Después de terminar la cena, los familiares charlaron un rato para luego irse a dormir, incluso Derek se quedó a dormir con su hermano en el colchón adicional de la cama dúplex de Jade.
Mientras tanto en un bosque de las fronteras de Inglaterra con Escocia, dos siluetas con túnica y capucha se encontraban caminando y adentrándose en el corazón de aquel frondoso lugar, la neblina se hacía presente acompañado de un frío de medianoche; una cabaña se localizaba al lado de un lago donde este cuerpo de agua reflejaba la delicada luz de luna en fase creciente.
-¿Es aquí?- dijo una de las siluetas con voz femenina.
-Sí, el oráculo nos mostró exactamente esta casa- respondió la otra silueta con voz masculina, grave y un característico acento inglés.
Los desconocidos se acercaron sigilosamente por una de las ventanas para observar el interior, solo se observaba oscuridad a excepción de que en la sala se divisaba un circulo de velas que daban una tenue luz al ambiente, dentro de este círculo se hallaban dos mujeres de aproximados 20 años tomadas de las manos y recitando oraciones en una lengua extraña, a su vez en el centro de aquellas féminas había incienso y una copa plata con zafiros en los bordes que contenía lo que parecía agua.
-Creo que llegamos un poco tarde- dijo la mujer encapuchada con voz seria- aunque podemos detenerle el show-
- Siempre tan impaciente, Erika- agregó el muchacho con molestia- no sabemos lo fuertes que son y mientras estén en el círculo mágico no podemos hacer nada-
- ¿Quieres decir que hay que esperar?- dijo Erika con pereza.
- Exactamente, además si te fijas bien esta ventana no la podremos abrir, está protegida por runas nórdicas- mencionó el chico mientras señalaba dichas figuras escritas en las ventanas- eso quiere decir que la puerta y las demás ventanas y entradas estarán igual de protegidas.
- Malditas brujas, de seguro que lo que estarán haciendo debe ser muy importante-
- Por eso esperaremos, aunque si no me equivoco…- dijo esto para sacar un monóculo de unos de los bolsillos de su cinturón, al ponérselo le permitió cambiar de vista donde ahora todo era azul, aquellas runas de la ventana ahora eran de color rojo, pasó su vista hacia las brujas y una de ellas se iluminaba de color verde y la otra de morado, se fijó en la chimenea de al lado y no vio nada de color rojo- si, esas brujas no sellaron la chimenea con las runas, quiere decir, que es nuestra única entrada-
- Genial, primero esperaremos y ahora nuestra entrada es la de Santa Claus- soltó aquella chica con suma frustración-
Pasaron alrededor de 20 minutos y las brujas habían terminado su ritual, una de ellas dio dos palmadas rápidas y las velas se apagaron para luego encenderse las luces de la casa. Los chicos se escondieron para no ser percibidos por las brujas.
-Bien, es hora de actuar- dicho esto por el chico aquellas siluetas le dieron una vuelta a sus túnica para cubrirse y luego desaparecer excepto aquella prenda.
Las túnicas se elevaron y se movían en zigzag hasta llegar al techo de la casa y dirigirse a la chimenea, sus cuerpos volvieron a materializarse y se quitaron la capucha, mostrando a una chica de cabello tan rojo como la cereza y de ojos azules; y un chico de cabello negro largo colocado hacia atrás dejando unos mechones rebeldes hacia adelante y unos ojos color miel.
Erika llevaba una blusa negra con encaje de color negro y mangas acampanadas, pantalones de cuero negro y botas de tacón grueso igual de negras; en el caso del chico, llevaba una camiseta azul marino sin mangas donde se le mostraba su semi-formado torso y a su vez llevaba unas cintas negras de cuero con hebillas alrededor de su torso que formaba una X, pantalones negros y botas oscuras hasta la rodilla. A su vez ambas personas llevaban un cinturón con bolsillos y artilugios extraños colgados de el.
-Hora de la acción- soltó Erika.
Los chicos se lanzaron por la chimenea hasta entrar a la sala, su caída levantó una cantidad de ceniza creando una nube negra que empezaba a crecer y cubrir el entorno.
