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El Emperador y el pirata por reydelosPK2

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Traición


Aly, la  esposa de Thor, la mujer que Odín acepto a regañadientes al ser hija de un simple campesino, pero que con los meses supo ganarse su cariño y comprensión.


Aly mujer de cabellera rubia y ojos verdes, belleza sobresaliente y una educación aceptable, con un raciocinio adelantado a la época. Acepto ser la mujer de Thor porque deseaba mejorar su nación y para ello era necesario cambiar la mentalidad del nuevo emperador que lentamente se ganaba mala fama. Thor desde su secuestro y la masacre de los piratas, no hizo más que una cadena de escándalos que lo enmarcaron como un soberano déspota, que no tenía el mínimo de consideración por los reinos que gobernaba y poseía una ambición que presagiaba guerras con los demás reinos. 


Domar a esa bestia era algo imposible, pero Aly creía poder hacerlo, sin embargo habían sucesos que la dejaban perpleja: Aly pretendía excusar a su marido socialmente, decir que se debía al trauma del secuestro, pero la desdichada llego a oír los comentarios de su marido entre risas y borracheras: se la paso divertido con los piratas… Eran buenos amigos de copas mientras esperaba el rescate. En pocas palabras no sufrió nada, solo estuvo encadenado.


Decepción. Eso sintió de entender que su marido era un demente sin motivos. Uno de esos seres nacidos de la maldad con el fin de esparcirla por el mundo. Tantas locuras y manías. Pero la de los ojos verdes era la que más detestaba como mujer, pues Thor se acostaba con toda mujer del reino que tuviera ojos verdes. Le era infiel, solo la noche de bodas la tomo. Si… mucha era su pena y mucho su rencor que cargaba Aly y aun contando con la protección de Odín y el valor que descubrió para enfrentar a su marido, nada la preparo para esa noche:  


De la nada su marido aun furioso la tomo de los cabellos y llevo a rastras a su habitación.  


La razón: Se fueron.


Cuando Thor pregunto por los comerciantes el guardia le informó que estos se marcharon. Nuevamente perdía algo y nuevamente era por culpa de esos dos. Miro a su mujer y a su padre serio, no dijo nada se contuvo comprendiendo que actuar de forma directa no era propio, pero de que ambos debían morir debían hacerlo de una buenas vez. Un imperio no necesita dos emperadores.


No podía ser tan obvio pero tampoco dejaría que la imprudencia de su mujer prosiguiera afectándole, esa misma noche le enseñaría lo que es la obediencia. Si su mujer se quejaba tanto de su abandono… bueno ¡que se atenga a las consecuencias!


La tomo del pelo y arrojo sobre el lecho para después proceder a desvestirse mientras ella lo miraba entre miedo y resignación.


“Al menos podre tener al heredero… ¡dioses, por favor déjeme generar vida, es lo único que pido. Este reino necesita un soberano digno no está bestia!” Rogo mentalmente Aly.


Sintió como la mano grande y gruesa de Thor la tomaba del cuello y hundía sobre el colchón casi ahogándola por la falta de aire. Thor sin cuidado alguno solo levanto sus faldas y la penetro sin aviso o cuidado alguno. No en la vagina sino por el ano mismo. No con sutileza, todo lo contrario con clara violencia hasta llenar sus intestinos y ver la sangre salir de sus interior. Una y otra vez Aly sintió cual látigos ese choque de sus nalgas con las caderas de su marido. Sintió como sus uñas se clavan en su cuello cerca de su nuca… creyó que moriría. Y es que ni consuelo tenía el poder quedar en cinta. Ni siquiera eso.


-¡PIEDAD! ¡PIEDAD!-Gritaba la mujer con la cara empapada por el llanto y el sudor. Intenso era el dolor, tan agudo y desconocido. Jamás fue tomada de esa forma, jamás por ese orificio y tampoco en esa pose tan humillante.


-¡Tanto te quejas que no te tomo. Ahora aguántate maldita perra! –Reprochaba Thor acusándola de ser la única responsable de su trato.


-Al menos…- rogo entre sollozos- al menos tómame como mujer… quiero un hijo y no volveré a molestarte jamás. No volveré a interponerme en tu camino…- rogaba Aly.


Thor que no se dignaba a verle la cara, menos escuchar sus suplicas. Solo contemplo su espalda bien formada y esbelta. Su cabellera dorada esparcida en todas las direcciones. Sin quererlo recordó al comerciante de ojos verdes recordando que este también era delgado, estéticamente agradable… sus cabellos negros y largos hasta los hombros. Y sobre todo recordando que un hombre también tiene ano.


