Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Excusas en tinta por Ilusion-Gris

[Reviews - 21]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Estaba a unos cuantos pasos, más cerca de lo que jamás estuvo, pero algo no andaba bien. La ignorancia puede ser mejor opción, desconocer su origen quizá le garantice felicidad. ¿Qué es la felicidad? ¿No es aquella falsa ilusión a la que se aferra como si de no hacerlo caería a una especie de infierno en vida? Bueno, tenía miedo. Permítanle no siempre estar bajo control.

[...]

Un puente colgante, tres Jotuns en la torre izquierda, otros dos en la derecha, cuatro frente a la gran puerta, dos horas para irrumpir, encontrar información secreta de aquel mundo, leerla, memorizar lo más relevante y ellos en realidad disponían con prácticamente nada de tiempo para armar una estrategia ingeniosa.

—Debiste dormir cuando tuviste oportunidad —murmuró más para sí, ya era demasiado tarde para advertirle al menor.

—No te preocupes, aún tengo energía. —Desaparecieron, pero las huellas que dejaban sus pasos los delataban. Tenían que andar con cuidado.

—Intenta no llamar la atención —le aconsejó lo obvio, demasiado acostumbrado a dar órdenes y un poco impotente ante la situación.

Loki quería suspirar, pero de hacerlo quizá lo arruinaría.

[...]

Lograron ingresar con éxito, la fortaleza era de impresionante tamaño, con paredes sólidas y pasillos sombríos, se sentían como roedores. Se sumaron al silencio y con paciencia infinita buscaron hasta en el último rincón. La habitación con cerradura llamó su atención, claro, era la única con una. El rubio sonrió satisfecho al verla, la tomó entre sus manos y con un fuerte apretón la destruyó.

—Creo haber escuchado claramente, de tus labios, que actuáramos con prudencia —susurró Loki.

—Sí, pero entre más rápido salgamos menos sospecharán de nosotros —dijo mientras recargaba su peso en la puerta y con un gesto le indicó a Loki que lo siguiera.

Dentro no estaba más cálido, de hecho tuvo la impresión de que allí surgía el frío mismo. Al cerrar el hechizo de Loki se desvaneció, era poderoso, pero tenía un límite y se estaba acercando peligrosamente.

Era curiosa la forma en que las partículas que flotaban en el aire parecían contener luz propia, una de color azul. Sin mediar palabra observaron el interior. Era una sala inmensa, con pilas de libros en el suelo y una fina capa de polvo cubriendo todo. Thor enseguida se agachó y hojeó el primero a su alcance. En cambio, Loki se quedó ahí de pie, agudizando sus sentidos y percibiendo la energía que provenía de los libros, la que emanaba de la materia con que fue creada, pero sobre todo, intentó identificar aquella que permaneció impregnada de otros seres al tocar las hojas, al ser descubierto su contenido, toda combinación de emociones de la que una pequeña parte se adhirió como segunda piel. Fue una especie de pergamino el que le atrajo, se acercó con la sensación de querer destruirlo antes de leerlo.

—Démonos prisa —apremió al ver al menor titubear.

¿Cómo es que un Jotun como él no tenía la figura apropiada de su raza? Era el hijo de Laufey, pero ¿quién era su madre? Por un momento todo a su alrededor se desdibujó, solo existía el pergamino y él.

—¿Qué estás haciendo? —Elevó un poco la voz al sentirse ignorado—. No es el momento adecuado para gastar una de tus jugarretas...

Se mantuvo muy quieto, perdido entre mil pensamientos, abrumado por nuevas ideas que aparecían sin consideración en su mente y con espíritu subyugado permaneció así hasta que el calor de Thor lo envolvió.

—Loki. —Lo tomó del brazo y lo enfrentó con la mirada.

—¿Encontraste algo? —preguntó al regresar a la realidad.

—Aún no... —Lo observó con atención, lucía agotado, de los cinco era el menor quién más había trabajado, utilizó su magia en todo momento, no quería ser indiferente a su esfuerzo—. Quédate junto a la puerta, si escuchas algo me avisas, yo estaré buscando.

—Hay mucho material para ti solo, y después de todo, yo me entiendo mejor con los libros. —Sonó convincente.

—Lo sé —admitió y lo soltó, pero se prometió que cuando salieran de aquel mundo y regresaran de Vanaheim, lo haría tomar un descanso.

Continuaron en su búsqueda, con el tiempo medido y sin pasar nada por alto. Almacenando en sus memorias aquello que creían relevante. Loki escondió en uno de sus bolsillos el pergamino.

[...]

El camino de regreso a Asgard les tomó más tiempo, una tormenta azotó aquel gélido mundo. Los tres guerreros ya los esperaban y juntos regresaron a la isla por la nave.

[...]

El aire del que gozaban los Vanir era reconfortante, ese mundo a comparación del suyo podría considerarse como mejor. Jotunheim, el mundo de los gigantes de hielo, era habitado por una raza que fue temible y poderosa, el frío y las imponentes montañas los hizo lucir amenazantes y formidables, ahora solo como desafortunados, una pobre raza sin parte ni suerte.

Llevó los brazos detrás de su cabeza para utilizarlos como almohada, con los ojos cerrados incitó a que le embargara el sueño, pero este parecía rehusarse a llegar. La ansiedad aumentaba y le impedía relajarse para conciliar el tan merecido descanso. No era novedad lo mucho que ponía de sí para ayudar a Asgard, todos podrían considerar su cooperación como odiosa, no los culpaba, era el ser más taimado de entre los Aesir, pero al final no podía dejar de planear y opinar para solucionar cualquier situación que enfrentara el mundo donde creció. Estaba en su naturaleza resguardar lo que creía suyo.

