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Excusas en tinta por Ilusion-Gris

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Volvió a caer inconsciente, en esta ocasión, sin ninguna clase de recuerdo ni pesadilla que perturbara su letargo. Tan solo, fue como si regresara en medio del espacio, en un viaje sin rumbo ni fin.

[...]

—No es un æsir —pronunció una voz grave y profunda.

—Es el hijo menor de Odín... —aclaró consternado. Estaba muy seguro que el ser que recogió era aquel que mató a Laufey y traicionó a Thor—. Sin duda es él, mi señor...

Sin bajar de su trono observó desde arriba a la criatura que The Other había traído ante él.

—Muéstrame su rostro —ordenó con gesto despectivo—. ¿Cuál es su nombre?

—Loki, Loki Odinson —respondió tomándolo de la barbilla y alzando su cabeza que antes caía inerte sobre sus hombros.

• • •

• •

Sus pasos resonaron en el estrecho y largo pasillo, fuera la luz de las estrellas iluminaban el castillo, dentro la luz de candelabros; avanzó sin perder el ritmo, ni lento, ni rápido, un pie por delante del otro hasta detenerse frente a las enormes puertas dobles que tenía que empujar para llegar a su destino.

Con tantos deberes, de reino en reino, no había tenido mucho tiempo para lamentar la pérdida de Loki.

No era su hermano, lo escuchó de sus propios labios y después Odín se lo confirmó. Sin embargo, que fuera un gigante de hielo, no significaba que cambiaría el hecho de que Loki fue su preciado hermano menor.

Había esperado por un momento a solas para reflexionar, para intentar entender al que una vez consideró el ser que mejor lo conocía, el que jamás lo traicionaría y el que más lo quería. En cambio, resultó que a la menor oportunidad intentó deshacerse de él, no lograba llegar a una conclusión satisfactoria cuando analizaba los últimos eventos.

En ocasiones, cuando cerraba los ojos, podía ver los de Loki brillando más que las estrellas y planetas a su espalda, gritando y pasando de él para que Odín por fin apreciara sus acciones, ignorando su mirada que no se podía despegar del rostro afligido que exponía, dirigiendo sus últimas palabras al que antes creyó su padre, y solo en el último instante cruzando la mirada con él, por fin obtuvo su atención, pero de la peor forma. No fue capaz de hacer más que verlo caer al vacío.

«No es tu hermano, lo encontré en un templo de Jotunheim, decidí traerlo a Asgard y criarlo como tu igual», había dicho Odín cuando le exigió una explicación de las palabras de Loki.

A veces no podía evitar dudar, su cabeza no terminaba de asimilarlo. Una parte de él se aferraba a la idea de que era su hermano, que era imposible que no lo fuera, casi le obligaba a mantener una postura obstinada, porque si realmente nada los conectaba, entonces un sentimiento extraño se apoderaba de él hasta el punto de confundirlo con algo más latente y caótico.

Thor en un principio había decidido ir en su búsqueda, pero no existía la posibilidad de que siguiera con vida, lo más probable, era que él también terminara por perderse. Entonces recordó una de sus pláticas con Loki acerca de un dios que a la muerte de su amada se lanzó al vacío con la esperanza de encontrarla:

—Me salté algunas partes, pero creo entiendo tu punto.

—Pensé que encontrarías algo que yo no, veo que no eres más que un mentiroso.

—El único mentiroso aquí eres tú, estoy seguro que no piensas que eso es estúpido.

—Lo es, el amor no es más que un pretexto de los tontos para llenar un vacío que se niegan a llenar ellos mismos.

—Tú no piensas eso, Loki.

—Quizá tengas razón, no es lo más estúpido.

—Ese hombre se enamoró a tal grado de olvidarse a sí mismo, pero no todos podrían hacerlo...

—¿Por qué no?

—Porque yo te tengo a ti... Tengo a madre, padre y todo Asgard. No todos podemos permitirnos un amor tan demente.

Loki ya no estaba, tenía que continuar sin él por mucho que llegó a amarlo.

«Está muerto, y aunque no lo estuviera, su destino habría sido el exilio de Asgard».

Abrió los cajones del buró junto a la cama y sacó lo primero que encontró. No le sorprendió que se tratara de aquel libro que narraba la historia del dios que viajó a Midgard. Casi se podía imaginar al hechicero sentado bajo la ventana, analizando palabra por palabra para intentar descifrar el amor. Él podía entenderlo ahora, si su padre no lo hubiera sostenido con firmeza, se habría lanzado por Loki, habría intentado estirar la mano para que él la tomara.

