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Le Viol por Tina Black

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Notas del capitulo:

Después de mil años...

El barco estaba ya aproximándose a la isla, uno de los hombres quien tenía en sus manos unos binoculares alcanzó a ver a un esqueleto corriendo a todo lo que daba -¡¡¿Qué es esto?!! –Gritó despavorido al ver a Brook. En eso, el músico escuchó el grito del tipo y se asustó.

-¡Ah, maldición! –Dio un gran salto  desapareciendo.

-¡¡Un fantasma a pleno día!! –Dijo aun exaltado.

-¿Qué es lo que está pasando? –En eso, se escuchó una voz lo bastante profunda. El dueño de esa voz, tenía un aspecto un tanto sombrío, era alto, de tez canela, tanto su cabello como barba eran de un aspecto descuidado, color negro con algunas canas, hasta eso, llevaba un buen porte con su vestimenta y una buena figura, en cuanto a su estatura, era mas alto que Franky. Se acercó a su tripulante y dijo –Debes dejar de tomar ese vino… -Dijo en un tono bastante serio. El chico le dio los binoculares y le señaló a dónde debía mirar y efectivamente, vio a un esqueleto en el aire intentando esconderse ante la vista de los piratas –Ah… Vaya sujeto. Vamos a seguirlo…

 

Los muchachos estaban comiendo los bocadillos,  pero en eso escucharon un ruido y después unos pasos un tanto pesados y rápidos -¡¡Muchachos!! –Al escuchar esa voz tan familiar, salieron de inmediato del acuario para ver a un alarmado Brook quien fue rápidamente con Sanji diciendo -¡Sanji-san! ¡¿Estás bien?! –Tomó al chico por los hombros.

-¿Brook, qué pasa? –Preguntó el ciborg un tanto nervioso al presenciar la actitud del músico.

-Br… Brook… ¿Qué sucede? –Dijo algo asustado el muchacho.

-Ah, yo… Disculpa… -Soltó por fin al cocinero y dijo ya mas calmado –Lo que pasa es que iba de camino para acá y sin querer encontré el… -Pero antes de continuar con su relato, se escucharon unos pesados pasos lo cuales comenzaron a invadir el barco –Creo que tendrá que esperar…

-Ah, vaya… Tenemos visitas inesperadas. –Dijo con tranquilidad Robin.

-Supongo que no hará daño algo de acción… -Dijo el carpintero al tronarse sus nudillos de metal. –Bien, andando. –Todos se prepararon para la llegada de los piratas que comenzaron a invadir por fin cada rincón del Sunny Go. Claro, a excepción de Sanji, quien estaba algo preocupado de si poder o no llevar la batalla.

-¿Estás bien? –Preguntó el espadachín acercándose a su camarada.

-S… Si… Tenemos que enseñarles una lección… -Dijo con inseguridad –Tenemos trabajo que hacer…

-Cocinero…

-No te preocupes… Yo voy a… ¡Cuidado! –Se fue contra el espadachín y cayeron al suelo para así librarse de una bala la cual había sido disparada por el capitán invasor -¿Zoro, estás bien? –Dijo levantándose un poco ya que quedó arriba del peli verde.

-Sí, eso creo… -Dijo algo desorientado. Después de un segundo, cayó en la cuenta de que su cabeza estaba protegida por la mano del cocinero, pero se sonrojó y casi explotaba como cual dinamita al ver que Sanji estaba encima de él protegiéndolo. De inmediato se levantó sin decir más.

-Ah, yo… Lo siento… No, no quería… Es que… -Dijo nervioso el rubio.

-No, no pasa nada… Gra… Gracias…  -Se levantaron por fin y vieron a su nuevo enemigo quien miraba aquella escena de amor mientras esbozaba una burlona sonrisa.

-Pero miren que tenemos aquí… -Dijo con una caminata de lo más tranquila acercándose a los muchachos –Hacen una linda pareja… -Los chicos miraron amenazadoramente al pirata quien no desaparecía esa arrogante sonrisa –Veo que llegamos al lugar indicado… -Dijo apreciando la estructura del barco.

-Por lo visto ustedes son los mugiwara... -Echó un vistazo al cocinero quien se comenzaba a poner nervioso ante la presencia de aquel pirata el cual le daba un ligero aire a Kurohige -Voy a necesitar su barco si no es molestia.

-Tendrás que pasar sobre mi cadáver... -En eso dijo el carpintero uniéndose a la conversación. -No construí este barco para que un cerdo como tu venga a quitármelo.

-Disculpa... -Dijo con burla el hombre -En ese caso, tendré que llevarme a alguien como mi prisionero.

-En tus sueños... -Respondió el espadachín con sarna. -Tampoco te llevaras a nadie de aquí...

