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Egocentrismo is Gay por Ewah Yeong

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Notas del capitulo:

Hola espero les guste y una disculpa por la demora!!!!!

-Aaagh!!- se quejó el rubio asustado, que iba a hacer Kaiba con el!? –que mierda haces maldito demente, hijo de puta!!!- grito el rubio aterrado al sentir el piquete en el cuello, su cuerpo rápidamente se sintió mareado, no podía estar de pie, así que fue llevado hasta la cama donde Kaiba lo aventó sin mucha delicadeza. 




 




-Tranquilo Wheller, no pasa nada, solo le enseño a un perro maricón que con Seto Kaiba no se juega- decía mientras empezaba a quitarle la ropa al rubio, se empezaba a sentir caliente. 




 




-todo…esto es por… eso? Imbécil!!??- decía con un poco de dificultad, necesitaba tomar aire, su cuerpo le hormigueaba, no podía creer hasta donde Kaiba había llegado por el simple hecho de haberle dicho que no era su tipo, que no le gustaba. 




 




-claro Wheller- lo miraba con malicia mientras seguía desvistiéndole, ya le había quitado los tenis, los calcetines y el pantalón del uniforme, empezaba a desabotonar su camisa, quedando solo con su playera blanca y su bóxer un poco holgado. 




 




-haré que pagues esa falta de respeto del otro día- mientras veía como el rubio se empezaba a poner un poco rojo por la temperatura de su cuerpo, notó la erección en sus calzoncillos, esa afrodisiaco sí que era e rápido efecto. 




 




-por favor…. Para esto… aah…. Mierda!-Joey ya no pensaba muy claro, solo se sentía arder y su entrepierna le dolía, le molestaba su ropa interior, estaba demasiado sensible. 




 




-claro que sí, hasta que ruegues por mí, perro- su plan era perfecto, drogar al perro, hacer que rogara su nombre, dejarlo con las ganas y botarlo de regreso a su casa, solamente de esa manera el rubio aprendería a no abrir la bocota más de lo debido. 




 




-aaah… Kaiba…en..serio..-trataba de mantener la poca cordura pero le era difícil pensar y hablar y al parecer el moreno no iba a dejarlo ir hasta tener lo que él quería, humillarlo, y lo estaba logrando, pues necesitaba calmar el dolor de su entrepierna, y empezó a frotarlo por encima de su bóxer, ya no importándole si el castaño lo veía o no. 




 




-vaya Wheller, así que si eres un perro calenturiento después de todo- le decía mientras ponía un tripie enfrente de la cama, con una cámara y le dio encendido, rápidamente la luz roja comenzó a parpadear en señal de que estaba grabando. 




 




Luego aun lado tenía una caja mediana, la acerco a la cama bajo la atenta mirada del rubio, que abrió sus ojos grandemente cuando de ahi comenzó a sacar unos consoladores de diferentes tamaños y un bote de lubricante. 




 




-mal…dito…bastar…do- el cuerpo del rubio ya no tenía fuerza suficiente para estar peleando, todo en su cabeza era, descargar todo lo que tenía acumulado dentro, Kaiba por su parte termino de desnudarlo rudamente, en esa misma caja venían unas correas que ataban las muñecas a los tobillos, así dejando al rubio completamente indefenso y a su merced sin poder cerrar las piernas. 




 




-veamos, con que empezaremos- decía con malicia mientras tomaba dos consoladores de diferente medida, uno de pilas y el otro de hule. Saco el frasco de lubricante y lo vertió encima del miembro del perro que se escurrió hasta su entrada. 




 




El cuerpo del rubio se estremeció al sentir el líquido frio sobre su miembro caliente, se sentía tan lascivo en esa posición y sintiendo como el lubricante recorría su miembro, empapando sus testículos y mojando su entrada. 




 




Kaiba por su lado se sentía extraño un poco incómodo por la reacción del rubio pero aun así la curiosidad de saber que tan lejos podría llegar el mismo con el perro no lo dejaba soltarlo. Encendió el vibrador y lo puso en la entrada del perro, viendo cómo se retorcía del placer. 




