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Le Viol por Tina Black

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Notas del capitulo:

La larga espera terminó, por ahora claro XD

<<-¿Sabes lo que te acabas de ganar? ¡¿Eh...?! –Gritó al tirar más del cabello de Sanji

-¡Agh...! –Intentaba quitarse esa asquerosa mano de su cabeza. Kurohige no esperó y apretó con mas fuerza contra la virilidad del cocinero -¡¡¡Aaaaaagghh...!!!

-¡¡¡¡Dilo...!!!!

-¡¡¡Nnn...!!! –Su agresor le apretó mas fuerte -¡¡¡YAAAAAHH...!!!

-¡¡¡DILO...!!!

-¡¡¡.....!!!

-¡Si eso quieres! –Sin mas ni mas, lastimó a Sanji golpeando su frágil parte. El cocinero vomitó saliva por el inmenso dolor y perdiendo un poco la conciencia cayendo rendido a los brazos de su captor. Sin pensarlo, Teach lo recostó en el suelo acomodándolo de lado junto a él quedando en la famosa posición de cucharita. Levantando con brusquedad la pierna de su víctima metió de nuevo su miembro a este. Daba unas estocadas que hacían que el menor gritara sin dejar que se recupera primero del golpe que había recibido antes, en eso, Teach lo calló con su boca y acercó su cara al oído del muchacho para decirle –¿Eso te gusta...? –Dio una embestida -¿Eh...? –Y una mas -¿Eso te gusta, zorra...? -Sanji solo podía ahogar sus gritos -¡¡Dilo...!!

-¡¡Mmmm...!! –Al recibir la embestida de su agresor, cerró sus manos e intentó zafarse del abrazo. Apenas pudiendo quitarse esa mano adornada de oro de su cara para gritar -¡¡¡¡YA BASTA!!!! ¡¡¡BASTA!!! ¡¡¡¡BASTA!!!! ¡¡¡¡¡AAAAAAAHHHH...!!!!! –Fue interrumpido al sentir un gran ardor en su interior gracias al brutal movimiento de cadera de Kurohige -¡¡¡¡NOOOOOO!!!! –Con todo esto Sanji fue perdiendo sus fuerzas, tarde o temprano quiera o no, cedería por fin a todo lo que ese cerdo le obligaría a hacer durante ese dia, pero por ahora... -¡¡¡¡DÉJAME IR...!!!! ¡¡¡¡YA TIENES LO QUE QUIERES!!!!

-No, aun no... –Le acarició su rostro con malicia al mismo tiempo que reía –Vamos, dilo... –Tocó con delicadeza el cuello del menor.

Sanji mordió su labio inferior para así tragarse su orgullo y dijo –Lo... Lo siento... –Apenas si se pudo escuchar.

-¿Qué más...? –Acercó mas su rostro al del chico.

-Lamento haber dicho esas cosas... Lo siento mucho... –Kurohige se levantó un poco y obligó a que el muchacho se diera la vuelta para verlo a los ojos. Una vez que quedaron frente a frente, el sucio pirata tomó el cuello del rubio para sujetarlo y lamerle de nueva cuenta su cara.

-No fue tan difícil... ¿Oh si? –Dijo con una cara burlona.

-Ya déjame... >>

Sanji se encontraba solo en la cocina. Estaba sentado con los brazos sobre la mesa y siendo utilizados como una almohada a su cabeza viendo a la puerta. Llegó una punzada en todo su cuerpo seguido de un escalofrío que recorrió su espalda al recordar esa parte -Solo... -Recordó las risas del asqueroso hombre -Solo... -Recordó el aliento de este -Fue... -Cerró sus ojos para intentar olvidar, pero con esta acción se reforzó mas el recuerdo. Sintió algo extraño en su cuerpo haciendo que mejor se levantara de su lugar y sacudió su cabeza para quitarse aquello de su mente. Miró los platos que estaban en el lavabo y se dispuso a continuar sus labores para intentar despejar sus pensamientos.