—El amor es absurdo, pero no significa que sea estúpido... Loki —expulsó con amargura, con el dolor que le provocó ser consciente de que su voz jamás volvería a llegar a él.

Se había contenido, pero ahora no necesitaba hacerlo más y se permitió llorar por su ausencia eterna.

[...]

—Se ve un poco pálido —comentó Sif mirando al espadachín sentado a la distancia, se mantenía más callado de lo normal.

—Debe ser por la guardia que hace en las montañas, desde que el rey de Jotunheim y otros gigantes de hielo lograron entrar sin ser vistos por Heimdall, se ha aumentado la seguridad en el reino para no permitir el acceso a ninguna criatura —habló Hogun que había notado desde antes el estado de su compañero.

—Quizá sea por Loki... —comentó Volstagg de repente—. Ha sido una noticia que a todos nos afectó, pero Fandral fue uno de los más cercanos a él.

Volstagg le llevaba un par de siglos a Thor, su amistad con los hijos de Odín se fortaleció cuando fue nombrado uno de los guerreros más hábiles de Asgard. Hogun llegó al reino por la misma época, en Vanaheim se reconoció su destreza en combate y se le asignó un importante cargo entre los æsir. Sif y Fandral crecieron con ellos, pero a diferencia del espadachín, ella era obligada con frecuencia a relacionarse con otras doncellas. En definitiva, Fandral pasó más tiempo con los hermanos.

—Traicionó a Thor, le mintió, le dijo que su padre había muerto y que en Asgard nadie lo quería de regreso, no dudó ni un segundo en matarlo... Merecía lo que obtuvo. —No solía guardar rencor, pero el recuerdo en Midgard estaba latente en su memoria.

Controló al Destructor por medio de la lanza Gungnir con la clara intención de destruir a su hermano, aunque claro, ahora todo cobraba sentido, nunca fue uno de ellos.

—Supongo que sabía que lo mejor era morir así —mencionó Volstagg con frialdad.

Alguna vez simpatizaron con Loki, pero la traición no podían perdonarla. Si el hechicero no se tentó el corazón contra Thor, ellos estaban seguros que no habrían recibido clemencia de él, por eso no se sentían culpables del sentimiento de odio y rechazo que les generaba.

—Como sea, respetemos el dolor de Thor y Fandral. —Hogun se puso de pie para salir del comedor.

Los dos guerreros se miraron entre sí y asintieron, continuaron comiendo sin volver a hablar, y de vez en cuando, lanzaban miradas a su amigo que seguía perdido en sus pensamientos.

Los demás no sabían lo que él guardaba en lo recóndito de su memoria.

Una vez acusó a Thor y a Loki de estar involucrados en una relación, ahora, con la nueva información, lo que hizo el rey, siendo el único consciente —si es que el jotun no lo descubrió antes y por eso actuó tan raro— fue injusto.

Solo Odín y él sabían lo que ocurrió, el heredero al trono vivía ignorando lo que pasó hace casi un siglo atrás.

Comenzaba a torturarle la idea de que arruinó lo que tenían, quizá si hubiera mantenido la boca cerrada, lo que sea que sentían, se hubiera transformado en amor y Loki jamás hubiera traicionado al portador de Mjolnir.

Una mano en su hombro lo sobresaltó, pero al girar la cabeza y encontrarse con los ojos azules del ser que precisamente lo hacía sentir culpable, la visión no lo consoló para nada.

—¿Te sientes bien? —Se sentó a su lado sin dejar de observarlo con expresión de preocupación.

Era imposible soportar más.

—Tomemos una nave y busquemos a Loki —sugirió con convicción—, es un ser fuerte, debe estar en alguna...

—No —lo atajó con rapidez—, Loki no puede estar con vida.

Le había costado demasiado hacerse a la idea de que estaba muerto, para que ahora uno de sus más queridos amigos hiciera tal ofrecimiento que alentaba su negligencia.

—Es... es Loki —dijo como si con ello explicara su comportamiento, o como si fuera la respuesta más obvia.

—Lo mejor es no albergar esperanzas cuando mi propio hermano decidió su destino... —su voz fue serena, calmada, totalmente resignada—. Fandral, tu intención es noble, agradezco que Loki haya tenido la fortuna de tenerte como amigo.

