Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El Emperador y el pirata por reydelosPK2

[Reviews - 68]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Nacimiento y Renacimiento: Jormundgender y Ikol 

 

-Sabes…- oyó una voz en su cabeza- fragmente mi corazón… Eras mi esperanza y mírate…- acuso y entonces Loki pudo ver con claridad el barco donde Creció cuidado por la tripulación de Laufey, era tan real, incluso la luz del sol era cálida sobre su piel.

-¿Quién eres?-Pregunto tratado de hallarlo, oía su vos pero no lo veía. Lo curioso era que se oía como él.

De las sombras del mástil se formaba una silueta que lo miraba, ojos de destello verde. Lentamente el ser abandonaba la penumbra y se mostraba ante Loki.

¡Su vida imagen! Se asustó Loki retrocediendo. La misma pero levemente diferente, mientras que Loki lucia como un joven de 20 años, el que se hallaba frente suyo lucia de 30, su cabello mismo era más largo y cubrían su cara dándole un cierto aspecto desarreglado, rebelde y siniestro. Su expresión frívola, sombría con una mirada fija cual asesino, sin mencionar su piel azulada que mostraba inicialmente comenzaba a aclararse a un color amarillo pálido denotando unas ojeras pronunciadas. Con ropaje de telas viejas y desgarrada.

Más al elevar su mirada llamas verdes cubrían su cuerpo y de pies a cabeza le recorrían cambiando su ropa vieja y apariencia acabada por nueva y majestuosa. Cual noble vestía unos pantalones negros no sueltos pero tampoco apretó de una tela que a la vista parecía resistente. Una botas que casi le llegaban a las rodillas y sobre estas se mostraban dos rodilleras elegantes. Si elegancia lista para el combate. Vistiendo su parte superior, una camisa de similar tela resistente a la de su pantalón, mostraba fragmentos lineales de color dorado y verde y sobre esta un saco  de cuero negro con bordes verdes cuyo largo llegaba a sus rodillas y su cuello era de piel de oso que hacia lucir la prenda abrigadora.

Paso su mano por su desordenada cabellera acomodándola y apareciendo a su vez un extraño casco con dos cuernos pequeños, pero uno estaba roto el de su derecha. Su semblante serio cambio de sombrío a arrogante  mostrándose imponente con una sonrisa sínica y elevo la mirada mirando expectante a Loki. Sin duda verlo rejuvenecido era asombroso, lleno de vitalidad pero recubierto con esa aura sombría daba miedo.

-¿Recuerdas lo que dije la última vez?-Pregunto, pero Loki no comprendía nada, según él era la primera vez que lo veía, sin embargo le era muy familiar (Aparte de ahora ser idénticos) –Cuando tocabas las puertas del averno y te dabas por vencido- Loki recordó el momento de su escape del barco de Laufey, cuando sumergido tubo que obligarse a bucear sin probar bocanada de aire alguno para no ser descubierto y llegar a la isla más cercana. Un acto imposible y se abandonó al cuarto minuto, más algo lo impulso y ayudo a seguir. Ningún humano aguanta tres horas sumergido… “No hay una próxima vez…” oyó en ese momento. -Si eres incapaz de entender yo dirigiré…- susurro el ser sombrío desapareciendo mientras Loki quedaba en el barco solo en medio del mar y de la nada aparecía Laufey y el resto de la tripulación.

“Descansa en tu pequeño mundo…”

-¿Laufey?-Llamo incrédulo y miro sus manos y ropa. Eran las mismas que usaba en esas épocas, tenía el rostro cubierto.

-¡¿Qué pasa Loki?!-Pregunto uno de los piratas dándole un ligero golpe en la espalda- ¿tuviste un mal sueño?- Interrogo mientras Loki se sobaba la espalda, sentía dolor por ese golpe…

-Un sueño…- murmuro sin saber qué creer… Todo era ilógico. Pero se sentía tan real… el viento… el tacto… sus voces.

Una luz se desprendía del cuerpo del Loki moribundo, una luz que sorprendió a Thor, mas no se alejó de Loki. La Luz se concentró en su vientre y este de la nada crecía y el físico de Loki se reponía. Volvía a su sana y bella forma. Y de su vientre, la luz se hacía más intensa y el vientre luego de crecerse encogía y volvía a su forma plana. Mas sobre este una pequeña bola de carne rápidamente se movía tomando forma.

