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Le Viol por Tina Black

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Notas del capitulo:

Vaya, por fin. Después de tiempo. Era de las historia con la que mas tenía pendiente para subir el nuevo capítulo. Pero por fin lo tengo y espero no volver a tardar de esta forma. Subiré el resto de los capítulos de mis demás historias y ya estaré dando marcha a “Enishi”. Espero que les haya gustado y subiré mas contenido de esta mórbida historia XDD

Después de un largo viaje, Kurohige y el resto encontraron refugio en una casa de huéspedes algo cómoda. Cada quien fue a su respectiva habitación y al poco rato decidieron salir para explorar y divertirse un poco si saben a lo que me refiero. En cuanto a Barba Negra, prefirió quedarse a descansar en su habitación y comenzar a revivir todo lo que vivió con el rubio –Si tan sólo lo tuviera aquí… -Dijo haciendo una seña con sus manos imaginando al tener al muchacho arriba de sus piernas, pronto se adentró mas a sus pensamientos y pudo recrear con ello a un Sanji vestido con una bata la cual apenas y cubría su entrepierna y mirando con inocencia al mayor dijo -¿Me extrañaste?

-Tú… -Acarició su cabello mientras lo desnudaba con la mirada. Sanji por otra parte, tomó con sutileza la maltratada y rasposa mano del moreno y la posó sobre su pecho. El mayor sin pensarlo dos veces, comenzó a masajear el pecho del joven y en seguida comenzó a acariciar su cuello –Eres perfecto… Me haces demasiada falta –Sanji sólo sonrió –Jamás me cansaré de verte, mi pequeño zorrito. –Dijo sin dejar de acariciarlo. Mientras que en la realidad, el pirata se estaba estimulando sin prisa en su miembro.

-Nunca había conocido a alguien como tu… -Se acercó lentamente para abrazarlo y susurrarle al oído con una voz bastante seductora –No puedo sacarte de mi cabeza… -Comenzó a hacer unos movimientos un tanto lentos y lascivos para provocar al mayor, sin mencionar que hacía unos movimientos lentos y suaves en la cadera -¿Cómo lo hago?

-¡Perfecto! –Dijo gustoso. En seguida, el joven tomó con mucho cariño el cuello y rostro de su “amo” y le dio un dulce y tierno beso, Kurohige respondió a aquel gesto de cariño dejándose llevar al fin –Eres todo lo que he deseado… -Dijo separándose del beso –Nunca antes nadie me había hecho sentir así…

-Quiero hacer todo lo que sea para verte feliz… -Se volvió a acercar a el –Hazme tuyo de nuevo… Quiero sentir tus manos… Tu respiración… Todo de ti…

-Eres increíble… Nadie como tu. –Lo aprisionó y comenzó a invadirlo de besos llenos de pasión y lujuria –Te haré mío cuantas veces quiera… No me aburriré de ti nunca… -Decía con la voz agitada y entre cortada –Bésalo…

-Cómo ordenes… -Le dio un beso en la nariz y bajó lentamente hasta llegar al ya despierto y endurecido miembro de su captor, le abrió las piernas y sin prisa alguna le bajó el cierre y sacó aquel pedazo de carne. Y cómo se lo ordenó, le dio un pequeño beso, después dos y sin mas que hacer, se siguió desde la punta hasta los testículos. Kurohige imaginaba todo con lujo de detalle la forma en como le estaba dando el mejor placer de su vida. Fantaseando con esa boca que le mordió antes. Una vez que terminó de depositarle esos pequeños y encantadores besos, prosiguió en lamer con lentitud y dejando un rastro de saliva en todo el tronco -¿Te gusta esto…? –Dijo dando una chupada a la cabeza como si se tratase de una paleta.

-Exquisito… Sigue… Sigue… -Tomó su cabeza y enredando sus dedos a aquellos rubios cabellos. Sanji no se detuvo y pasó de esos movimientos lentos a unos más agresivos, como si en cualquier momento fuera a comerse aquel miembro -¡Eso es…! ¡Sigue! –Todo esto pasaba por su cabeza mientras se masturbaba como si no hubiera un mañana. –Quisiera saber tu nombre…

-Puedes llamarme como tu lo desees… Así como yo te puedo llamar mi amo… -Dijo besando una vez mas su miembro y continuó con su trabajo. Lamió de nuevo la zona, sus delgadas manos se asomaron y comenzaron a tocar las piernas del moreno y en seguida tomó el miembro ya viscoso y comenzó a masturbarlo. Se detuvo y volvió a introducir el pene de su captor a la boca; entre jadeos, chapoteos y gemidos seductores por parte del cocinero, se lo sacó por fin de la boca y se levantó acercándose con gran asecho a su dueño y se sentó sobre el excitado miembro y comenzó a hacer de nuevo esos enigmáticos movimientos. Kurohige se limitó a observar la escena. Su pene frotándose contra el del rubio, era algo bastante placentero -¡Ah! ¡Mi amo! –Gimió de una manera tan sensual con esa voz lastimera e inocente.

