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Le Viol por Tina Black

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Notas del capitulo:

Dejo el link de la música:
One Piece OST ~ Ballad of Sadness - YouTube

Aun seguía en la bodega sentado en un rincón con la cabeza recargada en un suave costal de semillas. Se sentía bastante acobardado por la situación ocurrida de hace mas de algunas horas. Por ratos llegaba Zoro a tocar la puerta para intentar hablar, pero Sanji solo le pedía que lo dejara en paz, al menos por hoy. Estaba bastante asustado y por supuesto no quería recibir de nuevo interrogativos forzados.

Cuando sintió que ese sentimiento lo había dejado de molestar, se levantó por fin del suelo para salir, justo cuando giró la perilla y vio lo que estaba del otro lado, se encontró con una desolada y tétrica cocina a oscuras y para su “suerte” Zoro se encontraba sentado en una silla mirando fijamente a su nakama. Sanji se quedó de piedra al ver esa mirada tan fría; después reaccionó al recordar la cortada de su suéter y su playera y se cubrió con sus brazos para evitar que Zoro viera las marcas.

-Vaya, pensé que nunca saldrías. -Habló por fin el espadachín con esa mirada tan penetrante, esos ojos no dejaban de ver al rubio quien comenzaba a estremecerse y dando un pequeño paso atrás, Zoro se dispuso a levantarse de su lugar diciendo -No temas... ¿Acaso no confías en mi? -Dijo en un tono burlón.

-No... No...

-¿No qué? -Comenzó a caminar a pasos muy lentos sin quitarle los ojos de encima a Sanji quien volvió a entrar a la bodega. Y antes de encerrarse de nuevo, el moreno fue rápido y detuvo con gran fuerza la puerta -Ah, no... Esta vez no te me vas a escapar... -Por cada paso que daba para acercarse al rubio, este retrocedía sin saber que hacer por el terror que sentía. Sin darse cuenta, había topado con pared y antes de siquiera poder escapar, la mano del espadachín se estampó contra la pared dejando escuchar un seco golpe logrando atemorizar mas al muchacho -¿Y bien? -Preguntó con esos penetrantes ojos y con una seria expresión.

-Yo... No sé de que...

-¡Tu muy bien sabes lo que quiero! ¡Será mejor que me lo digas ahora!

No estaba aun preparado para contarle la verdad, lo mucho que hizo fue agachar la cabeza y decir -No puedo decírtelo...

-¿Ah no? -Tomó su rostro con rudeza -Mírame cuando te hablo...

-Zoro, ya te lo dije... Fue una pelea... Sólo eso...

-Hemos enfrentado una gran cantidad de sujetos, incluso mas grandes que nosotros y ahora me dices que no pudiste con diez... Eres un verdadero inútil... -Dijo esto con el propósito de provocarlo y así conseguir que soltara todo, pero no surtió efecto

-No siempre se gana... Ya te dije que unos eran usuarios... Sus habilidades eran muy peligrosas... –La mano de Zoro comenzó a apretar más en la quijada del cocinero haciendo que este soltara un quejido de dolor -¡Zoro basta! -Lo empujó para que lo soltara por fin -¡Ya te dije todo lo que querías saber!

En eso, el espadachín volvió a acorralar al rubio abalanzándose sobre el y aprisionándolo contra la pared y su fornido cuerpo -No te creo... -Posó su rostro sobre el cuello del cocinero al mismo tiempo que intentó meter su mano sobre el corte del suéter y la playera.

El cuerpo de Sanji se puso tenso y en seguida comenzó a temblar desde las piernas y juntando las rodillas  -¡¿Qué haces?! ¡Déjame! -Intentó separarse de el empujándolo, pero el espadachín aplicó fuerza y se aferró mas al joven -¡Zoro ya basta! -A oídos sordos, el espadachín continuó besando el cuello del cocinero y su mano la cual ya estaba en el interior de las prendas comenzó a acariciar el abdomen del muchacho -¡Noo...! -Forcejeó e hizo un esfuerzo por quitarse esa mano de encima -¡Déjame! -Zoro tomó una de las manos de Sanji y le apretó la muñeca amenazando con rompérsela -¡¡¡NO!!! -Gritó dándole por fin un rodillazo en el estómago al espadachín. Pero por desgracia, Zoro fue rápido y lo retuvo con el brazo colocándolo de escudo.

