PDV Harry
Me estire como un gato perezoso. Sabía que mi círculo celebraría mi cumple pero no me esperaba Florida. Desde luego esperaba volver, solo habíamos estado en uno de los parques que lo componían y me gustaría recorrerlo todo, todo.
Tenía 17 años, ya no había restricción de edad, estaba entre dos apuestos hombres, y nada de nada. Ni siquiera un poquito empinada. Si no se me levantaba pronto empezaría a preocuparme.
Agosto empezó a deslizarse, Draco era encantador y mi libido seguía de vacaciones. No era que estuviese interesado en montar una orgia, pero se suponía que debía estar ya de forma operativa. ¿Habría algo mal en mí? Mi mejor opción en estos momentos era Remus. Me resultaba fácil hablar con él.
Pel, me gustaría ir a visitar a Sirius y Remus.
Claro, podemos programar ir todos...
Pel, no necesito ir taaan sumamente escoltado.
Harry no es problema.
Lo sé, supongo que solo necesito un poco de tiempo para mí mismo.
Oh, lo siento peque, pero solo, solo, va a ser que no. Si quieres puede acompañarte solo Charlie.
Está bien, supongo que es lógico. Pensé que no tenía sentido discutir, mis compañeros estaban obsesionados con el tema de la protección y la verdad con todo lo que había pasado en mi vida tenía que entenderles.
Al día siguiente fuimos al Chalet Black, me arrojé a los brazos de Siri riendo. Merlín, solo verles me alegraba el día.
Después de bromear y reír con ambos salí a dar un paseo con Remus.
Cachorro, se que algo te pasa.
Remus ya tengo 17.
Estuve en tu fiesta Cachorro.
Mi libido no está.
¿Qué?, dijo Remus parpadeando
Bueno se suponía que la restricción de la edad terminaba a los 17. Me acuesto entre dos hermosos y magníficos hombre y ninguna reacción física, nada de nada Remus. ¡No es normal!
Remus se echo a reír, reía tanto que se cayó al suelo agarrándose la tripa. La verdad era cómico verlo y si se estaba riendo era que algo se me había pasado por alto. Definitivamente pensé sonriendo no podía pasar nada malo si Remus se reía.
Lo siento, dijo volviendo a reírse. Perdóname cachorro. Solo un momento, dijo mientras intentaba normalizar su respiración.
Hijo, Pel es tonto.
Mi alfa es estupendo y no es nada tonto.
No te ofendas, no hace falta que te erices en su defensa es solo que tu alfa ha olvidado que te criaste como mago. La verdad, yo no sabía cómo iba lo de la restricción de la edad y le pregunté. No se me paso por la cabeza que él no te hubiese contado.
Oh, bueno por tu reacción entiendo que es normal.
Si, es muy normal. Verás en primer lugar los impulsos, por llamarlos de alguna forma, volverán poco a poco. Renovaras votos con Pel y luego con Charlie y ellos los renovarán entre sí. No estoy seguro de lo que ocurrirá con Tom y Severus pero imagino que en algún momento pasará lo mismo. En segundo lugar los Wydra no suelen tener erecciones mañaneras. Ten en cuenta que en el dormitorio principal no se realizan actividades sexuales y de alguna forma tu criatura reprime la excitación de dormir acompañado.
Oh, entonces ¿cuándo lo hacemos?
Por lo que tengo entendido por el atardecer es romántico y de gran vitalidad.
Bien es una buena información, ahora me gustaría saber cuáles son tus intenciones con mi padrino.
¿Cómo?
Si Remus, ¿no pensaras tenerlo solo como un amante?
Pero yo, dijo tragando saliva y poniéndose pálido. Y entonces me eche a reír. Me tocaba a mí revolcarme de risa. Poco a poco Remus recuperó el color y la sonrisa.
Muy bueno cachorro, muy, muy bueno.
Draco me llevaba otra vez a cenar, la verdad, restaurantes de lujo no me impresionaban. No quería herir sus sentimientos pero no lo estaba haciendo muy bien. Al cortejarme no estábamos solos, debido a alguna antigua costumbre. Estaba bien arreglado al igual que él cuando en vez de salir me llevó al jardín, esto sí que no me lo esperaba.
Mesa preparada para dos, velas flotando a nuestro alrededor y música lenta de fondo. Las cortinas del salón quitadas, mis chaperones nos verían pero no estarían con nosotros. Romántico y encantador. En la mesa bien frio, zumo de aro, mi preferido y de comer Budín de Yorkshore y pastel de calabaza. Comida y bebida de mi gusto. Desde luego había ganado puntos.