-¡Sigue, pequeño! –Decía al poner den nuevo sus manos a la cintura del menor  -No te detengas…

-Lo que… Usted diga, amo… ¡Aaah…!

Con su mano derecha, recorrió desde la cintura, pasando por el abdomen, acariciando después el pecho, acariciando las tetillas y llegando por fin al cuello del rubio. Este como respuesta, tomó aquella tosca mano y la colocó sobre su rostro. Ahí besó y lamió un poco la palma. Luego, besó el pulgar y comenzó a morderlo con dulzura para después introducirlo a su boca. Lo comenzó a chupar mirando con lujuria al moreno sin perder el ritmo en sus movimientos de cadera. El mayor no se quedó atrás y con su otra mano, empezó a manosear el trasero del muchacho y dándole una nalgada este dijo –Paciencia, querido amo…

-Dime como si tengo ante mi a un hermoso ángel. –Sanji se inclinó para encarar al moreno.

-¿En verdad crees que soy un ángel? –Dijo con lascivia hipnotizando con sus bellos ojos al moreno.

-No… Eres mas que eso… Eres perfecto… Tu cuerpo, tu voz, tus manos, todo de ti es hermoso.

-Métemela… -Dijo haciendo uns bruscos movimientos –Anda… Quiero sentirte. Hazme gritar tu nombre… ¡Aaah…! ¡Aah…! –Gimió con canturreo y sin perder ese estilo de niño bueno y seductor –Maltrátame… Hazme tuyo… -Dijo entre movimientos más violentos.

-¡Eres en verdad increíble, niño! –Gritó en un tono ahogado al expulsar toda su adrenalina –Necesito a ese niño conmigo… -Decía jadeante. Se levantó algo agotado de su cama y fue por un pañuelo para limpiarse –Ese muchachito me va a conocer en verdad… No voy a descansar hasta encontrarte… Estoy seguro de que mentiste. No estás sólo… Cuando te vuelva ver, no te soltaré de nuevo.

 

 

[…]

 

Sólo lo rodeaba la oscuridad. No tenía una salida. Lo único que lo acompañaba eran esas fuertes respiraciones que se hacían presentes en su nuca. Corría a todo lo que daba, pero eso no lograba que se deshiciera de lo que lo estaba asechando. De pronto, vio a lo lejos una pequeña luz que le ayudaría por fin a escapar, pero justo antes de lograr salir de aquel extraño lugar oscuro, unas cadenas cubiertas con alguna sustancia viscosa y con coágulos desbordando de ellas, lo atraparon de una manera tan agresiva logrando que gritara por el pánico.

-¡¡AUXILIO!! –Las cadenas lo llevaron en medio del lugar. Buscó por todos lados al responsable de esto con la mirada. Cuando una gran mano tomó con malicia su rostro y lo obligó a ver de frente. Su cara reflejaba horror y angustia cuando vio por fin de quien se trataba –No… Por favor, no lo hagas… Ya no mas, por favor… -Dijo con suplica y al borde del llanto al recordar todo lo que le había hecho y haciendo un intento por zafarse de aquellas sucias cadenas llenas de sangre.

-Pero si apenas vamos a comenzar… -Dijo el grandote al relamerse sus labios. Con su otra mano, tocó con calma y lascivia la entrepierna del muchacho.

 

 

 

-¡¡Nooooo…!! –Despertó de golpe y miró de inmediatamente a su alrededor. Estaba en la habitación a mitad de la noche, miró a su lado derecho y se percató que Zoro lo estaba acompañando y para su suerte, no lo despertó. Posó sus manos sobre su cara y los recuerdos volvieron a hacerse presentes; esto ocasionó que Sanji se volviera a deprimir y como acto seguido se abrazó así mismo haciendo un gran esfuerzo por no soltar en llanto. De nuevo volvió a sentirse sucio, así que decidió levantarse de su lugar y salir de la habitación para tomarse otro baño. Salió a toda prisa de la habitación.

Llegó al baño abriendo la puerta de golpe y abrió la regadera, dejó que el agua cayera a toda su cara y cuerpo –Maldita sea… -Decía con gran coraje apoyando sus puños a la pared y recargó su frente a esta –Yo… Fui un completo idiota… -Hizo un gran esfuerzo por no recaer en el llanto –No soy lo suficientemente fuerte… -Unos brazos lo rodearon con gran calidez.

