Una nueva mañana cubría al mundo, Jade había pasado la noche anterior muy bien. Se encargó de la cena y la disfrutó junto a su madre y su padre que llegaba de trabajar, y también de su ángel. Al igual que su madre, el padre de Jade felicitó a su hijo por sus logros en la academia, aunque le preguntó que si quería ir a la universidad después de la magia. El chico afirmó su pregunta y que estaba decidió a ser psicólogo al terminar sus conocimientos como brujo.
El sol se asomaba por la ventana del castaño, este leía uno de sus libros favoritos de teorías conspirativas, siendo “El Código Da Vinci” de Dan Brown. Le gustaba el tema de la divinidad femenina, y el libro era el indicado. Su ángel solo se dedicaba a fastidiarlo con cualquier estupidez que decía.
― ¡Estoy aburrido!― se quejaba el rubio dando pataletas en la cama.
― Puedes volver a dormir, harías un gran favor en quedarte callado― Jade pasaba la página del libro, sentado en su sillón completamente concentrado en la lectura.
― ¿Por qué no me cocinas algo?, tienes buenos dotes en la gastronomía. La pizza de ayer te quedó estupenda― sus ojos brillaban de deseo.
― No soy tu esclavo, muy bien puedes hacerlo tú mismo.
― Con ese comportamiento, no conseguirás novio― susurró con molestia, poco después un objeto pesado golpea su cara.
― Escuché eso― dijo el de ojos verdes, lanzando un libro que tenía al lado.
― Duele― el rubio se sobaba la zona roja e inflamada.
Un golpeteo en la puerta detiene la pequeña discusión de los chicos.
― Adelante.
La puerta se abre dejando pasar a Blake y detrás de esta, Selene.
― ¡Blake!― El rubio se abalanza hacia la de cabello negro, ella recibe el abrazo.
― Hola rubiales, ¿agotándole la paciencia a tu dueño?
― Ni que lo digas― Jade cierra el libro y coloca en la mesita de al lado― ¿Qué las trae por aquí?
― Lo dices como si fuésemos visita― aclara su madre con tono burlón.
― Creo que invadimos su aposentos―añade la chica sarcástica― solo vine a fastidiar un rato.
― Con Daniel es suficiente.
― ¡Oye!― Daniel finge sentirse ofendido.
― ¿Pero como una cosita como tú puede ser una molestia?― Selene sin previo aviso entra a la habitación y jala las mejilla del rubio de nuevo, para luego abrazarlo con fuerza.
― Mamá lo lastimas― bufa el castaño, Blake solo suelta una risita.
― Bueno, también vine para darte una noticia― el tono de la chica llama la atención de los presentes― No creerás el revuelo que se hizo en Twitter― del bolsillo delantero de su sudadera, saca su teléfono, colocando el patrón de desbloqueo mostrando la pagina de Twitter con el hashtag correspondiente.
― ¿De qué se trata?― Jade toma el teléfono y empieza a leer los twits, los cuales no eran muy bonitos.
― El Vaticano dio una rueda de prensa hace días, opinado su desagrado por que el Ministerio de Artes Esotéricas planeaba construir una academia de magia en la ciudad.
El chico bajaba lentamente, encontrándose con opiniones algo vulgares y otras más civilizadas. Y aquel enorme grupo que sacaba memes de todo.
“Su odio solo generará más ignorancia y tabú en la sociedad, la magia no es un acto satánico. Eso es lo que ustedes nos quieren hacer creer, he visto como sacerdotes como ustedes practican la magia negra, pero aborrecen quien practique la magia de sanación…Solo son un grupo doble cara” ―GirlDarkMind.
“Estos pendejos no tienen nada mejor que hacer, solo comer en platos de oros, limpiarse el culo con euros y criticar toda religión existente” ―Elbuhosinojos.
“Solo dejaré esto por aquí” ―Cactus. El cual insertaba una imagen de burla.
― Vaya, pues si que hay mucha gente en desacuerdo― El chico veía la discusión que se armaba entre conservadores y los de mente abierta.
―Y no solo eso, un sacerdote muy querido y prácticamente nuevo, está realizando marchas y cadenas de prensa por su preocupación por el incremento de brujas, diciendo que nos estamos desviando del camino de Dios…creo que se llamaba Altair Feraud.
