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The Secret por Jack Neptune

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Notas del capitulo:

Yep, actualizé temprano.

Espero le guste...

La mayoría de los estudiantes yacían afuera de la institución, algunos ya se iban en los vehículos a sus respectivos rumbos, otros se despedían de sus amigos y charlaban con sus amigos antes de partir. Este caso no era omitido por los protagonistas.

― Bueno, supongo que este es el adiós― Kyle dramatizaba más de la cuenta.

― Solo son vacaciones, ¡que Drama Queen eres!―La mayor de todos respondía en tono cansino.

En ese momento, los chicos salían por el gran portón ya con su ropa informal y llevando bolsos con tarea, sus respectivos Libros de Sombras, artefactos, libros de la biblioteca, recuerdos para sus familiares y demás.

― Además es solo un mes de sin vernos Kyle― acota Lucem con su típica sonrisa.

― Pero es que es mucho para mí, el estar sin ustedes causa un vacío en mi. ¿Por qué no se vienen conmigo a Australia?

― Ya habrá un hombre por ahí que llene ese vacío niñito― Noire y su respuesta tajante.

― Bueno sí…pero nada como el amor fraternal― responde sin más el chico.

― Ambos tan sinceros y sin escrúpulos― bufaba Blake.

Lauren solo se disponía mirar la escena tan graciosa  de su actual grupo.

― Ahora que lo pienso― la pelirroja llama la atención de todos― hay más mujeres que hombres aquí.

― Y dos de ellos son homosexuales― añade Noire― y el otro...no sé que es―hace referencia al ángel rubio.

― Y una de las chicas, es mitad chico― Jade lanzaba esa indirecta a su mejor amiga, la cual lo golpea en el estomago― ¿lo ven?...ay me duele.

― Poder femenino supongo― opina la albina haciendo reír a los demás.

― De hecho no vendría mal otro chico al grupo― el rubio se le ocurría ese idea.

― ¿Quieres convertir al grupo en una comuna?, además Kyle se lo comería nada más entrar.

― No es mala idea, siempre y cuando el chico sea lindo― el nombrado movía las cejas en tono sensual.

― En tal caso sería un chico heterosexual, o por lo menos una lesbiana. Así estaríamos equilibrados― opina el ángel de fuego.

― Hablando de eso, ¿cuándo perdiste la virginidad?

―Bueno mi querida Noire, fue a los trece y con un “hetero”.

― Te tengo envidia, la perdiste tempranamente y yo aún no.

Noire y Kyle volvían al tema y los demás se sentían algo apartados.

― Y aquí vamos de nuevo― soltaba la de ojos grises ya con un tono cansino.

Los chicos terminaron de descender las escaleras y se sentaron en la primera, no era el mejor lugar para charlar ya que estaban obstaculizando el paso y algunos alumnos tenían que rodearlos…y ninguno se dio cuenta de eso. De vez en cuando uno que otro auto salía de la institución para largos rumbos fijos, para todas partes del mundo. De tanta charla, Jade desvía su mirada y se encuentra a Yoru y este también lo observaba. El de cabello negro reposaba del muro blanco que rodeaba la institución; aunque la distancia era considerable entre ambos, igual podían observar el brillante color de ojos de cada uno.

― Será mejor que hables con él― habla su amiga sacándole del trance, los demás miraron rápidamente al castaño en perfecta sincronía, como película de terror.

― ¿Tú crees?―al de ojos verde le apenaba hablar con él, pero de igual forma no le gustaba que el inglés siempre tomaba la iniciativa al charlar.

― Si me permites opinar Jade, es lo correcto, se han vueltos amigos y sería irrespetuoso marcharse sin haberse despedido. Es como una amistad en la cual solo se hablan en clases pero olvidan su vínculo al salir del portón.

― Nunca mejor dicho, Lucem― halagaba su hermana mayor.

Kyle y Daniel le hacían señas al castaño para que se dirigiese al otro, con unas caras algo pervertidas.

― Jade, tú más que nada sabes de vínculos como invocador, y que mejor manera de cuidar y  forjar esos vínculos que hablando.

Y con lo dicho por Lauren, las excusas del brujo angelical fueron derrumbadas cuál castillo de naipes. Y decidido, se levantó y rápidamente como rayo llegó hacia el mayor. “Se notaba el desespero” pensaron sus amigos.

― Hola― saluda Jade con una sonrisa.

― ¿Qué cuentas?― le devuelve la sonrisa

― Bueno, supongo que ya te vas, solo espero seguir hablando contigo en vacaciones.

