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The Secret por Jack Neptune

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Notas del capitulo:

Diculpen por la demora, el colegio me quita tiempo y prefiero actualizar los fines de semana.

Sin más, disfruten...

Jade y Yoru, estaban platicando justo después que la única chica se fuera sin decir nada, ambos se habían vueltos amigos en estos últimos meses, poco después el mayor se tuvo que ir por razones desconocidas por el menor, Jade miraba como el inglés se marchaba por la puerta.

― ¿Me puedes explicar que fue eso?― Daniel se materializa y aparece detrás de su amo.

― ¿A qué te refieres?― sentía los brazos rodearle los hombros, brotando su característico calor.

― No te hagas el tonto, esa cercanía entre ustedes y el…―

― N-no lo digas― Jade tartamudeaba mientras se hacía bolita escondiendo su mirada entre sus piernas.

― Los humanos son tan curiosos― Daniel se separa de su amo, observándole desde atrás― No entiendo el porqué te apenas, se supone que son nada más amigos, ni siquiera se conocen del todo…y se andan besando de la nada como si fuesen pareja… ¿no te suena a eso libros que escriben las niñas de catorce años por internet?― su tono era burlón.

— Lo sé, parezco libro cliché pero…hay algo en él, te juro que ese beso fue súper espontáneo, es como si él y yo nos complementamos. Y seré sincero, Yoru es muy  misterioso y eso me atrae— voltea la cabeza hacia su invocación, mostrando un semblante triste— el me hace confundir, incluso de mi orientación.

— Hey, era hora de que te dieses cuenta.

— ¿A qué te refieres?— acomoda su cuerpo en dirección al otro chico.

— Mira, no te preocupes, estas pasando por una etapa de descubrimiento, ahora te das cuenta de que tus gustos van hacia los hombres y no hacia las mujeres…jamás te sentiste atraído por féminas y que nunca lo hayas visto pues ya es tu problema.

— Pero…

― Pero nada― lo interrumpe con voz seria― acéptate tal y como eres, de por si tus amigos te quieren así. El otro punto a tratar es este chico… ¿Por qué no sales con él?

— ¡¿Pero qué dices?!— su boca casi llegaba al piso.

― ¿Qué tiene de malo?― el rubio arquea una ceja.

— Él no me gusta— desvía la mirada haciendo un puchero.

― ¡No me hagas golpearte la cara por la estupidez que acabas de decir!― Daniel se veía tierno tratando de ponerse en el papel del malo― te estás contradiciendo, deberías de darle una oportunidad al inglés, claro no ahora, deben de conocerse un poco más―

― De ser así el caso, no creo que yo le guste―

― Con esa pendejada, ya llevas dos golpes, y no es verdad― el color de los ojos del ángel brillaban como la chispa de una fogata― él se muere por ti, ya se han besado dos veces…y la forma en la que te mira y te cela…es más que claro sus intenciones.

 ― ¿Cómo sabes eso?―  Jade se hallaba anonadado, Daniel le había contado eso con suma seguridad.

― Lo he estado provocando, ahora quiere matarme por estar al lado tuyo― sonríe victorioso― lamentablemente, tengo un contrato que cumplir, así que no puedo alejarme de ti.

― Estoy sorprendido la verdad, Nike tenía razón…eres un ángel muy curioso― sonríe dándose por vencido.

― Eso es un halago para mí, es mi deber cumplir tus deseos como ángel y como invocación…así que haremos lo posible para que el chico se te declare― comenta decidido.

― ¿Él a mi?, no me gustaría ser como la mujer en esa “relación”― hace el ademán.

― Pues declárate tú, y tienes mucho que aprender sobre el amor entre hombres… y por decir eso…aceptaste mi propuesta― suelta lo último burlón.

―  Cuanto te odio― dijo si más bufando.

― Mentira, ¡tú me amas!― concluye lanzándose contra su amo abrazándolo por las caderas.

En otra parte de la institución, el grupo de dioses corrían hasta llegar a la localización de la ex diosa lunar, Dionisio se había incorporado al grupo en la mitad del trayecto, nadie se había fijado que él se había incorporado o que no estaba con ellos en un principio; usaron la magia de Hermes para no ser percibidos por nadie. Poco después habían llegado al otro extremo saliendo con dirección al bosque.

