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Le Viol por Tina Black

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Notas del capitulo:

Mi inspiración es tan traicionera :,)

Sanji se encontraba en la habitación terminando de vendarse sus brazos, pero le había sido imposible por el dolor que sentía en su hombro. Esto no le permitía que levantara por completo su brazo -No puedo... Apenas si logré ponerme el desodorante... -Volvió a hacer un esfuerzo y por fin logró terminar de colocarse las telas. Después continuó en ponerse su pijama; encontró una playera de manga larga que le ayudara a cubrir tanto los vendajes como el resto de las heridas como el pantalón que casi cubría sus pies,  pero al hacer todos esos esfuerzos sintió el dolor más intenso -¡¡Aagh...!! -Frunció el ceño por aquella molesta sensación que invadía su pecho y lomo. En eso entró Zoro al cuarto, al escucharlo, Sanji pensó en haber podido ocultar a tiempo las marcas que le dejaron durante el ataque. Lo miró con un poco de miedo.

-Oye, ya corté la carne... ¿Qué hacemos con los huesos y las viseras...? -Pero al ver a su nakama en ese estado temeroso, no pudo evitar clavarle la mirada -¿Qué ocurre? -Preguntó extrañado simulando un poco de enojo.

-Na... Nada... -Agachó la cabeza para evitar la fuerte mirada de su compañero. Estaba masajeando su hombro; al ver esta acción, Zoro se acercó para ver que tenía.

-Déjame ver tu brazo... -Dijo con seriedad.

-¡Ah, no es nada! -Respondió con mucha pena -Es... Es... Estoy bien, no es nada...

-A leguas se puede notar que te duele, déjame ver... -Pero antes de que Sanji dijera algo, Zoro posó su mano sobre su hombro -¿Podrías mover tu mano? -El cocinero hizo lo que le pidió sin rechistar, movió la mano desde la muñeca en círculos -Bien, ahora los dedos... Eso es. -Zoro sostuvo con cuidado la mano del cocinero -¿Te duele? -Sanji respondió negando con la cabeza -Ahora tu codo... -Sanji abrió y cerró el brazo con cuidado -Ahora un poco mas rápido... ¿Duele?

-No... -El espadachín comenzó a dar unos pequeños masajes en el brazo de Sanji para encontrar algo fuera de lo normal. Sanji por su parte no sintió nada anormal, era una buena señal -Ahora tu hombro. -Dijo sin quitar la mano de esa zona; al sentir el movimiento se percató de algo.

-¡Gh...! -Sanji intentó ahogar su quejido.

-Ya veo, solo es una torcedura... Creo que puedo arreglarlo... -Se acercó mas al rubio para aprisionarlo con un brazo, este se estremeció un poco al sentir el contacto físico de su compañero.

-... –Se puso muy nervioso y quiso deshacer el abrazo -<<Sólo va a ayudarme... No va a pasarme nada...>> -Pensó al recobrar un poco la cordura.

-Necesito que te relajes, si sigues tenso puedo lastimarte... -Sanji respiró muy hondo para calmar finalmente sus nervios logrando que así su cuerpo se relajara -Bien... -Colocó la otra mano en el lomo del muchacho y prosiguió a dar un masaje en este y el hombro. Sus manos a pesar de ser grandes, toscas y hechas para el combate, podían también ser delicadas cuando se tratara de algo más serio como el ayudar a alguien -Aquí vamos... -Ejerció presión haciendo para atrás y después hacía adelante el hombro, esto para reacomodar el hueso y por fin des tensionar el músculo. Se escuchó un seco tronido en toda la habitación, por supuesto que le dolió a nuestro cocinero ahogando su grito en el abdomen de Zoro, esto sin querer hizo que Zoro sintiera un poco de cosquilleo -¿Cómo te sientes? -Preguntó separándose con calma de su camarada.

Sanji tenía los ojos muy cerrados, pero al sentir que el dolor ya no era tan intenso, los abrió poco a poco mirando su brazo y prosiguió en mover con cuidado su hombro -Ya... No me duele tanto... Ya no está... -Dijo con sorpresa.