 




-mier…da Kaiba… termina esto…. Por favor- decía jadeante el rubio, tenía demasiadas ganas de que lo atravesara con ese objeto, necesitaba descargarse de cualquier manera, movía su cadera buscando mas contacto con el artefacto, Kaiba por su parte empezaba a calentarse por la escena. 




 




Un perro abierto de piernas tratando de empalarse con el vibrador, se reprendía mentalmente, se supone que aquí el único desviado era Wheller no el,  no entendía porque estaba teniendo una leve erección. 




 




-esto es lo que quieres?- preguntaba al mismo tiempo que empujaba levemente el vibrador en la entrada del perro, para su deleite este entro sin esfuerzo por todo el lubricante que cubría la zona. 




 




Eso fue una bomba para Kaiba, ver como el objeto era prácticamente devorado por el trasero de Wheller lo calentó de sobremanera, fue un estimulo explosivo, pudo sentir como el calor se agolpo en su miembro haciendo que su pantalón se ciñera a su cuerpo y la cara del perro junto con el gemido que emitió al sentir la intromisión no le ayudaron a calmarse. 




 




Movió el objeto hasta lo profundo del perro que empezó a gemir sin pudor, estaba clavado justo en ese punto que le provocaba demasiado placer, Kaiba puso la velocidad máxima, el cuerpo de Joey luchaba por soltarse. 




 




-mier….da..Kai…baa…. Suelta…me- pedía el rubio, pero al parecer sus suplicas no iban a ser escuchadas. 




 




-se ve que lo estas pasando bien, jodido perro maricon!- le soltaba con coraje al perro, mas por provocarle una erección que por estar siendo torturado. 




 




Joey comenzaba a mover su cadera, sentía que muy pronto terminaría, la movía de tal manera que trataba de hacerlo entrar y salir de su cuerpo. 




 




Kaiba observaba la desesperación del cachorro así que decidió darle un poquito de placer y como el perro quería empezó las embestidas con el vibrador. 




 




Los gemidos no se hicieron esperar, eran altos y descarados, ya no le importaba a Joey ser escuchado por ese infeliz. Sentía como su cuerpo se calentaba al máximo en señal de un orgasmo próximo, y así fue su cuerpo se tenso con violencia para después descargarse encima de su cuerpo y sentir como se relajaba. 




 




Kaiba estaba fascinado y molesto al mismo tiempo, se sintió tan poderoso al ver como había provocado que el perro eyaculara de tal manera sin ser estimulado su miembro y molesto por ver la maldita cara de relajación y satisfacción en el rubio. 




 




-Eres un maldito maricon, tuviste suficiente Wheller?- 




 




-eso…eso fue todo?... Es lo único que puedes …hacer Kaiba?- retaba el rubio, aunque todo estaba en su contra, aunque había disfrutado demasiado del estimulo, nunca le daría gusto a ese mal parido, atacaría su orgullo aunque el de el ya haya sido pisoteado. 




 




Vaya que sus palabras surtieron efecto, enfurecieron al castaño al grado de quererse irle a partir la cara al cachorro. 




 




-así que no fue suficiente he!?- Mientras lo tomaba del cabello y lo miraba amenazadoramente, la mueca de dolor del rubio lo excito, eso lo espanto y lo soltó inmediatamente. 




 




-desátame …maldito, ahora.. que me…vas a gol…pear estando amarrado?... Que bajo has caído Kaiba… el que se comporta… como ma…ricon…. Eres…tu!- volvía a retar el rubio, tenia miedo, ahora estaba seguro que Kaiba era capaz de todo, pero aun así le daría guerra hasta el final. 




 




-Veamos si como ladras muerdes estúpido perro!- el no era ningún maricon y le partiría la cara a ese idiota, comenzó a desatar al rubio para que pudiera defenderse, solo un poco. 