Después de la cena
Harry este ambiente es perfecto para hacerte algunas confesiones, si no te molesta escucharme.
Draco esta ha sido una buena y agradable cita y puedes contarme lo que quieras no solo ahora sino siempre. Soy un gran oyente.
Draco me lo contó todo. Empezó por la historia del osito Harry, esto ya lo sabía por Severus y reconoció ser el culpable de nuestro enfrentamiento por su mala actitud. También me hablo de algunas cosas que ya me había dicho en su carta. Bueno lo que no me esperaba es que estuviese enamorado de mí desde cuarto. No podía dejar de sorprenderme y contra más hablaba más se iluminaban sus ojos. Allí tan arreglado, hablándome con el corazón en la mano y la música de fondo, creo que en ese momento empecé a enamorarme de él.
Al acompañarme a la casa y despedirnos oficialmente de la cita le di un pico y le dije.
Draco ha sido una velada increíble y estoy seguro de que dentro de muy poco serás tan importante para mí como yo lo soy para ti. Solo dame un poco de tiempo, en estos temas voy un tanto despacio pero te aseguro que estoy interesado en ti.
Draco me volvió a besar y Charlie carraspeo. Contactos al mínimo durante el cortejo. Pero ahora me sentía mucho más a gusto.
De vuelta a la tercera planta. En el salón familiar sentado en una cómoda butaca estaba leyendo Severus.
Draco me lo ha contado todo.
¿Y estas enfadado conmigo?
No, dije sentándome en su regazo. Es tu ahijado lo que habláis es entre tú y él, sea lo que sea. Si no tuviese a Remus y a Siri es posible que no lo entendiese pero los tengo. Odiaría que traicionasen mi confianza.
Me quitas un gran peso de encima. Nuestra relación ha tenido altos y bajos y la verdad ahora que estamos bien tenía miedo de que se estropease.
Me temo Severus, que tu y yo somos los más inseguros del círculo. Supongo que es por no haber tenido una buena infancia.
¿Me cuentas la tuya?
No, no, está en el pasado ya no importa.
Pero nos sigue afectando.
Solo si se lo permitimos Severus y por lo menos yo no estoy dispuesto a consentirlo.
Hey, yo también quiero abrazos. Nos dijo Pel acercándose. Se inclino y me dio un beso de los que quitan el sentido y por fin note como cierta parte de mi anatomía se despertaba.
Pel me miro y con voz ronca me dijo ¿estrenamos uno de los dormitorios? Y mirándole totalmente sonrojado solo pude asentir.
PDV Pel
La renovación de los votos con Harry fue increíble, tan buena y hermosa como la primera vez. Y marcaba el comienzo de la vida sexual de nuestro círculo. En los días siguientes todos nosotros pasamos por los dormitorios de relajación y las sonrisas, los mimos y los piquitos se convirtieron en algo habitual. El tiempo transcurría tranquila y plácidamente disfrutando de unos y otros y con agradables tardes en el jacuzzi. Draco fue invitado al mismo, a pesar que las habitaciones eran las privadas del círculo, él era familia de Severus y como familia, no como pretendiente, fue incluido.
Supongo que todos los alfas se sienten orgullosos de sus círculos pero realmente no creo que pudiesen estar más orgullosos de lo que estaba yo.
Charlie, nuestro beta, fuerte, musculoso con sus preciosas alas pelirrojas a juego con su pelo. Hermoso, atento, considerado, tan sensato y alegre.
Tom, nuestro sanador, podría estar en el círculo que quisiese. Había pocos sanadores y los sumisos instintivamente buscaban la protección de tener a uno en sus círculos. Con sus preciosas alas azules y su torso, una maravilla llena de bellos tatuajes celestes. Sereno en situaciones comprometidas. Tan poderoso y sin embargo tan dispuesto a ser sumiso con su alfa.
Severus, nuestro estudioso, astuto como una serpiente, valiente como un león. Tan áspero por fuera y tan sensible por dentro. Nos había hecho el gran regalo de permitirnos conocerlo.
No, estaba seguro, no se podían tener mejores hombres. Esperaba que Draco madurase, pero comprendí que era posible que eso fuese lo único que faltase en nuestro círculo, un poco de infantilismo para alegrarnos la vida.
Acostados en el dormitorio sentía las respiraciones de mis compañeros a mi alrededor y comprendí que un alfa también necesitaba sentirse cuidado, amado y protegido y desde luego yo lo estaba. Todos ellos me daban un pedacito de sí mismos todos los días.