En cualquier día dado, si te fuiste a la azotea después de la escuela, habría una probabilidad de 9/10 de que serías capaz de encontrar dos niños sentados allí con libros esparcidos alrededor de ellos. Uno estaría apoyado contra la pared, murmurando incoherentemente sobre la injusta existencia de la clase de ciencias. El otro estaría sentado frente a él, la cabeza enterrada en sus notas de matemáticas. No era un sitio infrecuente para ver a los pares impares en la concentración reservada, levantando sus cabezas para arriba de vez en cuando para preguntar a al otro una pregunta porque fuera coincidencia o no cuál era su peor asunto era el mejor del otro. Aunque la mayor parte del tiempo trabajaban en silencio, garabateando diligentemente en portátiles desgastados. Hoy no era diferente, aunque se podían ver nubes grises deslizándose por el cielo, ninguno de los dos fueron persuadidos por las predicciones del meteorólogo.
"Hey Woojin, ¿cómo va esa fórmula triangular?" -preguntó Jihoon, arqueando las cejas como si la acción despertara en su mente para recordar.
-¿Te refieres al teorema de Pitágoras? Woojin preguntó, ahorrando a Jihoon una mirada de su ensayo de medio término sobre la anatomía del cuerpo humano.
"¿Supongo?" -dijo Jihoon, inseguro de las palabras que acababan de arrojar de la boca de su amigo.
"Es un ^ 2 + b ^ 2 = c ^ 2", dijo Woojin, la fórmula fluyendo como si alguien le hubiera preguntado cuál era su apellido.
"Gracias", fue la respuesta.
Y fue así, de ida y vuelta, hasta que ambos niños habían terminado su tarea o hasta que sus cerebros decidieron que necesitaban un descanso. Al principio, trataron de limitar sus recesos para ser lo más eficientes posible, tratando de obtener la mayor cantidad de trabajo realizado en el período más corto de tiempo, pero ahora que el año ha progresado, la cantidad de tiempos de descanso ha ido aumentando.Jihoon estaba seguro de que Woojin podría fácilmente azotar una ecuación media que relaciona la frecuencia de las pausas con los días transcurridos desde el comienzo del año escolar comenzó si necesitaba ese tipo de ayuda mental, y Woojin estaba seguro de que en el tiempo que le llevaría hacer la ecuación, Jihoon podría darle una lección breve de la historia en la evolución del cerebro y que los arqueólogos de los primeroshuesos descubrieron que demostraron evidencia de las diferencias evidentes entre las capacidades mentales de homo sapiens y de Neanderthals. Está claro que después de una hora de continuar así, los muchachos estaban en la necesidad desesperada de algún tiempo para descansar sus mentes antes de que las entrañas de sus cráneos se convirtieran en puré (aunque Jihoon no estaría de acuerdo con la probabilidad de que esto realmente suceda en la vida real ). Woojin levantó la vista de su papel para ver a Jihoon pellizcando el puente de su nariz. Jihoon, sintiendo los ojos de alguien que lo observaba, se encontró con la mirada de Woojin y ellos llegaron a un entendimiento tácito mientras se asintieron. Woojin procedió a terminar la frase en la que estaba trabajando, y Jihoon transfirió apresuradamente los números de su calculadora a su hoja de trabajo. Finalmente, llegaron a un breve punto de parada.
Woojin se acercó a su mochila y sacó dos botellas de agua. Jihoon rebuscó en su propia bolsa, presentando una bolsa de galletas y un paquete sin abrir de gusanos amargos.
-Aquí -dijo Woojin, extendiendo el agua a Jihoon que se acercó para tomar la botella.
Una vez que agarró la botella, miró a Woojin, levantando una ceja mientras agitaba la bolsa de gusanos amargos y ágil como si le preguntara "¿quieres uno?" Sin preguntar realmente. Woojin agarró inmediatamente la bolsa, empujando los caramelos en su boca, una sonrisa infantil que se extendía en sus labios. Si ya no era obvio, los gusanos gomosos ácidos eran el bocado favorito de Woojin.
"Gracias Jihoonieeeee," Woojin cantó, enviando corazones con los dedos en la dirección de Jihoon.
"Ew, eso se supone que es lindo", respondió Jihoon, con la cara distorsionada de disgusto, pero si lo mirabas de cerca, un ligero rubor se podía ver removiendo sus mejillas.