 




Kaiba lo enderezó rudamente para que se sentara, las piernas del rubio estaban temblorosas no se podía poner de pie. 




 




-eres un maldito enfermo Kaiba-  




 




-aquí el único enfermo eres tu perro, tu cuerpo aun quiere mas- señalándole al rubio la erección, ya se había corrido y  aun así su cuerpo estaba duro. 




 




-Tienes… razón, métemela!- le exigió el rubio mirándolo retadoramente, eso si no se lo esperaba el moreno. 




 




-estas mal de la cabeza o que te pasa perro, yo nunca haría semejante estupidez!- sentenciaba el moreno. 




 




-ja! Solo… te diré una cosa… Kaiba- mientras sonreía sacarronamente el rubio. -esto que me... hiciste no es tan… tan… diferente de lo… que yo suelo… hacer, así que te… falló ricachón- completaba mientras trataba de ponerse de pie pero sus piernas un no le respondían del todo. 




 




-que mierda estas diciendo perro!?- se estaba cabreando, así que su plan no sirvió de nada, ese perro le gustaba estarse burlando de el, en su cara, eso no se quedaría así. 




 




-que si quieres…. humillarme, métemela..., quizás solo así aprenda…. a no abrir mi…. bocota!- volvía a retar el rubio, sabiendo que Kaiba jamás haría algo como eso, lo dejaría ir finalmente. 




 




Pero… Kaiba es Kaiba y si de su orgullo se trata pierde la cabeza. Y así fue, Kaiba perdió la razón. 




 




-así que solo así estarás callado!! Estúpido perro, no podrás ni levantarte!!!- le escupía cegado por su orgullo herido. 




 




Tomo al rubio de los cabellos para aventarlo a mas al centro de la cama, volteándolo y dejando su rostro clavado en el colchón. 




 




El rubio tembló ante la acción, eso no era lo que se esperaba, esperaba que Kaiba lo soltara y lo dejara ir pero creo que su bocota nuevamente lo metió en mas problemas. 




 




Kaiba estaba mas fuera de si, observado el cuerpo desnudo del perro, pero no pensaba claramente, en su cabeza solo estaba, joder a Wheller, hacerlo gritar y ensañarse con su cuerpo para que así dejara de ladrar tanto. 




 




 




-Kaiba, para esto por…- no pudo completar, una mano se poso en su espalda bajando hasta su cadera suavemente, le causo un escalofrió, sentía como la mirada de Kaiba lo observaba, como si lo estuviera escaneando y grabándoselo en la memoria. 




 




Pero la sutileza termino, el moreno posó su mano nuevamente  sobre la cabeza del rubio para retenerlo en el colchón, solo se escucho un cierre abriéndose, Joey sentía como era nuevamente mojado por el lubricante, aun sentía su cuerpo débil, no podía poner tanta resistencia como hubiese querido. 




 




-esto te va a doler cachorro- le susurraba en la oreja con malicia, mientras era tomado de la cadera para jalarlo hacia atrás dejándolo con el trasero al aire, Kaiba seguía observando ese lugar, estaba un poco rojo por el trato anterior. 




 




Pero eso no lo detuvo, posó su miembro en la entrada embarrándolo con el lubricante y entro de una sola estocada. 




 




-aah…hhh- el rubio gimió sofocadamente al sentir como se había incrustado en su cuerpo, el miembro del castaño era mas grande y mas largo, que el pequeño vibrador. 




 




-agh- gruño el dragón por sentir placer al haber entrado en las entrañas de Wheller, quería sentir mas, su miembro era apretado deliciosamente, así que empezó a embestir lenta y tortuosamente al perro. 




 




Joey por su parte aun estaba bajo el efecto del afrodisiaco, negar que le estaba gustando era mentir, decir que quería mas rápido y mas fuerte era aceptar que eso que se le salió de las manos era lo que necesitaba con urgencia del moreno. 




 




-ma…as- fue lo único que pudo articular, como si de una orden se tratara el moreno tomo con fuerzas las nalgas del cachorro para halarlo a si mismo, mientras volvía a empujarlo con fuerza una y otra vez. 




