Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Le Viol por Tina Black

[Reviews - 80]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

He vuelto!!!! Perdón por estar ausente todo este tiempo, pero estuve en época de exámenes y nomás no me podía concentrar en la siguiente parte. Pero ya estoy aquí y espero les guste.

Zoro se encontraba limpiando el batidillo que hizo en la cocina, parecía un campo de batalla o como si alguien hubiera explotado. Apenas llevaba un pequeña parte, la cual era la mesa –Cuando vea este desastre empezará a hacer sus dramas... –Dijo entre dientes mientras terminaba de quitarle la última mancha a la mesa –Listo... Ahora falta el resto... Iré por tres trapeadores... –Pero antes de acercarse a la puerta, entró el cocinero quien acababa de bañarse. Llevaba puesto su pantalón negro y otra sudadera esta vez de color negro -¡Ah, cocinero! ¡Esto no es real! ¡Solo es...!

-¿Qué pasó? –Quiso ver la cocina, pero cuando quería Zoro se interponía en su camino tapándole la gran vista de pulpa y jugo -¿Todo está bien?

-Si... Si... Todo está bien. Es que dejé sucia la cocina y estoy limpiando...

-Ah, en ese caso déjame ayudarte... –Pero al querer avanzar, fue retenido por la presencia de su nakama –Será más rápido, no creo que sea tan malo... –Dijo con naturalidad intentando avanzar.

-No, no... Será mejor que descanses... Lo necesitas, ya has hecho mucho en estos días y...

-Pero quiero ayudar... No es problema... ¿Qué son una o dos manchas? –En un movimiento rápido, se alejó del espadachín y por fin se puso adelante para encontrase con los restos de cascaras, jugo, pulpa, semillas y unos trastes tirados en toda la cocina -¿Qué sucedió?

-¡No fue mi intención! ¡De verdad! ¡No supe cómo hacer el desayuno y me dejé llevar al cortar toda la fruta!

-Entonces no se diga mas... –Dijo sin voltear a ver a su nakama –Te ayudaré.

-Pero...

-Esto pasa seguido... –Volteó a verlo por fin con una sonrisa y dijo –Vamos por las cosas.

-Ah...

-Descuida, no pasa nada... Cuando debo hacer un gran banquete, por mucho que cuide el lugar, siempre quedará sucio. Recuerdo que luego dejaba así la cocina del restaurante cuando era niño... Vamos –Lo agarró del brazo y fueron a la bodega por los productos de limpieza.

-¿No estás enojado? –Dijo inseguro el peli verde.

-¿Por qué?

-Bueno, hice un desastre en esa cocina y...

-Las cocinas siempre se ensucian. Sólo es fruta, si fuera grasa o pescado sería más difícil, aunque tampoco me enojaría... –Se detuvo pensando un poco en la situación –No, creo que no... –En eso, el espadachín se acercó al rubio para tomarle la temperatura poniendo su mano sobre su frente, esto hizo que Sanji se sonrojara un poco -¿Qué sucede?

-No tienes fiebre... –Dijo haciendo una pequeña mueca de duda –Pero debes ir a descansar...

-De verdad estoy bien. –Respondió sonriendo y tomó la mano de Zoro con mucho cariño –Te agradezco mucho por el desayuno.

Al ver esa dulce carita, Zoro deshizo el suave agarre y se metió de rápido a la bodega para ir por las cosas –Entonces terminemos con esto cuanto antes y así vayas a dormir un poco y yo iré  entrenar...

-Pero no tenemos prisa... Por cierto. Nami llamó. –El espadachín dejó de buscar para ponerle tención a su camarada –Me dijo que aun tardarán en regresar, ya que el loge pose aun no indica algo... Llegarán en una semana mas o dos.

-...

-¿Qué pasa?

