Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Le Viol por Tina Black

[Reviews - 80]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

no me he olvidado del fic. Disfruten del capítulo

-¿Estás seguro de que quieres hacer esto, cocinero? -Dijo el espadachín con una seria y profunda voz mirando con total atención a su nakama.

-Zoro... Yo...

-Tranquilo, yo estoy aquí...

-No quiero que veas... Mis... Mis... -Sanji y Zoro se encontraban en el baño con sus batas puestas.

-Tranquilo, no te obligaré a nada. -Dijo sereno el espadachín brindándole su confianza a Sanji.

-Está bien... -Dijo mordiendo un poco sus labios y sin mas que decir, se quitó por completo la bata dejando ver un mallugado cuerpo. No tenía nada mas cubriéndole, una parte de el ya no sentía nada al ser visto sin ropa, no después de lo ocurrido. En cuanto al espadachín, no podía evitar ver cada marca, moretón y rasguños que estaban encima de aquel cuerpo blanco y esbelto. Sintió como la sangre le comenzaba a hervir con sólo imaginar por todo lo que tuvo que soportar su nakama al estar en las manos del hombre que lo torturó sin piedad alguna -En verdad... -Dijo al fin el cocinero con el ceño fruncido y haciendo un esfuerzo por no llorar -En verdad lo siento... Te juro que traté de defenderme... Pero... -Se abrazó a sí mismo y cerró fuertemente sus ojos dejando caer algunas lágrimas -De verdad no quería... No quería... -Hundió sus dedos sobre la piel de sus hombros ya que estaba volviendo a revivir su violación -Nunca olvidaré ese rostro... Su risa... -Agachó la cabeza -Es un maldito asqueroso... -Dijo entre dientes y dejando soltar una voz bastante ronca llena de ira -Lamento haber nacido débil... En verdad lo lamento...

-Cocinero... -Posó su mano sobre el hombro del muchacho y este levantó con pena su mirada -Está bien llorar... Esto no es algo que se olvida de la noche a la mañana. Debes desahogar todo lo que puedas... Hasta la última lágrima... -Se acercó para darle un reconfortante y cálido abrazo -Y yo estaré ahí para ayudarte.

-¿No te doy asco?

-¿Qué dices? Por supuesto que no, cocinerucho.

-Jajajaja... -Rio entre lágrimas -Lamento causarte estas molestias... -Una ligera sonrisa se estaba asomando en su rostro y poco a poco fue apoyándolo sobre el hombro de su compañero -Te prometo que jamás dejaré que me pisoteen de nuevo... Mucho menos de esta forma...

-Lo que te hicieron no tiene perdón.  Estás seguro conmigo...

-En verdad, no hay duda... -Dijo en un susurro dejándose llevar por el calor de aquel dulce abrazo.

-¿Qué?

-Jajaja... Nada... Te agradezco que seas muy dulce conmigo...

-Ah... Aaah... -Zoro sintió un gran ardor en su cara por aquel comentario por parte de su nakama -No seas tan cursi y... Vamos a bañarnos... -Se separó por fin de su nakama y abrió la puerta que los conducía a la bañera -¿Qu...? ¿Qu...? ¿Quieres que te ayude con tu espalda? -Dijo entrando y quitándose la bata.

-De hecho eso mismo te iba a preguntar. -Dijo con sencillez el cocinero y yendo a abrir las llaves de la tina -Si quieres yo te ayudo primero.

-Ah... ¡No, no, no, no...! -Dijo haciendo una exagerada negación con las manos y la cabeza. Sanji comenzó a preparar la jabonadura y al ver que ninguno llegaba a un acuerdo se adelantó para tallarle la espalda a su nakama -¡¿Qué haces?!

-Ayudándote. Vamos a sentarnos. -Respondió con una sonrisa. Los movimientos que hacía con la esponja eran tan suaves que provocó que Zoro se relajara.

-Siento como si me estuvieras dando un masaje...

-Si quieres puedo...

-¡NO! -Respondió de inmediato. No era por ser un sangrón sino que era demasiado molestar a Sanji y sin mencionar que su espalda era un blanco fácil para hacerlo entrar en acción más aun al sentir esas manos  -No es necesario... -Dijo agachando un poco la cabeza y rascándose un la nuca.

-Te ves tenso.

-Sabes que siempre lo estoy...

-No, no siempre.

-Pareciera que me conoces poco...

-Nada que una deliciosa taza de té negro pueda calmar ese estrés.

-Eso lo sabes por qué a ti también te gusta.

-Bueno, si quieres puedo darte una botella de sake.

-Sabes de mi comida favorita por qué eres tu quien la prepara.

-Te gusta el otoño.

-Siempre lo digo...

-Sabes escribir con el pincel y la tinta.

-No es gran cosa...

-Jajajajaja... Deja de hacerte el interesante. -Dijo divertido el cocinero -Casi no eres cosquilludo.

