Al sentir que estaba siendo absorbido por ese extraño humo negro, hizo todo lo posible por escapar de este, pero fue inútil –Jajajajajaja... No podrás escapar de mi... –Sanji esperó a acercarse mas al sujeto. Una vez que tenia la distancia apropiada con todas sus fuerzas logró patear al pirata lanzándolo a un montículo de madera dañada -¡Aaaaaggggghhh...!
-... –Sanji esperó a que el sujeto se reincorporara –Será mejor que me dejes en paz. –Contestó con autoridad.
-Jajajaja... –Entre los escombros, su enemigo se levantó con un poco de trabajo y se preparó para otro ataque –En verdad no tienes idea de con quién te estás metiendo...
-...
-Para ser un mayordomo, eres muy fuerte... ¿Te...? ¿Te gustaría unirte a mi tripulación...?
-No soy un mayordomo... –Respondió con desprecio.
-¡Jajajajajaja...! Lo siento, lo siento... –Se sacudió un poco su ropa y miró con burla al cocinero –Por cierto, me llaman Kurohige... ¿Y tu...?
-...
-¿Qué, no vas a hablar...? Bien, si eso quieres... Te pondré un apodo.
-... –Sanji no podía evitar mirar con desprecio al pirata –Yo no ando con juegos tontos... Así que me retiro... –Antes de continuar con su camino, fue retenido por las palabras del peli negro.
-Pero... –Estaba concentrándose para atacar –La fiesta apenas comienza, pequeño... –De su espalda, el extraño humo comenzó a emanar invadiendo lo que rodeaba a Teach, hasta llegar hasta Sanji, este por su parte saltó aterrizando sobre una montaña de escombros de una casa. Era impresionante ver como ese terrible humo absorbía todo lo que estaba en su camino.
-¿Pero que es esto...? Debe ser el usuario de una fruta...
-¡Oaaaahhh...! –Su poder logró desaparecer gran parte de los escombros.
-Esa fruta... No puede ser... Es... –Sanji quedó petrificado al recordar la akuma no mi que poseía su contrincante –Es... –Pero antes de decir mas, Kurohige expulsó muchos pedazos de lo que su poder recolectó de las casas destruidas lanzándolas contra el cocinero. Sin esperar esquivó el ataque saltando aterrizando sin problema al piso –Maldito... –Hizo una rabieta mirando al barbón –Así que tu fuiste quien destruyó este pueblo...
-Jajajajaja... Les pedí de buena gana que me dieran sus cosas, pero se rehusaron... Así que... –Preparó de nuevo su ataque de absorción y disparó mas trozos de madera y cemento contra Sanji. Esquivó como pudo los pedazos de concreto y madera; corrió rodeando a Teach para poder golpearlo de lleno –Te tengo, mocoso... ¡¡Kurouzu!! –Sin darse cuenta y sintiendo un poco de debilidad, fue atraído hacia su enemigo. Lo sujetó con brusquedad del brazo y le propinó un gran puñetazo en la cara, al mismo tiempo que el cocinero logró darle una increíble patada en las costillas. Aun con una baja fuerza logró que Teach se descuidara, pero aun así fue lanzado por el puño de este. Sanji aterrizó entre los escombros de madera sacando con ello un grito de dolor; una vez que pudo recuperar fuerza, se arrastró para salir de los escombros y se levantó una vez afuera de estos –Vaya, te subestime... Mocoso... –Kurohige estaba tratando de aguantar el dolor de la patada.
-¿Eso es todo lo que tienes, vago...? –Dijo esto con una sonrisa ladina.
-¿Así que quieres jugar...? –Teach se mostró ofendido ante el comentario de Sanji.
-Ese poder tiene tanto sus pros como sus contras... Habría sido mi fin si fuera usuario de alguna de las frutas del diablo... Ahora comprendo cómo pudiste acabar con toda esta aldea... Es raro ver a un pirata andando solo...
