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Sensei por Sai Ki

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Notas del capitulo: ¿La segunda parte tan rápido? Vaya, al parecer están de suerte -risas-.

Este es el segundo y capítulo final del pequeño two-shot. Aquí cambia un poco más la perspectiva y podemos conocer más de lo que piensa Saga.

También hay aparición especial de Reita y Aoi (gazette), cielos, esto es muy como esos fanfics del 2013 -risas-.

La historia tiene cortes en la parte de la moral porque sabemos que eso, en una historia romántica homosexual, no es tan importante (?)

Enjoy!

El sábado llegó, las vacaciones se hacían presentes y varios grupos de jóvenes aparecían según las horas avanzaban. El sonido de la música en los bares nocturnos y las risas sonaban apenas a unos metros de distancia. Entre ellos estaban Shinji e Hiroto con algunos amigos de este último.

 

Habían salido con la idea de hacer olvidar a Shinji “su amor de la infancia” y de paso buscar alguna chica con quién pasar la noche. Se encontraban en uno de los bares más famosos de Shibuya y no les fue difícil el acceso dado los contactos del pequeño Hiroto.

 

 

— No te deprimas, Tora. Él no sabe de lo que se pierde al rechazarte una cita —le animó uno de sus amigos quién ya estaba bebiendo su segundo vaso de vodka.

 

— Reita tiene razón, Tora. Por ejemplo me tienes a mi —mencionó uno de ellos con el cabello negro más bajo que Shinji. Todos rieron ante las ocurrencias de éste, pues era quien animaba las salidas con sus múltiples bromas.

 

— Lo sé Aoi, lo sé. Pero Sakamoto.. es muy especial, aunque no sé ni por qué me gusta —sonrió de medio lado al pensar en ello y en cuanto le acercaron su botella de cerveza se bebió la mitad de un solo trago.

 

 

 

A unos metros de aquella mesa, se encontraba el mismo Sakamoto quien no podía estar en una situación diferente. Por su parte, el chico rubio con quien había mantenido una relación en secreto, lo había dejado por alguien más joven.

 

— Demonios Saga, no recuerdo cuándo fue la última vez que te ví así. ¿En verdad te gustaba Nao... o es solo tu maldito orgullo por haber sido cambiado? —preguntó un chico de cabello más oscuro quien a ratos compartía miradas con uno de los jóvenes de las otras mesas.

 

— No me hagas preguntas molestas, Show… ¿A quién miras tanto? —preguntó evadiendo la pregunta y concentrándose en las mesas cercanas descubriendo que con quién su buen amigo se sonreía, era el amigo de Shinji. ¿Qué diablos estaban haciendo ahí a las once de la noche?

 

— Creo que iré con él, no me esperes ! —Show dejó a Saga con las palabras en la boca y aunque bien pudo maldecirlo y recordarle que estaban ahí por él y no buscando una cita exprés, su expresión era más de sorpresa al descubrir que Shinji también estaba ahí y al parecer tenía una “situación romántica” con uno de sus amigos.

 

Takashi estaba sorprendido con la actitud de Shinji. Justo ahora tenía un porte que lo hacía notar mucho más alto, incluso cuando ya le había sacado unos centímetros de diferencia con los años ¿Shinji siempre había sido así? El pelinegro era sumamente atractivo, tal parecía que los años no habían pasado en vano y Takashi tuvo que fingir demencia cuando Show descubrió su mirada hacia la mesa.

 

Show no conocía a Shinji y Hiroto mucho menos se imaginaba que ese hombre alto y guapo que le había invitado un trago, era amigo de su maestro de la universidad.

 

 

— Ese chico de allá no deja de mirarte Tora, ¿Por qué no vas con él y te olvidas de tu maestro? —Aoi fue quien hizo la observación divertido de ver al más alto con una expresión de molestia. Discretamente señaló a la otra mesa y cuando Shinji volteó, todo a su alrededor dejó de existir. ¿Era Takashi?

 

 

Takashi quiso que se lo tragara la tierra cuando el amigo de Shinji lo descubrió, pudo haber buscado a Show con la mirada o simplemente ir a los baños y desaparecer de ahí pero sus intentos se vieron frustrados cuando el mismo Shinji se encaminó a su mesa siendo aplaudido por sus amigos.

 

“Malditos niños, seguro piensan que quiero algo con Shinji “ pensó al imaginar lo que pasaba en la mente de los jóvenes. Después de todo también había pasado por esa etapa de juventud..

 

 

— Qué sorpresa encontrarlo por aquí, Sakamoto sensei —mencionó el pelinegro sentándose cómodamente a su lado, inclinándose cerca de su cuerpo para que el castaño lo escuchara debido a la música que inundaba el lugar.