Comenzó a preparar la jabonadura y sumergió la esponja para así lavar los trastes. Se encontraba solo en la cocina ya que Zoro estaba afuera practicando un poco con sus espadas; sentía su cuerpo bastante pesado y muy adolorido, no soportaba estando tanto tiempo de pie como sentado gracias a las heridas del ataque. Mientras tallaba un poco las tazas, sus recuerdos iban regresando, pero hizo un esfuerzo por evadirlos al punto de sacudir de nuevo su cabeza a manera de alejarlos.

-¿Te está molestando una mosca? -Estaba tan distante que no había escuchado entrar al espadachín -¿Aun no acabas? ¿O estás empezando? -Preguntó al cruzar sus brazos y recargándose un poco a la barra. Sanji volteó a verlo algo ciscado -¿Qué tienes? Pareciera como si hubieras visto un fantasma... -Dijo divertido.

-Ah, estaba pensando en algunas cosas... -Respondió un poco tímido y con una pequeña sonrisa -Me distraje tanto que olvidé esto...! -Dijo regresando a su labor -¿Necesitabas algo?

-Solo voy a tomar algo de agua... -Dijo dirigiéndose a la jarra que estaba cerca del cocinero -¿Te falta mucho?

-Bueno, solo me falta enjabonar esta sartén y después los enjuagaré... ¿Te gustaría ayudarme?

-No hay nada más que hacer... Supongo que si... -Al decir esto, se tomó todo el vaso del que se sirvió y lo dejó en el lavabo -Te paso este... ¿En qué te ayudo?

-Mmm... Yo los iré echando al agua y te los pasaré para que los seques. -Dijo tranquilo -Ten, aquí van las tazas.

-Espera, deja buscar algo con que secar... –Dijo yendo a la alacena que se encontraba a su lado izquierdo, pero al pasar junto a Sanji percibió un aroma el cual no le dio nada de importancia por el momento.

-Creo que hay unos trapos en el cajón junto con los cucharones, solo no los desacomodes...

-Si, si... –Dijo con cansancio al abrir el cajón –Aquí no están...

-Entonces deben estar en el cajón de allá... –Dijo señalando un pequeño mueble que estaba en la pared en frente de ellos.

-Bien... Solo estoy dando vueltas –Pasó de nuevo a lado de Sanji y volvió a percibir ese aroma -<<¿Y eso?>> -Pensó al buscar ese algo con su olfato hasta llegar con -¿Eres tú?

-¿Qué sucede? –Preguntó al notar el comportamiento de su nakama.

-Tienes un aroma como a... -Se quedó pensando al intentar reconocer la esencia. Sanji se tensó al escuchar esto. Fue tanto su miedo y vergüenza que sin querer rompió la oreja de la taza y cayó sobre el pie de Zoro -¡¡Agh...!! –Se apartó rápido del lugar para no cortarse.

-¡¡Zoro!! ¡Discúlpame, no fue mi intención! De... Déjame ver... –Intentó acercarse para auxiliar a su nakama.

-¡Espera, no fue nada! –Se alejó un poco del cocinero.

-No, déjame ver...

-Solo fue el golpe, iré a sentarme... –Fue a sentarse en una silla y se revisó su pie.

-Zoro, yo... Lo lamento mucho... No quise... –Dijo acercándose a donde estaba el mencionado.

-Déjalo así... No pasó nada... Estoy bien, solo fue el golpe... –Comentó algo molesto.

-No, quiero cerciorarme de que estés bien, por favor... –Llegó hasta el, pero al posar su mano en el hombro de Zoro, este la apartó de un manotazo –Yo...

-Olvídalo, no es nada... Estaré en la enfermería. –Se levantó de su asiento –Recoge eso... –Ordenó secamente fulminando con la mirada al cocinero.

