levantó de su trono y camino en dirección Ikol que no se inmuto, mas Marflow se escondía detrás de su madre aterrada de ver a su padre adoptivo cerca suyo- ¿Quién es el padre?

-Un humano- dijo Ikol haciéndose el desentendido.

-Ikol…- Llamo conteniendo su enfado. Para hacerse con el dador de vida tuvo que pasar por mucho, matar a sus hermanos y demás demonios liberados hasta quedar solo los dos y tener así descendencia, garantizar un ejército leal, nacido de ambos y ambos gobernándolo- no tiente mi paciencia o…

-¿O qué?-Enfrento sínicamente Ikol a su pareja- ¿Me mataras?… -soltó una breve carcajada- Querido mío, dudo que puedas, dudo que quieras… Mejor dicho seguro estoy que no podrás. Ahora…- abandono su sonrisa y se mostró serio  ante Thanos-Apártate de mi camino que voy a ocupar ese trono y dejar en claro algo a mis otros hijos- Thanos se hizo a un lado, sabía que aunque Ikol lo ordenara, cada demonio tenía su voluntad y una cosa era proteger a su madre y luchar por su causa. Otra aceptar que traicionara a su padre con un humano y trajera a Marflow al mundo y esperara que ellos la aceptaran como una igual.  

-Mi pequeños… sangre de mi sangre, a quienes alberge en mi ser y di vida y fuerza. Mirad- puso delante a Marflow- ella es vuestra hermana, hija mía, nacida del mismo cuerpo del cual ustedes nacieron, con la misma sangre que recorre vuestras ve…

-No es igual a nosotros- repuso el demonio  de hielo mirando a  su madre fijamente. De todos los demonios era el primogénito de Thanos e Ikol. Quizás el más radical de todos, pues su mente estrecha no podía aceptar que dos especies tan diferentes se unieran. No podía aceptar que su madre eligiera alguien tan débil para procrear, iba en contra de la naturaleza… en contra de la ley del más fuerte, la ley que su padre seguía y su madre contrarrestaba con el respeto de la vida. Así crearon normas basadas en la tolerancia y la ejecución por necesidad y venganza, pues la madre naturaleza no podía defenderse de la amenaza humana. Sin embargo para ese tiempo la matanza humana no era tan feroz como comenzó a serlo al nacer Marflow. A escondidas de Ikol los demonios comenzaron holocausto en el continente norte.

-en que no es igual

-su padre es humano

-¿Dime tu en que no es igual?- Repuso mirando a su primogénito- te recuerdo que nació de mí, es un demonio puro, sus debilidades fueron suprimidas por mi sangre. 

-No es lo mismo… Tiene emociones humanas, dudas humanas… debilidades humanas. Aun con su fuerza es diferente a nosotros.

Un largo silencio se formó. Ikol no podía refutar las palabras de su primogénito. Thanos sonrió viéndose victorioso sin necesidad de pelear con Ikol.

-¿Todos ustedes piensan lo mismo?-Pregunto a sus otro hijos y todos  se pronunciaron apoyando a  Hielo.

-Los que han osado tener descendencia con humanos sabes que han sido desterrados de nuestras tierras, mandados a la costa del continente norte o a otros continentes. Sabes que solo de la unión de dos puros nacerá otro puro de menor categoría, solo tú puedes traer demonios fuerte, tú y papá y aun así… mira lo que has traído al mundo. La vergüenza que indica nuestra decadencia.

-Los humanos se multiplican como plagas y has elegido una plaga para ser el padre de ese error- el demonio de Tierra señalo a Marflow- Eso es un insulto para nuestra especie que a comparación de los humanos somos pocos.

-Si…-Dijo Ikol- son más que nosotros, pero nosotros somos cincuenta veces más fuertes que ellos.

-Eso no importa. Ellos se reproducen cual ratas, tu solo puedes tener una cría por cada diez años…

-Somos longevos, y más fuertes

-Eso no importa si decides destruir nuestra especie de esta manera- acuso otro de sus hijos.

Ikol agacho la cabeza mirando a  Marflow. De verdad fue un error…  ¿De verdad era tan malo todo lo referente a ese hombre. Todo lo referente a Thor Turner?

-Mama…- Llamo Marflow a Ikol y este tomo de su manita y sobre esta deposito una piedra color azul que se fundió con su piel. En un simple descuido uno de sus hijos había herido de gravedad a la menor. Una guerra con los humanos daba inicio y él no podría cuidar a su cría como hubiera querido hacerlo. Darle una parte diminuta de su corazón para estar en contacto a ella, para curarla y protegerla fue lo único que pudo hacer.