 

— Lo mismo digo, Shinji-kun.. ¿Vienes con tus amigos? —la curiosidad lo estaba matando y el reciente alcohol en la sangre lo estaba volviendo más distraído. El más joven asintió en respuesta haciendo un trago al vaso del castaño.

 

— ¿Whisky? Nada mal para un señor de su edad —mencionó con cierta gracia haciendo reír al mayor. ¿Era idea suya o el pelinegro estaba coqueteando con él?

 

— Me sorprende que alguien tan joven sepa la diferencia entre cerveza para niños y un buen whisky —ambos rieron unos segundos quedándose en silencio justo después. ¿Qué estaban haciendo? De Shinji era entendible porque era menor pero Takashi. ¡Él tenía treinta años! No podía estar coqueteando con uno de sus alumnos de universidad.

 

— Hey Saga, me llevaré el auto —Show apareció de la mano con Hiroto quien simplemente miró a su amigo con sorpresa pero, no les dio tiempo de mencionar nada pues el castaño le dio las llaves al de cabello oscuro y pronto se perdieron entre las personas.

 

— Tal parece que a tu amigo le gustan los mayores —mencionó gracioso el castaño. La curiosidad por saber más sobre ese lado de Shinji lo estaba consumiendo.

 

“No es el único” pensó el pelinegro pero simplemente encogió los hombros sirviéndose otro trago de la botella que tenía el mayor en la mesa.

 

— ¿Te llaman Saga cuando sales de cacería? —preguntó el menor haciendo reír nuevamente al castaño. ¿Tenía que decirlo de ese modo?

 

— No soy el único, ¿cierto? Creo que tus amigos mencionaron un apodo cuando te levantaste.. ¿Toka..? —intentó hacer memoria recibiendo con gusto el trago que recién le había preparado el pelinegro.

 

— Tora, ese es mi apodo. Pero no le diré por qué —se miraron con complicidad antes de volver a reír y compartir algunos tragos más.

 

 

 

Lentamente la botella se fue terminando y sus bromas fueron subiendo de tono. Para Tora había pasado desapercibido cuando sus amigos se fueron y Saga más bien esperó el momento en que ellos se fueran para invitar al más alto a la pista de baile. Esos jóvenes eran muy tontos y sabía que si hacían algo en su presencia de inmediato harían algún alboroto.

 

— No se bailar, Saga.. esto está mal —dijo el pelinegro un tanto avergonzado sin recordar exactamente en qué momento había empezado a llamarlo Saga y no Takashi.

 

— Solo tienes que dejarte llevar... Estudias música, ¿me vas a decir que no sabes llevar el ritmo? No es difícil, solo tienes que moverte un poco.. —el mayor de los dos explicó cerca del pelinegro ayudando a moverlo con sus manos aunque ambos terminaron riendo por lo que estaban haciendo. ¿Cuánto habían bebido? Estaban seguros de que lo suficiente como para olvidar la diferencia de edad y el rol que cada uno tenía. Ambos estaban comportándose como unos adolescentes ebrios y eso.. no era un problema.

 

 

 

 

 

— Es bastante tarde, Saga.. ¿Quieres que te vaya a dejar a tu casa? —preguntó el menor después de haber ido al baño para lavarse la cara y darse cuenta que eran las tres de la mañana.

 

El mayor de los dos le miró de reojo, por su parte no tenía problema con la hora pero tal vez el más joven necesitaba regresar a su casa.

 

— ¿Dejarme a mi casa? ¿Crees que tengo veinte años? —mencionó con gracia y justo cuando se buscó las llaves en su pantalón recordó que su amigo Show le había pedido el auto. Chasqueó la lengua cuando el pelinegro movió sus propias llaves frente suyo y sin hacerse del rogar le siguió. — Yo conduciré, tú estás peor que yo y si tenemos un accidente alguien tendrá que hacerse responsable

 

— Después de horas bebiendo quiere comportarse como un adulto responsable... — el menor hizo un poco de burla dejándole subir del lado del conductor y más tarde dejar que el castaño condujera en dirección a su apartamento. No tenía problema en que el mayor lo llevara lejos; prefería que Takashi llegase sano y salvo.
Después de todo, ya había avisado a su madre que no llegaría a dormir.

 

 

 

 

Shinji se quedó dormido, no podía mantenerse despierto cuando el mayor había colocado la estación de jazz y su cerebro estaba bastante apagado debido al alcohol ingerido.

 

 

— Shinji.. despierta —la voz de Takashi se hizo presente y el pelinegro despertó al cabo de un rato. Sus miradas se encontraron haciéndoles suspirar inaudible y el menor se talló los ojos abriendo más tarde la puerta de su lado del auto para descubrir que estaban en el estacionamiento de un edificio de apartamentos. ¿Ahí era donde Takashi vivía?  —Te quedaste dormido antes de que pudiera preguntarte por tu dirección así que vinimos a mi casa. Puedes llamarle a tus padres para que no se preocupen por ti.