―Ugh, ese hombre― Selene realizaba una mueca de desaprobación, nada más en escuchar el nombre.
― ¿Lo conoce mamá de Jade?― preguntaba el rubio con curiosidad.
― Por supuesto, lo he visto en la televisión muchas veces, él y sus boberías sobre la brujería, solo está ensuciando el nombre de muchas personas que usan la magia para el bien. Ese supuesto ciervo de dios, solo empeora la posible armonía de brujas y humanos.
― Supongo que es nuestro deber mostrarle lo contrario al mundo― Jade le entrega el teléfono a su amiga― ¿Cómo es posible que exista gente así?
― Siempre lo habrá, nos queda mucho por recorrer para conseguir el equilibrio.
― Nunca mejor dicho, Selene― halaga la de ojos grises.
― Bueno, ya que están los tres aquí, ¿me ayudarían con mi labor de jardinera?
― ¿Jardinería?, ya me da flojera― se queja Daniel soltando a Selene.
―Les prometo darles un delicioso almuerzo a cambio― esboza una sonrisa.
― Hecho― el rubio emanaba felicidad en los ojos.
― Supongo que toda la familia tiene un vínculo muy fuerte con la comida― dice Blake graciosa.
― En efecto, Los Silverlight consideramos la comida como un regalo divino, ya sabes cómo son nuestras reuniones…con un abundante festín― Jade se levanta del sillón.
Los tres aceptaron la tarea de Selene, el grupo bajó por las escaleras y se dirigieron a la parte trasera de la casa, en dirección a una puerta corrediza de cristal el cual daba la vista hacía el jardín. Al salir se encontraron primero con un piso de madera rodeado de un barandal de madera blanca, a la izquierda había una mesita blanca con cuatro sillas del mimo color, el lugar contaba con techo, pero el jardín era lo más impactante. Estaba repleto de plantas y flores de varios colores, la parte más llamativa era la pared central, como unas orquídeas adornaban el lugar, había rosales blancos, lirios, margaritas e incluso plantas como la menta y el romero. Todos los cultivos estaban rodeados por rocas blancas que el daba un toque más bonito, y estaban organizadas de una manera que reflejaba armonía en el ambiente.
― ¡Esto es mágico!― Daniel veía el jardín como un portal a otro mundo.
― Esa es la reacción de todo el mundo cuando lo ves por primera vez― acota la chica.
― Se ve distinto, está más lleno, ¿le pusiste hierbas nuevas, mamá?
― Si, compré tomillo en rebajas, los puse allí― señala la pared izquierda donde había una arbusto con delicadas flores rosadas.
― Y veo que la salvia también empezó a crecer― observa la pared contraria, un arbusto con flores moradas en forma de espiga.
― Me gusta el centro del todo― el rubio se dirige rápidamente al final, donde las orquídeas destellaban su hermoso color lila.
― Las orquídeas son las preferidas de mi mamá, se les conoce como las reinas de las flores, debido a su exótica belleza. Este tipo de orquídea es la Cattleya― Explica el castaño acercándose lentamente.
― Y siempre he pensado que se ven bien con rosa blancas―Llega Selene, admirando los rosales a los lados de las orquídeas.
― En mi opinión, me encanta lo femenino que se ve este lugar, de hecho esas orquídeas trepando la pared junto a las rosas blancas tapando el resto, me recuerda a Alicia en el País de las Maravillas.
― Me alegra que digas eso, Blake. Amo a mis flores, y ellas me aman a mí.
― ¿Y qué tenemos que hacer?― pregunta el ángel.
― Sencillo, me ayudaran a regarlas y quitarles la maleza que crece alrededor, algunas necesitan vitaminas; mientras que otras les requieren de insecticida― explica la mujer.
― Bueno, manos a la obra― Blake se sube las mangas de la sudadera.
― Blake encárgate de los lirios y las petunias. Daniel te ocuparás de las margaritas, son las más fáciles. Mientras que Jade y yo trabajaremos con las más delicadas― señala las orquídeas y los rosales blancos.
― Perfecto mamá.
― Pero antes quiero hacer una aclaración. Haremos esto para recibir a alguien especial― la albina sonríe con picardía.
― ¿A quién?― dice los chicos al unísono.
