Después de la gran zabullida que se dio nuestro marimo, se encontraba ahora junto con los chicos platicando en el acuario comiendo unos bocadillos que preparó Sanji. -¿Entonces también iba a venir Brook? –Preguntó el cocinero mientras tomaba un pequeño pastelillo.
-Sí, pero antes de salir del lugar encontró una tienda de música y nos pidió que nos adelantáramos. –Respondió Franky recargado en el sillón tomando un poco de refresco –Tal vez ya no tarde en venir. –En eso, agarró uno de los pastelillos y al darle la primera mordida, sintió algo muy diferente en el sabor, claro que no sabía mal, pero era muy diferente comparándolo con las demás ocasiones en las que había comido unos postres con un excelente sabor, pero este no.
-¿Pasa algo? ¿No te gustó?
-Cla… Claro que me gustó y mucho… -Mintió y tragó el pequeño bocado –Es sólo que… Le vendría muy bien con un poco de café…
-Tienes razón… Disculpa por no haberlo traído, pero enseguida lo preparo… -Se levantó del sillón para salir del acuario. –Sirve que traigo otros bocadillos.
-Si quieres te ayudo… -Se levantó también para acompañar al rubio.
-Ah, no te molestes. Yo lo traigo…
-No, no. De verdad me gustaría ayudarte.
-Muchas gracias, Franky. En seguida regresamos. –Ambos salieron por fin dejando a Robin quien estaba contemplando aquel momento de amor entre chicos y mirando con disimulo a Zoro quien estaba sacando humo por la cara a causa de los celos y quienes estaban tomando un poco de jugo.
-Cocinero-san es un lindo chico, ¿no lo crees? –Ese comentario hizo que Zoro escupiera su jugo y de inmediato miró a la peli negra dejando ver un gran rubor en sus mejillas –Tienes buenos gustos, Espadachín-san. Sería una lástima que Franky lo conquistara primero que tu…
-¡¿Acaso el…?! –Se levantó de golpe con una tremenda ira con el solo hecho de imaginar a Franky al tratar de enamorar a Sanji.
-Fufufufu… Sólo bromeo. Pero veo que tú sientes algo muy especial por Cocinero-san.
-¡No es cierto…! –Dijo volteando para otro lado intentando negar todo.
-Claro que si… No pensé que en verdad fuera a pasar algo así contigo.
-Deja de decir tonterías…
-Yo que tú comenzaba a hacer planes para ganar el corazón de Cocinero-san… Antes de que Franky… -Pero antes de poder terminar, Zoro salió con gran velocidad del lugar dejando a una divertida Robin.
[…]
Brook había salido por fin del pueblo y se fue caminado con gran tranquilidad yendo de regreso al barco, pero no contempló en tener que toparse con el derruido pueblo sintiendo un pequeño escalofrío –Se siente bastante pesado el ambiente de este lugar… -En eso, sin fijarse pisó algo y echó un vistazo -¿Y esto? –Levantó su pie para encontrarse con una cajetilla de presentación familiar –Esta caja… -La levantó y vio que estaba casi llena –Esto es de Sanji-san… No tiene mucho que los compró, pero… ¿Qué hacen aquí? –En eso, vio un rastro de manchas de sangre que llevaban a un rincón, el mismo que habían visto Franky y Robin –Debo regresar cuanto antes al barco… -Dijo al imaginar lo peor y corrió a gran velocidad dejando atrás el polvo.
[…]
Sanji se encontraba preparando el resto de los bocadillos al mismo tiempo que estaba platicando un poco con Franky quien se encontraba sacando algunas tazas para ellos y los chicos –Creo que la crema está en el mueve de allá. –Dijo señalando el mueble de madera –De nuevo te agradezco por haber hecho un gran trabajo con la cocina.
-Ah, no es nada, muchacho. Hice todo para que ustedes se sientan bien. –Franky se levantó de su lugar para sacar un pequeño frasco el cual contenía la crema en polvo para el café.
-En cuanto tengo tiempo, iré a buscar algo de crema para el café. Disculpa… -Dijo algo apenado.
-Descuida. No pasa nada. –En eso, vio a Sanji quien se mostraba serio desde su lugar -¿Todo bien?
-¿Eh? –Reaccionó apenas al escuchar la voz de su nakama.
-¿Algo te preocupa?
-Ah… -Negó por un instante con la cabeza.
-Puedes confiar en mí. –Se acercó para brindarle su apoyo al posar su mano sobre el hombro de Sanji. Un gesto que denotó confianza e hizo que el rubio se sonrojara un poco, pero al mismo tiempo se sintiera un poco mas seguro ante su situación.
