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El Emperador y el pirata por reydelosPK2

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Un encuentro fugaz.


Quizás no era su día de suerte. Cuando llego al palco encontró a su mujer negociando unas telas con unos comerciantes. No le presto mucha atención a esta actividad, su mujer siempre se la pasaba de compras. A se sinceró prefería eso que soportarla. Si se casó con ella fue por contemplar esos ojos verdes que poseía la mujer, sin embargo era un rey y emperador muy exigente y no pasaba la noche con la misma mujer, su esposa debió acatar no tenía más opciones. Solo la poseyó la noche de bodas y nada más. Ganas de volverla a tocar no tenía. Un heredero tampoco le era necesario pues tenía una larga vida y muchos proyectos encima. Pero la mezquina mujer supo hacerse del afecto de Odín con quien solía quejarse constantemente por el abandono de su marido.  Ridículo era que su padre se metiera en su matrimonio pidiéndole que sea un marido ejemplar.


Ganas de reírsele en su cara tuvo pero se contuvo. No obstante si solo fuera eso no estaría de tan mal humor:


Ese día  presento su estrategia para invadir Celeste: fue rechazado por consejo. Esos viejos se interponían en sus intenciones. Matarlos uno por uno sería bueno de no ser por su padre que aun desde las sombras ejercía más poder que el suyo y obedecía las decisiones del consejo y protegía, alegando que un gobernante necesita oír a su gente y el consejo era la voz que los representaba.


“Viejos decadentes” así los llamaba Thor. Que ya planificaba la muerte de su padre pues aunque lo amase mucho era un impedimento a su grandeza. Suyo seria todo el conteniente. Ya había dado su palabra y su palabra era un hecho.


Miro a su esposa midiéndose un sinfín de telas. Imaginando que serían vestidos y mantas que resaltaran su belleza. De mera curiosidad se paró  apoyado sobre un pilar. Miraba sin mirar a los presentes, pensando como matar a su padre, si realmente tendría el valor de asesinarle y verle morir. Si la locura no sobrepasara su cordura y con este acto destruyera el único lazo que consideraba sagrado: la lealtad sanguínea.


-Su marido amara verla vestida con esta tela de durazno. Puede sentir su suavidad- replica Dante dando a  conocer sus dotes de comerciante para diversión de Loki, que le felicitaba metalmente, entraron fácilmente al palacio, Dante encajo a la perfección en el papel y no le extraño tenía experiencia.


Se hiso a un lado dejando a la emperatriz mirarse con más liberad en el espejo, y se apoyó sobre un pilar y allí noto la presencia de Thor mirándoles.


Su piel se enrizó al verlo. La cólera comenzaba  a invadirlo, más se obligó a calmarse recordando que aun estando solos matarlo no era seguro, en las puertas del palco y el resto del castillo estaba repleto de guardias. Serian atrapados y ejecutados, no arriesgaría la vida de Dante por su mero egoísmo.


Thor que les miraba noto como uno de los comerciantes se apoyaba en otro pilar y elevaba la mirada al descubrirlo, se veía algo sorprendido y no era para menos, la mayoría al verle siempre quedaba sorprendido. Sin embargo el mismo Thor también quedo algo curiosos.


Desde el incidente con los piratas raros eran los varones de ojos verdes y ahora mismo uno aparecía frete suyo.


Latamente comenzó a caminar en dirección de su mujer y los comerciantes


Loki trago saliva pero aun con nerviosismo mantuvo la calma acomodando algunas telas sobre la mesa para que la esposa del emperador eligiera las mejores.


-¿Qué compras?-Pregunto Thor disimulando así su acercamiento. Mirando a cada uno de los comerciantes y sobre todo tratando de acercarse al de ojos verdes. Deseaba ver que tan vedes y profundos eran. Sin duda los ojos verdes eran su pación. Si por los bellos ojos verdes de su mujer la desposo.


-Valla. Pensé que te habías olvidado que esposa tenías- reprocho la mujer claramente ardía con su marido


-No reclames mujer. ¡Responde de una buena vez!-Ordeno.


-No lo vez. Es obvio que compró telas para mis nuevos vestidos. Que por lo visto solo para lucirme sirvo en este sitio. Ni para engendrar a tu heredero me usas, sabrán los dioses con cuantas mujerzuelas me has engañado, pero recuerda lo que tu padre dijo: No aceptara bastardos… este matrimonio no es nada como lo imagine


-Mujer- replica Thor casado de sus reclamos. Estaba al borde de mandarla a ejecutar y esta no media sus palabras.


-Lamento interrumpir- repuso Loki al ver la tensión en del ambiente- si desea podemos retirarnos- repuso mirando al rubio que de la nada le tomo de la mano y el mentón mirándole fijamente. Sus ojos verdes eran tan profundos cual esmeraldas genuinas. Tan limpios y relucientes en aquellas orbitas amplias, resaltando por esas pestañas negras, finas y largas.