―Es tiempo de invocar a un nuevo ángel, ¿no creen?
Los chicos se quedaron totalmente anonadados, en especial el hijo. El hecho de que Selene quisiera invocar un nuevo ángel, era súper aleatorio para los demás, aunque de igual forma era un bonito detalle.
― ¿Cómo dices mamá?
― Te ayudaré a invocar a un nuevo ángel, el cual podrás hacer contrato. Lo harás aquí en la noche, ya que hay luna llena y será más fácil…algo en mi me dice que es momento de un nuevo compañero en tu vida.
― Eso tengo que verlo― dice Blake emocionada, ahora quiere quedarse todo el día hasta ver el ritual.
― ¿Sabes sobre estos temas?
― Por supuesto, soy más inteligente de lo que crees, hijo. Me encargaré de las ofrendas y los materiales, confía en mí por favor― sonríe gentilmente― Apuesto que a Daniel le gusta la idea― observa al nombrado.
― No tengo ningún problema. Sería interesante tener a otro como yo.
― Decidido, ahora a trabajar― concluye Selene buscando las herramientas para la hora de jardinería.
En otra parte, específicamente Rusia. La misteriosa Samantha se encontraba bebiendo de su bebida caliente favorita, el café. Esta recostada en el asiento junto a la ventana, observando la fría vista de la ciudad, usando un suéter de lana rosa que le llegaba hasta las rodillas, con su cabello suelto y acurrucada como bebé.
― Disfrutas mucho los lugares fríos por lo visto― Illyana aparece en la sala, con una bata blanca, y teniendo su rubio cabello mojado.
― En efecto, y tu apartamento es muy cómodo.
― Gracias, puedes quedarte cuando quieras. ¿Quieres algo de comer?
― No por los momentos― observa a su amiga irse a la pequeña cocina.
― Entiendo― la rubia agarra un cuenco que tenía cerca y añade el cereal dietético que estaba en la alacena, luego va por la leche y las fresas cortadas en la nevera. Al terminar de preparar su platillo, se dirige a la mesa cerca de Samantha.
― ¿Y cómo te va con tu novio?― pregunta para luego darle otro sorbo a la taza.
― Pues muy bien, ya tenemos dos años de noviazgo. ¿Cómo te va a ti en el amor?― se mete una cucharada en la boca.
― Bueno, no me ha ido bien a ese tema, solo dos veces tuve algo amoroso pero de resto no he querido algo más hasta los momentos con los hombres, siendo sincera.― La rusa mira a su amiga en forma sugerente― No soy lesbiana, por si lo piensas.
― Jajaja, yo no decía nada. Aunque me parece raro, ya que bueno eres una mujer fuerte e inteligente, incluso manejas una magia poco común. Pensaba que con esas características, levantarías algún brujo.
― Mi magia es la principal razón por la cual me alejo del mundo. Tiene más desventajas que ventajas.
― ¿En serio?, bueno siempre pensé que la magia del tiempo era complicada de aprender, pero una vez lograda obtenías cierta superioridad. Yo teniendo ese tipo de habilidad, sería poderosa― Illyana volvía a comer de su desayuno.
― No realmente, un gran poder conlleva a una gran responsabilidad… No le recomendaría a nadie que practique este arte…Te contaré mi experiencia, algo que casi no se lo he contado a nadie. Mi magia es igual a mi pasado, mi madre murió cuando yo nací. Así que me crié con mi padre desde siempre, el era un brujo temporal y decidió enseñarme su magia…fue un gran error― su mirada se tornaba seria mientras colocaba la taza en la ventana― la magia de tiempo es muy peculiar, no es una magia ofensiva directa, más bien distorsiona el entorno del objetivo para así atacarlo. Yo era una niña y no sabía lo peligroso que era poseer esa magia…me acuerdo lo que él siempre me decía cuando practicábamos: “La magia del tiempo no es para codiciosos”. Con esto siempre quería decir que llevaba su tiempo y no podía exigir demasiado, ya que las consecuencias serían negativas.
― Se nota que le ponías mucho empeño.