Su rostro se desencajó y no por el recuerdo de su familiaridad, sino, porque tenía ganas de gritarle que no era su hermano, que nunca lo fue. Porque de serlo no habrían llegado tan lejos como aquella vez los encontró en su habitación; pero no tenía caso deshacerse en exclamaciones cuando sabía no podría entenderlo. Su mente había suprimido la relación íntima que mantuvo con Loki. Él también desearía olvidarlo.

—¿Jane? —Pronunció el nombre de aquella mortal que conquistó el corazón de Thor—. ¿A esa mujer la buscarás?

Necesitaba escuchar algo que dejara de hacerlo sentir responsable, algo que le asegurara que su acción no habría hecho la diferencia. El hijo de Odín estaba enamorado, había cambiado para bien, su mirada ahora cargaba cierta piedad, su exilio le había hecho ser más consciente. Era lo mejor para el dios del trueno, un amor tan frágil. Lo volvía cuidadoso y benévolo.

—Si tomo una nave, de aquí que llego hasta ella, para entonces... Ya habrá muerto —mencionó lo que se había repetido mil veces.

—¿La amas en verdad? —Se atrevió a preguntar, omitiendo un «¿más que a Loki?».

Por un instante pareció que sus palabras le desconcertaron; creía que hablar de lo que sintió por aquella mujer solo ocasionaría burla entre los suyos, tal como una vez hizo su hermano, sin embargo, no lograba descifrar la mirada que le dedicaba Fandral, como ocultando algo importante detrás de esa pregunta.

¿Amarla? Sí, la amaba. La extrañaba. No podría explicar cómo es que unos días a su lado le volvieron dependiente de su presencia, vivió siglos sin Foster, y ahora no podía sacársela del pecho, dolía cada vez que recordaba un instante a su lado. Anhelaba su compañía.

«Te doy mi palabra de que volveré por ti», le había prometido. Por muy extraño que parezca, tenía la sensación de que por segunda vez no había sido capaz de cumplir.

—¿Es amor? —insistió con impaciencia, en una actitud muy impropia de Fandral.

Observó cómo perdió su mirada en los demás guerreros que bebían y charlaban animados. Cuando creyó que su silencio era un «no», lo vio asentir con una expresión de tristeza impregnada en cada gesto que realizaba inconsciente.

De ser auténtico, significaba que lo que una vez sintió por Loki fue un engaño, una ilusión creada por el capricho de ambos, quizá una respuesta a una atracción efímera. Entonces podía respirar con tranquilidad, él no había originado el caos, pero no dejaba de pesarle, al comprobar una vez más que no tenía ni una sola oportunidad con Thor.

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No existía sensación más placentera en todo Yggdrasil —que le ocasionara tal deleite— como destruir la vida con sus propias manos, pero tenía que admitir que torturar la mente de un ser ya inestable, también tenía su encanto. Sumado a que podía obtener un útil peón. Una enorme ventaja para proceder con sus planes.

Pero para torturar la mente, primero se tenía que superar el dolor físico.

—Tiene un rostro muy fino para ser uno de nosotros —dijo captando la atención de su súbdito que enseguida comprendió la intención de sus palabras.

—Si me lo permite, puedo arreglarlo enseguida. —Hizo amago de levantar el cuerpo de Loki que yacía en el suelo, pero el inconfundible sonido de los pies de Thanos al bajar de su trono, detuvo cualquier movimiento que pretendía realizar.

—Déjalo aquí —dictaminó y con un gesto indicó, a unas criaturas que aguardaban detrás de las rocas, salir para llevarse al hechicero de allí.

The Other no podía protestar aunque lo deseara, sabía que el Maestro Oscuro no era muy sutil cuando intentaba instruir, en más de una ocasión terminó asesinando, y él que se había esforzado para encontrar un útil secuaz. 

Notas finales:

Tengo que aclarar que el Thanos de aquí es más parecido al de los cómics que al que se presenta en MCU, bueno, es que en las películas sabemos que está loco, pero en los cómics su sed de sangre es clara y cruda, no deja ni un resquicio de duda para que tengas la idea de que quizá existe un poco de cordura en sus acciones más que cortejar la muerte :v 

 

Está loco, muy loco... 

 

También me surgió una duda estúpida mientras escribía, ¿dios del trueno o del rayo? El trueno es el sonido, el rayo la energía... bueno, dejé que Google me aconsejara xD

 

Creo que por este capítulo es todo... Espero lo estén disfrutando, sino lo hacen... Pues entonces sufran conmigo por lo que le espera a Loki bebé xd

 

¡Mil gracias por leer!


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