-No te preocupes, todo está bien, Franky… -Dijo con un tono calmado y mirando a su nakama con esa sonrisa que le provocaba ternura.
-Si… -Tosió por un momento –Quiero que sepas que puedes confiar en mi y… -También estaba cayendo ante ese dulce rostro –Y… Y… -En eso, se escuchó un estruendoso golpe en la puerta. Se trataba de Zoro quien se mostraba algo desesperado con el ceño fruncido observando detenidamente a los chicos, en especial a Franky.
-¡¿A qué hora vendrán con los bocadillos?! –A Sanji e parecía bastante dulce la graciosa expresión y los celos por parte del peli verde.
-En seguida estará listo todo, Zoro. –Respondió el cocinero terminando de adornar el último bocadillo –Listo. ¿Podrían llevar el café y las tazas, por favor? Yo llevaré la charola.
-¡Nosotros te ayudamos! –Ambos hombres fueron con Sanji y tomaron las cosas llevándolas con cuidado al acuario, dejando con ello a un Sanji mas animado por ver el interés de Zoro hacia el.
[…]
Kurohige y el resto de su bando se encontraba bebiendo en un bar clandestino. Habían pasado el resto de la tarde en busca de alguien. No era una persona cualquiera, sino alguien poseedor de una fruta del diablo cuya habilidad serviría bastante para la tripulación. Y ese sujeto se encontraba en la barra bebiendo un enorme tarro de cerveza. Era de un aspecto un tanto descuidado, pero tranquilo, portando una vieja espada. Sus rasgos eran chocantes, una pequeña barba y de cabello blanco. Estaban esperando el momento para capturarlo y así poder robar parte de su habilidad, hasta que Kurohige decidió hablar en un tono de voz muy bajo –Esperen…
-¿Qué sucede? –Preguntó uno de sus compañeros.
-Creo que acabo de cambiar de opinión…
-¿De que habla? Lo estuvimos buscando durante días…
-Lo sé… Pero podríamos convertirlo en nuestro aliado… Veamos que tan bueno es. –Se levantó de su lugar, pero antes de poder llegar con el, unos sujetos se le adelantaron llegando con poca delicadeza hacia donde estaba el susodicho.
-Por fin te encontramos… -Dijo uno de los piratas quien tiró el tarro al piso de un manotazo -¿Y bien? –Pero no dijo nada el peli blanco -¿Qué acaso no puedes hablar? –En eso, el extraño pirata miró a su adversario a los ojos de una forma tan amenazadora. El hombre retrocedió al ver aquella terrible y penetrante mirada y en cuestión de segundos comenzó a quejarse de una forma tan lastimera. Sacó de su cinturón una navaja y con ella se degolló y cayó como un costal al piso dejando expectantes a los nakamas del ahora difunto.
-¿Alguien mas? –Dijo el peli blanco mirando de la misma forma a los otros sujetos –Si quieren de vuelta su oro, tendrán que pelear por el –Los piratas lo dudaron por un instante, pero se dispusieron al fin a pelear, pero antes de poder acercarse a su enemigo, sintieron algo muy pesado sobre sus cuerpos y en cuestión de segundos estaban frente a frente con las armas en alto y sin razón alguna comenzaron a matarse mientras imploraban piedad. El resto de los clientes salió despavorido del bar a excepción de Kurohige y de sus camaradas.
-<<Tiene la fruta que necesito>> -Pensó el peli negro. Sin preocupación alguna, se levantó de su lugar una vez que terminó la masacre –Vaya, vaya… Eres un hombre bastante excepcional. –Dijo mientras aplaudía y se acercaba con aquel extraño hombre.
-¿También buscas pelea? –Dijo con un tono muy amenazador.
-No, vengo a pedirte algo… -Respondió con mucha confianza y continuó –Me gustaría que formaras parte de mi tripulación.
-Trabajo solo.
-Estoy buscando a los mejores y tu eres una gran candidato.
-¿No escuchaste? Trabajo por mi cuenta.
-No te vendría mal tener algo de apoyo.
-Con mi habilidad puedo cuidarme solo.
-Tienes agallas… Será un gran placer el tenerte como nuestro nakama. –El hombre solo caminó pasando junto a Kurohige y se retiró de la taberna.
-Señor, yo no creo que quiera unirse a nuestra tripulación… -Comentó Burguess .
-Descuida, lo convenceremos. Se unirá a nosotros. Y si no lo quiere hacer de la buena manera, lo aniquilaremos. –Dijo con una siniestra sonrisa.