Zoro estaba mirando fijamente a su nakama mientras que este estaba esperando la respuesta del marimo –Nada... ¡Ah! –Fue a un rincón donde se encontraban los trapeadores y el jabón. Los tomó y le entregó a Sanji una cubeta donde estaban las botellas y una esponja –Vamos a limpiar.

-Si...

Al salir de la bodega, por fin regresaron a la cocina y lo primero que hicieron fue preparar las cosas, Sanji se encargaría de mezclar el agua con el jabón líquido, Zoro comenzaría a barrer un poco las cascaras y las semillas que cayeron al suelo. Una vez que tenían lista la jabonadura y el suelo ya no tenía obstáculo alguno, Zoro tomó la escoba y una jerga limpia la cual sumergió en la cubeta con jabón y después la exprimió y la colocó sobre el cepillo de la escoba y comenzó a trapear. Sanji mojó un trapo y le puso un poco de jabón para pasarlo sobre la barra –Sólo deja que termine de limpiar esto y en seguida iré a ayudarte. –Dijo pasando a la esquina de la barra. El espadachín no podía dejar de pensar en la actitud sumisa del cocinero, mas aun cuando por fin supo la verdad.

<<-Solo digo la verdad... ¿Me vas a decir que fue lo que pasó? Él quien te haya derrotado debería agradecérselo sea lo que sea que te haya hecho... Hizo un buen trabajo contigo... Y por eso, me gustaría que me platicaras con detalle que fue lo que te pasó, a lo mejor si vuelves a comportarte como antes deba aplicarlo también...>>

Sentía como un nudo se formaba en su corazón al recordar lo que le dijo al cocinero, no debió decir algo tan nefasto como eso y mucho menos ante la situación por la cual tuvo que pasar su nakama -<<¿Qué fue lo que ese bastardo le hizo pasar? ¿Tanto para que el pierda pizca de confianza? Intenta hacer como si nada de eso hubiera pasado... No puedo dejar que el sufra de esa manera... No es justo... No debí... No...>>

-¿Zoro? –Sanji vio como su camarada aun seguía mirando al suelo. Se le veía bastante pensativo, algo que preocupó al rubio –Zoro... –Fue hasta el mencionado y tomó su hombro para moverlo un poco, esto logró que por fin el peli verde volviera a la realidad -¿Te pasa algo?

-Ah... No. No es nada, en seguida acabo.

-Ya acabé de limpiar la barra, voy a ayudarte a terminar de trapear el piso.

-No, no te molestes. Debes ir a descansar.

-Descuida, no estoy cansado –En eso, fue por un trapo mas grande y lo metió a la jabonadura –Tengo que cumplir con una apuesta.

-No... –Escuchó una voz apagada y volteó a ver al espadachín –No... No deberías... –Comenzó a titubear un poco -No deberías... Forzarte...

-Pero...

-Aun tienes lastimado ese brazo, no ha reposado un solo día. Debería revisarlo... -Intentó acercarse un poco, pero Sanji retrocedió sintiendo algo de desconfianza, claro que esto fue sin querer y ahora que Zoro entendía mejor la situación, no quiso reclamarle nada, pero debía ayudarlo a como dé lugar -Prometo no lastimarte, necesitas atención, si no, lo dañaras mas...

-Zoro...

-Eres el cocinero, con mayor razón debes dejar que repose tu brazo.

-¿Seguro que no quieres ayuda?

-Estaré bien. Ahora, dame eso... -Tomó la jerga y regresó a su quehacer -Si necesito algo te llamo.

-Está bien... -Dijo retirándose de la cocina con algo de incomprendida culpa. El espadachín se concentró en su trabajo, el cual no podía hacer con tranquilidad ya que no sabía por dónde empezar para ayudar a su nakama a recuperarse de ese trauma y hacer que volviera a ser el de antes. Sus pensamientos lo comenzaron a atormentar mas cuando el cocinero le recordó sin intención el reproche de la apuesta que estaba pagando.

