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Secret por KittieBatch

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Notas del fanfic:

Es mi primera incursión en el McDanno, por favor sean amables y espero que les guste.

Secret

 

─¿De quién es?─ McGarrett señaló la camiseta mojada en las manos de Danny, despedía un aroma desconocido, aroma a otro hombre, otro Alpha.

 

─Hola cariño─ saludó Danny con ese tono sarcástico de siempre ─¿Qué tal tu fin de semana con Catherine?─ dejó a Steve entrar a su casa cerrando la puerta tras él.

 

─¿Quién era?─ Un hombre de cabellos oscuros y sin camisa salió de la cocina.

 

─Solo es Steve─ respondió el rubio y una expresión dolida se reflejó en el rostro del comandante.

 

─Steve McGarrett─ se presentó, ese hombre era el dueño de aquel olor que también cubría por completo a Danny ─No sabía que Danny tenía visitas─ dijo con desprecio, no le agradaba aquella presencia.

 

─Ah, sí, es cierto… Steve, él es mi hermano Matt, mi hermanito─ sonrió orgulloso Danny y Steve por fin respiró tranquilo, su hermano, por supuesto ¿cómo no lo pensó?

 

─Un gusto─ saludó Matt y Steve extendió la mano a él con amabilidad ─Danny habla mucho de usted Comandante.

 

─Me gustaría decir lo mismo pero Danno es muy reservado─ respondió Steve y el rubio lo vio con disgusto.

 

─Es solo que no se ha dado el momento─ se defendió Danny ─Y eso responde a tu pregunta sobre el dueño de la camiseta. Matt me está ayudando con una fuga en la llave del fregadero.

 

─Puedo arreglar esas cosas, no necesitas molestar a tu hermano─ McGarrett reprochó y Matt soltó una risa poco discreta.

 

─Lo siento chicos, pero casi podría creer que están saliendo─ se disculpó antes de volver a reír.

 

─No lo estamos, McGarrett no es mi tipo─ rió Danny y Steve lo imitó aunque no hallaba la gracia en las palabras de Danny.

 

Steve se quedó hasta la hora de la cena con el par de hermanos, hablando con Matt y molestando a Danny, siempre terminaban peleando de alguna forma y eso se debía a la personalidad de ambos. Mary había dicho tantas veces que la tensión sexual entre ellos era obvia, sin embargo Steve creía que nada pasaba, además tenía Catherine, la tensión sexual la desahogaba con ella ¿no? o eso creía, pero siempre que Danny aparecía cerca le era difícil concentrarse en cualquier otra cosa que no fuera él y solo él. Kono se burlaba a veces de la forma en que Steve protegía a su rubio compañero, al inicio creía fielmente que el Comandante temía que Danny decidiera volver a Nueva Jersey, sin embargo con el tiempo la tensión entre ellos y la relación que llevaban la hicieron cambiar de idea. Danny era un Omega sin Alpha, a pesar de haber estado casado con Rachel nunca recibió la marca, era atractivo, demasiado, y si Steve no daba un paso en la dirección correcta el rubio podría resultar en brazos de cualquier otro que sí se atreviese a invitarlo a salir.

 

─Buenos días─ era el saludo matutino de Danny al entrar a la oficina, esa mañana nadie respondió, se encogió de hombros y dedujo      que al parecer fue el primero en llegar, su hermano tuvo que volver a casa por una emergencia y fueron al aeropuerto temprano, razón por la cual el rubio estaba en la oficina primero. Se dio una vuelta por la máquina expendedora y se compró una golosina, volvió a su escritorio y comenzó a comer su compra, suspiró profundamente pensando en cuanto le gustaría ver a su familia. Fue transferido a Hawaii cuando Rachel consiguió un trabajo en la isla, sin embargo poco después se separaron, entonces decidió quedarse allí por una temporada hasta que terminara de lamerse las heridas, lamentablemente sus planes se frustraron cuando conoció a Steve y con toda su presencia de SEAL lo arrastró a 5 – 0. Sonrió recordando la primera vez que vio a ese hombre, desde el primer momento no pudo evitar sacar todo su poderío Alpha para llevarlo a donde él quería tenerlo, le resultaba gracioso terminar siendo amigo de alguien tan opuesto a él.