-¡¿Quién anda ahí?!- dijo unas de las brujas.
- Somos Santa Claus pendeja, estás en la lista negra- agregó Erika con sarcasmo.
La estela de humo se disipó mostrando a las dos figuras de ropa oscura con un semblante serio.
-Hermana son cazadores de brujas- dijo la bruja menor lista para atacar.
- No bajes la guardia hermana, no te contengas- dijo la bruja mayor preparándose para combatir- no seremos sus siguientes victimas.
Rápidamente Erika se dirigió a la menor y le dio una patada en la cara alejándola de la sala con dirección a la cocina; mientras que los otros dos pelearían en la sala.
- Crece con sabiduría y extiende tus raíces con determinación, ¡Treant!- Dicho esto por la hermana mayor su cuerpo se ilumino por un instante de verde para luego aparecer en el piso un círculo mágico de distintos ornamentos del mismo color provocando que raíces enormes salieran y se convirtiesen en una especie de árbol humanoide.
- Magia de invocación, interesante, lucharemos mano a mano- aquel chico misterioso sacó una pequeña daga con ornamentos en la hoja y mango negro, para luego cortarse la palma izquierda generando gotas de sangre, cerró los ojos por un momento y su cuerpo se iluminó de dorado- del inframundo vienes para llevar las desgracias en mano, ¡Ukobach! – dicho esto dejó caer una gota de su sangre al piso y en este mismo apareció un círculo mágico dorado y de él salió una pequeña criatura de cuerpo hecho de magma que llevaba consigo una cuchara enorme.
-También eres un mago invocador, al parecer de demonios... no me rendiré, ¡ahora Treant!-
- Ukobach, encárgate-
El Treant estiró sus brazos para atacar a la pequeña criatura, pero este lanzo una bola de fuego desde su cuchara quemando la mayor parte del brazo del árbol; la colisión creo gran destrucción en la casa dejando una estela de humo, al disiparse la bruja se dio cuenta de que aquella criatura de fuego calcinó totalmente a su sirviente de madera.
-¡¿Cómo es posible?!-
- Es lógica, mi demonio es tipo fuego y tu arbolito tipo madera, es débil contra mi- soltó aquel chico con suma tranquilidad- Ukobach gracias por tu trabajo- aquel pequeño demonio había asentido a su dueño para luego desaparecer.
- Maldito- aquella bruja era invadida por la frustración y miedo- invoco a la tan hermosa como mujer y peligrosa como serpiente, ¡Lamia!- dicho esto el mismo circulo verde apareció para luego dar a conocer una criatura que de torso era una chica de cabello negro que le tapaba los senos y desde la cadera hacia abajo era una cola de serpiente de color azul- aquel idiota tiene aura dorada, sí que es peligroso- pensó la bruja.
- Hazte presente alma llena de envidia y soberbia, asesina a aquellas más hermosas que tu, ¡Sahiki!- dejo caer otra gota de sangre y otro circulo dorado apareció para manifestar a una mujer muy pálida con un cabello que le llegaba al piso, negro y liso que le cubría la cara, usaba un vestido de novia lleno de sangre y un ramo de rosas en su mano derecha.
Por otra parte la batalla de las menores en la cocina estaba dejando estragos por todos lados; Erika había golpeado varias veces a la bruja dejándola con moretones y partes adoloridas.
-Toma esto tonta- dijo la bruja menor creando varias esferas de luz con dirección a Erika, la chica pudo esquivar todas con agilidad.
- mi turno- dijo la pelirroja sacando unas pequeñas piedras rojas de sus bolsillos y lanzándolas a la bruja la cual explotaron generando graves quemaduras a la piel de la chica.
-¡Bastarda!- la bruja se concentró aunque el dolor era insoportable, una luz morada se manifestó en su cuerpo- ¡Rayo de los 1000 soles!- dicho esto junto sus manos creando una esfera de luz la cual se convirtió en un potente rayo tan puro y blanco en dirección a la pelirroja sacándola de la cocina y dejando parte de la casa totalmente destruida.