-Solo fue una torcedura, aunque una muy grande. Qué bueno que fuera eso y no estuviera dislocado...

-No sabía que supieras de quiropráctica... -Comentó impresionado sobándose su brazo.

-Y no sé. -Respondió con naturalidad.

-¿Qué? -Preguntó con miedo y nervios.

-Sólo lo básico, calma... A veces tenía ese tipo de fracturas y como no tenía a nadie, tuve que aprender gracias a un sujeto que me ayudó una vez que quedé mal herido en una batalla. -Dijo sentándose en una silla que estaba por ahí -Tienes suerte... -Comentó con orgullo.

-Muchas gracias... -Dijo el cocinero con una ligera pero muy sincera sonrisa y viendo a Zoro. El por otra parte se sorprendió al escuchar esto viniendo de Sanji -Eres muy amable y también te agradezco mucho por haberte encargado de la carne...

-¿De verdad estás bien...? -Preguntó con un pequeño tic en su ojo.

-S... Si... Iré a preparar algo... –Intentó levantarse, pero regresó la maldita punzada en sus piernas y estómago logrando que regresará a su lugar de un sentón.

-¿Me contarás lo qué pasó? -Preguntó con ese característico tono serio y profundo. Sanji prefirió callar de nuevo -Te recuerdo que yo gané la apuesta... Así que me lo tendrás que decir...

-Zoro... En verdad no pasó nada... Iré a preparar la cena... ¡Gh!

-Me lo dirás tarde o temprano, cocinerucho. –Se acercó a su compañero y con la punta de su dedo índice empujó a Sanji desde su frente haciendo que el rubio se recostara sin problema alguno –Lo sabía... –Dijo cansado mirando con enfado al muchacho –Bien... –Se encaminó a la puerta de la habitación.

-¡Oye, espera...! –Sanji intentó levantarse un poco para ver al espadachín quien ya le daba la espalda.

-Descansa. Yo me encargaré del los restos del pez; la comida tendrá que esperar hasta mañana...

-¡Pero...!

-Además ya es muy tarde, no te preocupes. Ya comí algo. –Y con esto se retiró de la habitación dejando a Sanji solo.

 Se recostó y tocó su hombro llegando con ello el recuerdo justo en el momento en que Teach se lo torció. Visualizó esa risa llena de burla y cinismo -Nada de esto pasó... -Dijo cerrando los ojos y presionando mas su hombro -No pasó... No pasó nada... -Empezó a sentir su cuerpo pesado y respiró con agitación -No pasó, no pasó... Jamás pasó...  Solo fue una pesadilla...

Zoro estaba recogiendo con una bolsa las viseras a regaña dientes –Ese idiota se mete en líos y yo tengo que hacer todo... Pero ya verá mañana... –En eso levantó un tramo de los intestinos del pez –Qué asco... –Dijo con desdén.

 

 

 

 

Mientras tanto:

La tripulación estaba disfrutando de una velada en las aguas termales. Los muchachos estaban en su respectiva sección haciendo alboroto mientras que las chicas se encontraban al otro lado de la barda de madera que las dividía. –Ese montón de torpes... –Decía Nami entrando a las aguas.

-Se ve que se divierten mucho... –Comentó Robin mientras servía un poco de sake –Ten... –Le dio el vasito a su camarada.

-Gracias. Ya necesitaba relajarme... –Escuchó un gritó por parte de Luffy –Ay, esos...

-Son nuestras vacaciones. Deberías relajarte... Además, no están molestando, fufufufu...

-¿Cómo puedes tenerles paciencia?

-Pues... –Pero antes de que la arqueóloga dijera algo, se escuchó un tremendo golpe en la madera que dividía a las chicas de los gorilas de sus compañeros ocasionando que esta cayera. Nami y Robin se retiraron con agilidad antes de que la madera cayera encima de ellas –Parece que no se nivelaron... –Comentó Robin al acomodarse su toalla –Y era de esperarse...