― Estoy esperando a Erika, se le olvidó algo en su habitación. Y no te preocupes, hablaría contigo todo el día si es necesario.

Aquel tonto y cliché comentario, había causado estragos en la mente de Jade, sentimientos que florecían cada vez más pero el castaño trataba de asimilar.

― Entiendo, me alegra escuchar eso― la sonrisa del de ojos verdes crecía inconscientemente, al contrario  le encantaba verlo feliz.

― Para eso están los amigos― hace un pequeño énfasis en la última palabra y le guiña un ojo.

El castaño sabía que había algo más en esa oración, algo que le incomodaba pero a la vez le daba curiosidad.

 Los chicos veían con atención a los antes nombrados, al rubio se le había ocurrido una idea, sus ojos empezaron a brillar obteniendo un color naranja.

 

― Oye Yoru, ¿tú y Erika son novios?― soltó sin más el castaño, sintiendo que su boca se movía sola.

― Si tuviera una moneda por cada vez que me dicen eso, pues no, no somos novios. Solo amigos, ella y yo vamos por caminos muy diferentes.

― Oh, ¿y no te interesa alguien por el estilo?― pregunta con una actitud algo pícara, este cambio de actitud había sorprendido al mayor, pero le gustaba a la vez.

― Lamentablemente no, pero si me gustaría tener una relación seria…tengo sentimientos, ¿sabes?

― Entiendo, ojalá encuentres a la chica de tu sueños― responde irónico.

― ¿chica?, quizás olvidaste algo importante sobre mi― se acerca lentamente al castaño, con su mirada penetrante.

― Lo siento, a lo mejor el beso no me lo dejó claro― imita el movimiento, susurrando atrevidamente.

― Tal vez si lo repetimos, espero que no se te olvide.

― Me gustaría― concluye el de ojos verdes acercando su rostro quedando a escasos centímetros, pero en el último momento coloca sus dedos en los labios del inglés y lo aleja de él.

El azabache se sorprende y ciertamente se quedó con las ganas, pero solo se limita a sonreír. Jade vuelve en sí, quedando algo asombrado, pero se da cuenta de algo y voltea su rostro rápidamente, mira de manera asesina a su ángel el cual junto a los demás apartan miradas fingiendo no haber visto la escena.

― Oye no sabía ese lado tuyo, me agrada― opina el chico sin quitar su sonrisa.

― Eh, ¡oh!, bueno…hay muchas cosas de mi que no sabes― vuelve a mirar al de ojos miel, siguiéndole la corriente.

― En tal caso, me gustaría conocerte más, ¿me haría el honor de pasar más tiempo con usted?―sorpresivamente hace una reverencia haciendo reír al menor.

― Por favor no vuelvas a hacer eso― responde burlón― también me encantaría hablar más contigo, eres interesante.

― Tú igual, conocerte fue todo un placer.

― Bueno, ya tengo todo listo…dios, pensé que lo había perdido― Erika llega guardando cosas en su bolso, luego se percata que estaba acompañado― lo siento, ¿interrumpo algo?

― Para nada, de igual forma ya me iba― Jade señala a su grupo, los cuales ya se dirigían a los vehículos.

― Supongo que este es el adiós, nos vemos pequeño― extiende su mano para una despedida de manos.

― Nos vemos, chico inglés― ignora la mano y se acerca al mayor para darle un beso en la mejilla― adiós― esta vez se despide de Erika, esta hace lo mismo.

― Vaya, parece que la cosa ente ustedes está yendo muy lejos.

― Supongo, y espero que así siga― se toca su mejilla sonriendo como idiota. Con esto, sus sentimientos por el chico eran claros…aunque fuese muy pronto, esperaría lo necesario para que el menor sintiera lo mismo.

Yoru observaba al chico marcharse, este por su lado sentía su corazón salir y sus piernas flaquear, ese beso fue obra suya y no de Daniel. Ahora estaba más confundido.

 

― Esto se puso interesante, buen trabajo Daniel…a la próxima me toca a mí― halaga la pelirroja, pensando en ser la siguiente que mueva su carta.

― El plan: “buscarle marido inglés al Jade”, ha comenzado― Kyle estaba emocionado por este plan.

― Que creativo, supongo que ya estamos en marcha― Blake suponía que también debería de hacer algo, pero cada uno tomaría el turno, el primero fue el ángel y después viene Lauren.

― Bueno hay que ser discretos, y tampoco se puede interferir mucho en ellos dos. Solo será un pequeño empujón, de por sí ambos ya tienen un fuerte vínculo― agrega la de ojos rojos.