[…]
Brook estaba por llegar a la orilla de la isla mirando aun entre su mano la cajetilla –Espero y se encuentre bien Sanji-san… Ah, vaya. –Estaba a unos cuantos metros para llegar a la cueva. Volteó a ver a su derecha para contemplar el atardecer de l mar –Es bello… ¿…? –Pero vio algo a lo lejos. No dudó en correr hacia el barco para encontrarse con sus camaradas.
[…]
Robin aún se encontraba esperando por el regreso de sus compañeros hasta que escuchó unos pasos agigantados aproximándose al acuario, vio la puerta abrirse dejando ver a unos histéricos hombres con las charolas en mano y dejándolas de golpe sobre la mesita –Parece que vienen huyendo de algo… -Justo en eso, Sanji entró –Ya veo de quien huyen… Fufufufu…
-¿Pasa algo? –Preguntó el cocinero yendo con los muchachos.
-No, nada. Cocinero-san te envidio mucho…
-¿Por qué? –Inclinó un poco la cabeza sin entender las palabras de Robin.
-Por tener a dos príncipes cuidando de ti… -Dijo divertida.
-¡¡Deja de decir incoherencias!! –Gritaron ambos hombres mirando con enojo a la arqueóloga. En cuanto a Sanji, sintió un ligero rubor en su cara provocando que se diera la vuelta por un momento para ocultarlo.
-¿Pasa algo, Cocinero-san? –Preguntó la peli negra con mucha curiosidad intentando ocultar su emoción al tener en vivo una telenovela.
-Na… Nada… Creo que olvidé algo en la cocina… -Salió nervioso del acuario dejando a un Franky jalando las mejillas del marimo y este imitándolo.
-Esto se va poner muy interesante… Fufufu…
[…]
Mientras tanto, Brook se quedó parado esperando a que llegara un barco dispuesto a buscar e invadir aquel pueblo subterráneo. Tomó con fuerza su bastón y guardó en el bolsillo de su pantalón la maltratada cajetilla –Debo llegar cuanto antes al barco… -Comenzó a correr todo lo que dio para llegar con los muchachos.
[…]
Brook se encontraba corriendo a todo lo que daba para llegar a la cueva y advertirles a sus compañeros del peligro que estaba por aproximarse a la isla. En cuanto a los demás que se quedaron en el pueblo, estaban empacando al fin ya que por fin el loge pose estaba indicando la dirección para su siguiente destino.
[…]
En cuanto a nuestro nuevo personaje, se encontraba vagando yendo rumbo a su bote cargando una bolsa con el botín que acababa de saquear. Pero no contaba con la compañía que estaba detrás de el –Será mejor que sea algo bueno… Debe ser algo muy importante como para seguirme. –En eso, pareció entre los arbustos Kurohige junto con el resto rodeando al susodicho. Sin dudarlo, se acercó para formar una plática amena.
-Eres bastante hostil, amigo…
-No soy tu amigo…
-Tranquilo… -Dijo de corrido el capitán sin desaparecer esa sonrisa en su rostro –Quiero proponerte algo. Tienes un gran talento, y yo estoy buscando a hombres como tu.
-No estoy interesado…
-O por lo menos pedirte un favor…
-Te va a costar… -Kurohige miró de reojo a sus compañeros y les indicó con la cabeza que los dejaran solos por un momento. Cuando por fin se quedaron solos el peli blanco continuó –Debes estar muy necesitado…
-De hecho, tienes una fruta bastante interesante. Te necesito para que me ayudes con algo… Ah, que modales los mios…
-Marshall D. Teach… -Interrumpió el hombre –Mi nombre es Ray…
-¿Ray…?
-No diré mas…
-Bien… Escucha, necesito que me ayudes con algo. Tengo unas cuentas pendientes con un sujeto…
-Para pedirme ese favor, debió haberte hecho algo…
-Mucho… No puedo dejar de pensar en ese maldito…
-Debe ser un pez gordo…
-Mas que eso… Es un zorro… Un genuino y exótico zorro…
-Creo que ya sé a dónde quieres llegar…
-¿Me ayudarás o no? Te prometo que se te compensará…
-Me tiene sin cuidado lo que quieras hacer con esa persona, pero si te pediré que me des una muy buena paga…
-Eso dalo por hecho… -Fueron a un pequeño rincón para comenzar a hablar y planear la siguiente estrategia para cazar al rubio que no lo ha dejado dormir durante estos últimos días.