 

Otro suspiro más y el sonido de la puerta anunciando que alguien llegó interrumpió sus recuerdos, a juzgar por los pasos no podía ser otro que “Papá Oso” mejor conocido como Steve McGarrett. “Grande y gruñón como un oso” pensó Danny sin molestarse en saludar, se hallaba muy cómodo en su silla viendo a la nada con su golosina a medio comer.

 

─Hola Danno─ Steve saludó entrando sin llamar a la oficina ─¿A qué se debe el honor de tanta felicidad?─ el moreno veía la sonrisa alegre en el rostro de su compañero y como buen militar necesitaba saber la causa de ello.

 

─A los osos─ rió Danny.

 

─¿Osos?

 

─Sí, animales salvajes, grandes, peludos, con garras… es normal que no los conozcas, no vienen mucho a la playa.

 

─Que gracioso Danno─ contestó Steve sentándose en el escritorio de su compañero quitando de las manos de Danny la golosina, que resultó ser un chocolate, para darle una mordida.

 

─¡Oye, consigue la tuya!─ el rubio le vio molesto, ahora solo quedaba un cuarto de su chocolate.

 

Steve se encogió de hombros como siempre hacía, se acercó intrigado a Danny pues su aroma tenía una variación casi imperceptible, algo que Steve estaba buscando averiguar ─Te compraré otro─ por fin dijo Steve pero su voz no parecía muy convencida de ello, en su lugar seguía olfateando el aire con curiosidad, no entendía que pasaba, no entendía qué era eso que flotaba alrededor de su compañero hasta que descaradamente enterró su nariz en el cuello del omega aspirando profundamente en el lugar de origen. Tuvo la enorme tentación de pasar la lengua por la piel de esa zona, cada vez que abrazaba a su compañero le gustaba enterrar su rostro allí y hallarse con que nadie había profanado con su marca el cuerpo de Danny, hasta ese momento en que al aspirar profundamente sus ojos se volvieron oscuros de rabia, se apartó para encontrarse con el rostro confundido de Danny.

 

─¿De quién es?─ gruñó Steve molesto y esta ocasión no se refería a una prenda de ropa, hablaba del bebé que Danny estaba llevando en su interior. Alguien profanó el cuerpo de Danny y él quería saber quién osaba tocar SU Danno, él era suyo, ¿quién fue el culpable de poner un hijo en él?

 

─Steve, ¿de qué hablas?─ Danny le vio confundido, no entendía la pregunta. ─¿De quién es qué?

 

─El bebé─ gruñó otra vez Steve atrayendo el cuerpo de su compañero a él. ─¿Con quién te acostaste? ¿Quién te hizo esto? ¡Su nombre!─ Gritó Steve aprisionando al omega entre su silla y el cuerpo del Alpha.

 

Danny estaba tan pálido como una hoja de papel, no entendía nada de lo que Steve gruñía, se quedó atorado en la palabra “bebé”, Danny tuvo su celo mes y medio atrás, en esa ocasión al estar tan inmerso en el trabajo olvidó tomar los supresores y no pudo detenerlo, pero incluso así la única persona con la que recordaba haber pasado una noche fue Steve. Sucedió al finalizar el caso, ellos fueron a beber para festejar que atraparon a los malos, ambos terminaron ebrios en la casa de McGarrett, no recordaba exactamente como pasaron del punto A al punto B, pero aún así tenía vagos recuerdos de Steve tomándolo a su sabor y antojo, no sabía cuántas veces lo hicieron o si habían usado condón, lo que si sabía fue que sucedió unos días antes de su celo.

 

─Steve─ la voz temblorosa de Danny se escuchó y Alpha gruñó esperando una respuesta ─Steve, espera… déjame.

 

─No, ¡responde!─ exigió presionándose más contra el pequeño cuerpo de Danny ─¿Con quién te acostaste? ¿Quién es ese que pone las manos en ti?

 

─Estás reaccionando mal Steve, yo… yo no me acuesto con nadie─ gimió de dolor pues las manos del Alpha se estaban clavando con fuerza en sus costillas ─No sé nada de ningún bebé… Steve, por favor.

