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Le Viol por Tina Black

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Notas del capitulo:

Cuanto tiempo sin vernos XDD

Estaban comiendo la cena que entre los dos habían hecho. Cada bocado que daba, era como estar en el paraíso para el espadachín pensando en el tiempo que pasó sin comer algo con sabor. Era tanta la felicidad que no pudo evitar llorar por tal emoción –Aah... ¿Zoro? –Sanji observaba con algo de miedo a su nakama -¿Si te gustó, verdad? Pero si quieres puedo preparar otra cosa y...

-¡¡Está delicioso!! –Tenía la boca llena y con algunas lágrimas de alegría –¡Está muy bueno!

-Bueno, eso es por qué tú hiciste todo...

-Pero tú le pusiste no sé qué cosa a la salsa para que supiera mejor y lo juntaste...

-Sí, pero no fue gran cosa...

-De acuerdo... Sírveme mas... –Dijo dándole el plato a su nakama.

-Claro... –Lo tomó y fue a prepararle otro poco, en eso presintió la mirada del peli verde -¿Sucede algo?

-¿Sabes algo? Esto te sonara tonto, pero extraño pelear contigo... –Eso fue algo que no esperaba el cocinero.

-¿Por qué? –Estaba intrigado por saber la razón de su camarada quien estaba algo apenado, pero a la vez triste.

-Porque eso me dice que estas feliz. Sé que lo que digo no tiene nada de sentido, pero lo que quiero decir es que... –Lo miró a los ojos y se dejó llevar por sus sentimientos –En estos días que hemos estado aquí, era como si, era como si no fueras tú mismo... La forma en cómo me comenzaste a tratar al principio –Sanji dejó el palto en la barra para prestar atención a las palabras de Zoro –La comida insípida, aun si lo hacías con entusiasmo faltaba mas... Cuando te busqué pelea, lo evadiste... Señales que no tomé con seriedad; lo único que hice fue... –Cerró con mucha fuerza los puños –Debí...

-Pero tú no lo sabías... Yo tuve la culpa por no querer confiarte esto y...

-No... Tú no tienes la culpa de nada, estabas asustado y esto es algo que no se cuenta como si nada... Aun así, quiero que vuelvas a ser el de antes... –El joven no respondió nada y dejó que continuara –Escucha... –Habló con una voz firme --Esto quedará entre nosotros, al menos hasta que decidas contarle a los demás. Si no quieres hacerlo, lo entenderé, pero aun te seguiré apoyando...

-...

-También cuando creas que sea el momento indicado para platicarlo. -Dijo franco y mostrando una sonrisa haciéndole saber a su nakama que no estaba solo y que podía confiar plenamente en el sin importar qué -Ahora, platícame que te dijo Nami cuando llamó.

Sanji estaba boquiabierto por lo que le dijo su camarada, esas palabras lo hicieron sentir mas seguro de sí. Zoro estaba dando lo mejor de sí mismo y siendo muy honesto -Debo serte sincero... No sólo me dijo de los días que tardarían en regresar... Me dijo que podíamos dejar el barco... -Agachó la cabeza algo arrepentido -Si tu quieres, puedes ir. Me platicó que se encontraron y fuiste con ellos a esa aldea escondida.

-Si, así fue... No te dije nada ya que no lo vi necesario, quería irme de ahí cuanto antes para cumplir con esa apuesta...

-Sí, eso fue lo que me dijo -Miró al peli verde -Ni siquiera te terminaste tu cerveza.

-Habría sido una falta de respeto, ¿Cómo podría darme ese lujo y tú sin haber comido nada?

-Bueno, eso no importa; no hubo regla alguna. En fin... Si quieres ir, bueno...

-No lo haré... -Levantó la vista con asombro el cocinero -Me quedaré contigo.

-No... No quiero molestarte y no quiero que te sientas obligado a...

-Quiero hacerlo. -Dijo firme a su decisión.

-Lamento no haberte dicho todo... Yo...

-Sólo prométeme que no volverás a hacer. –El muchacho asintió con sinceridad –Bien, ahora date prisa con ese plato...

-Claro. –Dijo con una sonrisa.

-¡¡¿Cuándo nos vamos a volver a pelear?!! –Golpeó la madera de la mesa con los puños cerrados y recargó su cabeza en señal de rendición –Supongo que tomará un largo tiempo.

-¿Estás bien...? –Estaba nervioso por la repentina actitud de su nakama.

-¿Ahora con quine entrenaré? No hay nadie que me iguale... –Dijo entre susurros aun permaneciendo en esa posición en la mesa.

-¿En verdad crees que soy fuerte? –Levantó la cabeza para ver a un cocinero con una sonrisa acompañada de un ligero sonrojo –No creo ser tan fuerte –Dijo mirando al suelo pero sin perder ese lindo gesto en su rostro. Esto provocó que Zoro se apenara.

