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Seduciéndote por Dai-99

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Notas del fanfic:

¡Hola!


Hace mucho que no escribía y espero no haberme atrofiado :v les traido un fic de mi pareja favorita, no sé de donde salió la idea pero espero que les guste. Fue hecho con amor, denle una oportunidad. *-*


También se encuentra en Wattpad, por si prefieren leer desde allí: https://www.wattpad.com/469096339-seduci%C3%A9ndote-cap%C3%ADtulo-%C3%BAnico


 

Maldito calor.

 

Los días en la playa estaban demasiado calurosos para el pelirrojo, si bien le gustaba estar allí, con los entrenamientos era horrible. Porque no, no estaba de paseo, estaba en una semana de entrenamiento con su equipo de basketball. Entrenamiento mortal, cabe decir.

 

Kagami observó a Kuroko a su lado que secaba su rostro y cuello con una toalla después de un partido en la arena. La entrenadora Riko sabía muy bien qué hacer para mejorar el condicionamiento del equipo, pero iban a terminar asados después de todo. Al final llegaría a casa igual de negro que su novio.

 

Habían llegado el día lunes y alojaron en un hotel no muy costoso, y se irían el día de mañana por durante la tarde. No estaba demasiado preocupado por su departamento ya que Daiki se estaba quedando allí desde el viernes. Hoy era sábado y estaba deseoso de llegar a casa, cocinarle a su novio y, si no estaba demasiado cansado, tener sexo con él. Ah, y por supuesto, dormir.

 

-Te ves cansado, Kagami-kun -Escuchó a su peli celeste compañero.

 

-Tú no estás en mejores condiciones, Kuroko -Respondió comenzando a estirarse para relajar un poco sus músculos. Iba a comentar algo más cuando escuchó el tono típico de cuando llegaba un mensaje. Buscó su móvil y tras desbloquearlo pinchó la aplicación de WhatsApp.

 

CHAT (1)

 

Idiota <3

Última vez hoy a las 12:50.

 

[Hey, estoy caliente. Ven pronto y fóllame.]

 

¿Qué…?

 

Kagami observó su la pantalla como un vil idiota. Nunca, en su año de novios, Daiki había enviado un mensaje así. Simplemente iba a casa y pues… listo. Si bien su novio era de esos que hablaban fácilmente de sexo y le gustaba provocarlo, el pelirrojo no era así (bueno tenía sus momentos), por lo que ahora un sonrojo marcaba sus mejillas. Este idiota.

 

-No sabía que Aomine-kun enviaba este tipo de textos -Mencionó Kuroko asustando al pelirrojo, que si no fuera por sus movimientos ninjas habría dejado caer su celular.

 

-¡No espies, maldito!

 

-Responderás algo parecido, yo podría cubrirte mientras te vas con Aomine-kun y lo foll…-No pudo terminar por la mano del pelirrojo que cubría su boca.

 

-¡¡Cállate!! Te acusare con Akashi.

 

-Que maduro Kagami-kun. -Se burló el más bajo.

 

Iba a reclamar nuevamente cuando el grito de la entrenadora sacó a todos de su pequeño descanso.

 

-¡Vengan aquí holgazanes! ¡Aún no termina el entrenamiento del día de hoy, apenas son las 5! ¡Arriba!

 

Se escuchó una queja grupal y todos volvieron a la acción. Era eso o quedar molidos a golpes. Luego vería como responder.

 

                           (. . .)

 

¡Al fin, libres!

 

Si el pelirrojo no estuviera tan cansado ya se pondría vestido y estaría cantado libre soy.

 

Después de una relajante ducha el pelirrojo se encontraba recostado en su cama, disfrutando de la suavidad contra su espalda. De pronto recordó lo de la mañana y rápidamente buscó su móvil, notando que había otro mensaje, desde hace unas horas.

 

 CHAT (2)

 

Idiota <3

Última vez hoy a las 21:18.