 

─No soy idiota Danno─ esta vez no se contuvo y pasó su lengua por la zona donde deseaba tanto dejar su marca, quería morder con fuerza y hacerlo suyo, ¿quién se creía permitiendo que otro lo tocase? ─Tú tienes estás esperando un bebé, ahora mismo vas a decirme quién se acostó contigo, no tienes permitido ver a nadie más ¿entiendes? Vamos a arreglarlo, vamos solucionarlo, solo dime quién lo hizo y yo me hago cargo, lo desapareceré y también a su cría, no te asustes…

 

Kono entró en esos momentos a la oficina, tan pronto como vio la escena entró a la oficina de Danny para intervenir, sentía el enojo de Steve, uno que jamás experimentó antes, no era como esas veces que se frustraba con el trabajo, esta vez veía la clara determinación de asesinato en sus ojos. Lo peor de todo era que Danny no solo lucía aterrado sino que también estaba al borde del llanto, Steve estaba siendo todo un animal con él y aunque ella no entendía por qué actuaba así decidió intervenir.

 

─McGarrett ¡suéltalo!─ dijo ella acercándose con cautela.

 

─No te metas Kono, él tiene que responderme, tiene que decirme con quién se estuvo revolcando─ gruñó molesto por la interrupción y Danny no supo que más hacer, dos cosas le impedían hablar de lo que pasó aquella noche, la primera era que tanto él como Steve no tocaron nunca el tema, es más, él se fue de casa del Alpha tan pronto pudo ponerse en pie y conducir, así que tampoco estaba seguro que su jefe recordara que habían tenido sexo, y la segunda era Catherine, él sabía que ella estaba enamorada de Steve, llevaban saliendo desde hace años y no le parecía justo arruinar todo lo que ellos tenían con una situación que ninguno de los dos parecía tener intención de repetir.

 

─Steve, te diré todo pero suéltame─ gimió Danny adolorido, no sabía de dónde Steve sacó que esperaba un bebé, no tenía ningún malestar de los que todo el mundo se queja, nada había cambiado en él, absolutamente nada. ─Kono, dile a Malía que iré al hospital─ avisó Danny, creía tener un par de costillas rotas a causa de Steve.

 

Kono asintió asustada por lo violento que Steve se puso, no entendía por qué su jefe estaba tan enojado por la vida sexual de Danny, sabía que los Alphas eran territoriales pero no al extremo de casi estar matando al omega con quién no sostenían ningún tipo de relación. ─Steve, lo vas a matar, cálmate─ Kono envió un mensaje rápido a Malía.

 

─Steve te prometo que no sé si estoy esperando un bebé, por favor, escucha─ jadeó Danny haciendo un esfuerzo por calmar al Alpha con su aroma ─Vamos al hospital, estarás allí y sabremos qué pasa… tú me llevarás, quiero que tú me lleves, solo te necesito a ti─ Danny buscó convencer al Alpha utilizando palabras suaves que podrían hacerlo volver.

 

─Vamos─ dijo Steve apartándose, dejando que Danny respirara por fin. El rubio se puso de pie con cuidado y un brazo del Alpha lo envolvió posándose en su cintura, suspiró agotado pero no dijo nada, cualquier cosa sería mejor que sufrir la furia de Steve. Kono se apartó llamando a Malía para contarle la situación y avisar que estaban saliendo, del otro lado de la línea ella murmuró preocupada, si Danny y Steve se habían acostado y ahora el rubio esperaba un bebé de otro hombre aquella reacción sería el menor de sus problemas. Todos parecían saber que eso pasaría, lo veían venir, Steve perdería la cabeza cuando alguien pusiera sus manos sobre Danny, quien fuera. En ese estado Malía atendería a Danny, si un desconocido se acercaba al rubio Steve podría arrancarle la cabeza a alguien.

 

No pasó mucho hasta que llegaron al hospital, Steve condujo como si estuviera desquitándose con el acelerador y Danny por primera vez sintió nauseas y estuvo seguro que no era por un embarazo sino por la forma neandertal en que Steve manejaba. ─Steve, calma─ pidió Danny pero al Alpha no escuchó.

 

─Danny, por aquí─ Malía se ahorró los saludos dada la situación y los guió a su consultorio directamente, cerró las puertas y los atendió ─Steve, suelta a Danny, tengo que revisarlo, me parece que tiene una costilla rota─ Malía sabía que Steve no le haría nada, ella estaba embarazada, él respetaría eso.