― ¡Entró al bosque de nuevo, no la pierdan de vista!― Artemisa estaba decidida en atrapar a aquella mujer, la rubia junto a la pelirroja adelantaron el paso de una manera descomunal dejando a los chicos atrás.

― ¿Cómo es que corren tan  rápido si llevan tacones?― el mellizo de la rubia miraba anonadado el como ambas mujeres se perdían en el denso bosque.

― Son mujeres, hay que tenerles miedo…a esas dos en especial― soltó sin más el dios de la guerra, ganándose la aprobación de los otros tres.

Artemisa y Afrodita le pisaban los talones a Selene, esta corría mientras su vestido serpenteaba al ritmo de su cuerpo, poco después se adentraba mas al bosque y los arboles se volvían secos y sin hojas, un lugar totalmente distinto donde el piso era infértil y negro, el cielo gris y nublado, dando un escenario misterioso y tétrico, abundaba la tristeza del lugar.

― Se nos escapa― dijo Artemisa frustrada por no alcanzar lo suficiente a la otra.

― No por mucho― Afrodita sonríe y estira su mano emanando luz rosa.

Un pequeño temblor se manifestó en el entorno, del subsuelo salieron enormes raíces con espinas las cuales al emerger bloquearon el paso de la otra diosa lunar. Curiosamente las raíces brotaban enormes y hermosas rosas rojas.

― Bien hecho― halagaba la rubia, acto seguido invoca a dos serpientes blancas.

Antes de que Selene pudiese hacer un movimiento, los reptiles ya habían llegado hasta ella enrollándose contra su cuerpo, inmovilizándola por completo.

― Supongo que nuestro trabajo está completado― la de ojos avellana se acercaba lentamente junto a la rubia con una sonrisa victoriosa.

― No intentes usar tu magia, las serpientes la bloquean― Artemisa veía las muecas de dolor de Selene, debido a la constricción de ambos animales.

 La de corona lunar solo miraba sonriente a las chicas, aunque mostraba muecas de dolor, se encontraba relajada.

― ¿no piensas hablar?― la diosa del amor se empezaba a irritarse, se sentía retada.

Selene solo sonríe y sus ojos toman una coloración roja sangre, un enorme estruendo se escuchó a lo lejos, justamente detrás de las diosas, era como un bramido, uno que logró tambalear todo a su paso.

― ¿Qué es eso?― pregunta Artemisa girándose su mirada hacia atrás, solo quería que su hermano estuviera bien.

― Espero que no sean los chicos, algo así alertaría a todos― Afrodita también se había girado, sabía que ese grupo hacia desastres y no eran muy silenciosos, cosa que la asustaba.

Acto seguido una explosión sónica emerge en el lugar, la onda de choque golpea a las diosas de improvisto mandándolas lejos y dejándolas aturdidas.

― Que mier…― la rubia se levanta del suelo adolorida y con un molesto pito en su cabeza.

― ¡Selene se ha liberado!― Afrodita se recupera con dificultad del golpe, su cabeza quería estallar y sus oídos casi que sangran, señalaba a la otra mujer no tan lejos de allí.

La castaña se pone de pie tranquilamente mostrando una sonrisa gentil…

― Esa zorra, la pagará caro― la ira en la diosa lunar habían aumentado manifestando su fiel arco y yendo hacia delante con rapidez.

― Tenlo por seguro― Una raíz emerge del suelo levantado el cuerpo de la pelirroja, la raíz alcanzó una altura haciendo que la de ojos avellana obtuviese una asombrosa vista, desde esa altura, las diosas lunares parecían hormigas, Afrodita se percató que todo el bosque estaba seco con esos árboles sin hojas.

Artemisa invoca una flecha de luz que al lanzarla se multiplica, una ataque sencillo, pero Selene pudo esquivarlas sin problema. Afrodita se lanzó de picada manifestando más raíces las cuales se movían cual serpiente; para mala noticia, la otra mujer pudo salir ilesa. Como contraataque, La diosa lunar se transmuta en humo negro y de un solo movimiento golpea a la pelirroja, tumbándola de su raíz, pero esta puedo invocar otra más antes de caer al suelo.