-Se un buen chico y te prometo que no seré rudo... -Dijo apretando aun la muñeca del cocinero.

-¡Basta ya! -Le dio otro empujón sin resultado alguno y continuó implorando -¡No por favor! ¡No me hagas daño...! ¡Eres mi nakama!

-Nakama... ¡Ja! -Rio continuando llenando de apasionados y lascivos besos sobre el cuello de su rival -Tu nakama... -Hizo un camino de besos llegando hasta el rostro de Sanji -Si, tu nakama... "No sabes que tan feliz estuve al ver que te nos uniste..." –Dijo con sarcasmo y desden ahora pasando su mano sobre el pecho de un inmóvil y espantado cocinero quien solo rogaba por qué lo dejara de torturar. Al ver que Sanji estaba completamente petrificado, soltó su muñeca y con su mano libre la metió entre las ropas para así poder tocar cada rincón del tronco con suaves, pero incómodos movimientos acariciando cada parte, desde la espalda recorriéndola provocando unos cosquilleos. Después pasaron a sus costillas para luego volver a ese abdomen el cual no dejaba de contemplar con solo tocarlo; mientras hacía todo eso, seguía plantándole besos en el cuello, hombros y cara como si no hubiera un mañana.

-Apuesto a que te está gustando... -Decía entre susurros sobre el oído de su víctima sin detener su labor.

-¡No me hagas esto! ¡Te lo suplico! -Volvió a luchar para quitarse de encima a Zoro -¡Esto no está bien! ¡No me lastimes! ¡Zoro! -Sin darse cuenta, sus ojos ya estaban llenos de lágrimas -¡Zoro, no! -En eso, su atacante le plantó un beso en los labios y obligándolo a que abriera la boca para meter su lengua.

-Anda, no te hagas del rogar... -Sanji solo pudo voltear su cabeza a otro lado para evitarlo -No te hagas el mártir... -Acercó su cara a la del cocinero y vio que este estaba llorando -Te ves muy lindo cuando haces eso... -Dijo con lujuria. Continuó invadiendo su cuello de profundos besos y manoseándolo.

-¡¡¡NOOOO!!! -Cerró fuertemente los ojos, resignado a su doloroso destino -¡No quería esto! ¡No de esta forma! ¡¿Por qué lo haces?! ¡Zoro yo te quiero! ¡Por favor no me lastimes! ¡No quiero hacerlo, no! -Gritaba con un descomunal llanto -¡No, tu no! ¡Ya no!

-Pero parece que te está gustando... -Abrió de golpe los ojos al escuchar esa voz. Volteó con lentitud y nervios solo para encontrarse ahora con Kurohige quien lo estaba tocando -Ya sabes lo que puede pasar si hablas de esto con alguien... ¡Kajajajajajaja! -Vio como ese monstruo se hacía mas grande. Sanji al intentar escapar, fue atraído hasta Kurohige jalándolo con una correa que apareció de la nada en su cuello y esta estaba amarrada por unas gruesas cadenas que parecían ser indestructibles -¡Ven aquí, zorrito!

-¡¿CÓMO LLEGÓ ESTO A MI CUELLO?!

-¡Esto dice que eres mio! ¡No tienes escapatoria! ¡Estás solo en esto, no te librarás de mí nunca! -Dijo soltando su gran carcajada.

[//////////]

Sanji despertó sobresaltando de su lugar. Estaba agitado y con un sudor frio invadiendo su cuerpo. De inmediato miró a su alrededor y vio que estaba en la bodega. Sin querer se tocó el cuello -Sólo... Fue una pesadilla... -Dijo al darse un pequeño masaje. Aquella pesadilla la sintió tan real que no pudo evitar tener pánico. Hizo lo posible por relajarse y cuando al fin logró calmarse, se levantó de su lugar, se dirigió a la puerta para quitarle el seguro y giró con mucho cuidado la perilla para no causar ningún ruido. Al abrir por fin, se asomó un poco para ver una cocina deshabitada y a oscuras. 