 

El SEAL se separó de Danny y ella lo hizo subir a la camilla, abrió su camisa con cuidado y pudo ver la piel lastimada del rubio, algunas partes comenzaban a tomar un tono morado, palpó con cuidado escuchando a Danny quejarse en una ocasión ─Parece que no tienes ninguna fractura, eso es bueno─ sonrió ella y Danny respiró aliviado por un segundo hasta que recordó qué lo llevó allí. Abrió la boca para decir algo sin embargo ella se adelantó ─Te sacaré sangre y sabremos si es cierto o no─ ella sonreía tranquila calmando a Danny con su enorme sonrisa, realizó el procedimiento y pronto tenía en una jeringa la sangre necesaria para la prueba ─Ya vuelvo─ Malía salió de la habitación dejando a McGarrett mucho más calmado.

 

─Solo dime quién es el padre─ pidió entrelazando una de sus manos con las de Danny.

 

─Steve─ habló con dificultad el rubio, tenía dolor en la zona donde Steve ejerció presión con sus manos ─No tiene que importarte, tú tienes a Catherine, te preocupas porque eres mi amigo, pero tu deber está con ella… Steve McGarrett, tú no eres mi Alpha─ terminó la frase Danny y pudo sentir como algo en su interior sufría, Danny de pronto entendía que poner en palabras lo que siempre supo era el peor dolor que pudiera experimentar, en sus propias palabras la verdad dolía. Steve no era su Alpha.

 

─Danny, ella no me importa─ enterró su rostro en el abdomen de Danny dejando un beso suave en la piel aún descubierta ─Me está matando que otro fue capaz de iniciar una familia contigo…

 

Danny quiso decir algo, quiso contarle sobre la noche que pasaron juntos, quiso creer en el dolor de Steve, pero entonces recordó que su amigo siempre fue protector con él, ¿qué sucedería si en realidad solo estaba confundido por todo y él en realidad hablaba por hablar? ¿Cómo creer en él? Tanto tiempo con Catherine no podía ser solo por costumbre, necesitó alcohol para acostarse con él, cosa que estaba seguro no necesitaba con ella ─La vida no es justa Steve, no lo es…─ dijo Danny por fin, estaba decidido a no decirle que él era el padre en caso de estar esperando un bebé. No lo haría por el bien de ambos.

 

Malía regresó tras un tiempo, ellos aguardaban en el consultorio, Danny estaba por quedarse dormido y Steve abrazaba no soltaba la mano de su compañero admirando su rostro y su abdomen aún plano. Él sabía lo que olió en Danny, él no necesitaba una prueba para saber que había un bebé creciendo en el rubio y le dolía, le dolía saber que Danny se alejaría para siempre de él, aparecería otro hombre en escena que eventualmente se llevaría a Danny para siempre de su lado.

 

─Despierta cariño─ pronunció la doctora moviendo a Danny de forma suave ─tengo tus resultados, ¿quieres quedarte allí o tomas asiento en una confortable silla?─ ella trataba a Danny con tanta dulzura que lo hizo tranquilizarse.

 

─Estoy bien aquí─ sonrió tímido olvidándose de McGarrett.

 

─Bien cariño, debo confirmar las sospechas de Steve, estas esperando un bebé─ por lo general añadía algo como “felicidades” pero en este caso dudó que fuera una buena idea.

 

─Oh…─ fue todo lo que dijo Danny soltando el agarre de McGarrett y llevando sus manos a su rostro para ahogar un sollozo. Steve clavó su mirada en el abdomen de Danny, hizo un esfuerzo por contenerse. Sus peores temores se volvieron realidad, había perdido a Danny, esperaba el bebé de alguien más…

 

─Felicidades─ la voz de Steve por fin se escuchó, era dura y fría, para Malía fue claro que estaba herido por la noticia. El Alpha dio una última mirada a Danny y salió del consultorio hecho un caos de emociones, pero lo más importante. Con la sensación de estar solo.

 

─¿Es él el padre?─ preguntó Malía acariciando los cabellos rubios de Danny con suavidad. Recibió un movimiento afirmativo por parte de Danny, ella suspiró, ahora entendía por qué Danny estaba tan confundido en el camino a seguir. ─Vas a estar bien… yo los cuido─ consoló ella y Danny siguió llorando confundido con todo lo que estaba pasando. No sabía cómo todo se puso tan mal, no por el bebé, no, él no era un problema, el problema sería que una línea se había dibujado entre Steve y él separándolos, quizás para siempre.Secret

 

─¿De quién es?─ McGarrett señaló la camiseta mojada en las manos de Danny, despedía un aroma desconocido, aroma a otro hombre, otro Alpha.