La de ojos verdes lanzó una flecha hacia arriba, la cual desaparece en el cielo nublado. Los relámpagos resonaban por todos lados, Selene vio al cielo y rayos empezaron a descender, curiosamente en su dirección. Pero el ataque volvió a fallar.

―No funciona― la arquera se quejaba internamente, observaba como la de ojos marrones realizaba piruetas, saltos y demás logrando que los rayos no la tocasen.

―Déjame intentar algo ― habla Afrodita desde lo alto, luego fija su mirada hacia Selene pensando en su nuevo ataque.

De un chasquido, la raíz que montaba empezaba a brotar rosas rojas dándole un hermoso toque, la chica se lanza en picado y las rosas estallan dejando sus pétalos al aire, con un movimiento de manos los pétalos empiezan a tomar vida y movimiento. Un pequeño montículo se posiciona en sus pies dándole base de apoyo, mientras que la otra parte se convertía en extensos halos alrededor de la chica formando una “X”.

― Quitemos esa sonrisa de tu cara― la diosa de la belleza extiende sus brazos y los halos se mueven rápidamente en dirección al piso, en especifico hacia la diosa del vestido blanco, los pétalos se unen comenzando a brillar convirtiéndose en dos lanzas con una forma delgada y larga como una aguja de color rojo.

La primera lanza impacta en la tierra ni siquiera cerca de la mujer, y la otra detrás de ella. Selene estaba impactada, no se tuvo que mover, casi se ríe por el tonto intento de la diosa. Fija su vista hacia la pelirroja en el cielo, con una mirada burlona.

―Que mala puntería, Afrodita― Artemisa veía la escena mientras una gota bajaba por la sien, eso fue muy nulo por parte de la diosa de la belleza.

― Caíste― dice sin más la pelirroja para luego chasquear los dedos.

Las lanzas en suelo explotan generando una luz que aturde a la de corona lunar, luego Afrodita desciende gracias al montículo de rosas, con otro movimiento de manos los pétalos bajos sus pies se extienden y son lanzados con fuerza generando una estela de color rojo. Cayendo como estrellas fugaces y sonando como balas,  logran golpear a Selene dejándola herida.

― Eso fue muy básico de mi parte, pero al menos funcionó― cae al suelo con los pocos centímetros que la separaba de este. Se sacudía la ropa por la tierra que había en este.

― Al menos la frenamos― la rubia se acerca a ella― pero aún falta por luchar.

Otro estruendo sacude los alrededores, era aún más claro, casi como la voz de una bestia.

― Espero que los chicos estén bien― concluye Afrodita invocando un látigo de espinas de rosas en su mano derecha.

― Nosotras nos encargaremos del plato principal― Artemisa aprieta mas su arco con la mano derecha lista para batallar, invoca a un águila el cual aleteaba para mantenerse en el aire.

Selene se levantaba del suelo, un poco adolorida manifiesta humo negro de sus manos…

 

― Yo quería ir― Nix se quejaba mientras caminaba por los pasillos con paso cansino.

― ¿Y arriesgar nuestras vidas?― Nike la miraba con un ceño fruncido.

― Pues obvio, nos perderemos toda la emoción― marcaba un tono obvio.

― Sinceramente deberíamos de dejar esta locura, ellos ya atraparán a Selene…no veo el porqué debemos estar metidas en esto.

― ¿Pero qué dices?, esto es interesante, presiento que Selene puede marcar historia.

― Dame una razón del porqué debemos seguir con esto, no tenemos pruebas que nos garantice que sea un tema delicado― retaba la mujer de alas.

― Bueno, pues…― a Nix no se lo ocurría nada, pero tampoco quería adivinar para no perder su orgullo.

― Tal vez, Asteria pueda darles una razón― hace aparición el chico rubio junto al otro de cuernos de carnero.

Las chicas voltean sorprendidas, encontrándose con los chicos del Mirador Ouránio.