― Por supuesto, me llamaba mucho la atención. Otra particularidad, es que es una magia más teórica que práctica, my pocas veces nos poníamos a usarla. Solo leíamos libros de física, física cuántica, física relativista, astronomía y las demás ramas; los ejercicios físicos eran agotadores, aunque le agarré cariño a esa materia. Pero a pesar de tanto esfuerzo, día y noche leyendo y practicando…sentí que mi vida cambiaba, esa magia me dio otro punto de vista…me mostró que el mundo es movimiento, es vibración…es pasajero y siempre va cambiando, nada es eterno, solo la energía. Vi como las cosas nacían y luego morían. Era un ciclo que no terminaba.
― Suena que maduraste antes de lo esperado. Al parecer, las cosas iban bien en ambos― por un momento se le quitó el apetito, sentía que su amiga se abría más de la cuenta y esto le asustaba.
― Algo que también tuvo su fin. Mi padre murió…el murió de la misma cosa que siempre me prohibía, la codicia. La magia se apoderó de él, a tal grado que simplemente dejó de respirar cuando realizaba un ritual de año nuevo. Lloré toda la noche, lloré hasta más no poder y a la mañana siguiente, llegó una mujer a mi casa, diciéndome el cómo me ayudaría a avanzar, que mi magia era la llave para dejar todo atrás y empezar mi ciclo de nuevo. Al principio me pareció extraño, pero ella era una conocida de mi padre, me dijo cosas que solo mi padre y yo sabíamos. Me ayudó a enterrarlo y sin darme cuenta, me convertí en la aprendiz de esa mujer. Y poco a poco me di cuenta de la naturaleza de mi magia, y en ese momento aprendí la magia de probabilidades.
― ¿Esa mujer solo apareció de la nada?
― Sí, ni siquiera supe cómo se enteró de la muerte de mi padre, pero dejando eso atrás, me enseñó algo que me ayudó a reubicarme en el mundo y ahí fue cuando en mi cumpleaños, esa mujer me regaló mi primer mazo de cartas del Tarot. Las cartas fueron mis únicas amigas, aunque suena extraño decirlo, era cierto. Me ayudaron a comprender como funcionaba el mundo, y como las cosas podían cambiar sin razón alguna.
― No te preocupes, puede entender lo que sientes. Las cartas fueron un soporte para ti, y es normal que sientas ese aprecio hacia ellas.
― En eso no te equivocas, a pesar de que esa mujer fue mi mentora y era una mujer muy benévola, jamás pude verla como una madre y no es que le tuviese rabia. Simplemente no podía, aunque le agradezco por todos sus conocimientos, sin ella no sabía de lo que soy capaz con la magia de tiempo, ahora la uso para comprender el universo, el cómo funciona y la manera del como los humanos nos conectamos con lo astral… como todo está destinado a trascender, supongo que es lo bonito de aquella magia. Lo que pasó con los cazadores, fue un ataque de ira, la cual me arrepiento de hacerlo.
― Siempre cometeremos errores, aunque no lo queramos. Yo confío en ti, eres suficientemente madura para controlar la magia de tiempo, no dejes que ella te venza― sin más se levanta con rapidez y abraza a la contraria casi tumbándole los lentes― Apuesto que tus padres y tu mentora están orgullosos de ti, y como has usado esa magia correctamente― deshace el abrazo y sonríe.
― Supongo que lo estarían, gracias…no soy de abrirme al mundo de esa manera, pero te conozco de hace mucho y siento confianza en ti.
―No te preocupes, siempre es bueno desahogarse con alguien, siempre estaré allí para apoyarte. Y para terminar esta atmosfera triste, ¿Qué pasó con esa mujer?
― Simplemente desapareció, cuando yo me convertí en una supuesta adulta según ella, emprendí mi viaje sola. Según mi mentora, yo necesitaba realizar un viaje espiritual para encontrar mi misión en la tierra― la chica recuerda esas últimas palabras antes que la bruja maestra despareciera. Debía de cumplir una misión de suma importancia, esta parte no se lo contaría a la rubia.
― Bueno, cambiando de tema…hoy tendré una fiesta en un club muy famoso aquí en Moscú. Mi novio me invitó e iremos con unos amigos, ¿te gustaría ir?― dice con voz cantarina.
― ¿Segura?, no quiero incomodar― toma de nuevo su taza y bebe de ella.
― Para nada, irán solamente amigos de él, me gustaría tener uno de los míos…además necesitas divertirte― sus ojos expresaban la ansiedad de la rusa en que su amiga vaya con ella.