Salió por fin de la bodega y fue a prender la luz, miró a su alrededor buscando el reloj que marcaba ya las nueve de la noche. -¿Cuánto tiempo me quedé ahí...? -Se preguntó asombrado tocándose la frente y yendo a sentarse en la barra y recordando todo lo que soñó, lo único que quería hacer era ir a descansar  e intentar olvidar todo lo ocurrido.

Mientras tanto, Zoro estaba en la habitación buscando la manera de decirle a Sanji lo arrepentido que estaba y cómo hacer para que le dijera de una vez por todas que era lo que pasaba con el -¡Ya sé! –Dijo levantando la mirada –Obligándolo con... No eso no... –Se cruzó de brazos aun pensando la forma de hablar con el cocinero -¡Cocinero! –Comenzó a practicar –No, así no... –Recordó la mirada de terror y llena de lágrimas de su nakama cuando lo atacó –Mmm... Jamás lo había visto de esa forma... Otras veces me bloquea los ataques o los esquiva sin problema alguno, pero esta vez... –Sintió un nudo en la garganta –Supongo que será mejor dejarlo solo, al menos hasta que me quiera contar lo que le pasa...

Se dirigió a la puerta aun pensativo y al abrirla se encontró con Sanji quien se sobre saltó y cubrió de inmediato el corte de su ropa son sus brazos mirando con mucho temor a su nakama. Sanji solo agachó la cabeza esperando alguna reclamación, inclusive hasta un golpe, pero Zoro ni siquiera le pasó eso por la cabeza y decidió mejor ignorar al cocinero por ahora pasando junto a el tajantemente  y yendo al baño para antes de ir a dormir dejando a un desolado rubio quien mejor decidió entrar a la habitación y cambiarse de ropa y comenzó reflexionar un poco sobre el sueño que tuvo. ¿Zoro sería lo suficientemente comprensible ante la situación por la que está pasando? ¿Sería buena idea decírselo? ¿O mejor callar y no involucrar a nadie para evitarse los interrogatorios, las miradas, la lastima...? Pero sobre todo, el rechazo y el odio por parte del espadachín y el resto de la tripulación. Pensando en todo eso, fue al armario y sacó su ropa para dormir, un pantalón de algodón holgado y una playera de manga larga; fue a sentarse a su cama y se comenzó a arreglar para por fin descansar.

Se recostó mirando la cama de arriba esperando a que el sueño lo invadiera, pero no pasaba nada; en esos momentos regresó el espadachín cerrando con llave la puerta. Se dirigió a su cama no sin antes preguntarle a su nakama si ya podía apagar la luz a lo que Sanji solo contestó con un débil si. Zoro apagó la luz y fue a descansar por fin. Sanji no dejaba de pensar en todo aquello que lo hizo sufrir. Estaba devastado y sin esperanza alguna -<<Tal vez lo mejor sería regresar>> -Pensó al darse cuenta que ya no podía seguir mas en este viaje, pero su temor era el quedarse solo y en cuanto regresará al restaurante como se lo diría a Zeff. Primero que nada, ¿Se lo diría? -<<¿El me seguiría queriendo?>> -No se movió de su lugar, las ganas de dormir se estaban desvaneciendo.