Thor le miro asombrado. Esa bolita de carne se estiraba y comenzaban a formarse sus manitos, sus deditos, sus piecitos. Sintió las lágrimas caer por sus mejillas ante tal milagro y la emoción de saberse padre.

Terminaba de formarse un pequeño bebe de cabellera castaño oscuro y ojos azules, de piel pálida y fina similar a Loki. Le miraba atentamente y luego a su madre.

Thor extendió los brazos sin duda y tomo al niño en un abraso cariñoso, este solo le miraba fijamente reconociendo su olor: era su padre. Como el hijo de Dante crecía de golpe y ya aparentaba tener cuatro años. Giraba ignorando el asombro en la cara de su padre, estaba curiosos de saber si su madre despertaba o no. Cuando se creyó morir al ver el hilo de vida de su madre llegar a su fin, su madre se reponía y lo alimentaba salvándolo de la muerte.

-Hijo mío- llamo Thor al pequeño que comenzaba a exigir ser liberado, cuidadoso de no ejercer mucha fuerza sobre ese hombre que ayudo a su creación. Supo que era diferente a él o su madre: Era débil.

Al notar la mirada fija de su hijo sobre su madre, también le contemplo y le libero, para acercarse a Loki y revisar su salud. Recordó que después del nacimiento del otro demonio, Loki quedo cual vegetal por casi dos meses.  Lo cogió entre sus brazos y al hacerlo miro los ojos de Loki abrirse.

Sin duda le sonrió dándole una cálida bienvenida.

Loki miro fijamente a Thor, y cual ver un fantasma reacciono saltando de sus brazos como gato asustadizo, cayendo ágilmente sobre el suelo.

-Imposible…- murmuro poniéndose de pie. Mirando a quien lo alzaba en brazos a los ojos.  Dentro de ese ser pudo ver a quien odiaba, pero se hallaba sellado, como la mayoría de las almas reencarnadas era olvidada su vida pasada.

Dudas le recorrieron y comenzaba a caminar dando vueltas alrededor de Thor. Las reencarnaciones son casi imposibles, debería de ser alguien en extremo especial para tal lujo. Thor no lo era. Era solo un timador que le engaño para hacerse del metal negro del averno y matar a sus hijos.

- ¿tu nombre?- interrogo y Thor frunció las cejas era extraño que el demonio el preguntara algo que ya sabía.

-Thor Odison, hijo de Odín. Emperador de Asgar… mejor dicho ex emperador, pero eso tú ya lo sabes- Respondió Thor creyendo que quizás por lo vivido algo pasaba con su cabeza, mejor para él si perdía la memoria o algo similar.

-¿Hijo de Odín?- Rio atando cabos sueltos- Odín hijo de Balder, ¿hijo de Thor Turner?... su descendiente… - concluyo con una risotada repentina que rápidamente concluyo y le miro serio. Incluso después de muerto aparecía ese hombre para fastidiar sus planes, tan descarado como directo. ¿Debía matarlo?... negó. Deseaba verle sufrir, agonizar… Cerró los ojos para analizar la vida de su otra mitad.

-Si- contesto Thor sorprendido y es que parecía otra persona. Y mirando esos ojos sintió un dolor punzante en su pecho. La falta de aire y un nudo que le impedía hablar claramente.

El menor miraba a ambos, más su naturaleza era clara, se prendía de las piernas de su madre y Loki abandonaba su  meditación para ver al niño fijamente.

-Mamá…- Llamo el menor exigente de su atención. Extendiendo las manos en su dirección para ser alzado por su madre.

-Un hibrido…- susurro agachándose para quedar a la altura del niño. Sus manos rozaron esa carita y lo cobijo entre sus brazos reconociéndolo como su hijo. Podía odiar a Thor, a los humanos, más nunca a un hijo suyo.

Thor sonrió al contemplarlos y verles sanos y salvos. Entonces lo noto. La tormenta de nieve había cesado en ese lugar, justo donde ellos se hallaban parados, incluso el frio desaparecía. Supuso que no debía sorprenderse eran demonios, su familia y la llave de su resurgimiento al poder.