― Si insistes― suspira para nuevo tomar otro sorbo.
― ¡Bien!, ya tengo los vestidos planeados, vamos a mi cuarto y elige uno que te guste― se da la vuelta y toma el cuenco del cereal para luego dirigirse a su cuarto dando brinquitos y comiendo del desayuno.
Samantha pensaba que era una escena algo graciosa de pare de Illyana, de todas las personas que ella conoció, la rubia era la bruja más curiosa de todas, sin embargo, a Samantha le caía muy bien. Incluso, se sentía más relajada al contarle cosas del pasado, cosas que la martiriaban todo el tiempo. De tanta charla, una escena muy querida de ella le vino a la mente.
Una donde era pequeña alrededor de nueve años, se encontraba en el patio de su casa practicando su magia, al frente de ella había una pequeña mesa, y en el centro una manzana. Su padre le había pedido que usara la magia para pudrirla, la chica colocó sus manos alrededor de la fruta, pero nada surgía. Intentaba con mucho esfuerzo, pero la manzana no hacía nada.
― ¡No funciona!― la pequeña Samantha se tiraba al piso agotada de intentar, la frustración invadía su cuerpo. Volvió a mirar aquella fruta roja y de la rabia la tomó y la lanzó con todas sus fuerzas.
La manzana salió disparada pero curiosamente se detuvo en seco, suspendida en el aire, flotando emanado un movimiento como la estática del televisor. La chica miró curiosa él como la fruta regresaba en dirección a ella y como le pasaba por encima. Al voltearse, encontró la figura de su padre detrás de ella, sosteniendo la manzana.
― ¿Qué se supone que haces?― su padre esboza una sonrisa traviesa.
― Esa tonta fruta no hace lo que le digo―la chica se cruza de brazos haciendo puchero.
― Supongo que no has entendido nada― el hombre camina hacia la mesa, colocándose enfrente de su hija.
― Es muy complicado, tú siempre lo haces parecer fácil― se voltea y observa a su padre.
― La magia del tiempo no es para codiciosos― el padre decía la misma frase de todos los días, aquella frase que la niña ya tenía archivada en su mente― no es cuestión de que la manzana no haga lo que dices, es comprender como ella funciona, sentir cada átomo de su estructura, la vibración que ellos desprenden. Imaginarse como fue su nacimiento, de una rama de manzano hasta convertirse en un fruto maduro; el tiempo es como una especie de corriente de aire, que la manzana necesita para respirar, pero tiene un comienzo y un final. Cuando es pequeña y apenas en un brote, es que la corriente está empezando a fluir en ella. Cuando la veas así, es que está en medio de aquella corriente, en el momento medio…en su madurez y mientras más transcurra, el aire se acaba y ella decae hasta desvanecerse― Su padre alza su mano con la manzana, y de la nada esta empieza a oscurecerse y formarse arrugas en la concha, hasta perder tamaño y volverse una bola viscosa y de cierto mal olor.
―Wow― solo decía la chica con la boca abierta.
― Pero no te preocupes, la manzana al morir, cede su puesto para que otras manzanas vivan, e incluso sus restos sirven para crear más arboles de manzano, es un ciclo que nunca termina― la manzana recupera su estado normal rápidamente y el padre le da un mordisco― ¿Entendiste?
― Por supuesto― dice sonriente la niñita.
― Bien, es hora que lo hagas tú, pero voy a ponerte otro ejemplo― el hombre deja la manzana en la mesa y busca con la mirada otro objeto, se va a un lugar específico del patio y al rebuscar entre varias cosas regresa a la mesa, colocando una maceta con tierra preparada― En este caso, en vez de matar a una manzana, darás vida a una planta― muestra la semilla que tiene en la mano y luego la entierra con sutileza― Quiero que la hagas crecer― suelta una sonrisa.
