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Contigo a mi lado, lo soportare todo. por vejitaprince1054

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Notas del capitulo:

Holaaaaa, espero que les guste :D

Vegeta se encontraba junto a Nappa, mientras un androide platicaba con su hermana  de la alegría de tener al sayayin de nuevo en su hogar.

Nappa: Vegeta, ¿Qué piensas hacer?

Vegeta: Si hablas del problema, pues acabar con el enemigo.

Nappa: Se que harás eso, pero sabes muy bien que no hablo de eso. Vi como te miraba el príncipe y tú no le eras indiferente.

Vegeta: Vamos Nappa, ¿a caso tiene algo de malo?, además yo no tengo una relación con nadie, y no me caería nada mal una pequeña aventura.

Nappa: ¿Y Kakaroto?

Vegeta: Ya no existe, decidí apartarlo de mi vida.

Nappa: Cuando entenderás que ustedes no pueden estar separados.

Vegeta: No hablare mas del tema, ahora necesito descansar, ¿te puedes retirar?

Nappa: Ahh…está bien Vegeta, tu sabes lo que haces.

Mientras tanto:

Numero 18: ¿Piensas conquistar de nuevo a Vegeta?

Numero 17: Creo que sí, solo míralo, se ve tan atractivo, es muy fuerte y ahora es rey, nuestras razas son compatibles, todo sería perfecto.

Numero 18: Se que  te gusta, solo mírate como te pones cuando hablas de él. ¿Pero qué paso con la relación que tenia con Kakaroto?

Numero 17: Parece que termino, por eso es mi momento de recuperarlo.

Numero 18: Espero lo logres hermano, bueno nos vemos luego, tengo que supervisar los patrullajes.

La androide rubia salía de la habitación de su hermano cuando se encontró con el rey sayayin caminando por los pasillos, su mirada era seria y sus pasos dignos de la realeza.

Numero 18: ¿Buscas a mi hermano?

Vegeta: ¿Lo has visto?

Numero 18: Esta en su habitación.

La chica rubia, señalo la habitación de su hermano, luego desapareció y dejo a un sayayin pensando si entrar o no, no entendía porque había llegado a ese lugar.

El sayayin toco la puerto y lo recibió una sonrisa del androide, esto puso un poco nervioso a Vegeta, pero de igual forma entro con paso firme.

Numero 17: Parece que no puedes dormir.

Vegeta: Parece que no, por eso vine a preguntarte si tienes algún lugar donde pueda entrenar.

Numero 17: Claro, sígueme por favor.

Ambos salieron del lugar y mientras caminaban por los pasillos y jardines del palacio, sus manos por inercia se rozaron, parece que la memoria en sus cuerpos le recordaba el pasado que tuvieron.

Numero 17: Hemos llegado.

Era una gran habitación, donde se podía entrenar en diferentes niveles de temperatura y de gravedad, estaba hecha con la mejor tecnología.

Vegeta: Es impresionante,  numero 17.

Numero 17: Pero para que no te aburras, te ayudare un poco.

Vegeta: Como tú quieras, pero no dejare que ganes.

El sayayin se convirtió en súper sayayin blue y decidió atacar al androide, que a diferencia de él, no poseía alguna transformación especial pero si se podía ver la energía que expulsaba  como de su aumento de su fuerza.

Vegeta: No peleas nada mal.

Numero 17: Estoy sorprendido por lo bien que te defiendes.

Ambos cuerpos chocaban y se rozaban, el sayayin con sus cabellos y ojos de color azul, se veía demasiado atractivo, si en su color original enamoraba al androide, en este lo excitaba demasiado.

En un momento en que numero 17 se descuido, el sayayin aprovecho para darle un golpe en el costado, pero fue engañado por el androide y este lo tomo del brazo y lo lanzo a la pared con gran fuerza.

Vegeta quedo sorprendido por la cercanía en que el otro hombre se encontraba, sus respiraciones chocaban, sus miradas eran intensas  y el que tomo la iniciativa fue 17, que deseaba volver a probar esos labios suaves y dulces.

El sayayin se dejo besar, se dejo ser acariciado, solo quería despejar su mente, deseaba ser amado pero no estaba seguro si quería ser de otro que no fuera  Kakaroto.

Numero 17: Siempre pensaba en ti. Mmmmm…besas delicioso.

Numero 17, tocaba más y más mientras el rey sayayin se dejaba llevar, el beso se profundizo más y más que necesitaron parar y de nuevo volver a devorarse.

En algún lugar:

Soldado: ¡Princesa!

Numero 18: ¿Qué ocurre?

Soldado: Una nave sayayin está entrando en órbita a nuestro planeta.

Numero 18: Déjalo pasar, se de quien se trata.