-Yo... Yo... ¡Lo que quise decir es que...! ¡Ay, olvídalo! ¡Sólo dame mi comida!

-A la orden...

-¡¡Deja de ser tan amable conmigo!!

[...]

Mientras seguían recorriendo la ciudad, Kurohige quiso poner a prueba el artefacto. Como primer blanco, estaba por ahí un lobo quien iba en busca de comida. –Bien, veamos de que estás hecho... –Fue hasta donde el lobo y este por instinto le gruñó al pirata advirtiéndole que se alejara de el, algo que no le tomó gran importancia al hombre y si mas por hacer, activó el collar y se lo arrojó al lobo. El collar se abrió aun estando al aire y cayendo certeramente al cuello del animal, se ajustó al tamaño. Sin esperar más, Kurohige lo jaló con gran violencia. Cuando el animal decidió por fin atacar contra su agresor, recibió una terrible descarga dejándolo semi inconsciente –Perfecto. –El lobo intentó levantarse para defenderse y fue corriendo de nuevo tras Kurohige –El vendedor me dijo que de aquí se puede ajustar el collar –Al extremo de la cadena, tenía un pequeño control el  cual podía ajustar o elevar el nivel de descarga contra su presa, giró el botón para apretar mas el collar provocando que el lobo cayera y gritara de dolor –Exquisito... Valió la pena comprar este artefacto –Con todas sus fuerzas, levantó al animal desde la cadena y oprimió el botón para abrir el collar, con ello hizo que el lobo fuera lanzado a algún lugar lejos del pirata –Con esto podré hacerlo mío... No descansaré hasta encontrarlo. –Apretó con fuerza la cadena intentando controlar sus bajos instintos y se retiró del lugar yendo camino a su barco junto con sus camaradas.

[...]

Sanji se encontraba lavando los trastes que usaron para la comida mientras que Zoro le ayudaba a secarlos –Aquí tienes Zoro... –Le entregó un plato, el espadachín lo tomó. En seguida lavó otro plato y se lo entregó –Zoro... –el mencionado tomó el plato para secarlo –Zoro... –Le entregó unos tenedores –Zoro... –Después un vaso –Zoro...

-¿Es necesario?

-¿De qué?

-De llamarme cuando me vas a dar algo para secarlo...

-Zoro... –Dijo entregándole el otro vaso.

-Muy gracioso...

-Lo siento, jajajaja... La costumbre.

-¿Costumbre?

-Siempre que me tocaba lavar los platos junto con el viejo, siempre lo llamaba.

-Ah...

-Pero el también me hacía lo mismo. Es un pequeño juego.

-Ya veo... Desde cuando te quería preguntar eso...

-Bueno... –Se mostraba apenado por su conducta infantil, pero tierna -Si tu quieres puedo dejar de...

-Está bien. La verdad no me molesta... –Se rascó un poco la nuca –Sólo tenía curiosidad.

-¿Qué te gustaría hacer? –Dijo dándole el último utensilio.

-Quisiera dormir...

-¿De verdad?

-Si. También deberías descansar un poco.

-Pero no tengo sueño...

-Pero aun sigues herido y... –En eso, volteó a verlo sólo para encontrarse con un rubio cabizbajo. Aun se notaba la tristeza en sus ojos los cuales estaban entrecerrados simulando ver el lavabo –¿Estás bien? –Sin dudarlo, acercó su mano y la colocó sobre la de Sanji; un gesto que hizo que logró hacer reaccionar al cocinero en si y volteó a verlo con deslumbro. Al ver esto, el espadachín retiró su mano y se disculpó -¿Qué te gustaría hacer entonces? –Dijo intentando disimular lo que acababa de hacer.

-Pensaba leer un rato en la biblioteca y... –De pronto, sintió un dolor en su vientre. Intentó disimular y apenas colocó su mano sobre este para calmar la molestia.

-¿Te encuentras bien?

-Si, estoy bien. Descuida, no es nada... –El dolor se intensificó un poco mas provocándole un escalofrío. Claro que esto fue algo que Zoro no ignoró y optó por tomarlo de la cintura y llevó el brazo del cocinero a su cuello para auxiliarlo -¡Espera! ¡No es nada malo...!

-Aun no estás bien... Te llevaré al cuarto para que descanses –Salieron de la cocina.

-Pero estoy bien... –Se separó del espadachín -¿Lo ves? No me pasa nada... –Dijo con la mano en el vientre.

-¿Y por qué te agarras el estómago? –Se cruzó de brazos sin creer ni una sola palabra de lo que le decía su nakama.

-No es nada... No te preocu... ¡¡Aaah!! –Sin mas que decir, lo tomó de las piernas para así cargarlo -¡No estoy herido! ¡Zoro bájame por favor!

-Te llevaré al cuarto y...