- Lo hice- dijo la bruja animada y a su vez cansada por gastar tanto maná y por el dolor de las quemaduras. Pero aquella felicidad duró poco cuando Erika salió ilesa debido a que absorbió el ataque gracias a un cuarzo en forma de mano que sacó de su bolsillo.
- Eres una pésima Fotokinética, ¿lo sabías?- dijo Erika con soberbia y una sonrisa en su cara- ahora te devolveré el favor- sacó una clase de daga plata con incrustaciones de piedras preciosa de color negro y lo lanzó hacia la chica.
La bruja generó un espiral de luz para detener el ataque, pero peor fue su sorpresa cuando la daga rompió el ataque y sin previo aviso se incrustó en el pecho de la bruja donde empezó a brotar sangre en la zona.
-N-no…e-es…p-posible- la bruja empezaba a perder visón y el dolor en el pecho se incrementaba, solo pudo ver su casa totalmente destruida, en la sala a su hermana batallando con aquel chico y cuando fijó su mirada al frente, Erika estaba acercándose a ella.
- Bien, ahora el gran final- mientras Erika se iba acercando sacó una especie de hilo plata un poco grueso con puntas afiladas como si fuese el tallo de una rosa, para luego lanzarlo como látigo y enrollarlo en el cuello de la mutilada bruja- nos vemos en el infierno, bruja zorra- dicho esto estiró el hilo y por la presión, la cabeza de la chica se desmembró de su cuerpo dejando un enorme lago de sangre.
-¡No, Lila! – la bruja mayor se quedo petrificada al ver como su hermana era decapitada por aquella pelirroja cazadora de brujas.
-Sahiki, aprovecha que está distraída- aquella mujer de vestido ensangrentado utilizó su velocidad y fuerza sobrehumana para acercarse a la Lamia y con sus largas uñas la decapitó haciéndola desaparecer para luego llegar hacia la bruja y darle una puñalada también en todo el corazón dejándole aquella zona con un agujero mientras ríos de sangre se escurrían hasta llegar al piso. El cuerpo de la bruja mayor se desplomó dando por terminada la misión de los cazadores.
- Muchas gracias Sahiki, puedes quedarte con el cadáver, es tu recompensa - mencionó el chico y acto seguido aquella demonio se agachó hacia el cadáver para luego mostrar una enorme mandíbula con filosos dientes que empezaban a desgarrar la piel y triturar los huesos de la ya muerta bruja.
- Disculpa, esto es mío- dijo Erika moviendo el cadáver de la menor para luego sacar la daga incrustada bañada en sangre y limpiarla con un pañito que tenía guardado.
-Creo que exageremos un poco en eliminarlas-
- No lo creo, hiciste un buen trabajo, Yoru-
- Igual tú, Erika-
-Bueno ya terminamos, así que deberíamos irnos-
- Tienes razón, Sahiki ya puedes irte- dicho esto la mujer se había comido todo el cadáver para luego desaparecer.
Cada uno sacó un anillo plata con una escritura en lengua muerta, lanzaron los anillos al piso y acto seguido estos se agrandaron y emanaban una luz de color entre violeta y rojo dentro de ellos; cada uno se posicionó adentro del anillo y estos desaparecieron.
Ahora los cazadores de brujas se encontraban en al frente de un hermoso castillo gótico color gris, decorado con ornamentos de rosas, querubines, con vitrales finamente elaborados que daban color morado, un jardín de flores tanto coloridas como exóticas, las flores más destacadas eran las orquídeas y encima de del portón se hallaba la escritura: νομαδικa2; θάνατο.
-¿Sabes?, ahora que lo pienso el nombre de La Muerte Nómada es muy conveniente para nuestro círculo- mencionó Erika.
Los chicos entraron al portón y sinceramente observar aquel castillo era trasladarse al siglo XVIII, caminaron por aquel jardín hasta entrar en la edificación, mientras se desplazaban aún sentían aquel ambiente victoriano por las decoraciones y pinturas en las paredes y techos, saludaban a uno que otro cazador de brujas que se encontraban; subieron por unas escaleras con alfombra roja hasta llegar a un pasillo donde el final se encontraban unas enormes puertas de madera. Lograron divisar a una silueta saliendo de aquellas puertas mientras los chicos se acercaban; aquella persona era un hombre de unos 36 años, que vestía una túnica de sacerdote negro con un collar de cruz invertida, tenía cabello oscuro, ojos negros y una mirada un poco cínica.