La chica asiente segura y se acerca a la maceta, colocando las manos a cada lado del objeto, cierra los ojos y visualiza la semilla tapada por la tierra, imagina el tamaño, color y forma y luego siente como la energía fluye. Siente un cosquilleo en su mano. Luego imagina como la semilla empieza a abrirse y extiende sus raíces por doquier, escucha el crujir de la cascara al romperse y el delicado movimiento de las raíces al moverse, sus manos desprende un calor agradable. Luego ve como una corriente de luz azul zafiro pasa por la maceta y de la semilla, un tallo verde sale de ahí y se muestra a la superficie, la niña se conectaba con la planta, como cada parte de aquella cosa se movía y los líquidos internos fluían con delicadeza como la sangre en su cuerpo, sentía una felicidad en su cuerpo, como si ella fuese la flor, el tallo seguía creciendo brotando hojas y como la corriente azul cubría a la planta, por último, la niña visualiza el capullo de la parte final de la flor, abriéndose poco a poco al ritmo de su latidos, hasta dar a conocer a un lindo girasol.
― Buen trabajo― logra escuchar a su papá, sacándola del trance que tenía.
La niña abre los ojos con temor pero a la vez con curiosidad, se impacta al ver lo que tenía al frente, un hermoso y gran girasol, tal cual lo había imaginado. Lo había logrado, por fin sus esfuerzos dieron frutos, la niña brincaba de felicidad y fue a abrazar a su papá con fuerza, este por su lado la carga y le da un beso en la frente para colocarla en sus hombros.
― Bueno, es hora de darte un baño e irte a dar una siesta, te has esforzado mucho…luego leeremos algo de física, ¿vale?
― Vale, ¡Pero quiero volver hacer eso!, quiero hacer crecer más plantas― exclama la niña con cara entusiasta.
―Tan testaruda como tu madre―concluye para luego entrar a la casa con su hija.
Un cosquilleo en su nuca la saca del bonito recuerdo que tenía, siente como una lágrima caía por su mejilla la cual no tardó en limpiar, volviendo al cosquilleo anterior, se voltea a hacia la ventana al sentirse observada, al fijarse en una esquina de la calle, una mujer con un paraguas se ocultaba de la leve lluvia que había, Samantha no podía verle el rostro completo a aquella mujer, solo de los labios para abajo…pero ya sabía quién era esa extraña. La fémina misteriosa sonríe y luego mueve sus labios, diciendo un mensaje que la Tarotista pudo comprender: “No olvides tu misión”.
― Samantha, ¿Cuándo piensas venir?― la voz de Illyana le da un leve susto, la rubia se asomaba desde la puerta.
― Oh lo siento, me quedé maravillada con la vista de nuevo― se excusa para dejar de ver la ventana y la mujer, para dirigirse hacia el cuarto de su amiga.
― Bueno, tengo pensado ponerte algo lindo y atrevido, posiblemente te consigas a un chico― habla pícara haciendo reír a su amiga
Asteria caminaba por los largos pasillos de su palacio, un leve sonido de teclas de piano le indicaba que ya se acercaba, mientas más caminaba, más nítida era la hermosa sinfonía del piano. Se detuvo en la puerta de aquel salón y lo abrió con cuidado, observando el piano blanco de cola, que era tocado por Astrea, la cual era acompañada de una linda muchacha de la misma edad que la rubia aproximadamente, con cabellos castaños y piel algo bronceada. Ambas cantaban creando una hermosa armonía.
Rosas que adornan tus cicatrices
Las estrellas velan por tu protección
Pequeña alma inocente
Que sonríe con los primeros rayos de sol.
Terminaron su pequeña canción, siendo sorprendidas por los aplausos de su Reina.
― Lady Asteria, me ha dado un susto― sonríe Astrea algo sorprendida.
― ¿Le gustó nuestra canción?― pregunta la otra chica.
― Por supuesto, fue muy bonita. Y has mejorado en el piano, Eiríni.
― Gracias, Astrea es una buena maestra debo decir― la de cabello castaño halagaba a su mejor amiga.
― Y dígame, ¿Se le ofrece algo?― pregunta la rubia con amabilidad.
― Sí, hoy es la fiesta de los dioses, y como todo los años debo llevarme a uno de mis hijos, he decidido que seas tú, Astrea― explica la mayor sonriendo.
― ¿En serio?, disculpe pero…¿está segura?
― Por supuesto, el año pasado fue Nemea, así que por orden natural es tu turno.
― Es una buena idea, ya has trabajado mucho, querida― Eiríni apoya la idea.
― Pero, todavía hay misiones que los guardianes están realizando, necesito estar al tanto de sus progresos― Astrea estaba insegura de ir a esa fiesta, era muy entregada al trabajo.