 

─Hola cariño─ saludó Danny con ese tono sarcástico de siempre ─¿Qué tal tu fin de semana con Catherine?─ dejó a Steve entrar a su casa cerrando la puerta tras él.

 

─¿Quién era?─ Un hombre de cabellos oscuros y sin camisa salió de la cocina.

 

─Solo es Steve─ respondió el rubio y una expresión dolida se reflejó en el rostro del comandante.

 

─Steve McGarrett─ se presentó, ese hombre era el dueño de aquel olor que también cubría por completo a Danny ─No sabía que Danny tenía visitas─ dijo con desprecio, no le agradaba aquella presencia.

 

─Ah, sí, es cierto… Steve, él es mi hermano Matt, mi hermanito─ sonrió orgulloso Danny y Steve por fin respiró tranquilo, su hermano, por supuesto ¿cómo no lo pensó?

 

─Un gusto─ saludó Matt y Steve extendió la mano a él con amabilidad ─Danny habla mucho de usted Comandante.

 

─Me gustaría decir lo mismo pero Danno es muy reservado─ respondió Steve y el rubio lo vio con disgusto.

 

─Es solo que no se ha dado el momento─ se defendió Danny ─Y eso responde a tu pregunta sobre el dueño de la camiseta. Matt me está ayudando con una fuga en la llave del fregadero.

 

─Puedo arreglar esas cosas, no necesitas molestar a tu hermano─ McGarrett reprochó y Matt soltó una risa poco discreta.

 

─Lo siento chicos, pero casi podría creer que están saliendo─ se disculpó antes de volver a reír.

 

─No lo estamos, McGarrett no es mi tipo─ rió Danny y Steve lo imitó aunque no hallaba la gracia en las palabras de Danny.

 

Steve se quedó hasta la hora de la cena con el par de hermanos, hablando con Matt y molestando a Danny, siempre terminaban peleando de alguna forma y eso se debía a la personalidad de ambos. Mary había dicho tantas veces que la tensión sexual entre ellos era obvia, sin embargo Steve creía que nada pasaba, además tenía Catherine, la tensión sexual la desahogaba con ella ¿no? o eso creía, pero siempre que Danny aparecía cerca le era difícil concentrarse en cualquier otra cosa que no fuera él y solo él. Kono se burlaba a veces de la forma en que Steve protegía a su rubio compañero, al inicio creía fielmente que el Comandante temía que Danny decidiera volver a Nueva Jersey, sin embargo con el tiempo la tensión entre ellos y la relación que llevaban la hicieron cambiar de idea. Danny era un Omega sin Alpha, a pesar de haber estado casado con Rachel nunca recibió la marca, era atractivo, demasiado, y si Steve no daba un paso en la dirección correcta el rubio podría resultar en brazos de cualquier otro que sí se atreviese a invitarlo a salir.

 

─Buenos días─ era el saludo matutino de Danny al entrar a la oficina, esa mañana nadie respondió, se encogió de hombros y dedujo      que al parecer fue el primero en llegar, su hermano tuvo que volver a casa por una emergencia y fueron al aeropuerto temprano, razón por la cual el rubio estaba en la oficina primero. Se dio una vuelta por la máquina expendedora y se compró una golosina, volvió a su escritorio y comenzó a comer su compra, suspiró profundamente pensando en cuanto le gustaría ver a su familia. Fue transferido a Hawaii cuando Rachel consiguió un trabajo en la isla, sin embargo poco después se separaron, entonces decidió quedarse allí por una temporada hasta que terminara de lamerse las heridas, lamentablemente sus planes se frustraron cuando conoció a Steve y con toda su presencia de SEAL lo arrastró a 5 – 0. Sonrió recordando la primera vez que vio a ese hombre, desde el primer momento no pudo evitar sacar todo su poderío Alpha para llevarlo a donde él quería tenerlo, le resultaba gracioso terminar siendo amigo de alguien tan opuesto a él.