-Puedo aguantar las cosquillas que es otra cosa.

-Quisiera poder hacer eso.

-¿Qué es lo que te gusta a ti?

-Bailar.

-¿En serio?

-Si.

-A mi no.

-¿No te gusta o nunca has bailado?

-...

-Ah, te atrapé...

-¡No lo veo necesario! -Dijo intentando verse rudo.

-Es divertido y te ayuda a ser mucho más ágil. Sin mencionar que puedes sacar a las chicas a bailar...

-Claro...

-Si quieres te enseño y un día de estos podrás sacar a bailar a la chica que te gusta.

-¿De qué diablos hablas?

-De la chica de lentes. Que por cierto no tiene una buena visión que digamos y es muy distraída. La compañera de Smoker…

-No me gusta. -Dijo seco.

-¿Te has enamorado alguna vez?

-Podría decirse que si... Pero ella ya no está. -Sanji se detuvo y en seguida dejó ver un triste semblante en su rostro -Yo no... No quise...

-No estoy enojado. -Volteó a ver a su nakama y no pudo evitar sentirse mal al ver de esa forma al cocinero -Oye, de verdad no estoy enojado...

-¿Es por ella que quieres cumplir ese sueño de ser el mejor espadachín no es así?

-Es un sueño por el que teníamos mucho en común. Haré esto por los dos. -Dijo con decisión el peli verde.

-En verdad eres alguien de admirar. -Dijo con timidez pero sin arrepentirse. Esto hizo que Zoro se volviera a sonrojar. Había escuchado eso de sus otros dos amigos y de algunas personas con las que se ha topado durante su viaje, algo que no le tomaba mucho en cuenta, pero... ¿Por qué con Sanji se sentía así? Un dolor en el pecho acompañado de ese delatador sonrojo y esa molesta sensación en su estómago -Si me lo permites, para mi eres el mas grande espadachín que he conocido y no habrá otro que te supere... -Dijo con mucha honestidad el cocinero -Me encantaría ser igual de fuerte y aguerrido como tu... -También en Sanji se comenzaba a notar un tenue color rosa en sus mejillas. Miró abajo recordando las hazañas que había hecho el hombre  por quien sentía algo muy especial y quien tenía en frente suyo. Pero después recordó las terribles palabras que le dijo su padre aun después de haberle hecho pasar los peores momentos de su niñez, la humillante derrota que tuvo contra Barba Negra y... Saber que nunca será querido por nadie al tener que cargar con ese ultraje por el resto de su vida y en especial, no poder demostrarle sus verdaderos sentimientos a Zoro. Sentía que no sería justo para su nakama. Estaba mas que seguro que si lo llegase a hacer, provocaría una ruptura en su relación como camaradas, los distanciaría e incomodaría al espadachín y el no quería hacerle pasar por esos momentos tan desagradables.

Mientras tanto a Zoro le pasaba por la cabeza grandes dudas sobre la forma en como miraba ahora a Sanji, lo mal que se sentía al haberlo tratado tan mal desde ese día que lo encontró llorando y los siguientes haciéndolo sentir mucho peor en vez de platicar y saber por lo que había tenido que pasar. Y ahora, que por fin se está comenzando abrir, no tenía las palabras correctas para poder consolarlo, sabía bien que lo correcto era el demostrarle que podía confiar plenamente en el. Pero eso no explicaba aquellas extrañas sensaciones que pasaban por todo su existir. Sus intestinos estrujándose, tal vez se trataba de un mal estar estomacal... No, imposible y ahora que Sanji estaba volviendo a recuperar su amor por la cocina. Eran mas bien, nervios... ¿Pero por qué? No había tenido este tipo de reacción cuando se conocieron y tampoco cuando se comenzaron a tratar, pero ahora... Si, así como he estado cantinfleandoles, también Zoro estaba perdido en sus propios pensamientos y sin encontrar respuesta alguna. ¿O no sabe o mas bien no quiere darse cuenta? Sigamos con esta historia llena de trabas y actualizaciones tan tardías.

Sin pensarlo, tocó con delicadeza la mejilla izquierda del cocinero y comenzó a acariciarla. Por otro lado, Sanji estaba sorprendido por aquel lindo gesto de su nakama, pero debía reconocer que era mas que agradable aquel gesto de cariño que le estaba dando Zoro con esa tosca y algo rasposa mano, pero para Sanji no le importaba ni en lo mas mínimo. Zoro era perfecto para el.