 

[¿Recuerdas cuando tuvimos sexo en la cocina? Cuando Seirin ganó el partido, llegaste muy contento eh, tuviste mucha energía, fue el orgasmo más potente que he tenido, manchamos la encimera ¿Por qué no vienes y lo hacemos? La cocina necesita que la marque de nuevo.]

                                                          14:43.

 

¿Está es una jodida broma?

Miró hacia abajo, específicamente su entrepierna, y vio a su amigo muy contento por el recuerdo. Y como no, si esa noche habían ganado, había llegado con mucha energía que descargo con el moreno en la cocina, ¿Por qué en la cocina? Simple, no tenía tiempo de llegar a la habitación. De solo recordar el calor sofocante, la espalda morena que sudaba por el esfuerzo, los jadeos. Oh, yeah.

 

Siguió leyendo antes de correrse con solo la imagen mental, pero quedó aún peor, ahora una foto venía incluída.

 

Daiki estaba muy coqueto hoy. ¡Quien era y qué le hizo a su novio!

 

[Imagen adjunta]

 

[Lo dejaste en casa, creo que me queda mucho mejor que a ti. ¿Tú qué crees, bakagami? Por cierto, solo llevo eso puesto.]

                                                            21:18

 

Y la foto le dejó sin habla, si bien era simple, siempre quiso ver a Aomine vistiendo su ropa. ¿Fetiche? Sí, tal vez. En la foto se mostraba a su moreno sentado frente al espejo de cuerpo entero que tenía en la habitación, solo con su playera del equipo, eran de la misma talla pero Aomine se había empeñado en que cubriera un poco su entrepierna.

 

No era una foto insinuante, pero vamos, todo lo que hacía el moreno era insitante y sexy. Y suyo.

 

Mordiéndose el labio, llevó una de sus manos hasta sobre sus bóxer. Estaba duro. Era un chico vergonzoso, pero mira que con un novio así era difícil no responder a sus provocaciones.

Sin pensarlo mucho, porque si lo hacía no sería capaz de hacer lo que haría, quitó la sábana de su cuerpo y subiendo un poco su playera para mostrar el abdomen, tomó una foto a su pantalón donde claramente se veía su erección. Una vez la tomó la envió a su moreno.



Para: Idiota <3

 

[¿Era lo que querías?]

 

Lanzó el móvil a su lado cubriendo su rostro. Ni en sus sueños locos había esperado que se estaría enviando ese tipo de mensajes con Aomine.  Otra vez el sonido de mensaje. Ya incluso le daba susto abrir el chat pero como dicen, la curiosidad mató al tigre. Oh, pobre tigre.

 

CHAT (1)

 

Idiota <3

 

[Video adjunto]

[Bueno, ya sabes lo que te estará esperando en casa. Ve al baño, tigre.]

 

Y el video mostraba a Aomine, pero no un vídeo normal de Aomine, no señor. Se veía el rostro del moreno quien tenía una piruleta pequeña color rojo en la boca sujeta del palito blanco con su mano, jugando con ella con una sonrisa autosuficiente en el rostro. Le hacía girar en su boca e incluso se podía ver su traviesa lengua mojar la paleta, pero tan pronto como comenzó el video se cortó. Casi llora por lo corto que fue.

 

Y tal como dijo Aomine, se fue todo avergonzado y sin responder hasta el baño. Pero ya llegaría a casa y ese maldito se las pagaría todas. Ya lo verá.

 

(…)

 

-Te ves horrible. -Pronunció su sombra al verlo aparecer en el comedor con los ojos rojos y una mueca que asustaría hasta a un ciego. Sí, así de mal.

 

-Ni que tú fueras muy bonito -El agua que había bebido en ese momento salió de su boca por el golpe que recibió del menor en su estómago.

 

-¿Dijiste algo, Kagami-kun?

 

- Kuroko… maldito.

 

El resto del equipo, acostumbrado a ese tipo de escenas, solo rió y siguieron comiendo su desayuno.

 

El pelirrojo estaba distraído, ya era domingo y sabía que al llegar a casa encontraría a su pareja. Aún no entendía el porqué de los mensajes, pero sí sabía que gracias a estos estaba con la cabeza en otro lado y los golpes de la entrenadora se estaban haciendo más fuertes.