-Eso ya lo veremos... Muchachos. -Dijo esto último con una sonrisa de lado y detrás de el salieron mas piratas dispuestos a combatir contra la tripulación. Los chicos no se quedaron atrás y dieron comienzo a la pelea seguros de si mismos. Bueno, a excepción de Sanji. Era claro que no se echaría para atrás ante una pelea, pero esa pequeña espina de inseguridad lo hacía desconcentrarse un poco. Apenas pudo dar unos buenos golpes contra algunos piratas. Aquel estilo de lucha era increíble y fascinante para el capitán de la tripulación invasora. -Vaya, vaya... -Dijo impresionado y comenzando a ir en donde se encontraba el cocinero -Encontré a mi juguete nuevo... -Estas palabras retumbaron en los oídos de Sanji. El resto de los hombres que estaban dispuestos a darle mas pelea, retrocedieron para cederle el paso a su líder -Si, eres perfecto... - La fisionomía era casi idéntica. Sin querer, Sanji retrocedió un tanto alterado y justo en eso llegó el primer flash en sus recuerdos -¿Qué dices?

-Digo que no. -Dijo seco a su respuesta. Se alejó mas, pero el pirata lo comenzó a seguir hasta que se convirtió en una pequeña persecución llena de golpes, patadas, puños y vueltas por parte de ambos. -¡Será mejor que te largues! –Respondió dándole una fuerte patada en la boca al mismo tiempo que el pirata toma con tal fuerza el tobillo del cocinero, este claro reaccionó con sorpresa, pero fue mas su horror al ver como la boca del hombre se convertía en el hocico de un oso. El resto de los mugiwara presenciaron con terror aquella pesadilla en carne viva. Antes de que los colmillos del hombre con cabeza de oso trituraran parte de la pierna de Sanji, este actuó rápido  dando una voltereta y golpeando con su otro pie el lado derecho de la mandíbula del pirata. Cayó al suelo y de inmediato se levantó -¡Es la última advertencia! ¡Lárgate!

-¿Qué es lo que pasa contigo? Te ves muy exaltado… -Exclamó el enemigo –Sólo vamos a jugar un rato… -Sanji solo se limitó a retroceder con el ceño fruncido y haciendo un intento por ocultar su miedo. –Te propongo esto. Si logras ganarme los dejaremos ir, pero… -El cocinero no habló –Si pierdes, tendrás que venir con nosotros…

-No hay trato… Ustedes se irán ahora mismo…

-Vamos muchacho, será divertido…

-¡El ya dijo que no! –Zoro llamó la atención de los demás al derribar a unos cuantos invasores –No estamos para juegos tontos. Ustedes se irán ahora mismo.

-Bien, supongo que le pondremos algo de emoción a esto… -Regresó a su forma y en seguida se fue contra Sanji como si se tratase de un juego de futbol americano. Ambos terminaron estrellándose contra la pared.

-¡¡Cocinero!! –Zoro y el resto fueron tras Sanji, pero fueron retenidos por los piratas -¡Quítense! –Amenazó alzando dos de sus sables -¡¡Cocinero!!

 

Sanji y el usuario de la fruta del oso habían derribado la pared la cual conectaba para una de las salas. El rubio se levantó con algo de trabajo y decidió salir cuanto antes  pero -¿A dónde crees que vas? –Volteó detrás suyo  dejando ver un pálido semblante –Esto apenas comienza… -Dijo divertido el capitán. Sanji sólo negó con la cabeza y salió corriendo lo más que pudo de ahí –No escaparás…  -El cocinero de la tripulación salió de la pelea esquivando a cuan pirata se le entrometiera en su camino. Salió del barco de un solo brinco y corrió lo mas que pudo con aquel hombre pisándole los talones. En cuanto al resto continuó peleando.

-Debo ir a ayudarlo… -Respondió el espadachín al tumbar a cinco de los sujetos que lo tenían rodeado.

-Ese chico está en peligro… -Dijo Franky quien acababa de vencer a otros cinco sujetos mas.

-¿Eh…?

-¿Mm…?

Ambos se miraron y salieron disparados del barco en busca de su príncipe en peligro dejando a una emocionada Robin a quien le estaba pasando mas de un mil de situaciones por su cabeza por esos tres –Que… Lindos… -Dijo al contener su gran emoción mientras les rompía las espinas dorsales a unos cuantos piratas gracias al poder de su fruta.

 

 

<<-Vamos a jugar un rato mas…>>

Esa voz retumbó en sus pensamientos nuevamente. Era algo que no podía evitar y por mas que hacía un enorme esfuerzo por no decaer, la voz de Kurohige estaba mas presente.

<<-Esto es lo que quieres…>>

Corría mas rápido hacia ningún lugar.