Los muchachos continuaron en sus bromas, felizmente comiendo sus golosinas como su cerebro tomando un respiro. Jihoon metió una galleta en su boca, llegando a la bolsa para otra, pero finalmente llegó con las manos vacías. Miró a Woojin que acababa de comer su último gusano gomoso. Jihoon dio un suspiro, sabiendo exactamente lo que significaba. El tiempo de descanso había terminado oficialmente y la tortura de otra hora de completar las hojas de trabajo estaba a punto de empezar de nuevo. Al darse cuenta de esto, Woojin igualó el exagerado suspiro de Jihoon. Woojin comenzó a recoger las envolturas sueltas y meterlas en los bolsillos aleatorios de su mochila cuando su rostro se iluminó de repente.
“Casi olvido que esto estaba aquí.” Exclamó felizmente.
Jihoon había llegado a su pico de curiosidad por el momento Woojin finalmente sacó un paquete de chicle. Mucho para la emoción de Woojin, no era sólo la goma de menta regular, era su sabor favorito: chicle de fresa. Cada vez que Woojin se ponía nervioso antes de una prueba, le sacaba un pedazo a ese chicle. Algo sobre el sabor de la fresa lo calmaba y le permitió concentrarse hasta que terminó la tarea a mano. En la actualidad, incluso con la ayuda de su mejor amigo, Woojin sentía que su cabeza iba a explotar fuera de su cuerpo si tuviera que memorizar una fecha más, por lo que estaba alegremente cantando alabanza a Dios por regalarle esta única cosa que sería el Esperemos que le lleve a través de estas últimas páginas finales. Al ver la evidente elevación en el estado de ánimo de Woojin, Jihoon pensó que podría ir a buscarme un poco también.
"Hey Woojin, ¿me echas un pedazo?" él dijo.
"Sí hombre seguro, un segundo yo solo-" Woojin se detuvo en medio de la oración, mirando como si alguien le hubiera dicho que él necesitaba tomar 5 créditos de ciencia dentro de un semestre para poder pasar al siguiente grado.
-Sólo queda un pedazo -anunció, con aire desanimado-.
"Oh, está bien que puedas tenerlo, no hay problema", Jihoon se encogió de hombros, genuinamente no afectado por la noticia.
Woojin suspiró, una mirada pensativa nubló su tez antes de que él dijera, "No, Puedes tenerlo. Estoy bien, realmente." Incluso cuando dijo eso, se imaginaba lo imposible que sería la hora siguiente, pero sólo tendría que pasar. Estaría bien con su pequeño sacrificio si eso significaba que Jihoon sería feliz. Le tendió la mano, ofreciendo el pedazo de chicle.
Al principio, Jihoon parecía reacio a aceptarlo, pero luego se le ilumino la cara y le arrebató la goma a Woojin, haciéndola caer en su boca.Woojin fue tomado un poco por la rapidez de la misma. Joder , si Woojin hubiera sabido que Jihoon quería la goma que mal, entonces tal vez Woojin no habría pasado tanto tiempo pensando en si o no dárselo. Había recogido su pluma inmediatamente después de partir con su última esperanza y ya se estaba quejando interiormente por el dolor de cabeza que venía, que parecía marchar a toda velocidad hacia el frente de su cabeza.
"Hey Woojin", dijo Jihoon.
"¿Sí?" -preguntó Woojin, manteniendo los ojos entrenados en el párrafo final de su ensayo.
"Woojin", Jihoon lo intentó de nuevo, sonando un poco más exigente esta vez.
"¿Qué?" Woojin respondió, todavía sin levantar la vista.
-¡Yah, Park Woojin!
"QUÉ ES LO QUE QUIE-"
Cuando finalmente alzó la vista, Jihoon estaba justo allí frente a su rostro. Antes de que Woojin supiera lo que estaba pasando, Jihoon tenía la boca hacia arriba, los ojos cerrados y la mano apoyada en el hombro de Woojin. El impacto por lo que hacía el mayor hizo que Woojin cayera de nuevo a la pared, haciéndole subir instantáneamente sus manos a la cintura de Jihoon para estabilizarlo. Miró a Jihoon, cuyos ojos aún estaban cerrados, mientras su corazón empezaba a salir de su pecho. No estaba seguro de qué hacer. ¿Debería empujar al chico o simplemente ceder? No es que no estuviera disfrutando lo que estaba pasando. Al final, decidió dejar que sus instintos tomaran el control mientras se cerraba los ojos, finalmente besando a Jihoon. Jihoon, tomando la respuesta como luz verde, mordió el labio inferior de Woojin, haciendo que el joven abriera la boca cuando un pequeño jadeo escapó de sus labios. El sabor de la fresa de repente bombardeó sus sentidos. Esto hizo que el beso fuera mucho más dulce, añadiendo una inocencia subyacente en acompañamiento al gusto familiar. Casi tan repentinamente como había ocurrido, Jihoon se estaba alejando. Woojin notó que sus labios estaban ligeramente hinchados cuando finalmente se separaron.Jihoon se recostó en su sitio, que se encontraba cómodamente a horcajadas sobre Woojin, y apoyó la cabeza en el hombro de Woojin. Woojin ajustó su propia cabeza para poder mirara al rostro de Jihoon, sus ojos se iluminaron mientras miraba al hermoso chico sin aliento acurrucado tímidamente en hueco de su cuello.