Loki acariciaba la carita de su hijo, tratando de asimilar la vida de su otro yo, del como termino teniendo un hijo con un humano y ¿quién era el humano?. Esta vez debía procrear solo con Thanos, pero allí estaba la prueba de que nada sale como uno planea. Con sus manos analizo al menor para descubrir al padre, debía matarle, pues influiría negativamente en su hijo.  

-Imposible- palideció más de lo que ya era, el menor alzo la mirada observando a su madre con rareza. Para Ikol era un mal chiste comprender quien era el padre de su pequeño- Debe ser una broma…- se paró y miro a sí mismo, su ropa vieja y saco ese abrigo de oso que olía a ese hombre, de hecho todo su cuerpo olía a ese hombre.

Crujieron sus dientes al rozarse por cólera y humillación que sintió y sin hacerse esperar lo lanzo con magia lejos de su vista.

Llamas verdes quemaron su actual ropaje y extinguía todo rastro de ese hombre de su ser y el mismo traje que lucía dentro de su mente se manifestaban. Imponente. Así deseaba ser no solo por fuera, por dentro también. Al olvido el ingenuo aquel que perdió por creer en el embustero aquel.

Thor no recordó dolor similar. Bueno levemente recordó a Marflow, pero era diferente, Loki lo había lanzado con magia. Toco sus costillas, quizás tres de ellas estaban rotas. Miro donde Loki y su hijo. Supuso que no debía de sorprenderse después de todo lo que paso. Obvio que Loki lo odiaba. Obvio que fuerte si era. Eran demonios y el un simple humano.

-Loki…- Thor se levantó como pudo- mira sé que me odias, pero debes entender que…- nuevamente era lanzado ya no diez metros, quince. Los ojos de Loki abiertos a más no poder según su magia comenzaban a lanzarle piedras. Quería matarlo, pero lo haría lentamente. Se cobraría cada muerte, cada humillación, cada decepción.

La sangre salía de la boca de Thor al igual que de las otras múltiples heridas. Pensó que moriría. Más al ver a Loki caminar en su dirección… oyó una voz.

“Si pudiera volverte a ver. Cruzar caminos otra vez… Nunca te dejaría ir” El brazalete que le dio el primer general de trueno antes de su muerte brillaba. Los recuerdos de su vida pasada eran liberados al reconocer a quien tenía frente suyo.   

-Ikol- llamo Thor sintiendo el dolor de su cuerpo, para verse nuevamente vivo. Sonrió al ver la cara perpleja que podía Ikol cuando algo lo tomaba por sorpresa y no entendía… ahora mismo no comprendía porque era llamado por ese nombre. Como un simple humano engañaba a la muerte. Pero también sintió tristeza, al verlo diferente a lo que recordaba, al pasivo y curiosos demonio inofensivo. Ahora era ahora pero quizás, aun dentro, escondido cual niño pequeño descansaba la inocente criatura de la que se enamoró y a la que sin desear tanto daño causo.

-¿Cómo…?-cuestiono Ikol reconociendo al embustero- tu no deberías recordar tu vida pasada. Tú ya no perteneces a este tiempo… tú…

-¡Olvidas que me diste parte de su energía para llegar al averno! ¡Mierda Duele!- se quejó notando la situación de su cuerpo mal herido-… y salir de este. ¿Piensas que después de lo que paso, solo aceptaría la muerte?

-¡Tú!!!- Gritaba Ikol cabreado de saber que otra vez era timado por la misma persona, que se aprovechaba de lo que le confió y usaba en su contra. La rabia le consumía- ¡Solo muérete!- le lanzo  centenares de bolas de nieve y piedras que iban a toda velocidad contra Thor. Sin embargo el pequeño aparecía frente su padre para protegerlo desapareciendo con él.

-¡Noooo!!!-Grito Ikol iracundo se habían escapado. Incluso ahora por culpa suya perdía otro hijo- ¡Voy a encontrarte y voy a matarte!-Grito a los cuatro vientos   

Thor despertó y miro al niño que lo miraba fijamente. Todas sus heridas fueron curadas por el pequeño.

-Gracias- acaricio su cabellera castaña. Miro el cielo adolorido. Cerro los ojos y es qué en un simple dos por tres todos su recuerdos de su vida pasada se revelaban y esa voz… simplemente era su último deseo al momento de su muerte.  Miro el brazalete que le dio su general. Dándole gracias, pues este al ser parte de Mjolnir le hizo posible su última voluntad. Despertar su alma.