-¡¡¡LUFFY!!! –Nami le propinó una paliza a su capitán -¡¡Eres un...!!

-¡Lo siento Nami!

-Usted es un gran capitán, Luffy-san... ¡Yohohohohohoho...! –Comentó Brook mientras contemplaba a las chicas –De lo que se está perdiendo Sanji-san... Yohohohoho... –Justo en eso recibió a Luffy en su cara llevándolos de un chapuzón al estanque. El resto de los chicos solo se limitó a voltear a otro lado si no querían recibir la ira de la navegante.

-Sí, es por esa razón que no me puedo enojar con ellos... Fufufufufufufu...

Nuestra tripulación no tenía nada de qué preocuparse ahora ya que la verdadera amenaza se había ido por fin. El barco de Barba Negra zarpó junto con sus camaradas para dirigirse a otra isla en busca de tesoros. No podía quitarse de la cabeza la presencia del joven a quien le había arrebatado con dolor sus esperanzas y felicidad. Se encontraba sentado en una esquina del barco mirando el horizonte del ahora oscuro mar -<<Estoy seguro que ese muchacho será mío muy pronto... Jamás había conocido un chico como el... Es oro puro...>> -Pensaba sin quitarle de vista al mar -<<Supongo que mientras tendré que esperar hasta que nos volvamos a ver o encontrar a alguin que lo supere, cosa que lo dudo mucho...>>

-Capitán... –Sus pensamientos fueron interrumpidos al escuchar la voz de uno de sus piratas.

-¿Ahora qué quieren...? –Se levantó de su lugar para ir con sus camaradas -<<Nos volveremos a ver, pequeño>>

 

[...]

 

 

Apenas si logró descansar un poco, pero no durmió lo suficiente por el dolor que aun lo invadía en todo su cuerpo. Sintió como la noche pasó a la mañana en un abrir y cerrar de ojos; estaba completamente tenso y nervioso. No quería levantarse de su cama aun sabiendo que tenía deberes por hacer y un castigo que cumplir. Estaba recostado de su lado izquierdo a modo de no lastimar mas su brazo el cual ya no estaba tan dañado gracias a la atención que recibió por parte de su nakama, recordó aquellas manos que masajearon su brazo. Una sensación cálida y dulce aun viniendo de un tosco hombre que solo se la pasaba entrenando y bebiendo claro cuando no andaba de mal humor. Quiso sonreír al revivir en su mente ese momento de convivencia, pero... De pronto llegó en una especie de flash las manos de Kurohige sobre su cuerpo lastimándolo sin piedad mientras le decía en su oído terribles cosas que lo hacían sentir peor que a una basura. Unas palabras que lo obligarían a callar.

Se levantó de la cama a modo de quedar sentado sobre esta mostrando un semblante cansado y triste -No puedo dejar que el o los demás sepan que... -Antes de poder decir más, su memoria fue atacada al recordar el momento en que lo llevó arrastrando a lo mas profundo del bosque obligándolo a sentarse sobre las piernas de su agresor mientras él en un inútil intento por suplicarle piedad y que lo dejara ir, esto provocó mas excitación a su atacante. Sin pensarlo volvió a meterle de un golpe su dedo en la entrada del muchacho y este solo gritó como...

<<-Gritas igual que un niño... Eso es... -Movió su dedo en círculos en el interior del rubio -Si... ¿Se siente bien, no es así?

-¡¡¡No, ya no por favor!!! ¡¡¡Suéltame ya!!! -Gritaba con desesperación y dolor al intentar librarse del gran brazo que lo rodeaba desde su cuello. Barba Negra sacó con calma su dedo del interior de Sanji para manosear con deleite sus muslos al mismo tiempo que lo obligaba a abrir sus piernas -¡¡¡Noooo...!!! ¡¡¡Maldito asqueroso!!! ¡¡¡Gordo de mier...!!! ¡¡¡¡¡AAAAAAAGGGHHHHH...!!!!! -Sin piedad alguna, el mayor apretó con gran fuerza sobre los testículos de su víctima para después tirarlo del cabello hacía atrás -¡¡¡Aagh...!!!