― No te preocupes, ya me encargué de eso― acota Asteria― Sofía está a cargo de ello. Y Eiríni tiene razón, te has estado esforzando mucho, sé que puedo contar contigo para todo, y necesito que vayas a esa fiesta conmigo― La diosa de las estrellas persuadía a la rubia, y la castaña era consciente, pero le agradaba la idea.
― Está bien, iré si la hace feliz, mi Lady― sonríe la rubia levantándose del sillón.
― Perfecto, ahora necesitamos comprar vestidos, así que vamos allá. Eiríni, acompáñanos por favor.
― Será un placer― dice la nombrada yéndose con las otras dos a quien sabe dónde.
Ya la noche había caído, y varios dioses griegos ya se estaban yendo en limusinas hacia el evento. En el caso de nuestros dioses favoritos, ya estaban saliendo de la academia, viendo su limusina aparcada. Hermes usaba un smoking clásico, Dionisio vestía un traje verde olivo con corbata negra y camisa blanca. Apolo usa un traje blanco con corbata dorada y su hermana, un vestido largo y liso color plata algo escarchado, con un cuello alto cruzado y la espalda descubierta con tacones blancos, su peinado era un moño dejando algunos cabellos rebeldes por fuera, en especial dos mechones al frente de la cabeza y decorado con delicadas flores blancas, y algunos brazaletes sencillos
― Te ves hermosa― halaga Apolo a su hermana.
― Gracias, igual tú― Por los momentos era la única chica del grupo, Afrodita se estaba tardando mas de lo necesario.
― Oigan ahí viene― susurra Hermes al ver a la pelirroja salir de la academia.
Afrodita vestía un hermoso vestido azul rey con escote en “V” alargado, mostrando sus seductores pechos, con la pierna derecha descubierta, usando tacones negros y su peinado era una cola de caballo alta, adicional de un collar dorado tipo shocker y algunas pulseras del mismo color.
Lo curioso, es que no tenía buena cara, a pesar de tener un buen maquillaje tenía un semblante triste, y es que lo sucedido con Ares el día anterior la había dejado devastada. Él usó su magia para fortalecer las habilidades de su pelirroja, pero también arriesgó su vida para protegerla. Él se encontraba en su habitación descansando. La diosa del amor se rehusó a ir a la fiesta para cuidar de él, pero Ares le dijo que no hacía falta y que podía cuidarse solo y que no quería arruinarle la noche a aquella mujer.
― Estás espectacular― la rubia abraza a su amiga.
― Gracias, tú te ves extremadamente linda, el blanco y plata van contigo― Halaga Afrodita sonriendo gentilmente― Y ustedes se ven muy bien chicos.
Los chicos aceptaron los halagos de la mujer, devolviéndoselos con otros cumplidos.
― Bueno, es hora de irnos― Hermes estaba a punto de montarse en la limusina cuando una voz los interrumpió.
― ¿Se van a ir sin mí?― todos voltean, encontrándose con Ares bajando las escaleras, usando un traje vino tinto de corbata negra y camisa blanca. Y con su cabello totalmente hacia atrás.
― ¿Qué haces aquí?, se supone que debes de descansar―Afrodita se acerca sorprendida a su amante.
― ¿Y dejar a mi chica sola? Sabiendo la cantidad de hombres idiotas que se quieren aprovechar de ti, ni dudarlo― sonríe observando con detalle el cuerpo de la mujer― además estás súper hermosa, no creas que te escaparás de mí.
― Puedo cuidarme sola― se defiende alzando una ceja― y segundo, acabas de recibir una herida y para sanarla, tienes que irte a dormir― Aunque en el fondo, le agradaba que el hombre quería acompañarla después de todo.
― No escucharé un no como respuesta― se acerca más a la diosa y alza su brazo― ¿Nos vamos?
La chica se sorprende, pero luego sonríe y sin más, se acerca para plantearle un tierno beso en los labios, conectando sus lenguas en un baile sincronizado. Mientras, los chicos veían felices la escena, es bueno tener a grupo completo.
― Nos vamos― la chica deshace el beso y toma el brazo de su amante, yéndose de una vez en la limusina, sin saber lo que se avecinaba mientras estaban en esa fiesta.