De pronto, todo eso se acabó cuando sin querer, el espadachín toco el enorme moretón que se mantenía oculto gracias al característico fleco del rubio haciendo que Sanji soltara un quejido -¡Ah, discúlpame! ¡No sé qué me pasó! ¡Y...! -Pero antes de continuar, vio como apenas si se asomaba aquella mancha purpura -Déjame ver... -Tomó de nuevo y con mucho cuidado el rostro del cocinero. Este, prefirió dejar que el peli verde viera por fin el moretón. -Ese miserable hijo de... -Dijo con la mandíbula trabada por el odio hacia el maldito que lo había lastimado; un terrible moretón que invadía el ojo hasta la mitad de la mejilla del cocinero.  Sanji sólo se limitó a cerrar sus ojos con vergüenza y resignación sin ver como el espadachín se acercaba lentamente a el y le depositó un tierno e inocente beso en su herida. Al sentir aquellos dulces labios tocando su horrible marca, abrió de sorpresa su ojo visible y cuando Zoro se alejó se miraron fijamente. Una acción por la cual el mismo marimo no se había dado cuenta de lo que acababa de hacer y al recobrar los sentidos, se dio la vuelta de golpe evitando al cocinero quien aún estaba muy sorprendido.

-Es... Es... ¡Es tu turno...! -Dijo bastante apenado -No... No fue mi intención... Yo sólo...

-Gracias. -Volteó a ver a Sanji quien estaba dejando ver esa tierna carita llena de felicidad e ilusión.

-Egh... -Tomó los hombros de Sanji y lo hizo voltearse al otro lado y de inmediato, Zoro comenzó a enjabonarle la espalda -Dis... Discúlpame...

-...

-Y... Y...

-Estoy tranquilo.

-¡Estate tranquilo! -Dijo con una graciosa voz.

-Lo haré. -Dijo aun contento ya que eso le daba una esperanza de que Zoro se comenzaba a fijar en el. Ahora falta que nuestro marimo lo entienda o lo quiera admitir.

 

[…]

-¡Buaaaahhh…! ¡No superaré ese cuanto por un largo tiempo… -Decía un Franky con una gran cascada en sus ojos mientras estaba desayunando con el resto de la tripulación y quienes también estaban aún tristes por el cuento que les había relatado Robin. Y como era de esperarse, ella era la única que estaba tranquila bebiendo su café -¡¿Dónde habías leído eso antes?!

-Mmm… Veamos… Creo que fue en mis días con Baroque Works… No tiene mucho tiempo que lo leí… ¿Les gustó?

-¡Es tan cruel! ¡¿Quién demonios escribió ese cuento?! ¡¿Con que fin?!

-No lo sé. Pero de algo estoy segura… Si nosotros pasáramos por una situación similar, nos tendríamos apoyo…

-¡No dejaría que los lastimaran y mucho menos de esa forma…! –Dijo con gran decisión Luffy estampando ambas manos sobre la mesa –No dejaremos que nos ocurra algo así.  Y si llegase a suceder, sé que nos tendremos la suficiente confianza para contárnoslo y les prometo que haría justicia.

-Sé que así será, Capitán-san. –Dijo con una sonrisa Robin.

-Parece que el loge pose no ha marcado camino alguno… Y este par nunca llegó a la aldea… Espero y se encuentren bien… -Comentó Nami al mirar la brújula –Sería bueno que alguno fuera por ellos.

-Si quieren yo voy. –Dijo la peli negra levantándose de la mesa.

-En ese caso te acompaño, mujer. –Dijo el carpintero  ofreciéndose.

-De acuerdo. ¿Alguien mas quiere ir al barco? –Preguntó la navegante mientras tomaba su vaso con jugo de naranja.

-Creo que también iré al barco. Ya que vamos a estar otro rato en esta isla, puedo traer mi violín. –Comentó Brook mientras tomaba su taza de té.

-Bien, mientras ustedes terminan de desayunar, me iré a arreglar. –Comentó esto último Robin adentrándose a la habitación de huéspedes.

 

 

[…]

Los rayos del sol se adentraron por la ventana de la habitación, cubriendo el rostro del marimo quien no tardó en despertar, giró la cabeza por su lado derecho para contemplar un rostro ahora ya mas tranquilo por parte de Sanji –Creo que está bien… -Dijo sin dejar de mirar al cocinero quien aún estaba dormido. Acercó su mano para acariciar su cabello –Vaya… es muy suave… -De pronto, vio unas pequeñas luces de color rosa que pasaban en su imaginación rodeando al cocinero. No podía dejar de admirar a tan apuesto chico –Es muy tierno cuando duerme… -Al procesar mejor su cabeza, se le levantó de golpe de la cama -¿Qué acabo de decir? ¿Por qué me estoy sintiendo otra vez así? –Vio de reojo al muchacho quien seguía dormido –No, no, no, no… -Se levantó por fin y fue directo al baño para darse una buena lavada de agua fría en la cara y se miró al espejo –Esto no me puede estar pasando… No, no, no… -Decía mientras el agua escurría en su rostro con un gesto de susto e incredulidad –Debo estarme volviendo loco… ¿Yo? ¿Sintiendo algo por ese idiota? No, claro que no.

 

 

Notas finales:

No sé cuantos capítulos falten, pero tal vez llegue a publicr otros 10 y darle fin XD Gracias por leer el capítulo.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).