-Yo... –Lo miró con tristeza, algo que a Zoro le pareció bastante extraño. El Sanji que conocía tal vez le hubiera dicho algún insulto por no dejarlo ayudar o simplemente mandarlo al diablo o tal vez ayudarlo aunque el espadachín no quisiera –Si, lo limpiaré... –Dijo con los ojos abajo. Zoro se dispuso a salir por fin de la cocina e ir de camino a la enfermería dejando de nuevo a Sanji quien se dispuso a agacharse para revisar la taza ya desportillada –Supongo que ya no tiene arreglo... –Fue al pequeño mueble en donde se encontraban los trapos y sacó una bolsa para depositar el inservible utensilio –Si le digo, terminaré igual que esta taza... O mucho peor...

 

[...]

-Vaya, que interesante...

-¿Qué sucede, Robin? –Preguntó el capitán a la peli negra.

-¿Me acompañas? –Preguntó la arqueóloga. Se encontraban a fuera de una librería con un aspecto n tanto antiguo, al entrar, fueron recibidos por un señor de ya unos sesenta años de barba –Buenas tardes. –Dijo con una sonrisa la chica.

-Buenas tardes, jóvenes viajeros... ¿Buscaban algo en especial?

-Quería buscar algunas novelas. ¿Tiene alguna que me pueda recomendar?

-¡Por supuesto! Síganme, por favor. -El dueño del local los llevó a un recorrido por los pasillos, el hombre comenzó a platicarles un poco del tiempo que llevaba trabajando dejando en claro que es el negocio familiar de generaciones -Este pueblo tiene más de cien años existiendo, y para ser honesto es el único bajo tierra. Ah, aquí... -Dijo deteniéndose en frente de una sección -¿Le gusta la ciencia ficción, señorita?

-Claro, es fantástica. Cualquier género me encanta siempre y cuando te enganche, aunque el romance es el único que no me agrada tanto, me es aburrido.

-Ya veo... Déjeme ver que le podría gustar... ¡Ah, ya! -Sacó del estante un pequeño libro de un color azulado claro -Este tiene muchos cuentos hechos por el mismo escritor. Son pequeñas historias relacionadas con la muerte. -Extendió un poco sus brazos para darle el libro, Robin lo tomó y leyó el título -¿Qué le parece?

-Este lo he estado buscando, solo tuve la oportunidad de leer un cuento.

-¿De verdad? ¿Cual fue?

-El de Eva dentro de su gato. Es algo triste la situación de la chica, pero no debió dejar pasar mucho tiempo para pensar en su decisión. Yo habría aceptado mi destino.

-Ese escritor tiene muy buenas historias, extrañas, pero excelentes. ¿A usted qué tipo de lectura le gusta, joven? -Preguntó el dueño para hacer que Luffy entrara en la conversación. Este se encontraba viendo algunos estantes y leyendo los títulos de los demás libros. Volteó a ver al señor quien lo miraba con un tranquilo gesto.

-Ah, no estoy interesado en ningún libro por el momento. Solo vengo a acompañar a mi nakama. -Respondió con su característica sonrisa.

-Mmm... -Robin pensó en algo que tuviera que ver aventuras para qur así se entretuviera y al mismo tiempo le inculcara un poco el bien hábito de la lectura a su capitán -¿Tiene algún libro que relate la historia de esta ciudad? Algo como... - Se acercó un poco al señor para susurrarle -De aventuras...

-¡Aaaah! Creo que y sé que es lo que busca... Hay un lugar que es considerado patrimonio del pueblo. Tiene una larga historia, pero vale la pena investigarlo... Iré a buscar el libro y en seguida les haré un croquis para llegar... - Justo cuando el hombre se retiró, Nami y Chopper entraron al local encontrándose con Luffy y Robin.

-¡Chicos! Algo me decía que encontraríamos Robin. -Comentó el renito.

-Mi sorpresa es haber encontrado a Luffy -Comentó divertida la navegante -¿Y qué libro vas a comprar esta vez? -Preguntó al ver el pequeño libro en las manos de su compañera.

-Ah, es un libro de cuentos de muertos. -Respondió con tranquilidad.

-¿Fa... Fantasmas? -Preguntaron con un poco de miedo los chicos.