 

[*****]

 

Este era ya su tercer... ¿Quinto...? ¿Sexto encuentro tal vez? Había perdido la cuenta de las veces que abusó del muchacho quien yacía bocabajo y desplomado en el suelo. Kurohige se recargó sobre un pedazo de pared de los escombros y se estiró un poco por el cansancio que ya estaba comenzando a tener –Vaya... Necesito algo de beber... –Dijo como si nada masajeando su cuello –Debo admitir que eres toda una fiera, pequeño... –Dijo con cachondeo al ver que el rubio intentó levantarse, pero estaba muy débil, las piernas casí no le respondían y le dolía todo, cada rincón de su ahora derribado cuerpo. Se arrastró para ir por su camisa ya desecha y con pesar se la puso como pudo –Si vienes conmigo, te prometo que te conseguiré la mejor camisa, te trataré como mereces ser tratado, pequeño... –Dijo el pirata mirando con burla al muchacho quien aun hacía un esfuerzo por levantarse, pero lo único que logró fue sacar un ahogado grito de dolor que le recorrió desde  su retaguardia hasta la espina dorsal –Eres muy testarudo... –Se levantó para ir con el, al ver la acción de su agresor, Sanji se fue como pudo arrastrándose hasta llegar a un árbol y se abrazó al tronco de este –Que lindo... –Llegó por fin y se agachó juntando su asqueroso miembro en la espalda del cocinero.

-¡No, ya no mas...! –Decía con la voz entre cortada y escondiendo su rostro  y aun aferrándose al tronco.

-Shh... Sh... Shhh... Tranquilo... –Se pegó mas al muchacho y comenzó a acariciar sus cabellos con supuesta ternura.

-No... Por... Por favor detente... –Dijo comenzando a llorar.

-¿Sabes? Eso me excita mas... –Abrazó con un movimiento suave y lento al cocinero y continuó –Deberías aceptarlo... Yo gané... –Posó su mentó sobre el hombro del rubio –Anda... Dilo... –Sanji negó con la cabeza –Una vez mas... Sólo una vez mas... –En eso, bajó su enorme y rasposa mano hasta la entre pierna logrando que Sanji se estremeciera y gimiera por el miedo.

-¡¡No...!! Cerró mas sus piernas para evitar que esa maldita mano le diera de nuevo ese terrible masaje.

-Anda... –Sintió como el pene de Sanji comenzó a ponerse un poco duro -¿Lo ves? Tu dices que no, pero tu cuerpo me dice que quiere mas –Bajó su otra mano para manosear el miembro ya erecto –Deja de hacerte el mártir... Esto es lo que quieres. Todo es culpa tuya...

-¡¡No, ya no por favor!! –Apartó las manos de Kurohige quien respondió dándole una gran lamida en su mejilla y boca -¡¡No!!

-Esto es lo que quieres...

-¡¡Nooo...!!

[*****]

Seguía mirando arriba con las manos juntas sobre su estómago y con una mirada ausente al recapitular todo.

[*****]

Kurohige comenzó a toca de nueva cuenta el cuerpo golpeado de Sanji –Esto me encanta... Eres... –Le dio un grotesco beso en su cara la cual reflejaba temor –Delicioso... –Sanji solo respondió con mas llanto y de pronto... Un líquido blanquecino estaba chorreando sobre su pene. Era la primera vez que se sentía culpable por esta acción. Deseaba morir –Pero que tenemos aquí... –El peli negro agarró sin cuidado el miembro de Sanji y le dio otro pequeño masaje –Veamos... –Con su dedo, tomó un poco del líquido seminal y se lo metió a la boca degustándolo para luego volver a hacerlo y esta vez, restregó ese mismo dedo sobre la boca d Sanji obligándolo a probar. Por supuesto que el rubio se negó rotundamente y eso molestó al sujeto y como acto, le mordió el hombro para que por fin el muchacho abriera la boca y tuvo que soportar tener ese dedo tocando sus dientes, legua y labios –Eso es... Chúpalo... –Sanji respondió mordiendo el dedo con la intención de arrancárselo, pero esta vez Barba Negra fue listo y  lastimó a Sanji apretujando su miembro logrando que por fin el chico soltara el dedo.

[*****]

(Música)

Una lágrima comenzaba a asomarse aun conservando ese apagado semblante.

