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Love in trouble por Leviathan

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Notas del capitulo:

Este es el momento en el que digo que demoro años en actualizar :v

No es como si esperara un gran recibimiento luego de haberse marchado, pero tenía razones para marcharse y ahora que todo estaba bien, había regresado.


Esperó unos cuantos golpes de su parte, un par de insultos o algún otro tipo de agresión. Pero ver a su enemigo tirándole los perros a SU esposo fue todo lo que no esperó. Por la situación pudo ver claramente que Yugi no se involucraría con un tío egocéntrico como ese idiota, pero alejarlo era imposible.


Ahí entraba él.


Camino a paso largo hasta llegar y los separó bruscamente, dejó a Yugi detrás suyo y empujo a Kaiba.


-¿Qué crees que haces, maldito?- Yami gritó con furia.


-Eso debería preguntarte yo, ¿Esposo? ¿Desde cuando te pertenece?- Seto mantuvo la compostura y le habló con toda la parsimonia que le caracteriza a los de su calaña.


-Desde siempre, así que por favor, piérdete.- 


Antes de que Kaiba pudiera responder, lo interrumpió el sonido de un teléfono.


-Luego me encargaré de ti, querido Yugi, pero ahora tengo algo más urgente que atender.-


Se metió en su auto y se fue.


-¿Desde cuándo ese imbécil está molestándote?- Ni siquiera volteó a mirarlo, se sentía sumamente furioso. 


Yugi lo miró sorprendido, pero ¿Qué se creía?


-Ese no es tu problema.- 


-Claro que es mi problema, por Ra, ¡Claro que es mi maldito problema!- La clavícula de Yami estaba notoriamente tensa, era alguien de temer cuando estaba fuera de si y era capaz de cualquier cosa.


-¡Dejó de ser tu problema cuando te largaste de mi vida!- Yugi gritó -¡NO TE CREAS CON EL DERECHO DE MANDAR SOBRE MÍ POR TAN SOLO APARECERTE!- Tembló, superado por las emociones tan fuertes que experimentaba, empujó a Yami y se largó sin esperar respuesta.


-¡No creas que esto se quedará así!-


Soltó un alarido de rabia, Kaiba no iba a estar rondando a su esposo mientras él estuviera ahí para evitarlo.  Volvió a paso largo hacia el vehículo que había guardado a unas cuadras por algunos asuntos que debía atender. Seguramente su socio a esas alturas ya se habría marchado de tanto esperarle, luego lo llamaría para arreglarlo todo y cuadrar una nueva cita. Tomó las llaves que reclamó y se subió.


-¡Maldición!- Exclamó mientras golpeaba el volante. Sacó el móvil, tecleó un par de cosas y luego se puso en marcha.


 


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-¿Pero quién se cree ese idiota?- 


Yugi estaba dando vueltas en su cuarto vociferando maldiciones y dejando salir toda su frustración. El móvil le sonó unas cuantas veces hasta que decidió contestar. Tomando aire para no gritarle al que estuviera al otro lado de la línea presionó el botón.


-¿Sí?-


-Hey, Yug.- Una suave voz le respondió al otro lado mientras se escuchaba un leve forcejeo.


-Hola Ryo, ¿Qué sucede?-


-¡Basta, Bakura! ¡Esto es importante!- Escuchó un par de risas y otra voz hablando -Siento que le prestas más atención a ese renacuajo que a mi.-


La pelea entre los otros tomo un par de minutos entre "No es verdad, yo solo te amo a tí" y más melosidades hasta que retomó nuevamente el teléfono. Aunque no lo dijera en voz alta, eso le bajó un poco los humos hasta que ya no sentía la necesidad de golpear a algo o especialmente, a alguien.


-Perdona eso Yug, ese Bakura es un celópata.- Río mientras Bakura soltaba quejas.


-Es verdad.- Yugi lo imitó.


-Bueno, Yug, lo que iba a contarte es que tenemos trabajo esta noche. La jefa llamó hace un rato y he avisado a los que he podido, va a ser concurrida.- 


-¿Por qué tan de repente?-


-Tíos ricos, le dieron una gran suma de dinero a la jefa por rentar el lugar. Aparte de eso, te pidieron exclusivamente a ti, Yug.-


Yugi sintió un escalofrío, tuvo un mal presentimiento.


-¿A-A mi? ¿Por qué?- La voz le salió un poco entrecortada.


-Ni idea, tal vez sea uno de esos tantos pretendientes multimillonarios que te lamen el culo.-


-¡Ryo!- Yugi se quejó mientras Ryo soltaba la carcajada.


-Sabes que es verdad, no sé de que te quejas.-


-Todos son unos imbéciles, ya sabes.-


-Para mi no es ningún imbécil el que me quiera robar para llevarme de vacaciones a otro país.- 


-¡Interesado!- Ambos rieron, su amigo era un caso particular.


-Espero que Bakura no halla escuchado eso...- 


-Te oí, mañana no te levantarás de la cama.- La voz de Bakura se escuchaba lejos, pero lo escuchó perfectamente.


-Ups.- 


Luego de eso se despidieron y colgó. Puso el móvil en la mesita de noche y se tiró en su cama para conciliar un rato el sueño. Si era lo que pensaba, iba a ser una noche muy fatídica. 


 


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Fue uno de los primeros en llegar al establecimiento, saludo a unos cuantos compañeros de trabajo y empezó a prepararse. 


Poco a poco empezó a escuchar el bullicio fuera de la cocina y una suave música clásica, típico de los ricachones fingiendo modestia y buen gusto que tanto Yugi aprendió a detestar. Hizo una mueca e intentó ignorarlo. Ryo llegó unos minutos después, se le notaba algo cansado y solo bastó un "Bakura no tuvo piedad" para que entendiera todo.


-Parecen conejos...-


-Y fue increíble.-


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-Lamento mucho haber tenido que faltar a nuestra reunión la última vez, señor Pegasus.- 


-No son necesarias las formalidades, Atem, después de todo, tu y yo somos buenos socios. !Ilusiones Industriales va con viento en popa!- 


Atem fingió una sonrisa ante el numerito del magnate, era todo un personaje frente a la sociedad y le gustaba acaparar la atención. Unas cuantas miradas ya se habían posado en él desde que habían ingresado al local.


Fue fácil obtener la noche allí, un par de contactos y una gran suma de dinero fue lo que invirtió para tener una excusa y hablar con su marido. Era hora de poner las cartas sobre la mesa. Tenía un plan y todo estaba marchando conforme lo planeó. En unas cuantas semanas, conforme sus cálculos, sacaría a Kaiba de la partida, compraría un par de cadenas para mantener un flujo estable de ingresos y...


Yugi sería suyo nuevamente.

Notas finales:

Y que los capitulos son cortos, pero hay que ser pacientes!


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