-Casi, pero es de muertos. No es de terror, solo son cuentos, fufufufufu...

-Bien, nunca había escuchado de un libro de fantasma sin el género de terror en el. -Comentó un poco confundida la peli naranja -¿Y tú vas a comprar algo Luffy?

-Mmm... No, pero lo que tiene Robin suena divertido. ¿Nos podrías contar una historia al rato?

-Claro. -Dijo alegre la peli negra. Y mientras esperaban al dueño de la librería, comenzó a echarle un pequeño vistazo a otros títulos y fue su curiosidad al encontrar uno con un nombre algo extraño -Veamos... Habla...

-¿Qué pasa? -Preguntó el peli negro mientras hojeaba un libro.

-Creo que este libro... -Lo sacó de su lugar  y lo comenzó a leer -Eh escuchado algo antes... -Cayó en la cuenta de que en efecto era el que se había imaginado que era. Pensó por un momento en algo que había pasado por alto y decidió buscar otro libro con un tema digamos mas serio -Mmmm... Este podría servir... -Lo observó una vez que también lo sacó del estante -Creo que me llevaré estos tres... - En eso, el hombre apareció con el libro y el croquis que dibujó.

-Espero no haber tardado... Casi no lo piden. -Abrió el libro mostrando en una de las páginas el grabado de un mítico lugar famoso por ser -Este lugar... Dicen que está maldito... -Dijo actuando con misterio.

-¿Maldito? -Preguntó con intriga Luffy.

-Si, se hace llamar la cueva del llanto.  Es famoso por ser un lugar lleno de cosas sobre naturales... -No pudieron evitar hacer sonar como castañuelas las rodillas de Nami y Chopper, lo peor que vieron fue la cara de Luffy quien estaba muy interesado por saber más de la historia de aquel lugar.

-Ay, no... No, no... -Decía con miedo la navegante.

-¡¿Qué mas hay en ese lugar?! -Preguntó emocionado Luffy. Ya que eso fue una invitación a... -Esto puede significar una cosa...

-No, no, no, no... No lo digas... -Dijo con terror Nami.

-¿Aventura? -Agregó con diversión Robin.

-¡Exacto! Vamos a ese lugar...

-Veo que son muy enérgicos... Les dejaré este libro a mitad de precio. Aquí viene la historia de ese lugar, muchacho. Espero te sirva de ayuda... -Dijo animado el dueño de la librería.

-Bien entonces serán estos... -Dijo Robin mostrándole los libros que tomó -Y ese.

-Que bien. Iré haciendo la cuenta.

-¡Robin! ¡Acabas de condenarnos! -Gritó con miedo Nami mientras hacia na cara graciosa.

-¡¿Por qué?! ¡¿Por qué Robin?! -Preguntó con angustia el pobre médico imitando la cara de miedo de la navegante.

-No hay nada de malo... Suena divertido, shishishi... -Comentó con confianza el peli negro al darle una amistosa palmada en la espalda a Nami en lo que ella pensaba en los sustos que se llevaría ya que aun no se recuperaba del todo en Thriller Barck.

-Aaaaah.... Ya qué... -Dijo resignada.

-Además, dicen que probablemente hay un tesoro en ese lugar... -Agregó el dueño al atender las compras de Robin.

-¡No podemos dejar pasar por alto esto! No todos los días tenemos oportunidades así... -Dijo una decidida Nami lista para lo que se vendría.

-¡NAMI! -Gritó con terror Chopper.

-Oh, vamos Chopper. Será divertido... Shishishi... -Dijo con energía el capitán.

 

[...]

 

Zoro se encontraba en la enfermería revisándose su pie. Al ver que solo fue un golpe se calmó, pero era algo que no le perdonaría a su nakama –Ese idiota... –Se decía refunfuñando mientras se colocaba la pomada sobre el empeine de su pie derecho –Pero me las va  a pagar, ya verá... –En eso, se escuchó la puerta abriéndose, se trataba del rubio quien llevaba consigo un plato repleto de onigiris y una jarra de jugo de mandarina -¿Ahora qué quieres, torpe? –Preguntó molesto el espadachín.