― ¡Silencio, ahí viene!― exclama la albina señalando discretamente como Jade se acercaba al grupo.

 

Así, el castaño se unió al grupo, intercambiaron algunas palabras y se despidieron todos con un fuerte abrazo.

― Los voy a extrañar, de verdad.

― Que si chico, solo no nos recuerdes mientras tengas sexo, por favor.

― ¡Noire!― regañaba su hermana menor.

― Apoyo ese comentario, sería raro y cortaría el ambiente.

― Daniel, tú cállate.

― Jade creo que él tiene razón, imagínate que se ponga a llorar en pleno acto, el chico se asustaría  de seguro. Sería muy gracioso.

― Lauren por favor, tú tampoco― concluye Blake.

Todos se dirigieron a sus vehículos respectivos, emprendiendo distintos caminos. Blake se fue sola ya que era entendible que quisiera ver a su familia primero. Jade se fue acompañado de su ángel, justo después de entrar el de ojos verdes le atina un fuerte golpe en el estomago al rubio.

― ¿Eso por qué fue?― decía duras penas, mientas se sobaba el abdomen.

― Por controlarme como marioneta.

El viaje fue sin dudas rápido, pero al llegar a la ciudad, Daniel tuvo que desaparecer. La escuela le proporcionaba la energía suficiente para mantenerse en el plano físico por su cuenta; pero al salir de la institución dependía de la energía de su amo y no quería derrocharla. El brujo angelical sentí un nerviosismo por todo su cuerpo, era muy apegado a su mamá y el no verla físicamente por tres meses lo ponía melancólico.

Por la ventana veía pasar los altos edificios, las calles tupidas de gente y varios carros yendo en dirección contraria. El carro se detuvo, la luz roja del semáforo entraba por el vidrio frontal del carro. Al volverse verde, el vehículo gira a la derecha entrando en una calle que el castaño conocía plenamente. El vehículo empezó a  subir y de frente de la calle se observa la colosal montaña de verde puro. Varias calles y avenidas como el propio laberinto se entrelazaba con la cual se encontraba el castaño, lleno de hermosas casas y quintas.  Su corazón latía de emoción cuando el automóvil se detuvo en una casa blanca de dos pisos con un muro de piedras grises que la rodeaba. Al lado de la puerta rejada negra se veía la etiqueta: “Los Silverlight”; casi grita de emoción cuando la mujer de larga cabellera blanca sale de esta verja negra.

― ¡Mamá!― Jade sale disparado como flecha del auto y su madre lo recibía con los brazos abiertos.

― Cuanto tiempo, mi amor― esbozaba la sonrisa mas materna y gentil del mundo mientras abrazaba a su no tan pequeño hijo, que era más alto que ella.

― No sabes cuánto te extrañé― el chico sentía la calidez que brotaba su madre, por un momento escuchó al auto arrancar y luego irse de ahí― Pero mírate, ¡estás hermosa!― termina el abrazo y luego le da una sutil vuelta fijándose en aquellas vestimentas de su madre.

 Aquella mujer se veía jovial con el vestido hasta las rodillas algo holgado color negro con cuello en “V” de mangas de encaje y acampanadas llevando una delgada cuerda negra alrededor de la cintura. Unas sandalias negras de tacón con tirantes hasta los tobillos y un collar plata que le llegaba hasta más abajo del esternón. Lo más resaltante era su cabello con suaves ondas llevando una corona trenzada con un broche de luna creciente plateada sosteniendo el peinado; adicional, pequeñas flores de colores pasteles posaban en ese níveo cabello.

― ¿En serio crees eso?, ¿no es algo excesivo? Creo que me maquillé mucho.

― Mamá créeme cuando te digo que estás  hermosa, incluso te ves más joven de lo que ya eres.

― Bueno, quería verme bien para tu llegada después de todo, gracias por el cumplido― muestra una sonrisa algo tímida y apenada― Pero tú estás igual, estás más guapo últimamente―acaricia los rasgos faciales de su hijo.

― Gracias, supongo que es por tu genes― dice burlón― tengo muchas cosas que contarte.

― Y yo encantada de escuchar, pero vamos a casa primero― invita sutilmente entrando ambos por la reja.

Caminaban por el pequeño sendero de piedras de color crema y marrón claro, en medio de aquel verde y podado césped, al lado podía verse el estacionamiento para dos carros de la casa, la fachada de la misma era hermosa. Adornada con brillantes orquídeas y rosas blancas, aquellas flores que Jade conoce desde pequeño.