“De volverlo a ver… nunca más dejarlo ir”

Más sentido que la primera vez que le reconoció como el pirata. Supo que su impaciencia, sus deseos, todo. Cada acción se basaba en sus frustraciones, las traiciones sufridas por su propia especie y deseo de saber de ese ser que dejo desprotegido. ¿Qué fue de su vida después de que muriera a causa de su vejes?.

Sin su memoria supo reconocerlo, supo enamorarse de él sin explicación y como no hacerlo si desde hacía más de una vida lo amaba y también fue amado. Por ese amor que cayó en tragedia debía resurgir pues solo él, podía regresarle a Ikol la paz que sin querer le arrebato. Liberarlo de las cadenas de dolor y el rencor.

El mar se azoto y los truenos caían sin misericordia. Loki como el resto de los piratas luchaban por mantener el barco a flote.

“Debió ser solo un sueño” se convenció el moreno anudando las velas del navío para no ser arrastrado por la tormenta.  

Hecho su berrinche Ikol miraba a los monjes que aparecían atraídos por el escándalo de la lucha y sus griteríos. Pero más que nada por el miedo de enfrentar la ira de su rey si le dejaban marchar, al diablo el segundo general. No tomarían riesgos. 

-Insectos…- murmuro

Ikol miro la sangre en sus manos. En su vida pasada Jamás había matado humanos, más de 400 años aislado de guerras y matanzas, resguardado por sus hijos en el continente norte, en las tierras de pacto eterno y desde que le conoció y sufrió su traición vio la crueldad de la guerra y se vio obligado a participar de ella. Pero incluso en la última batalla no se animó a matar, solo recibió las heridas y fingió su muerte para proteger a Thanos. Pero ahora…

Varios corrían aterrados intentando huir de nieve. De la nada el dador de vida comenzaba a matar civiles, monjes… todo a su paso.

Los generales comprendían su agresividad excusándola por la pérdida de su hijo, pero tenían un deber. Proteger el reino Nieve.

-Sois híbridos…- Ikol reconoció a sus nietos y quizás biznietos- ¿protegen a humanos?…-Interrogo sorprendido.

-Es nuestro debes como generales- dijo el segundo general sacando su arma.

Ikol reconoció aquella arma, esa fue hecha con parte del metal negro del averno. Esa arma que robaba las habilidades de los demonios que mataba.

Mas rabia… más frustración. Era similar a ver caníbales, incluso en la naturaleza misma era poco frecuente.

“¿Qué han hecho con mis niños?” Derramo una lágrima  

-con esas armas… vuestros padres fueron muertos ¿y aun así las usan?- acuso limpiando la lagrima furtiva, comprendiendo lo que los humanos hacían con su descendencia, como los usaban cual herramientas y les lavaban el cerebro.

-Eso no importa- advirtió el segundo general lanzándose contra Loki que no se movió y recibió el ataque que cortaba su brazo. Supuso que era lo mínimo que merecía antes de matar a su descendencia contaminada.

Thanos llego al cabo de cuatro días. Era fuerte, pero no tan rápido como muchos de sus hijos lo fueron, como Ikol lo era.

Miro el reino de nieve, la nieve teñida de rojo. Varios cadáveres de humanos congelados. Chozas destruidas… no había signo de sobrevivientes. E Ikol sentado en las ruinas de lo que fue una torre, con las cuatro armas de los generales de nieve en mano.

-Tu…- dijo mirándole fijamente.  Cual ser sin alma Ikol giro a verle y le sonrió

-Si. Les he matado, sin asco o pena… Eran tantos que me ha tomado pillarles a todos tres días… Ratas escurridizas… -sonrió a su marido. Thanos no dijo nada, pero admitió dentro suyo que no era muy agradable verle convertido en eso, entre los demonios el dador de vida siempre fue el más protegido y menos violento de la especie pues era vital para su existencia, Quizás lo único puro en su naturaleza violenta e instintiva. Sin embargo no había tiempo para seguir la tradición era necesaria su fuerza y su ferocidad. Solo eran dos demonios contra un mundo infectado de humanos. Necesitaban más.

Marflow continuaba su búsqueda. Segura estaba que había sentido a su madre. Segura estaba que la necesitaba. Algo malo ocurría.