-Pero mira que tenemos aquí... Un niñito mal hablado... ¿Sabes lo que te acabas de ganar...? ->>

-CEJAS DE DIANA... -Salió de sus recuerdos al escuchar a Zoro quien se encontraba a fuera en el jardín -¡Ya es hora de desayunar...! ¡O mas bien la hora de comer! ¡Son mas de las once de la mañana, apúrate ya...! -Sanji miró a su alrededor como si por un instante hubiera desconocido por completo la habitación mientras respiraba con algo de agitación. Se acomodó quedando a orilla de la cama y bajó con cuidado y quiso buscar sus pantuflas, pero cuando dio el primer paso, sintió ese maldito dolor invadiéndolo de nuevo. También tenía la necesidad de tomar otro baño cuanto antes. Se dispuso mejor a buscar unas sandalias y su toalla y salió de la habitación, pero antes de llegar a las escaleras que lo llevarían al baño se topó con Zoro quien lo miraba con una cara de pocos amigos -¿A dónde crees que vas?

-Yo... -Se mostró temeroso al ver a su nakama y continuó -Debo... Debo... Tomar un baño primero...

-Oye, eso lo puedes hacer después... Vamos a comer.

-No, de verdad necesito bañarme...

-No pasará nada si primero comes...

-Por favor, Zoro... –Le suplicó con una mirada que mostraba pena y miedo.

-Bien, pero no te tardes... Te contaré el tiempo... -Lo dijo solo para molestar a Sanji y esperar como este reaccionaria ante ese comentario.

-Te prometo no tardar, es que en verdad estoy... Sucio... -Se fue por fin a las escaleras y subió.

-¿Sucio? -¿En verdad era tanta la urgencia de tomar otro baño ya que el último fue alrededor de la una de mañana? Era algo que se preguntaba Zoro, pero sobre todo... La conducta que ahora tenía el cocinero. Claro, en Sanji es normal tener muy en serio la higiene, pero jamás a ese grado de desesperación. En cuanto a su actitud sumisa, sabía que Sanji le estaba ocultando algo y haría lo posible por averiguarlo aun si deba usar la fuerza.

Sanji preparó por fin el agua de la tina con mas calma, en lo que esperaba a que se llenara, se comenzó a desvestir y una vez que ya no tenía la pijama puesta, prosiguió con los vendajes que tenía en sus piernas y brazos dejando ver poco a poco las marcas y las heridas que ese hombre le dejó sobre su cuerpo. Cada marca de colores rojizos reflejaban perfectamente por donde había pasado la boca de Kurohige. En la parte baja de los brazos, en los muslos y en las ingles, inclusive en la parte de atrás del cuello. En cuanto a la espalda no solo llevaba eso, si no también algunas mordidas y moretones de igual forma que el resto de sus piernas. Entró al agua dejando que la temperatura lo fuera relajando un poco. Sin mas se le ocurrió levantar su vista en dirección a un espejo; con esto empezó a inspeccionarse y vio que en su rostro tenía marca del golpe que le dio en la boca y en la mejilla, después se levantó un poco su fleco el cual ocultaba el moretón que tenía en el ojo. Se asustó al ver estado en que se encontraba. Se abrazó y pensó que tan miserable se veía al no poder defenderse –Si le digo de esto, tal vez el... –Pero recordó las palabras de Kurohige y agachó la cabeza cerrando con fuerza sus ojos –Nooo... –Negó moviendo la cabeza –Nooo... Lo mejor será callarme... No debo... –Apretó mas el abrazo.

Después de un rato salió del baño en toalla y bata y regresó a la habitación para cambiarse. Se volvió a colocar las vendas y con ello el resto de su ropa interior. Se puso unos pantalones de mezclilla de color negro, una playera del mismo color de manga larga y una gran sudadera roja la cual le ayudaría a esconder cualquier evidencia. Salió por fin del cuarto y se dirigió a la cocina donde lo esperaba un mal humorado Roronoa Zoro quien golpeaba la plancha de la barra con su dedo. Al escuchar la puerta abrir, volteó y lo primero que le dijo fue –Vaya, ya era hora...