De la nada la imagen de ese hombre remplazaba a su esposa. Mirarlo bajo suyo, sodomizado por su hombría nuevamente lo estimulo. Si alguna vez condeno ese tipo de relaciones entre dos personas del mismo sexo. Ahora mismo nacía un deseo… el deseo de tener ese hombre de ojos verdes en su lecho y si se sentía bien como en su imaginación mantenerlo a su lado hasta que se aburra.


Lentamente los esquemas primarios de su mente se rompían y eran remplazados por nuevos: si alguna vez considero indigno que un gobernante como él se acostara con una mujer más de una vez, esa noche tenia sexo con Aly por segunda vez. Si alguna vez creyó que dos hombres era algo indigno… Ahora mismo una nueva pretensión se convertía en una obsesión que adquiría forma, rostro y acción.


Cuando despertó de sus fantasías miro a su mujer que caía inconsciente en el lecho. Si la mataba ahora no serviría, Odín lo castigaría, aún tenía el poder, era a muchos ojos el verdadero emperador. Primero debía matar a Odín, constatarse como el verdadero emperador.



Al despertar Aly y verse sola miro las sabanas ensangrentadas, su entre piernas manchadas con sangre y semen y su dignidad destruida. Lucho por ponerse en pie. Con solo una sábana cubriendo parte de su humanidad, torpemente y adolorida camino en dirección del balcón.


La idea de lanzarse y acabar con su agonía fue tentadora, pero el sol al amanecer bañando las casas de trueno con ese color naranja despertó en ella un sentimiento que se antepuso a su dolor. Sintió que estos eran sus hijos y como su madre debía protegerlos de ese padre grotesco: Debía matar a Thor. No había más salida. Sus hijos la necesitaban y ella debía protegerlos.



Ridículo. Así sintió el destino. Amador era un boticario afamado en Trueno por su destreza en la fabricación de pociones. Si se dedicaba a realizar pociones sanadoras y revitalizantes para Odín y también tenía fama de otros trabajos para los consejeros jamás espero tal petición de la pareja real a diferentes tiempos y bajo un mismo matiz: el asesinato.


El primero que entro en su pequeño hogar fue Thor que con espada en mano ordeno un veneno efectivo.


La segunda fue Aly que acudió por la noche con ojos hinchados, evidencia de llanto y algunos moretones en el cuello que pese a su manto eran visibles.


-Quieran un veneno que sea efectivo y no deje rastros… algo que se asemeje un evento trágico y natural… ¿Comprende?


Para Amador llegar a una conclusión no fue nada difícil. A su entender ambos deseaban matarse. La cuestión era: Para el ¿Cuál de los dos merecía la muerte?


Entrego a Thor un veneno ligero y Aly un veneno mortal. Así el emperador vería a su esposa agonizante y se creería triunfante. Mas cuando el tomara el veneno moriría y nadie podría acusar a Aly de la muerte del emperador pues ella también era víctima. Y aun siendo Amador puesto en prisión no sería ejecutado. Conocía a Thor, como fácilmente se deshacía de aquello que consideraba una amenaza, lo demostró con los piratas. Si le daba el veneno, si empezaban las investigaciones: sin pena ni asco Thor lo mandaría a ejecutar.


Aly por su parte era más calmada y asumía responsabilidad de sus acciones, solo lo mandaría a encerrar y en algún momento le liberaría, su vida no estaría en peligro.


En definitiva nadie quería a Thor. Todos le temían y comprendían que después de que Odín muriera nada detendría a semejante tirano. Problemas y guarreas eran el futuro que les esperaban.



Ambos se miraron con claro enfado. En la mesa solo estaban los tres listos para la cena y los sirvientes parados atentos a servir los alimentos.


Aly dispuso el veneno en la cerveza que acompañaba la cena de Thor. Thor puso el veneno en el vino de su padre. Los tres se miraron fijamente. Era clara la tención pues Odín se enteró de lo ocurrido en el lecho y estaba molesto con su hijo por su comportamiento. Aly seguía resentida con Thor y Thor seguía con su expresión seria. Para Odín imposible sospechar que su hijo trataba de matarlo.


Los sirvientes comenzaron a servir la cena, otros tres traían las bebidas.


Aly miro con terror como el destino se burlaba de ella. Pues el sirviente que traía la cerveza de su marido tropezaba y esta caía al suelo. Sus ojos se abrían a más no poder, pero se controló pues solo era el primer intento, se animó.


El sirviente procedió rápidamente a traer otra copa de cerveza.