 




Solo se escuchaba el rechinido de la cama en ese espacioso lugar acompañado del sonido del choque de sus pieles. 




 




El sudor empezaba a gotear de la frente del moreno para mojar la espalda del rubio recorriéndola, eso le gusto, se fue echando hacia el cachorro para pasar su lengua por ese camino de sudor que el mismo había provocado para después morderlo con fuerza. 




 




Joey estaba seminconsciente de tanto placer, el maltrato que le daba Kaiba a su cuerpo solo lo calentaba mal, creo que era un enfermo masoquista después de todo, aceptaba que le gustaba como su cuerpo estaba siendo ultrajado con tanta fuerza. 




 




Con trabajos fue enderezándose, hasta quedar en cuatro con el moreno que seguía recargando su peso en el. Kaiba ya para entonces se encontraba demasiado entretenido manoseando al cachorro de donde podía. 




 




Bruscamente salió del rubio, viendo como su entrada regresaba a su tamaño natural. 




 




-ahhh, noo…oo- fue la suplica del rubio, al sentir como era abandonado su interior. 




 




-tranquilo cachorro, que esto aun no se termina para ti!- sentencio el moreno mientras le daba vuelta rudamente quedando frente a frente por fin, Joey pudo ver como el moreno estaba bañado en sudor con su camisa abierta y el cabello despeinado dándole un toque mas rudo y atractivo aun. 




 




No  soporto mas esa escena y jalo al moreno hacia el para besarlo con desesperación, Kaiba se sorprendió, pero le sorprendió mas estar el mismo llevando el control de ese beso, metiendo su lengua para tocar la del cachorro, mordisqueado sus labios y succionándolos.  




 




El moreno coló sus manos hasta las nalgas del rubio donde las abrió para incrustarse nuevamente en el sin separarse de la boca del cachorro. 




 




Los gemidos de Joey eran mas elevados, esa posición hacia que Kaiba entrara mas al fondo de su trasero, solo atino a agarrarse del moreno, que seguía embistiéndolo con fuerza sin despegar su azulina mirada de las reacciones del rubio en cada arremetida. 




 




Era demasiado excitante verlo retorcerse con su miembro dentro, hacerlo perder la razón, ver como por su miembro entrando y saliendo rápidamente le ponían los ojos en blanco. 




 




-va…mos, has..lo tu solo- decía agitadamente el castaño, jalando al rubio dejándolo encima de el para que se montara a su ritmo. 




 




Joey ya no tenia fuerzas en sus piernas, le temblaban pero sabia que Kaiba no lo dejaría bajar de ahí hasta haberle dado lo que quería y efectivamente eso pasaría, Kaiba al no ver “iniciativa”, del rubio lo tomo de la cadera y comenzó a embestirlo desde abajo. 




 




Puso sus manos sobre el pecho del moreno para no caerse, su cuerpo pronto comenzó a sentir de nuevo placer y comenzó a moverse  de arriba hacia abajo tanto sus piernas se lo permitieran. 




 




Lo podía sentir, sentía que pronto llegaría a un orgasmo, volvió a tumbar al rubio sobre el colchón, abriéndole las piernas a todo lo que el cuerpo del rubio le daban, arremetió una y otra vez, vio como Wheller se mancha así mismo con su propio semen, mientras el quería dejarle un grato recuerdo al perro, salió antes de terminar y se descargo en la cara del rubio. 




 




El pobre estaba mas inconsciente que consiente para ese entonces y Kaiba no estaba en mejor condición y con  un -espero…. que hayas aprendido la… lección perro- se tumbo junto a Joey se quedaron dormidos. 




 




.-.-.-.-.-.-.-. 




 




Cuanto tiempo había pasado?, no lo sabia pero si sabia que había sido demasiado tiempo pues empezaba a oscurecerse, que es lo que había pasado ahí?, se preguntaba mientras miraba al techo del lugar. 