 

El menor le miró con una sonrisa imperceptible declinando la oferta al mencionar que no había problema. El único problema sería dormir en la casa de su maestro.
La borrachera se le bajó de golpe, ¿en verdad iba a dormir en su casa?

 

 

Takashi se golpeó mentalmente al caer en cuenta de lo que estaba haciendo. Tora no era una conquista cualquiera para proponerle dormir en la misma cama, aunque sabía que el mayor no dormiría nada cómodo en los sillones. El castaño estaba en un dilema mental cuando el pelinegro rompió el silencio halagando lo bien que olía su apartamento.

 

— Es más limpio de lo que pensé.. ¿Dormiremos juntos? —preguntó en un tono que para el mayor, no había cambiado en nada. Justo como cuando de niño pedía lo que quería de manera sutil, con sus labios ligeramente abultados en un gesto que le pareció irresistible.

 

— Si no te molesta compartir.. —el más bajo de los dos volvió a maldecirse a sí mismo cuando respondió. Eso no estaba bien, no podía seguir coqueteando con él incluso cuando Shinji no pareciera molesto con ello.

 

¿A qué diablos estaban jugando?

 

 

 

— Espero no te moleste si duermo en ropa interior —mencionó el pelinegro quien comenzaba a arrastrar las palabras debido a su estado de ebriedad. El castaño simplemente fingió demencia cuando el más joven se sacó la ropa y se acostó bajo las mantas. Saga decidió que lo mejor era usar un pijama o sería demasiado comprometedor.

 

 

Apagaron las luces y cada quien se acostó en una punta de la cama. Había apenas un espacio de cuarenta centímetros entre ambos y aunque cada quién hacía el menor ruido posible, la verdad era que no podían conciliar el sueño. Tres de la mañana, el sonido del reloj comenzaba a destrozar los tímpanos de Tora y sentirse cubierto con el aroma al perfume de Takashi, no estaba ayudando en nada.

 

 

— Shinji, deberías dormir —la voz del mayor hizo eco en la oscuridad en un tono gracioso para aligerar el ambiente extraño que comenzaba a asfixiarlo.

 

— Me duele la cabeza —mintió llevándose un brazo por encima de los ojos, si no buscaba su mirada probablemente podría dormir en paz.

 

— ¿Quieres que traiga una pastilla? Puedo preparar café si lo necesitas —propuso con el simple pretexto de poder alejarse de la habitación pero el menor le detuvo antes de que pudiera sentarse en la cama. Sintió su cálida respiración a escasos centímetros de su rostro y más tarde el tacto de sus labios cerca de su boca, dejándolo inmóvil sobre la cama.

 

— Estoy bien, solo quería decirle que usted me gusta mucho.. te quiero, Takashi — la voz ajena sonó tan grave y cerca de su piel que en conjunto con sus palabras le hizo estremecer, no podía contestar debido a la sorpresa.

 

¿Que le gustaba a Shinji? ¿En un sentido romántico? Sin embargo sus dudas se vieron contestadas cuando el pelinegro lo besó lentamente. Un beso tan suave que le fue imposible apartarlo.

 

“Al diablo todo “ pensó mientras sus bocas se unían en un beso largo y profundo.

 

 

 

 

 

 

 

 

Los rayos del sol despertaron a Takashi quien se encontraba envuelto entre los brazos del más joven, su cabeza le dolía horrores y el sonido de la respiración de Shinji justo sobre su pecho lo hizo volver a la realidad.

 

Ambos se habían besado hasta el cansancio y si bien estuvo a punto de llegar a algo más, el menor parecía satisfecho con aquellos besos incluso cuando sentía su erección rozarle los muslos. El castaño esbozó una graciosa sonrisa al recordar lo que había ocurrido, Tora le había confesado sus sentimientos y se habían quedado dormidos, incluso cuando Saga no le había dicho nada al respecto.

 

Pero, ¿había algo que decir? No le parecía necesario después de haber probado esos labios que por mucho tiempo le fueron prohibidos. El pelinegro tenía una boca deliciosa y degustar sus labios sin pensar que estaba haciendo mal, los hacía aún más irresistibles. Cerró los ojos y suspiró ligeramente, esbozando una boba sonrisa cuando el menor besó su mejilla con un “Buenos días" completamente adormilado.

 

— Buenos días, Shinji.. —respondió dejando un nuevo beso sobre sus labios, uno corto y dulce que provocó la misma sonrisa en el rostro de su alumno. Al parecer Shinji no lo había soñado y efectivamente se había animado a besar los labios de su ex-tutor.