-¿Qué te gustaría desayunar...?

-Comer...

-¿Qué hora es?

-Ya son cuarto para las doce...

-¡Rayos, Debo apurarme! ¡En seguida te prepararé algo...! –Pero al ver su lugar de trabajo se percató que los ingredientes y el filete de pescado estaban ya afuera esperando a ser preparados -¿Cómo sabes que le pongo todo eso? –Preguntó algo sorprendido.

-Te he visto hacer algunos platillos... Mas cuando haces eso con los cuchillos... –Comentó el espadachín con sarna.

-¿Lo que hago con los cuchillos? Ah, creo que sé a qué te refieres... Cuando corto los ingredientes...

-Menos bla, bla, bla... Quiero un buen filete... Y un poco de té negro...

-... –Lo miró algo decaído y se arremangó solo el resorte de la sudadera -¿Cómo te gustaría tu filete? –Peguntó dándole la espalda iniciando sus deberes en la cocina.

-Ya te lo dije, sorpréndeme... –Dijo con una sonrisa de lado.

-Bien... –Comenzó a preparar el filete poniéndole algunas de las especias que había puesto Zoro. Lo dejó reposar un momento en lo que preparaba una ensalada. Zoro se limitó a sentarse en la mesa y observar el famoso número de cuchillos voladores. Sanji sacó uno del cajón y solo cortó los ingredientes con normalidad.

-¡¿Y yo?! –El espadachín gritó colérico como un espectador al que acababan de timar en un show.

-¿Eh? –Volteó a verlo con confusión -¿Zo...? ¿Zoro?

-Digo... –Carraspeó un poco y se recuperó -¿Solo harás un filete?

-Bueno, si quieres hago otro, no tengo problema... –Dijo volviendo a su trabajo.

-Por supuesto que debes hacer dos... ¿No vas a comer?

-No tengo mucho apetito... –Se quedó callado por un instante –Pero te debo un banquete y eso es lo que importa ahora, debo cumplir con mi castigo –Volteó a verlo fingiendo una sonrisa –También haré el té... –Dijo dejando por un momento la preparación del pescado para hacer el té negro.

-<<¿Está siendo amable conmigo...? –Se preguntó en sus adentros al ver con miedo a Sanji.

-¿Pasa algo...?

-¿De verdad eres tú?

-Si... ¿Por qué?

-¿Quién eres y que le hiciste al cocinerucho?

-Claro que soy yo...

-No pareces ser el mismo... –Dijo incrédulo.

-Sigo siendo el mismo... –Dijo bajando el tono de su voz en las dos últimas palabras de su oración.

-Está bien...

-¿Podrías poner la mesa, por favor? –Dijo regresando a lo suyo.

-De acuerdo... –Se levantó con pesadez de la silla y fue hasta la alacena a poner los platos y las tazas para el té. Sanji ya estaba por terminar de preparar la comida, solo le faltaba colocar el adornado con un poco de salsa encima del filete. Normalmente cuando Sanji preparaba algo de comida el aroma de la comida invadía todo el barco logrando hipnotizar a cualquiera, pero esta vez no salió ninguno, esto le cayó de raro al peli verde, pero prefirió omitir ese detalle por ahora, tal vez su olfato no estaba al cien o el cocinero no puso mucho condimento al platillo. Una vez que todo estaba listo, Sanji puso el filete en la mesa. Zoro esperaba ver un platillo que iluminara la mesa, pero tampoco fue el caso, no tenía mal aspecto y por supuesto no se percibía ningún mal aroma, solo era como una comida cualquiera -...

-Listo... –Dijo algo decaído el cocinero pero sin perder esa apagada sonrisa y se sentó –Come todo lo que quieras...