 

Otro suspiro más y el sonido de la puerta anunciando que alguien llegó interrumpió sus recuerdos, a juzgar por los pasos no podía ser otro que “Papá Oso” mejor conocido como Steve McGarrett. “Grande y gruñón como un oso” pensó Danny sin molestarse en saludar, se hallaba muy cómodo en su silla viendo a la nada con su golosina a medio comer.

 

─Hola Danno─ Steve saludó entrando sin llamar a la oficina ─¿A qué se debe el honor de tanta felicidad?─ el moreno veía la sonrisa alegre en el rostro de su compañero y como buen militar necesitaba saber la causa de ello.

 

─A los osos─ rió Danny.

 

─¿Osos?

 

─Sí, animales salvajes, grandes, peludos, con garras… es normal que no los conozcas, no vienen mucho a la playa.

 

─Que gracioso Danno─ contestó Steve sentándose en el escritorio de su compañero quitando de las manos de Danny la golosina, que resultó ser un chocolate, para darle una mordida.

 

─¡Oye, consigue la tuya!─ el rubio le vio molesto, ahora solo quedaba un cuarto de su chocolate.

 

Steve se encogió de hombros como siempre hacía, se acercó intrigado a Danny pues su aroma tenía una variación casi imperceptible, algo que Steve estaba buscando averiguar ─Te compraré otro─ por fin dijo Steve pero su voz no parecía muy convencida de ello, en su lugar seguía olfateando el aire con curiosidad, no entendía que pasaba, no entendía qué era eso que flotaba alrededor de su compañero hasta que descaradamente enterró su nariz en el cuello del omega aspirando profundamente en el lugar de origen. Tuvo la enorme tentación de pasar la lengua por la piel de esa zona, cada vez que abrazaba a su compañero le gustaba enterrar su rostro allí y hallarse con que nadie había profanado con su marca el cuerpo de Danny, hasta ese momento en que al aspirar profundamente sus ojos se volvieron oscuros de rabia, se apartó para encontrarse con el rostro confundido de Danny.

 

─¿De quién es?─ gruñó Steve molesto y esta ocasión no se refería a una prenda de ropa, hablaba del bebé que Danny estaba llevando en su interior. Alguien profanó el cuerpo de Danny y él quería saber quién osaba tocar SU Danno, él era suyo, ¿quién fue el culpable de poner un hijo en él?

 

─Steve, ¿de qué hablas?─ Danny le vio confundido, no entendía la pregunta. ─¿De quién es qué?

 

─El bebé─ gruñó otra vez Steve atrayendo el cuerpo de su compañero a él. ─¿Con quién te acostaste? ¿Quién te hizo esto? ¡Su nombre!─ Gritó Steve aprisionando al omega entre su silla y el cuerpo del Alpha.

 

Danny estaba tan pálido como una hoja de papel, no entendía nada de lo que Steve gruñía, se quedó atorado en la palabra “bebé”, Danny tuvo su celo mes y medio atrás, en esa ocasión al estar tan inmerso en el trabajo olvidó tomar los supresores y no pudo detenerlo, pero incluso así la única persona con la que recordaba haber pasado una noche fue Steve. Sucedió al finalizar el caso, ellos fueron a beber para festejar que atraparon a los malos, ambos terminaron ebrios en la casa de McGarrett, no recordaba exactamente como pasaron del punto A al punto B, pero aún así tenía vagos recuerdos de Steve tomándolo a su sabor y antojo, no sabía cuántas veces lo hicieron o si habían usado condón, lo que si sabía fue que sucedió unos días antes de su celo.

 

─Steve─ la voz temblorosa de Danny se escuchó y Alpha gruñó esperando una respuesta ─Steve, espera… déjame.

 

─No, ¡responde!─ exigió presionándose más contra el pequeño cuerpo de Danny ─¿Con quién te acostaste? ¿Quién es ese que pone las manos en ti?

 

─Estás reaccionando mal Steve, yo… yo no me acuesto con nadie─ gimió de dolor pues las manos del Alpha se estaban clavando con fuerza en sus costillas ─No sé nada de ningún bebé… Steve, por favor.