<<-¿Crees que después de esto, alguien te va a querer...?>>

De repente se detuvo mirando el suelo. Sin darse cuenta estaba varado en algún punto de la isla, por suerte no tan alejado del barco –Ellos… No… Jamás me excluirían…

-Oh, aquí estás… -Volteó a ver al gran hombre quien se aproximaba con gran lentitud -¿Qué sucede? Pareciera que acabas de ver un fantasma. -El cocinero retrocedió al sentir de nuevo esa pesada vibra inundando el ambiente –Vamos a divertirnos… -En eso, poco a poco se comenzó a transformar en ese temible oso de un color negro brillante en su pelaje. Dio el primer zarpazo contra Sanji, este por suerte lo esquivó y contraatacó dándole una gran patada en las costillas -¿Eso es todo lo que tienes? –Dijo con burla. Sin previo aviso, estaba reviviendo parte de la tragedia –Será mejor que no me decepciones… Me gusta tu forma de pelear, pero tu fuerza me da mucho de que hablar…

-¡Cállate…! –Dio una segunda patada en el rostro del oso.

-Nada… Mal… -Dijo aguantando el dolor –Mi turno… -En eso, por fin le dio un merecido golpe en el abdomen al cocinero, las enormes garras lograron romper la sudadera y rasguñarle parte de su piel.

-¡Aghh…! –Cayó al suelo ahora con una herida en su cuerpo. Levantó con cansancio su vista hacia su captor y en seguida revivió esa parte en la que Kurohige esbozaba esa maldita sonrisa mientras veía a un rubio implorando piedad. Sus recuerdos se vieron interrumpidos una vez que el hombre lo agarró del cuello y lo alzó -¡Agh…!

-Cualquiera hubiera muerto con ese ataque. Eres fuerte, muchacho…

-¿Qué…? ¿Es lo que quieres?

-Divertirme un rato contigo… -Dijo con una malévola sonrisa la cual desapareció ya que Sanji aprovechó para propinarle otra patada en el estómago –Maldito… -Con esto logró zafarse de las garras del capitán y corrió –Ah, no vas a escapar. –Dijo comenzando a perseguir al muchacho.

 

 

[…]

 

-¿Qué haces en mi camino? ¡Quítate!

-Mas bien tu qué haces en mi camino... -Zoro y Franky estaban corriendo a todo lo que daban en un intento desesperado por encontrar a Sanji. Por supuesto, gracias al rastro que dejó en la arena y parte de la tierra del bosque sabían más o menos a donde debían ir y así ayudarlo. -Asi no podremos encontrarlo si solo corremos…

-¿Entonces qué sugieres? -Sin responder, el peli azul tomó a Zoro de la cintura y activó su más afamado poder de gases y volaron por los cielos para así poder encontrar más rápido a Sanji -Debes encontrar otra forma de volar... -Respondió con sarna el marino.

-Lo dice el que solo se baña una vez a la semana...

-¡Eso no es de tu incumbencia!

 

[...]

 

Sanji estaba completamente asustado por lo que le fuera a ocurrir si terminaba en las garras de aquel sujeto. Así que corrió de nueva cuenta y a todo lo que daba, lo que no sabía es que estaba por llegar al lugar donde se había encontrado con Kurohige. Llegó al ya ahora pueblo fantasma y se paró en seco. Vio con aquel semblante de terror el lugar y revivió la tragedia del ultraje –No…

<<-Eres mío…>>

Se estremeció al recordar la horrible voz de Barba Negra y retrocedió recordando cada momento el cual pasó con ese desagradable hombre -¿Por qué…? –Dijo con en un tono débil y lastimero -¿Por qué regresé aquí? –Retrocedió mas –Auxilio… -De pronto, sintió unas enormes manos presionando contra sus brazos -¡Ah…!

<<-Porque vienes por mas, por eso…>> -Dijo el hombre de sus pesadillas al susurrarle al oído.

-No… No es verdad… -Se había vuelto a perder en sus pensamientos –No… ¿Por qué lo hiciste? Yo no te hice nada… -Dijo al intentar evitar caer en llanto –Yo… No hice nada… No pude hacer nada por mí… ¡¡Aghhh…!! –Despertó por fin de su trance al recibir un feroz ataque con las garras del pirata quien tenía la forma de un gran oso. Sanji cayó de rodillas al suelo sintiendo como el hilo de sangre recorría su espalda -¡Agh…!

-¿Qué sucede? No deberías bajar la guardia, pequeño. –Respondió el hombre acercándose al rubio. Este lo volteó a ver  y se levantó de inmediato apartándose del sujeto –Pensé que querías jugar un poco mas…

-…

-¿No vas a decir nada? –Sanji comenzó a temblar un poco ya que ese hombre era casi la viva imagen de Kurohige -¿Qué? ¿Acaso no te gusta hablar?