-El no tiene que pagar nada... -Dijo con remordimiento -¿Qué debo hacer? El intenta asimilarlo, pero estoy seguro que está sufriendo... Por ahora, no debo molestarlo con eso... -Volteó a ver a su derecha y se encontró una libreta la cual tenía anotada algunas recetas que había escrito el mismo cocinero. Esto le dio una idea al peli verde -Bueno, no será mucho, pero haré mi mejor esfuerzo...

[...]

Kurhige y el resto de sus nakamas habían llegado a una pequeña isla de invierno, apenas y pudieron conseguir los suficientes suministros. Se encontraban deambulando por unos puestos que vendían desde comida, hasta productos clandestinos de otras islas. Barba Negra estaba echando un vistazo a uno de esos puestos que tenían en venta trampas para animales y piezas para algunas armas. En eso, vio un collar de piel ancho de color negro con una hebilla grande acompañado de una cadena –Parece que le llamó la atención... –Dijo el vendedor acercándose al pirata –Este es un viejo collar que fabricaron los tenryuubito. Está en muy buen estado y puede ajustarse a cualquier cuello...

-Vaya, ¿no hay problema?

-Para nada... –Dijo con total confianza al darle el collar para que lo revisara –Llegó al lugar indicado. En esta parte, no se paran para nada la marina... Está en buenas manos. Se ve diferente a los collares que usan ahora, ¿no lo crees?

-Por lo visto no es un collar explosivo...

-No, pero es indestructible y además, si el prisionero comienza a forcejear, recibirá una descarga eléctrica al instante que hará que se quede aturdido y le sea más difícil escapar.

-Ya veo... –Comenzó a verse más interesado por el objeto -¿En cuanto lo tienes?

-Bueno, amigo mío, como es una pieza ya inexistente y su uso sería básico comparado con los collares de ahora, te lo dejo en dos mil quinientos berries.

-Mmm... –Pensó por un momento la situación. Justo en eso, llegó Burgess quien llevaba consigo un gran suministro de comida para el próximo viaje.

-¿Qué sucede capitán? –Preguntó al ver los artículos que vendía el hombre -¿Comprará una nueva arma?

-Puede ser... –Dijo al ver cada detalle del collar –Verás, en nuestra última isla... Encontré a un zorro.

-¿Zorro? ¿Qué tiene de especial?

-Oh, no es cualquier zorro. Es uno único en su especie...

-Con que único... Por lo visto es un zorro grande.

-El que yo vi era joven, pero es extravagante.

-¿Cómo era? –Preguntó con intriga al ver la pérdida mirada de su capitán.

-Bueno, es un zorro de pelo dorado y con cierta ceja en particular.

-¿Un zorro con ceja? Eso es extraño.

-Créeme, una vez que lo capture, te fascinaras también al verlo.

-Si vale más de dos millones o su carne sepa mejor que la de un rey marino, estaré de acuerdo con usted. Jajajajaja...

-La verdad no tengo intención de venderlo, pero si de quedármelo –En eso interrumpió la pequeña charla y se dirigió al vendedor mientras sacaba de su bolsa un trozo de oro que valía mas o menos lo que estaba ofreciendo el sujeto por el collar -Me lo llevo. Créame, es oro de verdad –El vendedor revisó el pedazo de oro con un lente para diamantes y en seguida se arrancó un pelo de su cabello y lo enrolló sobre la pequeña piedra para después encender un cigarro. Con el tabaco encendido lo colocó sobre el oro enrollado y el pelo no se quemó -¿Lo ve?

-En efecto. Es oro de verdad, el collar es todo suyo. Para recargarlo solo necesitará los rayos del sol, la energía almacenada dura para cuatro días, pero si necesita controlar por completo a ese animal, puede reducir su poder a dos días...

-Gracias. –Dijo intentando disimular sus verdaderas intenciones ante los dos presentes -<<Con esto podré capturar a ese muchacho... Tengo la corazonada de que nos volveremos a ver.>>

[...]