-No estás solo… -El peli verde se apoyó en el hombro del cocinero quien estaba atónito por el abrazo de su nakama. –Deja de culparte… -Extendió su mano para cerrar las llaves y con cuidado hizo que el cocinero lo encarara –No debes seguir torturándote por esto…

-¿Por qué? Yo permití que el…

-Sea como haya sido, no tuviste la culpa. Fue un cobarde al haberte hecho esto… -Quiso posar su mano sobre el hombro del rubio en señal de confianza, pero este retrocedió –Cocinero…

-No… Estoy sucio… -Dijo con una voz lastimera –No lo hagas… -Se recargó a la pared y mirando al suelo continuó –El daño ya está hecho… No puedo seguir con esto… No puedo…

-Sanji… -No podía creerlo, le llamó por fin por su nombre. Sanji levantó un poco la mirada para observar con detenimiento, mientras unas cuantas lágrimas caían de sus tristes ojos. El espadachín se acercó y lo abrazó de nuevo –Perdóname… Perdóname… -El cocinero estaba sorprendido por la actitud de su nakama. En eso, sintió unas gotas tibias caer cerca de su cuello –En verdad, perdóname…

-Zoro…

-No permitiré que te vuelva a lastimar… Prométeme que me dirás quién te hizo esto.

-Pero…

-¡¡Prométemelo!!

-Si… -Escondió su rostro en el hombro del espadachín

-¿Qué sucede?

-¿Aun con todo esto, puedo seguir mi viaje con ustedes?

-Claro que si.  –Se separaron un poco –Eres nuestro nakama…

-Aun si yo estoy…

-Calma… ¿Sabes algo? Durante estos días he estado percibiendo un aroma… -El cocinero se tensó pensando en lo peor –Y me di cuenta de que venía de ti –Acarició su cuello con ternura –No puedo describirlo, pero… -Sonrió un poco –Es un aroma dulce.

-…

-Es lo que pasa cuando dejas por un rato ese maldito vicio del tabaco…

-¡Oye! –Dijo recuperando el humor mostrando una dulce sonrisa.

-Te ves bien cuando te ríes… -Dijo con templanza y después de un segundo carburó su memoria y volteó la mirada por la pena –Digo, por qué estos días has estado muy triste y… Bueno… Bueno… Yo…

-Muchas gracias, Zoro. –Respondió ya animado secándose las lágrimas  -Creo que… -Miró la vestimenta de Zoro quien hizo lo mismo con el cocinero –Debemos cambiarnos…

-Creo que si. –Vio al muchacho algo pensativo –Cocinero…

-¿Si?

-En verdad es necesario que te tomes el tiempo que tu creas que sea el indicado. Ordena bien tus ideas. Nadie te presionará. Y si llega un punto en el que no quieras contarlo, yo lo voy a entender. Será algo entre nosotros y si será así… Bueno… Quiero que sepas que tienes todo mi apoyo, y en verdad no dudes en platicarme si hay algo que te moleste, yo estaré ahí para ayudarte…

-En verdad eres un gran hombre. –Respondió dedicándole esa angelical sonrisa, algo que hizo retumbar en el pecho del espadachín y con ello también que se tornara roja la cara.

-Este si… Y algo mas…

-¿Si?

-¡No le digas a nadie que fui bueno contigo! –Dijo fingiendo mal humor y haciendo una graciosa mueca.

-Descuida, esto es entre nosotros. –Dijo sin desaparecer esa dulce sonrisa.

-¡¡Deja de hacer eso!! –Lo tomó de la mano con sorpresa y salieron del baño -¡¡Vamos a cambiarnos ya!!

-Ahora que recuerdo…

-¿Qué?

-Estás sucio.

-No me vengas con esas tonterías cocinerucho… -Dijo para intentar provocar al rubio.

-Te puedo preparar el baño si quieres, pero no voy a dejar que solo te seques y ya.

-¿Insinúas algo?

-Qué si sólo te echas agua tu cuerpo apestará.

-Respeta mis días de baño… -Dijo digno.

-Déjame prepararte el agua… -Dijo con amabilidad.

-<<Esa cara… Basta. Deja de mirarme así… ¿Por qué siento esto cuando lo veo?>> ¡¡Ay, está bien!! ¡Pero es la última vez que te hago caso, cocinero de cuarta!

-De acuerdo. –Dijo con una sonrisa.

-Pero tu también te bañaras.

-…

-Digo, claro después de mi. O si quieres puedes bañarte primero, yo espero a que salgas… -Dijo con nervios y pena.

-Creo que… Te tomaré la palabra… Bueno… Si no te incomodo… -Dijo con mucha vergüenza haciendo desaparecer esa dulce sonrisa y temiendo por ser visto con esas heridas que ya comenzaban a cicatrizar.

-No tengo problema… -Dijo decidido el marimo.

-¿Aun si yo…?

-Si, y no te preocupes. Confía en mi. No me burlaré. –Dijo con el ceño fruncido y mostrándole confianza a su camarada.

-Te lo agradezco mucho.

Notas finales:

Y como dato extra y por si se lo llegaron a preguntar aunque lo mas seguro es que no XDD Tuve como inspiración y una que otra referencia gracias a algunos libros que he leído y sobre todo series. Entre ellas está una adaptación y que fue en su momento una de las mejores series que lanzó la cadena de mi país, claro Mujeres Asesinas. Les dejo uno de los episodios por si gustan pasar a verlo :D

Nos vemos en el próximo capítulo.

Ana y Paula: Ultrajadas Mujeres Asesinas 2 Directors Cut - YouTube


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