-Te prometo que al despertar todo será diferente y tendrás una verdadera familia a tu lado- susurro mirando como su cría se congelaba y cual témpano de hielo desprendido era arrastrada por el mar lejos del continente norte.

Ikol e puso de pie mirando por última vez a su pequeña cría. Giro y dio vuelta, debía regresar con sus otros hijos y Thanos. Debía proteger al resto de su familia aunque según él esta guerra carecía de sentido.

Las muertes aumentaban. Thanos tenía razón: eran plagas, Y parecían jamas acabar. Eran traicioneros y despreciables.

Ikol envió a su primogénito para tratar de llegar a un acuerdo, le envió solo para que dejaran de desconfiar, sin embargo no el escucharon, usaron amagos y de alguna forma mataron a  hielo.

Desde que Balder y su primogénito Odín se pusieron al frente de la batalla, los humanos solo habían resistido más ahora habían ganado, después de 400 años de guerra y al casi destrucción del continente norte.

Ikol rugió con fiereza y ordeno la muerte de todos los humanos extranjeros que habitaran continente norte. La cabeza de los asesinos de su hijo, eso deseaba.

Pero los humanos fueron listos y con magia lograron crear armas capaces de matar demonios y absorber sus poderes y con estas hicieron frente al ejército del dador de vida.

Ikol se sentó al lado de Thanos y le vio mal herido. Miro su reino en Pacto eterno, estaba vacío, solo cinco de sus hijos se mantenían en pie, eran los más jóvenes…

-Ikol…-Llamo Thanos tratando de ponerse en pie, más Ikol le detuvo.

-al final fui un tonto en confiarme de  mi fuerza, en confiar en esos seres y míranos ahora. Les he condenado a la muerte- suspiro –Esto debe acabar y solo acabara cuando estén seguros de mi muerte.

-eso jamas- repuso Thanos pues la muerte de Ikol era la extinción de los demonios

-Calma querido…- susurro tomando su mano para calmarlo. Thanos el gran coloso derrotado en el suelo mientras Ikol el dador de vida, un ser algo diminuto como un humano, sin embargo poderoso comprendía la preocupación de El demonio de la nada, la de sus hijos que le miraban expectantes a detenerle si intentaba alguna locura- No voy a desaparecer…- dijo poniéndose de pie- yo seré eterno, aunque diferente a lo que recuerdes… Y tu…- se agacho para besar su mejilla- dormirás esperando mi llamado… lo sabrás cuando haya llegado el momento, tus heridas habrán curado y destruirás a nuestros enemigos… -giro a ver a sus hijos- perdonen a este incompetente, pero prometo que sus muertes no serán inútiles. Aseguro que resurgiremos y ellos temblaran con solo oír de nosotros. No dormirán, no comerán, no conocerán la calma. Y esas armas suyas serán su peor perdición.

-Madre- llamo uno de sus hijos, el demonio de aire preocupado. Le conocía y ahora mismo su madre actuaba ardido por la muerte de sus hermanos… ya no quedaba rastros de la madre bondadosa que trataba de comprender a los humanos y hallar una forma de convivir.

Ikol miro a su hijo y se acercó a su lado para acariciar su rostro.

-Hazme un favor…- rogo elevando su mano y luego posesionándola en su corazón. Aire vio como los dedos de su madre atravesaban su piel y sacaba su corazón, el cual partía en dos, uno se lo podía sobre el cuerpo dormido de Thanos y se fundía con su piel para luego ver el cuerpo de Thanos hundirse en el suelo hasta desaparecer bajo la nieve y el manto de tierras y piedras tan profundo que ningún humano daría con él. El otro pedazo de su corazón se lo entrego a su hijo Aire- Llévalo lejos y arrójalo al mar.

-¡Mamá!-Exclamo e demonio de aire

-Sera mi resurgimiento. Será débil, pero solo hasta que llegue el momento. Hasta que despierte por completo y…

Tumbada en el suelo Marflow abría sus ojos. El impacto fue fuerte, cayo inconsciente y tubo aquel recuerdo complementado por aquellas visiones.

Cerró sus ojos Recordando al demonio de tierra. Tembló comprendiendo que su madre estaba cerca y ya no era el ser bondadoso que recordaba… estaba furioso y deseoso de venganza. Nuevamente resurgirían los demonios y la guerra.  


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