 

Además Kuroko lo miraba extraño, como si supiera lo que está pasando. Ese maldito siempre sabe todo. O quizás con su poder de pasar desapercibido hacía leído los mensajes. De solo pensarlo se le subían los colores al rostro. Era alguien vergonzoso, aunque esa vergüenza se iba cuando estaba con el moreno.

-¡Terminó la práctica chicos! Vamos a casa. -Dichas esas palabras Riko vio que todos sus muchachos caían al suelo agradeciendo que la tortura había terminado. Una venita en su frente apareció.

 

El pelirrojo fue el primero en reponerse y caminar hasta las duchas para asearse. El resto de los sempais venían casi arrastrando, para risa de los de primero que habían resistido un poco más. Claro, el regaño del capitán no se hizo esperar. Ah, su equipo era divertido.

 

Ya todos listos, subieron al bus que los llevaría de regreso a Seirin, todos estaban durmiendo, excepto Kagami que poco después de subir había revisado otro mensaje. Antes de revisarlo, observó a su alrededor, y miró inseguro a su compañero peli celeste dormir en el asiento de al lado. Con él, nunca se sabe.

 

CHAT (1)

Idiota <3

 

[Bakagami, ya apresúrate, o voy a tener que comenzar sin tí. ;) ]

 

-Aomine-kun está desesperado.

 

-¡¡Ahh!! ¡Sabía que no dormías, maldito! -Gritó el pelirrojo ganándose el reclamo del resto de los pasajeros.

 

-Silencio Kagami-kun, molestas al resto. -Kuroko lo miraba con su rostro inexpresivo, típico lobo en piel de oveja.

 

-Te odio.

 

-No es verdad, por mi conociste a Aomine-kun. Soy su cupido.

 

Kagami solo miró por la ventana cruzado de brazos, cual niño con berrinche.

 

-¿Me enviaras fotos? -Silencio por parte del de cejas partidas. -Al cabo que ni quería.

 

-Ya tienes demasiadas.

 

-Nunca es suficiente para quien vió nacer y apoya su relación.- Kuroko no dejaba de verlo directamente.

 

-Todos apoyan nuestra relación-.

 

-No como yo.-

 

Sí, a veces le asustaba la determinación en la voz de su sombra.

 

(…)

 

Llevaba ya unos minutos parado como un vil idiota fuera de su propia puerta. ¿Debía tocar? ¿Solo entrar? ¡Era su casa, por Dios!

 

Tomó una respiración y sacó las llaves de su bolso abriendo la puerta. No había ruidos dentro, apenas pudo distinguir el ruido de la televisión.

 

-Estoy en casa.

 

El pelirrojo caminó hasta el interior y de pronto vio a Aomine acercándose sonrojado y agitado desde el pasillo que daba la habitación solo con una camisa color blanco, que estaba seguro era suya.

 

Kagami lo miró extrañado y se acercó, siendo recibido por los brazos de Aomine que rodearon su cuello y le besó con necesitas.

 

Y Taiga lo recordó. Era el celo de su pareja, ¿¡Cómo pudo olvidarlo!? Si su departamento estaba impregnado de su olor. Por eso los mensajes, quería atraerlo de alguna manera.

 

-Mh.. no debió comenzar hace mucho, siempre es el último sábado del mes. Ha estado así casi dos días.

 

Sin más demora rodeó la cadera del moreno, respondiendo fogosamente al beso mientras poco a poco sus manos descendían por las piernas alcanzando su trasero.   

 

Aomine sintió sus piernas temblar al sentir las caricias del contrario, había necesitado de ello hace días. Y el idiota no había cedido ni venido por él. Lo dejaría seco por idiota.

 

Kagami frunció el ceño extrañado cuando uno de sus dedos se aventuró por la línea que separa las nalgas morenas sintiendo húmeda la zona. Con curiosidad tomó la nalga derecha y la separó para que su dedo ingresara en la estrechez de su novio. Estaba descaradamente suave.