Entraron a la vivienda y Jade sentía el calor de su hogar; un sutil pero delicioso olor le llegó a sus fosas nasales. Dirigió su vista a la cocina y vio la estufa encendida. Al pasar dejó la mochila en el sofá y se fue con su madre a la cocina y se sentó en el taburete de la barra mientras su madre revisaba el almuerzo.

― Preparé uno de tus favoritos, asado negro― se voltea para mirar a su hijo con una sonrisa y luego vuelve a hacer lo suyo.

El chico observa a su madre y aún le venía a la mente aquella mujer que se parecía ella, con la melena castaña y la curiosa corona lunar.

― Oye mamá, ¿alguna vez te teñiste el cabello de algún color?― preguntaba con duda en su argumento por lo extraño que sonaba.

― ¿Qué?...no, jamás. ¿No te gusta cómo se me ve el blanco?― responde dando vueltas a la olla con el cucharón de madera.

― No es eso, me encanta como se te ve ese color. Solo preguntaba por curiosidad.

Suponía que no podría haber sido su mamá, incluso el color de ojos era distinto, el verde de su madre no era comparado con los otros de color marrón. Luego recordó el nombre, el mismo de su madre.

― ¿De dónde proviene tu nombre mami?

―Tú abuela me lo puso en honor a la antigua diosa lunar de la mitología griega― apagaba la estufa y caminaba a la alacena para sacar los platos― incluso me decía que yo me parecía a ella.

―  Entiendo― responde pensativo, su mente era un mar de dudas.

― No sé a qué se deban esas preguntas extrañas. Pero bueno, amor quiero que me cuentes sobre tu estadía en la academia.

― Por supuesto― deja aquellas dudas y le explica a su mamá su aventura como brujo.

Le contó todo, su primer ángel, sus nuevos amigos, profesores, prácticas y conocimientos e incluso sobre la nueva magia que quería aprender, la astrología. Cosa que sorprendió a Selene, pero por otra parte pensaba en eso más como una pseudo-ciencia que una magia. Ambos terminaron de almorzar.

― Yo me encargo de lavar los platos, la comida estuvo deliciosa― se levanta seguido de su madre, esta se siente en el sofá de la sala.

― Oh gracias hijo, siempre es un honor consentirte. Al final, siempre serás mi bebé precioso― decía lo último con burla apeando al chico.

― ¡Mamá!― se sonroja para luego lavar rápidamente los utensilios, acto que hizo reír a su progenitora.

― Y bien, ¿me mostrarás a ese ángel?

― Por supuesto― se dirigió a la sala en frente de su madre e hizo su particular oración, así trayendo al plano a aquel rubio de alas naranjas.

― Mucho gusto mamá de Jade, soy Daniel su ángel guardián.

― ¡Que tierno eres!― se levanta para luego jalarle las mejillas al rubio― jamás he visto un ángel en persona, ¡Y vaya que eres lindo!

― Gracias, es un halago…aunque duele, ¿sabe?

― Mamá, lo lastimas― atinó a decir el castaño mirando cansino la escena.

El trió charlaron de cualquier trivialidad, luego Jade se dirigió a su habitación junto a Daniel. El cual se sorprendió a ver la curiosa habitación de su amo, no dudo en acostarse en la cama y rápidamente se durmió en esta. Su amo sorprendido, lo intentaba despertar ya que gastaba energía por mantenerlo en plano material.

 

Mientras, en la academia. Los dioses se encontraban en el salón de reunión, debido a que el queridísimo dios de los cielos, Zeus. Daba la pequeña charla de todos los años.

― Primero que nada quiero felicitarlos por su trabajo en este primer trimestre― el moreno estaba de pie y usaba su característico smoking negro. Los docentes estaban sentados en sillas escuchando con atención a su jefe.

― ¿No se cansa de dar el mismo discurso?― se quejó Ares en voz baja.

― Solo cállate y escucha, verás que se cansará rápido― susurra su amante pelirroja.

― Los alumnos se muestran más interesados este año que en los anteriores por la magia, eso es bueno, y como es costumbre…hemos sido invitados por el Ministerio de Artes Esotéricas a la Anual Fiesta de Celebración Pagana, en acompañamiento de los dioses de los demás panteones.

― Tsk, ¿en serio tengo que ir a esa aburrida fiesta?― la típica irritación del dios de la guerra se volvía a apoderar de él.

― Sí, quieras o no, irás conmigo― Afrodita mostraba una sonrisa algo tenebrosa― así que te callas y mas te vale que te pongas algo decente…por otra parte, no puedo esperar a esa fiesta. Ya quiero ver a Freyja y a Hathor― sonreía gentilmente.