Mientras tanto, un pobre marimo se encontraba batallando en la cocina al intentar preparar una pasta condimentada. A duras penas pudo preparar la pasta hervida, pero estaba batallando con la preparación de la salsa de tomate. En la habitación se encontraba el cocinero quien solo pudo descansar unos veinte minutos, el resto se la pasó mirando al techo por otros veinte minutos. No podía quedarse sin hacer algo, pro sobre todo, se sentía inseguro estando solo en el cuarto. Por mas que lo intentaba, no podía dejar de sentir ese miedo. Decidió entonces dejar la habitación, al salir, escuchó los choques de algunas ollas y después un grito. Sin pensarlo, entró de inmediato a la cocina donde encontró a un espadachín abriendo la llave del lavabo y metiendo su mano con una quemadura en la palma –Maldita salsa... –Dijo mal humorado el peli verde mientras veía como salía el vapor de su palma al tener contacto con el agua fría –Me las vas a... –Al voltearse se encontró con el cocinero quien solo veía desde la entrada ocasionando que el peli verde se asustara -¡¿Cuánto tiempo llevas aquí?!

-Calma... Acabo de llegar. Escuché un grito y vine para ver que estaba pasando –Fue  hasta el muchacho y cerró la llave del lavabo –Déjame ver... –Tomó la mano del marimo para revisarla –Que alivio... –Suspiró –Sólo fue una pequeña quemadura, pero aun así te voy a poner algo. Ven. –Llevó de la mano a su nakama y le pidió que se sentara en la mesa. En seguida fue hacía el estante que estaba arriba y sacó un pequeño botiquín –Sólo voy a ponerte un poco de crema para el ardor. –Dijo yendo a la mesa. Se sentó y dejó el pequeño maletín sobre esta, sacó con calma las cosas hasta que por fin encontró una pomada y un tubito de crema.

-¿Va a doler? –Dijo haciendo lo posible por que se le pasara el coraje por la tontería que acababa de hacer al tocar la olla sin un trapo o un guante de cocina.

-No, solo es para que se relaje tu piel. Vamos a ver... –Tomó de nuevo la mano del marimo –Está comenzando a ponerse un poco roja...

Zoro estaba un tanto nervioso por la interacción que tenía con el cocinero. Sanji nunca había hecho ese tipo de cosas por el -<<¿Qué me está pasando? El no es así conmigo, pero... >> -Justo en eso, sintió las cálidas mano de su nakama. Eran grandes, pero a diferencia de las rasposas manos del marimo, estas estaban suaves y reflejaban aquel gesto de atención y cariño. Todo esto logró que llegara una pequeña descarga desde su columna hasta su corazón y se sobre saltó un poco al mismo tiempo que ese delatador rubor aparecía en sus mejillas –Sa... Sa... –Sanji estaba concentrado en untar la pomada sobre la quemadura, algo de provecho para que no viera esa cara sonrojada por el marimo –Es... Espérate...

-¿Qué sucede? –Antes de que levantara la mirada, Zoro volteó a otro lado -¿No te lastimo tu mano?

-Ah... No, no es eso... <<¡Maldición...! ¿Por qué tienes que ser tan...? ¿Tan...? ¿Por qué eres un tonto cocinero agraciado?>>

-¿Estás bien? –Dijo mirando al espadachín quien estaba haciendo cada cara de vergüenza y felicidad, una mirada torpe -¿Por qué esa cara? –Lo miró y no pudo evitar soltar una pequeña risa mostrando esa sonrisa que hacía que asomara esos dientes.

-De... De... ¡¿De qué te ríes?! –Dijo con los ojos sobre abiertos intentando fingir enojo, pero la pena no lo dejaba y eso hacía que se viera sobre actuada su conducta de hombre malo.

-Nada... Te ves muy gracioso con esa cara...