Salo miro su arma y la sintió vibrar. Cristal le miro preocupado.

-¿Qué crees que haya pasado?-Pregunto y Salo no dijo nada. Obviamente todos estaban muertos. Preocupándose, actuando imprudentemente no les regresaría a la vida. Mejor seguir con la reunión y ya luego sabría que paso.

….

Brian y Judas seguían sentados en la mesa redonda, pese a estar inmóviles era claro que seguían preocupados. Marflow no regresaba, incluso Yuuki nervioso por no poder buscarla y no recibir señales de ella se comía las uñas.

El resto de los reyes se miraban cansado de la tonta espera.

-Empecemos- dijo Sebastián

El rey de oscuro y Dante tomaron asiento  en el puesto del rey de trueno y su consejero.

Daba inicio la reunión para decidir si era aceptado o no el rey de oscuro como legitimo rey de trueno.

….

Thor acompañado de su hijo miraba Celeste y caminaba en sus calles siendo observado por los pobladores. Los rumores corrían y las especulaciones también.

Frente a Mjolnir y la espada de fuego de Marflow. Thor empuño a Mjolnir y sin esfuerzo logro sacarla y mirarla fijamente. La primera de todas esas armas. La que en un inicio era un martillo que fue fragmentada para crear otras de habilidades similares, más no igualables a la original… sintió un dolor en su pecho. Culpa.

El infante miraba a su padre dudoso de seguirle. Esa arma olía a muerte. Muerte de varios demonios, simplemente dejo de sentirse seguro a su lado y también estaba preocupado por su madre.

-Solo hasta aquí puedo acompañarte…- dijo el niño y Thor le miro nerviosos, no quería dejarle ir. No. ¿Qué padre que ama a sus hijos acepta verles marchar a lo incierto con calma?

-quiero estar con mamá- concluyo el menor y Thor lo comprendió.

-Antes. ¿Puedes llevarme a otro lugar?-Pregunto y el menor asintió- Llévame a Trueno.

...

Fenrir alzaba la mirada sintiendo la esencia de su madre y otro ser poderoso. Sin dudar comenzó a correr en dicha dirección. No era posible evadir sus instintos. Era su madre  y de su existencia dependía la supervivencia de la especie.

Llegaron un por uno. Primero el menor con esa rara habilidad de transportarse de un lado a otro, la fuerza típica de un demonio y control sobre la magia.

“Jormundgender” Le nombro Thanos en memoria de su ultimo varón. Ikol no les puso mucho interés, su mirada seguía fija en las armas de los generales que enganchaba a su cinturón. Thanos le observo. 

-¿Estás seguro de esto?-Pregunto Ikol, el plan de repoblación era riesgoso. Había tenido dos hijos seguidos con dos humanos diferentes. Eso no era prudente. Terminaría teniendo consecuencias pues un hijo conllevaba un desgaste excesivo de energía, por algo tenían una norma de 10 años, cuando el celo por exceso de energía daba inicio. Fuera de este podían procrear, pero no era necesario por eso no lo hacían.

De la nada llegaba Fenrir que ante su madre desvanecía su forma de Lobo y se mostraba cual joven de 16 años mirando curioso a Thanos.

-¿Quién es él?-Interrogo sin pisca de vergüenza, con expresión altanera

-Tu padrastro- expuso Ikol acercándosele y acariciando su castaña cabellera, sin duda fuerte, más que Jormundgender, al compararlos era visible lo mucho que afectaba tener hijos seguidos pero… no había más salida. Alzo la mirada en dirección del cielo y allí la vio. Una sonrisa se formó. Su pequeña regresaba su lado, al menos a ella no había perdido en esa guerra. Se enfocó más en su decisión. 

-Solo somos cinco- repuso Ikol mirando a sus hijos y Thanos –Ellos millones excesivos para la tierra. Necesitamos más demonios -Concluyo. Marflow miro aterrada a su madre, sin duda lo era, pero era muy diferente a quien recordaba. La alegría de verla se convirtió en un suplicio pues no sabía que bando apoyar. Noto en el cinturón de su madre colgar cuatro espadas. Las reconoció por el sello del reino nieve. Cuatro generales de ese reino fueron muertos por su madre.

 

 

Próximo capitulo:

Choque de reyes.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).