-Mis muchachos están buscando la segunda sección de la aldea... Por lo que veo, está muy escondida... Llevo dos días sin encontrarme con ellos... ¿Sabes lo difícil que es andar por este tipo de islas...? Son bastante extensas...
-“Luffy y los demás están ahí... No puedo dejar que llegue a ese sitio... No tengo el mapa que dibujo Nami-san para nosotros... Es un alivio... Pero aun así no puedo dejar que se salga con la suya...”
-¿En qué piensas, zorrito...? –Sacó al cocinero de sus pensamientos –Pronto acabaré contigo...
-¿Quién te dio permiso de llamarme de esa forma...? –Corrió hacia Teach para atacar de nuevo a Teach.
-No te das por vencido, mocoso... –Antes de decir mas, Sanji logró llegar a Barba negra con una patada en el estómago lanzándolo lejos y logrando que se estrellará contra un árbol -¡¡AGGHH!!
-No puedo permitir dejar vivo a un mal nacido como tu... –Sanji se acercó a su enemigo –Sé lo que hace esa maldita fruta... ¿Qué fue lo que hiciste con los aldeanos de este lugar...?
-... –Se recuperó respirando aun con trabajos y miró con malicia al cocinero -¿Tú qué crees...?
-...
-Todos y cada uno de ellos implorando piedad... Debo decirte que ninguno quedó vivo...
-... –Sanji preparó su técnica dando un gran giro y con ello encender las llamas de su pierna –Voy a hacerte pagar por ello... Si hay una fruta que nunca debió existir es la Yami Yami no Mi... –Sanji se lanzó contra Kurohige para derrotarlo –¡Diable...! –Iba en picada contra el peli negro, pero este reaccionó a tiempo atrapó la pierna de Sanji con sus sucias manos -¡...!
-Mi turno... ¡Oaaawwwwhhh...! –Puso en acción la técnica del agujero negro contra Sanji.
-¡¡No...!! ¡¡Aggghhh...!! –Ya era demasiado tarde para el cocinero. Estaba siendo absorbido por su contrincante –“No... No puedo convertirme en cenizas...”
-Descuida... No te mataré...Tengo planes para ti...
Mientras tanto, Zoro sin querer logró llegar al centro de la isla, pero no vio nada, todo estaba invadido de mas árboles –No hay nada de comida... A este paso ese tonto ganará...
-¡Zoro...! –Escuchó a lo lejos la voz de su capitán -¡Zoro, por aquí...! –El mencionado volteó encontrando a Luffy con el resto de la tripulación -¿Qué haces aquí...? –Luffy se dirigió con el espadachín.
-Estoy buscando algo de comida... ¿Saben dónde puedo encontrar...?
-Tienes mucha suerte, Espadachín-san... -Comentó la arqueóloga mostrando una sincera sonrisa.
-¿Suerte...?
-Llegamos a la aldea... –Respondió con tranquilidad Robin.
-Aquí no hay nada... –Contestó incrédulo el peli verde.
-Navegante-san... –Nami sacó de su blusa el mapa que consiguió y se acercó al espadachín.
-Zoro, estás prado sobre la entrada a la aldea...
-¡¡¡...!!! –El peli verde se sorprendió un poco al escuchar la respuesta de su nakama.
-Si... Esta aldea... –Zoro se apartó de su lugar dejando que Nami continuara con el resto de su investigación –Es subterránea... –Señaló el pequeño tronco que era mas bien un observador –Es por eso que... –La puerta con forma circular comenzó a abrirse despacio, fue suficiente tiempo para que los muchachos se quitaran. En el interior estaban unas escaleras de caracol que llevaban para su destino a la dicha aldea –Nadie puede encontrarla...
-Y yo estoy para saber el por qué de su escondite... –Agregó con triunfo la arqueóloga.
-¡SUUUPEERRR...! Andando. Muero de hambre... –Agregó Franky dirigiéndose a la entrada de la aldea.