-Tú... –Pero antes de reclamarle, se percató de que esta, era la primera vez que se reía de verdad después de casi una semana, era una pequeña, pero al menos era algo. Al ver esto, prefirió callar y contemplar esa escena –Bien... Ya fue suficiente...

-¿Pero por qué te pusiste rojo?

-Por... Por nada... Iré a terminar la sopa... –Se levantó de golpe de la silla y fue hasta la barra donde se encontraban algunas verduras recién lavadas y listas para cortar, algo que para Sanji le dio un poco de preocupación y decidió intervenir antes de que Zoro perdiera un dedo.

-Te ayudo...

-¡Ah, no...! Te dije que te fueras a descansar.

-Bueno, me aburrí y pensé que lo mejor sería venir acá para ayudarte. Así que, te ayudaré a cortar la verdura. –Dijo arremangándose la sudadera.

-Ah, no, no, no... Eso no... Irás a descansar y se acabó.

-Pero...

-Pero nada... –Dijo con esa voz profunda mientras colocaba un cilantro sobre la tabla, fue hasta el cajón y sacó un monumental cuchillo con el que iba a cortar el resto de las verduras.

-Aaaahh...

-¿Qué?

-Nada, nada... –Dijo indiferente y carraspeó un poco -Pero, yo te sugiero que tomes este... –Se acercó y sacó un cuchillo mas pequeño –Cómo serán pocas verduras y pequeñas, no será necesario... –Colocó el cuchillo a lado del marimo y este a regaña dientes dejó a un lado el grande y tomó el que le había recomendado su nakama.

-De acuerdo... –Al sostenerlo, levantó con energía el cuchillo para dar el primer “machetazo” al pobre cilantro, pero escuchó otro carraspeo del cocinero quien estaba derecho teniendo frente suyo un champiñón y con otro pequeño cuchillo.

-Sostén el cilantro a modo que tus dedos no estorben y baja el brazo –Imitó la pose que hacía el rubio –Ahora, cortalo de esta forma... –Cortó un trozo del champiñón deslizando con calma y lentitud la hoja del cuchillo. Zoro hizo comenzó a hacer lo mismo –Ahora pásalo así...

-Mmm...

-Eso es, ya lo tienes. ¿Probaste la salsa?

-No...

-Voy... –Dijo cansado y tomó un cucharon para probar un poco de la salsa –Ten... –Le tendió el cucharón con un poco de salsa sobre esta.

Zoro no quiso hacerlo, pero no le quedó de otra mas que probar la dicha salsa y con ello dijo -¡Agh! ¿Yo hice esto? –Dijo haciendo una mueca después de probar una salsa algo amarga.

-¿Qué pasa?

-Sabe horrible...

Sanji probó de la salsa y analizó con sus papilas que era lo que le hacía falta sin mostrar una cara de asco, ya que eso no fue lo que le provocó, pero reconoció que estaba incompleta –Creo que ya sé que le falta... –Se estiró un poco para alcanzar una manzana que se hallaba en una canastilla junto con unas uvas. La agarró y comenzó a quitarle la cascara para así cortar unos trozos y echarlos en la salsa –Con esto quedara... ¿No pusiste la manzana, verdad?

-Pensé que era una broma... –Dijo sin dejar de hacer su labor.

-Cuando se tratan de mis recetas hablo en serio.

-Fue una pésima idea...

-¿Qué? Oye, las manzanas están en todo momento...

-No me refiero a eso... Ya acabé... –Se alejó de la barra y se dirigió a la salida dejando a un confundido Sanji. Al estar a fuera fue al nido. Al llegar, lo primero que hizo fue golpear la pared con mucha rabia –Soy un idiota... –Dijo al recordar lo ocurrido durante estos últimos días –En vez de hacer algo bueno por él, solo... Solo lo echo a perder...

 

 

Notas finales:

Espero sus reviews :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).