 

─No soy idiota Danno─ esta vez no se contuvo y pasó su lengua por la zona donde deseaba tanto dejar su marca, quería morder con fuerza y hacerlo suyo, ¿quién se creía permitiendo que otro lo tocase? ─Tú tienes estás esperando un bebé, ahora mismo vas a decirme quién se acostó contigo, no tienes permitido ver a nadie más ¿entiendes? Vamos a arreglarlo, vamos solucionarlo, solo dime quién lo hizo y yo me hago cargo, lo desapareceré y también a su cría, no te asustes…

 

Kono entró en esos momentos a la oficina, tan pronto como vio la escena entró a la oficina de Danny para intervenir, sentía el enojo de Steve, uno que jamás experimentó antes, no era como esas veces que se frustraba con el trabajo, esta vez veía la clara determinación de asesinato en sus ojos. Lo peor de todo era que Danny no solo lucía aterrado sino que también estaba al borde del llanto, Steve estaba siendo todo un animal con él y aunque ella no entendía por qué actuaba así decidió intervenir.

 

─McGarrett ¡suéltalo!─ dijo ella acercándose con cautela.

 

─No te metas Kono, él tiene que responderme, tiene que decirme con quién se estuvo revolcando─ gruñó molesto por la interrupción y Danny no supo que más hacer, dos cosas le impedían hablar de lo que pasó aquella noche, la primera era que tanto él como Steve no tocaron nunca el tema, es más, él se fue de casa del Alpha tan pronto pudo ponerse en pie y conducir, así que tampoco estaba seguro que su jefe recordara que habían tenido sexo, y la segunda era Catherine, él sabía que ella estaba enamorada de Steve, llevaban saliendo desde hace años y no le parecía justo arruinar todo lo que ellos tenían con una situación que ninguno de los dos parecía tener intención de repetir.

 

─Steve, te diré todo pero suéltame─ gimió Danny adolorido, no sabía de dónde Steve sacó que esperaba un bebé, no tenía ningún malestar de los que todo el mundo se queja, nada había cambiado en él, absolutamente nada. ─Kono, dile a Malía que iré al hospital─ avisó Danny, creía tener un par de costillas rotas a causa de Steve.

 

Kono asintió asustada por lo violento que Steve se puso, no entendía por qué su jefe estaba tan enojado por la vida sexual de Danny, sabía que los Alphas eran territoriales pero no al extremo de casi estar matando al omega con quién no sostenían ningún tipo de relación. ─Steve, lo vas a matar, cálmate─ Kono envió un mensaje rápido a Malía.

 

─Steve te prometo que no sé si estoy esperando un bebé, por favor, escucha─ jadeó Danny haciendo un esfuerzo por calmar al Alpha con su aroma ─Vamos al hospital, estarás allí y sabremos qué pasa… tú me llevarás, quiero que tú me lleves, solo te necesito a ti─ Danny buscó convencer al Alpha utilizando palabras suaves que podrían hacerlo volver.

 

─Vamos─ dijo Steve apartándose, dejando que Danny respirara por fin. El rubio se puso de pie con cuidado y un brazo del Alpha lo envolvió posándose en su cintura, suspiró agotado pero no dijo nada, cualquier cosa sería mejor que sufrir la furia de Steve. Kono se apartó llamando a Malía para contarle la situación y avisar que estaban saliendo, del otro lado de la línea ella murmuró preocupada, si Danny y Steve se habían acostado y ahora el rubio esperaba un bebé de otro hombre aquella reacción sería el menor de sus problemas. Todos parecían saber que eso pasaría, lo veían venir, Steve perdería la cabeza cuando alguien pusiera sus manos sobre Danny, quien fuera. En ese estado Malía atendería a Danny, si un desconocido se acercaba al rubio Steve podría arrancarle la cabeza a alguien.

 

No pasó mucho hasta que llegaron al hospital, Steve condujo como si estuviera desquitándose con el acelerador y Danny por primera vez sintió nauseas y estuvo seguro que no era por un embarazo sino por la forma neandertal en que Steve manejaba. ─Steve, calma─ pidió Danny pero al Alpha no escuchó.

 

─Danny, por aquí─ Malía se ahorró los saludos dada la situación y los guió a su consultorio directamente, cerró las puertas y los atendió ─Steve, suelta a Danny, tengo que revisarlo, me parece que tiene una costilla rota─ Malía sabía que Steve no le haría nada, ella estaba embarazada, él respetaría eso.