-Gracias... –Zoro cortó un trozo del filete y lo puso en su plato. Al dar el primer bocado lo primero que se le vino a sus papilas gustativas fue:

-<<Nada>>

-Adelante, ¿o vas a esperar a que se enfrié? –Preguntaba el cocinero mostrando esa sonrisa. El espadachín lo escuchó y volteó a verlo con el trozo de carne en su boca aun -¿Qué te parece?

-... –Solo podía ver esa leve sonrisa que escondía lo que en verdad sentía su nakama. Masticó para encontrarle el sabor, pero nada. Era como si estuviera comiendo un trozo de cartón; se tragó por fin el bocado y esperó unos segundos para animarse a hablar –Esto... Sabe bien... –Dijo intentando fingir gusto.

-Que bueno... –Sonrió cerrando sus ojos –Bien, puedes comer todo el que quieras.

-¿Tu no vas a comer?

-Yo... –Miró el platillo y sin querer le llegó una ligera sensación de nausea –De verdad no tengo hambre, estoy bien. Puedes comértelo todo. No tengo ningún problema.

-¿Quieres que te deje algo? Yo estaré bien con este y tal vez otro plato...

-¡Bueno! –Exclamó con simpatía.

-¿Cómo te sientes ya del brazo? Veo que lo puedes mover mejor.

-Si. Aunque la verdad no quiero forzarlo por ahora...

-<<Claro, por eso no hizo eso con los cuchillos>> -Pensó el espadachín mientras comía otro bocado a fuerzas –En dos días veremos la diferencia, creo que aun hay algo de pomada en el botiquín...

-Si, después de lavar los platos me untaré un poco. Ah, es verdad, ¿quieres té? –El espadachín le dio su taza sin decir “por favor” o un simple “sí”. Esto era algo en lo que lograba que ellos discutieran por los modales del mal educado de Zoro, pero tampoco surtió efecto ya que Sanji le sirvió sin hacer un coraje o si quiera una mueca.

-... –Le dio un sorbo a su té sin sabor alguno. Miró con extrañeza tanto la taza como a su comida.

-¿Qué te gustaría para cenar? –Preguntó haciendo que el espadachín lo mirara.

-Bueno... –Quería decirle de la comida, pero al ver esa sonrisa, mejor se lo guardó y dijo –Lo que tu quieras está bien... Por mi no hay problema...

-Mmm... Si quieres podemos comer lo mismo para la cena, me dará tiempo para hacer un puré de papa y con un poco de curry... ¿Tengo para hacer el curry...? –Se preguntó a sí mismo.

-Lo que sea está bien, no te preocupes... –Dijo mientras le daba un sorbo a su “agua caliente” -<<No pensé que supiera tan mal un té negro>>

-Casi no has tocado tu comida... ¿Sabe mal? –Preguntó preocupado.

-No, todo está bien... Solo estaba pensando en algunas cosas...

-De acuerdo...

-Después de esto me gustaría que me dieras unas tres botellas de sake... –Comentó con una sonrisa picara.

-Pero no puedes pasártela bebiendo a cada hora...

-<<Bien, aquí viene... Listo para molestarlo>> -Pensó con cinismo.

-Te podría hacer daño... No me gustaría que te enfermaras... –Con esto Zoro cayó de lado junto con sus deseos de iniciar una pelea -¡Zoro! –Gritó preocupado Sanji.

-No pasa nada... Nada... –Dijo regresando a su lugar –Sólo dame una botella...

-Si quieres puedes tomar en la cena. –Comentó con naturalidad.

-Cocinero... –no aguantaría más al tener que soportar esa extraña, pero agradable actitud de su camarada. Si seguía así sentía que se doblegaría –¡Come!

-No, de verdad yo...

-¡Come!

-¡Pero...!

-¡¿Quién ganó la apuesta?!

-De acuerdo... –Se resignó y se sirvió un poco de ensalada.

-<<Debo admitir que este idiota tiene ángel>>

 

 

Notas finales:

Espero no volver a tardar xDD Espero sus reviews. Nos vemos en la siguiente parte :D


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