"Hey, ¿por qué fue eso?" Woojin preguntó suavemente.
Después de un golpe, Jihoon respondió, "Compartir es cuidar?" Mientras miraba a Woojin bajo sus pestañas, se ruborizó aún más de lo que ya estaba debido a su mayor conciencia sobre su proximidad. Levantó las manos para cubrir su rostro, claramente avergonzado y sintiendo que podía caer muerto en cualquier momento.
Woojin agarró suavemente las muñecas de Jihoon, apoyando sus manos encima de él y tirando de él para que volviesen a encontrarse cara a cara, "Oye, ¿significa esto que te gusto?"
"Siento como que es una pregunta estúpida Woojin, ya que literalmente estoy a horcajadas tras besarte espontáneamente en la azotea de nuestra escuela", dijo Jihoon sarcásticamente.
"Wow perdedor, yo iba a decir que me gustabas también, pero no ahora", Woojin disparó hacia el (bromas, por supuesto) .
Jihoon se ablandó por eso, tratando de dejar que su vergüenza se calmara mientras tomaba las palabras de Woojin. Siendo tan extra como él era, Woojin había volteado su cabeza en otra dirección, yendo a modo de actor completo mientras hacía una mueca por el sarcasmo de Jihoon. Jihoon besó su mejilla, luego su mandíbula, luego se inclinó hacia el oído de Woojin y susurró: -Sí, me gustas.
Esto llamó la atención de Woojin y volvió a sonreír, "lo sé", respondió con orgullo, y Jihoon se limitó a rodar los ojos mientras se inclinaba para plantar otro beso en los labios de Woojin antes de que pudiera decir algo más estúpido. Oyó un golpe, que él asumió era su corazón errático, pero entonces la lluvia comenzó a caer y en segundos ambos estaban empapados. Se alejaron el uno del otro, cogiendo cualquier libro que estuviera a la vista.
"RECOGE RÁPIDAMENTE LAS HOJAS DE TRABAJO. TENGO LAS MOCHILAS," Woojin gritó mientras frenéticamente lanzó ambas bolsas sobre su hombro.
Jihoon hizo todo lo posible al recoger todos los papeles empapados antes de que le arrancaran el brazo, y fue arrastrado hasta la puerta de la escalera.
-¡Déjelos, ya es demasiado tarde para ellos! Woojin gritó dramáticamente.
Corrieron a través de la puerta y miraron a través de la ventana mientras que la madre naturaleza tomó su ira y destruyó las últimas 3 páginas del ensayo de Woojin y la tarea de matemáticas de Jihoon para la clase de mañana. Durante unos minutos se quedaron sentados en un silencio aturdido.
-Bueno, supongo que el hombre del tiempo estuvo en lo cierto por una vez -dijo la voz de Jihoon con incredulidad-.
"Supongo que tienes razón," Woojin estuvo de acuerdo, y añadió, "Bueno, al menos una cosa buena salió de esta lluvia."
Jihoon miró a Woojin de soslayo, con un "y qué diablos podría ser eso" escrito en la cara.
"¿Fecha de estudio en mi casa?"
En cualquier día dado, si te fueras a la azotea después de la escuela, habría una probabilidad de 9/10 de que serías capaz de encontrar dos niños sentados allí con libros esparcidos alrededor de ellos. Uno estaría apoyado contra la pared, susurrando silenciosamente bromas al oído de su novio, la clase de ciencia olvidada. El otro estaría sentado a su lado, acurrucado bajo su brazo, despreocupado de las fórmulas que llenaban sus páginas de libros de texto. No era un sitio raro ver a los pares impares en la conversación reservada, mirándose el uno al otro, los ojos que brillaban mientras que la risa escapaba de sus bocas, coincidentemente cada una de sus risitas hacia feliz al otro. El silencio era cosa del pasado, ya que los cuadernos gastados seguían sin utilizarse. Hoy y los días que siguieron fueron un poco diferentes, los cielos azules claros dieron paso a un sol radiante, e incluso si el pronóstico predijo la lluvia, ninguno de los dos niños fue disuadido por un aguacero ya que era bien sabido que un arco iris seguiría poco después.