-Basta…

-¿Eh?

-Basta… -Dijo un dolido Sanji quien intentaba negar los horridos recuerdos de aquel fatal encuentro –Por favor, no me lastimes… -Dijo en ese tono mostrando esos ojos llenos de dolor y temor –Por favor… No me toques… -Lo único que podía ver en esos momentos era a Kurohige –Por favor… -Se recargó en uno de los escombros y cayó lentamente al suelo quedando vulnerable.

-¿Qué pasa? ¿No vas a hacer nada? –Dijo un poco molesto el sujeto –Anda… Levántate… -Dijo al aproximarse al muchacho –Si solo eres un chiquillo que solo busca llamar la atención, lo lograste… Y cuando alguien se luce frente a mí, está mas que condenado… -Lo tomó del cuello de la sudadera –Solo me estás haciendo enojar… Vamos, haz algo, idiota…

-¡Ya basta! –Le dio una patada y con eso se liberó de las garras de aquel pirata.

-Eso era justo lo que quería… -Dijo al sobarse su estómago y mirando con cinismo al rubio –Esto apenas empieza.

 

[…]

 

-¡Uuufff…! Por fin. –Exclamó un esqueleto ya cansado por la batalla que tuvo junto con Robin contra los piratas. –Debemos ir a buscar a los demás.

-Brook… -De pronto, la peli negra interrumpió a su nakama y continuó -¿Por qué llegaste exaltado con Cocinero-san?

-Ah, es verdad. –En eso, sacó de su bolsillo la cajetilla ya maltratada –Lo que pasa es que vi esto en un lugar en donde hay unas ruias, supongo que resulta ser lo que quedó de aquel pueblo –Robin tomó la cajetilla y la inspeccionó.

-Es la marca que usa Cocinero-san.

-Si, además de eso, también vi un rastro de sangre…

-¿Sangre? ¿De casualidad ese rastro no conducía a una esquina?

-Si… ¿Tu también pasaste por ahí?

-Si, Franky y yo pasamos por el pueblo. Vimos las manchas de sangre, pero no vimos mas, bueno, hasta ahora que llegaste.

-¿Qué es lo que habrá pasado a Sanji-san?

-Cocinero-san estuvo ahí. Nos platicó todo, pero la verdad… -Se quedó callada por un momento.

-¿Qué fue lo que les contó?

-Nos dijo que había tenido una pelea contra unos piratas y que había perdido. Pero cuando llega una tripulación a querer hacer destrozos a esta isla de inmediato suena una alarma cuando ya están en el centro.

-Y ese pueblo era el centro.

-Aun si está inactivo el lugar, de todas formas sonaría la alarma para avisar al resto del pueblo subterráneo. Asumo que si fue sorprendido, pero no varias personas… Además, se notaba muy triste. Aun cuando nos contó lo que le pasó nos pidió disculpas. Se veía bastante dolido.

-¿Crees que haya sido algo más?

-Algo me dice que no solo fue una pelea…

-Debemos hablar con el. Pero primero iremos a buscarlo a él y al resto.

-Si. –Ambos salieron del barco y de la cueva para ir a buscar a sus camaradas.

 

[…]

 

-¡¡AGH…!! –Sanji aterrizó abruptamente sobre una pared y cayó de inmediato al suelo.

-No sé qué esté pasando contigo, pero al principio te mostrabas tan fuerte y ahora mírate. Eres una insignificante rata. –Dijo el pirata regresando a su forma original mientras se acercaba a su víctima –Alguien como tú no me sirve. Te iba a proponer que te integraras con nosotros, pero eres un inútil. –En eso, transformó su brazo en el la gran zarpa de oso y se preparó para dar el ataque final, pero para fortuna del cocinero, el hombre fue detenido al recibir unos misiles en su cara.

-¡¡Déjalo en paz!! –Gritó con cólera el carpintero haciendo gran acto de presencia.

-Ah, vaya… Llegaron visitas. –Dijo con rezongo el hombre.

-¡Cocinero! –Zoro corrió para auxiliar al muchacho -¿Estás bien?

-¡Zoro! –Sanji se exaltó l ver como el hombre estaba a punto de atacar con sus garras a Zoro, pero fue interrumpido ya que Zoro sacó de inmediato su espada chocando contra las enormes garras.

-Será mejor que te largues… -Dijo mirando de reojo y amenaza el espadachín contra el hombre.

-Zoro, llévate a Sanji. Yo me encargaré de este tipo.

-Ni lo sueñes. Este es mío… -Dijo amenazador el peli verde.

Notas finales:

no creo actualizar tan pronto, aya que tengo unos pequeños asuntillos aun por arreglar, pero no abandonaré la historia.


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