La nave aterrizo en uno de los hangares privados del palacio. Un sayayin de cabellos alborotados había llegado a defender lo suyo, quería marcar territorio, como lo hace un alfa con su omega.

Numero 18: ¡Bienvenido Kakaroto! Sabía que vendrías.

Kakaroto: Gracias por recibirme, parece que me conoces muy bien.

Numero 18: Digamos que las mujeres  tenemos un sexto sentido, además siempre has estado junto a Vegeta, lo que me preocupa es mi hermano que no quiere entenderlo.

Kakaroto: Lo sé, pero no te preocupes, prometo no hacer desordenes, además quiero ayudar en darle su merecido a los que están atacando a su planeta.

Numero 18: Gracias, por cierto acompáñame, me imagino que has de tener mucha hambre,

Kakaroto: ¡Y mucha!

Por otra parte:

Vegeta y 17, seguían comiéndose a besos, pero eso no les bastó, necesitaban más que eso para calmar sus cuerpos.

Ambos salieron de habitación de entrenamiento, se apresuraron para llegar a la habitación pero un ki muy conocido detuvo a Vegeta.

Vegeta: ¿Kakaroto?

Fue así como vio al otro sayayin terminando de comer, su corazón sentía alegría al verlo, su sangre corría más rápido de lo normal, los deseos que tuvo antes se esfumaron, ahora solo quería que el otro de su raza lo  mirara y le dijera que no era un sueño.

Kakaroto se levanto de golpe, al sentir el ki de Vegeta muy cerca, el sayayin de cabellos en forma de flama se encontraba frente a la puerta del gran comedor, y es allí donde sus miradas se perdieron de  nuevo.

Kakaroto: ¡Vegeta, al fin te encuentro!

Vegeta: ¡Kakaroto!, ¿Pero qué haces aquí?

Kakaroto: Vine ayudarte con el enemigo, sabes que ningún sayayin que ama las batallas no desperdiciaría este momento.

Vegeta: Hmmmm…

Un androide un poco molesto por la visita inesperada fue calmado por su hermana que le dio una pequeña palmada de apoyo.

Numero 18: No tendrás fácil la competencia.

Numero 17: ¡Porque tenía que venir!

Numero 18: Son sayayines, además ellos parecen que jamás se van a separar.

Numero 17: Ya lo veremos.

Numero 18: Es mejor dejarlos solos, ya será tu momento.

Numero 17: Si nos disculpan tenemos que retirarnos, y por cierto Kakaroto, bienvenido a mi hogar.

La mirada del androide se cruzo con la mirada inquisitiva del sayayin, que le decía que no dejaría solo a Vegeta, y que solo le pertenecía a él.

Ya solos, el sayayin de más alta estatura trato de robarle un beso a Vegeta, pero una vez más este fue rechazado.

Vegeta: ¿Por qué viniste realmente?

Kakaroto: Ya te lo dije.

Vegeta: Quiero la verdad. Y algo me dice que tú no quieres que este a solas con 17, al parecer los celos te han enfermado.

Kakaroto: Esta bien Vegeta, así es, no dejare que ese androide  me robe lo que más amo.

El sayayin tuvo que usar la fuerza para que esta vez sus labios rozaran con los del otro sayayin que no pudo evitar ese contacto que tanto tiempo había decidió rechazar.

Vegeta: ¡Basta!, además yo puedo cuidarme por sí solo, es mejor que me vaya de aquí.

Kakaroto: No importa el tiempo que tarde, pero serás de nuevo mío Vegeta.

Vegeta: Eso lo veremos. ¡Eres un idiota!

La noche llegaba en todo su esplendor, y un sayayin quería aprovecharla para reconquistar aquello que tanto amaba. Desapareció su ki para que Vegeta no lo sintiera pero el problema era que a pesar de eso, un sayayin detecta la cercanía de otro de su raza, por lo que se revolcó entre las flores del jardín para así disimular su esencia.

Vegeta salía de la ducha, solo tenía una toalla que le cubría su parte baja, dejando mostrar su escultural torso.

Este secaba su cabello cuando alguien apareció detrás de él y sin mediar palabras le tapo la boca y lo tiro a la cama.

Kakaroto: Tienes que volverme amar, y si es a la fuerza, así será Vegeta.

Sabía que Vegeta podía aumentar su poder pero también sabia que no lo haría ya que sería descubierto en una penosa escena.

El sayayin de más baja estatura quería zafarse del agarre, pero Kakaroto era más fuerte, lo doblego y lo acorralo en su cuerpo, y sin pensarlo comenzó a besarlo, al principio Vegeta movía su cabeza en señal en desacuerdo, pero al final no resistió, el sayayin que realmente amaba lo estaba tomando y eso lo había deseado hace mucho a pesar que sus palabras decían lo contrario.

 

Continuara……


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