 




Después echaba una vista al cuerpo que estaba acostado aun lado de el, dormido tan plácidamente después de todo lo que ocasiono, su rostro aun tenia rastros de semen, eso se le había salido completamente de las manos. 




 




Aun así actuaria como si nada hubiera pasado entre el perro y el, no le daría la satisfacción de que viera que dudaba de sus actos. 




 




Se levanto y acomodo sus ropas, fue a la cámara que en algún momento dejo de grabar, estaba descargada y realmente no tenia muchas ganas de saber que demonios grabo. 




 




Joey comenzó a despertarse, se sentía mareado, pero poco a poco fue recordando que le había sucedido, buscaba con la mirada a cierto moreno psicópata y ahí lo vio, sentado en  la silla frente a la cama mirándolo con el ceño fruncido. 




 




-vámonos- soltaba el moreno poniéndose de pie mientras le aventaba su ropa al rubio, intento pararse pero sus piernas aun le temblaban y su cuerpo de dolía  horrores. 




 




-no… puedo- solo respondió viendo como Kaiba se acercaba a el, estaba en la espera de mil y un maldiciones a su persona pero jamás llegaron, solo tenia en frente a un malhumorado moreno que lo estaba ayudando? No eso no era ayudar, estaba vistiéndolo de mala gana. 




 




Hubo mas silencio de parte de los dos, bueno el rubio si tenia muchas cosas que reclamar pero el cansancio no lo dejaba. 




 




Con la ayuda ruda de Kaiba subió al auto, el camino fue silencioso hasta la casa del rubio, una vez fuera de ella, Seto solo lo ayudo a bajar y lo dejo a su suerte en la entrada. 




 




Después de eso el moreno se fue a su casa para meterse a bañar, no podía desprenderse el olor del perro por mas que tallara su cuerpo con agua y jabón, se reprendía mentalmente, como era posible que actuara tan impulsivamente como Wheller, primero actuar y después pensar. 




 




Joey por su lado estaba pensativo, le costo llegar a su cuarto y bañarse, nunca de los nunca pensó que Kaiba fuera a ser capas de cogérselo de esa manera. 




 




Realmente el moreno no le atraía, le caía mal, pero después de verlo como lo vio y de sentirlo como lo sintió y vaya que si que lo sitio, ya no sabia que pensar aunque ese nunca ha sido su fuerte. 




 




Simplemente no le dio mas vueltas al asunto y se durmió, haría como que jamás había sucedido. 




 




Y así fue, habían pasado unos cuantos días y todo mundo se dio cuenta de que esos dos se estaban evitando, no había peleas, no había discusiones verbales, no había regaño de los maestros, no había nada! Todo tan o mas aburrido que antes y quisieran o  no eso los estaba matando a los dos. 




 




Cansado de no poder desquitar su coraje con alguien que no le sacara la vuelta a los golpes, el rubio se paro enfrente del escritorio del moreno. 




 




No había marcha atrás, por mas que se evitaran ni uno ni el otro había podido olvidar lo que paso en esa bodega. 




 




Kaiba había reunido valor un día para ver el video y eso solo le comprobó algo que no quería darse cuenta, necesitaba volverse a coger al perro, jamás había experimentado  una excitación de esa magnitud ni un deseo tan grande. 




 




Su lívido había sido despertado por un maldito perro maricon, que ironía, a lo que le huía es lo que deseaba en ese momento. 




 




Y al parecer no era el único que lo deseaba. 




 




-ya te he dicho que no eres mi tipo?- decía con una sonrisa socarrona el rubio el cual tuvo una respuesta de igual manera. 




 




-creo que tendré que enseñarte modales perro- definitivamente no despreciaría semejante invitación. 




 




Solo se miraron un instante mas, prometiéndose con la mirada un sinfín de  buenos ratos, solo entre ellos dos. 




 




Fin 

Notas finales:

Ese Kaiba siempre perdiendo el control con el cachorro.

 

espero les haya gustado espero sus RR

 

saludos!!!! :)


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