Otros dos sirvientes atrajeron las bebidas de Odín y Aly, con rapidez y miedo latente el sirviente torpe traía otro vaso de cerveza. Thor no se hizo esperar y descargaba sus frustraciones contra el tope sirviente dándole patadas, arrojándole con la nueva copa de cerveza y gritándole insultos severos. Odín se paró golpeando la meza exigiendo que se comportara.


Los otros dos sirvientes pusieron las bebidas en su sitio y marcharon a un costado. Ya más calmados la familia real cenaba y bebía. Y al concluir ocurría lo inevitable:


Odín caía sobre el suelo combustionando. Mientras Aly saltaba del susto a su lado para tratar de ayudarle.


Odín cayó en un largo sueño, del cual parecía jamás despertar. Aly se mantuvo a su lado como la nuera devota.


Rápidamente en cuestión de días legaban uno por uno los reyes que componían el imperio de Asgar. Los doce nobles acompañados por sus consejeros. Todos presentes para la proclamación de Thor como único emperador y también para otros asuntos.



Uno a uno los reyes llegaban y sus consejeros. Los reyes que conformaron ese imperio tras la guerra de los 500 contra el continente norte. Varios de estos eran hijos o nietos de los compañeros de armas de Odín. Muchos de estos eran desconocidos para Thor, pues solo los consejeros irrumpían en trueno una vez por mes para la junta.


-Quieres que te cuente una historia-Repuso Saqra el consejero de fuego a la reina y aun adolecente Marflow que lo miraba sin mostrar mucho interés.


-Ese emperador ama los ojos verdes… sabes ¿por qué?


-ese emperador solo es un fastidio en mis planes…- Repuso la adolecente- si crees que usare mis ojos para llamar su atención y convertirme en la nueva esposa. Estas en un error- Remato apuntándole con su espada- yo no nací para calentar el lecho de nadie. Yo nací para gobernar y como fénix me veras ser la emperatriz no de este continente: del mundo entero.


Saqra parpadeaba varias veces… La ambición de la adolecente princesa era por no exagerar: ridícula.


-Solo compórtate y creo que todo saldrá bien- repuso Saqra derrotado.


Marflow reina de fuego, de 17 años controlaba la magia de fuego y la oscura. Ágil con la espada. Denominada en su reino como la hija de Hela.



Brian de 29 años Rey de Zafiro, de cabellera castaña y ojos rojos, bostezaba según su carruaje llegaba al palacio de trueno. De todos los reinos el más rico en piedras preciosas y oro. Un reino basado en la minería y la tecnología, donde todos sus habitantes solo podían ser obreros o intelectuales. No existían más opciones.   


Teodoro su consejero de 97 años dormía plácidamente, el viaje fue largo y cansado.



Sebastián de 27 años, ojos marrones y cabellera negra. Rey de neblina. Leía su libro tratando de aprender el idioma del reino trueno. Mientras su consejero Setarcos.



Salo rey de Nieve. De 79 años, su cabellera ya era blanca y sus ojos grises por las cataratas. No tuvo descendencia alguna. Tampoco consejero, él era el rey y el consejero. Poseedor de un cuerpo esquelético recubierto de prendas de piel de oso. Parecía que un solo toque podía bastar para matarlo. Su reino considerado el más débil y el menos deseable a habitar por los fríos extremos.



Saburu, 43. Ojos plateados y cabellera negra. Rey del reino verde. Rey y hombre misteriosos como su mismo reino que casi no se manifestaba en las reuniones del consejo. Su consejero era Notalp. Miro el castillo de Trueno, al igual que el resto de los demás reyes sabían que tipo de fama tenía el nuevo emperador. Y suponían que Odín no cayó enfermo por simple coincidencia.    



Judas, 30 rey de Pompeya, Cabellera verde ojos celestes. Su consejero Roodlab 63 años.



Hikato, rey de la planicie, 40 años. Consejero Detas 87 años.       


Y el resto de los reyes y consejeros llegaban. Después de más de cincuenta años al fin se reunían todos los reyes y sus consejeros sin mencionar sus generales.


………………….


Loki miraba furiosos esos anuncios. Jamás creyó que ese viaje los pusiera en jaque. Solo se perdieron tres semanas. Sin embargo Deonela aprovechó su ausencia y la repentina muerte del Rey. Al llegar quedaron parados en la costa, pues miraron las pancartas con sus caras. Eran  buscados con el fin de ser asesinados.