 

-Daiki.. -Gruñó el pelirrojo en el oído ajeno, comenzando a excitarse de solo la idea de mi novio dedeándose mientras esperaba por mi.

 

-No venías imbécil, ¿qué querías que hiciera? -Un sonrojo surcaba el rostro del peli azul, que jadeaba al sentir el dedo ingresar mucho más profundo. -Hazte cargo, Es tú trabajo, ¿No?

 

-Fuiste muy travieso, creo que debo castigarte. -Una nalgada se escuchó, fuerte y precisa que hizo jadear al golpeado. Dios, Daiki le volvía loco.

 

-Si… necesito un correctivo- Mencionó tras recuperarse y dándose vuelta caminando a la habitación del pelirrojo, quien lo siguió de cerca sintiéndose hambriento. Como había dicho antes, solo Aomine sacaba su peor lado alfa.  

(…)

 

La habitación ahora estaba inundada por las feromonas de Taiga, cosa que solo hacía a Aomine sentirse más perdido en las sensaciones del placer.

 

Sentía la piel cosquillear por donde el tacto del pelirrojo pasaba, como quemándole, indicando que estaba allí para marcarle.

 

En un comienzo fue difícil. Aomine nunca antes había dicho públicamente que era un Omega ya que siempre se cuidaba, además no lo representaba con su bestialidad al jugar basketball, así que pasaba desapercibido. Pero cuando conoció a Kagami no solo en la cancha, se dio cuenta de que su lado Omega quería ser descubierta frente al alfa. Mentiría si no rió de la cara de Kagami cuando le informó su condición.

 

Fue un día cuando Aomine olvidó sus pastillas mientras jugaba un partido Kagami en la cancha cerca a la casa del segundo, cuando su celo lo golpeó. Y ese mismo día fue reclamado. No le gustó en un comienzo, sentirse dominado por otra persona y sucumbir a él no le agradó, para nada.

 

Lo irónico era que ahora él buscaba la atención de Kagami esos días. Vaya vueltas de la vida.

 

Y ahora se encontraba jadeando bajo el cuerpo de su alfa, restregando como podía su erección contra la pelvis bronceada buscando aliviarse.

 

Kagami ante la vista sonrió, y repartió besos por cada parte de su cuerpo. Empezando en su cuello, hasta sus clavículas dejando su huella y entreteniéndose con sus pezones oscuros. Luego siguió descendiendo y pasó la lengua por su abdomen, hundiéndola en su coqueteo ombligo.

 

- ¡T-Taiga! - gimió Aomine, presa del placer, al sentirlo peligrosamente cerca de su polla dura y chorreante-  Vamos, chúpala.

 

Cómo negarse a ese tono coqueto y exigente.

 

El pelirrojo acató sus órdenes y sin darle tiempo de reaccionar siquiera, tomó su erección entre sus dedos. La sintió palpitar, las venas a su alrededor parecían hincharse más y más, y el presemen no dejaba de escurrir por el glande. La sola imagen le hizo sonreír. Le gustaba provocar esas reacción y ese nivel de placer en Daiki.

 

Sostuvo la base de su polla y succiona la punta, llevándose todo rastro de líquido preseminal ganándose un gemido, observando cómo el moreno echó la cabeza hacia atrás y temblaba.

Su lengua se movió por toda la extensión, poniendo énfasis en sus venas. El pelirrojo seguía repartiendo saliva y besos, ganándome un montón de jadeos pesados por parte de su chico, convirtiéndose en gruñidos cuando los labios llegaron a sus testículos, los que chupó y con los que se deleitó al sentir al superficie rugosa contra la lengua.

- Ma-maldición, para tu juego de una vez. -Se escuchó al moreno mientras se apoyaba en sus codos para observar al de ojos rubí.


Kagami solo sonrió para sus adentros y aprovechando que el moreno estaba distraído en sus reclamos, uno de sus dedos se arrastró hasta su culo. Sin dudar metió aquel dedo en su ano sin cuidado ya que Aomine estaba lo suficiente lubricado y listo para él; así que ingresar dos dedos más no le costó demasiado, y Aomine solo parecía disfrutarlo.