[*****]

Escupió una mezcla de semen, sangre y saliva al suelo para después toser e hizo lo posible por no vomitar, ya que no quería volver a sufrir otra lluvia de patadas y puñetazos por parte de su captor quien solo agitó un poco su mano por la mordida. Se dispuso a hablarle en el oído al joven quien al percibir esa fuerte respiración se cohibió, pero una mano lo sostuvo bruscamente de su barbilla en señal de verse obligado a escuchar las miserables palabras de ese mal nacido –Escucha pequeño zorro... Todo muestra que ya eres mio y de nadie mas... ¡¡¿Oiste?!! –Zarandeó con violencia al joven quien solo escuchaba –Esto es algo que tú te buscaste... Es tu culpa... –Dijo con desprecio y continuó –Tu tienes la culpa por provocarme... Pretendes ser muy rudo... –Le jaló de los cabellos –Aunque eso se ve muy sexy...

-¡Nooo...! –Imploró pero no sirvió de nada.

-Si hubieras dejado de llorar aunque sea por un segundo, habrías entendido lo divertido que fue... –Sanji intentó gritar de nuevo, pero fue acallado al ser de nuevo tirado por su cabello -¡Sshhh...! No lo hagas mas difícil... Estas heridas fueron por tu culpa, si me hubieras obedecido, me habría portado diferente... –Lo obligó a voltearse para darle la cara y juntó su rostro a la de Sanji mientras volvía a introducir sus dedos en su cavidad ya desangrada –Cuando esto termine, nadie te querrá mas... Me encargaré de que no seas de nadie mas...

[*****]

-<<Este es tu destino...>>

-<<Esa voz...>>

-<<¿Crees que después de esto, alguien te va a querer...?>>

-<<Esa cara...>>

-<<Es claro que morirás solo si no te quedas a mi lado...>>

-<<El...>> -Aquella pequeña lágrima recorrió la mejilla descubierta de un muchacho quien aun permanecía acostado en su cama en medio de la soledad y cubierto por la oscuridad que le hizo recordar a ese maldito -<<El... Me lastimó...>>

<<-A mi no me ves  la cara... Estoy seguro que perteneces a una tripulación... Eres muy dulce al querer protegerlos de mi... -Dijo con una sonrisa al estar encima de su víctima quien aun intentaba luchar por su vida –Si les dices de esto, corres el riesgo de que te abandonen... Podrían odiarte... No serás ya nada para ellos, solo una falla que no merece ensuciar  el suelo que ellos pisen... Y si cantas, yo me encargaré de torturarlos y matarlos primero...>>

Sin darse cuenta, ya estaba llorando. Grandes cantidades de agua invadiendo su rostro el cual reflejaba el dolor, la humillación y el miedo. Sabía bien que estaba mal al no poder confiar en sus nakamas, pero el terror lo acobardaba. Sus sollozos comenzaron a escucharse en todo el cuarto, quiso silenciar su llanto, pero le era imposible. Esos ruidos lograron que Zoro se despertara, solo lo vio de reojo como el cocinero se levantó sin dejar ver su rostro tratando de enmudecer  su sufrimiento. Salió de su cama y decidió retirarse de la habitación quitando el seguro. Fue hasta la cocina y entró a la bodega para así desahogarse. Se sentó de nuevo en el rincón y escondió su rostro en sus rodillas abrazando sus piernas

(Fin de la música)

[...]

A partir de ahí, el resto de las otras noches fue igual, una noche despertó gritando, otra noche despertó sollozando; un comportamiento que a Zoro le hizo dudar, hasta llegar al punto en el que comenzó a colmarle la paciencia.  El día siete después del ataque. Sanji se encontraba cortando unas verduras para la cena. Escuchó a alguien entrar y sin querer se encogió de brazos y cerró los ojos con fuerza, recobró de nuevo la cordura y continuó haciendo su deber. Zoro entró y observó detenidamente al cocinero quien de inmediato pudo percibir que lo estaba vigilando -¿Qué habrá de cenar...? –Preguntó indiferente sentándose en la barra, Sanji por otra parte solo le seguía dando la espalda.

-Carne y ensalada... –Contestó con un tono bajo.