-Quería ver como seguías y también... –Se acercó a la mesita que estaba junto al espadachín para dejarle la comida –Disculparme por lo de hace rato. Déjame ayudarte... –Pero antes de poder brindarle su ayuda, fue retenido con la palma de Zoro en señal de alto.

-No... Gracias... –Dijo a secas.

-Zoro, de verdad yo...

-Ya hiciste suficiente, ahora vete...

-Está bien... –dijo con desilusión y se alejó del peli verde para dejarlo solo –Estaré en la biblioteca por si necesitas algo...

Al ver de nuevo ese extraño, pero no molesto comportamiento de su nakama, Zoro lo retuvo diciendo –Espera... –Sanji se detuvo antes de poder abrir la puerta -¿Cuál es tu plan? –Sanji confundido, volteó a ver al peli verde –Sea lo que sea que estés planeando, no funcionará, ¿oíste?

-Pero... No sé de que hablas... –Dijo aun confundido.

-Sé que me ocultas algo y lo averiguaré tarde o temprano... –El rubio se crispó y como acción ocultó sus manos detrás de su cintura en señal de miedo –Ahora déjame en paz... –El cocinero salió sin decir nada de la enfermería dejando al conflictivo del marimo quien notó apenas una pequeña marca asomándose en la nuca del cocinero -<<¿Y eso?>> -Pero antes de poder preguntarle por ese pequeño moretón, Sanji ya había salido de la enfermería. –Supongo que se lo preguntaré luego... Cocinero idiota... –Tomó un onigiri y al darle el primer mordisco -¡Puagh...! ¡Esto sabe...! –Se aguantó al notar que Sanji aun seguía a fuera –Mmmm... Debe hacerlo apropósito, aunque se toma muy en serio de que la comida sepa bien... –Recordó la sonrisa que le dio cuando le sirvió su filete –No, no me puede jugar una mala broma... El no sería capaz de arruinar algo que tuviera que ver con la cocina... –Dio otro bocado al onigiri, mas a fuerza que por gusto, llevaba ahora la mitad de uno de ocho bolas de arroz rellenos de pescado en señal de una disculpa y acompañado de queso crema como su forma de decir de que lo quiere.

Sanji se dirigió a la biblioteca con los ánimos hasta los suelos, al entrar se recargó en la puerta para cerrarla y miró a su alrededor y se secó sus pequeñas lágrimas con la manga de su sudadera –Soy un tonto... –Se arrastró desde la puerta hasta llegar al suelo abrazando sus piernas mientras hacia lo posible por no sentirse tan mal de lo que acaba de hacer.

 

[*****************]

<<-Ya... Déjame ir, por favor... –Decía al ser manoseado en su rostro y pecho –Por favor... –Kurohige respondió al darle un beso en la mejilla y pasó sus manos ahora en el estómago y en las tetillas del cocinero.

-Yo sé que lo estás disfrutando tanto... –Hizo un camino de besos desde la boca hasta el cuello y el hombro logrando que Sanji soltará un gemido -¿Lo ves?

-No... Noooo... –Respondió negando fuertemente con la cabeza. Con esta reacción lo hizo hacer dudar de si mismo... ¿en verdad lo estaba disfrutando? ¿Fue solo una respuesta inconsciente de su cuerpo? ¿Y si en verdad o quería, entonces por qué gimió? Todo esto lo empezó a llenar de preguntas y pánico los cuales fueron interrumpidos al sentir de nuevo las manos de Teach masturbando su miembro -¡¡Nooooo...!! –Intentó quitárselas de encima –No, por favor...

-¿Si dices que no, dime por qué tu amiguito pide por mas? Mira... –Dijo tomando el rostro del cocinero y obligándolo a ver como su pene comenzaba a levantarse un poco –Se está poniendo duro... –Lamió su mejilla y después le depositó un beso sobre la boca de Sanji para luego obligarlo a que la abriera y dejara entrar su lengua para así dar comienzo a una lucha de lenguas la cual el menor perdió y tuvo que soportarlo. Kurohige se separó un poco de su presa para verlo a los ojos –Que bien que ya estás cediendo... Ahora sabes lo que pasará si no le haces caso al tío Teach –Apretó un poco el falo del muchacho haciendo que este se encogiera por el dolor.