 

El SEAL se separó de Danny y ella lo hizo subir a la camilla, abrió su camisa con cuidado y pudo ver la piel lastimada del rubio, algunas partes comenzaban a tomar un tono morado, palpó con cuidado escuchando a Danny quejarse en una ocasión ─Parece que no tienes ninguna fractura, eso es bueno─ sonrió ella y Danny respiró aliviado por un segundo hasta que recordó qué lo llevó allí. Abrió la boca para decir algo sin embargo ella se adelantó ─Te sacaré sangre y sabremos si es cierto o no─ ella sonreía tranquila calmando a Danny con su enorme sonrisa, realizó el procedimiento y pronto tenía en una jeringa la sangre necesaria para la prueba ─Ya vuelvo─ Malía salió de la habitación dejando a McGarrett mucho más calmado.

 

─Solo dime quién es el padre─ pidió entrelazando una de sus manos con las de Danny.

 

─Steve─ habló con dificultad el rubio, tenía dolor en la zona donde Steve ejerció presión con sus manos ─No tiene que importarte, tú tienes a Catherine, te preocupas porque eres mi amigo, pero tu deber está con ella… Steve McGarrett, tú no eres mi Alpha─ terminó la frase Danny y pudo sentir como algo en su interior sufría, Danny de pronto entendía que poner en palabras lo que siempre supo era el peor dolor que pudiera experimentar, en sus propias palabras la verdad dolía. Steve no era su Alpha.

 

─Danny, ella no me importa─ enterró su rostro en el abdomen de Danny dejando un beso suave en la piel aún descubierta ─Me está matando que otro fue capaz de iniciar una familia contigo…

 

Danny quiso decir algo, quiso contarle sobre la noche que pasaron juntos, quiso creer en el dolor de Steve, pero entonces recordó que su amigo siempre fue protector con él, ¿qué sucedería si en realidad solo estaba confundido por todo y él en realidad hablaba por hablar? ¿Cómo creer en él? Tanto tiempo con Catherine no podía ser solo por costumbre, necesitó alcohol para acostarse con él, cosa que estaba seguro no necesitaba con ella ─La vida no es justa Steve, no lo es…─ dijo Danny por fin, estaba decidido a no decirle que él era el padre en caso de estar esperando un bebé. No lo haría por el bien de ambos.

 

Malía regresó tras un tiempo, ellos aguardaban en el consultorio, Danny estaba por quedarse dormido y Steve abrazaba no soltaba la mano de su compañero admirando su rostro y su abdomen aún plano. Él sabía lo que olió en Danny, él no necesitaba una prueba para saber que había un bebé creciendo en el rubio y le dolía, le dolía saber que Danny se alejaría para siempre de él, aparecería otro hombre en escena que eventualmente se llevaría a Danny para siempre de su lado.

 

─Despierta cariño─ pronunció la doctora moviendo a Danny de forma suave ─tengo tus resultados, ¿quieres quedarte allí o tomas asiento en una confortable silla?─ ella trataba a Danny con tanta dulzura que lo hizo tranquilizarse.

 

─Estoy bien aquí─ sonrió tímido olvidándose de McGarrett.

 

─Bien cariño, debo confirmar las sospechas de Steve, estas esperando un bebé─ por lo general añadía algo como “felicidades” pero en este caso dudó que fuera una buena idea.

 

─Oh…─ fue todo lo que dijo Danny soltando el agarre de McGarrett y llevando sus manos a su rostro para ahogar un sollozo. Steve clavó su mirada en el abdomen de Danny, hizo un esfuerzo por contenerse. Sus peores temores se volvieron realidad, había perdido a Danny, esperaba el bebé de alguien más…

 

─Felicidades─ la voz de Steve por fin se escuchó, era dura y fría, para Malía fue claro que estaba herido por la noticia. El Alpha dio una última mirada a Danny y salió del consultorio hecho un caos de emociones, pero lo más importante. Con la sensación de estar solo.

 

─¿Es él el padre?─ preguntó Malía acariciando los cabellos rubios de Danny con suavidad. Recibió un movimiento afirmativo por parte de Danny, ella suspiró, ahora entendía por qué Danny estaba tan confundido en el camino a seguir. ─Vas a estar bien… yo los cuido─ consoló ella y Danny siguió llorando confundido con todo lo que estaba pasando. No sabía cómo todo se puso tan mal, no por el bebé, no, él no era un problema, el problema sería que una línea se había dibujado entre Steve y él separándolos, quizás para siempre. 


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