-Vamos, Zoro. Ven, te vendrá bien algo de sake... –Comentó divertido Usopp –Espera... ¿Y Sanji...?
-Es una larga historia... Escuchen no puedo quedarme, debo ir por comida antes de que... –Pero antes de decir mas, fue acorralado por Franky dándole un amistoso abrazo con su brazo sobre el cuello del espadachín –Anda, debes relajarte un poco, Roronoa Zoro...
-Oye, sólo llámame por mi nombre, no es necesario decir mi apellido... Somos nakamas... –Respondió con sinceridad el espadachín.
-Jajajaja... Está bien. Vamos...
-Será interesante conocer una isla en las profundidades... –Comentó con emoción el músico.
-¡Vamos! –Gritó Chopper con euforia montándose a los hombros de Luffy y fueron los primeros en entrar.
-¡¡Luffy...!! Ay, que voy a hacer con el... –Decía con cansancio la navegante entrando al lugar, seguido de Robin, Usopp Franky, Zoro y Brook -¡¡Vaya, que gran iluminación!!
-¡Mira Luffy...! –Chopper señaló el final de las escaleras ya que se encontró con bello farol que iluminaba un tenue color azul.
-Vamos a ver que mas hay... –Dijo el capitán caminando rumbo a la entrada principal de la aldea -¡Esto es increíble...! Jamás había conocido un lugar así... –En la entrada principal estaba decorada con unos sencillos pero elegantes arcos iluminados con el mismo tono de color que de la entrada, un guardia los recibió con mucha tranquilidad.
-Parece que son viajeros... No todos los días tenemos visitantes... Claro que ya vieron la razón... –Comentó con amabilidad el vigilante.
-¡Luffy, espera! –Nami los alcanzó corriendo. Se posó sobre la pared de la cueva para recuperar el aliento –Al fin... ¡Qué diablos les pasa! –Les dio unos coscorrones a ambos -¡Les dije que esperaran! –Se percató de la presencia del vigilante y cambió de humor rápidamente para disimular –Ah, lo siento...
-Es bueno saber que es un lindo viaje en familia –Comentó sin mala intención el uniformado mostrando una sonrisa.
-¡Ah, no, no, no, no, no, no...! ¡Se equivoca...! Ellos son mis amigos... Vinimos aquí ya que nos dijeron que podíamos conseguir algunos suministros... Esperemos no molestarlos... –Dijo con pena la navegante.
-Está bien, no se preocupe señorita. Bienvenidos al pueblo de Derinkuyu. –El resto de los muchachos apareció y saludaron al vigilante –Parecen que son un grupo muy extenso... ¿Gustan que les demos un recorrido por el lugar?
-Eso sería estupendo, nos ayudaría mucho... –Comentó Robin mientras sacaba un pequeño cuaderno lleno de notas y dibujos.
-Disculpe... –Interrumpió Zoro -¿Dónde puedo conseguir algo de comida, necesito algo de carne...
-Por supuesto... ¿Pero no gusta pasar primero a nuestro pueblo...?
-Anda Zoro, quédate un rato al menos... –Comentó el capitán intentando convencer a su nakama –Vamos necesitamos descansar...
-Bueno... Supongo que tienes razón...
-Sería bueno que Sanji-san estuviera aquí también... -Comentó Brook.
-No es igual si no está ese muchacho. Tal vez deberíamos ir por el. –Agregó Franky.
-Escuchen, tengo una tarea que hacer, me quedaré con ustedes un rato y después me iré, debo encontrar algo de comida cuanto antes...
-Nunca te había visto tan preocupado por hacer un deber... ¿Qué hicieron? –Preguntó con curiosidad Usopp.
-Es una larga historia ya lo dije... Menos bla, bla, bla... –Juntó a todos junto con el guardia adentrándose por fin al pueblo –Y vayamos por un trago rápido... ¡Vamos, vamos, vamos...!
-¡Zoro, tranquilízate...! –Protestó la navegante.
-Mientras más rápido, mejor.