-Yoru, Erika, tiempo sin verlos…vienen de asesinar brujas por lo que veo- mencionó aquel extraño hombre con un sutil acento francés.
- Hola Altair- agregó Yoru con su voz ronca y mirada seria.
- Vaya Erika, estas muy hermosa últimamente- dijo Altair con ojos lujuriosos y marcando mas su cara pervertida.
-Deja tus perversiones o ahora mismo te arranco los testículos, degenerado pedófilo- se defendió la pelirroja.
- Como sea, tengo que “guiar a las personas al camino de dios”- dijo lo ultimo marcando comillas con sus dedos- nos vemos-
Después de ver como aquel “sacerdote” se marchaba ambos entraron a la puerta, dejando ver a un hombre de unos 40, fornido, de cabellos rubios, ojos grises y una barba poblada sentado en un escritorio; aquella persona emanaba una esencia de autoridad.
-Leónidas, cumplimos con la misión- dijo Erika directo al grano-
-Un poco de respeto Erika, discúlpela señor Morrow- mencionó Yoru
-No te preocupes por eso Yoru, bueno ustedes nunca me fallan, siempre hacen lo que se les pide, a cambio, les doy mi confianza…y un poco de dinero- dijo Leónidas con una leve sonrisa y sacando dos fajos de dinero de uno de los cajones de su escritorio- Aquí tienen su recompensa-
Los chicos tomaron un fajo cada uno, Erika ya estaba dispuesta a irse al igual que Yoru, solo que esta quería irse lo más rápido posible para descansar.
-Erika espera, el señor Morrow no nos dio permiso para desalojar la habitación- agregó Yoru con suma molestia.
- JAJAJA, vamos Yoru no seas tan formal, aunque si tienes razón tengo algo que decirles…tienen una nueva misión – acotó Leónidas.
- ¿Matar mas brujas?, estoy súper agotada- dijo la oji azul harta de estar ahí.
- Oh, no realmente por los momentos- dijo el mayor sacando dos sobres de cartas de uno de los cajones y levantándose de su asiento para entregárselo a cada uno- Verán su nueva misión es súper importante y a su vez peligrosa-
-¿A qué se refiere?- dijo Yoru con suma curiosidad y confusión
- Serán ingresados a la academia de magia Sonnenkonig- contestó el mayor
-¡¿Qué?!- dijeron ambos chicos mientras abrían las cartas confirmando que aparecían sus nombres y que eran admitidos a la academia.
- Así es, irán encubierto por 3 años, la razón será investigar los secretos de la academia, y el día de la graduación, robaran el Orbe Hecático y así crear el conjuro para acabar con la magia-
- ¿E-está seguro de eso señor Morrow?- dijo Yoru incrédulo.
-¿Y por qué nosotros?- agregó Erika
- Ustedes son mis mejores cazadores, así que cuento con ustedes para eso, estoy seguro que habrá que pelear para conseguir nuestro propósito, pero los tengo a ustedes, Altair, Samantha, los demás... y también un ejército de cazadores-
- Esta bien, lo haremos- dijo Yoru con la adrenalina recorriendo su cuerpo
-Bueno pueden retirarse, mañana en la mañana lo buscaran, aunque ingresé una dirección falsa para que puedan buscarlo, es un apartamento en Cambridge, deberán dormir allá, el oráculo les indicará el lugar-
- Excelente señor, estaremos encantados de cumplir la misión- culminó Yoru.
Ambas presencias se marcharon dejando al mayor solo.
-Muy bien, todo va de acuerdo al plan, matar a esa maldita bruja hace años no fue suficiente, todos los brujos desaparecerán, así sea desaparecer aquellos brujos que estén de mi lado- soltó Leónidas mientras se sentaba en su sillón y se perdía en sus pensamientos.