-No digas nada- repuso Dante al ver la mirada acusadora de Loki, después de todo su travesía no hubiera ocurrido de no ser por la insistencia de Dante- No te recuerdo poniendo negativas en quedarnos. Parecías animado en realizar la travesía


-solo quería que entendieras la clase de emperador que era. No que nos perdiéramos tres semanas en tonterías


-¡Tonterías!… ¿Ahora las llamas así?- criticaba Dante, pues durante la semana restante de su viaje, se la pasaron navegando las costas de su reino. Loki emocionado le mostraba  a Dante los lugares de escondite que usaban los piratas para burlar a los del reino Trueno. Dante más que complacido de hallar un tiempo de ser lo que realmente eran: jóvenes. Y revivir con Loki los tiempos amenos tampoco se mostró deseoso de regresar y al hacerlo se toparon con la cruda realidad: Camarón que se duerme se lo lleva la corriente.


-Ya cállate- Loki exigió mientras caminaba analizando una forma de regresar a palacio y encontrarse con los cinco generales y el consejo del reino. Sabía que ellos podían nombrar a Dante como rey tras la muerte de su padre. Solo debía convencerles que era lo mejor. Siendo Deonela la nueva reina de Celeste, el imperio de Asgar no dudaría en atacarlos sin pena ni asco. Thor era machista y sabiendo que una mujer gobernaba Celeste con más ganas atacaría.


Si. Ese era un buen punto de vista. Ahora mismo eran buscados por caza recompensas solo era por la manía de Deonela que querer matar a Dante. Aún tenía solución.


De la nada Loki sintió como Dante le abrazaba por la espalda. Ese chico aún mantenía manías de niño y supuso que lo miraba como una especie de imagen paterna o materna… Esto era solo otro simple acto de afecto inocente. Así lo catalogo.


-Oye Loki- repuso en tono suave- y si solo lo dejamos así… tenemos algo de dinero… podríamos irnos a otro reino, otro continente… empezar de cero: yo, sabes que se trabajar. Tu podrías también ser profesor… seriamos libres de todo tipo de ataduras.


Loki comprendía las palabras de su pupilo y sus miedos, pero no podía dejarle renunciar.


-Eres el heredero. Sabes lo que pasara de ahora en adelante… Si Deonela toma el reino seremos atacados. No es algo que podamos ignorar. Hablamos de gente inocente. De tu madre, del reino.


-Sí, pero Deonela no es mala persona. Solo esta resentida por el tipo de gobierno y también por ser menos preciada por ser mujer. A mí no me importaría que ella fuera reina, es capaz y conoce el puesto, mejor de lo que yo podría conocerlo.


Loki se soltaba y suspiraba pesadamente para ponerle los dedos sobre la nariz antes de jalársela. Dante se comportaba como niño chiquito. No le extraño, siempre fue blando, con ese carácter tenue que no albergaba rencor alguno contra su padre o Deonela.


-No se trata de quien sería mejor rey. Se trata de supervivencia. Thor arrasara con todo. Las mujeres serán violadas vendidas como esclavas. Los hombres puestos  a trabajar en las minas de Zafiro… arrasaran con la riqueza y las tierras. ¿Quieres eso?


Dante bajo la mirada. No  era tonto, pero en ese trayecto algo nacía en su interior, algo muy grande: el deseo de estar junto a Loki para siempre. Siendo rey no sería posible pues tarde o temprano le exigirían heredero, lo comprometerían con alguna nobel o reina vecina… aunque hiciera un buen trabajo como gobernante no podría estar con Loki, no siendo rey. No estando a la vista fija de todos.


Suspiro pesadamente. El deber o el amor. Dos caminos complejos y ninguno le garantizaba felicidad.


Como rey renunciaba a Loki.


Como hombre libre cargaría con la culpa de su reino destruido.


-Ok…- repuso Dante mirando a Loki fijamente para dejar caer su cabeza sobre el hombro del moreno- pero hasta que regrese a ser rey tú serás mío. Promételo


Loki arqueo las cejas sin comprender. Ya era su consejero, maestro y amigo. No entendía las palabras de Dante, pero bueno no debía ser nada fuera del otro mundo.


-es un trato- repuso el moreno poniéndose en marcha y Dante negaba con la cabeza. Loki era listo, fuerte y muy astuto, pero para esto que le proponía: un incauto.


Suspiro y se conformó con saber que ya había dado su palabra y esa noche no le dejaría retractarse. Miro el sol en lo alto y rio. Esa noche Loki comprendería que sus palabras y acciones no eran tan inocentes y nobles como se creía. Ya no era un niño. Era un hombre.


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