-Por favor, detente... –Dijo con debilidad. Kurohige en cambio, aun jugueteaba con el miembro del muchacho haciendo movimiento de arriba y abajo y en un movimiento apretó con un poco de fuerza la cabeza. Sanji dio como respuesta un quejido junto con una sensación de asco pensando que esto no le estaba pasando, que solo era un sueño, deseaba desmayarse para evitar el resto de lo que se vendría después -¿No se siente bien? –Decía al masajear con lentitud la punta. Sanji se retorció por el desagradable contacto que sentía. Sin soltarlo, lo obligó a levantarse para saborear d nueva cuenta con un gran deleite el miembro del cocinero.

Lamiendo como si se tratara d un helado pasando por el tronco hasta los testículos. Esto provocó que Sanji soltara otro gemido lleno de culpa y vergüenza, algo que para Barba Negra era lo máximo. Después prosiguió a besar la punta para luego meterse todo el miembro en la boca y haciendo lentos y suaves movimientos de vaivén y tocando con lascivia el trasero del cocinero quien hacia lo posible por soltarse y ahogar sus gemidos, pero dio un grito una vez que Kurohige metió con brusquedad su dedo en la entrada del joven. Metía y sacaba su dedo al mismo tiempo que aceleraba sus movimientos con la lengua y la boca al devorarse por completo aquella zona que estaba a punto de llegar a su clímax.

Para no desaprovechar la oportunidad, Kurohige sacó d golpe el miembro de su boca y  obligó al muchacho a sentarse en sus piernas. Obviamente, Sanji no quiso hacer caso y fue callado con una gran golpiza con el resultado de hacerlo caer al suelo y mientras se descuidaba, el mayor no lo dejó pasar y metió de sorpresa su pene en la entrada del menor, y con ello lo posicionó a manera de que quedará muy bien sentado y mirándose de frente para ver qué cara pondría su pequeño una vez que ya no aguantara.

Dio unas lentas embestidas, acarició la espalda del menor mientras que este ya no sabía que hacer para zafarse de esto, sentía ya muy débil su cuerpo, sus dudas aumentaban mas, estaba seguro que ahora se sentía más sucio e inútil. Su mente decía que esto estaba mal, que lo hacía sentir horrible, culpable y estaba seguro de que no quería mas, pero su cuerpo respondía lo contrario.

Fue tanto la confusión y el asco que hicieron que en vez de correrse, vomitara encima de su captor -¡¡¡Aaaaagggghhh...!!! ¡¡¡¡Eres un hijo de...!!!! –Sacó su miembro sin cuidado, con este acto, a Sanji le dolió demasiado ya que fue desgarrado. Al volver en si, recibió un puñetazo en el ojo izquierdo y esto lo hizo aterrizar en el suelo ahora con un horrido moretón en su ojo el cual era cubierto por su cabello. Fue levantado siendo jalado desde su pelo y recibió de lleno otra golpiza esta vez en el estómago. Cayó de nuevo al suelo, pero esta vez derrapando y chocando con el tronco de un árbol. Kurohige se acercó para levantarlo jalando otra vez sus cabellos, se miraron cara a cara y el mayor dijo -¿Y bien? Estarás contento... Otro chiste de esos y te juro que... –Pero fue callado con gran escupitajo de lo que quedaba del vomito del menor quien había recuperado un poco la cordura. –Te lo advertí... –Lo tiró de nuevo al suelo y lo pateó –Vas a volver a suplicarme, mocoso de mierda.

Notas finales:

La imaginación viene por ratos, maldita sea. Es la primera vez que hago algo como esto. Espero sus comentarios y nos leemos hasta, tal vez dentro de dos semanas ._.


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