¿Debía leer el pergamino? ¿Descubriría algo que realmente quería saber? Resignándose a que no podría hacer nada bien hasta por fin terminar con todas las dudas que le carcomían, se armó de valor y asegurándose que los otros dormían profundamente, se fue a un rincón de la habitación donde desenrolló aquel viejo pedazo de papel que podría cambiar por completo su razón de existencia.

De pequeños Odín les enseñó, a Thor y a él, a interpretar diferentes lenguas, nunca creyó que el motivo por el cuál se le daba tan bien el de los gigantes tuviera un significado oculto. Quizá si tenía contacto directo con uno de ellos algo en su cuerpo reaccionaría, tal vez si poseía el poder del cofre de los antiguos inviernos se accionaría alguna clase de energía oculta en su interior, y él por fin encajaría por completo.

Dejó de pensar y se concentró en la escasa información que robó:

«Loki hijo del rey Laufey y de Farbauti. Las nornas de los gigantes reservaron una vida para él llena de vicisitudes, condenado a enfrentar una serie de circunstancias cambiantes, eventos alternativos que son favorables y adversos, positivos y negativos, buenos y malos, desdicha y honor a un precio desconocido, sin forma de controlar, una desgracia para el reino. Las tres nornas que vigilan el pozo y procuran las raíces de Yggdrasil, Urd (pasado), Verdandi (presente, devenir) y Skuld (futuro, intenciones) decidieron que Loki Laufeyson estaba destinado a traer calamidades. Su padre decidió abandonarlo durante la guerra en uno de los templos para dejarlo morir por su inusual tamaño y su porvenir fatídico. Al perder la guerra buscó su cadáver, pero no lo halló y ahora se desconoce su paradero, se considera muerto para todos los Jotuns que sobrevivieron. »

[...]

Thor mandó a todos a descansar y como la primera noche de su misión, él se encargó de vigilar y velar por ellos. Ya no temía a Atali, sabía de qué forma enfrentarla, y quizá, todo aquel caos se resolvería en poco tiempo. Escuchó el viento susurrar de aquella extraña forma y la rama ceder un poco ante un nuevo peso.

—¿Cuántas veces tengo que pedirte que vayas a dormir? —Intentó sonar severo, pero no escuchó respuesta y giró para ver al menor.

Ya sabía que era él, pensó que se debía a que inconscientemente reconocía el ritmo de su respiración, uno apacible, podría ser que se tratara de su olor, que su nariz lo percibía con facilidad, o quizá simplemente se debía a todo el tiempo que llevaban juntos, largos siglos como hermanos.

Los ojos verdes resplandecieron en la oscuridad, su piel blanca en contraste, en completo silencio como nunca creyó algún día podría permanecer.

Había una pequeña voz en su cabeza, una que contradecía sus pensamientos, Thor quería apartar la mirada, pero el azul glacial brilló ante Loki.

El más delgado mantenía las manos detrás de su espalda, con una fina capa de ropa encima, aquella que utilizaba debajo de su traje, tenía la punta de su nariz y de sus dedos muy helados, su cabello danzaba por su cara con libertad. Esta vez no había una intención oculta en sus actos, no quería molestar a Thor como antes lo hizo, no deseaba jugar fingiendo que no le aterraba perder o ganar. Solo anheló verlo, como una necesidad que surgió sin aviso, quizá algún consuelo al saber que su destino estaba pactado, que su padre prefirió matarlo, que era una pesada carga para cualquiera que se quedara a su lado. Nadie querría a alguien como a Loki, ¿quién podría confiar en semejante ser inestable? No iba a lamentarse y maldecir, no pretendía causar pena ni conmover al mayor con su tristeza. Tan solo quería mirarlo, mirarlo tanto hasta que sus ojos no lo soportaran y por fin cayera en la inconsciencia.

—Gracias por llevarme a Jotunheim, por confiar en mi plan... —No era capaz de continuar hablando cuando Loki carecía de expresión.

¿Qué se supone que debía hacer? Esa voz le gritaba que intentara regresarle a su forma habitual, pero no sabía cómo. Ya no era igual, ya no era su hermano. Concluyó. Negó con la cabeza para apartar aquel pensamiento.

—Anda, necesitamos de tu ayuda mañana, es mejor que recuperes fuerzas. —Giró la cabeza en dirección al bosque y pretendió olvidar a Loki.

—Thor, ¿el hijo de un enemigo podría ser tu amigo?

Su entrecejo se arrugó.

—No lo creo, no tiene sentido... A menos que ninguno sepa la verdadera identidad del contrario.

—¿Y si uno lo sabe? —preguntó con calma.

—Creo que sus intenciones podrían con facilidad cambiar —guardó silencio unos segundos y después continuó explicando—, la amistad tendría la cualidad de ser frágil, con solo un golpe todo podría invertirse.

Meditó en silencio sus palabras, no comprendía a Odín, tomando algo más que el cofre, sino, también a uno de los gigantes. ¿Qué tramaba?

—¿Pasó algo contigo? —Se atrevió a cuestionarle.

Sonrió y contrario a lo que esperaba dio la vuelta para regresar a la cabaña. Por encima del hombro habló:

—Los Jotuns son impredecibles, será mejor que estemos preparados para mañana.

Notas finales:

Antes que nada... ¡Lamento tardar tanto en subir la segunda parte (y encima corto)!, pero el siguiente será más largo y más intenso, ahora Loki necesitaba un poco de espacio para pensar en lo que descubrió y Thor comienza a tener la vaga sensación de que no son hermanos. 

 

Cambiando de tema, sí, me costó horrores escribir. ¡Gracias por leer y me alegra tanto que más personas se animen a dejar un comentario (eso es tan lindo y me siento afortunada)!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).