-¡Thor contrólate!- repuso su esposa conociendo el poco genio que tenía su marido- solo son comerciantes del reino Celeste


-Celeste…- replico Thor que tenía un ligero de javú, pues esos ojos era tan similares a los de ese pirata, pero no podía ser… era un comerciante de Celeste. Recordó la clara advertencia de su padre: ¡No admitiré más locura insensatas!… ¡¿Por el honor de tu palabra?!… Hijo mío olvídate de estos ya los mande a matar a todos. De seguro entre ellos estaba el bastardo pirata que buscabas


-Si. De celeste- dijo Dantes con molestia la ver el comportamiento de ese rey. Ahora entendía que los rumores no se equivocaban. Ese hombre era un déspota, un ser que no tenía respeto por nada ni nadie- me disculpo si causamos molestias ya no retiramos- dijo inclinándose. Mientras Loki a regañadientes lo imitaba tentado a degollar a ese molesto soberano de una maldita vez.


“Dante, Dantes…” replicaba Loki recordando que el menor no merecía la muerte, a diferencia de Thor el sí merecía gobernar pues lo haría con justicia y por Dante estaba dispuesto a retrasar su venganza.


-No- repuso Thor en tono severo y con la mirada puesta sobre Loki- se quedaran… compraremos toda sus telas pero deben quedarse- repuso y la reina quedo asombrada y miro a los comerciantes con detenimiento más que nada a Loki y al fin noto sus ojos verdes


-¡No!- Grito histérica- no me digas que aun sigues con tu locura. ¡Eres un enfermo!- acusaba con rabia y molestia. Aun su marido buscaba al hombre de ojos verdes y por mala suerte uno de los comerciantes tenía ojos verdes. Thor ya se había acostado con toda clase de mujeres por tener ojos verdes y de la nada aparecía este tio que feo no era. De hecho tenía rasgos finos y piel muy bien cuidada. Ya imaginaba las intenciones de su marido pues no lo mandaba  a ejecutar y arrancarle esos ojos como hizo con otros varones, les pedía quedarse- Son de otro Reino, no puedes hacer lo que se te venga en gana, recuerda que hay un tratado de tolerancia y respeto entre ambos reinos. Thor sea lo que sea que estés pensando no te atrevas que se lo digo a tu padre y veras que me da la razón- amenazaba la reina comenzando a correr cuando vio al rubio levar su mano en su dirección en símbolo de amenaza.


Corría por los pasillos y Thor detrás de ella. Sin duda esa mujer y su padre se volvían una molestia como el consejo. Todos le impedían moverse libremente. Todos debían desaparecer.


Dante y Loki se miraron comprendiendo que era hora de marcharse. Loki no arriesgaría el bienestar de Dante y Dante no arriesgaría el bienestar de Loki.


-Ahora comprendes porque es imposible el dialogo-Pregunto Loki ya en la embarcación a su pupilo


-Si-Repuso Dante decepcionado de ese gobernante. Podía ser por su juventud, pero Dante también era joven. Sin embargo comprendía el valor de una vida y Thor no- ¿por qué no me dijiste?  -Pregunto Dante- mejor dicho por que no me cuentas la razón de su obsesión. Cuando te conocí escapaste del reino trueno vestido de mujer ¿Cierto? Era por su obsesión… mandar a matar a tantas personas por tener ojos verdes… es un locura


-Es una historia tonta que no vale la pena recordar. Siempre habrá gobernantes cegados por el poder que no valora la vida de su pueblo. Esos gobernantes hay en abundancia y la historia se aburre de nombrarlos pues caerán está en su destino. Cuando el pueblo se canse de soportarlos y hacer intrigas en contra saldrá a flote algún golpe de estado. Pero eso no debe importarte. Tu eres diferente a ese gobernante, tu si te marcaras en la historia pues gobernantes prudentes y cocientes de que el poder de un reino se basa en el poder de su gente son pocos y tú eres uno de esos pocos Dante. 


-sí, si…-repuso Dante aun serio- eso no responde mi pregunta ¿Por qué no me dijiste?


 -¿Decirte que?- Loki bajo la cabeza al suelo mirando la cama de paja que tenían para descansar- que el loco emperador mando a encerrar a todos los jóvenes de ojos verdes por buscar ultimo pirata que deseaba ejecutar por atreverse a secuestrarlo. Que ganaría contándote que fue uno de tantos que escapo de Trueno para evitar la muerte.


Dante bajo la cabeza y negó levantándose y acercándose a Loki. Era menor que el moreno, pero solo con dos años. Ridículo le parecía que Loki le mintiera o guardara secretos siendo que este conocía todo de él. Se puso frente suyo y se arrodillo para quedar a su nivel. Recordar a ese emperador poniéndole las manos encima no le fue nada grato, menos recordar su insistencia con que se quedaran- Porque no me dijiste que tú eres ese pirata…-concluyo y aprovechando el asombro de Loki le dio un beso en la boca- no vuelvas a esconderme nada soy tu rey- concluyo mientras Loki se quedaba petrificado sin comprender ¿qué demonios había pasado con exactitud?. ¿Cómo pasaban de un reclamo a un beso?.


-Dante… Eso- trato de hablarle pero el castaño ya se había cubierto con las sabanas y fingido dormir. El menor tampoco tenía ganas de explicarle porque diantres le beso. Solo se le vino en gana


-¡Dante!- reclamaba Loki pero después de unos segundos también se recostó en su lecho y durmió. Decidió que no era nada importante. 


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