 

-Mh… ya, estoy listo. - Y kagami lo sabía. Se quitó el resto de ropa que llevaba, que solo era el pantalón y bóxer, y los lanzó por la habitación. Vió a Aomine acomodarse, sin embargo negó con diversión para confusión del moreno.

 

- En cuatro -Dos palabras que fueron que fueron obedecidas de inmediato. Aomine le mostraba una gran vista, la espalda morena subía y bajaba con sudor perlando su piel, torno inclinado para mejor ingreso. -Bien entrenado.- El pensamiento solo lo hizo reír.

 

Kagami se acomodó frente a ese sensual culo y puso una mano en su cadera. Con la otra sostuvo su miembro y, sólo para hacer sufrir otro poco a su chico, empezó a frotar la húmeda punta contra su palpitante entrada, dejando algo de líquido preseminal ahí. Aomine jadeó y el pelirrojo le siguió, y de una sola estocada empujó su miembro dentro con fuerza.

La sensación fue arrolladora, la calidez de su interior provocó que un momento los ojos rubí se cerraran de gusto. Por su parte Aomine por fin estaba completo, era muy diferente a la sensación de sus dedos de esa tarde. Tener a Taiga consigo siempre era mejor.

 

-Daiki… estás tan apretado. Joder, que se siente bien. -Exclamaba al tiempo que comenzaba a moverse, lento pero con fuerza llenando todo a su paso; marcando.

 

El sonido de las pieles chocar, los jadeos de Aomine, provocaban estragos en la mente del pelirrojo que en un segundo se desconectó, moviéndose rápido, como sabía que le gustaba a Daiki. Sin reparos, golpeando una y otra vez esa masa de nervios que hacía que el interior que lo cobijaba se estrechara cada vez más.

 

El cuerpo de Aomine cayó, solo sus caderas en el aire sujetas el de ojos rubí que seguía golpeando, el sudor cubriendo a ambos. El moreno intentando callar gemidos vergonzosos que salían de su boca.

 

Observaba maravillado el anillo de carne que le succionaba, más abajo, la mano de peliazul acaricia su miembro hasta sus testículos buscando su liberación.

 

-Más… más fuerte, ya casi. - Lo sabía, Aomine estaba a punto de venirse, lo sentía en su cuerpo tembloroso y en su interior abrazándolo.

 

-Un poco más… aguanta. -Con voz ronca respondió a su pedido, conocidas cosquillas el vientre de piel bronceada, embestidas erráticas y la presión contra su miembro aumentando.

 

Unos golpes más contra su próstata y Aomine finalmente se liberó, jadeando por lo bueno del orgasmo. Su interior se contrajo con fuerza, sintiendo unos segundos después y con un gruñido el orgasmo en su interior y el nudo en su interior.

 

-El condón.- Aquel pensamiento le asustó un poco. Pero estaba muy cansado y satisfecho como para tomarlo en cuenta.

 

Se acomodó sobre su costado para dormir, con Kagami tras él rodeándolo con cariño. Taiga era un alfa muy contradictorio que podía pasar de lo salvaje a lo cariñoso en un segundo.

 

-¿Estás bien? -Cuestionó el pelirrojo mientras repartía besos por la espalda ajena. Recibiendo un simple “Mh” de su novio. -Mañana te mimare mucho.

 

-Más te vale.

 

Kagami suspiró, al menos por ahora no tendría que lidiar con Aomine molesto por haber olvidado el condón. Prefirió cubrir a ambos y cerrar los ojos para dormir, luego pensaría en cómo seguir vivo mañana.

 

Pero bueno, Aomine fue quien le sedujo en primer lugar.

 
Notas finales:

¡El fin!

¿Les gusto? Acepto los tomatazos y las críticas :c 

Aún así me divertí escribiendolo ¡Espero sus mensajitos! 

Bye *-*


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