-¿Te molesta si agarro sake...? –Dijo para intentar romper el hielo. Sanji solo negó con la cabeza –Bien, beberé un poco... –Fue al refrigerador y notó que ya no había alcohol –Iré a traer mas... –Sanji asintió levemente de nuevo con la cabeza sin mirar a su nakama –Cocinero... Yo...

-Está bien... Ve por el sake...  –Contestó sin voltear a ver a un espadachín lleno de dudas.

Esto fue señal de que lo dejara en paz y sin más que decir, se fue. A la hora de la comida, Sanji dejó preparado todo y se fue de la cocina, al encontrarse con Zoro, este  le preguntó por la comida y Sanji solo respondió decaído -Si... Sírvete lo que quieras...

-¿No vas a comer...?

-No tengo hambre...

-¿Sigues enfermo...?

-No... Nunca lo estuve... Sólo no tengo ganas de comer ahorita. -Respondió distante queriendo ya irse a acostar.

-Está bien... Antes de que te vayas... ¿Al fin me dirás lo que pasó? -Dijo intentando no entrar en conflicto con el cocinero quien solo lo miraba con desgane.

-Te veo luego... -Y se fue a su habitación dejando a un Zoro ya fastidiado por la conducta del rubio.

Cuando por fin llegó la noche, Zoro regresó de entrenar a fuera. Después de pelear con un jabalí gigante, logró vencerlo y matarlo  para devorárselo mañana. Estaba un poco harto del pescado (sin sabor por cierto), así que quiso hacer algo para comer algo diferente. Llegó por fin al barco y dejó los enormes pedazos de carne en el jardín. Decidió descansar ya y se dirigió al cuarto encontrando a un Sanji intentando conciliar el sueño, pero le era inútil -Debiste salir a caminar o hacer ejercicio... La noche es perfecta para tomar sake y dormir... -Comentó alegre el espadachín al dejar sus espadas en el suelo y esperando la respuesta que jamás llegó de su nakama -¿Cocinero? -Fijó su vista a Sanji. Se encontraba recostado de lado mirando a la nada y dándole la espalda a Zoro -Oye, desde el día de la apuesta no has salido más... Y no pareces ser el mismo. ¿Me vas a decir que es lo que te pasa? -Pero no recibió respuesta -Bien... Si eso quieres... -Antes de ir a acomodar su cama fue interrumpido por la lánguida voz del cocinero.

-Lo siento... -Dijo intentando no decaer en su tristeza. Zoro prefirió ignorarlo y fue a apagar la luz.

Sanji al ver esto dijo -¡No la apagues!

-Es la cuarta vez que me lo pides... -Respondió con rezongo al ver a su camarada -No eres un maldito mocoso... No me gusta dormir con la luz prendida...

-Zoro, no...

-Ya me estás cansando con tu conducta infantil. -Apagó la luz y se fue recostar por fin a su cómoda cama dejando a un atemorizado Sanji quien se limitó a taparse cubriéndose todo y cerrando con fuerza sus ojos. Después de mucho rato por fin pudo dormir aproximadamente a las tres y media de la mañana, pero poco fue el rato que duró ya que despertó y abrió los ojos de golpe por haber tenido otra terrible pesadilla. Se sentó en su cama y de nuevo el tropiezo y la aflicción lo irrumpió en llanto. Era tal  el desconsuelo que se podía oír sin importarle si su compañero lo escuchase o no. No podía soportar ese pesar en su existir. Su vida ya no sería como antes. Entre sus sollozos se podían oír palabras como "es mi culpa", "lo siento", "ya no quiero esto" acompañados de quejidos, hipeo y más llanto. Esta actitud fue la gota que derramó el vaso para Zoro.