 

— ¿No tienes algo que decirme, Sakamoto? —preguntó en un tono gracioso después de besar al castaño por algunos minutos separándose de su rostro únicamente para atraparlo entre su cuerpo y el colchón. El mayor arqueó una ceja al notar cierto bulto entre sus cuerpos moviéndose apenas para notar cómo el pelinegro se mordía los labios, al parecer el menor se había despertado con una erección .

 

— ¿Algo qué decir? supongo que… es mi turno de decirte cuánto te quiero —murmuró haciéndose el desentendido simplemente para ignorar el latido de su corazón quien reaccionó solo  con mencionarlo. ¿Era que siempre le había gustado Shinji y ahora podía decirlo sin sentir que era un completo enfermo?

 

— Estoy esperando, Sakamoto —mencionó el pelinegro que ni bien tuvo al mayor debajo suyo, comenzó a remover la prenda superior de su pijama. Se relamió los labios cuando el torso del castaño quedó expuesto.

 

— Me gustas, Shinji.. desde que eras mi alumno cuando tocabas el piano — trató de responderle firmemente ignorando los besos que el más joven repartía por todo su pecho, encontrando su mirada cada vez que emitía un suspiro. — odiaba no poder besarte como quisiera porque eras un niño

 

— También tú me gustabas en aquel entonces.. aunque creo que yo era más obvio —el pelinegro estaba encantado con la piel de su maestro y ni hablar de lo hermoso que le parecían sus suspiros. Marcó la piel de su abdomen, sonriendo triunfante cuando la piel del mayor se tornó rojiza.—  ahora eres mío, Takashi…

 

— No tenía idea de que yo te gustara... ¿Podemos dejar de hacer algo? —preguntó ligeramente inquieto cuando el pelinegro se deslizó entre sus piernas — No puedo concentrarme mientras tú…

 

Sus palabras fueron opacadas cuando el menor volvió a besarlo, robándole el aliento en un beso apasionado.

 

 

---

 

— Takashi-san !! —el menor había logrado alcanzar al castaño quien estaba por salir de su apartamento.

 

— Shinji.. ¿Qué haces aquí? Te dije que ya no puedo darte clases —el mayor le miró con cierto reproche pero no pudo molestarse con su pelinegro cuando éste le entregó una fotografía de los dos. Una fotografía que el mayor había sacado casi cuando se conocieron.

 

— Ya lo sé.. les dije a mis padres que tendría una última hora de clases y ellos aceptaron dejarme venir. No quería que nos dejáramos de ver tan pronto… —abultó sus labios como cuando no sabía lo que quería expresar o mejor dicho, no sabía si el otro lo había entendido. Takashi le miró con cierta sorpresa, en sus planes no estaba que el pelinegro se saliera con la suya.

 

— Entiendo; no esperaba que vinieras y me hicieras un regalo… me alegra que hayas venido, eres el único de mis alumnos que… —no pudo terminar su frase pues Shinji se acercó a abrazarlo con fuerza dejándolo sin poder replicar.

 

— Takashi.. eres tan especial para mí — murmuró en un tono posesivo e infantil logrando que el mundo del mayor se detuviera. ¿Por qué lo hacía tan difícil?

 

— También tú eres especial para mí, Shinji-kun.. ¿Quieres que vayamos por un helado? —acarició los cortos cabellos del pequeño quién le miró con una sonrisa amplia ante la idea.

 

— Quiero un último beso —respondió con gracia logrando que ambos se miraran con una sonrisa. ¿Acaso podía ser más encantador? Sin dudarlo unió sus labios en un lento beso, uno más largo que los que le había dado los últimos meses. Después de todo, este era especial porque era lo que Takashi más deseaba.

 

 

 

 

— ¿Nos volveremos a encontrar? —preguntó el menor con un cono de helado en su mano mientras era escoltado por su tutor hasta su casa.

 

— Quizás.. promete que no me vas a olvidar —sabía que estaba siendo egoísta pero si no se mentía ahora, probablemente terminaría arrepentido de dejar de dar clases y separarse del menor.

 

— Jamás podría olvidarlo, Takashi-san.. usted es mi maestro favorito —afirmó el pequeño con seguridad ganándose un nuevo cariño en sus cabellos.

 

— Y tú eres mi alumno favorito, Shinji-kun

 

 

 

 

 

 

Notas finales: Agradezco a quienes lo leyeron y si les gustó, compártanlo en sus redes sociales o manden el enlace por mensaje privado a sus seres queridos (?)

El capítulo especial de cumpleaños probablemente sea agregado la semana que viene, espero no me lleve un año actualizar ~

No olviden escribir sus comentarios, incluso si son para decirme que no les gustó o que necesitan aclaraciones sobre alguna escena.

Hasta la próxima!

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