— Crisómalo, Ganimedes— Nike sospechaba que ellos tenían algo que decirle— ¿Qué los trae por aquí?

— ¿Qué no es obvio?, Asteria de seguro encontró algo— la de pelo negro sonreía con malicia, tenía entusiasmo en escuchar el mensaje.

— En efecto Nix— habla el de cuernos— nuestra ama tiene información que de seguro les parecerá curiosa. Y prefiero que me llames Chrysó, Nike.

— ¿Y qué esperan para contarlo?— la diosa de la noche se volvía impaciente.

— El entorno no es el más adecuado— el rubio sonriente, hacía referencia a las personas que paseaban libremente por los pasillos.

Las diosas le dieron la razón por eso, así que decidieron irse con los chicos al mirador, aunque a Nike no le pareciese buena idea, de igual forma aceptó ir.

 

Por otra parte, los cazadores aun seguían con su investigación del Orbe Hecático, lamentablemente solo han pasado tres meses y no consiguieron al menos una pista. Su jefe  los presionaba indirectamente, cosas que molestaba a Erika, pensaba que aquel rubio arrogante debía de saber que era una misión difícil y que debe de tener paciencia, o si no que el viejo lo haga por sí solo. Los jóvenes se encontraban en el jardín trasero casi en la playa.

— ¿Pudiste conseguir algo?— preguntaba Erika usando una camisa blanca, chaqueta de cuero beige, pantalones rojos y botas oscuras.

— ¿No, qué hay de ti?

— Solo conseguí información en la biblioteca, habla no solo de un solo orbe si no varios, obviamente creados por Hécate. Los orbes fueron entregados a una antigua y poderosa bruja, y esta antes de morir entrego cada orbe a escuelas distintas.

— Suena interesante, ¿cuéntame más?— El chico observaba la playa, como las olas chocaban con la arena otorgando un sonido relajante, aunque estuviese algo lejos de allí podría deleitarse.

— No se sabe con exactitud cuántos orbes son, ya que las escuelas se rehúsan a dar esa información, esta academia es dueña de uno de esos orbes. Su función es otorgar y a su vez ampliar los poderes de las escuelas, es decir, con su energía se logra lo que es la academia de magia, su estructura, los hechizos en él, las clases e incluso las habilidades de los alumnos. Todo es creado y potenciado por ese orbe.

— ¿Como una fuente de energía renovable?, entonces el hechizo de intercomunicación y la organización de los pasillos son obra de ese orbe.

— Exactamente, de hecho leí otra parte, la cual todos los orbes están conectados, si uno se rompe, se destruye o es movido de su sitio, los demás que trabajan en conjunto se apagaran…dejando a todas las escuelas sin excepción sin magia.

— Por eso el señor Morrow necesita un objeto muy valioso para realizar su objetivo de eliminar brujas.

— Ese viejo barbudo tiene algo entre manos, nunca nos dijo para que era ese orbe, por lo que leí se nota que el poder de ese objeto es colosal. Pero, es más difícil de lo que pensamos.

— Debe de estar oculto en un lugar muy difícil de acceder… ¡la oficina del director!— Yoru estaba seguro que ese sería el lugar indicado.

— Pensé igual, pero hablamos del director y a su vez de Zeus.  

— Tienes razón, bueno ya pensaremos en algo, hicimos un buen avance— se detuvo un momento para apreciar mas la playa y como el sol empezaba a ocultarse— buen trabajo, Erika.

—  Basta de halagos, cambiando de tema… ¿Cómo te va con ese chico?

— Que chismosa eres… y eso me encanta…

Los cazadores emprendieron su caminata de nuevo, mientras el británico le contaba todo lo sucedido con Jade, la pelirroja escuchaba atentamente, y le hacía gracia los comentarios pervertidos de su amigo y las cosas que le gustaría hacerle al menor…

Notas finales:

Podrá ser corto pero me encanta dejarlos con intrigas ijijijiji.

¿Selene logrará salirse con la suya?

¿Los dioses podrán ganar este enfrentamiento?

¿Jade está enamorado de Yoru?

¿Yoru quiere algo más que sexo con Jade?

No olviden su Rw ;)

Bye <3.


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