― Y encima tener que soportar a esa arpías― susurra rodando los ojos.

La diosa del amor apretó con fuerza la mano de contario, haciendo tronar los huesos. Este soportaba el dolor causado por su mujer. “Como aprieta” pensaba el chico. En puestos más atrás, Nike, Nix y Asteria habían estado hablando también sobre esta fiesta.

―Oh genial, algo con que distraernos― a Nike siempre le gustaba ir a ese baile, a Nix no tanto pero siempre iba obligada por la otra.

― ¿Ocurre algo Asteria? No pareces muy a gusto con la invitación…sabiendo que eres de ese tipo de personas― susurra lo último casi inaudible. La diosa de las estrella tenía una cara triste.

― No es eso, es solo que…no tengo un vestido apropiado para ir― responde de la manera más inocente posible, haciendo suspirar a las chicas.

― Lo suponía― pensó la de ojos azules.

― Querida tienes una infinidad de vestidos, puedes ponerte uno de esos― aconsejaba de manera gentil la de alas blancas.

― ¡No usaría un vestido viejo!, tengo que buscar uno nuevo, bueno en realidad buscar diecisiete trajes de gala.

― ¡¿Por qué tantos?!― Nix se sorprende por la gran cantidad de vestidos.

― ¿No pensarás llevarte a todo el Zodíaco este año? Y contando tu vestido, ¿para quienes son los otros dos restantes?― opinaba Nike boquiabierta.

― No mi cielo, aprovecharé y les compraré nueva ropa a los guardianes, y solo uno podrá ir conmigo como siempre lo he hecho. Y obviamente, los otros dos vestidos son para ustedes― sonríe.

― ¿De verdad?― preguntaron al unísono. La contraria asiente.

― Por supuesto, son mis amigas mas cercanas y todas debemos lucir radiantes.

― Es mucha molestia, no queremos molestarte, Asteria― la castaña estaba muy apenada.

―No te preocupes, tómalo como regalo por favor.

― Si tanto insistes, lo aceptaremos con mucho cariño― opina la de cabello negro con una sonrisa― cambiando de tema, ¿a cuál guardián te llevarás esta vez?

― Mmm, el año pasado estuve con Nemea, así que le toca a…Astrea.

Las chicas dejaron de hablar ya que Zeus seguía hablando y se perdieron gran parte de la información…y también porque no querían un regaño del director.

― Esta vez, el baile será el domingo en la noche, será un momento para festejar el año nuevo escolar con nuestros colegas y a beber mucho.

El dios dejó una que otra cosa clara y dio por terminada la reunión, todo el mundo estaba feliz de haber salido de ese salón incluyendo al mismo Zeus. Todos se fueron a hacer sus cosas. Exceptuando a un grupo de dioses que se escabulleron sin ser vistos…o eso creían, cierta diosa castaña y enemiga mortal de Afrodita no dejó escapar la oportunidad y los tuvo vigilando todo el día…esta era la ocasión para atraparlos con las manos en la masa.

 

― Muy bien allá vamos― dice Dionisio llevando la delantera guiando a los chicos que se adentraban en el bosque.

― Espero que este viaje valga la pena― opina Artemisa tomado del brazo de su hermano.

― Igualmente, como ese Oráculo sea una charlatana. Tenlo por seguro que te patearé, Dionisio― amenazaba el dios del sol.

― Ambos dejen de quejarse, al menos hay una posibilidad de obtener respuestas― finaliza la diosa del amor entrando totalmente con los demás.

 

Poco después, Nike, Nix y curiosamente Asteria también se adentraron el bosque sin ser descubiertas.

― Los vamos a perder― decía Nike preocupada de perderlos de vista.

― Yo me encargo― Asteria levanta su mano y de esta emerge una minúscula esfera de luz plata, al soplarla, empieza a levitar levemente y poco a poco se multiplica creando una estela o mejor dicho una línea que trazaba un camino― sigamos a la estrellas y nos guiarán hasta ellos.

― Eres asombrosa― halaga sonriente la alada yéndose con las otras dos por el camino de partículas plata.

 

Una lechuza blanca emprende vuelo cerca de ahí a quien sabe donde…

Notas finales:

Tal vez un poco aburridillo pero el salseo empezará en el siguiente cap...MUAJAJAJA.

¿Cuando habrá lemon de Jade con Yoru?

¿Kyle dejará de ser tan piernas abiertas?

¿Pasará algo malo en ese baile?

¿Los dioses descubrirán algo impactante?

¿Asteria conseguirá el vestido de sus sueños?

Bye <3


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