Se levantó de mala gana y fue hasta Sanji para encararlo diciendo -¡¡Ya cállate!! –Sanji no pudo evitar sobre saltarse y cubrir su pecho esperando lo peor -¡Ya estoy harto de tus lloriqueos sin sentido! –Sanji se estremeció y miró con terror al peli verde quien ya estaba colérico por la conducta irracional que su nakama presentaba –¡Me voy a dormir a otra parte...! ¡No quiero escuchar tu escándalo cerca de mi! –Sanji no aguantó mas y las lágrimas volvieron a salir. Hizo un gran esfuerzo por detener sus lamentos, pero le costó trabajo y las lágrimas salían aun mas y vio como el espadachín salió de la habitación dando un fuerte portazo solo para asustar mas al cocinero. Sanji se levantó con mucha inseguridad para alcanzar a su camarada, pero le temblaban las piernas y el miedo lo invadía mas y mas. Lo único que pudo hacer fue caer de rodillas y sacar ese dolor que lo atormentaba. Quería gritarlo, pero las palabras de Kurohige retumbaban en su cabeza y eso lo obligó de nuevo a silenciarlo.

Zoro estaba a unos centímetros alejado de la habitación, escuchó de nueva cuenta el llanto de su nakama quien en el fondo pedía a gritos que lo sacaran del infierno que seguía viviendo. Ese llanto era mucho más lastimero que los días pasados, era algo que Sanji ya no pudo controlar. Ya cansado y fastidiado, entró de nuevo a la habitación casi tirando la puerta encontrándose con un desconsolado cocinero quien no prestó atención a la llegada del peli verde. Se acercó, lo tomó con gran brusquedad del brazo y lo sacó a rastras de la habitación; Sanji intentó zafarse, pero al hacerlo se tropezó y fue de nuevo jalado por el peli verde -¡Ahora me vas a decir de una vez por todas...! –Dijo con gran cólera arrastrando a su compañero hasta que llegaron al jardín y lo aventó haciendo que Sanji cayera al pasto -¡¡¿QUÉ RAYOS TE OCURRE?!! –Gritó el espadachín agitado y con un rostro reflejando ira. Esto asustó a Sanji y se levantó para correr, pero fue alcanzado por Zoro quien lo agarró con violencia -¡Ya me tienes harto!

-¡No me lastimes...! –Imploró el muchacho al quedarse paralizado viendo a otro lado para evitar esos enfurecidos ojos.

-¡¡Durante estos últimos días te has portado como un completo idiota! ¡¿Por qué no me dices de una vez por todas que es lo que te está pasando?!

-¡Zoro, ya basta!

-¡No! ¡Dímelo de una vez por todas! ¡Solo has estado llorando! ¡No haces mas que bañarte mas de dos veces por día! ¡Has estado haciendo una porquería de comida!  ¡Encerrándote en la bodega!  ¡No has hecho que molestar y nada mas con esas actitudes de niñito berrinchudo!  ¡Ni siquiera quieres decirme lo que pasó ese día! –Sanji no aguantó mas los regaños y como pudo de zafó del agarre y corrió hasta llegar al timón sin razón alguna, lo único que quería era ya no escuchar los reclamos de Zoro.

Zoro llegó y se quedó en las escaleras, al verlo, Sanji retrocedió mas llegando a topar con pared mirando con temor a un peli verde quien le gritó -¡¡DILO!!

Sanji solo agachó por un momento la cabeza y le dio la espalda. Estaba desesperado, ya no soportaba mas esto, respiró hondo. Intentó controlarse y en seguida se dio la vuelta con gran lentitud y pavor mientras se abrazaba a si mismo mirando a Zoro a los ojos intentó articular sus palabras, pero no podía sacarlas debido a los sentimientos que lo atormentaban. Sus labios intentaron decir esa palabra. Esa palabras que intentó negar, una palabras que no creyó que utilizaría algún día, pero si, y más aun si se traba de el.

-Zoro... –Dijo al fin con un tono suave y débil, pero que el espadachín logró escuchar aun mirando con coraje al cocinero. Pero ese enojo pronto se iría desvaneciendo poco a poco al ver aquella melancólica mirada que dejaba ver un destrozado muchacho que lo deseaba mas era terminar con este sufrimiento. De nuevo abrió la boca sacando con ese mismo tono de voz...

–Me... Me violaron.

Notas finales:

Hize lo posible para actualizar lo mas rápido posible, pero creo que no lo logré XD ¿Qué sucederá? Dejen sus teorias y comentarios y nos vemos la proxima.


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