-¡Mejor vamos a la biblioteca! ¿Qué te parece?

-¿Estás seguro?

-S-Si... Quiero leer un poco ¿Te gustaría acompañarme?

-De acuerdo...

-Pero antes...

-¿Si?

-Bájame... –Dijo señalando al piso con un ligero rubor en sus mejillas.

-¿Pero ya no te duele? –Dijo sin hacer caso.

-De verdad estoy bien, muy bien. Bueno... Eso creo... –Se mostró algo decaído. Zoro se puso a caminar aun con Sanji en sus brazos para ir a su destino.

-Ah, Zoro...

-¿Qué?

-Estamos yendo a la bodega...

-...

-La biblioteca está por allá...

-Ya lo sabía, sólo quería ver que tan concentrado estabas.

-Vaya prueba...

-No sería capaz de perderme en este barco.

-Ya lo noté... –Dijo intentando no reír.

[...]

Kurohige venía hacía donde estaban sus camaradas quienes ya estaban listos para partir a la siguiente isla –Vaya, parece que cenaremos muy bien esta noche... –Dijo Burguess al ver como su capitán llevaba al lobo ya muerto arrastrando.

-Este collar es muy útil. –Dijo con una sonrisa de victoria –Pude aturdir a ese animal con una sola descarga... El resto fue con mis propias manos...

-¿Y qué hará con el zorro una vez que lo capture, señor? –Preguntó Van mientras terminaba de pulir su arma.

-Cómo lo dije antes no es cualquier zorro, este tiene un pelaje de color oro... –Imaginó tener al rubio en sus manos –Sus ojos son muy grandes y brillantes como diamantes, una cola bastante afelpada al igual que sus orejas. Un zorro como ese puede valer millones de berries, pero...

-¿Pero?

-Lo quiero sólo para mi.

-¿Usted cree que haya mas como el que nos describe? –Preguntó esta vez Laffitte sin prisa alguna.

-Estoy seguro de que volveré a ver a ese zorro...  No descansaré hasta tenerlo... Estoy seguro de que no está solo...

-¿Entonces le pertenece a alguien?

-Tal vez, quizás no. Pero de algo estoy seguro...

-Todo lo que usted desea lo obtiene sin obstáculo alguno... –Agregó Burguess al tomar el cadáver -¿Qué les parece si antes de partir preparamos las cena? –Los demás asintieron con una sonrisa -¿Saben? En la siguiente isla, su ambiente es de diversión, y como ganamos lo suficiente, pensé en que podríamos darnos un descanso.

-Eso suena muy bien. –Los muchachos captaron de inmediato a lo que se refería el robusto moreno, pero fue una noticia que no le pareció de mucha importancia a Kurohige, ya que el sólo tenía ojos para ese “zorro”.

[...]

Llegaron a la biblioteca y una vez adentro, llevó al cocinero a la mesa –Bien, si me necesitas estaré en el jardín entrenando un poco...

-¿No quieres quedarte?

-No soy amante de la lectura...

-¿Por qué?

-Me aburro con ello.

-Tal vez no has encontrado un género que te guste... ¿Te gustaría acompañarme? –Dijo con una sonrisa y se levantó para comenzar a buscar un libro en el estante –Hace poco comencé a leer un libro de ficción; aquí está.

-Veo que amas leer... –Vio como el cocinero sacaba del estante un gran libro que al parecer era de aventuras -¿Cuánto llevas leyendo eso?

-Desde hace tres días y ya voy a la mitad... –Se veía entusiasmado.

-Yo no podría con algo así... –Se sentó a la mesa, seguido del cocinero quien estaba entusiasmado por continuar con la lectura.

-¿Quieres leerlo conmigo?

-No, gracias...

-De hecho el villano al que se va a enfrentar el protagonista se trata de un gran maestro en las espadas –Antes de voltear a su derecha, ya tenía al espadachín muy cerca de él leyendo el capítulo –Eres fácil de convencer...

-Dónde no haya un hombre con espadas me las pagaras...

-Descuida, es el villano principal.

-¿Pero por qué son enemigos?

-El villano asesinó a alguien muy especial del protagonista...

-¿Y de quien se trata?

-Es a lo que quiero llegar...

-¿Y siempre se encuentran para pelear?

-Esta es el primer encuentro entre ellos dos...

-Ya veo...

-Y decías que no estabas interesado en la lectura. –Dijo con su contagiosa sonrisa.

-Sólo tengo algo de curiosidad. No es nada especial... –Dijo haciendo una mueca –Mejor cuéntame de que trata...

-¿Para entender y leer la historia?

-...

-Lo sabía...

-¡Ya déjame y cuéntame! –Sanji no pudo resistir más y soltó una risotada.

-¡En verdad eres increíble! –Y así dio inicio la convivencia entre estos dos.

 

Notas finales:

Espero no tardar en el siguiente capítulo :'V


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